Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 30 de octubre de 2022

ONAT embarga cuentas bancarias de contribuyentes morosos. Comentario HHC

La decisión responde a que existen empresas que dejaron de realizar estos importantes aportes, cuyo plazo legal de pago concluyó el 24 de octubre



El Impuesto sobre Utilidades y el Aporte por Rendimiento de la Inversión Estatal constituyen una fuente importante de financiamiento de la vida en los territorios.

La Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) informó este jueves que aplicó un embargo preventivo a las cuentas bancarias de todas las entidades que no efectuaron los pagos a cuenta o parciales del Impuesto sobre Utilidades y el Aporte por Rendimiento de la Inversión Estatal (ingresos no tributarios) correspondientes al tercer trimestre del año en curso.

Según nota publicada en su sitio web oficial, la decisión responde a que existen empresas que dejaron de realizar estos importantes aportes, cuyo plazo legal de pago concluyó el 24 de octubre, a pesar de las acciones proactivas desplegadas por las oficinas tributarias del país para potenciar su cumplimiento correcto y puntual.

El embargo se aplicó a partir de este martes 25 de octubre, señala la comunicación, luego de realizar las alertas pertinentes respecto al vencimiento del plazo de pago mediante medios de comunicación, correos electrónicos y contacto telefónico y presencial con los contribuyentes.

Asimismo, la ONAT comunicó oportunamente sobre el derecho de presentar solicitudes de aplazamientos de estos aportes tributarios, en caso de no contar con la liquidez necesaria para el pago.

El Impuesto sobre Utilidades y el Aporte por Rendimiento de la Inversión Estatal son las obligaciones fiscales que más ingresos generan a los presupuestos locales y constituyen, por lo tanto, una fuente importante de financiamiento de la vida en los territorios.

La oficina tributaria, para potenciar la captación de estos aportes, notificará a los gobernadores provinciales, de forma nominalizada, las entidades deudoras que han sido objeto del embargo preventivo dispuesto por la ONAT.

De acuerdo con el reporte, la facultad de la Oficina para imponer embargos preventivos se establece en los artículos 417 y 418 de la Ley No.113 del Sistema Tributario.

Concluye la nota alertando a todas las entidades sobre la importancia de cumplir con sus obligaciones fiscales, que constituyen además un deber cívico, pues de sus aportes depende que el Presupuesto del Estado cuente con los recursos necesarios para satisfacer las necesidades económicas y sociales del país.

Comentario HHC: Muy bien con la medida, no debe permitirse la evasión de impuestos. Me llama la atención que sea solo a empresas estatales y no hable de las privadas.

Cuba - La Empresa Estatal Socialista (Programa En Buen Cubano/ 22/10/2022)

¿Quién quebró la democracia estadounidense?

Oct 27, 2022 Nobel Economía ANGUS DEATON



PRINCETON – La actual narrativa que predomina en los Estados Unidos sostiene que la democracia está amenazada por los fanáticos del MAGA (siglas para “Hagamos que Estados Unidos sea grande nuevamente”), los negadores de resultados electorales y los republicanos que amenazan con hacer caso omiso de los resultados que no les sean favorables (así como con reclutar fieles para supervisar las elecciones y patrullar los lugares de votación).

Ese relato es real, pero solo hasta cierto punto. Existe otra historia de larga data con un conjunto distinto de villanos, en la que por más de 50 años los estadounidenses sin grados universitarios han visto que sus vidas se deterioran en los ámbitos materiales, sanitarios y sociales.

Aunque dos tercios de la población estadounidense adulta carecen de un grado universitario de cuatro años, el sistema político raramente responde a sus necesidades y ha solido imponer políticas que los perjudican en favor de los intereses de las corporaciones y de sus conciudadanos con mejor educación. Lo que se les ha “robado” no es una elección, sino el derecho a participar en la toma de decisiones políticas, derecho que supuestamente la democracia les garantiza. Visto así, sus esfuerzos por tomar el control del sistema electoral no son tanto un rechazo a las elecciones justas como un intento de hacer que estas les den algo de lo que desean.

Pensemos en algunos de los resultados que motivan a este grupo de personas. Incluso antes de la pandemia, la expectativa de vida -un sólido índice de la salud social e individual- había estado cayendo para los hombres menos educados desde 2010 y para las mujeres menos educadas desde 1990 o antes. Los grupos más jóvenes de estadounidenses menos educados informan sufrir más dolores en todas las edades que los grupos mayores.

