Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 28 de enero de 2021

Gobierno de Biden revisará política de Trump sobre Cuba



Foto de archivo de dos cubanos en La Habana viendo el discurso de Joe Biden el día que juró como nuevo presidente de EE.UU. Foto: Reuters

Agencia Reuters El gobierno de Joe Biden revisará la política de Estados Unidos hacia Cuba, dijo la Casa Blanca el jueves 28 de enero de 2021, después de que el expresidente Donald Trump endureció el embargo comercial sobre la isla y la devolvió a la lista de países patrocinadores del terrorismo.

"Nuestra política sobre Cuba está regida por dos principios. Primero, apoyo a la democracia y los derechos humanos: eso estará en el núcleo de nuestros esfuerzos", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.

"Lo segundo son los estadounidenses, sobre todo los cubanoamericanos, que son los mejores embajadores para la libertad en Cuba, así que revisaremos las políticas de la administración Trump", agregó.

Cuba tiene esperanza de que el presidente estadounidense, Joe Biden, revierta rápidamente las sanciones impuestas por Donald Trump y reanude una política de distensión, dijo a Reuters un alto funcionario, al señalar que la nueva administración posee el más profundo conocimiento del país caribeño en seis décadas.

Trump impuso más de 200 sanciones para reforzar el embargo comercial de casi seis décadas a Cuba, incluyendo los viajes desde Estados Unidos, para dejar atrás el acercamiento histórico entre los viejos enemigos de la Guerra Fría emprendido por el expresidente Barack Obama.

Si bien estas medidas lo ayudaron a ganar el Estado de Florida con su gran población cubano-estadounidense en las elecciones de noviembre, empeoraron la difícil situación de los cubanos, al hundir aún más en una crisis la economía y profundizar la división entre las familias de ambas naciones.

Biden, vicepresidente durante el gobierno de Obama, dijo durante su campaña que revertiría las políticas de Trump sobre Cuba que "han infligido daño al pueblo cubano y no han hecho nada para promover la democracia y los derechos humanos", incluidos los recortes a las remesas y los viajes.

Sin embargo, analistas se preguntan qué tan rápido y lejos pueden avanzar ambos países dadas las limitaciones políticas.

Carlos Fernández de Cossío, principal diplomático de Cuba a cargo de las relaciones con Estados Unidos, dijo que las promesas de Biden sugerían que quería reiniciar los nexos donde los dejaron él y Obama.

"Lo que no hay duda es que se puede revertir todo en el corto plazo si esa fuera la voluntad del Gobierno", dijo al reiterar la posición de Cuba de que no haría concesiones políticas a cambio de una flexibilización de las sanciones, aunque La Habana está abierta a un diálogo en beneficio mutuo.

Fernández de Cossío se mostró optimista de que el equipo de Biden incluyera a varias personas que habían interactuado con Cuba antes y no se dejaran influir por otras voces.

"Este equipo (de Biden) tiene más experiencia que ninguno anterior en los últimos 60 años", señaló.

Esperanza de visados

Una de las mayores esperanzas de los cubanos es que Estados Unidos reabra su consulado en La Habana para retomar el ritmo en el procesamiento de las visas. El consulado ha estado cerrado tras una serie de incidentes de salud inexplicables aún entre los diplomáticos estadounidenses en la isla.

Ángel Garbey, de 28 años, no pudo asistir al nacimiento de su hijo hace cinco meses en Estados Unidos debido a que espera una cita para su entrevista y recoger su visa, dos años después de haberla solicitado.

Incluso si le programan una cita tendrá dificultades para asistir a su entrevista pues las visas estadounidenses para los cubanos se están distribuyendo en Guyana, a donde actualmente no hay vuelos desde La Habana debido a la pandemia. "No he podido conocer todavía a mi hijo", dijo Garbey. "Esto es duro", añadió.

En el sector del turismo, los cubanos también esperan que Biden amplíe los viajes de Estados Unidos a la isla, que floreció durante la distensión de la era de Obama y fomentó un incipiente sector privado con rentas en pensiones y restaurantes.

Más remotamente, existe la posibilidad de que Biden, que tiene el control del Congreso, levante el embargo a Cuba, dijo a Reuters el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray.

Pero varios son los factores que complican cualquier acercamiento: la falta de una resolución sobre los incidentes de salud a diplomáticos, el apoyo de Cuba a su aliado Venezuela; una reciente ofensiva contra opositores en la isla y el temor de que pueda resultar en contra de la candidatura de los demócratas a un segundo mandato sucesivo.

"Existe un peligro (...). La administración Biden volverá a caer en el viejo hábito de un enfoque poco sistemático de quit pro quo en el cual Estados Unidos solo toma medidas limitadas y exige concesiones cubanas sobre su política interna", dijo William LeoGrande, un profesor de gobierno en la American University. "Esta es una fórmula para la parálisis", agregó

DESTRABAR LA TAREA ORDENAMIENTO

 Por Joaquín Benavides Rodríguez*

 ¿Se ha ¨trabado¨ la Tarea Ordenamiento? Todo parece sugerir que así es.

La Tarea Ordenamiento fue concebida, correctamente, como una herramienta imprescindible que contribuyera a romper y eliminar las trabas que han tenido paralizada durante anos el avance de la economía.

¿Sera que la burocracia ha logrado lo que parecía imposible, o muy difícil, paralizar el avance del Ordenamiento monetario? Yo al menos no lo creo. Es verdad que en la fijación de algunos precios muy sensibles, han existido errores administrativos y burocráticos, semejante a chapucerías  que han obligado a marchas y contramarchas y que han dado la impresión de falta de rigor en la instrumentación de una tarea tan compleja. Pero no es esa en mi opinión la causa principal de la parálisis y el subsiguiente empantanamiento que comienza a producirse. Paralizar los procesos y empantanarlos si es una especialidad de la burocracia criolla cuando no se establece una secuencia obligatoria.

Mi opinión es que por alguna razón desconocida, pues se advirtió, el diseño de la tarea no contemplo la secuencia de como continuar una vez fijados los precios y los salarios.

No hay como eludir, salvo que continúe el irracional y tenaz empecinamiento, que el llamado sector no estatal se incorpore lo más rápidamente posible a la tarea imprescindible de integrar en un solo cuerpo económico a todos los actores de la economía. La empresa estatal no podrá despegar eficientemente sola. Ni siquiera las exportadoras podrán alcanzar costos competitivos.

La Ministra del Trabajo explico en una Mesa Redonda hace más de tres meses las decisiones de flexibilización del Trabajo por cuenta propia, que recogía una buena parte de las propuestas que se le habían hecho durante meses. No deberían demorar más. ¿Qué mantiene trabada esa legislación tan importante, no solo para dar empleo, también para incrementar los ingresos de muchos núcleos con dificultades económicas a los cuales sus gastos se les han incrementado por el ordenamiento monetario?. Los subsidios por la asistencia social hay que utilizarlos cuando no hay otra vía, pero seguramente muchos vulnerables socialmente preferirían poder ser útiles realizando algún trabajo por cuenta propia que posiblemente les den ingresos superiores y además no se sentirían unos asistenciados, que en determinados casos lesiona su dignidad de viejos trabajadores.

