28 noviembre 2024
Ilustración: Félix M. Azcuy
El título puede ser engañoso, porque podría dar la impresión de que los años anteriores fueron viables y con crecimientos de la economía sostenidos. La realidad es que se esperaba que en 2024 fructificaran los centenares de medidas económicas tomadas en 2022 y 2023, y que el plan de estabilización del que solo el gobierno ha comentado diera resultados. Nada de eso ha sucedido.
Algo es cierto: el país ha tenido efectos meteorológicos provocados por los ciclones. Sin embargo, algo que ha impactado más que ellos es el déficit de combustibles y el deterioro de la generación eléctrica, que afecta a las familias y a las instituciones productivas. Llegar a un punto cero de generación eléctrica en septiembre y después en octubre fue un fenómeno desconocido para todos los cubanos.
Aún quedan por calcular las pérdidas ocasionadas por estos sucesos, tanto en el sector estatal como en el privado, ya sea por productos que se echaron a perder por falta de refrigeración o por el «tiempo muerto» en el que se dejó de producir. Sin duda, ya se están viendo algunos de sus efectos: más escasez y aumento de los precios.
El bloqueo se mantiene intacto y es otra variable de gran peso, pero si la nueva administración elegida cumple sus promesas de campaña, estaremos entre 2025 y 2029 en una situación aún más difícil. Por ende, el futuro del país solo podrá depender de la habilidad, aún no demostrada, de la dirigencia cubana en el desarrollo económico.
Las escasas estadísticas mensuales que se publican al cierre de octubre de 2024, apenas dos meses antes de que termine el año, no son nada halagüeñas. A continuación, analizaremos algunas de ellas.
Turismo: un vagón rezagado
El sector que más ha recibido inversiones en los últimos años es el turismo. Sin embargo, los planes acordados para que este sea algo así como un vagón de un tren —porque ya no es la locomotora— no han dado resultados hasta el momento.
Un reciente artículo en el diario Granma afirmaba que «el sector cuenta con una planta hotelera renovada que supera las 80 000 habitaciones; de ellas, el 75 % en hoteles de cuatro y cinco estrellas, y la presencia en la gestión hotelera de 18 cadenas extranjeras de reconocimiento internacional». Sin embargo, el gráfico de visitantes al cierre de octubre muestra claramente una cantidad de visitantes muy lejos de los niveles pre-pandémicos.
Un 2024 con muchas sombras y pocas luces en la economía cubana
Por otro lado, al analizar los orígenes de los visitantes, los cubanos residentes en el exterior, un grupo que crecía sostenidamente, se ha desacelerado en los últimos dos años. Asimismo, con la excepción de Rusia, ninguno de los primeros diez países en número de visitantes a Cuba ha recuperado los niveles de visitas anteriores a la COVID-19. Esta realidad contrasta con el resto de los países caribeños, como República Dominicana, que tienen un desarrollo turístico sostenido.
Un indicador fundamental para la vida de los cubanos, directamente relacionado con su poder adquisitivo, es la inflación. Aunque esta no crece a las tasas de periodos anteriores, se ha desacelerado, pero sigue en aumento, como demuestran las estadísticas al cierre de octubre.
En ese indicador influyen en gran medida los precios de los alimentos, provocados por la escasez de estos, es decir, hay una baja oferta proveniente de la producción. Por otro lado, la libreta de racionamiento de la población ya no cumple el rol que se le asignó hace más de 60 años. Aunque aún existe, cada vez ofrece menos productos y en menores cantidades, con mayor afectación en las provincias orientales.
Los productos que más inciden en el incremento del costo de los alimentos, según su nivel de precios, se detallan a continuación. Para evitar que se perciba como un análisis limitado a una visión urbana de La Habana, se presentan precios en varias ciudades importantes. Aunque podría parecer que en el resto de las provincias los precios son más bajos, es importante aclarar que el poder adquisitivo en la capital es significativamente mayor que en otras regiones, lo cual genera una desigualdad económica considerable.
