Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 24 de octubre de 2020

Covid 19 en Cuba 23/10/2020. Gráficos , comentarios y pequeños cálculos erróneos.

Por Humberto Herrera Carlés

La pandemia en nuestro país, al 23 de octubre del 2020, sigue teniendo un comportamiento acorde a las medidas que se están tomando, y los resultados son reflejo de la situación en particular de cada territorio, incluyendo por supuesto la disciplina ciudadana.

El presente artículo tiene por objetivo mostrar los datos actuales de la pandemia en nuestro país. 

Gráficos y tablas son de elaboración propia con datos del MINSAP.

Se observa que cuando se alcanzaron los 6 000 casos confirmados (11 de octubre), se estaba ligeramente aplanando la curva (roja), para de nuevo ascender.  Recordar que entre el 25 de julio y el 8 de octubre, durante 76 días el número de confirmados eran cifras de dos dígitos y con un promedio de 45 diarios, hasta que el 9 de octubre que se diagnosticaron 5 casos, y al siguiente día hasta el presente, se mantienen las cifras de dos dígitos diariamente. Así llevamos 14 días con un promedio de 41 casos diarios.  Los casos activos  (azul) observemos que igualmente hay un breve repunte en correspondencia con los casos confirmados.

Observar la línea de tendencia móvil (roja) a 7 días, presenta un comportamiento ascendente en estos momentos, motivados por los rebrotes de pinar del río y santi spiritus. Es decir si concluir el segundo rebrote, parece que asistimos a un tercero. 


Constatar el comportamiento de los activos, el 25 de abril 2020 alcanzamos la cota más alta con 847 activos, y el 22 de julio 2020 con solamente 38 ( la cifra más baja desde que empezó la pandemia). Con el segundo rebrote el 3 de septiembre 2020 se alcanzó el tope de 677 activos, y las acciones de mitigación solo lograron llevarlo el 13 de octubre del 2020 a 257 activos como cota más baja, para de nuevo empezar a ascender y tener 479 en estos momentos. 

A favor se puede decir, que la tasa de recuperados el 25 de abril del 2020 era solo del 36.64 % del total de confirmados acumulados, y el 23 de octubre del 2020 es del 92.66 %.  Es decir gracias a los protocolos, sobre todos médicos,  no tenemos más casos ACTIVOS o FALLECIDOS en la actualidad.


Octubre se perfila como el cuarto mes de más contagio. Sin embargo, acumuladamente la tasa de mortalidad acumulada, a partir del 20 de octubre bajo del 2.00 y hoy es del 1.96 por cada 100 confirmados, la más baja alcanzada hasta el momento, y de eso se trata, salvar vidas humanas. Solo apuntar que el 12 de mayo del 2020 la misma era del 4.36, la más alta alcanzada. 


Lo anterior es el resumen de la pandemia en Cuba hasta el presente. Solo apuntar que es la primera vez que no se cumple la ecuación de Cuadre: Confirmados= Fallecidos+ Altas+Activos+Evacuados, en este caso suman 6 536 y no 6 534, es decir la diferencia es de 2, y es un error que se debe rectificar.


Por provincias.

A estas alturas de la pandemia, lo correcto es como viene haciendo nuestro estado, decretar  por fases cada territorio según el comportamiento de la pandemia. Paradójicamente el MINSAP no publica  el número de casos activos por territorio en tiempo real, a pesar de que se cuenta con ello, en varias ocasiones, no siempre, el Dr. Duran lo presentaba.  

He elaborado con los partes diarios del MINSAP de los últimos 15 días por territorio, una tabla de casos diarios por provincias.  En ese proceso también consulté el sitio web asociado al MINSAP https://covid19cubadata.github.io/#cuba para obtener los datos acumulados de confirmados por territorios al día de hoy.  Cuando se suman los datos de casos confirmados totales por provincias la misma da 6530 y no 6534, que es lo que oficialmente se ha informado, aquí la diferencia es de 4 casos, algo que debe corregirse en uno u otro sentido, porque hay un error. 


Aprovecho para destacar, que se ha mantenido desde el principio con la mejor tasa del país, la provincia Granma, con solo 0.49 por cada 100 mil hab. Deberíamos estudiar la causas y condiciones de ese éxito. 


 Nota: He agregado los 4 confirmados que hay de diferencia en Pinar del Río con fines de cuadre.

Comentarios:

- Entre el 9 y el 23 de octubre del 2020, en nuestro país se confirmaron 591 nuevos casos con Covid19.  Pinar del Río con 204 casos los liderea, sobre todo en los últimos 9 días. Le sigue Santi Spiritus con 178 casos, la Habana 104, y Ciego Ávila 51, es decir en estas cuatro provincias se concentran el 90.8 % de los confirmados en estos 15 días.

- En el caso de Artemisa  y en particular en Caimito, los 19 casos son de caso confirmado, y todos tienen entre 18 a 21 años,  a su vez hay 189 contactos en vigilancia. Es importante señalar que el contagiado del día 10 era importado. No sé si tienen relación, y si hubo otra fiesta?.  Lo cierto es que hay un foco en ciernes.

- Matanzas (17 casos) y el resto de las provincias desde Villa Clara hasta Cienfuegos (tabla), todos los casos son importados,  si no tuvieran cero casos, lo que significa que solo hay que controlarlos para que no contagien.  Significa que 11 de las 16 provincias están  en total control hasta el día de hoy.

Adicionalmente comentar que en Pinar del Río se están tomando las medidas de aislamiento sobre todo en Guane, pero lo relevante es que llevaban  más de 70 días consecutivos sin casos antes de convertirse al día de hoy en el principal foco del país.  Me llamo la atención el artículo publicado por el gobierno provincial  https://redpinar.gob.cu/es/actualidad/noticias/245-gobierno-provincial/8200-pinar-del-rio-avanzara-y-vencera, haciendo símil con la llamada gripe española de hace 100 años. Una rara analogía para estos tiempos, incluyendo fotos. Esperemos la evolución en los próximos días. 


Santi Spiritus: Los titulares del periódico Escambray dicen hoy : " COVID-19: Sancti Spíritus continúa empinando la curva (+infografías, video y casos confirmados)" . Con casos positivos en los ocho municipios de la provincia.  El rebrote empezó el 8 de Septiembre en Jatibonico. Esto ocurre después de casi 120 días de cero casos en este territorio. 

Me llamó la atención como los pronósticos de los matemáticos en este territorio tienen un papel activo,  el de Cuba hace rato que no se ve, en nuestros medios.


La Habana que es la provincia de mayor concentración poblacional del país, a pesar de la apertura, ya hay dos días con ceros casos el 19 y 22 de octubre, aunque el periódico Tribuna de la Habana dice que : "Existen 12 focos de trasmisión autóctona activos; todos con medidas de refuerzo aplicadas.

Tres de los focos tienen más de cinco casos; uno en Bernardo Posse, ( donde vive mi hermana) municipio de San Miguel del Padrón con 33, incluidos varios contactos en estudio. Otro en la manzana 230 de Regla, con 13, y el último en la manzana 212 del policlínico Manduley, en Centro Habana, con cinco. En estos lugares aplican acciones de bioseguridad, con el fin de evitar que se conviertan en eventos.

La tasa de incidencia en la provincia disminuye en los últimos 15 días, y ahora es de 5,62 casos por cada 100 000 habitantes. Por esa razón, se cumple con indicadores para la llamada nueva normalidad, aunque la misma aún no fue declarada."

