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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 22 de agosto de 2025

Residuos sólidos en La Habana: El costo invisible de habitar en el descuido (+ Video y Fotos) Comentario HHC

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Residuos sólidos en La Habana: El costo invisible de habitar en el descuido (+ Video y Fotos)

 



Basurero en Centro Habana. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate

A veces me pregunto en qué momento empezamos a esquivar la basura como quien evita los silencios. Me sucede cada mañana al salir de casa, cuando el olor a desperdicio se mezcla con el pan recién hecho de la bodega de la esquina de 11 y Reforma, en mi reparto, el Casino Deportivo. Ahí, entre el cartón mojado y las moscas tercas, también se cuela mi ciudad, la suya, la nuestra... La de todos los cubanos.

Caminar cada mañana por el Casino Deportivo mientras en tiempo escolar llevo a mi hija a la primaria, es como pasear por la conciencia algo perdida de una localidad que se resiste a olvidar su historia.

En un kilómetro -trayecto de ida y vuelta a la escuela Poland-Saborit- se asoman más de cinco montículos (para no decir montones, o montañas) de desperdicio que nadie recoge.

Restos de lo que fueran cena, escombros, envoltorios, fragmentos de una cotidianidad que no cabe en los contenedores desbordados.

Hay zonas donde los vertederos espontáneos se vuelven parte del paisaje, como si la costumbre limara la indignación. A la sombra de una ceiba, frente a las conocidas canchas del Casino, crecen montones de desechos, y los niños y jóvenes juegan cerca como si nada.



Otro de los vertederos, en la Calle 11 y Entrada, justo frente a las Canchas, Casino Deportivo. Foto: Verónica Alemán Cruz/ Cubadebate

La basura como espejo

Lo que está en juego no es solo la higiene. Es la narrativa de cómo nos estamos comportando como ciudadanos. Es, también, la falta de valentía para corregir al que, estando los tanques vacíos, tira sus desechos afuera.

Porque el cubano se ha acostumbrado a esperar que otro venga y haga lo que todos deberíamos hacer de manera conjunta: organizar, limpiar, hacer.

Y es también esa pasividad, esa inacción personal ante la higiene comunal lo que nos está perjudicando.

Durante el intercambio sostenido para la elaboración de este reportaje, Mariano Suárez del Villar Farrés, director provincial de Servicios Comunales en La Habana, ofreció datos significativos acerca de la situación por la que atraviesa hoy la capital.

“Actualmente, la ciudad genera diariamente alrededor de 30 mil metros cúbicos de desechos sólidos urbanos. Esta cifra —que supera los volúmenes reportados según estudios en años anteriores— pone en tensión constante la capacidad operativa del sistema de recogida, que enfrenta limitaciones técnicas severas".

“Estamos hablando de una presión enorme sobre los recursos disponibles. No solo es cuestión de camiones, de piezas de repuesto, y sobre todo, de fuerza de trabajo”, afirmó el directivo.

Solamente en tanques recolectores, “La Habana necesita, anualmente, 30 mil contenedores”, cifra que corresponde a la cantidad de desechos que se generan, teniendo en cuenta que cada uno de ellos recauda casi 1 metro cúbico (exactamente, 760 kg).



La basura acumulada por falta de recogida impide el paso de vehículos por la calle 24 entre F y Los Pinos, Cojímar, Habana del Este. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate

Este año, la Unión de Industria Militar (UIM), entidad encargada de confeccionarlos, hizo el compromiso de entregar 12 mil depósitos a lo largo del año.

No obstante, anotó el entrevistado, “un contenedor no tiene que ser sustituido cada año, lo que sucede es que también están constantemente sujetos a sabotajes, canibaleos y robos totales”.

No es secreto para ningún ciudadano que los tanques son empleados lo mismo para hacer pozuelos, que palitos de tendedera, que los entierran y convierten en tanques de agua.



