
El Decreto 359/2019 del Mincom abordó por primera vez dentro un marco normativo cubano el concepto de Industria en las entidades desarrolladoras de software, una idea cocida desde la fundación de la Universidad de Ciencias Informáticas y que adquiere ahora nuevas perspectivas
Por Susana Antón Rodríguez
La apuesta de Cuba por las tecnologías de la información y las comunicaciones, como parte del impulso al desarrollo económico y social es uno de esos temas que, de tan recurrentes en la prensa, los congresos y las declaraciones, a veces recuerda las muletillas que permiten sostener un discurso a quienes no están acostumbrados a las tribunas.
Sin embargo, para nada el empuje a las TIC es cuestión de moda reciente. En medio de los procesos actuales para llevar a cabo la transformación digital o crear las bases para el aprovechamiento de las ventajas de la inteligencia artificial desde perspectivas soberanas, vale recordar aquella osadía de hacer nuestra propia computadora digital, la CID-201, o la idea de Fidel de convertir a la Universidad de Ciencias Informáticas en el centro de una Industria cubana del software.
Por eso, para hablar de soberanía tecnológica, lo primero es plantear la pregunta de si existe en Cuba una Industria del software, cuál es su potencial de crecimiento, su nivel de competitividad y cuáles carencias atentan contra su desarrollo.
Ernesto Vallín Martínez, director general de Informática del Ministerio de Comunicaciones (Mincom) reconoció que la Industria, a diferencia de otras en el país, no se concentra en el organismo, sino que la conforman otras entidades y las Formas de Gestión No Estatal (FGNE).
Los principales productos informáticos, aplicaciones y servicios, señaló Vallín, son de producción nacional: las plataformas núcleo del gobierno y comercio electrónicos, las soluciones de gestión financiera y contable, empresarial y presupuestada. También satisfacen en gran medida la demanda de software de los principales sectores del país como la Salud, Educación, Turismo, Energía y la Agricultura.
En este contexto, precisó que el Mincom realiza una labor de conducción de las políticas asociadas, aunque las acciones realizadas son insuficientes, pues los principales elementos que deben marcar el desarrollo aún exhiben muy bajos resultados, tales como la exportación y la retención del personal altamente calificado.
La guía de este organismo desde los inicios de la Industria ha sido, según varios entrevistados, crucial y positiva. Sin embargo, Carlos Miguel Pérez Reyes, CEO de la empresa privada Dofleini S.R.L, considera el Mincom se ha rezagado en actualizar y modernizar sus políticas para que se adecuen a la necesidad del sector privado referente a la demanda de infraestructura informática, la adopción de software como servicio y una exportación menos tradicional, en medio de una creciente migración de profesionales.
Otro problema que lastra un mejor desempeño del Mincom en su presidir, a juicio de Rafael Luis Torralbas Ezpeleta, presidente del Parque Científico Tecnológico (PCT) de La Habana, es el debilitamiento de sus estructuras internas para la atención a la Industria, lo cual impide un mejor seguimiento y atención a las demandas de los empresarios.
“También se valora que sea más proactivo en la toma de decisiones que dependen de otros ministerios como el de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) o el de Economía y Planificación (Mep), además debe influir en cerrar las brechas que existen entre el sector estatal y no estatal”, según opinó Ailyn Febles Estrada, presidenta de la Unión de Informáticos de Cuba (UIC).
Ni separados ni marginados: integrados
En las relaciones entre ambos sectores, resaltó el CEO de Dofleini, el privado enfrenta los mismos desafíos que el estatal. A ello se adicionan algunas barreras como la falta de acceso a financiamiento, determinadas restricciones en la importación de equipos y tecnología, más una regulación que no favorece la agilidad empresarial para la exportación de servicios y el despliegue tecnológico.
“Uno de los elementos más significativos en este sentido es la imposibilidad de publicar páginas web y otros sistemas fuera de Cuba, a sabiendas de la pobre capacidad del país y la existencia de empresas estatales intermediarias en el proceso de exportación que, en muchos casos, son competidores en el mismo mercado”, señaló.
Para incentivar la Industria, precisó, es necesario flexibilizar el acceso a financiamientos, modernizar las normativas, facilitar las alianzas público-privadas y actualizar las políticas en relación con la exportación y el acceso a la divisa que generan.
Pérez Reyes destacó que el sector privado puede aportar flexibilidad, rapidez en la implementación de nuevas tecnologías y mayor innovación en modelos de negocio, además de impulsar la exportación de servicios de software, crear empleos de alto valor y formar alianzas estratégicas con el sector estatal para mejorar la competitividad global de la Industria.
Por otra parte, Miguel Jorge Alonso Menéndez, socio y director general de Guajiritos S.R.L, consideró que la libertad de gestión del privado y el incentivo de salarios competitivos hace que puedan marcar pasos en el crecimiento como empresas de la Industria.
“El privado, sobre todo, puede aportar para burlar el bloqueo, pues nada está escrito que aplique a la persona natural, solo al Estado. Asimismo, el 95 por ciento de todo el trabajo de Guajiritos viene de alianzas con el sector estatal cubano”, resaltó.
El director general de Informática del Mincom consideró que la falta de personal limita una mejor atención por parte del Ministerio a las Formas de Gestión No Estatal: “siempre se puede hacer más; continuamos abriendo espacios de comunicación, ya que en su diversidad expresan múltiples intereses y mercados a satisfacer, es por ello que esta fuerza retoma gran importancia en el proceso de transformación digital”.
Vaillín remarcó la importancia de que ambos sectores trabajen en colaboración con el gobierno para crear un ecosistema favorable al desarrollo de la Industria, con un impacto positivo en el bienestar de la población, sin perder la necesaria mirada hacia la exportación como fuente generadora de ingresos para reinvertir en la Industria.
En ese sentido, la presidenta del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC), Ariadne Plasencia Castro, resaltó las colaboraciones con las mipymes privadas en el desarrollo de proyectos tecnológicos, aprovechando la innovación y flexibilidad de estas empresas para crear soluciones adaptadas a las necesidades del mercado.
Con la formación académica, el valor del capital humano
Si hay un punto en el que todos los entrevistados coinciden es en la formación de capital humano altamente calificado como elemento fundamental en el desarrollo de la Industria como parte de las fortalezas que esta presenta.
En ello desempeña un rol fundamental la Universidad de las Ciencias Informáticas (Uci) que, según Yanio Hernández Heredia, presidente de la Sociedad de Interfaz de Ciencia y Tecnología de esta alta casa de estudios, Kainos S.A, se encarga de la formación de profesionales en el campo de la informática y el desarrollo de software con graduados altamente valorados en el mercado laboral cubano.
La universidad –añadió– promueve la investigación en áreas claves de la informática, como la inteligencia artificial, la ciberseguridad y el desarrollo de software, que ayudan a impulsar la innovación dentro del sector, al tiempo que establece vínculos con diferentes Organismos de la Administración Central del Estados y entidades, lo que permite a los estudiantes realizar prácticas profesionales y colaborar en proyectos reales, facilitando la transferencia de conocimientos y la aplicación de tecnologías.
Hernández Heredia, quien fuera vicerrector primero de la Uci, explicó que esa casa de altos estudios participa, a través de sus laboratorios y centros de desarrollo, en la creación de soluciones informáticas, organiza y participa en eventos relacionados con la tecnología y el software y ofrece una variedad de programas académicos centrados en la informática y las tecnologías de la información. Estos incluyen la Ingeniería en Ciencias Informáticas –el más destacado–, que forma profesionales capacitados en el desarrollo, implementación y gestión de sistemas de software y hardware.
Recientemente también se han abierto otras carreras de pregrado, todas relacionados con las TIC, Bioinformática, Ciberseguridad y un ciclo corto en administración de redes y seguridad informática; además de ofrecer diversas maestrías en áreas especializadas y promover los doctorados en Ciencias Informáticas, diplomados y cursos de especialización.
Ciencia y Tecnología de un parque para la industria
El Parque puede impulsar el desarrollo de la industria mediante las bondades de su propio modelo.
La primera vez que se abordó dentro de un marco normativo cubano el concepto de Industria en las entidades desarrolladoras de software fue con el Decreto 359/2019 del Mincom “Sobre el desarrollo de la industria cubana de programas y aplicaciones informáticas”.
La norma estipula también el desarrollo de los Parques científico-tecnológicos, como parte integrante de la Industria para aprovechar la infraestructura y el capital humano, y potenciar la vinculación entre las universidades, los gobiernos locales, los productores de aplicaciones informáticas y los centros de investigación.
El de La Habana, comentó su presidente, no forma parte de la Industria al no ser una entidad desarrolladora propiamente, “aunque sí apoyamos su crecimiento y consolidación, creando nuevos actores y conectándolos con el sector del conocimiento y con el mercado nacional e internacional”.
A su consideración, el Parque puede impulsar el desarrollo de la Industria del software mediante las bondades de su modelo, promoviendo la incubación de proyectos, acelerando resultados, facilitando la remuneración de los profesionales que participan, potenciando el nacimiento y consolidación de nuevas empresas que fortalezcan el tejido empresarial de la Industria e impulsando la exportación de servicios.
De las 28 empresas de base tecnológica que se incuban en el PCT de La Habana, once se dedican al desarrollo de software (40 por ciento) y, de esas, seis lo hacen oficialmente como parte de la Industria Cubana del Software.
En materia de alianzas, la relación entre la Uci y el PCT es colaborativa y complementaria en el impulso de la Industria y la innovación tecnológica en Cuba, significó el presidente de Kainos S.A.
Este ecosistema ha logrado el fomento de Proyectos de Investigación, Innovación y Desarrollo en una relación que contempla el apoyo a empresas de bases tecnológicas, la capacitación, el acceso a tecnologías y el desarrollo de proyectos conjuntos.
Como impacto en la Industria –resaltó Hernández Heredia–, la colaboración entre la Uci y el PCT de La Habana potencia su desarrollo al facilitar la creación de soluciones innovadoras, fomentar el espíritu emprendedor, y contribuir a la formación de un ecosistema tecnológico dinámico. “Esta sinergia es crucial para el crecimiento sostenible del sector, ayudando a abordar desafíos y aprovechar oportunidades en el entorno actual”.
¿Una industria en desarrollo?
Sí, y es una respuesta común, pero dentro del consenso hay diferencias. Uno de los puntos que señalan desde el Mincom es que “aún estamos lejos de donde queremos llegar y a donde sabemos podemos llegar con la calidad de nuestros profesionales”.
Vallín Martínez agregó que el bloqueo de Estados Unidos impacta de manera crítica al limitar la entrada a los mercados de forma natural y por restringir el acceso a las tecnologías no solo de la industria en sí, sino del operador público para poder brindar los entornos de desarrollo que las empresas requieren para dar mejores soluciones.
Existen contradicciones en relación con los servicios de exportación, donde los trabajadores no son remunerados en la moneda que generan (Foto: cortesía del PCTH)
Por otra parte, aun cuando se muestran avances en el nacimiento de nuevas empresas privadas líderes, significó Torralbas Ezpeleta, se aprecia un decrecimiento en el sector estatal, con una tendencia a la descapitalización de las empresas. “El éxodo es marcado y la migración también”.
Añadió que las pocas alternativas que el sector estatal ofrece para incrementar los salarios y las limitaciones que lastran el uso de los ingresos generados por exportaciones en la remuneración, impulsa a una masa no despreciable de profesionales a trabajar desde Cuba para el exterior, que recibe importantes sumas por concepto de remesas, las cuales no quedan declaradas como ingresos.
Como parte del potencial desarrollo de la Industria, la presidenta del GEIC resaltó la innovación continua de soluciones tecnológicas que respondan a las necesidades cambiantes del mercado local e internacional, la mejora de infraestructura con inversiones continuas y la formación y retención de talento.
A ello se suman los propios aportes del Grupo, que puede seguir desempeñando un papel crucial en este desarrollo mediante el liderazgo en proyectos, apoyo a empresas, fomento de la exportación y colaboración internacional.
Sin embargo, la presidenta de la UIC fue categórica al asegurar que “la Industria cubana no ha acabado de despegar. Sus potencialidades son muchas y no acaba de insertarse en el mercado internacional, tampoco logra un impacto en el desarrollo del país en cuanto al uso de las tecnologías”.
Resaltó que esta organización de la sociedad civil puede hacer más brindando espacios de capacitación, facilitación de proyectos, encontrando más contrapartes y certificando a más profesionales.
En el caso de Guajiritos y Dofleini, mientras que la primera considera que apenas estamos tratando de construirla y ni siquiera estamos avanzados; la segunda cree que ha retrocedido si analizamos el volumen de exportaciones y otros indicadores claves.
Las empresas privadas pueden aportar flexibilidad al desarrollo de software, rapidez en la implementación de nuevas tecnologías y mayor innovación en modelos de negocio, además de formar alianzas estratégicas con el sector estatal para mejorar la competitividad global de la Industria. (Foto: Sheryl Márquez Vega)
“Aunque hay avances en el proceso de transformación digital, aún queda mucho por hacer en cuanto a infraestructura, exportación y acceso a recursos tecnológicos. El desafío de adaptarse a las nuevas realidades y ordenar la Industria de otra forma menos tradicional, debería ser una prioridad en medio de dificultades como la fuga de talentos, escasez de recursos financieros y las limitaciones tecnológicas”, acotó Pérez Reyes.
Debido a lo anterior –comentó el presidente de Dofleini– el país no cuenta con la implementación de tendencias internacionales tales como software como servicio, la industria de videojuegos e industria 4.0, por poner algunos ejemplos.
La solución, expresó el presidente del PCT de La Habana, implica cambios de mentalidad para tratar a la Industria y un marco legal que flexibilice la gestión y elimine las trabas anteriores.
Por su parte, el director general de Informática del Mincom significó la falta de una cultura en el sector productivo nacional para emprender nuevos proyectos en el entorno digital, lo que conlleva a que no exista una demanda debidamente estructurada que contribuya a impedir la duplicidad de esfuerzos, la existencia de aplicaciones y servicios más sólidos y con mayor permanencia de los profesionales de mayor especialización.
El Mincom, dijo, realizó un ejercicio para conocer las limitaciones que impiden el desarrollo de la Industria Cubana de Software de los sectores estatales y no estatales. De allí surgieron propuestas precisas para su mejoramiento; entre ellas, elevar la autonomía de la empresa estatal que le permita competir en el escenario laboral; acceder a un mercado cambiario favorable y atractivo para el desarrollo de la vocación exportadora; establecer mecanismos financieros y legales, y ampliar la capacidad de exportación de las Formas de Gestión No Estatal vinculadas a la actividad.
En la sectorialidad de un programa
El GEIC lidera el Programa Sectorial de Ciencia, Tecnología en Innovación “Industria del software e informatización de la sociedad”, que incluye proyectos destinados a consolidar esta actividad en Cuba con un gran potencial para impulsar el desarrollo tecnológico y económico del país.
El propio Mincom valora este programa como un catalizador de soluciones de uso transversal por la industria. “Tanto los proyectos actuales, como aquellos que puedan incorporarse, deben contribuir a la estandarización y a la habilitación de otros servicios. Su aporte desde la ciencia incrementa las posibilidades de establecimiento de una Industria con mejores soluciones para el mercado nacional y con capacidades de acceder al internacional”, acotó Vallín Martínez.
Dentro de sus aportes, la presidenta del Grupo, Ariadne Plasencia, significó la modernización tecnológica en sectores clave como la banca, la salud y la educación; el desarrollo de soluciones locales adaptado a las necesidades específicas del contexto cubano, lo que puede aumentar la eficiencia y efectividad de los servicios públicos y privados; así como la capacitación y formación
No obstante, reconoció, queda mucho por perfeccionar referente al alcance de los proyectos que se inscriben y financian y su resultado futuro, así como compartir y socializar los resultados para que puedan insertarse en cadenas productivas con mayor alcance.
Al respecto, al presidente del PCT de La Habana agregó la carencia del Programa Sectorial de no prever apoyo a nuevos emprendimientos, pues las soluciones desarrolladas en el Parque han sido mediante esta sociedad mercantil y los financiamientos generados por las propias empresas.
La presidenta de la UIC, por su parte, agregó la necesidad de identificar los problemas y demandas de la Industria y lograr proyectos con soluciones que impacten. “Que el financiamiento sea utilizado para tributar a esos resultados y que, con menos burocracia, sean visualizados”.
Febles Estrada señaló que los proyectos están asociados con las líneas estratégicas; no obstante, en las propuestas que se están realizando de cara a 2025, hay proyectos relacionados con la salud, la gestión económico financiera, desarrollo de la industria de software, gestión de la ciencia, gobierno digital, contenidos, agricultura, etc.
El eslabón débil: las exportaciones
En 2022 el Ministerio de Comercio Exterior emitió el autorizo al PCT para realizar actividades de comercio exterior a las FGNE en moneda libremente convertible, lo que significó –acorde con Torralbas Ezpeleta– no solo una oportunidad de incrementar los clientes en el exterior.
“La actividad de representación comercial ya era uno de nuestros servicios estrella en el modelo de gestión diseñado e implementado para el Parque, pero tener la autorización de proyectarla hacia el exterior acompañando a las FGNE, constituyó un complemento importante a nuestra actividad exportadora”, expresó Torralbas.
En el caso del PCT de La Habana las exportaciones se han comportado de forma ascendente, creciendo en valores más de un diez por ciento anual, y diversificando la cantidad de clientes y mercados. Del total, alrededor del 80 por ciento pertenecen a software como servicio exportable.
En el caso de las exportaciones de servicios de software del GEIC estas han mostrado un crecimiento discreto en los últimos años, aproximadamente el 50 por ciento de las exportaciones totales.
La presidenta de este Grupo significó que se ha logrado diversificar los mercados de exportación, estableciendo relaciones comerciales con varios países y regiones. “Se nota una modificación en la estructura de estos ingresos, porque ya no se concentran solamente en los servicios profesionales (prestación de servicios desde las personas), sino en las ventas asociadas a desarrollos y productos propios”.
Acotó que desde el 2020, cuentan con tres empresas autorizadas a exportar en representación de las FGNE, lo cual ha ido disminuyendo. En este momento, cada una de las empresas, tiene una sola FGNE a la que está representando y que constituyen mipymes privadas.
En cuanto a Guajiritos, superan los 60 millones de USD en alianzas con el sector estatal en el turismo, transporte y comercio interior y exterior, representando la mayoría de los ingresos; mientras que en Dofleini, las exportaciones relacionadas con alianzas estatales han sido significativas y representan una parte considerable de las ventas totales al exterior
Estas colaboraciones, comentó el CEO de Dofleini, han permitido fortalecer el desarrollo de soluciones tecnológicas y abrir nuevos mercados. “Hemos exportado a Canadá, México, Inglaterra, España, entre otros. En un cierre reciente, el volumen de exportaciones totales supera los 300 mil USD. Se destaca en este caso la mediación del PCT de La Habana como garante e intermediación comercial eficaz”.