Hace por lo menos dos meses el Ministro de la Agricultura compareció en la Mesa Redonda para exponer los importantes cambios que el Consejo de Ministros le había aprobado esa misma semana para aplicar en la agricultura cubana. Se podrían cuestionar algunos aspectos, pero sin duda significaban un cambio muy importante en las formas de gestionar los actores empresariales, cooperativos y privados y sus relaciones con el acopio y las estructuras municipales y provinciales de Gobierno. ¿Hay algo más importante en estos momentos que incentivar por todas las vías a los productores agrícolas, que deben estar aguardando la legislación que se les prometió y que en un evento sobre Soberanía alimentaria celebrado hace unos días, se informó que aún no estaba concluida? Cuando las legislaciones importantes en forma de proyectos novedosos caen en manos de la burocracia lo mismo pueden concluirse en un mes que en un ano. A la burocracia no le importa la demora, pues son los agricultores los que tienen el problema y no ella. Solo cuando los Jefes extraen los proyectos de manos de los burócratas encargados de su conclusión y obligan a decidir sobre los desacuerdos, que a veces son solo de palabras, es cuando los proyectos de leyes importantes logran salir adelante para que el Gobierno les de la aprobación definitiva. Fidel actuó así desde el principio. En los primeros meses de 1959, siendo Primer Ministro asumió directamente la redacción de la Ley de Reforma Agraria y la concluyo de redactar en La Plata, donde convoco al Consejo de Ministros en pleno y con la presencia del entonces Presidente Urrutia, termino de redactar la Ley y allí mismo se firmó. Esta legislación que no acaba de salir no tiene la misma connotación de aquella Ley, pero en los momentos actuales tiene una enorme importancia para destrabar en muchos sentidos la producción y comercialización agropecuaria del País.

Sin la legalización de las pequeñas y medianas empresas privadas aprobadas en la Conceptualización acordada en el VII Congreso del Partido y refrendadas en la Constitución del 2019, no será posible completar el proceso del Ordenamiento monetario y consecuentemente el fortalecimiento y despegue de la empresa estatal. Tampoco se podrán acabar con las colas y los coleros que ponen en evidencia un grave problema de oferta de alimentos y también de empleo, que junto con el rebrote de la Covid crea una sensación de ansiedad en toda la población.

Las pequeñas y medianas empresas privadas, Pymes conocidas en todo el mundo, no requieren capital estatal para comenzar a producir bienes y servicios. Ellas invierten su propio capital.  Pueden constituir un factor importante en la necesaria estabilización productiva, comercial y financiera de la economía. Casi de inmediato comenzarían a generar posibilidades de empleo y en relativamente poco tiempo incrementarían la oferta de productos principalmente alimenticios para la población. Dentro del propio 2021 podrían comenzar a ejecutar pequeñas inversiones en asociación productiva y de negocios con los pequeños productores agrícolas, privados y usufructuarios, introduciendo elementos de industrialización tanto en la producción como en la comercialización moderna de productos de origen agrícola y pecuario.

Un caso en que pudiera darse un salto importante en el corto plazo, dentro del ano, es en la producción porcina. Las Pymes que se asocien económica y productivamente con pequeños productores privados y usufructuarios pueden adquirir pienso porcino en dólares en la empresa GELMA del Ministerio de la agricultura y sobre esa base producir carne porcina para la población de la Habana a precios previamente acordados con las autoridades de comercio municipal y provincial. No debe volver  a ocurrir que desaparezca la carne de puerco de nuestras ciudades. Bien dirigido por las autoridades municipales y provinciales este esfuerzo inversionista de las Pymes y los agricultores privados podrían conjuntamente con las grandes unidades porcinas de la agricultura estatal lograr un desarrollo importante de la producción porcina del país, que en el medio plazo puede convertirse en una exportación que aporte al desarrollo de la agricultura y de la economía nacional.

En resumen es urgente Destrabar el Ordenamiento, sacarlo del estancamiento y empantanamiento y reiniciar el avance hacia la implantación de lo establecido en la Conceptualización aprobada por el VII Congreso del Partido para poderle mostrar al VIII Congreso de Abril que en medio de la COVID y de la agresión incrementada de Trump y su pandilla se ha cumplido para poder seguir avanzando en la construcción de una economía socialista prospera, democrática  y sostenible con la participación de todos los cubanos.

*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte

EL MUNDO EN QUE VIVIMOS

Por Jorge Gómez Barata

Al nacer cada persona se integra a un entorno civilizatorio que constituye un “zurrón cultural”. Se trata de las culturas, las civilizaciones y la patria, que tienen en común ser resultados de procesos planetarios, espontáneos, desplegados a lo largo de millones de años y mediados por miríadas de casualidades. En esos dilatados y complejos procesos, se gestaron entidades tan maravillosas como el estado y la sociedad civil.

Esa andadura tejió la historia universal y maduró premisas para el surgimiento de identidades colectivas como las nacionalidades y las naciones, que condujeron a los estados nacionales, la más elaborada de las estructuras sociales y la principal categoría geopolítica. Los estados nacionales son el núcleo de la civilización global contemporánea que contienen, entre otras cosas, los conflictos sociales.

Las mentes más esclarecidas y las personas más resueltas, intentaron comprender e intervenir en las estructuras sociales para, como el   cirujano que interviene el cuerpo humano para corregir errores,   malformaciones o traumas, los sabios, los ideólogos y los líderes, trataron de enmendar defectos congénitos del organismo social, entre otros el despotismo, las desigualdades, la explotación y la pobreza.

Los actores de tan trascendentales empeños fueron los reformadores y los revolucionarios, su herramienta la política y su mayor aporte a la salud del organismo social, la democracia.

En los esfuerzos por enmendar conscientemente lo que la espontaneidad construyó, incluso cambiar el curso de la historia, el pensamiento aportó las grandes doctrinas: cristianismo, liberalismo y socialismo, mientras que de la práctica social surgieron las revoluciones, los más grandes y escasos eventos sociales de naturaleza política. Tal es su impacto que los dedos de las manos alcanzan para contar todas las que han existido.

Todas las grandes revoluciones fueron originalmente nacionales y las auténticas, trascendieron límites de espacio y tiempo para proyectar su influencia sobre épocas y países. Todas aceleraron la historia. A diferencia del devenir, espontáneo en su forma natural, las revoluciones son fuerzas movilizadas conscientemente, lo cual las provee de altas cargas de subjetividad, dosis elevadas de voluntarismo y no pocas veces autoritarismo, a veces necesario, siempre que se administre en las dosis exactas. Todas las revoluciones cumplen un ciclo vital.

