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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 22 de diciembre de 2017

Debatiendo sobre la economía cubana: el olvido de la reflexión en la crítica política

Por Pedro Monreal

22 diciembre de 2017

He leído con atención el texto titulado “Una reflexión sobre los olvidos políticos de la crítica económica que se nos hace”, que ha publicado el profesor MsC. Rubén Darío Mora Fernández, el 14 de diciembre de 2017. https://cubaeconomista.blogspot.fr/2017/12/vuna-reflexion-sobre-los-olvidos.html. En su primer párrafo se anuncia una crítica directa a los “olvidos políticos” de la propuesta de Programa de Estabilidad Económica que presenté hace unas semanas.

La conjeturada implicación práctica de ese imputado “olvido político” fue planteada claramente por el comentarista: mi propuesta está formulada en términos que no permite revelar “nuestra realidad”. Concentrémonos, entonces, en esos dos puntos que el profesor ha escogido para articular su visión crítica sobre la propuesta del programa: la dimensión política y la realidad nacional.

Rehén de los eufemismos políticos

La reflexión crítica que se ha hecho considera que las definiciones normativas (lo que debería ser) contenidas en el documento de la “conceptualización” explican la “no existencia de la categoría en Cuba de la empresa privada nacional”; pero con esto hay, al menos, dos problemas. En primer lugar, plantea una perspectiva superficial respecto a las causas por las que existen -o no existen- instituciones en un marco político determinado. En segundo lugar, lo que no existe -hasta el momento- es la forma jurídica de la empresa privada nacional, pero en tanto categoría que refleja un hecho de la realidad, es difícil argumentar que no existe empresa privada nacional.

No me queda claro lo que –en el plano de las ciencias sociales- el comentarista entiende por “categoría”, pero la empresa privada nacional sí existe como parte de la realidad de Cuba. Es precisamente respecto a ese hecho que el Informe Central del VII Congreso del PCC pidió “llamar a las cosas por su nombre y no refugiarnos en ilógicos eufemismos para esconder la realidad”.

Pudiera ser que el comentarista tuviese una idea diferente, pues plantea “la no existencia de la categoría en Cuba de la empresa privada nacional y, sí el reconocimiento como micro, pequeña y mediana empresa privada, como actores complementarios en dicho sistema”. Asume que se trata de dos cosas distintas, pero en realidad está utilizando un eufemismo ilógico que trata de esconder una realidad: una empresa pequeña (o micro, o mediana) privada es una empresa privada. Lo que define que una entidad sea privada, o no lo sea, no es una cuestión de escala.

El problema que se observa en Cuba respecto a la empresa privada radica en el componente jurídico de la realidad. De la misma manera en que no existe la categoría jurídica de “empresa privada nacional”, tampoco existen categorías jurídicas por separado, ni para el conjunto, de la “micro, pequeña y mediana empresa privada”. Pudiera haber documentos políticos normativos que las mencionen, pero todavía no cuentan con respaldo jurídico concreto. Este es un punto que sirve para ilustrar que los documentos normativos no son los que explican las categorías de las instituciones que existen en la realidad.

Han transcurrido más de 18 meses desde que un documento clave (el Informe Central) de la reunión mas importante del partido político que se autodefine como la fuerza dirigente de la nación, indicó la conveniencia de dotar de personalidad jurídica a esas entidades y de establecer un marco regulatorio adecuado para ellas. Sin embargo, eso no ha ocurrido.

La explicación no la va a encontrar el comentarista en lo que está escrito en los documentos, sino en los procesos políticos reales del país. No tengo información suficiente para explicar el impasse de esos 18 meses, pero la noción de que ello pudiera estar relacionado con el ejercicio del poder político -en una dirección no favorable a la legalización de la empresa privada-, no parece ser implausible.

Idealizando la realidad nacional

El comentarista apunta tres importantes aspectos de la realidad respecto a los que considera que el “Programa de Estabilidad Económica” está equivocado:

Empleo. Apoyado en una brumosa reflexión acerca de por qué una empresa privada micro, pequeña o mediana no es una empresa privada, el comentarista dice que “por eso no se entiende que la supuesta pérdida de empleo en el sector estatal ha estado dirigida por la política de la ampliación del sector no estatal”.

No solamente no entiende el comentarista lo que se plantea en el Programa respecto al empleo nacional en general, sino que refleja desconocimiento acerca de cómo interpretar las estadísticas oficiales de empleo del país. Decir, a estas alturas del debate, que existe una “supuesta” pérdida de empleo en el sector estatal, es el tipo de cosas que nunca sería tomado como una muestra de seriedad en una discusión entre analistas.

Pero hay una contradicción adicional. Por una parte, el comentarista afirma que la reducción del empleo estatal es “supuesta”, pero, sin embargo, parece admitir que ha ocurrido, al decir que habría sido algo “dirigido” por el gobierno para ampliar el sector no estatal. Es la primera vez que escucho esa visión auto-exterminadora del sector estatal cubano. No parece estar familiarizado el comentarista con la abundante literatura académica producida en Cuba que explica ese proceso como el resultado de una imperiosa necesidad, y no de una opción consciente para desarrollar el sector no estatal.

Eslabonamientos productivos. Este es, probablemente, el componente de la reflexión del comentarista en el que la idealización de la realidad económica del país alcanza un momento verdaderamente estelar. Se afirma que el Trabajo por Cuenta Propia (TCP) “está proyectado prospectivamente a los encadenamientos necesarios con el sector estatal, cooperativo y mixto, para el acercamiento progresivo a la satisfacción de necesidades que demandan las comunidades, desde producciones que no realiza el Estado”.

Parecería que el comentarista tiene a mano los datos que le permiten entender cómo funcionaría “prospectivamente” -en la práctica- esos ensoñados encadenamientos necesarios y el acercamiento progresivo de la satisfacción de las necesidades, a pesar de que lo que se tiene como base material para esa idílica “proyección prospectiva” son categorías laborales como las de “forrador de botones”, “pelador de frutas naturales”, “animador de fiestas, payasos y magos”; “cochero”; “criador-vendedor de animales afectivos”; “peluquero de animales domésticos”; “productor-recolector”; “vendedor de hierbas para alimento medicinal o de hierbas medicinales”; “reparador de colchones”; o “servicio de coche infantil tirado por animales”.

Nunca me he topado con un solo análisis que permita establecer ese tipo de “proyección prospectiva” como algo factible. Si el comentarista ha tenido acceso a ese tipo de análisis sería apropiado que lo compartiese.

Sobre el tema he publicado recientemente una nota. Ver: “La economía cubana hacia 2018: temas para legislar”, 18 de diciembre de 2017. (https://cubaposible.com/economia-cubana-2018/).