Refirió que existen, además, contradicciones en relación con los servicios de exportación, donde los trabajadores no son compensados en la moneda que generan, aunque su nivel de exigencia sea mayor y las necesidades las tienen que adquirir en moneda libremente convertible.
De forma general, Vallín Martínez explicó que en este año no se debe crecer, pero se continúan realizando acciones de promoción y de exploración de mercados potenciales, con proyecciones de incrementarlas de forma muy discreta en el tiempo.
Precisó que el sector no estatal trabaja en la internacionalización de sus productos, pero enfrenta dificultades a la hora de registrar sus ingresos como exportaciones, entre otros aspectos porque es difícil para algunos clientes realizar procedimientos directos con Cuba.
De la misma forma, señaló deben articularse medidas nacionales que contribuyan a que los ingresos de estas ventas representen fuentes de divisas frescas que necesita la economía, facilitando a la vez su uso para la reinversión en los negocios.
Desafíos un lustro después
Durante la pasada edición de la Convención Internacional Informática 2024 se constató en intercambios con expertos internacionales que los modelos de protección de software están en un nivel primario y aún hay mucho por hacer, enfatizó la presidenta de la UIC.
Asimismo, la titular del GEIC precisó que, aunque existen leyes para proteger el software, la aplicación efectiva de estas puede ser un desafío debido a la falta de recursos y la complejidad de los casos de infracción.
Significó que la Industria ha hecho avances significativos, pero aún enfrenta desafíos para estar completamente alineada con los estándares internacionales.
Además, resaltó el CEO de Dofleini, falta una visión cohesionada a nivel nacional sobre lo que debería ser la Industria y aún persisten ideas equivocadas, como la percepción de que el ingeniero informático es solo un técnico de soporte.
“La Industria debe enfocarse en la exportación de servicios, que ha disminuido considerablemente, y en integrarse en cadenas de valor globales. Asimismo, el desarrollo de soluciones de software como servicio (SaaS) sigue siendo un reto pendiente”, señaló.
A ello se suma, según el presidente de Kainos S.A, la concentración de talento y recursos en ciertas áreas urbanas, como La Habana, que puede dejar a otras regiones con menos desarrollo en tecnología, además de la necesidad del Mincom de conducir y regular mejor la protección del software referente a la Propiedad Industrial y Derecho de Autor.
Solo acotamos que en Cuba el software se rige por la Ley 154 de los Derechos del Autor y del Artista Intérprete, registro al que tienen acceso todas las formas de gestión en igualdad de condiciones.
La seguridad de que la Industria tiene un gran potencial para contribuir a la sustitución de importaciones y al desarrollo económico del país, así como su aporte al impulso de soluciones tecnológicas que respondan a las demandas, tanto del sector empresarial como de los sectores sociales, forman parte de la visión de Plasencia Castro.
Aunque algunos consideren que no se encuentra acorde a los estándares internacionales, Vallín Martínez precisó que las normas jurídicas aprobadas desde el 2019 abordan los estándares del desarrollo de software, un ejemplo de ello es el MCDAI –Modelo de la Calidad para Desarrollo de Aplicaciones–, desarrollado en Cuba, el cual atesora las mejores prácticas internacionales en este sentido.
Agregó que, aunque aún insatisfechos, “en los últimos cinco años hemos sido testigos del desarrollo de varias soluciones informáticas por todos los actores económicos de la Industria, que han contribuido a mejorar el acceso de los ciudadanos a los servicios”.
Plantear una diversificación y no enfocarse solo a cuestiones asociadas a las TIC sería un buen punto para analizar, así como lograr reducir la brecha entre el sector presupuestado, las empresas estatales, las privadas y el mercado informal desde el exterior.
La meta debe ser, y de cara a los próximos cinco años, afianzar (más) la Industria Cubana del Software para que su tan necesario despegue se acabe de concretar.