La mejor realización de las revoluciones son los modelos de sociedad a cuya instauración conducen y la institucionalidad que crean, entre otras los regímenes democráticos y el socialismo. Paradójicamente, en la medida en que son más cabales, la institucionalización y la democratización son los modos como las revoluciones, una vez completada su obra, ceden el paso a la evolución y, discreta y naturalmente, paulatinamente dejan la escena.

Esa ruta crítica concierne también a la Revolución Cubana que en algún momento llegará a estadios a partir de los cuales procurará alcanzar los cometidos nacionales y las metas de construir una sociedad socialista, próspera, sostenible e inequívocamente socialista por vías institucionales.

Para ello son imprescindibles el despliegue del estado de derecho, la liberalización de la economía, la democratización de la sociedad, incluida la vida política, así como los mecanismos de toma de decisiones, el control social del poder y la ubicación en el concierto internacional global. En ello la reestructuración del sistema de medios de difusión masiva, especialmente la prensa es decisiva.

La institucionalidad es el estadio superior de las revoluciones. No es su “canto de cisne”, sino su consumación. Allá nos vemos.

Seguimiento del caso de la carga enviada el 28 de Octubre del 2020

 Por Humberto Herrrera Carles

El día 26 de enero del 2020 publiqué un artículo titulado " La ineficiencia tiene alas y algo más"  https://cubayeconomia.blogspot.com/2021/01/la-ineficiencia-tiene-alas-y-algo-mas.html, y he vuelto a escribir sin tener respuesta a los correos que plantee en el mismo,y por tanto decidí también  elevarlo al ministerio del transporte, el cual adjunto acuse del mismo.

Más que recuperar la carga, que sería bueno, es que se mejoren los procedimientos y sea algo que funcione correctamente. La competencia del mundo capitalista es muy grande, nosotros tenemos que estar a la altura para ser más eficientes, sino  seguiremos perdiendo oportunidades de negocio.

Esto además es un derecho ciudadano el cual las autoridades responden a la ciudadanía. Seguiré informando. 





José Martí: ideas en torno a Marx y el Socialismo en Cuba

Autor: Raúl Alejandro Palmero Fernández

Preludio necesario

A los lectores confieso que este es un tema que me ha apasionado desde la adolescencia. En cierta ocasión, hace cinco o seis años, más inmaduro e ingenuo de lo que hoy sigo siendo, me atreví a investigarlo en compañía de un amigo y posteriormente compartimos los resultados.

Es un asunto que ha sido abordado por lo mejor de la intelectualidad del siglo XX en nuestro país, pero que, desgraciadamente, no ha logrado enraizar en el debate cotidiano que la academia, los círculos investigativos y la praxis revolucionaria, deben desarrollar al respecto.

Pero, ¿por qué volver sobre él?

Como consecuencia de su insuficiente abordaje existe desconocimiento por parte de la población, resultando una zona oscura para las generaciones más jóvenes de cubanos, que se ha convertido en punto central de ataques y burdas tergiversaciones por parte de los enemigos históricos de la nación. Hay estudios claves para entender esta cuestión, pero urge refrescarla ante tiempos convulsos.

La estrategia desde los laboratorios ideológicos del enemigo, es tratar de destruir el proceso revolucionario desvinculándolo de su germen principal: el pensamiento martiano.

Este es un tópico sensible, que más de una vez ha sufrido incomprensiones. La incomprensión, empero, es un riesgo que debe correrse. La verdad es, y será, siempre revolucionaria. A Martí, a su relación con Marx y el Socialismo, los marxistas, o aspirantes a marxistas cubanos, somos los primeros que le debemos comprensión y análisis. No en vano, nuestros primeros comunistas alzaron su pensamiento y obra, anteponiéndolo al peligro de la anexión.

Adelanto que Martí no fue nunca socialista ni marxista. El dogma en estos casos puede resultar tan dañino como la mentira; pero si bien no era socialista, en efecto, tampoco fue antisocialista, ni anticomunista, como sí un ferviente antimperialista e independentista, que sangró a favor de los pobres, la solidaridad y la justicia social. No soy historiador, pero como tantos otros, pido prestada la licencia para exponer estas ideas.

Influencia de Martí en los primeros socialistas cubanos

No es un hecho nuevo que Martí sea base axiológica y espiritual para los marxistas cubanos. Tampoco es un “pecado” exclusivo del triunfo de la Revolución (desde el entendido de la reacción) la vinculación del pensamiento martiano al movimiento comunista. Desde finales del siglo XIX los marxistas en Cuba, patriotas e internacionalistas por excelencia, calcularon en la justa medida la estatura política y moral del Apóstol de la Independencia. Quizás el “pecado” de Fidel y la generación del centenario sea precisamente llevar de la palabra al hecho el credo martiano, y liberarlo finalmente de ser “piedra inmóvil y muda, con el índice muerto”[1], como sentenciara el Indio Naborí.


Imagen tomada de Internet

Diego Vicente Tejera, pionero del socialismo utópico en Cuba, uno de los fundadores del primer Partido Socialista Popular cubano en 1899, sentía gran simpatía por José Martí. En el año 1879 llegó a ser vocal de la sección de Literatura del Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa, dirigida por el propio Martí, y en su estancia en Nueva York entre 1885-1888 coincide con el Apóstol, indetificándose con sus ideas independentistas.[2]

Son más conocidas las relaciones de trabajo y amistad entre Carlos Baliño y Martí. El patriota y comunista cubano fue impulsor de las primeras organizaciones marxistas en Cuba, y tiene el doble mérito de participar en la fundación del Partido Revolucionario Cubano y, posteriormente, de nuestro primer Partido Comunista.

Refiriéndose al Apóstol expresaría: “Aunque Martí es una inteligencia privilegiada, no es por esto que se lleva tras sí el corazón del pueblo; porque, ¡ay!, sobran en este mundo las lumbreras que harían favor al pueblo con apagarse para siempre. Es que, además de ser una lumbrera, una inteligencia privilegiada, es algo superior a esto, es un carácter, una conciencia augusta, un corazón amante y generoso cuyas fibras (…) responden a todos los gemidos y suspiros de los seres que van por la tierra abrumados bajo el peso de sus cadenas y sus dolores”[3]

El joven Julio Antonio Mella, cofundador junto a Baliño del Partido Comunista, y poco antes, de la histórica Federación Estudiantil Universitaria (FEU), enalteció, como pocos, las ideas de Martí en el impulso a organizaciones antimperialistas y en el anhelo de la integración continental. La inauguración de la Universidad Popular José Martí fue un preclaro tributo.

