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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Informan ministros cubanos temas de actualidad nacional (+ Video). Comentario HHC

 Por: Randy Alonso Falcón, Oscar Figueredo Reinaldo, Thalía Fuentes Puebla, Lisandra Fariñas Acosta, Claudia Fonseca Sosa, Deny Extremera San Martín, Rogelio Carmenate









El vice primer ministro y ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, y el ministro de Energía Minas, Vicente de la O Levy, comparecieron este miércoles en la Mesa Redonda para abordar temas de interés para nuestro pueblo.

Al comenzar el programa radiotelevisivo, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, dijo que en febrero se hizo un diseño para realizar acciones y llegar al verano en mejores condiciones que el año pasado.

“Esas acciones se concentraban en aumentar las horas de mantenimiento planificadas, disminuyendo así la posibilidad de imprevistos y averías, y tratar de recuperar potencia que estaba fuera en aquellos momentos”, explicó De la O Levy.

“Nos propusimos recuperar la unidad 6 de Mariel, dañada por el incendio en la unidad 7. Se recuperó con 100 MW y se mantiene en línea como una de las más estables del sistema. La intervención fue grande. También planificamos recuperar los emplazamientos de Mariel y de Moa, ya que ambos estaban en una disponibilidad casi en cero, y allí se lograron recuperar casi 300 MW. Ambos emplazamientos usan fueloil”.

El ministro enumeró, entre otras acciones propuestas que tuvieron resultado, aumentar la potencia en Energas a partir de la perforación de nuevos pozos, en mayo y junio, con más de 400 000 metros cúbicos de gas más, lo que se empleó para aumentar la potencia con más de 330 MW. Anteriormente, la producción era de 260 MW.

“Igualmente, nos propusimos dar un mantenimiento a la unidad de Felton, que entraba y salía. Desde mayo, cuando fueron concluidas las acciones allí, no ha salido más del SEN”.

El ministro de Energía y Minas recordó que en los momentos en que se planificó aumentar las horas de mantenimiento, la idea era afectar unas dos o tres horas, lo que permitía rotar los circuitos cada cuatro días.

“Sin embargo, en ese periodo, en mayo tuvimos una avería de gran magnitud en la Guiteras y la reparación nos tomó casi 60 días. Eso no estaba previsto. Aun así, los números demuestran que ese plan de acciones dio magníficos resultados”, precisó.

Según De la O Levy, en comparación con el año anterior, en mayo de 2023 la demanda creció 104 MW, y ya en 2022 había crecido 80 MW respecto a 2021. Sin embargo, en mayo las afectaciones fueron un 35% menores que en igual mes de 2022.

Luego, en julio, la máxima demanda creció en 359 MW, un 13%. 

“Incidió la temperatura, pero también la reestructuración de la economía cubana. Pesan mucho el sector residencial y el sector privado. En el mundo, los crecimientos normales son del orden del 3%. Este crecimiento fue de 248 MW, o 10%, respecto a 2021”.

Señaló que, pese al crecimiento en la demanda, la afectación a la población fue un 51% de lo registrado el año anterior. 

“Estos números validan que aún cuando se fue la Guiteras del sistema, el plan de mantenimiento logró recuperar potencia. Antes de la ejecución de este plan, la producción del sistema base era de unos 800 MW. Luego de las acciones, se mantienen 1 100 MW, que era lo que se había previsto.Ese buen comportamiento se mantuvo entre julio y agosto”, dijo.

El ministro recordó que en julio se rompió el récord de producción de energía eléctrica. “En 2022 se produjeron 52 GW diarios, mientras que en julio pasado se produjeron 61 GW diarios, un 17.5 % superior. Eso es proporcional a los combustibles: a mayor demanda de electricidad, mayor cantidad de combustible que se demanda”.

Añadió que la generación proveniente de energía térmica creció 17% a partir de las acciones mencionadas, mientras que Energas creció un 200%, con afectaciones de un 2% en comparación con el año anterior.

Según el ministro, en agosto el comportamiento fue similar. En ese mes de 2022, se produjeron 46 GWh diarios, y en 2023, 59. “Sin embargo, se sirvió toda la carga y los apagones fueron mínimos”.

De no haber ocurrido la salida de la Guiteras en este periodo de 2023, el comportamiento habría sido ideal. Esa salida hizo que a finales de mayo y junio las afectaciones fueran importantes.

“Incluso, hubo días en que estuvo fuera la Guiteras, y Felton de mantenimiento, y no se dieron apagones, porque teníamos disponibilidad en las unidades térmicas y la generación distribuida era alta”.

¿Qué ha pasado ahora? El ministro de Energía y Minas comentó que hoy la situación es diferente. 

“Teniendo una disponibilidad promedio mayor que en épocas anteriores, tenemos una situación con el combustible. Hemos de aclarar que el país hace un esfuerzo para mantener la disponibilidad de todos los combustibles que demanda la economía. La prioridad número uno de Cuba hoy son los portadores energéticos, pues de eso depende todo lo demás. Hay que mantener también el gas licuado y el gas manufacturado, y todo eso se importa, cuesta unos 20 millones de dólares. Si no tienes gas, el consumo se pasa a la electricidad.

“También hay que garantizar el combustible para la aviación, que nos cuesta casi 30 millones de euros en un mes, pero si no tenemos combustible, no tenemos aviación, y sin eso no hay turismo. Hay que garantizarlo”, explicó.