Bienestar. El comentarista presenta, igualmente, una bucólica visión del Trabajo por Cuenta Propia (TCP). De hecho, parece ver las cosas de tal manera que de pronto entran dudas respecto a la propia conveniencia de reformar la empresa estatal como mecanismo para sustentar la prosperidad de los trabajadores cubanos.

Criticando lo que he expresado acerca de que “en que la mayoría de los casos los TXCP lo que han hecho es sobrevivir”, riposta el comentarista que “todo lo contrario, la mayor parte vive mejor que antes, en cuanto a ingresos, aunque una parte de ellos esté situada en los espacios de movilidad descendente de fuerza de trabajo”. Esto parecería ser un aporte interesante acerca de cómo construir una nación próspera.

Se reconoce que “una parte” no funciona bien, pero eso parece considerarse como un dato secundario. El argumento central de la crítica que hace el comentarista –en este punto sobre el bienestar- es que “una parte de los más de 500 mil TXCP están en procesos de reproducción simple, lo que no significa por debajo del nivel de pobreza, si estimamos este en ingresos inferiores al “cambio 1x1” que usted critica”. Algo así como: ¡Viva la reproducción simple!
Aquí también hay tela por donde cortar. Resulta que parecería ser que “criticar” la tasa de cambio 1 peso cubano = 1 USD expresaría –en mi caso- una valoración incorrecta sobre la que debería ser la cotización de la moneda nacional frente a las divisas. Hasta ahora no había encontrado a alguien defendiendo, ni siquiera tenuemente, la actual cotización cambiaria de 1 X 1.

Una nota adicional sobre sobrevivencia, desigualdad y pobreza

Aunque no está muy claramente formulado, parecería que el comentarista posee acceso a información que no se ha hecho pública respecto al nivel de los ingresos de los TCP, y también parece utilizar un indicador del nivel de pobreza que humildemente le pido que comparta con quienes tratamos de analizar la pobreza en la sociedad cubana y no disponemos de esa información.

El tema de la “sobrevivencia” en Cuba es mucho más complicado de lo que proyectan las reflexiones del comentarista. En Cuba “sobreviven” millones de personas, tanto en el sector estatal, como en el sector no estatal. Simultáneamente, hay personas con un nivel de bienestar muy superior a la media en el sector no estatal, y también en el estatal (no olvidemos la corrupción y el desvío de recursos en el sector estatal que sistemáticamente denuncia la Contraloría General de la República). 

Si se agregan al análisis las remesas y los ingresos “extra” por diferentes vías (legales y no legales), habría que llegar a la conclusión de que el tema de la “sobrevivencia” expresa una abigarrada realidad para la que los analistas no cuentan con toda la información necesaria. A pesar de eso, los científicos sociales cubanos han hecho durante años un loable esfuerzo de investigación y se han obtenido resultados importantes. Por citar solamente cuatro libros esenciales para entender el tema, recomendaría la lectura de las siguientes obras: Políticas de atención a la pobreza y la desigualdad. Examinando el rol del Estado en la experiencia cubana (Dra. Mayra Espina); Algunas claves para pensar la pobreza en Cuba desde la mirada de jóvenes investigadores (compilado por la Dra. Maria del Carmen Zabala, con prólogo del Dr. Juan Valdés Paz, premio Nacional de Ciencias Sociales); Los marginales de las Alturas del Mirador (Dr. Pablo Rodríguez Ruiz); y Guajiros del siglo XXI (Dra. Ana Vera Estrada). 

El razonamiento del comentarista refleja un énfasis excesivo en el aspecto relativo de la prosperidad, el cual es un aspecto válido, pero insuficiente para abordar el tema. Si bien es cierto que es común encontrar en el TCP ingresos mayores relativos en relación con el sector estatal, ello no debe hacernos olvidar que una parte significativa de la situación consiste en que en ambos casos (TCP y sector estatal) se trataría de situaciones de “sobrevivencia”, aunque unos sobrellevarían el proceso relativamente mejor que otros.

Adicionalmente, un análisis de bienestar, específicamente en relación con la “sobrevivencia”, necesitaría incluir otros aspectos que rebasan la cuestión del ingreso, y que no funcionan bien en el TCP, como es el caso del alto riesgo que acompaña las actividades del TCP debido a diversos factores, incluida la inestabilidad y la falta de predictibilidad de las regulaciones.

El punto de partida indispensable para el análisis de la “sobrevivencia” sería poder contar con una medición de ingresos por grupos sociales, calificación, género, y ubicación geográfica; así como poder disponer de indicadores del costo de la canasta básica. Como se sabe, no se publican estadísticas oficiales sobre esos aspectos y, por ello, hay que utilizar estimados basados en casos de estudio, un tipo de estimado que no es muy abundante.

En ese sentido, recomendaría revisar con detenimiento una de las investigaciones más interesantes que se han hecho en Cuba, desde una perspectiva de género, y que revela la complejidad de las relaciones entre diversas fuentes de ingreso y los niveles de pobreza a nivel de unidades familiares del país. Se trata de un estudio de caso y, por tanto, sus conclusiones no son generalizables; pero es el tipo de investigación social rigurosa que permite entender la complejidad del tema del bienestar en Cuba, y que se aleja de la impugnable idealización que el comentarista proyecta respecto a quienes viven “mejor que antes” en Cuba. Se trata de un estudio que he citado con frecuencia: “Remesas y pobreza desde una perspectiva de género. El caso del Consejo Popular de Santa Fe”, de la Dra. Blanca Munster Infante. Puede accederse al estudio completo aquí. (http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20131004012852/Informe.pdf)

Recalco que debe considerarse que se “sobrevive” en una gran parte de la sociedad cubana, en la que se incluye parte del TCP y del sector estatal. Una diferencia relativa de ingresos en favor del TCP representa una “sobrevivencia” más llevadera, pero no significa que se haya superado la “sobrevivencia”.

Las falsedades inevitables

Tratar de esclarecer falsedades parece haberse convertido en una parte habitual de mi respuesta a las críticas que se hacen sobre lo que escribo. Como se repiten esas falsedades, a pesar de haberlas aclarado, no tiene sentido dedicarle mucho más tiempo a eso, pero a veces ofrece una oportunidad para destacar algunos puntos. El comentarista desliza dos falsedades en sus reflexiones.
En primer lugar, no es cierto que las dos entidades que se presentan en la propuesta -la Comisión Económica para la Estabilidad (CEE) y a la Corporación para la Transformación de Activos Estatales (CTAE)- no tengan funciones ejecutivas. La CTAE sí las tiene.

En segundo lugar, no es cierto que esas entidades asuman, en la práctica, atribuciones ministeriales. La CEE es una entidad consultiva provisional, de manera que nada tiene que ver con una función ministerial. Por otra parte, la CTAE tendría una función ejecutiva que no es ministerial. Se establecería, precisamente, para reducir el riesgo de que los intereses ramales pudieran afectar la coherencia de un proceso de gestión de activos estatales que debería operar a un nivel superior de la estructura estatal. Ese tipo de institución existe en otros países y parece haber funcionado razonablemente bien. Me refiero a China y a Vietnam.