En el año 1926 escribe desde México “Glosas al pensamiento de José Martí”: “Es necesario dar un alto, y, si no quieren obedecer, un bofetón a tanto canalla, tanto mercachifle, tanto patriota, tanto adulón, tanto hipócrita… que escribe o habla sobre José Martí”.[4]

Un caso estremecedor es el de Rubén Martínez Villena, quien compartió ideales, virtudes y condiciones con el Héroe cubano. En Rubén se reencuentran el jurista, el genio político y artístico, el impulsor de las causas justas y el poeta. Es también, un joven que padece el sufrimiento de la enfermedad que apaga su vida con apenas 34 años.

En su contundente “Mensaje Lírico Civil” denuncia:

“Hace falta una carga para matar bribones,

para acabar la obra de las revoluciones;

para vengar los muertos, que padecen ultraje;

para limpiar la costra tenaz del coloniaje

(…)

para que la República se mantenga de sí,

para cumplir el sueño de mármol de Martí”

De igual modo sucede con Pablo de la Torriente Brau, otro muchacho valeroso y audaz, cuyas convicciones lo llevarían a morir en tierras lejanas. Marxista, militante activo y con dotes de escritor y periodista, signó su vida con una pasión extraordinaria por Cuba. En una de sus míticas cartas, refiriéndose a la presencia del ideario martiano en el movimiento revolucionario, expresó: “Su sombra es cada vez más clara, más trasparente. Su grandeza con el tiempo va adquiriendo estatura majestuosa y se pronuncia hacia el futuro como un precursor genial de las luchas contra el imperialismo.”[5]

Existe la falsa prédica de que todas las tendencias políticas de la época utilizaron a Martí como bandera. Sin embargo, ningún grupo como el de los revolucionarios, padeció con tremenda magnitud la herejía de ser, y no decir ser, martianos.

Para estos casos la mejor respuesta ya fue dada por el “viejo Roa” en el año del centenario: “Escribir o hablar de Martí puede cualquiera. Lo que ya no puede cualquiera es vivir, como propia, la vida de sacrificio, abnegación y coraje que vivió Martí. Vivir como Martí vivió, en tensión heroica contra lo que es, y está superado, es patrimonio exclusivo de los que viven para Martí y no de Martí”.[6]

Hay otros nombres imprescindibles que durante la neocolonia lucharon bajo el influjo del pensamiento martiano: Juan Marinello, Carlos Rafael Rodríguez, Blas Roca, Armando Hart, Fidel Castro; entre otros muchos. No me detendré en este breve acercamiento a analizar el impacto que tuvo en sus personalidades la figura de José Martí, pues disfrutaron la suerte de ver triunfar el proceso revolucionario y aportaron su formación martiana, y el conocimiento del pensamiento del Héroe Nacional, a la gigante tarea de garantizar el desarrollo y sustento político-moral de la nueva sociedad.

¿Qué socialismo conoció Martí?

Ya se partió de la hipótesis de que el Apóstol no fue marxista, ni socialista. No era esa, necesariamente, la base para su acometido político; ni el problema de la liberación nacional un tema central para el marxismo en aquellos años, centrado en la cuestión de la revolución proletaria internacional. Es quizás a partir de Lenin, que esta cuestión cobra fuerza. Por otro lado, Martí, no concebía encontrar en otras latitudes las realidades, particulares y propias, que tenía ante sus ojos.

Al hombre hay que analizarlo en su contexto, parte integrante, transformadora y transformada, por las condiciones histórico-concretas en que se desenvuelve. La situación particular de Cuba en pleno siglo XIX distaba mucho del resto de Europa y los acontecimientos convulsos en que se adentraba la humanidad.

Cuando la colonia irrumpió en la isla en 1492 e implantó el sistema de Encomiendas, más que un adelanto, provocó el estancamiento socioeconómico con respecto al resto de Europa y al papel que las fuerzas productivas deberían jugar en los años siguientes. Este estancamiento pronto se trastocó en atraso, y se arrastró hasta la época decimonónica, en que apenas podía hablarse en nuestro país de clase obrera, industrialización y desarrollo capitalista. La explotación a que eran sometidos los criollos, los esclavos y campesinos cubanos, difería en gran medida de la lucha de clases que se tensaba en los países más desarrollados del hemisferio occidental.

Es gracias a su exilio, su conocimiento de las tierras nuestro americanas y especialmente su estancia en el vecino del norte (1880-1895), que llega el Apóstol a comprender en profundidad el capitalismo, la explotación al obrero y las ideas distorsionadas sobre el socialismo que en ese país imperaban.


Foto: Modesto Gutiérrez

No existen referencias claras de que el Apóstol haya tenido acceso a las obras marxistas que en inglés y francés circulaban por aquellos años en los Estados Unidos; tampoco puede especularse un conocimiento cabal de la teoría de Marx por su parte. De igual manera, no reseña la historiografía, algún tipo de contacto con los marxistas que vivían en los Estados Unidos, como Joseph Weydemeyer, Federico Sorge, comunistas amigos de Marx que emigraron a aquel país en 1849, o Joseph Dietzgen, revolucionario alemán que llegó al país norteño en 1884.[7]

Es válido recalcar que la cuestión nacional, su tarea principal, no tenía aún el peso necesario en el desarrollo del marxismo.

Un punto esencial que limitó la comprensión de las ideas marxistas por el Apóstol fue el hecho de que en la década de los ochenta en aquel país coexistían varios partidos que se autodenominaban socialistas, sin contar los llamados “socialistas” que no integraban las filas de ningún partido. Por ejemplo, desde 1874 los marxistas fundaron el Partido Obrero Socialdemócrata de los Estados Unidos. Más tarde se fundaron el Partido Obrero de los Estados Unidos, el Partido Obrero Socialista, el Partido Obrero Unido, y clubes de tendencia socialista. Además, entre estos partidos se daban pactos, alianzas y escisiones que hacían aún más confusa la situación. En el país norteño socialistas no solo eran los seguidores de Carlos Marx: también los seguidores de Ferdinand Lasalle; los anarquistas, que proclamaban el llamado socialismo revolucionario. Califica como socialista a Jean-Paul Marat, representante del ala izquierdista de la Revolución francesa; al magnate millonario Courtlandt Palmer, quién fundó en Estados Unidos un club de libre difusión en el que participaron representantes de todos los credos e ideas; llama comunista a Mijaíl Bakunin, padre de la filosofía anarquista.[8]

Resulta indiscutible, ante tanta discordia, el cuadro distorsionado que encontró Martì acerca de lo que llamó “la idea socialista”.Aún, hoy en día, los términos “socialismo” y “socialista” se emplean con vaguedad o indebidamente, al punto de subvertir sus esencias.

