21/08/04-
Días llevo meditando sobre los sucesos acaecidos en Cuba el pasado 11 de julio (11J). Días entre imágenes fotográficas y de video, algunas nada halagüeñas. Días en consultas a mi brújula, hasta que marcó el rumbo.
Martí, Marx, Lenin. Inspirado en sus magisterios he dedicado mi vida a lo que Graziella Pogolotti denomina el "proyecto socialista cubano", éste vilmente agredido desde décadas atrás por las medidas coercitivas unilaterales de los Estados Unidos de América, hoy arreciadas al extremo de la Inquisición. Medidas, por cierto, "éticamente inaceptables", al decir de un anticomunista probado y confeso como fue Juan Pablo II.
A mi edad, a la vuelta de casi todas las utopías, pero creyente en una Cuba como Estado socialista de Derecho, me aferro como náufrago a una tabla: "Con la Constitución todo; contra la Constitución nada". Sólo con ésta a la mano me atrevo a echar una mirada a las manifestaciones y disturbios del 11J.
¿MANIFESTACIONES, DISTURBIOS, HECHOS VANDÁLICOS?
Más que evidencias hay sobre el carácter nacional de unos sucesos cuyo nombre es manifestaciones pacíficas- con lo que en términos de VOZ POPULAR significa -, sin perjuicio de si se salió a las calles a favor o contra del gobierno. Si a resultas de un modelo de propaganda al interior de Cuba pareció insistirse más en "disturbios" que en el hecho de "pueblo en las calles", allá los propagandistas. Nadie sabe cuántas imágenes fotográficas o de vídeo circularon en Cuba mediante las redes sociales - pueblo en las calles, insisto - lo cual contrastó con la ausencia en la televisión cubana de aquellas "políticamente incorrectas", en tanto sí hubo un número apreciable de las referidas a un apoyo al gobierno o a hechos vandálicos.
Desde luego que los disturbios o hechos vandálicos son contrarios a la Constitución y las leyes; corresponde a las fuerzas del orden público proceder conforme a Derecho, lo que significa reducir a obediencia sin incurrir en excesos ni abusos, para lo cual - se supone - han sido entrenadas como "pueblo uniformado". No como esbirros. También jueces y fiscales tienen por deber actuar con un profundo sentido de la justicia, hasta ser puntillosos con las garantías del debido proceso. Mejor pecar por exceso que por defecto. Mejor exigir abogado defensor, aunque la Ley Procesal Penal no lo obligue para el tipo de juicios habidos hasta estas líneas, dado que juzgan delitos de menor cuantía. Dicho de paso, no es Cuba el único país donde esa práctica es legal.
No obstante, por las redes sociales circularon imágenes de excesos policiales que ameritan investigaciones y procesos disciplinarios y hasta penales, así como de hombres vestidos de civil armados con palos y bates de baseball, destinados al parecer a apoyar a los gendarmes. Al parecer, repito. Pero Cuba no puede permitirse un delito de ejercicio arbitrario de derechos de esa naturaleza - previsto en el Código Penal - ni regalar a las manipulaciones mediáticas en su contra una palabra: paramilitares.
Vox populi, además, que el Presidente Díaz-Canel fue más que insultado - desacato en el Código Penal criollo y en el de otros países - lo cual pudo provocar un llamado suyo a revolucionarios y comunistas, que a mi entender fue desacertado. Días después hubo rectificación, y bienvenida fue. Comprensible es que no tenga la sangre de horchata. Pero su alta función le obliga a tenerla bien fría.
"Con la Constitución todo; contra la Constitución nada". Manifestantes pacíficos de ambos bandos ejercieron lo consagrado en el artículo 56 de la Ley de leyes, según el cual " Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley".
¿Quien - entonces - es responsable de que esos fueros no estén regulados por el debido decreto o ley complementaria, tal como estipula la Constitución? ¿ Quién objeta - y cómo - que en su mayor parte fueron manifestaciones pacíficas y no principalmente disturbios? ¿ Quién determina que en esos escenarios es lícito un grito de"¡Patria o muerte!" y no lo es uno de "¡Libertad!"? ¿Acaso gritar"¡Libertad!" se opone "al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley"? ¿Acaso ambos gritos no están esencialmente protegidos por el orden jerárquico que en el texto constitucional tiene su más elevado sitio? No se olvide: la soberanía "reside instransferiblemente en el pueblo", puede ejercerse directamente y no es un concepto abstracto: tiene por nombre el de cada cubano; esté donde esté y piense como piense.