Hasta aquí no veo problemas. Pudiera tratarse de falsedades no intencionadas, quizás resultantes de una lectura superficial del Programa o de insuficiente información sobre el tema. El asunto parece ser diferente cuando el comentarista caricaturiza la fase de saneamiento de las empresas estatales transfigurándola en un proceso de “privatización”. Considero que la propuesta explica con suficiente claridad el proceso que se sugiere y que es posible entender que no se reduciría a ser un proceso de “privatización”.

En cualquier caso, quizás debería considerar el comentarista que el Estado cubano ya posee experiencia transfiriendo activos al sector privado, solo que no se trata del sector privado nacional. Recomiendo al comentarista que lea con detenimiento esa parte del Programa. Pudiera haber en su comentario una intención de “etiquetado ideológico”, pero no dispongo de elementos para saber las motivaciones, de manera que simplemente le sugiero que lea con mayor cuidado.

Sugerencias finales

Me complace que el comentarista aborde el asunto desde la perspectiva de la Economía Política. En ese sentido, haría cuatro modestas sugerencias:

-          En primer lugar, que trate de no circunscribir su trabajo al uso de la teoría general y de los materiales normativos. Ambas cosas son necesarias, pero insuficientes para hacer análisis económico (y social, y político). Debería aprovechar los análisis basados en datos de la realidad que hacen los economistas, sociólogos, antropólogos, psicólogos, y politólogos del país; y que no se aprecian reflejados como sustrato de los comentarios que se han hecho. Esos especialistas poseen un conocimiento y una práctica distinta a la del comentarista, que pudiera complementarla. Eso pudiera facilitarle el trabajo al comentarista.  

-          En segundo lugar, creo que sería provechoso para la actividad del profesor que se libere de la carga retórica de un tipo de Economía Política que cada vez se practica menos. Debería tratar de ser no ser rehén de eufemismos y de “lugares comunes” que encartonan la comunicación y que limitan la exploración de la realidad. Por ejemplo, eso de que se “confunde mecanismos con leyes”. El tema de las “leyes” en el campo de las ciencias sociales ha ocupado un espacio en los debates contemporáneos sobre la filosofía de la ciencia y en los estudios sobre la complejidad (por ejemplo: Gareau, Kincaid, Rosenberg, Feynman, o McIntyre). Me limito a señalar aquí que se trata de un asunto polémico, entre otras cosas, porque se encuentra bajo disputa la propia noción de que pudieran existir “leyes” en el terreno de las ciencias sociales.

-          En tercer lugar, le convendría al comentarista cambiar el enfoque limitado con el que está tratando de responderse la pregunta: ¿cómo gestionar integralmente la principal fuente productiva del país -sus trabajadores- ante la incapacidad de la empresa estatal para hacerlo? Las reflexiones del comentarista indican un entendimiento del asunto como un problema de fallas de conocimiento que deben ser resueltas mediante entrenamiento y capacitación. Le sugiero al profesor que priorice el análisis de los intereses y de las estructuras socio- económicas concretas (no abstractas) en las que funcionen las empresas estatales en Cuba. A fin de cuentas, la Economía Política es acerca de eso. No importa la cantidad y calidad del conocimiento que se trasmita a dirigentes y trabajadores, si se continúa la práctica social en las empresas de no pagarle al trabajador lo que debe pagársele, por citar un caso. Aquí hay un tema “puro y duro” de intereses.

-          Finalmente, el comentarista pudiera considerar la posibilidad de incorporar, de manera penetrante, el análisis político a su trabajo. No me refiero a “mencionar” temas políticos, ni a tomar la política como “marco de referencia” general del análisis económico, sino a practicar eso a lo que se le llama “la inmersión del analista en las dimensiones políticas concretas del desarrollo”: fuentes del poder, formas del poder, competencia de agendas, intentos por tomar el control de los recursos y de apropiarse de los resultados económicos, conflictos, negociaciones, coaliciones, etc. Esas cosas ocurren en Cuba. La armonía es cosa de la música y de la poesía, no de la economía ni de la política. Hacer análisis político en el marco del estudio de los problemas económicos no es hacer “referencias” a la política, sino entender los detalles de la política e identificar sus posibles causalidades respecto a lo económico.
Obviamente, no me refiero en este punto a una deficiencia particular del comentarista, sino que simplemente le sugiero la posibilidad de que trate de familiarizarse con un proceso más amplio dentro de la Economía Política actual –incluyendo la marxista, pero que no se limita a esta- que, reconociendo el papel de los intereses, incentivos e instituciones en la manera en la que los actores se comportan y generan procesos y prácticas que afectan o benefician el desarrollo, se propone que la Economía Política le conceda un lugar central a lo que se considera que es “propio” de la Economía Política: el análisis de temas políticos como el poder, la “agencia” de los actores, y las coaliciones.

Me refiero a los debates en el campo de lo que se conoce como “Pensando y Trabajando Políticamente” (Thinking and Working Politically, TWP) y “Haciendo un Desarrollo Diferente” (Doing Development Different, DDD), en el que han participado especialistas como Adrian Leftwich, David Hudson, Matt Andrews, Leni Wild, Marta Foresti, Salimah Samji, Claire Mcloughlin, Jaime Faustino o David Booth, entre otros.

La visión sobre el reto de la Economía Política en Cuba no puede limitarse a las cuestiones relativas al socialismo, sino que debe incluir –de manera central- el tema del desarrollo, entendido este de modo preciso y no simplemente de manera general, declarativa o normativa.

Implicaría incorporar al análisis económico concreto cosas como la existencia de “resistencia burocrática”, “mentalidades arcaicas”, y conceptos “obsoletos”, todos ellos temas ciento por ciento políticos. ¿Puede haber alguna duda acerca de que el estudio riguroso de la “resistencia burocrática” en Cuba pudiera tener mayor poder explicativo respecto al proceso de lento crecimiento económico del país que muchos otros factores que suelen mencionarse?

Me percato que esto debe resultar perturbador para quienes asumen que la función de un especialista de Economía Política es la de transmitir doctrinas y no la de tratar de “desempacar” el papel de la política en el desarrollo, pero renunciar a hacer eso casi siempre resulta en una idealización de la realidad que dificulta su transformación.

Una bioeléctrica, muchas interrogantes y una posdata


Sayli Sosa • 22 de diciembre, 2017


En agosto pasado, durante una visita de José Ramón Machado Ventura a Ciego de Ávila, las expectativas generadas por la construcción de una bioeléctrica en el municipio de Ciro Redondo empezaron a “aterrizar”… forzosamente.

Después de comprobar in situ que la inversión no avanzaba según lo planificado, otra conclusión fue clara: el marabú, el bagazo y los residuos de cosecha generados en la provincia no serán suficientes para alimentar las calderas. El consenso, entonces, fue sembrar bosques energéticos.