En resumen podemos decir que la situación de la pandemia en el país, está controlada en lo fundamental, no exenta de riesgos y de rebrotes ante cualquier descuido, como ha ocurrido. Entre asintomáticos e importados hay un riesgo latente y constante en el país, que solo se vencerá TOTALMENTE  cuando sea vacunado todo el pueblo con la vacuna Soberana01, pero para ello nos falta de 6 meses a un año aún, y una vez superadas todas las pruebas clínicas y corregidas las desviaciones. Lo que la disciplina de todos sigue siendo nuestra principal vacuna.

  El control de esta epidemia significa la oportunidad de implementar las medidas previstas para la economía, puede además significar una ventaja competitiva para nuestro país. Ayudemos todos a lograrlo.

Lo único peor para Trump que un debate insoportable es uno soportable


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, durante el debate presidencial final en la Universidad de Belmont en Nashville el 22 de octubre de 2020. (Jabin Botsford/The Washington Post)

Opinion by Dana MilbankThe Washington Post
Columnist
Oct. 23, 2020 at 11:19 a.m. CDT

La comisión del debate silenció su micrófono. Los propios asesores del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le dijeron que cerrara la boca. Pareciera que incluso alguien puso a escondidas un poco de Ambien en su Coca-Cola dietética.

Y funcionó, en cierto modo. Trump guardó la mayor parte de sus intimidaciones y su actitud parlanchina hacia la moderadora, Kristen Welker de NBC, para la segunda mitad del debate presidencial final de este jueves. Este Trump más subyugado al menos hizo que el debate fuera soportable, a diferencia del primer encuentro.

Sin embargo, hubo algo que los asesores de Trump aparentemente no habían considerado cuando le dijeron, en palabras más educadas, “cállate, hombre”, como Joe Biden le pidió durante el último debate: lo único peor para Trump que tener un debate insoportable era tener uno soportable.

No fue una batalla entre Biden y Trump. Fue una batalla entre la realidad y la fantasía. Frente a decenas de millones de personas, Trump interpretó a un fantaseador, alguien completamente ajeno al sufrimiento de los estadounidenses y de las verdades más obvias.

En el mundo de Trump, “ya estamos saliendo” de la pandemia y “va a desaparecer, ¿OK?”

¡OK!

En la imaginación de Trump, Biden “no es originario de Scranton”, la ciudad natal del candidato demócrata en Pensilvania.

En el relato mágico de Trump, el doctor Anthony Fauci dijo sobre el coronavirus, “palabras exactas: ‘Esto no es un problema, esto va a desaparecer pronto’”.

Trump, frente a una moderadora afroestadounidense, se autoproclamó “la persona menos racista de este lugar” y el mejor presidente para la población negra con “la posible excepción” de Abraham Lincoln.

Lo más sorprendente de todo, incluso después de cuatro años, es que Trump parece creer en su propio reordenamiento de los hechos. Con cara seria, anunció que había sido Biden quien en ocho años como vicepresidente, “no hizo nada excepto construir jaulas para mantener niños atrapados en ellas”. En esta nueva versión, Trump es quien “cambió la política” de las separación de familias (y además, las instalaciones donde encerró a los niños estaban “tan limpias”).

En la recreación epistemológica de Trump, él no es el tipo que dijo “no asumo la responsabilidad en absoluto” con respecto a la pandemia, sino el tipo que dice “asumo toda la responsabilidad”.

En la imaginación de Trump, su idea de que las personas se inyectaran lejía era “una broma”.

En la versión de Trump, la única razón por la que “tenemos tantos casos” del virus es porque “tenemos el mejor proceso de aplicación de pruebas”.

Trump evocó la idea de que Michigan es “como una prisión”, que “no ha habido nadie más duro con Rusia que yo”, que tenía una cuenta bancaria secreta en China porque “estuve pensando en hacer un negocio en China, al igual que millones de personas”.

Si no fuera por Trump, “millones de personas estarían muertas en este instante” en la península de Corea. ¡Ah! y los republicanos “van a ganar la Cámara (de Representantes)” en 10 días. Sí, y algo sobre los “gases” de los molinos de viento y el asesinato de “todos los pájaros”.

¿Recuerdas aquel asunto desafortunado sobre Trump pagando solo 750 dólares en impuestos federales sobre la renta en 2016 y 2017? Según Trump, eso es porque “pagó por adelantado” sus impuestos en años anteriores.

El candidato demócrata solo tuvo que responderle a Trump con raciocinio.

En algún momento, Trump dijo de Biden: “Lo único de lo que habla es de cerrar todo”. Biden respondió con “deberíamos poder caminar y mascar chicle al mismo tiempo”.

Mientras Trump insistía sobre la más reciente gota de dudosa evidencia incriminatoria de Rudy Giuliani sobre Hunter Biden y Ucrania, Biden sugirió: “Publica tus declaraciones de impuestos o deja de hablar sobre corrupción”.

En materia de seguridad nacional, Biden señaló que Trump “no está dispuesto a enfrentarse a Putin, incluso cuando él está de hecho pagando recompensas por asesinar soldados estadounidenses en Afganistán”.

A las afirmaciones de Trump de que está en el mismo nivel que Abraham Lincoln en cuanto a su servicio a los afroestadounidenses, Biden respondió de forma seca y sarcástica: “Este Abraham Lincoln de aquí es uno de los presidentes más racistas que hemos tenido en la historia moderna”. Ante las afirmaciones inverosímiles de Trump sobre sus impuestos, Biden se dirigió a la audiencia televisiva para compartir el chiste: “Vamos, gente”.

Biden habló emotivamente sobre el comportamiento “criminal” del gobierno de Trump en el que “niños fueron arrancados de los brazos de sus padres y separados, y ahora no pueden encontrar a más de 500 de esos padres y esos niños están solos, sin ningún lugar a dónde ir”.

Y tras el incesante parloteo de Trump sobre Hunter Biden, el Biden mayor le recordó a los espectadores, “esto no se trata sobre la familia de él y la mía, esto se trata de tu familia, y tu familia está sufriendo mucho”. El candidato demócrata hizo un llamado emotivo a aumentar el salario mínimo para ayudar a “familias como en la que crecí”.

La compasión de Biden acentuó la carencia de alma de Trump. El sentido común de Biden puso de relieve los sueños febriles de Trump. Trump despotricó y deliró sobre Hillary Clinton, sobre “los terribles correos electrónicos”, sobre su destreza (actualmente oculta) para recaudar fondos, sobre el Servicio de Impuestos Internos y el Tea Party, sobre la “engañosa cacería de brujas” (“¡espiaron mi campaña!”), sobre la “medicina socializada” y la computadora portátil de Hunter.

A medida que avanzaba la noche, el extraño control interno que restringía de forma temporal a Trump se desvaneció: “¡Permiso!”, “¡Diré lo siguiente!”, “¡Tengo que responder a esto!”, “No, pero ¡espera un momento!”.

Welker resistió con calma y de forma competente las intimidaciones de Trump. “Tenemos que seguir adelante”, le dijo.

Nosotros también.

Estados Unidos: Las Encrucijadas del 3 de noviembre. (I y II)


Por 
Esteban Morales. 

Parece que estamos abocados a un Proceso Electoral Presidencial e
stadounidense que no tendrá precedente 
en la historia del País. 

Nunca los Estados Unidos se habían visto abocados a unas elecciones presidenciales que hayan provocado tantas dudas y preocupaciones. La democracia norteamericana había funcionado durante muchos años. Ahora parece estar en serio peligro, a la hora de mostrarse en el momento político cíclico más importante de la nación. 