No se espere cultura de la manifestación pública si este Estado socialista de Derecho no ha legislado sobre las reglas para manifestarse, un fuero consagrado por la Constitución, y no está de más reiterarlo.
Si no hay ley, si por este momento de pandemia espantosa no hay oportunidad para discutir en el parlamento y aprobar esa legislación - y otras, que la lista es larga - pues venga un decreto que básicamente regule y después lo decretado se perfecciona por Ley votada en el Parlamento, cuando sea posible.
Por cierto, el Presidente Díaz-Canel afirmó que "Cuba es de todos". Si lo es, habrá que asumir retos, muchos retos. No precisamente policiales, sino políticos y legales. Cuba tuvo en la Constitución de 1940 un paradigma mundial que devino letra muerta por ausencia de legislaciones complementarias. Ojo, que la Historia avisa...
¿Manifestaciones, disturbios, hechos vandálicos? ¿Qué fue en verdad lo representativo? Según el reconocido politólogo Rafael Hernández, "Entre los pocos datos disponibles para medir la violencia física está el saqueo de tiendas, en Moneda Libremente Convertible (MLC) y en pesos cubanos (CUP). No hubo ninguno en San Antonio de los Baños; ni tampoco en La Habana hasta después de la comparecencia televisiva del presidente Díaz-Canel (4:30pm). De los 28 asaltos registrados hasta esa hora, el 68% (19) ocurrió en Matanzas, la provincia más afectada por la pandemia; casi todos en Cárdenas (13), donde la combinación entre la caída del turismo de Varadero más la cuarentena ha golpeado un nivel de vida relativamente más alto que el de otros lugares de la provincia. En ese lapso, solo hubo saqueos significativos (4) en Colón (Matanzas), y Güines (Mayabeque); y otros dispersos en Holguín, Bayamo, Güira (1). Luego de la intervención del Presidente, fueron asaltadas 13 tiendas, incluidas 4 en La Habana" (1).
Si pudieran sumarse otros hechos hoy carentes de información pública verificada, ¿aparecerían evidencias que representen una cifra objetora del carácter mayoritario de manifestación popular pacífica del 11J.? Aquí, "entre cubanos", vamos a dejarnos de propagandas. En aras de la verdad, vengan hechos, números, cifras. Tiene la palabra la prensa cubana...
¿LA MANO DEL "ENEMIGO"?
Demasiados indicios aparecen como para descartar la existencia de una mano organizadora que pudiera haber aprovechado el avance en Cuba del Internet y las redes sociales, a fín de extender y potenciar las manifestaciones, y por ende los disturbios y hechos vandálicos. Bien se conoce la compleja situación nacional: medidas coercitivas unilaterales de los Estados Unidos de América contra Cuba, en modo "estrangulamiento"; lineamientos y conceptualizaciones que al común mortal le parecen otro idioma ; reforma monetaria y cambiaria en la picota pública; medidas económicas de vieja demanda, cuya implementación pudo ser desde hace mínimo un decenio, - que tras el 11J son decretos o resoluciones ministeriales a un ritmo casi diario -, más una pandemia cuyas cifras de morbilidad y mortalidad oprimen el corazón cada mañana.
Ese caldo de cultivo, y sus consecuencias, hacen recordar a este periodista una frase de quien fue su mejor jefe en la Seguridad del Estado: "Los servicios especiales sólo trabajan sobre la base de conflictos reales, que estimulan o desestimulan de acuerdo con sus intereses".
¿EN LA TRAGEDIA, EL SAINETE?
Mientras el 11J se desencadenaba, y las informaciones e imágenes de cuanto ocurría se compartían por toda Cuba, se produjo un inexplicado corte de Internet en todo el país. Así de simple: un "apagón digital" que duró alrededor de una semana.Este periodista observó que, desde las 24 horas posteriores, ya "media Cuba" parecía reconectarse mediante uno o varios tipos de VPN, una de éstas de origen "misterioso" (2) Según Bloomberg, "más de 1,3 millones de cubanos emplearon esta alternativa, solamente el miércoles 14 de julio" (3).
¿Quién introdujo ésa, o esas VPN? ¿El Comando de Ciberguerra de los EE.UU., agencias vinculadas al gobierno estadounidense, o fue el talento de los informáticos criollos? Por lo pronto, el hecho terco: media Cuba burlándose a carcajadas del llamado "apagón digital" ¡Aprenda, quien debe aprender, que el pueblo cubano sabe ser mambí de muchas formas!;
LA PRENSA, LA PRENSA...