“El país nunca ha llegado a cero combustibles. Sabemos que hay colas, estamos sacando una cantidad de combustible diaria a la distribución con un control en todos los servicentros, a pesar de aumentar el consumo. Eso tiene que ver con los precios. Está prácticamente subsidiada, el litro cuesta 30 pesos.

“En el caso del diésel, Cuba consume unas 120 000 a 130 000 toneladas mensualmente, que hay que comprar. Eso es para los servicentros y el resto de la economía. El fueloil es para la generación de electricidad, así como los lubricantes y grasas que se importan. Antes se resolvían con nuestras refinerías, tenemos cuatro en el país (en La Habana, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Santiago de Cuba). Antes se consumía crudo refinable y se garantizaban estos productos con muchísimo menos costo que importar refinado”.

¿Por qué no se compra este tipo de combustible refinado?, preguntó De la O Levy. “Porque tenemos suministradores y países que no han podido cumplir. Tenemos esta situación, estamos saliendo a comprar casi al día contra los inventarios que tenemos y, por tanto, se van produciendo baches. En un mercado saturado, donde no todo el mundo quiere comerciar con Cuba.

“Ante esa situación, nosotros hemos hecho un diagnóstico. Tenemos falta de combustible y se han tomado algunas medidas. Con la Guiteras dentro, al entrar Energas el 3 de octubre (repito que las acciones de mantenimiento fueron válidas) tendrá más potencia, porque abrimos un tercer pozo y el ducto de 21 kilómetros está listo para funcionar; por tanto, entrará con mayor potencia.

“Además, tenemos la refinación. Estamos refinando crudo en La Habana. No estamos refinando ni en Cienfuegos ni en Santiago. Estamos refinando unas 1 200 toneladas diarias y esperamos crecer a 1 300. Acabamos de recibir un poco de combustible y esta vez se va a garantizar no solo la generación de electricidad, sino que hay producciones en la agricultura, servicios productivos que hay que mantener. Se destinarán, por tanto, 1 000 toneladas para la generación de electricidad, y el resto más lo que llegó, a otras actividades de la economía. No estamos en cero, como dicen algunas publicaciones por ahí”.

Explicó que “es por ello que tendremos una situación muy apretada en estos días, que va a ir levantando. Estamos planificando un nivel de afectación en los primeros días de octubre, de unos 400 a 450 MW por combustibles. Aquí perdemos las bondades de la generación distribuida. No es lo mismo cuando perdemos una termoeléctrica, que afecta en el horario pico, que cuando perdemos la generación distribuida, que afecta todo el día.

“Todo esto va a provocar un nivel de apagones de 700 MW como máximo en el día. No va a ser permanente, estimamos que en octubre va a mejorar cuando entre Energas, con 140 MW como mínimo, y se están haciendo otras negociaciones para recibir combustible. No vamos a tener el nivel de combustible que necesitamos ni el que teníamos en meses anteriores, pero vamos a elevar la generación distribuida y el suministro a la economía.

“La principal afectación hoy es en el diésel. Tenemos afectaciones con el fueloil, porque el suministro de fueloil viene con mala calidad de nuestros suministradores y nos demora mezclarlo con los buenos fueloil. Eso toma días. No tenemos tanta falta de fueloil como de diésel, pero sí nos hemos retrasado por el problema de la mezcla y las calidades”.

El ministro de Energía y Minas explicó que la disponibilidad de diésel afecta de manera directa la generación distribuida. “Tenemos ese tipo de motores, tanto de fueloil como de diésel. Tienen muchas bondades para disminuir las pérdidas de transmisión.

“Hoy tenemos capacidad de generación y vamos a tener más cuando entre Energas, pero la afectación es por combustibles. Cuando hay afectación, la demanda crece, porque cuando en una casa se va la corriente por casi 10 horas, al  regresar el servicio el refrigerador, por ejemplo, arranca hasta alcanzar su temperatura y eso incrementa la demanda. Otra de las razones es que los circuitos están calculados para una cantidad de megavatios y quizás el consumo no coincide con el diseño. Por tanto, eso hay que balancearlo a la hora de las afectaciones”.

El impacto del bloqueo

Durante la Mesa Redonda de este miércoles se recordó la repercusión del bloqueo y del incumplimiento de algunas empresas o países sobre lo que estaba acordado. ¿Qué se puede hacer ante esta situación?

El ministro de Energía y Minas enumeró algunas acciones, que en momentos anteriores han demostrado que sí se puede disminuir el consumo y, así, la demanda.

“Lo primero tiene que ver con la conciencia, y ello depende de todos nosotros, especialmente teniendo en cuenta que el 70% del consumo es en el sector residencial”, dijo.

“Un bombillo que se apague puede hacer la diferencia. Con experiencias similares, en años anteriores hemos logrado disminuir hasta 200 MW, y eso marca la diferencia, por ejemplo, en los apagones que estamos teniendo durante el día.

“Con esas medidas de ahorro nos atrevemos a decir que podemos controlar la demanda en el horario de la mañana y el mediodía, y no dar afectaciones. Solo un bombillo que se apague en cuatro millones de viviendas representa 8 MW. Cualquier municipio de nuestro país consume eso. Un solo bombillo, y sabemos que podemos apagar más de uno”, afirmó.

Añadió que también influye el aumento de las temperaturas. “Los picos se están dando a las 10 de la noche y eso tiene que ver con los aires acondicionados”.

“No es no consumir ni bajar el nivel de vida ni estar apagados”, subrayó, y enfatizó la importancia del aporte de cada uno en su casa. “El aporte de todos cuenta, ya sea apagar algún bombillo o encender los aires acondicionados después de las 10 de la noche”.