Muchas veces los contendores de basura son empleados para hacer pozuelos o palitos de tendedera. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate

Según explicó a Cubadebate Mariano Suárez, el parque automotor destinado a la recogida está muy por debajo del mínimo requerido, lo que implica que la cantidad de vehículos que están en condiciones de operar diariamente no da para cubrir la necesidad total de la ciudad. A pesar de esto, la recogida no cesa en los 15 municipios de la capital.

Suárez del Villar señaló además que “el problema principal de que se recoja más o menos no ha estado marcado severamente por el combustible. Hemos tenido momentos de crisis pero han sido eventualidades. A nosotros se nos entrega diariamente el combustible para recoger los 30 mil metros cúbicos. Y llevamos un control del mismo a punta de lápiz”.

Recalcó, además, que la recolección de los desechos sólidos de la ciudad es una tarea de máxima prioridad y preocupación para la dirección del país.

Este volumen creciente de desechos, dado en gran medida por la creación y aumento en estos últimos años de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyME) sumado a la escasez del parque automotor -severamente afectado por la imposibilidad de obtener piezas de repuesto en el extranjero, producto del férreo bloqueo económico y comercial del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba- y a la falta de conciencia ciudadana, convierte la higiene comunal en una tarea de gran complejidad que requiere la acción coordinada entre instituciones, comunidades y ciudadanos fundamentalmente.

Quiso destacar, además, la entrega del personal, desde los mecánicos que arreglan el parque automotor en general hasta los operarios y choferes de los camiones, a quienes calificó como “verdaderos magos” por su capacidad de cumplir tareas titánicas en condiciones adversas.

En noviembre de 2024, a raíz de un diagnóstico que realizó la entidad, se plantearon una serie de acciones para mitigar las condiciones que se acentuaron luego del ciclón de octubre pasado. Una de las medidas fue que cada organismo de la Administración Central del Estado atendiera a un municipio, tarea que se cumple con seriedad.

Atención a la Población en Servicios Comunales también tiene un seguimiento semanal a nivel provincial de todos los planteamientos hechos por cada uno de los ciudadanos que llaman o se presentan en las oficinas municipales para hacer reclamaciones.

Y las indisciplinas, ¿qué?

Al intercambiar en la calle con algunos vecinos, varios coincidieron en que la culpa es de Servicios Comunales, porque no pasan a recoger los residuos diariamente. Tal es el caso de Yudith Aguirre, del municipio Cerro, quien dijo:

“Yo no veo pasar el camión de la basura diariamente. Es por eso que se acumulan tanto los desechos. Mira aquí mismo el Parque del Pescado, al lado de Áreas Verdes provincial y... !¿observa ese basurero?!”

¿Hasta dónde llegan los límites de la responsabilidad individual, social e institucional? Foto: Verónica Alemán Cruz/ Cubadebate

Sin embargo, Orestes Román, trabajador de la Aduana de la República, en conversación con este medio alegó la necesidad imperiosa de reciclar, una política que parece estar “dejada de la mano” y que jugó un papel primordial durante muchos años la recogida de materias primas tanto en centros escolares como laborales, con lo cual se le creaba mayor conciencia del ahorro y el reciclaje entre los estudiantes y trabajadores.

Miguel Hernández, residente en calle 17, en la barriada de El Vedado, aseguró que la responsabilidad es tanto de Comunales, cuando deja de recoger la basura a diario, como de cada ciudadano que, pudiendo tener conciencia social y ambiental, decide “soltar” la basura doméstica en cualquier lugar fuera del tanque recolector.

“Aunque no dejo de reconocer que a veces los tanques están desbordados, porque no recogieron la basura, y la persona no sabe qué hacer ni dónde va a depositar su jabita”.

El lunes 23 de junio, a la 1:15 p.m., frente a la panadería La Flor del Casino, los trabajadores del camión 249 recogieron la basura de adentro de los tanques y dejaron derramada la que estaba pegada a menos de un metro de ambos depósitos. Foto: Verónica Alemán Cruz/ Cubadebate

Y sin embargo… se contrarresta

Aunque todavía son ínfimos, hay gestos. Pequeños, anónimos, rebeldesJóvenes que organizan recogidas comunitarias, artistas que transforman un vertedero en instalación urbana, ancianos que insisten en barrer su pedacito de acera cada mañana y no permiten que le ensucien lo que mantienen limpio.