Algunos acontecimientos conforman el contexto en que tales elecciones se celebraran: 

1- Se trata de pasar balance a cuatro años de administración, en que existen muchas discrepancias Respecto a la a la valoración de sus resultados. 

2- Las elecciones se celebrarán bajo el signo de una actitud del presidente Trump, de haberse negado en varias ocasiones a responder si será capaz de entregar la presidencia si la pierde. 

3- Se prepara por el Partido Republicano un complejo andamiaje para evitar el voto de todos aquellos grupos que se considere no beneficiarían a Trump. Ese andamiaje está compuesto de los siguientes elementos: 50,000 contratados para vigilar la “pureza” de las elecciones. Se desarrolla una campaña contra el voto por correo, considerándolo como algo fraudulento. Se despliega de manera oculta la intención de no dejar llegar a las urnas, a hispanos, negros, demócratas declarados, jóvenes, amas de casa y todo personal que se considere su voto perjudicaría a Trump. Se han organizado varios Task Force cuyo objetivo principal es controlar el voto, bajo el principio de que este solo debe beneficiar a Trump. 

4- Se preparan grupos contratados, procedentes de policías retirados, exmilitares, veteranos de las guerras, que agrupados en varias organizaciones sirvan de tropa de choque para evitar la votación demócrata. 

5- Trump despliega su campaña sobre la base de decir, que solo perdería si las elecciones fuesen fraudulentas. Lo cual afecta al proceso electoral con un grado de incertidumbre muy peligrosa. 

El contexto electoral se haya marcado por los acontecimientos siguientes: la Crisis económica, las consecuencias de la Pandemia y las manifestaciones antirracistas. Todos fenómenos que afectan a la actual administración de Donald Trump. 

Para defenderse de las consecuencias de esos fenómenos Trump despliega los discursos políticos siguientes: 

-Se está al remontar las consecuencias de la crisis, de las cuales la más importante resulta ser el desempleo. Considerando que este se ha venido solucionando y que no alcanzara los altos niveles que hace poco presento. 

-Según Trump la Pandemia es culpa de China, que fue quien la desato. Anque China la tiene prácticamente controlada, mientras que Estados Unidos presenta más de 6 millones de contagiados y casi 200,000 fallecidos. Sin que se observe una política dirigida a solucionarla y más bien, una actitud descuidada ante la situación, que se mantiene desde el principio. 

En medio de tal situación, Trump juega a la ruleta de la suerte, con una vacuna que llegaría antes de las elecciones. A lo que todos los científicos le dicen que no es posible. Se observa claramente que Trump ha querido manejar la vacuna como un asunto de política; mientras que los científicos le están diciendo que eso no es posible y hasta han firmado una declaración al respecto. 

-Como sabemos, las manifestaciones antirracistas son consecuencia de la criminalidad de la policía contra los negros, que Trump no ha sido capaz de controlar. Así como debido a la propia actitud racista por parte del Presidente, que nunca ha beneficiado a los negros ni a los que se manifiestan en contra de la discriminación, situándolos en el plano de iguales con los que exacerban el racismo. Trump jamás ha criticado a los que atacan a los negros, siempre impidiéndoles defenderse. 

¿Que se ha puesto de manifestación en varias ocasiones? 

Trump manipula el carácter de las manifestaciones, situándolas como resultado de la comunidad de Biden con las fuerzas de izquierda, socialistas, comunistas, que los demócratas no pueden controlar, mientras que el, con su intención de Ley y Orden, aparece como el defensor de la tranquilidad ciudadana. Poniéndose de manifiesto la clara estratagema de Trump de echarle la culpa a los demás de todos los problemas y el ponerse como el defensor. 

Estamos convencidos de que, si las elecciones pudieran desenvolverse dentro de un marco de legalidad y democracia, los demócratas ganarían. Pero Trump, al parecer, convencido de que no puede ganar, prepara el caos para aprovecharse de una situación, en la que la desorganización, las dudas sembradas sobre la legalidad de las elecciones, la propaganda “negra” y la movilización contra el voto, le permitirían al Partido Republicano gritar fraude en el momento oportuno. Reclamando que a Trump lo han despojado del triunfo, aunque no fuese cierto. Para permitirle perpetuarse en la Casa Blanca, no importa con qué consecuencias. 

Razones por las cuales, las elecciones apuntan a convertirse en un verdadero campo de batalla, con gente inconforme y armada, reclamando derechos con dinero suficiente, para realizar acciones “legales”, que convertirían el momento de declarar los resultados electorales en una explosión de furia que se podría tornar incontrolable. 

Ello es totalmente posible, en medio de un escenario que el Partido Republicano, con Trump a la cabeza, ha preparado para garantizar ganar, bajo cualquier circunstancia de comportamiento de los votantes. 

Mientras la campaña de Trump ha ido dirigida a dar respuestas manipuladas a todos los asuntos que no le benefician, desplegando un discurso plagado de mentiras, acusaciones falsas y manipulaciones estrafalarias, que solo pueden creer sus más fervientes partidarios. 

La campaña demócrata aún no se desarrolla con la fuerza suficiente para desbaratar la campaña republicana. Biden ha desplegado algunas acusaciones contra Trump, pero hace falta hacerlo con más fuerza, más agresividad y el pleno convencimiento de que estas elecciones presidenciales hay que ganarlas en la calle, frente a frente a las mentiras de Trump, su falta de ética y decencia y el estrafalario intento de salir adelante con sus mentiras múltiplemente repetidas. 

Es que la administración exhibe un conjunto de problemas, que no parecen beneficiarla para repetir el mandato. 

-La pandemia ha decursado carente de atención y no puede ser revertida ni justificada. Trump carga con ella encima y no ha podido quitarse la acusación de que Estados Unidos no exhibiría la situación actual de contagiados y muertes, si Trump le hubiera prestado atención desde el principio. Esa es una verdad ineludible, que tendrá su fuerza a la hora en que mucha gente vote. 

-La economía no está bien. El desempleó se mantiene alto y los segundos dineros que se darían para aliviar la situación de los parados, aún se espera. 

-Los crímenes de la policía en las manifestaciones no tienen aún respuesta y las manifestaciones han superado su carácter solo racial, para contar con la participación de blancos, hispanos, negros, reclamando contra el racismo de la policía y contra otras arbitrariedades. 

-En términos de la política exterior, aunque esta no es vital decisoria en las elecciones presidenciales, púes las mismas son esencial y casi únicamente un asunto interno. No obstante, en algunos asuntos, que podrían tener un impacto interno, las acciones externas tienen sus consecuencias para los resultados del proceso electoral. 

Entre estos asuntos considero se encuentran los siguientes: 

Como es el caso, para ciertos sectores, de las contradicciones con los aliados, las relaciones con China, Irán y Rusia y otros asuntos, en que se muestran la actitud tan agresiva de Trump y su interés de imponer presiones de todo tipo. 

En tales casos, Trump ha cometido los que pueden ser considerados algunos errores importantes: 

-La desmedida guerra comercial con China. Qué está afectando a ciertos productores industriales y elevando los precios de algunas mercancías de consumo masivo en el país. 

-El retiro de Estados Unidos del Acuerdo Nuclear con Irán. 

-Las presiones sobre sus aliados europeos con las exigencias de las contribuciones a la OTAN. 

-La insistencia de los ataques, hasta ahora fracasados contra Venezuela. 

-La política de bloqueo, con presiones de todo tipo, hacia Cuba. 