Esta historia había comenzado en abril, cuando los embajadores de Reino Unido y China asistieron a la colocación simbólica de la primera piedra de una planta de generación de electricidad a partir de la biomasa, que costará 186 millones de dólares.

La inversión está a cargo de la empresa mixta Biopower S.A., cuyos accionistas son en la británica de Havana Energy (49 por ciento) y Zerus (51 por ciento), organización subordinada al Grupo Azucarero AZCUBA. El aporte chino es en tecnologías y lleva la firma del Instituto de Diseño y Estudio de Industria de Maquinaria (SIMEE), de Shanghai.

Biopower fue creada en 2012, según dijo a Trabajadores su vicepresidenta, mas, “por causa del bloqueo tuvimos que paralizar las primeras contrataciones, las cuales continuaron gracias a las negociaciones con la empresa Shanghai Electric”.

En teoría, la planta, prevista a inaugurarse en 2019, generaría unos 60 megawatts/hora a partir del bagazo de caña, en tiempos de zafra, y el resto del año su materia prima sería el marabú y residuos de cosechas (paja de arroz, aserrín, leña, etc.).

Dos meses antes, la IX Conferencia Internacional de Energía Renovable, Ahorro de Energía y Educación Energética, reunió a 200 expertos y empresarios de unos 20 países y como parte del foro Haciendo Negocios en Cuba, el presidente de la empresa Biopower SA, Andrew Macdonald, dictó una conferencia magistral sobre la bioeléctrica que se construye cerca del central azucarero Ciro Redondo.

El ejecutivo, en esa ocasión, “adelantó que prevén completar cinco proyectos similares de bioeléctricas, de los cuales dos tienen ya identificados los centrales donde serán instalados, el Mario Muñoz, en la provincia de Matanzas y Ecuador (Ciego de Ávila).

“Agregó que existe suficiente materia prima -bagazo de caña y marabú- para el funcionamiento de esas plantas, que representarán un importante aporte de energía eléctrica de forma compatible con el medio ambiente”, publicaron los medios locales.

Pero en la visita de chequeo, en agosto, los cálculos no dieron exactos. Machado Ventura instó a sembrar bosques energéticos porque el bagazo no será suficiente y el marabú tampoco.

Foto: Ortelio González.

1+1+1+?

La matriz energética de Cuba en la actualidad se ha diversificado, aunque todavía es muy dependiente de los combustibles fósiles. Más del 90 por ciento de la energía se genera a partir del petróleo o sus derivados; no obstante, la proyección es que en 2030 el 24 por ciento de la generación provenga de fuentes renovables, lo que equivaldría a triplicar el total de kilowatts/h que se produce hoy.

Matriz energética de Cuba por fuentes. Tomado de Cubadebate.

Mediante el Decreto Presidencial No. 3 del 11 de diciembre de 2012, se estableció la Política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables y el uso eficiente de la energía, que planteó cuatro objetivos estratégicos, a saber:

Aumentar el por ciento de utilización de las Fuentes Renovables de Energía

No incrementar la dependencia de importaciones de combustibles para la generación

Reducir los costos de la energía entregada por el Sistema Electroenergético Nacional

Reducir la contaminación medioambiental. Gramos de CO2 por kW/h servidos

Bagazo de caña

Especialistas reunidos en el programa televisivo Mesa Redonda, en 2014, habían explicado que toca a la industria azucarera liderar el cambio en la matriz, con una participación del 14 por ciento en 2030. Para ello se proyectan inversiones con capital extranjero en casi todas las provincias del país.

Bárbara Hernández Martínez, ingeniera mecánica y Jefa de generación eléctrica de AZCUBA, dijo en junio de 2016 que “con la producción de caña proyectada se abastecerá un volumen de molida del ingenio de ocho mil toneladas por día en 2019, para no menos de 150 días de zafra, con explotación de la capacidad de operación como mínimo de 85 por ciento”.

Según el Atlas Energético, elaborado por Cubasolar, la industria azucarera tenía en Ciego de Ávila una capacidad de generación instalada de 84,5 MW. A partir del bagazo como combustible, se generaban, aproximadamente, 89,8 GW/h; de ellos se entregaba al SEN poco más de de 8 GWh durante las zafras. El resto se utilizaba en asegurar la energía de los procesos de producción internos de cada central.

Pero de nueve centrales que llegó a explotar, la provincia se quedó con cuatro después de la reestructuración del sector azucarero. Contrario a lo sucedido por cinco años consecutivos, la zafra 2016-2017 terminó en mayo por debajo de lo planificado, con unas 193 100 toneladas de azúcar producidas. La extrema sequía que afectó durante más de dos años a la Isla, tuvo su expresión, también, en los bajos rendimientos de la gramínea.

No obstante, en el territorio avileño el bagazo no se utiliza únicamente en la producción de electricidad. Adjunta al central Primero de Enero, la Fábrica de tableros prensados, rehabilitada en 2017, demandará unas 10 000 toneladas del residuo para elaborar 7000 metros cúbicos de tableros de 16 milímetros.

La industria azucarera en Cuba, explica el economista Luis Domingo Laíno, ha desarrollado diferentes equipos para procesar y separar la caña de azúcar y los residuos que se trasportan juntos al ingenio, desde que el central Urbano Noris (Holguín), en 1982, fue el primero en instalar un esquema para el procesamiento de residuos; y el Ramón Ponciano (Sancti Spíritus), en 1990, obtuvo el mayor procesamiento con 32.000 toneladas en un año.

Aunque la caña de azúcar produce gran cantidad de biomasa (cogollo, hojas secas y verdes), la aprovechable energéticamente es el bagazo y los residuos agrícolas cañeros. El bagazo representa el 30 por ciento de los tallos verdes molidos y es el residuo fibroso de este proceso, que se obtiene con un 50 por ciento de humedad, lo cual significa que por cada hectárea cosechada es posible obtener anualmente 13,5 toneladas de bagazo=2 toneladas de combustible equivalente, según datos de la FAO.

El plan técnico económico de la zafra 2016-2017 en Cuba no fue público. A finales de mayo Granma informó que la campaña azucarera terminaba con el cumplimiento al 85 por ciento de lo proyectado, aun cuando se experimentó un crecimiento del 20 por ciento con respecto a la zafra anterior. Sin otros datos no es posible calcular el potencial de producción de bagazo en una zafra.

Marabú

Un reporte de la Agencia Cubana de Noticias asevera que, a pesar del trabajo de varios organismos y entidades en la “batalla” contra la planta espinosa, en Ciego de Ávila todavía quedan más de 80 000 hectáreas infestadas y lo peor es que están muy alejadas de los perímetros urbanos, de ahí que no puedan ser entregadas en usufructo.