Cada uno, a su modo, niega que este sea el destino inevitable.

Porque La Habana no ha renunciado del todo a su memoria ni a la posibilidad de un renacer más limpio. Pero esa resurrección —como todas— empieza por mirar de frente y con los ojos abiertos la herida. Y limpiarla.

Este reportaje no cierra sus páginas aún. Seguiremos preguntando, caminando, escuchando, fotografiando. Seguiremos indagando en los laberintos de la gestión municipal y en cómo las ideas descentralizadas pueden ofrecer salidas más humanas y eficaces a la recolección de desechos.

Nos adentraremos, asimismo, en los vínculos invisibles entre basura y ambiente, en las epidemias que brotan donde el abandono se normaliza. Exploraremos el rol de las mipymes y cuánto pudieran influir en el sostén de la cadena de reciclaje. Y le pondremos rostro a los emprendimientos ciudadanos que, con imaginación y coraje, convierten residuos en esperanza.

La basura no es solo lo que se desecha. Es el espejo incómodo de nuestras costumbres, decisiones y silencios. Donde se acumula, brotan preguntas que siguen sin respuesta. ¿Quién responde por lo que tiramos? ¿Cómo nos afecta física y psicológicamente? ¿Por qué algunos residuos importan menos —o más— según quién los vea? Y sobre todo... ¿cuánto estamos dispuestos a convertir el desorden en cuidado?

Relación de gobiernos municipales que, de febrero al 11 de julio del año en curso, han invertido parte de su presupuesto en la obtención de tanques colectores para la higiene de sus barrios. Cabe anotar que es menos de la mitad de los 15 municipios que tiene La Habana.

En Video, detalles del reportaje

Comentario HHC: En todos los países del mundo la industria de la basura es " millonaria", genera millones de dólares anuales. Cuando se quema la basura, estamos quemando divisas. Y cuando la dejamos en la calle ¿qué turismo hay para ver ese espectáculo?, amén de propiciar enfermedades de todo tipo " recalentando" el sistema de salud. ¿Quisiera saber  cuánto es el costo de recoger la basura ?

Estimar el mercado turístico nacional cubano en ausencia de cifras es un desafío

By Ernesto Batista Sánchez  Progreso Semanal

A nivel global, el turismo doméstico constituye el grueso del movimiento turístico total. Sin embargo, en Cuba la ausencia de una estadística sistemática y desagregada dificulta cualquier comparación seria. La escasa visibilidad del turismo doméstico en las estadísticas y su limitada cobertura académica contrastan con su papel potencial como espacio de recreación, identidad y cohesión social.

Desde que en 2008 se eliminara la limitación que prohibía a los cubanos hospedarse en hoteles del país, el turismo doméstico ha experimentado un crecimiento silencioso, muchas veces invisible en los informes oficiales, pero no por ello menos relevante. Más allá de los slogans institucionales o de los números agregados, la pregunta que subyace es: ¿cuánto representa realmente el turismo nacional en la economía cubana? ¿Y qué desafíos enfrenta para consolidarse como alternativa o complemento al turismo internacional?

Primero, desde el punto de vista conceptual, es necesario establecer el concepto de turismo doméstico. Según ONU Turismo (conocida anteriormente como Organización Mundial del Turismo), el turismo doméstico se refiere a las actividades que una persona realiza dentro de su país de residencia como parte de un viaje turístico. Y, para ser más específicos, es necesario recalcar la diferencia entre turista y excursionista. El primero pernocta en el lugar que visita por más de 24 horas y menos de un año. El segundo es un visitante del día (ONU Turismo, 2008). Sin adentrarnos en detalle, surge el primer gran problema que enfrenta cualquier medición del turismo interno: ¿cómo calcular dentro de un territorio el volumen real de turismo doméstico?