-Su retirada de varios convenios económicos internacionales. 

Trump pretende con su política exterior imponer el principio, de “hacer más grande a Estados Unidos”, pero a costa de imponerse, incluso, sobre sus aliados. 

Son muchos a los cuales esa política no les agrada, por cuanto, en realidad, Estados Unidos ha sido lo que es, debido a que sus aliados le han acompañado en la política exterior, como si fueran las suyas propias. Por lo que las contradicciones con los aliados son vistas, por no pocos, como un error estratégico que afecta la posición imperial norteamericana. 

En medio de las complejidades del mundo actual. Se observan algunas consecuencias negativas para Estados Unidos, de la política exterior de Trump. Su retirada del Convenio Nuclear con Irán ha traído como consecuencia el Tratado China –Irán, que elimina la capacidad de Estados Unidos para imponerse. Generándose una capacidad disuasiva, que conlleva la presencia de una capacidad militar de Irán, ayudado por China, que Estados Unidos no podrá superar. 

Además de que ningún aliado ha seguido a Estados Unidos en su retirada del convenio. Ahora Trump se ve imposibilitado de llevar adelante sus intereses con Irán y trata de presionar sin ser miembro del Acuerdo. 

La actitud de Estados Unidos frente al Convenio sobre el gas entre Alemania y Rusia, ha desmejorado las relaciones de Alemania con Estados Unidos. Pues la Merkel no está dispuesta a sacrificar las ventajas del convenio, a pesar de las criticas norteamericanas. 

Luego, los que pueden ser considerados como errores de la política exterior de Trump, también pueden tener un impacto negativo en su reelección. Porque parte de la Oligarquía Norteamericana, incluido algunos republicanos no comparten los criterios de Trump en su política exterior. Por lo cual, es larga la lista de republicanos que han dicho que no votaran por Trump. 

Y de tal modo pueden expresarse en la votación asuntos de política exterior, que, en otras circunstancias, podrían no ser decisivos para empujar el voto en contra de los republicanos. 

Las elecciones van a resultar un proceso muy complicado y puede que hasta sangriento, a la hora en que se vaya acercando el día de la votación, en el proceso de espera de los resultados y, sobre todo, en el momento mismo en que los resultados sean conocidos. La violencia puede desatarse, sin que podamos conocer a priori, hasta donde podría llegar. 

El ambiente en que se está desplegando el proceso electoral, generado por la actitud de Trump y los republicanos, no augura nada bueno. 

Nunca en la historia de los Estados Unidos, se había desarrollado un Proceso Electoral Presidencial, en unas circunstancias, ni siquiera parecidas a las que hoy se desenvuelve. 

Trump, en su afán desmedido, por mantenerse en la presidencia, e incluso realizar el intento de prologarse más allá de dos mandatos, todo declarado de manera adelantada, lo cual más bien parece una amenaza, ha logrado crear un ambiente de peligro inaudito. 

La pandemia, como catalizador del ambiente social, está generando, junto a la crisis económica y las manifestaciones antirracistas, una situación dentro de la cual nada tendrá una solución pacífica. Porque cada problema, interno y externo, mencionado está generando su propia forma de violencia. Situación que se agudiza para Estados Unidos, tanto interna como externamente. A partir de la dinámica siguiente: 

-El crecimiento continuo de los contagiados y fallecidos por la Covid-19, sin que haya parecido una estrategia para tratar el problema, ha generado un ambiente de caos en la salud, que afecta a millones de personas. Lo cual genera inconformidad y violencia. 

-Con la crisis económica, el desempleo no mejora y se están produciendo incrementos de precios de los productos de primera necesidad. Lo cual afecta sobremanera, especialmente a los desempleados. Sin que la ayuda anunciada llegue aun a manos de los necesitados. Lo cual puede generar también su propia forma de violencia. 

-La violencia de las manifestaciones se ha complejizado debido a las razones siguientes: la policía ataca a los manifestantes y ya se han producido varias muertes de personas negras; ninguna blanca. Se está produciendo una gran confusión. Marchan los partidarios de la Black Live Matter, pero junto a ellos también, se infiltran en las manifestaciones bandas de Trumpistas y algunos locos armados, que atacan a los pacíficos manifestantes. Pareciendo ser esta la forma que Trump ha encontrado de acabar con las manifestaciones. La policía atacando a los negros, e incluso matándolos y Trumpistas armados que atacan a los manifestantes. Junto a una propaganda desplegada contra los demócratas, a los cuales se les presenta como aliados de los manifestantes, integrados por una izquierda radical, socialistas, delincuentes, a los cuales hay que oponer Ley y Orden, según la consigna de Trump. 

-Los problemas externos mencionados, como focos de la política exterior de Trump, tienden a generar una violencia, alguno de ellos, que resulta la más peligrosa, pues toca a la confrontación militar de lleno. 

Trump mantiene varios focos de guerra. 

En nuestro hemisferio insiste en eliminar la presidencia de Maduro. Y habiendo fracasado en la estrategia con Guiado, Trump insiste en seguir una variante militar, acompañado principalmente por Colombia. Con todo el peligro que ello implicaría para los aliados de Venezuela, entre ellos Cuba, asi como las condiciones que ello generaría para el resto del continente. 

-Trump mantiene un foco permanente de guerra en Siria, invadiéndola y robándole el petróleo. 

-Irak y Afganistán no han cesado y aun las tropas norteamericanas no se retiran porque se mueven hacia Siria. 

-Los conflictos en Yemen, Lybia, la frontera con Turquía, son focos permanentes de confrontación en los que Estados Unidos sigue implicado. 

-En Europa, Bielorrusia y Rusia deben estar alertas por la continua amenaza de la OTAN. 

Ello hace que se mantengan continuos focos de confrontación, que hacen de la política exterior de Trump 

una continua amenaza de desatarse una confrontación militar que puede devenir en nuclear. 

A pesar de todos los intentos republicanos por desprestigiar la campaña de Biden, este le lleva ventajas a Trump en las encuestas, asunto que dejaremos para una segunda parte de este artículo. 

II

Cuando comienzo la redacción de este artículo, restan solo 27 días para el 3 de noviembre. 

La situación que tratamos de caracterizar en la primera parte de este artículo, lejos de mejorar, viene, de manera creciente, empeorando. 

No existe nada que haya mejorado para Trump, del escenario que hemos caracterizado con anterioridad. Todo continua para Estados Unidos, complicándose cada día más. Y para Trump también. Habiéndose Llegado ya a niveles de deterioro, que ponen en peligro a la propia nación norteamericana. 

Cuando Trump tomo la presidencia en el 2017, luchaba contra un establishment que compuesto por Bush(hijo), Los Clinton y Obama, tenían agotado su escenario político. 

Ahora, es Trump el que tiene agotado su escenario. Tanto interno como externo. Ha quebrado la alianza Otanista internacional, imperial, de la que estados Unidos disfruto desde el final de la Segunda Guerra Mundial y lo llevo a las máximas posiciones de control y poder del sistema. 

1- La economía norteamericana continua con la crisis, en medio de una crisis económica mundial y Trump ha declarado dejar para después de las elecciones, el dinero que aliviaría un poco la situación de los desempleados y pequeños industriales. 

El PIB acumulado ha descendido hasta un 32,9% y el desempleo alcanza la cifra de 14 millones. El salario real hoy, es más bajo que el de hace 40 años. 