Cantón Navarro refiere, por si fuera poco, los errores de los seguidores de Marx en los Estados Unidos. En efecto, los socialistas norteamericanos fueron criticados primero por Engels y luego por Lenin. Engels les señaló: “no han aprendido a usar la teoría como palanca que podría poner en movimiento a las masas norteamericanas, en su mayor parte, no entienden la teoría y la tratan de forma abstracta y dogmática (…). Para ellos el marxismo es un credo y no una guía para la acción”.[9] Lenin les reprocha haber hecho del marxismo una “ortodoxia fosilizada”.[10]

Las ideas de Martí fueron un torrente en constante evolución, y así se aprecia en sus concepciones acerca de la situación socio económica en los Estados Unidos, el conocimiento de las “entrañas del monstruo”, la explotación del obrero, y su comprensión prematura de la fase imperialista del capitalismo norteamericano. No obstante, como se ha explicado, no resulta válido afirmar que Martí, en tales circunstancias, y ante tales exponentes, hubiera podido comprender, y compartir a cabalidad, el ideal marxista.

Ideas divergentes y convergentes respecto al Socialismo

Hay varios puntos divergentes entre Martí y la idea socialista. Primeramente, no reconoció el papel de la lucha de clases como el modo de cambiar la situación de explotación que sufrían las masas trabajadoras, y es ese uno de los puntos en que difiere con Marx, como veremos más adelante. Es por eso que califica a la contienda que prepara como “necesaria” y se preocupa porque esta no se convierta “por nuestra incapacidad y desidia en una revolución de clases”.[11]

Era justificada su postura, partiendo de que debía aglutinar fuerzas, formadas por todos los sectores y estratos sociales, para impulsar la guerra.

Tampoco atribuye el origen de la explotación, de la desigualdad, de la sociedad divida en clases, a la propiedad privada sobre los medios de producción. Aunque sí refirió lo injusto de las oligarquías, la privatización de la tierra y otros recursos naturales, así como se pronunció, en letra y espíritu, exigiendo por la función social de la propiedad.

Pero además, nada en Martí es estático o lineal, vale la pena regresar a su diario, De Montecristi a Cabo Haitiano, para redescubrirlo más antagónico con las desigualdades e injusticias de la época; de manera especial en sus anotaciones sobre el libro “Les Mères Chrétiennes des Contemporains Illustres” y las llamadas “carreras liberales”: “Es inútil y, generalmente dañino, el hombre que goza del bienestar de que no ha sido creador: es sostén de la injusticia, o tímido amigo de la razón, el hombre que en el uso inmerecido de una suma de comodidad y placer que no está en relación con su esfuerzo y servicio individuales, pierde el hábito de crear, y el respeto a los que crean.”[12]

Otro cauce sobre el que se muestran las críticas de Martí se aprecia en torno a la obra “La Futura Esclavitud” (1884), del intelectual británico Herbert Spencer, luchador contra el sindicalismo y el socialismo, que militó en organizaciones de su época como la Liberty and Property Defence League.

La “Futura Esclavitud”, a la que se refiere Spencer, es el socialismo, y fue desacreditada por defensores de la clase obrera como Henry George y el cubano Pablo Lafargue.

Tomando como base esta obra Martí también realiza señalamientos, y denuncia riesgos como el burocratismo, la ociosidad y la corrupción; fenómenos que si bien, no son consustanciales al socialismo, tampoco han estado ajenos a los movimientos que intentan su construcción. Estos son realmente peligros, para el socialismo, y para todos los sistemas socio económicos conocidos.

Por eso alerta que la búsqueda del bienestar social debe encauzarse “de manera que no se trueque el alivio de los pobres en fomento de los holgazanes”. Él teme el enriquecimiento de la burocracia, y dice que en este caso, el obrero, de ser siervo de los capitalistas, pasaría “a ser siervo del Estado.”[13]Una crítica para los proyectos donde se ha pretendido subsumir lo social a lo estatal.

Además, en su análisis avizora sobre el burocratismo: “Con cada nueva función, vendría una casta nueva de funcionarios (…) ¡Mal va un pueblo de gente oficinista!.”[14]

Pero no es solo el ideal socialista lo que enjuicia Martí, a Spencer le critica que “no abarca con facilidad natural el todo” del problema, ni busca la solución real “en su base”. Igualmente, le reprocha el elitismo con que analiza y se refiere a la injusticia a que están sometidos los más vulnerables, y discrepa de algunos de los argumentos que expone el británico, porque “no se tiene bien sobre sus pies” y en sus razones “tambalea”.[15]

Finalmente, y con independencia de sus críticas, toma partido a favor de los obreros, los desposeídos, e increpa a Spencer por no señalar “los modos naturales de equilibrar la riqueza pública dividida con tal inhumanidad (…) que ha de mantener naturalmente en ira, desconsuelo y desesperación a los seres humanos (…)”.[16]

En carta a su amigo Fermín Valdés Domínguez, en 1894, escribe: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas-extranjerizas, confusas e incompletas-, y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados (…) Pero en nuestro pueblo no es tanto el riesgo, como en las sociedades más iracundas, y de menos claridad natural…”.[17] Una frase muy utilizada para atacar al socialismo cubano, pero que aborda las posibles dificultades de la difusión del socialismo, no así, las esencias de este proyecto.

En efecto, los peligros que señala el Apóstol eran y son reales (no solo para el anhelo socialista). El error en las traducciones, y aún más, en la interpretación dogmática de las ideas marxistas, ha costado caro a los movimientos progresistas. Igualmente existen ejemplos en la historia de demagogia y falsos líderes que se han montado sobre el discurso marxista para después traicionar la causa de la revolución. Estos dos riesgos son objetivos, y han causado gran daño al ideal socialista; no así al Socialismo, sistema que no se ha construido a plenitud en ningún Estado.

A lo anterior debe sumarse que Martí interpreta, que esos peligros para nuestro país no preocupan con igual magnitud, por la naturaleza cordial, inteligencia y el espíritu generoso de los cubanos.

Si bien el Apóstol no compartió a plenitud el ideal socialista que le circundó, lo anterior no significa, ni remotamente, que Martí fuera antisocialista, ni que el marxismo y las ideas martianas no tuvieran puntos en común, como proyectos que aspiran a alcanzar mayor justicia social. Más disparatado aún resulta el intento por parte de algunos “sesudos” de desprender a la Revolución Cubana de su profundo contenido martiano. Los mejores representantes de la intelectualidad cubana se han encargado de desmentir estas falacias. 

Decía Mariátegui que el socialismo en nuestros pueblos no debía ser calco ni copia, sino creación heroica. La historia del socialismo, y su aprehensión por los pueblos, adaptado a características particulares y distintivas, resultan la mejor prueba.

Por demás, a 62 años del triunfo de la Revolución, los cubanos seguimos empeñados en la construcción de nuestro socialismo, y el Partido Comunista de Cuba, por mandato de la ley de leyes, se constituye en “vanguardia organizada de la nación cubana.”


Imagen Tomada de Internet

Pero, ¿por qué centrarse en la discusión superflua de si el Héroe Nacional fue socialista o no? Al respecto, resulta esclarecedor el trabajo “Luces de Martí para el socialismo”, del profesor Luis Toledo Sande: “…el proyecto de liberación nacional de Martí no era ni podía ni tenía por qué ser de carácter socialista; pero un proyecto socialista legítimo, especialmente en Cuba o en nuestra América, núcleos de sus meditaciones y destinatarias de sus actos, está llamado a ser martiano, o no sería socialismo.”[18]

Por tanto, si se expusieron los desencuentros, también es válido mostrar las zonas convergentes.

Para el proyecto martiano, tanto como para el marxismo, el trabajo juega un papel fundamental en el desarrollo del ser humano. Así, por un lado encontramos un cubano que afirma que el “hombre crece con el trabajo que sale de sus manos”, y que nos regala, en la Edad de Oro, La Historia del hombre contada por sus casas; y por otro, un Engels que escribe El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.

Si bien Martí se distancia en los métodos, sí coincide en la necesidad de acabar con la brutal explotación a que es sometido el obrero por parte de la burguesía.

La acentuación de esas contradicciones en el seno de la sociedad estadounidense lo llevan a afirmar: “Estamos en plena lucha de capitalistas y obreros. Para los primeros son el crédito en los bancos, las esperas de los acreedores, los plazos de los vendedores, las cuentas de fin de año. Para el obrero es la cuenta diaria, la necesidad urgente e inaplazable, la mujer y el hijo que comen por la tarde lo que el pobre trabajó para ellos por la mañana. Y el capitalista holgado constriñe al pobre obrero a trabajar a precio ruin (…) El obrero pide salario que le dé modo de vestir y comer. El capitalista se lo niega”.[19]

Un hecho fundamental, para entender la evolución del pensamiento de Martí respecto a la explotación de los trabajadores, es el conocido proceso judicial contra los ocho obreros de Chicago. Al iniciarse el proceso en 1886 les critica haber impulsado “a la matanza y la sembraron con sus manos”[20], en gran medida por haberse nutrido de la extensa manipulación que hizo la prensa y el gobierno norteamericano sobre dicho caso.

Pero ese propio año en sus impresiones sobre “la mulata Lucy Parson”, esposa de uno de los condenados a muerte, sale en defensa de los obreros: “Y como cualquiera que sea el extravío de sus medios y la locura de su propaganda, es verdad que esta y aquellos arrancan de un espíritu de justicia ofendido en las clases humildes siglo sobre siglo, y de una compasión febril por los dolores del linaje humano…”[21]

En 1887 se aprecia una total evolución en sus ideas al respecto; escribe: “apenas hay quien crea que entre los ocho llamados a morir, está el que lanzó la bomba”[22].

Martí culmina sus apuntes sobre los mártires de Chicago haciendo referencia a William P. Black, jurista y veterano de la Guerra Civil estadounidense; defensor legal de estos trabajadores: “¡Estos no son felones abominables, sedientos de desorden, sangre y violencia, sino hombres que quisieron la paz, y corazones llenos de ternura, amados por cuantos los conocieron y vieron de cerca el poder y la gloria de sus vidas”.

La radicalización que estos hechos provocan en su pensamiento lo llevan a expresar: “Cree el obrero tener derecho a cierta seguridad para lo porvenir, a cierta holgura y limpieza para su casa, a alimentar sin ansiedad los hijos que engendra, a una parte más equitativa de los productos del trabajo(…), alguna hora de sol en que ayudar a su mujer a sembrar un rosal en el patio de la casa, a algún rincón para vivir que no sea un refugio fétido(…) Y cada vez que esto pedían en Chicago los obreros, combinábanse los capitalistas, castigábanlos negándoles el trabajo”[23]

Hay otros elementos que acercan el proyecto martiano a las reivindicaciones socialistas, como la lucha contra los dogmas religiosos de la época, el absolutismo con rezagos feudales, el colonialismo, y la opresión a los débiles.

Cuando funda el 10 de abril de 1892 el Partido Revolucionario Cubano, crea por primera vez un partido para dirigir un movimiento de liberación nacional. Fue una organización de marcado carácter popular, con base en las condiciones específicas de Cuba. El mismo método emplearía Lenin, y los comunistas, para encauzar las luchas, cuando creó el partido de nuevo tipo de los trabajadores, Bolchevique, y se fundaron partidos comunistas como instrumento fundamental para articular y organizar la lucha obrera.

De igual manera, constituyen contactos, la lucha contra el imperialismo, avizorado tempranamente por Martí, y definido teóricamente por Lenin; la solidaridad, el humanismo, y la jerarquización de los derechos sociales. Nunca escatimó en oponerse a las oligarquías latifundistas y al sistema injusto que impera en el orden mundial: “Las riquezas injustas; las riquezas que excitan la ira de los necesitados, de los defraudados, vienen siempre del goce de un privilegio sobre las propiedades naturales, sobre los elementos, sobre el agua y la tierra, que solo pueden pertenecer, a modo de depósito, al que saque mayor provecho de ellos para el bienestar común.” [24]

La República democrática que soñó Martí con todos, y para el bien de todos, era en esencia inclusiva e integradora. No obstante, él reconoce la necesidad posterior de profundizar la revolución, y entiende que ciertos sectores, una vez lograda la independencia, no compartirían los métodos e ideas revolucionarias. A pesar de esto, no los excluye de antemano, pero anuncia previsor: “Para todos será el beneficio de la revolución a que hayan contribuido todos, y por una ley que no está en mano de hombre evitar, los que se excluyan de la revolución (…) serán en lo que no choque con el derecho humano, excluidos del honor e influjo de ella.”[25]

He aquí el verdadero significado, libre de ingenuidades, de su con todos y para el bien de todos. 

Opinión acerca de Marx

La lucha de Martí aspiraba a la independencia, a la creación de un modelo político de nuevo tipo y una república sui generis que abriera paso a la revolución latinoamericana. La lucha de Marx conlleva a la revolución proletaria, la instauración de un nuevo orden económico social, y la internacionalización de los procesos revolucionarios.

Ambos, en épocas similares, vivieron espacios y condiciones históricas diferentes. Asumieron filiaciones filosóficas distintas, y además, nunca se conocieron. Se acercaron en las esencias, en el fondo, de sus aspiraciones. Se distanciaron en los métodos, en la forma, para lograr sus pretensiones. Es más lo que los une, que aquello que los separa: las revoluciones latinoamericanas son la mayor muestra de ello.