Estos precios denotan que aumentar la producción de alimentos en Cuba no puede ser una tarea subestimada, especialmente considerando que los cubanos gastan más del 70 % de sus ingresos en alimentación, según lo dicho por el presidente Díaz-Canel. Incrementar la producción local de alimentos ayudaría a reducir los precios y, con ello, aliviar la carga económica sobre las familias, mejorando su poder adquisitivo y calidad de vida. Además, una mayor producción permitiría disminuir la dependencia de importaciones costosas, favoreciendo la soberanía alimentaria y reduciendo las desigualdades entre las distintas regiones del país.
Para ello, es necesario crear incentivos a los productores, algo que, si bien se ha anunciado de forma general, aún no se materializa del todo. La reciente Resolución 329, que exime automáticamente del pago de aranceles a 192 partidas relacionadas con sectores como la agricultura y la industria alimentaria, es un paso en la dirección correcta. Esta medida simplifica el proceso de importación al eliminar la necesidad de una aprobación previa por parte del Ministerio de Finanzas y Precios, lo cual podría facilitar a los productores el acceso a insumos necesarios para mejorar su productividad. Sin embargo, es fundamental que se continúe promoviendo este tipo de incentivos y se reduzcan las trabas burocráticas que históricamente han retrasado las soluciones urgentes. Incentivar a los productores no solo aumentará la oferta de alimentos, sino que también contribuirá a reducir los precios, mejorar la seguridad alimentaria y, en última instancia, elevar la calidad de vida de la población cubana.
Zafra azucarera
La conocida locomotora cubana, al menos hasta 2002, cuando comenzó su reordenamiento, ha tenido resultados que, sin temor a equivocarnos, pueden valorarse como caóticos.
Se estima que la zafra que culminó a mediados de junio de 2024 no sobrepasó las 280 000 toneladas, una cifra por debajo de más de la mitad de las necesidades del consumo interno. Según las estadísticas oficiales de la ONEI, se importó azúcar en una cantidad elevada, nunca antes vista en la realidad cubana, ya que el país llegó a liderar la exportación mundial de azúcar durante muchos años.
Paradójicamente, las políticas económicas siguen apostando porque este sector se mantenga exclusivamente dentro del sector estatal, vedando las actividades vinculadas a la industria azucarera en la actualización del listado de prohibiciones para el sector privado. Paralelamente, los centrales y empresas estatales del azúcar carecen de inversiones significativas que permitan modernizar la maquinaria, como sí están haciendo otros países de la región, como Brasil o México.
Principales países productores de azúcar en 2023 / 2024 en el mundo
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No hay estadísticas financieras o, mejor dicho, no se publican con cortes semestrales, trimestrales o mensuales. Sin embargo, con la parálisis productiva del país, es muy difícil creer que las estadísticas de presupuesto no sigan siendo deficitarias.
La deuda externa se mantiene alta, pero, como es lógico, no sigue creciendo exponencialmente, dado que el endeudamiento es tan elevado que hay pocas posibilidades de nuevos créditos. Aunque existen excepciones, estas responden a criterios no económicos, sino políticos y geoestratégicos.
No quiero ahondar en el panorama social, pero es de suponer que existe un gran deterioro en los que fueron, en su momento, pilares del apoyo nacional al proyecto socialista, como la educación y la salud. La falta del cuadro básico de medicamentos, el deterioro de las instalaciones educacionales y el éxodo de los profesores de las enseñanzas primarias y medias han contribuido a ese deterioro.
En conclusión, no se entiende por qué los hacedores de política siguen pensando en armas melladas, en vez de hacer una reforma económica integral en el menor tiempo posible. La población no está siendo atendida por sus autoridades y está tomando el camino de la emigración, que los aleja de su realidad nacional, cuando podrían aportar muchísimo a su país.
Con niveles productivos de la economía nacional continuamente bajos, varias empresas estatales incapaces de ofrecer los bienes básicos que la población necesita, y el sostenimiento de los temibles apagones a lo largo de todo el año 2024… ¿por qué seguir haciendo lo mismo? ¿Por qué no se escucha a sus especialistas y al pueblo en general? ¿Qué temen?.