Entre las empresas que más han trabajado en el desbroce aquí están AzCuba y Agroindustrial Ceballos. Las tierras liberadas por los primeros se han aprovechado en el cultivo de la caña y los segundos han elaborado más de 197 000 toneladas de carbón vegetal, con ingresos superiores a los 68 millones de pesos en poco más de una década.

La tonelada de carbón vegetal cubano se cotiza entre 340 y 380 dólares en el mercado internacional, aunque en enero último se logró un contrato con Estados Unidos por 420 dólares, el primero después de 50 años, informó Cubadebate. Cuatro empresas (CubaExport, Cítricos Caribe, Cimex y Alcona) exportan carbón vegetal, sobre todo hacia Europa, a un ritmo de 80 000 toneladas anuales.

A pesar de que todavía queda mucho marabú en Cuba (se estima que un millón de hectáreas estén infestadas=20 por ciento de la superficie cultivable) y en Ciego de Ávila, no parece que sea más rentable quemarlo para producir energía que para obtener divisas.


Después de 50 años, Cuba volvió a exportar carbón vegetal a Estados Unidos, luego del acuerdo firmado a principios de 2017. Foto: Tomada de Cubadebate.

Paja de arroz

Hasta agosto pasado, agricultores estatales y privados habían sembrado en tierras avileñas apenas 1402 hectáreas de arroz, de 2700 proyectadas. La intensa sequía y el balance negativo de agua malogró la intención de crecer en cantidad y aún está por ver si también en calidad: el objetivo de los arroceros es alcanzar cuatro toneladas por hectárea, cota todavía por debajo de la expectativa nacional.

En 2012 se había aprobado el Programa de Desarrollo Integral del Arroz, cuyo objetivo era producir en el país, en su primera etapa (2016), 538 000 toneladas de arroz consumo para sustituir importaciones. También en el nivel macro la sequía recortó los planes.

No se encontraron referencias de cuánta paja produce una hectárea de arroz en Cuba; en la región de Albufera, España, por ejemplo, por cada hectárea cosechada se generan entre dos y ocho toneladas de paja, pero allí los rendimientos del cereal son muy superiores. Habría que calcular en las condiciones particulares de Cuba y de la provincia para tener la certeza de que se trata de un recurso estable y con suficiente potencial calórico.

Aunque está identificada como fuente de energía, se desaprovecha en este objetivo. Su uso más extendido es como alimento animal, y lo más probable es que la paja que queda en el campo después de la cosecha se queme todavía hoy, una práctica altamente contaminante.

Los investigadores Abril y Navarro (2009) aseguran que para lograr el aprovechamiento de la paja de arroz en la generación de energía de forma eficiente y la obtención de productos de alto valor agregado, “es necesario desarrollar una industria de recogida, transporte y almacenamiento, así como resolver las dificultades provocadas por su alto contenido de sílice”.

Bosques energéticos (biomasa forestal)

Mucho tiene que cambiar la silvicultura en Ciego de Ávila si quiere, a finales de 2019, ser una de las principales fuentes de materia prima para la bioeléctrica que ahora se construye. En esta actividad, la provincia exhibía los indicadores más bajos del país al cierre de 2016, también porque es de las que menor área destina al fomento de bosques (613 ha), teniendo en cuenta el peso de la producción de alimentos.

Lo primero que tendría que cambiar, por cierto, es la legislación cubana al respecto, pues entre los usos reconocidos por la Ley 85 o Ley Forestal para los bosques de producción, no está la generación de electricidad.

A nivel de país, después de un quinquenio en el que decreció paulatinamente el número de árboles plantados, 2016 experimentó un ligero crecimiento que, sin embargo, no se equipara con las cifras de 2012.

En total, la Isla dispone de 3 241 000 hectáreas de tierra cubiertas por bosques, lo que representa un índice de boscosidad del 31,15 por ciento de la superficie terrestre con que cuenta. Existe, no obstante, más de medio millón de hectáreas de superficie forestal, que se suman a las 244 000 deforestadas, según explicó un especialista del Ministerio de la Agricultura a Granma.

Fuente: Silvicultura. Indicadores seleccionados. Mayo 2017. ONEi.

En el libro Usando la biomasa forestal como una fuente de energía sostenible, investigadores españoles identifican tres grandes retos para la sostenibilidad de esta fuente de energía: ambiental, económica y social.

“Ambientalmente, hay que mantener el funcionamiento del ecosistema y la biodiversidad del bosque a largo plazo para asegurar que su capacidad productiva no se reduzca. A ello se suma que, económicamente, es necesario asegurar que existe una demanda suficiente para mantener la producción de biomasa, sin que desborde la capacidad de producción del medio ambiente y del sector industrial. Finalmente, desde el punto de vista social, la biomasa tiene que ser utilizada de forma que se ponga en valor un recurso local y se potencie la economía y el empleo rural, sin poner en peligro otros usos del monte. En definitiva, la viabilidad de la biomasa como una fuente de energía sostenible depende de los condicionantes particulares de cada monte, usuario y zona.”

… entonces…

¿Qué materia prima garantizará la generación de energía una vez entre en funcionamiento la bioeléctrica? ¿Existe o se prevé un sistema de transporte que mantendrá sin “baches” el flujo de la biomasa? ¿Era Ciego de Ávila la provincia con más condiciones para emplazar una bioeléctrica (teniendo en cuenta que solo cuenta con cuatro centrales, un programa arrocero pequeño, mucha tierra dedicada a la agricultura)? ¿Da más negocio quemar el marabú que hacerlo carbón? ¿Crecerán los indicadores de la zafra de manera que el bagazo sea suficiente para la fábrica de tableros y las bioeléctricas proyectadas? ¿Cuánto tarda en crecer un bosque energético?

Quisiera equivocarme olímpicamente, sobre todo si eso significa que tendremos energía limpia y menos dependencia de la importación de hidrocarburos, pero no puedo dejar de pensar en que, tal vez, las cuentas no den los resultados esperados y la voluntad de avanzar se convierta en voluntarismo.

Hay un par de ejemplos de inversiones (Terminal de Azúcar a Granel de Palo Alto, Planta de Biogás de Turiguanó) en Ciego de Ávila que, incluso con buenas intenciones, no produjeron los beneficios proyectados. Tampoco ha cumplido a cabalidad su encargo estatal la planta de Fitomás E aledaña al propio central Ciro Redondo.

Si resultaran muy lejanos en el tiempo estos ejemplos, sí está cerca geográfica y temporalmente, encendida como un bombillo rojo y una alarma de ambulancia, una fábrica china en Camagüey que ha producido cualquier cosa menos leche en polvo.

(Tomado del blog de la autora Plaza de Sayli)

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros

Ni retrocederemos ni nos paralizaremos

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del X Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 21 de diciembre de 2017, “Año 59 de la Revolución”.