En esencia Martí difería con Marx, en 1883, en los métodos violentos, en los medios empelados para lograr el fin; los mismos, que posteriormente, él se vería obligado a utilizar, por “necesidad”, para luchar por la independencia. No solo asumió la violencia revolucionaria para la lucha por la liberación, sino que previó, en última instancia, la violencia social emancipadora en la República.

Sobre esa base en 1883, ante la muerte del pensador alemán, escribió para el diario argentino La Nación: “Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres (…) Mas se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde y espante.[26]

No importa que no compartiera las formas: merece honor.


Imagen tomada de Internet

Estas diferencias quedan, sin embargo, opacadas ante los elogios y las virtudes que le señala: “Ved esta sala: la preside, rodeado de hojas verdes, el retrato de aquel reformador ardiente, reunidor de hombres de diversos pueblos, y organizador incansable y pujante. La Internacional fue su obra (…).Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. (…) no fue solo movedor titánico de las cóleras de los trabajadores europeos, sino veedor profundo en la razón de las miserias humanas y en los destinos de los hombres, y hombre comido de ansias de hacer el bien. Él veía todo lo que en sí propio llevaba: rebeldía, camino a lo alto, lucha.”[27]

A modo de cierre

El marxismo y el proyecto martiano no se excluyen, como tampoco se suman cual estancos independientes; en todo caso se complementan. De Marx: el método, las leyes para entender y transformar la realidad. De Martí: los valores, la virtud y la “idea del bien”, necesarios para emprender el camino.

No en vano la tradición jurídica revolucionaria ha reconocido, y reafirma, en el Preámbulo de la Constitución de la República: “Guiados por lo más avanzado del pensamiento revolucionario, antimperialista y marxista cubano, latinoamericano y universal, en particular por el ideario y ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin;” y declara que la ley de leyes nace presidida por el anhelo martiano: “Yo quiero la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.”

Quien intente reinventar la Historia con argumentos para otros fines, no hace más que perder el tiempo.

El Apóstol no fue enemigo acérrimo del Socialismo, proyecto que no conoció a fondo por las causas antes expuestas, sino de corrientes desviadas que circundaron su entorno. La evolución y radicalización constante de su pensamiento lo convierten en el pensador hispanoamericano más importante de su época. Distintos serían sin dudas sus métodos de defensa a ultranza de los desposeídos una vez que triunfara la república.

Al respecto Fidel sentenciaría: “antes de ser marxista (…) fui martiano (…) estoy absolutamente convencido de que si Martí hubiera vivido en el medio en que vivió Marx, hubiera tenido las mismas ideas.”[28]

Como queda demostrado, hay muchos puntos de encuentro entre el pensamiento de Martí, Marx y el socialismo; pero no hay ni habrá conciliación posible entre Martí y oligarcas, entre el Apóstol y el imperialismo. La República de todos puede pecar de servir a casi todos, a la inmensa mayoría, pero no puede por principio, sacrificar a todos en beneficio de unos pocos. Los proyectos socialistas deben luchar no solo contra los intereses de los opresores, sino por la constante emancipación de los oprimidos.

Dejemos que el propio Martí cierre estas líneas con un encargo para el futuro:

“Todo hay que hacerlo después de la independencia. Pero a mí no me dejarán vivir: a vosotros os tocará, como clase popular, como clase trabajadora, defender tenazmente las conquistas de la revolución”[29]

[1] Nicolás Guillén; Navarro Luna y El Indio Naborí. “Homenaje poético”, La Habana, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Gráfica, 1963.

[2] Guevara Núñez, Orlando. “Hacia el VIII Congreso del Partido (II). Diego Vicente Tejera y el ideal socialista en Cuba. Consultado: http://www.sierramaestra.cu/index.php/santiago-de-cuba/historia/35949-hacia-el-viii-congreso-del-partido-ii-diego-vicente-tejera–y-el-ideal-socialista-en-cuba .

[3] Cantón Navarro, José. Una Revolución Martiana y marxista. Centro de Estudios Martianos. La Habana, 2008. P. 135.

[4] Mella, Julio Antonio. “Glosas al pensamiento de José Martí”. José Martí. Valoración Múltiple 1. Fondo Editorial Casa de las Américas. La Habana, 2007.

[5] De la Torriente Brau, Pablo. Cartas Cruzadas. Editorial Letras Cubanas. Ciudad de la Habana, 1981. P. 265.

[6] Roa, Raúl. “Centenario de José Martí”. Homenaje en sus textos de fuego. Volumen II. Ediciones Imagen Contemporánea. La Habana, 2007. P. 453.

[7] Cantón Navarro, Josè. Algunas ideas de Josè Martí en relación con la clase obrera. 20. Colectivo de Autores, Valoración Múltiple de José Martí I. Fondo Editorial de la Casa de las Américas, La Habana, 2007. Pp. 300-301.

[8] Ídem.

[9] Marx, Carlos y Eng

els, Federico. Correspondencia. Editorial Cartago, 1957. P. 294

[10] Lenin, Vladimir. Obras completas. Tomo XXI. Editora Política. La Habana, 1963. P. 342.

[11] Martí, José. Obras Completas (O.C). Tomo IV. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1975. pp. 243-244.

[12] Martí, José. Diario de Monte Cristi a Cabo Haitiano. https://www.patrias-actosyletras.com/de-cabo-haitiano-a-dos-rios. Consultado: 26/1/21.

[13] O.C. XV.P. 387.

[14] ídem

[15] Ídem.

[16] ídem.

[17] O.C. III. P. 168.

[18] Toledo Sande, Luis. Luces de José Martí para el socialismo. http://www.cubadebate.cu/opinion/2018/09/06/luces-de-jose-marti-para-el-socialismo/. Consultado: 26/1/2021.

[19] O.C. IX. P. 322.

[20] O.C. XI. P. 20.

[21] Martí, José. La mujer en los Estados Unidos. http://www.josemarti.cu/wp-content/uploads/2014/06/La_mujer_en_los_EEUU.pdf. Consultado: 26/1/2021.

[22] Ibídem. P. 311.

[23] Ibídem pp. 337-339.

[24] O.C.12, pp. 250-251.

[25] Cantón Navarro, José. La República de Martí. Cuadernos Cubanos de Historia 2. Instituto de Historia de Cuba. La Habana, 2003. P. 5

[26] O.C. IX. P. 388.

[27] Ídem

[28] Betto, Frei. Fidel y la Religión. La Habana, 1985.

[29] Cantón Navarro, José. La República de Martí. Cuadernos Cubanos de Historia 2. Instituto de Historia de Cuba. La Habana, 2003. P. 7

2020: EL PEOR AÑO DE LA HISTORIA DEL TURISMO, CON MIL MILLONES MENOS DE LLEGADAS INTERNACIONALES

28 ENE 21

El turismo mundial registró su peor año en 2020, con una caída de las llegadas internacionales del 74%, según los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Los destinos de todo el mundo recibieron en 2020 mil millones de llegadas internacionales menos que el año anterior, debido a un desplome sin precedentes de la demanda y a las restricciones generalizadas de los viajes. En comparación, el declive registrado durante la crisis económica global de 2009 fue del 4%.