La recesión económica ha provocado que más de 30 millones hayan solicitado beneficio de desempleo y existen 40 millones amenazados de ser expulsados de sus viviendas. Los precios de las mercancías de primera necesidad se incrementan detenidamente. 

Las diferencias entre pobres y ricos se han disparado como nunca. En medio de una guerra comercial contra China, que ha quedado demostrado no beneficia para nada a Estados Unidos. Siendo China, con su inteligente política de expansión hacia el histórico traspatio de Estados Unidos, su acercamiento a Europa y sus proyectos económicos multinacionales y políticos (ejemplo, Acuerdo con Iran), su amenaza del dólar y la astronómica deuda financiera, los que tienen en Jackes a los Estados Unidos. 

2- La pandemia ha venido empeorando de manera creciente. Con más de 8 millones de contagiados y más de 217, 000 fallecidos. De modo que el país resulta ser el más afectado en las Américas y a nivel mundial. Sin que, hasta el momento, exista ninguna estrategia seria para tratar con el problema. Siendo los afroestadounidenses, los hispanos y la población autóctona, los más afectados `por la enfermedad. Dado que las proporciones de muertos por Covid entre las minorías, se comportan del modo siguiente: 

-Blancos-1,0 

-Afroestadounidenses-3,6 

-Nativos- 3,4 

-Latinos- 3,0 

-asiáticos- 1,3 

Todo lo cual es resultado de que se trata de las minorías sociales que más duramente sufren los indicadores económicos de la pobreza. Y están encajando la pandemia. 

El presupuesto militar tendría que ser recortado no menos de un 20% para poder pagar las mejorías sociales que estas minorías necesitarían, para aliviar la situación en que se encuentran. 

El país tiene una deuda externa de 21 billones de dólares y sus reservas para hacerle frente apenas llegan a los 450,000. 

Trump, con ninguna intención de consulta, ostenta el Poder Ejecutivo en sus manos, por lo que es responsable de los éxitos y fracasos, sobre todo en la economía, la distribución del presupuesto federal en particular, el nivel de pobreza y la política exterior, en lo que nadie lo puede sustituir, por lo que carga con las responsabilidades mayores al respecto. Su actitud ante la pandemia no puede ser más errónea, anticientífica y desprestigiada. 

Razones todas más que suficientes, para que, Trump, acercándose el día de las elecciones, trate de manipular las cifras de la pandemia, la economía, seguir culpando a los demócratas por la violencia en las manifestaciones y a China de la pandemia. A pesar de que esta última muestra un control de la situación sanitaria, que Estados Unidos está muy lejos de alcanzar. 

3- La pandemia, además, ha atacado la estructura gubernamental, con un importante nivel de contagiados por la covid-19. Que nadie tiene dudas es de la entera responsabilidad del Presidente. 

4- Tanto el Presidente, como Melania Trump, han dado positivos al coronavirus. Situación que es enfrentada por el Mandatario de modo tal, que le ha acarreado muchas críticas, tanto entre sus partidarios, como por parte de los demócratas. Creándose una gran incertidumbre sobre el verdadero estado de salud del Presidente y el peligro que ello representa para muchos de sus allegados o de los que trabajan en su equipo. Lo cual solo se puede apreciar como un empeoramiento de la situación, que no parece tener fin. Púes cada día el desastre es mayor. Ahora hay declaraciones de que ya no contagia, pero nadie se atreve a decir el resultado de sus últimas pruebas. 

5- El Presidente insiste en su actitud de restar importancia a la enfermedad y continua con sus mentiras alrededor de la vacuna, insistiendo en que la misma está cercana; como algo milagroso que pudiese venir a limpiar la imagen de su comportamiento ante la pandemia y la dificultad de salud en que ahora se encuentra. 

6- Las manifestaciones antirracistas continúan, los abusos y los crímenes por parte de la policía también. El movimiento Black Live Matter se mantiene, representando un factor de movilización al que se incorporan personas de todos los colores pues encuentran en el mismo un modo de lucha contra los abusos policiales, así como distinguirse de otros intentos de movilización preconizados por la derecha, las bandas y grupos que los republicanos seguidores de Trump están armando para influir, primero en el ambiente electoral y después, en el resultado de las elecciones. 

7- Trump continúa movilizando su campaña hacia la duda sobre el voto por correo, su insistencia en que los demócratas quieren arrebatarle el triunfo y que, de no ganar, ello solo sería resultado del fraude que están organizando los demócratas; lo cual lo mantiene en una posición, que crecientemente es considerada como de sumo peligro, incluso, por no pocos de sus partidarios. De lo cual fue una señal muy clara la votación reciente en el congreso. 

En que por reciente resolución, votada a favor por unanimidad, se plantea que el tránsito de poder, no debe tener problemas con independencia del resultado en las elecciones. 

De modo, que es posible decir, que su estrategia de crear el caos, muestra un nivel sostenido de descomposición, que ahora se vira contra el presidente. Pues pensó que, sembrar el caos, la desconfianza y el peligro, lo pondría en el camino de ganar la reelección, cuando en realidad, lo que está teniendo lugar es que muchos lo abandonan, ante el peligro que tal ambiente representa para la seguridad personal del ciudadano medio. De lo cual es expresión el voto adelantado y el voto por correo, qué como se sabe, de hecho, beneficiaria más a los demócratas. Pues serán cada día menos los que están dispuestos a votar presencialmente, con peligro para su persona y familia. 

8- Días antes del primer Debate Presidencial, salió a la luz, por un artículo del New York Times, los manejos alrededor de las declaraciones de impuestos del Presidente, lo que parece haber colmado la copa de las dificultades que enfrenta. Finalmente, un juez federal le ha obligado a presentar la declaración. 

La situación, en medio de la cual se encuentra Trump ahora, al no haber triunfado abiertamente en el debate presidencial, sentirse limitado en su estilo de campaña producto de la enfermedad, e intuir que las encuestas no están abiertamente a su favor, sino que Biden va avanzando, restándole puntos, lo alteran, e incluso le hacen, al parecer, sentirse perdido. 

Cada día que pasa, después de declararse enfermo, está más desequilibrado. Lo cual no hace, sino que se reafirme en su desesperada estrategia de campaña de preparar condiciones, para gritar fraude contra los demócratas, cuando lo considere oportuno. 

Con posterioridad al asesinato de George Floyd, Biden comenzó a superar a Trump, incluido Ley y Orden, en una diferencia entre 48 y 47 %. Que no es alta, pero si un importante indicador, tomando en consideración, que se trata de una consigna levantada por el propio Presidente. 

A partir de entonces, Biden, según los sondeos “New York Time-Siena Collage”, tiene el margen más amplio a nivel nacional, para el caso particular de los estados siguientes: 

-Minnesota -9% (50-41). 

-Wisconsin- 5%( 48-43). 

-Nevada 4%( 46-42). 

- New Hamspshire-3% (45-42). 

El 54.4% desaprueba la gestión de Trump. En la intención nacional del voto, Biden aventaja a Trump en el 6.,5%. Votarían por Biden 49.5% y 43.0% lo harían por Trump. A pesar de las ya históricas ventajas, por parte de los republicanos en La Florida; sin embargo, Biden aventaja a Trump con un 48.6%, mientras Trump cuenta con un 47% o sea 1.6% menos. Diferencia que se continúa incrementando a favor de Biden. 

En la actualidad, el voto cubanoamericano en La Florida, no es monolítico ni se vota en bloque como antes, existiendo, más bien, cierta tendencia hacia posiciones más liberales y contra el conservadurismo, republicano, principalmente por parte de los jóvenes. 