Publicado: Viernes 22 diciembre 2017 | 03:07:16 AM
Actualizado: Viernes 22 diciembre 2017 | 04:00:58 AM

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General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Autor: Estudios Revolución Publicado: 22/12/2017 | 03:00 am

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

Compañeras y compañeros:

Me corresponde realizar las conclusiones del último Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional. En esta oportunidad abordaré varias temáticas del acontecer nacional e internacional.

Entre los días 8 y 10 de septiembre el país fue azotado por el huracán Irma, calificado como el evento meteorológico más poderoso y violento de la historia del Atlántico, que impactó, en mayor o menor medida, a 12 provincias con fuertes vientos, lluvias intensas y severas inundaciones costeras.

A pesar de las ingentes acciones acometidas para salvaguardar a la población, que abarcó la protección de más de un millón 800 mil personas, tuvimos que lamentar la pérdida de 10 compatriotas. Más de 179 mil viviendas resultaron afectadas y se produjeron significativos daños en las infraestructuras, edificaciones del sistema nacional de salud, centros docentes, la agricultura, industria azucarera, instalaciones turísticas y en las comunicaciones. Por vez primera se produjo la interrupción del sistema eléctrico nacional en todo el país.

En resumen, los daños ocasionados por el huracán Irma fueron cuantificados en 13 mil millones 185 mil pesos, cifra calculada a partir de la paridad del peso con el dólar norteamericano.

Nuevamente se puso de manifiesto el espíritu de resistencia y victoria de nuestro pueblo, que con organización, unidad, disciplina y solidaridad enfrentó este evento y la etapa de la recuperación.

En apenas 20 días se restableció el suministro de electricidad y agua en todo el territorio nacional, actividad en la que, junto a las fuerzas especializadas, se destacaron las brigadas mixtas de apoyo conformadas en cada municipio para las labores de limpieza, poda, apertura de huecos y acarreo de postes en apoyo de los obreros que se ocuparon de restablecer la electricidad.

Igualmente en tan solo 62 días fueron restablecidas todas las afectaciones en las instalaciones turísticas, de modo que estuvieron listas para prestar servicios antes del inicio de la temporada alta.

Nadie quedó desamparado. El Gobierno revolucionario adoptó un conjunto de medidas para facilitar la adquisición de materiales de la construcción y bienes de consumo de primera necesidad a los damnificados.

Logramos preservar los servicios de educación y salud, asegurándose la estabilidad epidemiológica.

Se encuentran en ejecución diferentes programas de construcción de viviendas más sólidas y resistentes en las comunidades que tuvieron las mayores afectaciones, lo cual se mantendrá como una de las principales prioridades en el Plan de la Economía Nacional para el próximo año y en adelante. En este sentido deben potenciarse los recursos locales disponibles para acelerar la solución al viejo problema de la vivienda. 

Es justo reconocer el papel desempeñado por las regiones estratégicas y sus respectivos jefes, los consejos de defensa provinciales y municipales, encabezados por los máximos dirigentes del Partido y el Gobierno en esas instancias, y a nivel de zona de defensa, las organizaciones de masas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior y demás organismos de la Administración Central del Estado.

Los resultados alcanzados en el enfrentamiento a este huracán y las experiencias acumuladas ante fenómenos climatológicos similares en años recientes, confirman la vigencia y validez de la doctrina de la Guerra de todo el pueblo, y la organización del sistema defensivo territorial y su sistemático perfeccionamiento, como pilares para resistir y vencer cualquier evento o amenaza, ya sea proveniente de la naturaleza o de cualquier otra índole (Aplausos). 

Sirva esta oportunidad para reiterar, en nombre del pueblo cubano, el más profundo agradecimiento por la ayuda y las incontables muestras de apoyo llegadas desde todas las partes del planeta, mediante jefes de Estado y de Gobierno, organizaciones políticas, movimientos de solidaridad y amigos de Cuba.

Pasando a otro tema, aprovecho la ocasión para referirme a la exitosa realización de la primera etapa del proceso de elecciones generales, donde resultaron electos los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular, las cuales quedaron constituidas el pasado domingo 17 de diciembre.

Una vez más nuestro pueblo acudió masivamente a ejercer su derecho al voto, alcanzando en la primera vuelta un 89,02% de asistencia, cifra similar a la del anterior proceso.

Al propio tiempo, la calidad del sufragio resultó superior, en comparación con las elecciones efectuadas en el año 2015, al alcanzarse un mayor por ciento de boletas válidas y por ende cifras inferiores de anuladas y en blanco.

Este proceso se caracterizó por una mayor preparación, organización y cohesión de trabajo entre las autoridades electorales en los distintos niveles, las instituciones estatales, organizaciones de masas y sociales y la ciudadanía. De hecho constituyó una demostración de respaldo masivo y confianza del pueblo en la Revolución y la democracia socialista, así como un digno homenaje a su líder histórico, y así debe ser en la siguiente etapa que próximamente se convocará.

Como se explicó, en virtud de las graves afectaciones ocasionadas por el huracán Irma, en medio de la fase de nominación directa de los candidatos a delegados, nos vimos obligados a modificar las fechas previstas para las elecciones de delegados a las asambleas municipales del Poder Popular.

Como consecuencia de lo anterior, en el día de hoy, de conformidad con la Constitución de la República, esta Asamblea acordó prorrogar el mandato de los delegados a las asambleas provinciales y los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, con lo cual la instauración del nuevo Parlamento no se realizará el 24 de febrero, como ha sido habitualmente, sino el 19 de abril, coincidiendo con el día del triunfo en Playa Girón, que constituyó la primera gran victoria del socialismo, ya proclamado por Fidel.

En esta sesión rindieron cuenta la Fiscalía General de la República y el Tribunal Supremo Popular, órganos que por la importancia que revisten en el fortalecimiento de la institucionalidad y de la disciplina social requieren el apoyo y la atención permanente en el desempeño de las misiones encomendadas, así como respetar sus atribuciones, independencia y el cumplimiento estricto de las decisiones que emitan. Al propio tiempo debe exigirse a sus integrantes un comportamiento ético y el compromiso invariable con el pueblo y la Revolución.

En este ejercicio se evidenciaron los avances que ambas instituciones han demostrado en el cumplimiento de las funciones que les competen por la Constitución.

Desde el martes pasado los diputados fueron informados ampliamente sobre la situación económica del país, lo cual me libera de entrar en detalles en esa materia.

Al intervenir en diciembre del pasado año ante esta Asamblea alerté que en el año 2017 persistirían las tensiones financieras y retos que podrían incluso recrudecerse, no obstante preveíamos retomar la senda ascendente en el desempeño de la economía nacional y lograr un crecimiento moderado del Producto Interno Bruto en el entorno del 2%.