Según el último Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, el desplome de los viajes internacionales representa unas pérdidas estimadas en 1,3 billones de dólares de los EE.UU. en ingresos de exportación, una cifra que multiplica por más de once las pérdidas registradas durante la crisis económica global de 2009. La crisis ha puesto en riesgo entre 100 y 120 millones de empleos turísticos directos, muchos de ellos en pequeñas y medianas empresas.

Se ha hecho mucho por lograr que los viajes internacionales sean seguros, pero somos conscientes de que la crisis está aún lejos de haber terminado

Dada la evolución constante de la pandemia, muchos países están actualmente reintroduciendo restricciones más estrictas a los viajes. Entre las medidas se incluyen pruebas obligatorias, cuarentenas y, en algunos casos, el cierre completo de las fronteras, todo lo cual dificulta la reanudación de los viajes internacionales. Al mismo tiempo, cabe esperar que la llegada gradual de las vacunas contra la COVID-19 ayude a restablecer la confianza de los consumidores, a flexibilizar las restricciones de viaje y a que, lentamente, los viajes vayan normalizándose durante el año que tenemos por delante.

El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, afirmó: “Se ha hecho mucho por lograr que los viajes internacionales sean seguros, pero somos conscientes de que la crisis está aún lejos de haber terminado. La armonización, la coordinación y la digitalización de las medidas de reducción del riesgo de propagación de la COVID-19 en relación de los viajes, entre ellas las pruebas, el rastreo y los certificados de vacunación, son la base imprescindible para promover unos viajes seguros y preparar la recuperación del turismo tan pronto como las condiciones lo permitan”.

Las perspectivas de recuperación mantienen la cautela

La última encuesta entre el grupo de expertos de la OMT muestra perspectivas diversas para 2021. Casi la mitad de los encuestados (45%) prevé un mejor panorama en 2021 que en 2020, mientras que el 25% espera un comportamiento similar y el 30% prevé un empeoramiento de los resultados en 2021.

Las perspectivas generales de un repunte en 2021 parecen haber empeorado. El 50% de los encuestados no cree que el repunte se produzca hasta 2022, frente al 21% que expresaba esa opinión en octubre de 2020. La otra mitad de los encuestados todavía ve un repunte potencial en 2021, aunque las expectativas son inferiores a las de la encuesta de octubre de 2020 (el 79% esperaba la recuperación en 2021). Cuando sea que se reanude la actividad turística, el grupo de expertos de la OMT prevé un incremento de la demanda de actividades turísticas de naturaleza y aire libre, con un creciente interés por el turismo interno y las experiencias de “viajes lentos”.

¿Cuándo espera un repunte del turismo internacional en su país?






A más largo plazo, la mayoría de los expertos no prevé un retorno a los niveles prepandémicos antes de 2023. De hecho, el 43% de los encuestados apuntan a 2023, mientras que el 41% cree que no se recuperarán los niveles de 2019 hasta 2024 o incluso después. Los escenarios ampliados para 2021-2024 de la OMT indican que el turismo internacional podría tardar entre dos años y medio y cuatro en volver a los niveles de 2019.

¿Cuándo espera que el turismo internacional vuelva a los niveles anteriores a la pandemia de 2019 en su país?


Todas las regiones del mundo están afectadas

Asia y el Pacífico (-84%) –la primera región en sufrir los efectos de la pandemia y una de las que mantiene las restricciones de viaje más estrictas– registró el mayor descenso de las llegadas en 2020 (300 millones menos). Oriente Medio y África registraron en ambos casos una caída del 75%.


Europa registró un descenso del número de llegadas del 70%, a pesar de un pequeño y breve repunte en el verano de 2020. La región sufrió la mayor caída en términos absolutos, con una disminución de más de 500 millones de turistas en 2020. Las Américas registraron una caída del 69% en las llegadas internacionales, con resultados ligeramente mejores en el último trimestre del año.

Para obtener una panorámica completa de los datos más recientes a escala mundial, regional y subregional, consulten el Barómetro del Turismo Mundial de la OMT y el rastreador de la recuperación turística de la OMT.

La alimentación y otros insomnios

Por Aurelio Pedroso | 28/01/2021 | Cuba


Fuentes: Progreso semanal

Hace poco tiempo, conversando de manera muy privada con un afamado y cualificado médico, le preguntaba si era posible que personas con elevadas responsabilidades en el país podían conciliar el sueño en medio de tantos y acuciantes problemas por los que atraviesa la isla en estos tiempos de pandemia casi incontrolable y para colmos abrazados en un ambicioso plan de reformas de la economía y las finanzas en medio de una severa crisis en la alcancía nacional.

La interrogante no lo tomó por sorpresa. Apenas dudó en responder con pocas palabras, como ese diagnóstico confirmado a algún paciente al que se le invita a tomar asiento y prestar atención a la nueva mala y su esperanzador tratamiento:

-No dudo que deba tomar algún inductor al sueño.

A punto de alcanzar todo un año de incesante enfrentamiento al peligroso y letal virus que ha llegado con los más variopintos problemas para la sociedad, a cualquier ser humano se le puede interrumpir el descanso nocturno con la preocupación más insospechada.

La alimentación y el desabastecimiento pudieran compartir el podio de las desgracias ligeramente superadas por el impacto de la Covid-19 en el propósito de eliminarlo o cuando menos controlarlo.

No por gusto, antes de la llegada del virus, el tema comida ya era considerado como un problema de seguridad nacional no resuelto debido a errores o políticas desacertadas o a posposiciones y a un empeño gringo por complicar las cosas todavía más.

Nadie debe cuestionar que son momentos decisivos en la historia de la revolución cubana, que requieren de una elevada dosis de inteligencia y valor para poner en marcha nuevas fórmulas que permitan a la nave llegar a puerto seguro.

Y se dan algunos pasos como esas novedades que incentivan la insuficiente inversión extranjera, la producción agropecuaria, la posibilidad de exportación en pequeños negocios y el reconocimiento a esa actividad que han bautizado como formas no estatales de producción como para no llamarlas por su nombre de sector privado o cooperativista.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca este 20 de enero y la consiguiente salida por puerta trasera del dañino Donald Trump, debe interpretarse como un resquicio para una más apacible y beneficiosa relación con nuestro vecino-enemigo histórico. La experiencia Obama debe servir para abrir nuevos horizontes básicamente en la economía con las reglas de juego ya establecidas por ambas partes que son harto conocidas.

Alguna vez tendremos que irnos todos a la cama con el estómago satisfecho prescindiendo de un inductor de sueños. De lo contrario, las pesadillas continuarán a plena luz del día.