Antes de la pandemia, fundamentalmente por los indicadores económicos, que parecían tener un comportamiento aceptable, había una tendencia a favorecer a Trump. Pero después de la covid, esta tendencia parece haber cambiado, como resultado de la crisis económica agravada por la propia pandemia. Es que ahora hay más de 8 millones de contagiados, casi 217,000 fallecidos y las cifras en la Florida llegan a los 15,000 fallecidos. 

Es que, como ya dijimos, además, la recesión económica ha disparado tanto el desempleo, como los desalojos que alcanzan a más de 40,000. 

En La Florida resulta muy difícil cuantificar el creciente apoyo a Biden, que parece estarse produciendo, dado que el nivel de intimidación es demasiado alto, aunque, al mismo tiempo, parece que la politica hacia Cuba, lejos de favorecer a Trump, como era de esperar, parece estar afectándolo en algo. 

La cuantía del voto electoral o compromisario, para los Estados pendulares o indecisos, se nos presenta del modo siguiente: 

-Arizona- 11 

-Colorado- 

-Florida-29 

-North Carolina-15 

-New hamshire-4 

-Ohio-18 

-Minnesota-10 

-Pennsylvania-20 

-Michigan-16 

-Wisconsin-10. 

Cualquiera de entre cuatro de ellos, pueden ser decisivos en un final reñido. 

El triunfo demócrata dependerá entonces, de seguir su línea de moderación y denunciando fuertemente las posiciones de Trump. 

Además de contar con un sustancial voto de las minorías, en particular de los afroestadounidenses, los afrolatinos, las fuerzas de izquierda y progresistas, jóvenes en particular y los estados de Arizona, Colorado, Michigan, Pennsylvania, Wisconsin y Minnesota. 

Todo parece indicar que los demócratas mantendrán la Cámara, no así el Senado, por lo cual entonces les será muy difícil gobernar. Pero los republicanos están muy preocupados, porque las votaciones para mantener el senado parecen estársele complicando. Por lo que no sería una total sorpresa que perdiesen el senado también. 

Las complicaciones del voto cubanoamericano. 

La nación norteamericana cuenta con 331 millones de habitantes. Cerca de 60 millones son de origen hispano o latino. De ellos, 2,300,000 son de origen cubano. De los cuales 1,200,000 (70%) viven en el estado de La Florida. 

Registrados para votar hay 268 millones, de los cuales 32 millones son de origen hispano o latino. 

Dentro de ese grupo minoritario más de 1 millón son cubanoamericanos. De ellos, alrededor de 650,000 están registrados en el estado de La Florida. 

El voto cubanoamericano representa el 6% del electorado de la Florida y menos del 1% del voto total del País. 

Pero el voto cubanoamericano ha sufrido variaciones en los últimos 20 años. 

En el 2,000, George Bush obtuvo el 75% del voto mencionado. Y en el 2004 logro el 78%, con una política de abierta de confrontación hacia Cuba. Sin embargo, perdió frente a Obama en el 2008, que logro el 64% del voto cubanoamericano. Lo cual indicaba un considerable cambio en el electorado de origen cubano. Hilary Clinton, aunque perdió frente a Trump en el 2016, alcanzo el 46% del voto cubanoamericano. 

Consideramos que varios son los factores que explican el cambio del voto cubanoamericano, presentando una cierta tendencia hacia los candidatos más liberales. 

Dos hechos saltan a la vista: en el 2012, el temor de muchos a que la política hacia Cuba regresara a sus fundamentos más hostiles. También, el rechazo ideológico de las nuevas generaciones al extremo conservadurismo de los republicanos, qué este año se ha agravado, sobre todo, respecto a Cuba. 

El tema de las relaciones con Cuba ha constituido una necesidad existencial de los nuevos inmigrantes, que los coloca a muchos en franca oposición con las propuestas republicanas, encaminadas a limitar los contactos con Cuba. Lo cual se contradice, con el tipo de emigrante que ha salido de Cuba hacia los Estados Unidos, en los últimos 20 años. 

Aunque esa contradicción mencionada, no resulta tan clara en el caso de los jóvenes nacidos o criados en los Estados Unidos, cuyo vínculo con su patria de origen tiene un valor más difuso, e incluso, muchas veces ni se materializa en la práctica. 

También ello se ve matizado, muchas veces, por en qué oleada migratoria hayan llegado a la sociedad norteamericana. 

Digamos, los de Mariel, en los 80, son votantes registrados, que, por lo general, respaldan las políticas hostiles hacia Cuba. 

Los de 1995, cuando se firmaron los acuerdos migratorios, en su mayoría son votantes registrados que abogan por un acercamiento a su país natal. Al igual que los descendientes de la comunidad cubana de segunda y tercera generación. 

A este último segmento se suman los inmigrantes que se asentaron a partir del 2013, en que fueron favorecidos por la actualización de la política migratoria cubana, dirigida a lograr que los movimientos migratorios sean de forma legal, ordenada y segura. Así como desplegadas para fortalecer la relación con la emigración. 

Por primera vez parte de ese grupo, ya registrados, votaran como ciudadanos estadounidenses en el 2020 y muchos apoyan la existencia de relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países y la expansión de los viajes a Cuba. Dado que en ellos las razones económicas para emigrar, que comenzaron a presentarse con fuerza a partir de finales de los 80, tiene un peso muy importante. Casi que determinante. 

A partir del acercamiento de Obama a Cuba y, sobre todo, las relaciones diplomáticas en el 2015, muchos viajaron a Cuba. Comportándose del modo siguiente: 

- 2015- 292,000 

- 2016-330,000 

-2917- 432,000 

-2018-2019- 500,000 

Todo a pesar de los obstáculos que Trump comenzó a imponer. Desde que asumió la presidencia. 

“Un estudio anual de la Universidad Internacional de La Florida, del 2018, titulado “Como los cubanoamericanos en Miami miran las Políticas de Estados Unidos hacia Cuba”, formado por 1001 residentes, consultados telefónicamente, revelo lo siguiente: que la posición de un candidato con respecto a Cuba ya no es una prioridad para el elector cubanoamericano en Miami, sino que este se preocupa por los mismos problemas que los que no son de origen cubano y los otros latinos en Estados Unidos.” (Ver: Guillermo Grenier[1] and Hugh Gladwin,2018, FIU, Cuba Poll How Cuban American in Miami view US). (1). 

La tendencia anterior ya se venía observando, influida por la composición social de la oleada migratoria y las razones para emigrar, por lo cual Cuba fue dejando, paulatinamente, de ser un tema para hacer campaña política en Miami. 

De modo que, a la hora de decidir su voto, los cubanoamericanos indican una tendencia fuerte a preocuparse más por temas locales o nacionales que afectan directamente su entorno de vida. 

En orden descendente para el elector cubanoamericano los aspectos de mayor relevancia para conformar su intención de voto serian entonces: economía, trabajo, salud, control de armas, inmigración, impuestos, votar por su partido (sin importar prioridades), terrorismo, politica internacional, otras prioridades y por último la posición del candidato respecto a Cuba”. 

Es decir, que Cuba ha venido dejando de ser el tema prioritario a la hora de decidir el voto. 

En tal ocasión, la mayoría de los encuestados favoreció el aumento de las relaciones con la Isla. Algo que viene caracterizando a las oleadas migratorias principalmente a partir de finales de los ochenta. 

La importancia electoral de la comunidad afroestadounidense. 