Como les fue explicado en el transcurso de esta sesión, el PIB conservó su signo positivo al registrar un crecimiento del 1,6%, resultado que aunque no nos satisface, ha sido logrado en un escenario agravado de restricciones financieras, insuficiente disponibilidad de combustibles, a lo que se suma el nada despreciable impacto de la aguda sequía sostenida durante tres años y las cuantiosas afectaciones provocadas por el huracán Irma, cuestión a la que ya me referí.

Tampoco pueden soslayarse los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos, que no solo sigue en pie desde hace más de 56 años, sino que se recrudece bajo la nueva administración.

El modesto ascenso de la economía se vio favorecido por la dinámica en el turismo, esfera en la que se impondrá un nuevo récord de visitantes internacionales de 4 millones 700 mil; incrementos en los sectores del transporte, comunicaciones, agricultura y las construcciones, fundamentalmente.

Los principales programas de inversiones vinculados con el desarrollo de las infraestructuras y la ampliación de las fuentes de ingreso externas tuvieron un comportamiento aceptable.

En medio de las tensiones financieras se aseguró la vitalidad de los servicios sociales que se brindan gratuitamente a todos los cubanos.

Igualmente se ha preservado el equilibrio financiero interno, con mayores ofertas en la red de establecimientos minoristas, que aunque todavía insuficientes, permiten mejorar la respuesta a la creciente demanda de la población.


Foto: Estudios Revolución

El Plan de la Economía y el Presupuesto del Estado para el año 2018 aprobados hoy por este Parlamento, estiman un crecimiento del Producto Interno Bruto en el entorno del 2%, lo que presupone garantizar el uso eficiente de los recursos financieros y materiales disponibles, elevar los ingresos por exportaciones, aumentar las producciones nacionales, en particular de alimentos, sin renunciar a los programas de desarrollo que están en marcha para generar ingresos y nuevas fuentes de empleo.

El próximo año será también complicado para las finanzas externas de la nación, sin embargo, mantendremos el firme propósito de continuar recuperando gradualmente la credibilidad internacional de nuestra economía. Aprovecho la oportunidad para reiterar a los acreedores la voluntad de cumplimentar los compromisos asumidos en los diferentes procesos de reordenamiento de la deuda externa.

Proseguiremos el esfuerzo de reducir paulatinamente la cartera de pagos corrientes vencidos a nuestros proveedores, a quienes agradecemos el apoyo y comprensión de las dificultades transitorias que afrontamos. 

Igualmente debemos consolidar la todavía incipiente participación de la inversión extranjera en nuestra economía, dirección que en el transcurso del año 2017 mostró resultados superiores, pero ciertamente es todavía insuficiente.

En el día de hoy los diputados, al igual que hicimos ayer en el Pleno del Comité Central, evaluaron el estado de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

En el período analizado culminó el proceso de elaboración de las versiones finales de los documentos programáticos presentados al Séptimo Congreso del Partido y se valoró con espíritu crítico el comportamiento de la implementación de las políticas aprobadas a partir de las experiencias obtenidas, con el objetivo de corregir las desviaciones y violaciones que se pusieron de manifiesto.

Se ha trabajado con intensidad en la elaboración de las normas jurídicas que perfeccionan las formas de gestión no estatales, dígase el trabajo por cuenta propia y el experimento de las cooperativas no agropecuarias.

No resulta ocioso en este sentido, ratificar que no renunciamos al despliegue y desarrollo de las formas de gestión no estatales en nuestra economía. Ni retrocederemos ni nos paralizaremos, pero hay que asegurar el respeto a la Ley, afianzar los resultados positivos y enfrentar con firmeza las ilegalidades y la violación de la política vigente; en otras palabras, debemos asegurar que los cambios en esta esfera se implementen bien, y rectificar resueltamente toda desviación que nos aparte del camino escogido.

Al propio tiempo, se ha dado cumplimiento a las medidas aprobadas para la transformación paulatina y el perfeccionamiento del sistema empresarial estatal, que como todos sabemos es la forma principal de propiedad en la economía nacional socialista.

En días recientes fueron publicadas las nuevas normas jurídicas sobre el sistema empresarial cubano, lo que representa un paso más en el objetivo de separar las funciones estatales de las empresariales e incrementar la eficiencia y organización, otorgándole mayor autonomía en su gestión.

Actualmente se realizan las acciones de capacitación y divulgación para facilitar la implementación de las normas jurídicas publicadas.

Aunque la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria por sí misma no solucionará mágicamente todos los problemas acumulados en la economía cubana, constituye el proceso más determinante para avanzar en la actualización del modelo económico por el impacto que tendrá en todas las esferas del quehacer económico y social de la nación. Sin resolver eso es difícil avanzar correctamente.

En este período se ha reforzado e intensificado el trabajo con una mayor integralidad y alcance, de modo que seamos capaces de, a la par que unificamos el sistema monetario, superar las distorsiones existentes en materia de subsidios, precios y tarifas mayoristas y minoristas y, como es lógico, las pensiones y los salarios del sector estatal de la economía.

Nadie puede calcular, ni el más sabio de los sabios que tengamos nosotros, el elevado costo que ha significado para el sector estatal la persistencia de la dualidad monetaria y cambiaria, la cual favorece la injusta pirámide invertida, donde a mayor responsabilidad se recibe una menor retribución y no todos los ciudadanos aptos se sienten motivados a trabajar legalmente, al tiempo que se desestimula la promoción a cargos superiores de los mejores y más capacitados trabajadores y cuadros, algunos de los cuales emigran al sector no estatal.

Debo reconocer que este asunto nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución (Aplausos).

Al igual que en otras ocasiones, me parece oportuno ahora hacer un breve balance de algunos de los principales temas de la política exterior.

En 2017 hemos sido testigos de un serio e irracional deterioro en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. Nuestro país no es en lo absoluto responsable de este retroceso, marcado por el recrudecimiento del bloqueo, el regreso de la retórica agresiva e irrespetuosa y la arbitraria aplicación de medidas injustificadas que afectan sensiblemente los vínculos entre los pueblos y las familias, así como los derechos y libertades de los cubanos y los estadounidenses.

Las decisiones adoptadas por el gobierno de los Estados Unidos en los últimos meses, no solo interrumpieron el proceso iniciado por decisión soberana de ambos países para avanzar hacia un nuevo tipo de relación, por primera vez en su historia, basado en el respeto y la convivencia civilizada, sino que han abierto nuevos frentes de tensión.

En este retroceso, los Estados Unidos acuden nuevamente a la fabricación artificial de pretextos que justifiquen el regreso a políticas fracasadas y universalmente rechazadas.

Reitero categóricamente que Cuba no tuvo ni tiene responsabilidad alguna en los incidentes que se alega habrían afectado la salud de diplomáticos acreditados o de otros visitantes extranjeros.

Los resultados de las investigaciones cubanas y estadounidenses, que hasta ahora no han encontrado la más mínima evidencia de las causas y el origen de las afecciones de salud descritas, así lo confirman.

No ha sido Cuba la que ha establecido nuevas prohibiciones a los muy limitados vínculos económicos, comerciales y financieros existentes entre los dos países, ni quien ha vuelto a restringir el derecho de los ciudadanos estadounidenses a visitar nuestro país y de los cubanos a los Estados Unidos, ni la que ha perjudicado el funcionamiento de las embajadas, con consecuencias negativas para las relaciones migratorias, los intercambios y los viajes entre ambas naciones.

No debemos olvidar que la política adoptada por el nuevo gobierno de los Estados Unidos tiene la oposición del pueblo estadounidense y de la comunidad internacional, que se expresó claramente el pasado primero de noviembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas al depositar su voto, de forma casi unánime, con la excepción de Estados Unidos e Israel, a favor de la resolución presentada por nuestro país sobre la necesidad de que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero por parte del gobierno de los Estados Unidos, que el pueblo cubano sufre desde hace más de 56 años.

Tampoco tiene el apoyo de la mayoría de la emigración cubana, que se ve afectada también por decisiones que solo favorecen a sectores retrógrados minoritarios, interesados históricamente en conducir a ambos países hacia una confrontación.

Por nuestra parte, hemos hecho esfuerzos y continuaremos trabajando para preservar, en la medida de lo posible, los espacios de intercambio y cooperación establecidos en los últimos años y, como he dicho en repetidas ocasiones, Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno estadounidense.

La Revolución Cubana ha resistido los embates de 11 administraciones de los Estados Unidos de distinto signo y aquí estamos y estaremos, libres, soberanos e independientes (Aplausos).

Nuestra región latinoamericana y caribeña sufre los ataques del imperialismo y de las oligarquías con el objetivo de hacer retroceder la historia y quebrar los avances logrados por las fuerzas populares durante los últimos años.

La Revolución Bolivariana enfrenta la guerra no convencional que le imponen sus enemigos externos y sectores golpistas internos.

Los resultados de los recientes procesos electorales ratifican la legitimidad y el carácter democrático del gobierno encabezado por el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros y la unión cívico-militar.

Rechazamos las medidas coercitivas unilaterales impuestas por los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y la injerencia externa contra el proceso bolivariano y chavista de Venezuela que amenazan la paz y el diálogo entre venezolanos con propósitos desestabilizadores y generan penurias económicas a su población.

Algunos gobiernos del hemisferio, en complicidad con personeros de la desprestigiada OEA, intentan aplastar a Venezuela. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América reiteró, mediante la declaración de su Consejo Político, reunido en La Habana en días recientes, que permaneceremos unidos junto a ella.

La Revolución Cubana padeció por décadas etapas parecidas y aún peores en algunas ocasiones. Con esa experiencia y fieles a nuestros principios, ratificamos la invariable solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela. Mantendremos la cooperación con el gobierno y el pueblo venezolanos, aun bajo las circunstancias más adversas. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para cumplir el deber revolucionario de contribuir a la victoria de la Revolución bolivariana y chavista (Aplausos).

Nunca faltaremos a la lealtad y gratitud que sentimos hacia el presidente Hugo Chávez Frías por su apoyo y solidaridad en momentos difíciles.

Asimismo, reiteramos nuestro respaldo a la senadora Cristina Fernández de Kirchner que, como ustedes conocen, fue presidenta de Argentina, y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy acosados por la oligarquía con procesos judiciales motivados políticamente.

En este escenario cada vez más complejo, los países de la América Latina y el Caribe tenemos el deber de avanzar hacia la integración política, económica y social de Nuestra América. Como he afirmado en diversos foros, trabajar por la “unidad dentro de la diversidad” es una necesidad impostergable.

Cuba no escatimará esfuerzos para que la CELAC, como mecanismo genuinamente latinoamericano y caribeño, siga promoviendo los intereses comunes de la región. En ese propósito, los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz deberán continuar siendo el referente en las relaciones entre los países de la CELAC, y del resto del mundo con nuestros Estados.

Como se ha informado, hace pocos días efectuamos la Sexta Cumbre Caricom-Cuba en Antigua y Barbuda, que demostró no solo el elevado nivel de relaciones entre las naciones caribeñas y nuestro país, sino también la importancia de la cooperación y la solidaridad mutuas que mantenemos desde hace décadas.

Deseo reiterar el permanente apoyo a los hermanos caribeños, víctimas de devastadores fenómenos naturales como los huracanes Irma y María. Demandamos al propio tiempo un tratamiento justo y diferenciado para los Estados del Caribe, que hoy sufren los dramáticos efectos del cambio climático, y reafirmamos nuestra convicción de que es preciso enfrentar decisivamente ese fenómeno por parte de todos.

En la misma medida en que se manifiestan sus nefastas consecuencias, resulta más incoherente la posición del Presidente de los Estados Unidos de retirarse del Acuerdo de París, lo que contrasta con la actitud del resto de la comunidad internacional, reunida en Francia el pasado 12 de diciembre en la Cumbre convocada por el presidente Emmanuel Macron y las Naciones Unidas. 

Considero necesario dedicar unas palabras a la situación de Palestina.

Ratifico nuestra profunda preocupación y rechazo a la decisión unilateral del gobierno de los Estados Unidos de reconocer a la ciudad de Jerusalén como capital del Estado de Israel, lo que constituye una grave violación de las resoluciones de Naciones Unidas sobre el tema, y del Derecho Internacional.

Esta medida, repudiada de manera generalizada por la comunidad internacional, agudiza aún más las tensiones en el área y aleja las posibilidades de cualquier esfuerzo dirigido a reanudar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.

Reafirmamos el irrestricto apoyo a la búsqueda de una solución amplia, justa y duradera al conflicto, basada en la creación de dos Estados, que asegure el ejercicio del derecho inalienable del pueblo palestino a la libre determinación, y a disponer de un Estado independiente dentro de las fronteras anteriores a 1967, con su capital en Jerusalén Oriental.

Finalmente, reitero con toda energía y convicción que nuestro país seguirá manteniendo sus posiciones de principios en todos los aspectos de las relaciones internacionales, a favor de los derechos de los pueblos, de la paz, la justicia y de la solidaridad con las mejores causas de la humanidad (Aplausos).

Finalmente, compañeras y compañeros, deseo ratificar lo ya expresado por mí en el Sexto y Séptimo congresos del Partido acerca de la conveniencia de limitar a dos términos de cinco años el ejercicio de los principales cargos de la nación. En consecuencia, cuando la Asamblea Nacional del Poder Popular se constituya el 19 de abril del próximo año, habrá concluido mi segundo y último mandato al frente del Estado y el Gobierno y Cuba tendrá un nuevo presidente.

Solo me resta desear a ustedes y a todo nuestro pueblo las más calurosas felicitaciones con motivo del año nuevo, año 60 de la Revolución.


Muchas gracias (Ovación).