Reiteró, además, que debe producirse una mejoría a partir de octubre.

Durante su intervención en la Mesa Redonda, De la O Levy destacó la importancia de la labor de los trabajadores del sector eléctrico, que lograron una estrategia que funcionó en el verano.

Recordó los efectos del bloqueo en la labor de este sector, y cómo esas medidas de Estados Unidos cierran puertas al país y encarecen la compra de combustibles y otros recursos.

“Vamos a continuar con el plan de acción de recuperar nuestras unidades, utilizando más los combustibles nacionales. Tenemos un plan de septiembre a diciembre”, dijo.

“Con el crecimiento de la demanda y una pérdida de reserva por las roturas de termoeléctricas, cada vez que planificamos un mantenimiento eso provoca horas de apagón. Los recursos no nos dan para tener la potencia disponible los 12 meses. La tendremos, aseguramos que la tendremos.

“Un mantenimiento capital de la Guiteras es un año, para poner un ejemplo. Vamos a continuar con los trabajos de mantenimiento para poder recuperar potencias”.

Para concluir, el ministro consideró que “puede haber burocracia y otros problemas, pero el daño mayor nos lo provoca el bloqueo. Podemos cometer errores, podemos tener deficiencias, pero en una balanza pesa un 99% el bloqueo contra un 1% lo demás, y a ese 1% lo estamos atacando también. La Unión Eléctrica tiene concebidas inversiones para no consumir combustible fósil, sino energías renovables, y se va avanzando sistemáticamente, a la velocidad que podemos”.

Ahorrar no es dejar de hacer

El vice primer ministro y ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, recordó que el primer ministro emitió una instrucción para promover el ahorro en este escenario.

Siempre decimos que ahorrar no es dejar de hacer, sino hacer consumiendo menos. Se trata de estimular el ahorro, y un conjunto de medidas para afectar lo menos posible a la población y la economía”.

Explicó que la instrucción establece cuáles son las prioridades en la asignación de combustible, para proteger actividades más importantes y minimizar las afectaciones.

“Ayer hubo importantes reuniones de la dirección del país con las autoridades de los territorios, en las que se evaluó provincia a provincia cómo se están implementando las medidas y cuáles son los resultados, lo cual permitió también socializar las experiencias”, informó, y recalcó que “no estamos en cero; tenemos restricciones, pero tenemos un conjunto de posibilidades”. 

Según Gil Fernández, en esas reuniones se apreció una comprensión objetiva del punto en que estamos.

“Estamos implementando algo que usamos durante la pandemia de covid, que dijimos que llegó para quedarse, aunque no siempre es así, y es el teletrabajo; además de eso, un control de los equipos del aire condicionado donde están los servidores. Se trata de dar continuidad a los servicios, aplazando las actividades que no son tan urgentes”, afirmó.

Estamos enfocados en hacer nuestro trabajo y buscar alternativas con la experiencia de situaciones previas y restricciones en el uso de los combustibles.

“Los efectos se ven en el día, impactos tenemos y lo vivimos en el día a día. La economía está en una situación compleja, con déficit de oferta, inflación. Habrá una disminución de algunas actividades porque hay que priorizar otras”, señaló.

Explicó que, además de la generación eléctrica, los mayores consumos de diésel corresponden a la actividad agrícola y el transporte, tanto de carga como de pasajeros. “En esas actividades no se podrán mantener los mismos niveles de semanas atrás, aunque no estamos en cero, sino que algunas las aplazaremos”.

Explicó que se está protegiendo lo más posible la agricultura por la importancia de ese sector para la población, y porque se hizo una buena campaña de siembra, en condiciones también de afectaciones producto del bloqueo.

“El país ha tenido muchas restricciones para acceder a insumos de la agricultura, a lo que se suma el aumento de los precios en ese sector, que también nos golpea; se ha hecho un esfuerzo tremendo en la siembra, que no podemos perder ahora en la cosecha”.

Agregó que, en lo posible, también se ha mantenido la protección al transporte de pasajeros, pero con afectación, y a los servicios de salud. También a la transportación de los turistas, porque esa es una fuente de ingresos para el país.

“El primer ministro ha indicado que todas estas medidas tienen que ser medibles, para hacer los análisis de cuánto tributan a los propósitos de lo que estamos implementando. Estamos atendiendo también el bombeo del agua, porque hay mucho traslado de agua en pipas y eso consume combustible.

“Habrá afectación en la generación y en la actividad económica y en la población, pero en la medida en que tengamos la capacidad organizativa para cumplir estas medidas, con la participación activa del pueblo, saldremos con menos afectaciones”, sostuvo el vice primer ministro cubano.

Precisó que “hemos tenido que tomar medidas con el transporte de trabajadores y del ferry de la Isla de la Juventud, para hacer un uso eficiente de los recursos que tenemos.

Hemos hecho una proyección con los territorios sobre cómo vamos a operar en las próximas dos semanas a partir de los recursos. Es difícil, estamos planificando a punta de lápiz, pero eso permite buscar alternativas.

Hemos dado facultades a los ministros de determinadas ramas para mover recursos en las actividades de las que son responsables, para que se alcance el objetivo de que todo lo que tenga prioridad tenga un respaldo.

“La manera en la que hemos ido trabajando, en el intercambio constante con las provincias, nos asegura que no haya un desorden y que este proceso transcurra de una manera coherente.1

“En los análisis que hemos hecho, se ha definido que hay que eliminar reuniones, aligerar la carga de burocratismo, razonar y explicar a la población sobre este escenario. Las medidas de ahorro son aplicables por igual a los actores económicos estatales y no estatales. Hay que buscar un balance que aporte al ahorro”, apuntó Gil Fernández.