Más aún, la participación en la fuerza laboral ha estado a la baja por décadas para los hombres menos educados, y desde 2000 también para las mujeres con menos educación. Los salarios medios reales (ajustados a la inflación) para los hombres sin grado universitario se han ido reduciendo desde 1970. Los estadounidenses con menos educación han sufrido una caída de las tasas de casamientos y un alza en los nacimientos fuera del matrimonio. La asistencia a la iglesia ha descendido y muchos hombres menos educados se encuentran a la deriva, sin el apoyo de institución alguna.

Según una encuesta reciente de New York Times/Siena, dos tercios de los votantes creen que el gobierno “funciona principalmente para beneficiar a las elites poderosas”. Esta visión no se limita a quienes niegan las elecciones ni a los republicanos, ni a los menos educados; pero es este último grupo el que se ha visto más perjudicado por las medidas que la dejación política ha hecho posibles. Por ejemplo, el salario mínimo federal no ha sido aumentado desde 2009.

De manera similar, los políticos estadounidenses vendieron el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio y el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio como medidas en que todos ganarían, tanto los estadounidenses como los mexicanos y los chinos. Sin embargo, contrariamente a lo prometido por los economistas y a lo que pudiera haber sucedido en el pasado, las pérdidas de empleos subsiguientes no llevaron a que la gente subiera de nivel sus trabajos y se mudara a lugares más prósperos, en parte porque esos lugares ya no eran asequibles y, en parte, porque los mejores empleos exigían algo que los antiguos no pedían: un grado universitario de cuatro años.

Es verdad que hay excepciones. La Ley de Cuidados Asequibles (Obamacare) hizo posible que decenas de millones de personas que no tenían seguro de salud accedieran a atención médica. Pero asegurar su aprobación significó ceder a la industria sanitaria cualquier chance de control de los costes. Para la mayoría de los estadounidenses con empleo, el seguro de salud se paga con un impuesto fijo que se descuenta del salario, lo que reduce la paga para quienes tienen menos formación y alienta a las empresas a externalizar y eliminar trabajos. Dado que la salud se financia por medio del mercado del trabajo, los crecientes costes de la atención de salud están generando presiones adicionales sobre los salarios y los empleos de calidad para los menos educados.

En el Congreso, no solo los votos están sesgados en favor de los votantes más adinerados: los temas que más preocupan a quienes no forman parte de las elites (como un sistema único de prestación de salud, una opción pública de seguro de salud y el aumento del salario mínimo) ni siquiera logran llegar a la agenda legislativa. Los grupos de presión son mucho más eficaces que los votantes a la hora de fijar agendas.

Resulta muy difícil (aunque no imposible) ser electo para el Congreso sin un abundante respaldo financiero. Si bien el sistema de financiación de campañas electorales estadounidense raramente lleva a una corrupción abierta, ejerce una fuerte influencia para seleccionar legisladores que tienen una visión favorable a las empresas y al capital por sobre el trabajo. En consecuencia, los congresistas facilitaron la aprobación de leyes que favorecieron a los fabricantes y distribuidores de opioides que envenenaban precisamente a quienes los habían elegido (y bloquearon las investigaciones vinculadas al asunto). No debería sorprender que muchos de quienes han sido así de maltratados sean reluctantes a aceptar vacunas promovidas por un sistema del que han aprendido a desconfiar.

Otro problema es que las empresas han estado aumentando sus márgenes de beneficio sobre los costes, con lo que redistribuyen el ingreso desde la mano de obra al capital. Peor aún, esta tendencia se ha visto estimulada por un debilitamiento de largo plazo de la aplicación de las normas antimonopólicas, incluso cuando no existe apoyo popular para ello, ni los legisladores han tomado posiciones en su favor. La responsabilidad recae en las entidades regulatorias y los jueces que fueron seleccionados por su probable susceptibilidad a las presiones de grupos proempresariales.

No todos los estadounidenses menos educados que se encuentran en mayor riesgo de morir pronto votaron por Donald Trump en 2016 y 2020, pero muchos de ellos lo hicieron. La superposición se puede apreciar viendo las “muertes por desesperanza” -suicidios, sobredosis de drogas y enfermades hepáticas por ingesta de alcohol- entre condados y compararlas con la proporción de los resultados que obtuvo Trump.

Pero hay una conexión incluso más estrecha entre mortalidad y negadores de los resultados de las elecciones. El New York Times examinó la mortalidad en los distritos electorales y encontró que las muertes por desesperanza eran más altas en los de los representantes republicanos que votaron contra la certificación de la victoria de Biden que en los de la misma tienda política que sí lo hicieron. Se trata de un caso de democracia en ejercicio, aunque una inspirada en la rabia, la futilidad y la frustración.

Se supone que la democracia se basa en la igualdad. Todos los ciudadanos deberían tener la misma posibilidad de influir en las decisiones políticas. Los votantes MAGA pueden estar amenazando el sistema como nunca antes, pero no salieron de la nada.

Traducido del inglés por David Meléndez Tormen

Un premio Nobel para la economía del pánico

El premio reconoció un trabajo importante que explica cuándo y por qué implosionan los mercados financieros.


El ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, habla durante una conferencia de prensa en la Institución Brookings después de que se anunció que él y otros dos economistas recibieron el Premio Nobel de Ciencias Económicas el 10 de octubre de 2022 en Washington, DC. Bernanke y los economistas Douglas Diamond y Philip Dybvig fueron premiados por su investigación sobre bancos y “cómo la sociedad enfrenta las crisis financieras”. Chip Somodevilla/Getty Images/AFP


¿La gente todavía lee “If” de Rudyard Kipling? Incluso si no lo has hecho, probablemente sepas cómo comienza:

"Si puedes mantener la cabeza cuando todos a tu alrededor están perdiendo la suya...".

Negarse a entrar en pánico, afirmó Kipling, fue una gran virtud.

Pero durante una corrida bancaria, negarse a entrar en pánico también puede ser una forma de perder todo su dinero.


Los ganadores del Premio Nobel de Economía, los profesores Christopher Sims y Thomas Sargent . REUTERS/Tim Shaffer

El lunes, el Premio Nobel de Economía fue otorgado a un nombre familiar, Ben Bernanke, y a dos economistas, Douglas Diamond y Philip Dybvig, en gran parte por artículos que publicaron hace casi 40 años.

Entonces, hablemos sobre su trabajo y por qué, desafortunadamente, sigue siendo tan relevante.

Un comentario aparte: a veces me encuentro con personas que insisten en que el premio de economía no es un “verdadero” Nobel, porque es solo un premio entregado por algunos suecos, a diferencia de los otros premios, que son… premios entregados por algunos suecos.

Sí, puede que esté hablando de mi propio libro aquí, ya que obtuve una de estas cosas yo mismo en 2008, pero es difícil negar la importancia del trabajo de economía que los suecos acaban de honrar.

Obviamente, Bernanke, Diamond y Dybvig no fueron los primeros economistas en notar que ocurren corridas bancarias.

Pero Diamond y Dybvig proporcionaron el primer análisis realmente claro de por qué suceden y por qué, por destructivos que sean, pueden representar un comportamiento racional por parte de los depositantes bancarios.

Su análisis también estaba lleno de implicaciones para la política financiera.

Al mismo tiempo, Bernanke aportó pruebas sobre por qué son importantes las corridas bancarias y, aunque evitó decirlo directamente, por qué Milton Friedman se equivocó sobre las causas de la Gran Depresión.

Diamond y Dybvig ofrecieron un modelo estilizado pero perspicaz de lo que hacen los bancos.

Argumentaron que siempre existe una tensión entre el deseo de liquidez de las personas (acceso inmediato a los fondos) y la necesidad de la economía de realizar inversiones a largo plazo que no se pueden convertir fácilmente en efectivo.

Los bancos cuadran ese círculo tomando dinero de los depositantes que pueden retirar sus fondos a voluntad, haciendo que esos depósitos sean altamente líquidos, e invirtiendo la mayor parte de ese dinero en activos no líquidos, como préstamos comerciales.

Por lo tanto, la banca es una actividad productiva que enriquece la economía al reconciliar los deseos incompatibles de liquidez e inversión productiva.

Y normalmente funciona porque solo una fracción de los depositantes de un banco quiere retirar sus fondos en un momento dado.

Sin embargo, esto hace que los bancos sean vulnerables a las corridas.

Supongamos que, por alguna razón, muchos depositantes llegan a creer que muchos otros depositantes están a punto de retirar dinero y tratan de vencer al resto retirando sus propios fondos.

Para satisfacer estas demandas de liquidez, un banco tendrá que vender sus activos no líquidos a precios de liquidación, y hacerlo puede llevar a la quiebra a una institución que debería ser solvente.

Si eso sucede, las personas que no retiraron sus fondos se quedarán sin nada.

Entonces, durante un pánico, lo racional es entrar en pánico junto con todos los demás.

Por supuesto, hubo una gran ola de pánico bancario en 1930-31.

Muchos bancos quebraron, y los que sobrevivieron hicieron muchos menos préstamos comerciales que antes, manteniendo efectivo en su lugar, mientras que muchas familias evitaban los bancos por completo, poniendo su efectivo en cajas fuertes o debajo de sus colchones.

El resultado fue una desviación de la riqueza hacia usos improductivos.

En su artículo de 1983, Bernanke ofreció evidencia de que esta desviación desempeñó un papel importante en llevar a la economía a una depresión y frenó la recuperación posterior.

Como dije, esto fue un rechazo tácito a Milton Friedman.

En la historia contada por Friedman y Anna Schwartz, la crisis bancaria de principios de la década de 1930 fue dañina porque condujo a una caída en la oferta monetaria:efectivo más depósitos bancarios.

Bernanke afirmó que esto era, como máximo, solo una parte de la historia; su artículo, de hecho, se tituló “Efectos no monetarios de la crisis financiera en la propagación de la Gran Depresión”.

¿Qué se puede hacer para mitigar el riesgo de pánico autocumplido?

Como señalaron Diamond y Dybvig, un respaldo del gobierno, ya sea un seguro de depósito, la voluntad del banco central de prestar dinero a los bancos en problemas o ambos, puede evitar posibles crisis.

De hecho, el mero conocimiento de que existe un respaldo a menudo puede sofocar una corrida bancaria; no es necesario que el dinero cambie de manos.

Pero proporcionar tal respaldo plantea la posibilidad de abuso; los bancos pueden asumir riesgos indebidos porque saben que serán rescatados si las cosas salen mal.

Caso en cuestión: los enormes costos para los contribuyentes de rescatar a los jugadores irresponsables durante la crisis de ahorro y préstamo en la década de 1980.

Por lo tanto, los bancos deben ser regulados y respaldados.

Como dije, el análisis de Diamond-Dybvig tuvo implicaciones notablemente grandes para la política.

Otra implicación de su trabajo, que desafortunadamente pasó desapercibida durante décadas, fue que debemos pensar detenidamente qué entendemos por "banco".

No tiene que ser un gran edificio de mármol con hileras de cajeros.

Desde un punto de vista económico, la banca es cualquier forma de intermediación financiera que ofrece a las personas activos aparentemente líquidos mientras usan su riqueza para hacer inversiones no líquidas.

Esta idea fue validada dramáticamente en la crisis financiera de 2008.

Los bancos convencionales, en su mayor parte, no se vieron afectados por el pánico; no hubo un éxodo masivo de los depósitos bancarios.

Sin embargo, en vísperas de la crisis, el sistema financiero dependía en gran medida de la "banca en la sombra", actividades similares a las de un banco que no involucraban depósitos bancarios estándar.

Por ejemplo, muchas corporaciones habían comenzado a estacionar su efectivo no en depósitos sino en "repos": préstamos de un día para otro que usaban cosas como valores respaldados por hipotecas como garantía.

Dichos arreglos ofrecían un mayor rendimiento que los depósitos convencionales.

Pero no tenían una red de seguridad, lo que abrió la puerta a una corrida bancaria al viejo estilo y al pánico financiero.

Y llegó el pánico.

La oferta monetaria medida convencionalmente no se desplomó en 2008 como lo hizo en la década de 1930, pero sí lo hicieron los repos y otros pasivos similares al dinero de los intermediarios financieros.

Afortunadamente, para entonces Bernanke era presidente de la Reserva Federal. Entendió lo que estaba pasando, y la Reserva Federal intervino a gran escala para apuntalar el sistema financiero.

Finalmente, una especie de punto meta sobre el trabajo de Diamond-Dybvig: una vez que haya entendido y reconocido la posibilidad de crisis bancarias autocumplidas, se da cuenta de que cosas similares pueden suceder en otros lugares.

Quizás el caso más notable en tiempos relativamente recientes fue la crisis del euro de 2010-12. La confianza del mercado en las economías del sur de Europa se derrumbó, lo que generó enormes diferenciales entre las tasas de interés de, por ejemplo, los bonos portugueses y los de los bonos alemanes.

La sabiduría convencional en ese momento, especialmente en Alemania, era que los países estaban siendo castigados justificadamente por asumir una deuda excesiva.

Pero el economista belga Paul De Grauwe argumentó que lo que realmente estaba sucediendo era un pánico autocumplido, básicamente una corrida de bonos de países que no podían proporcionar un respaldo porque ya no tenían sus propias monedas.