Esta comunidad formada por afroestadounidenses, afrolatinos y afrocaribeños, ha incrementado su importancia electoral, a partir, sobre todo, de las manifestaciones antirracistas provocadas por el asesinato de George Floyd en Minnesota. 

Biden puede sacar gran provecho de la atención que brinde a este sector de la población estadounidense, cuya tendencia ha sido inclinarse hacia el partido demócrata. 

Esa inclinación, en particular de la comunidad protestante estadounidense hacia el partido demócrata está asociada a la lucha contra la desigualdad racial, como señalan algunos expertos. 

Debido a la larga historia de lidiar con la opresión racial, los evangelicos afroestadounidenses han tendido a hacer de las cuestiones de justicia social una parte importante de su fe cristiana. 

Lo anteriormente expresado, marca la importante diferencia con los Evangélicos Blancos, que priorizan la lucha contra el aborto y tienen posturas más conservadoras en temas raciales, los que, según encuestas recientes, más del 80%, dan su voto a Trump. 

La iglesia ya mencionada, visitada por Biden en junio, señala la división racial socioeconómica como un tema primordial para su movimiento. 

Su pastor Silvester Beaman cita algunas inquietudes como las siguientes: disparidades en salud pública, la reforma policial, la educación pública, la creación de empleos con salarios dignos y beneficios de salud, la reincidencia carcelaria y candidatos que busquen unir a la nación. 

También existen sus matices y excepciones en el apoyo de los religiosos afroestadounidenses. 

Digamos, Harry Jackson, pastor pentecostal de una iglesia mayoritariamente negra en Maryland, integra un grupo de asesores evangelicos conservadores de la casa Blanca, que recientemente dentro de un encuentro evangélico, sugirió a los asistentes buscar apoyo de personas de color para el Presidente Trump, diciendo que “Trump no era un racista sino un solucionador de problemas”. 

La tasa de los votantes negros disminuyo por primera vez en 20 años y las encuestas muestran que Trump tiene dificultades para reunir más del 8% de los votos afroestadounidenses que recogió en el 2016. 

La iglesia afroestadounidense podría incentivar el voto de sus fieles. Y ha sido históricamente reconocida como una institución autentica, relativamente libre de la influencia Blanca. Siendo muy escuchada, cuando llama a salir para el ejercicio del voto. 

De manera especial, las marchas antirracistas, posteriores al asesinato de George Floyd, son vistas por muchos jóvenes activistas como más atractivas que la propia iglesia. Al aportar a nivel de base, no solo temas de raza, sino también de clase y género. Sosteniendo muchos, que la iglesia negra debe subirse a ese tren, tal vez sin el liderazgo de los años 60, pero desempeñando un papel que puede ser destacado. 

Se considera a la iglesia como una institución independiente de partidos políticos, pero admitiendo que, por la tradición del voto afrodescendiente, la iglesia hará esfuerzos para movilizar al electorado en beneficio del partido demócrata. Partiendo de examinar candidatos que estén preocupados por los problemas importantes para la comunidad negra. 

Una situación que podría tener un impacto importante a favor de los demócratas, es lo referente a los convictos. Es decir, personas que por haber estado en prisión deben pagar sus deudas para tener el derecho a ejercer el voto. Entre ellos, por razones de sobra conocidas, hay muchos afroestadounidenses y latinos, con una marcada tendencia a votar demócrata. 

Más de 44,000 contribuyentes donaron a la causa de los convictos. Que, de poder pagar sus deudas, podrían votar y ello beneficiaria a los demócratas. 

Es muy importante para Trump ganar los 29 votos electorales de La Florida, para ser elegido presidente. Pero si Biden los pierde, aún podría ganar la presidencia. 

Además de los problemas que ya Trump confronta, la economía en recesión, la pandemia, las manifestaciones antirracistas y los errores que viene cometiendo en la política exterior, enfrenta también, por la enfermedad, el no poder llevar adelante la campaña como quisiera, plagada de mitines abarrotados, ruidosos, agresivos, cargados de la dinámica trumpista. Adicionándosele ahora, la resolución congresional que lo limita en el desarrollo de una campaña, basificada en la desconfianza del voto por correo, la declaración abierta de que las elecciones estarían asentadas en el fraude demócrata, la pandemia, que mejor no ha podido dañarlo, sus mensajes y discursos cargados de agresividad, su actitud dirigida a sembrar el descredito del proceso electoral presidencial y sus errores en política exterior. 

Como si fuera poco, encuestas de la Universidad de Quinnipiac, muestran que Biden tiene una ventaja sobre Trump de 11 puntos porcentuales en Florida, 13 puntos en Pensilvania y 5 en Iowa. Dos encuestas de New York del Siena College, encontraron que Biden lidera por 6 puntos en Nevada, 1 punto en Ohio y 5 puntos en Wisconsin, según la Universidad de Marquette. 

La ventaja de Biden en el promedio de encuestas nacionales de Real Clear Politics es ahora de 9,4 puntos, su mayor ventaja desde junio. Biden ha tomado una ventaja de 14 puntos entre los votantes latinos en La Florida. 

Ello significa que Biden está ampliando su ventaja contra Trump en una serie de estados cruciales, según la última ronda de encuestas. 

A todo ello se suma, que las principales publicaciones científicas publican por primera vez en siglos de historias editoriales pidiendo el voto contra el presidente Trump. 

La última revista en unirse ha sido la New England Jornal of Medicine, decana en sus 208 años de existencia y que siempre se había mantenido al margen de la política, ahora publica un editorial firmado por 34 editores, de los cuales 33 son norteamericanos, en que acusan a Trump de haber convertido la crisis del coronavirus en tragedia. 

Lo anterior significa, que lo más representativo en publicaciones de la ciencia médica a nivel mundial, ha dado su evaluación negativa a Trump en el comportamiento frente a la pandemia. 

Posicionándose editorialmente, o por medio de declaraciones emitidas, lo más representativo de la ciencia a nivel mundial ha calificado de manera muy negativa la actitud de Trump ante la pandemia, el cambio climático, el Acuerdo de Irán, el de Paris sobre cambio Climático. 

Con tales evaluaciones o valoraciones, por parte de las publicaciones científicas más importantes del mundo, la gestión de Trump, su comportamiento ante la pandemia, la epidemia más desastrosa de los últimos 100 años, echan por tierra toda duda o toda posibilidad de manipulación, como para calificar a Trump el enemigo No.1 de la Ciencia. 

¿Que más necesita acumular Trump para demostrarse que no va a resultar reelegido como presidente? 

Si algún mérito tiene Trump, es haber adivinado que su reelección está en peligro mortal. Razones por las cuales afirma una y otra vez, que solo un fraude de los demócratas podría arrebatársela, amén de desprestigiar el mismo proceso en que resultaría reelegido. 

Los hechos analizados me han convencido de que Trump no resultara reelegido presidente de los estados Unidos, pues pondría en peligro al mundo y a la propia nación estadounidense. 

Considero que la estrategia de Trump, para convertir el Proceso Electoral Presidencial en un verdadero caos y servirse de ello, para a cualquier costo, arrebatar la presidencia a los demócratas, ha fracasado. Cada día que pasa agota sus posibilidades y solo le queda encajar la derrota más desastrosa que haya tenido una presidencia norteamericana en su historia. Y es que, considero, se va abriendo paso la conciencia ciudadana de que solo con una derrota contundente a favor de los demócratas, Trump abandonara la idea loca de poner en peligro a la nación, con tal de mantener su posición presidencial. 