La canasta básica

Sobre la canasta básica, Gil Fernández sostuvo que es un elemento de preocupación justo de la población.

Hemos tenido en el transcurso del año atrasos en las entregas, algunos productos no se han podido entregar en tiempo. El ciento por ciento de la canasta es importada. El café no lo hemos podido importar. Se ha incrementado el precio de los alimentos en el mercado internacional. Hay países que han impuesto restricciones para exportar sus productos y garantizar su autoabastecimiento.

Para comprar alimentos no tenemos créditos. La situación actual es compleja y, con mucho esfuerzo, se está garantizando la leche de los niños”, dijo, y mencionó, además, los problemas con el combustible para transportar los productos.

“Se está teniendo preocupación con el pan de la canasta básica, son 770 toneladas de harina para un día de pan en el país. Para octubre disponemos del arroz, aunque no va a ser posible distribuirlo en los primeros días del mes, porque se espera el arribo de barcos. Estamos trabajando para mantener la leche y el pan, y el combustible que eso requiere está garantizado.

“No estamos en tiempo de producción nacional de café y el importado debe llegar en el mes de octubre, cuando se distribuirá. El café en el mercado internacional está por encima de los 2 000 dólares la tonelada. Tenemos que depender de lo que seamos capaces de producir. No podemos asumir el compromiso de importar todo lo que necesitamos, sino distribuir de manera equitativa lo que podamos producir”, dijo.

Añadió que “se está trabajando con los territorios en un balance de producciones locales para que determinados productos tengan una distribución más equitativa. No tenemos la divisa ni la capacidad para importar algunos productos que se necesitan para la canasta, por ejemplo, el pollo y MDM (masa deshuesada mecánicamente). Nada de esto lo podemos ver alejado de la situación internacional. Nuestra economía es muy abierta y depende mucho de la economía internacional”, explicó.

La conducción de la economía

Sobre la conducción de la economía cubana, Gil Fernández comentó que “hay una conducción muy colectiva de las principales decisiones en materia económica. El pueblo debe tener confianza en que la dirección del país y del Gobierno está trabajando sin descanso para que la situación mejore. Tenemos el compromiso de trabajar para el pueblo. Lo defendemos, pero es con mucha presión.

“Hay un conjunto de ineficiencias en el trabajo: lentitud, burocracia, trabas. Somos los responsables y los primeros ocupados en su solución. El bloqueo está ahí con más fuerza y hay que buscar alternativas y sobreponernos a él con una resistencia creativa”.

Subrayó que entre los fenómenos más visibles que tenemos que enfrentar está el aumento de precios que hoy tienen un nivel que no se justifica. “Tenemos la responsabilidad de enfrentar ese escenario. No tenemos las divisas para garantizar la oferta y disminuir la inflación. Tenemos menos divisas y eso tiene una repercusión real en la economía.

Toda la divisa que está circulando en el mercado informal son distorsiones en la economía que forman precios, que no forman parte de nuestro diseño y hay que trabajar en su corrección. Todo lo que podemos hacer en materia de recaudación fiscal, control de precios, papel más enérgico de los organismos rectores, son asuntos que nos reclama el pueblo y que tenemos que acabar de resolver”.

Según el ministro de Economía y Planificación, la inflación de este año supera el 20%.

“Los ingresos tienen menor capacidad de compra y eso tiene detrás problemas relacionados con la escasez de oferta. Estamos viviendo momentos complejos, pero que se solucionan con comprensión, con el apoyo del pueblo. Este momento requiere una comprensión objetiva y medidas ajustadas al contexto actual. 

Una agenda de medidas neoliberales no está en nuestra ecuación. Tenemos que sobreponernos a la complejidad del contexto actual y saldremos adelante en la defensa de nuestro modelo socialista”, concluyó.

Comentario HHC:  Creo que la intervención del Ministro de Energía y Minas, fue positiva y adecuada. Creo que exageró en decir que el 99 % de los problemas es del bloqueo de EEUU.  Por otra parte, dejó en suspenso las energías renovables y eso es lo esencial de cara al futuro del país. 

En total desacuerdo con aceptar que casi el 70 % del consumo de electricidad sea del sector residencial, eso significa la autofagia de la economía, del sector productivo principalmente. Las exhortaciones al ahorro tienen efecto limitado, eso es un infantilismo en materia de dirección de la economía. Lo que habría que hacer inmediatamente, es subir el precio del kW a los mayores consumidores (a determinar que se consideran como tal en esta coyuntura), solo a estos del sector residencial, el 5 %, y revisarlo mensualmente o trimestralmente hasta que se obtengan los niveles adecuados, de al menos el 50 % del consumo total en el sector residencial, al tiempo de estimular y ofrecer energías renovables léase paneles fotovoltaicos, etc. o que los importen. 

Sobre la intervención del Ministro Gil he señalado en amarillos frases con las que no estoy de acuerdo en lo fundamental y que se pueden resolver. Y en azul con las que estoy de acuerdo y algunas están fuera de contexto. Agrego además lo siguiente:

1- Hace falta que se informe sobre el uso que se les da a los ingresos en divisas del país. Por ejemplo, la leche de los niños no se gasta ni el 5 % de la divisa que se gasta en las importaciones de alimentos Y en la construcción de hoteles e inmobiliarias y cuáles son los volúmenes de gasto en divisas y cuál es el retorno de esas inversiones.  Seguiremos importando alimentos mientras se destine solo el 2.5 % del total de las inversiones del país, a la agricultura. ¿En serio tenemos que ser una economía abierta eternamente? ¿En serio no tenemos recursos naturales que aprovechar?