La falta de datos: primer escollo de análisis

A nivel global, el turismo doméstico constituye el grueso del movimiento turístico total. En países como México, Colombia o España, los viajes internos superan por mucho a los internacionales. Sin embargo, en Cuba la ausencia de una estadística sistemática y desagregada dificulta cualquier comparación seria. La Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) publica algunos indicadores generales sobre pernoctaciones nacionales, pero no distingue entre motivos de viaje ni entre alojamientos estatales y privados. Para ser más exactos, la estadística recogida por la ONEI no abarca el sector privado, ni ahora durante la crisis que atraviesa la industria, ni en el periodo anterior a la pandemia de COVID-19. Tampoco existe una línea base sobre el gasto promedio del turista cubano, su perfil sociodemográfico o su frecuencia de viaje.

Figura 1. Pernoctaciones de turistas nacionales en el conjunto total de los medios de alojamiento por tipo de establecimiento (2016-2020)

A pesar de estas carencias, los datos disponibles permiten entrever algunas tendencias. Entre 2016 y 2020, las pernoctaciones nacionales cayeron de 8.9 a 4.2 millones, reflejando tanto el impacto de la crisis económica como las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia. Para 2024 se estima una recuperación parcial hasta los 5.1 millones, aunque sin alcanzar aún los niveles prepandemia.

No obstante, esta cifra debe analizarse con cautela, pues las estadísticas oficiales hablan de pernoctaciones, no de visitantes. Además, no incluyen la proporción de clientes repitentes (aquellos que visitan instalaciones más de una vez) ni la estancia media en esos establecimientos, lo cual permitiría, al menos, estimar el número de visitantes domésticos.

Figura 2. Pernoctaciones de turistas nacionales en el conjunto total de los medios de alojamiento por tipo de establecimiento (2020-2024)

El dilema estructural: ¿puede el turismo nacional ser rentable?

Los estudios del economista José Luis Perelló (2025) son contundentes: el turismo nacional no tiene, al menos por ahora, capacidad para sustituir al turismo internacional como fuente de divisas. En 2019, el ingreso por salarios en el país fue de apenas 1.6 millones CUC, mientras que el turismo receptivo generó más de 2.6 mil millones de dólares. Además, las pernoctaciones nacionales representaron apenas un 30 % de las internacionales, y solo una cuarta parte de ellas ocurrió en hoteles de 4 o 5 estrellas. Y esto fue en la época prepandémica, cuando la realidad económica de los residentes en la isla era completamente distinta a la actual.

Aunque el segmento VFR (Visiting Friends and Relatives) en teoría tiene gran potencial —su fidelidad emocional a la Isla unida a un mayor poder adquisitivo—, su desempeño reciente muestra signos de decrecimiento. Como señalé en un artículo anterior publicado en junio en Progreso Semanal:

“Durante el período enero-abril de 2025, este segmento mostró una fuerte disminución, con apenas 78,925 llegadas, lo que equivale al 41.56 % del total registrado en el mismo período de 2019” (Batista, 2025).

¿Quién es el turista cubano?

Desde el punto de vista académico y de la gestión turística, una pregunta elemental en este tipo de análisis sería: ¿Quién es el turista cubano? ¿Cuáles son sus características, necesidades y motivaciones? En fin, ¿qué sabemos de ellos?

La respuesta es sencilla: sabemos muy poco, o casi nada. Existen intentos ya desactualizados de desarrollar perfiles de mercado. Acercamientos iniciales fueron los realizados por Batista Matamoros y Escalona (2011), así como tesis defendidas en universidades como la UCLV y estudios desarrollados en las escuelas de FORMATUR o la Universidad de Holguín. Coinciden en perfilar al turista nacional como un adulto joven (25–44 años), con estudios superiores, predominio de mujeres y ocupaciones profesionales o técnicas. Son viajeros que planifican con poca antelación, viajan en pareja o en familia, y cuya motivación principal es el descanso y el disfrute en la temporada veraniega (julio-agosto). Sin embargo, estudios más profundos, con acceso a datos verificables por diversas vías que permitan arribar a conclusiones sólidas, nunca se desarrollaron. Esta sigue siendo una asignatura pendiente.