Efectivamente, cuando Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo en ese momento, finalmente proporcionó un respaldo en 2012, dijo las palabras mágicas "lo que sea necesario", lo que implica que el banco prestaría dinero a los gobiernos en problemas si fuera necesario. — los diferenciales colapsaron y la crisis llegó a su fin.

Así que brindemos por un merecido Nobel que lamentablemente sigue siendo relevante.

c.2022 The New York Times Company

Putin esboza el nuevo orden financiero global de la multipolaridad soberanista

30 octubre, 2022


En la sesión de preguntas y respuestas en las que suele lucirse Putin –quien es abogado y posee una notable memoria que practicó con el espionaje soviético, además de una asombrosa cultura politemática–, un periodista sudafricano lo inquirió sobre la quiebra del régimen de sanciones y la militarización del sistema dolarizado de pagos (https://bit.ly/3TP93U9). Putin respondió que Estados Unidos creó el sistema Bretton Woods que ahora está fracasando y asentó que el error (¡megasic!) fue usar el dólar como arma, lo que ha socavado la confianza.

Abordó que un “nuevo sistema financiero global (¡mega-sic!) debe permitir a todos los países emprender su desarrollo soberano (…) Si creamos nuevas organizaciones internacionales, como el sistema Bretton Woods, deben abastecer a los países que necesitan ayuda”, lo cual transferirá conocimiento y tecnología: el nuevo sistema económico aglutinará los intereses de la mayoría, no sólo de la élite financiera. Luego matizó que por el momento (¡mega-sic!) debemos expandir arreglos entre países mediante sus divisas nacionales que buscarán su independencia frente al dólar estadunidense utilizado como arma (sic).

Putin proporciona el ejemplo de que hoy el comercio de Rusia con India se concreta con sus divisas nacionales (el rublo y la rupia), lo que se está incrementando con otros países. La construcción del nuevo sistema internacional será gradual. Primero de país a país y luego de forma regional.

Se desprende que, en el proceso de la desglobalización, los regionalismos y sus plurales bloques neoeconómicos (https://bit.ly/3DmdgHN) podrían optar por divisas regionales. Faltará ver cuál será el mecanismo futuro para que las divisas regionales –desde 15-RCEP, pasando por los BRICS, hasta el T-MEC– sean intercambiadas en un nuevo organismo neutral consensuado.

Ahora se entienden las ditirámbicas glorificaciones de Putin a India en la era del primer Narendra Modi, quien se ha también adelantado al inevitable nuevo orden soberanista multipolar: alabó al primer indio de verdadero patriota y elogió a India por haber realizado tremendo progreso en su desarrollo de pasar de ser una colonia británica a un Estado moderno(https://bit.ly/3NjSL32).

Las alabanzas de Putin a India quizá tengan como objetivo seducir al nuevo primer británico de religión hindú Rishi Sunak, cuando su antecesora eyectada Liz Truss estaba dispuesta a una guerra nuclear contra Rusia (https://bit.ly/3DIfIK8).

Desde la derrota de Napoleón en Waterloo y el ascenso de los banqueros globalistas Rothschild –cuando el megaespeculador George Soros es un vulgar títere de la CIA y la banca londinense (https://bit.ly/2oB1DHc; https://amzn.to/3fdlhqP)–, Londres ha sido el centro de las finanzas globales durante 207 años y que, en medio de las varias guerras en una que se libran en la singularidad de Ucrania (https://bit.ly/3TOnCaE), empieza a disminuir su control en el mercado de divisas globales, según un reporte del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés): el banco de los Bancos Centrales (https://bit.ly/3DGgojo), reportado por Financial Times (FT), rotativo globalista/neoliberal/neocolonial/monárquico (https://on.ft.com/3gTtu3O).

El BIS y FT reportan que el “posicionamiento de Londres como la encrucijada global para el intercambio de divisas foráneas y de derivados financieros se ha erosionado conforme confronta la feroz (sic) competencia de otros mayores (sic) centros financieros”. Obvio, de Asia. El BIS asienta que Gran Bretaña “permanece como la más importante encrucijada para las divisas y las tasas de interés del intercambio de los derivados financieros, pero que su participación en ambos mercados ha declinado a 38 por ciento, mientras Londres continua su lucha con las consecuencias financieras del Brexit y su presente ingobernabilidad. ¡Es todo un tema lo que sucede en La City: el suburbio financiero de Londres!

Mas inquietante resulta el desplome del mercadeo de los derivados financieros, que cayeron 19 por ciento (sic) a 5.2 billones de dólares: ¡cuatro veces el PIB de México!


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