2- Me asombra de verdad el nivel de centralización todavía existente y que se diga que se le dado autoridad a los ministros para que puedan hacer….... pensaba que eso ya existía. No se entiende que todo no se puede dirigir desde el nivel central porque se desperdicia lo más preciado el tiempo, en la toma de decisiones. 

3-  Se crean mipymes y no se les ofrecen divisas porque no hay, y estos violan hasta el código penal para proveerse de las mismas. ¿Quién es el encargado de garantizar esto? Pero además se dilataron la creación de las mipymes para que la empresa estatal tuviera iguales condiciones ¿?. La mayor debilidad del estado se manifiesta al no tener el control de todo el mercado cambiario del país, y se acepte como normal el ilegal. 

4- ¿Qué impide hacer una simplificación de todo el aparato estatal (léase numero de ministerios, delegaciones territoriales y municipales etc.), y una disminución del personal indirecto a todos los niveles, y dedicar parte de esos recursos a estimular las producciones de alimentos? - Aquí me detengo, y pregunto en relación a lo dicho ¿hacer esto es neoliberal? ¿o es neoliberal mantener un status quo que no tiene salida ni sustento económico?

5- Por último, el indicador fundamental que garantiza el desarrollo del país y el triunfo del socialismo sobre el capitalismo, según los clásicos del marxismo es la productividad del trabajo creciente en el sentido amplio del término, no el ahorro, aunque la primera lleve implícita elementos de ahorro. Si se midiera, analizara y existieran los incentivos para progresar en este sentido, fuéramos un país diferente. Seguimos repartiendo panes y peces sin productividad del trabajo, y en ese sentido es loable lo que se hace, pero eso por sí mismo no nos garantiza un desarrollo acelerado como necesitamos. Hay países que en 60 años han pasado de subdesarrollados a desarrollados ¿Cuántos años más necesitamos? 


En video, Mesa Redonda

A treinta años del momento más crítico del periodo especial (1). Comentario HHC

Por  José Luis Rodríguez. Cubaperiodista



Se han cumplido en estos meses 30 años del verano de 1993, momento que marcó el punto de mayores afectaciones económicas y sociales de la crisis del periodo especial en Cuba, pero también fue entonces que se dio inicio a la recuperación de una crisis que parecía insalvable para nuestro país, si se tiene en cuenta que el impacto del Período Especial, a tres años de su inicio, el 29 de agosto de 1990, era enorme para la sociedad cubana.

Para tener una idea de la magnitud de la crisis que se enfrentaba, baste recordar que el PIB había caído un 34,8% entre 1989 y 1993, retrocediendo ese año al nivel de 1981; las importaciones se redujeron 75,3%; las inversiones bajaron 61,8%; la agricultura perdió 47,3% en el valor de su producción y la productividad del trabajo descendió 33,7%.

Adicionalmente, una enorme presión inflacionaria había crecido exponencialmente a partir de una reducción abrupta de la oferta de bienes y servicios, frente a un aumento relativo de la liquidez en manos de la población, que superaba el 66% del PIB. La inflación se manifestaba también en la depreciación del valor del peso cubano, cotizado en la economía informal entre 120 y 150 pesos por USD en el primer trimestre de 1994, frente a 7 pesos en 1990. De igual modo, el déficit de presupuesto llegó al 33% del PIB en 1993 y ya se manifestaba con fuerza la desmonetización de la sociedad, cuando comenzó a generalizarse el trueque entre la población debido a la pérdida de las funciones de la moneda nacional.

Por otro lado, y a pesar de la política implementada para proteger a la población, el consumo de los hogares por habitante cayó 34,6% de 1989 a 1993, con un insumo calórico que se redujo 34,5% y un insumo proteico, que descendió 37,7%. Esto significaba que -como promedio- la población cubana consumía en 1993 solo 1 863 kilocalorías diarias, de un mínimo vital estimado en 2 100, y 46 gramos de proteína, de un mínimo de 56. Tales niveles de subconsumo se mantendrían por debajo de lo requerido hasta 1996-1997. Esta reducción en la alimentación se estimaba como una de las causas probables de la aparición de enfermedades como el brote de neuropatía de origen tóxico-nutricional detectado en 1993, que alcanzaría una tasa de incidencia de 493,3 por 100 000 habitantes entre 1992 y 1996.

De igual modo, servicios básicos como el suministro eléctrico también sufrieron fuertes afectaciones, ya que la generación en relación con la capacidad instalada se redujo hasta un 38% en 1994, lo cual motivó que ya desde julio de 1992, comenzaran los cortes programados de electricidad, en condiciones en que el país vio reducida su disponibilidad de petróleo equivalente a unas 6,5 millones de toneladas anuales, de una necesidad mínima de 8,5 millones, lo que representaba un recorte del 50% respecto a los niveles de 1989.

A las consecuencias anteriormente señaladas se sumaría el incremento de las tensiones sociales que una situación de crisis como la descrita provoca. Estas tensiones tendrían su expresión más aguda en los desórdenes sociales que estallaron en agosto de 1994 y la llamada crisis de los balseros que se produjo en el segundo semestre de ese año. Sin embargo, un impacto de mayor extensión y calado en el tiempo se registraría como consecuencia del deterioro del nivel de vida de la población, que se manifestaría -entre otros indicadores- a partir de una caída estimada de 56% del salario real en cuatro años, aunque otros autores consideran que la disminución llegó hasta el 80%.

De igual forma, durante estos años se produjo una distribución regresiva de los ingresos, en medio de las presiones inflacionarias presentes, la que se agudizaría inevitablemente con la aprobación de las remesas de divisas, que comenzó a recibir una parte de la población a partir de agosto de 1993.

El coeficiente GINI mostraba hacia 1989 un valor de 0.25, que denotaba una distribución de ingresos equitativa. Sin embargo, los estimados disponibles para los años 90 muestran que el valor de ese coeficiente se elevó a una cifra entre 0.38 y 0.40, lo cual reflejaba el deterioro sufrido, aunque, aun así, el indicador se mantenía por debajo de los más importantes países de América Latina, que llegaba a 0.63 en Brasil; 0.52 en Argentina, Chile y México; 0.44 en Uruguay y 0.42 en Costa Rica.

Tampoco fue posible impedir en estos años el inicio de un proceso de reestratificación social. Según la socióloga Mayra Espina, este proceso llevó a que el índice de población en riesgo de no satisfacer sus necesidades elementales aumentaría de 6.3% en 1986 a 14.7% en 1995.

La distribución regresiva de ingresos tuvo como base la diversificación de sus fuentes debido a las remesas ya mencionadas, pero también fue debida a la expansión de la economía sumergida y el trabajo no estatal, así como la creación de fuentes de ingresos diferenciales en divisa para una parte de los trabajadores.

Esta polarización social creó a su vez condiciones favorables para el incremento de las conductas antisociales, con la emergencia de fenómenos tales como la prostitución, la corrupción y el delito, comportamientos en los que también se expresaba una pérdida de valores morales por un segmento de la población.

Las ideas básicas sobre las medidas de fondo para enfrentar la crisis del Período Especial serían esbozadas en el discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 26 de julio de 1993.

En ese discurso se explicaron las razones que llevaban a la adopción de medidas que caracterizarían la política económica en el Período Especial. Al respecto se señalaría cómo en 1993 el país había dejado de percibir 450 millones de dólares por la caída de la producción azucarera, que sólo alcanzaría 4 millones 302 mil toneladas. Adicionalmente, se analizaría hasta qué punto se habían reducido los precios de las exportaciones de níquel, camarones y langostas, y la grave escasez de divisas que se enfrentaba. A lo anterior se sumaría en marzo, el impacto de la llamada Tormenta del Siglo, que dejó más de 1 000 millones de dólares en pérdidas.

Todo esto llevaba a la necesidad de adoptar inmediatamente un conjunto de complejas medidas que incluían: la despenalización de la tenencia y uso de la divisa en el país -incluyendo la recepción de remesas desde el extranjero-, y su captación comercial mediante un sistema de tiendas de recaudación de divisas (TRD), al tiempo que se ampliaban los permisos para visitas a Cuba por parte de la comunidad cubana en el exterior. Igualmente, se informaba sobre la necesidad de ampliar la inversión extranjera y adoptar medidas para reducir el exceso de liquidez en manos de la población.

Comenzaba a materializarse así una estrategia económica dirigida a avanzar en la recuperación y resistir el impacto de la crisis al menor costo social posible, al tiempo que se daban pasos para reinsertar la economía cubana en las nuevas condiciones, contando con el consenso político indispensable para ello.

La implementación de estas medidas comenzó entre agosto y septiembre de 1993, al emitirse el Decreto Ley Nº 140, mediante el cual se despenalizaba el uso de siete divisas convertibles en el país, dando inicio al régimen de dualidad monetaria que existió hasta el año 2020; el Nº 141, que legalizaba nuevamente el ejercicio del trabajo privado por cuenta propia,[2] y el 142, que creó las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), transformando profundamente el régimen de propiedad en la agricultura.

Sin embargo, en el contexto de las medidas adoptadas resaltaba, por su importancia y urgencia, la necesidad de frenar el desequilibrio financiero interno, que amenazaba ya con avanzar hacia un proceso de desmonetización y desorganización total de la actividad económica. Esa situación se abordó detalladamente en la segunda sesión ordinaria de la ANPP el día 28 de diciembre de 1993, en la cual se evaluó la situación financiera interna y la necesidad de discutir masivamente la misma con toda la población, lo que daría lugar a la realización de los llamados “parlamentos obreros” entre enero y marzo de 1994, un proceso que arrojó más de 530 000 propuestas que fueron analizadas en las sesiones extraordinarias de la ANPP del 1º y 2 de mayo de ese año.

En esa asamblea se aprobó un programa anti inflacionario que adoptó el nombre de Programa de Saneamiento Financiero del país, el que incluía reducir sistemáticamente el subsidio por pérdidas de las empresas y otros gastos presupuestarios e incrementar los ingresos fiscales; lograr la estabilidad de los ahorros; controlar la circulación de divisas en el país; introducir mecanismos de estímulo –en divisas- para los trabajadores que laboraban en las producciones estratégicas; valorar y decidir puntualmente la elevación de los precios y tarifas de productos y servicios seleccionados; implantar gradualmente un nuevo sistema impositivo; examinar la conveniencia de un cambio de moneda, como un elemento a tomar en consideración si las medidas a aplicar no daban los resultados esperados a corto plazo y facultar al gobierno a adoptar otras medidas que se consideraran para el saneamiento financiero del país.

Las medidas más importantes adoptadas a partir de entonces, y que completarían el impulso a la reanimación económica imprescindible, incluirían la aprobación en el verano de 1994 de la Ley Nº 73, que implementó un nuevo sistema fiscal; la creación del peso cubano convertible (CUC) en diciembre de 1994 y de las casas de cambio (CADECA) en octubre de 1995; la aprobación en septiembre de 1995 de la Ley Nº 77, que brindaba un marco legal apropiado a la inversión extranjera;[3] los Decretos Ley Nº 172 y 173 de 1997, que reestructuraron el sistema bancario nacional, y el Nº 187 de 1998, que implementaría el proceso de perfeccionamiento empresarial, entre las decisiones de mayor peso.

Los servicios sociales básicos, en lo fundamental, trataron de mantenerse aun en los momentos más difíciles del Período Especial. No obstante, en el orden social la recuperación fue más gradual y un impulso decisivo para superar las dificultades de la crisis solo se implementaría con más fuerza, a partir del inicio de la Batalla de Ideas en 1999.

En general puede decirse que el modelo económico que fue implantándose gradualmente durante los primeros años del Período Especial mantuvo el predominio de la propiedad estatal en la economía cubana, al tiempo que se abría un espacio a otras formas de propiedad social como las cooperativas en la agricultura y a esquemas no estatales como el trabajo por cuenta propia en un grupo de ocupaciones, así como la asociación con capital extranjero.

Este proceso fue acompañado por una mayor descentralización de la gestión de las empresas públicas y por el reconocimiento más amplio del mercado junto a una planificación centralizada más flexible.

Desde luego que las medidas esenciales que probablemente sería necesario adoptar en el Período Especial, se anticiparon ya en la Resolución sobre el Desarrollo Económico del País que se aprobó en el IV Congreso del PCC, celebrado en octubre de 1991.

Sin embargo, en la evolución económica y social del país para llevar a cabo estas transformaciones, una vez que desapareció la Unión Soviética en diciembre de 1991, no puede decirse que estuviera presente un programa de reforma preconcebido, ya que las medidas fueron estructuradas sobre una base coyuntural para dar respuesta a las necesidades de sobrevivencia del país y enfrentar la crisis en cada momento.

No obstante, en las decisiones fundamentales no hubo improvisaciones, pues al decidirse los cambios estuvo siempre presente la previsión de sus posibles efectos positivos y negativos. También cabe resaltar que las medidas aplicadas siguieron un orden riguroso para asegurar su efectividad. En efecto, primero se trabajó para frenar la inflación mediante la reducción del déficit presupuestario, lo que se unió al incremento selectivo del grupo de precios y tarifas, a partir de aquellos que lograron el mayor respaldo en los parlamentos obreros. En segundo lugar, la introducción del peso cubano convertible y el mercado cambiario para la población, solo se implementaron cuando ya la economía había comenzado un proceso gradual de estabilización y se lograba que creciera nuevamente el PIB.

Este proceso de ajuste macroeconómico fue igualmente un proceso adaptado a las condiciones específicas de Cuba, si bien se estudiaron las experiencias de países como Vietnam y China.

En la misma medida en que se consideró el Período Especial como una etapa emergente que interrumpió el proceso de construcción del socialismo en Cuba, muchas de las medidas adoptadas no tendrían un carácter irreversible y otras fueron consideradas concesiones temporales.

Un elemento definitorio en este sentido fue planteado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 6 agosto de 1995 al señalar: “Nosotros no podemos guiarnos por el criterio de lo que nos guste o no nos guste, sino de lo que es útil o no es útil a la nación y al pueblo en estos momentos tan decisivos para la historia de nuestro país (…). Hemos dicho que estamos introduciendo elementos de capitalismo en nuestro sistema, en nuestra economía, eso es real; hemos hablado, incluso, de consecuencias que observamos del empleo de esos mecanismos. Sí, lo estamos haciendo”.

Todo lo que se hizo en estos años no hubiera sido posible sin el  apoyo a la Revolución, que se constató ya desde que se lanzó el Llamamiento al IV Congreso del Partido en 1990, documento que fue discutido por toda la población. En una encuesta realizada en mayo de ese año se reflejó que solo el 0.1% de los planteamientos cuestionó integralmente al socialismo; se propuso el transito a una economía de mercado por uno de cada 20 000 planteamientos y se apoyó el pluripartidismo en una de cada 10 000 opiniones. Adicionalmente, en las elecciones de diputados a la ANPP, celebrada en 1993, el 95.06% de los electores emitió el voto unido por todos los candidatos propuestos en la boleta electoral.

De este modo puede afirmarse que el factor más importante que permitió resistir las mayores dificultades del Período Especial fue la existencia de una conciencia política en la población, con un profundo concepto de la libertad y de la soberanía nacional, lo que la preparó con una fortaleza excepcional, para defender el proyecto socialista frente a las adversidades de una crisis de muy severas consecuencias para la vida de todos los cubanos. También fue un factor político fundamental la clara comprensión por parte de Fidel y la dirección revolucionaria de las contradicciones económicas y sociales que rápidamente se desarrollarían en el Período Especial y su correcta solución.

Al cabo de 30 años, todas estas experiencias acumuladas en los años más duros del Período Especial, merece ser tomada en cuenta considerando los resultados exitosos que se obtuvieron con las medidas aplicadas bajo la dirección de nuestro Comandante en Jefe, que no vaciló en modificar rápidamente aquello que no dio los resultados esperados y rectificó los errores que pudieran haberse cometido sin demora.