El Ministerio de Turismo (MINTUR) ha intentado captar al turista nacional, sobre todo en temporada baja, mediante descuentos, paquetes promocionales y ferias de verano. Agencias estatales como Cubatur, Havanatur, Ecotur o Gaviota lanzan ofertas dirigidas a los cubanos, incluyendo pasadías, excursiones y alojamientos con precios en moneda nacional.

Sin embargo, estas estrategias a menudo chocan con la dura realidad económica de los últimos cinco años. Las ofertas resultan inaccesibles para gran parte de la población, lo que hace difícil pensar que este segmento pueda convertirse en solución para los problemas estructurales del sector.

Obstáculos estructurales en tiempos de crisis

La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después. La contracción del PIB en 2020, combinada con la inflación desbocada tras el proceso de ordenamiento monetario, la escasez de alimentos y medicamentos, y los apagones generalizados, han hecho del turismo interno un lujo al alcance de pocos. La unificación monetaria en 2021 solo agravó el cuadro: mientras los costos de los servicios turísticos se dolarizaron de facto, los ingresos de la mayoría permanecieron en moneda nacional devaluada.

En este escenario, pensar el turismo nacional como alternativa de ocio accesible requiere más que voluntad política: exige rediseñar toda la estructura de precios, mejorar el acceso al transporte, digitalizar la venta de servicios y, sobre todo, generar datos confiables que permitan entender qué busca el turista cubano, cuánto puede pagar y qué valora más. Antes de pensar en el turismo como sector, se requiere solucionar los problemas básicos de la vida cotidiana.

Oportunidades latentes y caminos por explorar

No todo es pesimismo. El turismo comunitario, el campismo popular, las cooperativas privadas y los proyectos autogestionados han demostrado capacidad de innovación, resiliencia y conexión con la comunidad. Espacios como Las Terrazas, Viñales o Gibara muestran que es posible articular turismo sostenible con desarrollo local, incluso en contextos de limitaciones económicas.

El fortalecimiento del trabajo privado en el sector turístico, restaurantes, hostales, transporte, también abre puertas para dinamizar la economía interna. Pero requiere de políticas que permitan estimular el emprendimiento, flexibilizar las regulaciones al sector privado y garantizar un marco normativo estable. Además, la adopción de herramientas como la Cuenta Satélite de Turismo (CST), recomendada por la Organización Mundial del Turismo, permitiría medir con mayor precisión el impacto económico del turismo interno: cuánto aporta al PIB, cuántos empleos genera, qué sectores arrastra. Esta metodología ya se aplica en más de 70 países, pero en Cuba esta asignatura queda pendiente.

Conclusión: entre la resiliencia y la invisibilidad

El turismo doméstico en Cuba no es nuevo, pero sigue siendo tratado como un fenómeno de segunda categoría desde las políticas de desarrollo. Las inversiones se han centrado en la construcción de hoteles que apuntan al turismo internacional, aun cuando las tasas de ocupación son cada vez más bajas y los números de visitantes internacionales a Cuba continúan decreciendo.

La escasa visibilidad del turismo doméstico en las estadísticas y su limitada cobertura académica contrastan con su papel potencial como espacio de recreación, identidad y cohesión social. Frente a un turismo internacional cada vez más en crisis, dependiente de factores externos e internos, el fortalecimiento del turismo interno se vuelve no solo deseable, sino urgente. Sin embargo, la profunda crisis estructural que atraviesa la economía cubana no transmite muchas esperanzas. Es necesario solventar los problemas que inciden en la vida diaria de los cubanos antes de pensar en turismo doméstico. No obstante, le toca a la academia contribuir, en lo posible a reconocer al turista cubano y estudiarlo. Se requiere una combinación de datos, política pública y voluntad de transformar.

Dr. Ernesto Batista Sánchez, Profesor e investigador en turismo.