Pienso, que, si ello no ocurriera, el mundo y los Estados Unidos, estarían al borde del desastre. 

Ya Trump, contendiendo con Hilary Clinton, perdió la masividad del voto, pero, aun así, gano la presidencia por acumular los votos necesarios del Colegio Electoral. 

Ese engendro de la democracia estadounidense, que debe desaparecer. 

Esa masa que voto por la Hilary, Trump la ha hecho crecer, aunque ahora esta se reparte a favor de los demócratas, dándoles el triunfo, según las reglas del Colegio Electoral. Lo cual es resultado del extremo peligroso egocentrismo del propio Trump. Al haber violado todas las reglas del comportamiento político, haber amenazado al extremo la tranquilidad ciudadana, 

Declarado su intención de devenir en emperador; haber engañado, robado, asesinado, irrespetado, autoseñalandose como el ser más peligroso que haya podido ostentar la presidencia de la nación más rica y poderosa del mundo. Cuando en semejante momento y lugar, una semipersona como Trump, utiliza su poder poniendo en peligro a toda la sociedad, esta misma tiene que eliminarlo, enviándolo al hueco más profundo y oscuro, del cual no pueda salir más nunca. Ni su propia familia lo va a recordar. 

Octubre 11 del 2020. 

Las mentiras que infectaron a Trump


NUEVA YORK – A diferencia de decenas de millones de personas en todo el mundo que han contraído COVID-19 como consecuencia de la pobreza, de la mala suerte, de la vulnerabilidad como trabajadores esenciales o de malas decisiones de los responsables de las políticas, la infección del presidente norteamericano, Donald Trump, es por iniciativa propia. El desdén de Trump por la ciencia y su menosprecio descarado por los consejos de salud pública condujeron directamente a su propia enfermedad; mucho peor, han alimentado la creciente tasa de mortalidad por COVID-19 en Estados Unidos –ahora, más de 214.000 personas.

Desde que comenzó la pandemia, los expertos en salud pública de todo el mundo han rogado a la población que utilice máscaras faciales, evite las grandes aglomeraciones y mantenga distancia física de los demás, para frenar la transmisión del virus. Trump, un hombre de temperamento patológico, rechazó todos esos consejos. Apenas dos días antes de anunciar que él y la primera dama habían dado positivo, Trump se burlaba de Joe Biden por usar una mascarilla. “Yo no uso una máscara como él”, dijo Trump en el primer debate presidencial. “Cada vez que lo vemos, lleva puesta una máscara. Podría estar hablando a 60 metros… y aparece con la máscara más grande que yo haya visto”.

Trump rechazó las peticiones de los expertos en salud pública y de las autoridades locales y ha venido realizando grandes mítines tanto puertas adentro como al aire libre en los últimos meses, en los que asistentes sin mascarillas aparecían parados muy cerca unos de otros. Y Trump desdeñó las precauciones básicas en la Casa Blanca, incluido el distanciamiento físico del personal y la obligación de un uso de mascarillas faciales en las reuniones.

La imprudencia de Trump no sólo lo expuso a él, a su esposa y a su entorno al COVID-19; también alentó a sus seguidores en Estados Unidos a burlarse de las advertencias de salud pública y amenazar a los expertos en enfermedades infecciosas, contribuyendo así a la propagación de la enfermedad. Muchos norteamericanos carecen de un alfabetismo científico elemental y son fácilmente influenciados y alentados por manipuladores como Trump y sus aliados en Fox News. Trump no sólo bloqueó una respuesta de salud pública federal efectiva, sino que incitó a un comportamiento peligroso de sus seguidores en todo el país.

Al igual que otros líderes mundiales que han contraído COVID-19, Trump fácilmente podría haber evitado infectarse si hubiera observado las restricciones de salud pública normales. No es accidental que políticos populistas con las mismas características de Trump, especialmente el primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, también se infectaran. Al igual que Trump, tanto Johnson como Bolsonaro sistemáticamente minimizaron la amenaza de la pandemia y descaradamente se burlaron de las medidas de salud pública de rutina. Y, al igual que Estados Unidos, el Reino Unido y Brasil están entre los países más afectados del mundo, con una tasa de mortalidad por COVID-19 de 647 por millón de habitantes en Estados Unidos, 687 en Brasil y 623 en el Reino Unido, comparado con una tasa de mortalidad promedio global de 133 por millón.

Por supuesto, la dispensación anticientífica de Trump tiene raíces más profundas en la política y la cultura norteamericana reciente. Encaja con dos propósitos del Partido Republicano moderno que se remontan a Ronald Reagan. El primero es movilizar a la base cristiana evangélica y blanca del partido. Su rechazo de la ciencia está arraigado en la interpretación literal de las Escrituras –una creencia conocida como inerrancia bíblica.

La segunda razón relacionada es el anti-ambientalismo rabioso del Partido Republicano moderno, que ha sido espléndidamente financiado por las grandes compañías petroleras y las multinacionales del carbón durante décadas a cambio de acciones para bloquear y revertir regulaciones destinadas a la conservación ambiental y la seguridad climática. No es casual que Trump no sólo rechace la ciencia básica de control del COVID-19, sino también la ciencia climática esencial, inclusive en medio de los incendios terroríficos que sacuden al oeste de Estados Unidos. De la misma manera que declaró que el virus simplemente se desvanecería, recientemente auguró que el calentamiento global mágicamente se detendría: “Esto va a empezar a enfriarse. Van a ver”.

Como un punto aparte, Bolsonaro es una especie de clon de Trump en este sentido. Con su base de evangelistas cristianos y su anti-ambientalismo radical, su rechazo de la ciencia climática y sus políticas a favor de la industria petrolera de Brasil, ha gobernado de la misma manera.

Pero Trump no representa un alejamiento de las políticas del Partido Republicano en este sentido. Hace veinticinco años, Newt Gingrich, portavoz republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, obligó al cierre de la Oficina de Evaluación Tecnológica del Congreso, que había brindado asesoramiento científico y tecnológico a miembros del Congreso. El objetivo de Gingrich era impedir que la ciencia ambiental informara sobre las regulaciones que afectaban a las industrias que respaldan al Partido Republicano.

La agenda anticientífica de Trump ha puesto en peligro al mundo entero. En su administración, Estados Unidos se ha retirado del acuerdo climático de París y de la Organización Mundial de la Salud, frustrando así la lucha global contra el cambio climático y contra el COVID-19. En lugar de abordar las crisis globales sobre la base de la evidencia científica, Trump y su secretario de Estado evangelista, Mike Pompeo, han intentado lanzar una cruzada cristiana contra China.

Es difícil saber si la infección de COVID-19 de Trump hará que más norteamericanos tomen conciencia de las realidades de la salud pública y del cambio climático. La verdad ha sido vapuleada durante mucho tiempo y con mucha intensidad por parte del Partido Republicano y sus aliados. Fox News, la creencia evangélica en la literalidad bíblica y la propaganda y aportes de campaña de las empresas han minado profundamente la propensión de Estados Unidos a basar sus políticas en la ciencia y la evidencia más que en las mentiras.

Espero que Trump se recupere de su enfermedad. Pero, como eso no ayudará a que Estados Unidos se recupere de su desgobierno, también espero que Biden obtenga una victoria arrolladora en la elección del mes próximo. En ese caso, Trump probablemente pase el 2021 revisando, bajo juramento, un tipo muy diferente de evidencia, relacionada a los cargos vinculados con su fraude bancario y de seguro que hoy está siendo investigado por fiscales de Nueva York.