Una síntesis del significado de esta etapa tan difícil, la brindaría el propio líder cubano, al señalar años después: “Puede ser que nos olvidemos, pero a cada rato debemos recordarnos qué terrible golpe significó para este país la catástrofe soviética y la desaparición del campo socialista. A veces hablamos como si eso no hubiera ocurrido, como si viviéramos en condiciones normales. HHC: Negritas negras.

Agosto de 2023

Notas

[1] Este trabajo se basa en el libro del autor titulado “El Período Especial en Cuba: La batalla económica” en proceso de publicación.

[2] El trabajo por cuenta propia se había aprobado por primera vez mediante el Decreto Ley Nº 14 de 1978, pero –producto de violaciones de lo establecido en su implementación- se redujo al mínimo en el proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas que comenzó a partir de 1986.

[3] Hasta ese momento se había trabajado con lo que prescribía el Decreto Ley Nº 50 de 1982, para negocios con el capital extranjero.

Comentario HHC: Hay un dicho mexicano, que se plantea, por su forma, de modo indirecto y con ello se dan consejos para que nadie se ofenda: " Te lo digo Juan para que lo entiendas Pedro". Este es el caso, que por supuesto hay que adecuarlo a las circunstancias actuales, pero es una " guía para la acción". 

La multipolaridad del G-2 de Rusia y China frente a la unipolaridad de EU y su dólar

27 septiembre, 2023



 El presidente de Rusia, Vladimir Putin (derecha), y Zhang Guoqing, viceprimer ministro chino, el 12 de septiembre en Vladivostok.Foto Afp

Bajo el concepto de la existen 3 superpotencias nucleares:EU, Rusia y China. Kissinger operó un G-2 de EU con China contra Rusia en los 70, mientras Brzezinski anheló un G-2 de EU y China contra Rusia (https://bit.ly/453PEne).

El G-2 de EU, genuino limosnero con garrote nuclear, peca de hiperbólico americanocentrismo con el mítico excepcionalismo teológico de su Destino Manifiesto.

Debido a los errores geoestratégicos consecutivos de los Clinton, Obama, Trump y Biden en su manejo confrontativo contra Moscú y/o Pekín, planteé hace años que se había gestado por necesidad defensiva un G-2 que no se atreve a decir su nombre entre Rusia y China frente a la unipolaridad de EU.

Ahora la revisión de la prensa por la agencia rusa Tass ya se atrevió a formular que “Rusia y China cristalizan un G-2 (https://bit.ly/3RzTIZy)”. Tass cita a Alexander Lomanov, vicedirector del Instituto de Relaciones Internacionales y Economía Mundial de la prestigiosa Academia de Ciencias de Rusia: Ante la creciente presión de EU y sus aliados, Moscú y Pekín realizan esfuerzos conjuntos cada vez más activos destinados a neutralizar al máximo las amenazas a su seguridad y minimizar los costos crecientes en sus relaciones con Occidente. Agregó: La conducta de Occidente se está volviendo más confrontativa y dura, y esto hace que el acercamiento estratégico entre Moscú y Pekín sea cada vez más relevante.

Sentenció en forma bombástica que “ante nuestros ojos, Rusia y China están creando un informal ‘G-2’ que tendrá su propio peso, al unísono del G-7 y el G-20”.

Llamó poderosamente la atención que Lomanov no cite a los 11-BRICS+ que representa la mayoría del género humano y controla 80 por ciento de la producción petrolera mundial.

Tass/Kommersant anotan que el canciller chino, Wang Yi, había entablado charlas en la isla de Malta con el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan –en un intento para debilitar los lazos estratégicos entre Rusia y China– antes de viajar a Moscú por una visita de cuatro días, en el marco de la ronda 18 (sic) de Seguridad Estratégica de Rusia y China. Wang se reunió con su homólogo ruso, Sergei Lavrov; el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolai Patrushev, y el presidente Putin, quien aceptó la invitación para reunirse en China con Xi Jinping en octubre como invitado especial al Foro de la Ruta de la Seda (https://bit.ly/48subap). Putin asentó que Rusia y China mantienen una posición unificada para formar un mundo multipolar.

Global Times externó que “Rusia apoya firmemente la justa postura de China en la cuestión de Taiwán, y en los temas relacionados con Xinjiang, Tíbet, Hong Kong y se opone a la interferencia occidental en los asuntos internos de China (https://bit.ly/3ERTO7g)”.

El portugués Antonio Guterres, secretario general de la ONU, expuso la gran fractura del mundo (https://bit.ly/463SidZ), lo cual no es ningún descubrimiento genial, que ya había externado en mi libro Ucrania, primera guerra híbrida mundial: fractura de la biósfera (https://bit.ly/3NnaoQg).

Hoy la ONU ha profundizado su disfuncionalidad cuando cuatro mandatarios de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad no concurrieron a la Asamblea General de este año: ¡sólo asistió Biden!

Hasta Financial Times, portavoz de la monarquía globalista neoliberal, enarbola al mundo divididodebido a un empantanamiento similar a la guerra fría sobre las tensiones de EU con China y el contencioso de Ucrania (https://on.ft.com/3ZqNEo1).

El connotado analista y diplomático británico Alastair Crooke (https://bit.ly/454jzf1) –en su impactante entrevista con el “juez Napolitano (https://bit.ly/3ENXXJ4)”– define la gran guerra, en la fase pos-Ucrania, de Occidente frente al G-2 de Rusia y China, donde los 11-BRICS+ emprenden la odisea de la desdolarización que conduce –con la doble guerra de energéticos y alimentos/fertilizantes– a una imparable alza de las tasas de interés y a una incoercible inflación en el G-7.


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