El artículo 55 de la Constitución "reconoce a las personas la libertad de prensa. Estederecho se ejerce de conformidad con la ley y los fines de la sociedad...Los medios fundamentales de comunicación social, en cualquiera de sus manifestaciones y soportes, son de propiedad socialista de todo el pueblo o de las organizaciones políticas, sociales y de masas; y no pueden ser objeto de otro tipo de propiedad...El Estado establece los principios de organización y funcionamiento para todos los medios de comunicación social".
¿ Existe la ley para regular el ejercicio de la libertad de prensa, de manera que prevalezca la soberanía y la participación popular, base de todo cuanto se entiende por República de Cuba? ¿Quiénes o qué determinan los "fines de la sociedad", los cuales en términos de bienestar humano son infinitos? ¿No sería más eficaz legislar sobre lo que no es conforme a "los fines de la sociedad"?
Que sepa, desde mínimo 1988 el gremio periodístico cubano reclama una Ley de Prensa que norme deberes y derechos de todos los involucrados en el proceso noticioso, hoy más que nunca una urgencia ante un número que por sí mismo es un impresionante salto de calidad en el acceso a las corrientes de información, vengan de donde vengan: según Cubadebate, 4,2 millones de cubanos conectados a Internet.
Destacados periodistas y dirigentes del gremio se han pronunciado muy críticamente sobre las falencias del modelo de prensa cubano. Ricardo Ronquillo Bello, Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) ha expresado: "A lo largo de la Revolución mantuvimos un modelo de prensa demasiado verticalizado y de una altísima dependencia institucional. Funcionó en cierto momento, pero hoy no responde a los actuales presupuestos de la comunicación; por ello, construir un nuevo modelo de prensa no es una opción sino una necesidad... el modelo de comunicación debe responder a los mecanismos de control popular” (4).
Ronquillo Bello da en el clavo con una simple frase: "mecanismos de control popular". Si lo interpreto a mi modo, la prensa cubana tiene dos principales roles:
1) la información veraz, oportuna, sin censuras no legalmente reguladas y, de ser necesario, analizada en géneros de opinión a través del prisma constitucional;
2) ser "el perro guardián" de dos principios rectores del "proyecto socialista cubano": la rendición de cuentas de elegidos a electores y la revocación de mandatos caso de ser necesaria.
A MANERA DE UN FINAL
Por muchas vueltas que se den,sólo victoria si se alcanzan estas metas: desplegar en todos sus potenciales la vigente Constitución de Cuba; acelerar al máximo la promulgación de sus legislaciones complementarias - sea por leyes o decretos que se puedan perfeccionar en lo futuro -; elevar en flecha la participación popular, despojada de formalismos bien conocidos, y sumar la firma o ratificación de tratados internacionales de derechos humanos, algunos de éstos asignaturas pendientes para Cuba (5).
Pregunta en pie: ¿hay socialismo sin que la legislación y ejercicio de los derechos humanos no se ajuste en letra y espíritu a como se interpretan en la Declaración y el Programa de Viena? Más claro, ni el agua: carácter universal, indivisible e interdependiente de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, que se refuerzan mutuamente (6).
Cierto que la pandemia de COVID-19 es un obstáculo sobrecogedor. Cierto que las medidas coercitivas unilaterales estadounidenses parecen una guerra sin disparos, al tiempo que generan algo como un síndrome de plaza sitiada, el cual provoca desde sanas y lógicas suspicacias, hasta oportunistas que se erigen en "inquisidores de la Fe", no sin pasar por expertos en monopolios de la competencia desleal . Sin embargo, ni una de esas realidades oculta un hecho terco: las manifestaciones y disturbios del 11J son el aviso de que el "proyecto socialista cubano" está en carrera contra el tiempo.
Ganarla, es el reto.
NOTAS:
(5) Cuba firmó los pactos internacionales de Derechos Civiles y Políticos, y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el 28 de febrero del 2008. No los ha ratificado y por tanto no es Estado Parte. Este periodista no profundizó más en el tema, si bien es harto conocida la destacada participación cubana en otros tratados. No obstante , llama la atención su postura ante los pactos mencionados, dada la estrecha relación de éstos con la Declaración Universal de Derechos Humanos.
(6) Cuba estuvo entre los 171 Estados que aprobó por consenso la Declaración y el Programa de Viena, lo cual tuvo lugar en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena, Austria, entre el 14 y el 25 de junio de 1993. Para más información puede consultar, en principio: