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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 1 de octubre de 2017

Temas: Actualizando el modelo: economía política y cultura*

* Panel efectuado en el Centro Cultural Cinematográfico ICAIC, el 29 de julio de 2010. Publicado en Temas, n. 73, enero-marzo de 2013, pp. 70-80.

Narciso Cobo Roura

Jurista. Juez del Tribunal Supremo Popular y profesor de la Universidad de La Habana.

Emilio Duharte

Doctor en Ciencias Filosóficas. Profesor titular e investigador de ciencias políticas.

Jefe del Departamento de Filosofía y Teoría política para las ciencias sociales y económicas, Facultad de Filosofía e Historia, Universidad de La Habana.

Armando Nova

Doctor en Ciencias Económicas. Profesor e investigador titular del Centro de Estudios de la Economía Cubana, Universidad de La Habana.

Tania García Lorenzo

Doctora en Ciencias Económicas. Investigadora del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.

Tania García Lorenzo (moderadora): ¿Cómo caracterizar el nuevo modelo y en particular las relaciones de propiedad? Tenemos distintos regímenes de propiedad operando en este momento en el país, ¿cómo se corresponde eso con los cambios? Hay un sistema regulatorio que se está estableciendo, ¿quedan espacios por regular en torno a la propiedad?

Narciso Cobo Roura: No sé si cuando se habla de «actualizar» el modelo económico, se piensa en el orden estrictamente funcional, o, con otra amplitud en cuanto a la estructura y naturaleza de las relaciones que parece llamado a transformar. Hoy, aunque normalmente nos referimos a la «actualización» del modelo económico, en realidad estamos encarando la necesidad de rediseñarlo con un alcance mayor. Hay cambios en el plano institucional, en el papel del Estado, en los acto-res, en los espacios, en las relaciones de propiedad. Estamos, aunque quizás no nos guste la palabra, ante una reforma, que pasa, centralmente, en mi opinión, por el aparente dilema de restringir y fortalecer —sin que ello sea contradictorio— la intervención del Estado en la economía, tanto en su función rectora como en su condición de actor.

Una cosa es el Estado regulador y otra el Estado empresario, aun-que ambos «participen» del modelo económico y sociopolítico. A mi juicio, tanto uno como otro han estado sobredimensionados; aún lo están. Y esos excesos anulan su desempeño. De cara al nuevo modelo deben cambiar el grado de centralización y la verticalidad que han estado presentes en todos estos años en la conducción de la economía.

Esta centralización más que pautar ha condicionado la conducta de los diferentes actores que integran el sistema empresarial cubano, comprendido el cooperativo, y en particular la empresa estatal. Por lo tanto, la descentralización debe ser una de las claves por las que pase el nuevo modelo.

La autonomía de la empresa estatal, o la de las nuevas formas de gestión de la propiedad no estatal, no puede ser una cuestión pura-mente declarativa. Si examinamos el marco legal, encontramos que la autonomía de la empresa estatal fue declarada en 1979, cuando se adoptó el primer reglamento de empresas, y se recalcó en las normas sobre la unión y la empresa estatal, en aquella reforma que se intentó a finales de los 80; luego la veremos en el sistema de perfecciona-miento empresarial en los 90, y en todas las normativas adoptadas con posterioridad; sin embargo, seguimos sin contar con una empresa verdaderamente autónoma. Sus espacios para tomar decisiones son restringidos, esto anula sus derechos. Y si nos desplazamos al sector cooperativo, constatamos otro tanto. Se ve restringida la capacidad para decidir sobre proveedores, insumos, estructura productiva, plantilla, inversiones; en esencia, en todo aquello consustancial a la gestión empresarial.

Esa pasividad que genera la consulta obligada, el condicionamiento de cualquier iniciativa a la decisión de la instancia superior, va frustrando la capacidad innovadora del empresario y hace que este deba mirar permanentemente hacia «arriba», y no hacia los problemas, ello lastra su capacidad de dirección: hay alguien, en esa otra instancia, que lo está suplantando en su esfera de decisión. A la larga, muchas veces eso trae aparejado que existan quienes encuentren acomodo en asegurar un nivel de complacencia como forma de subsistir.

El nuevo modelo, al que apuntamos, le debe hacer un espacio diferente a la capacidad innovadora de nuestras empresas, uno de los planos que más hemos relegado. Eficiencia y calidad dependerán de ello. Estamos obligados a conceder un mayor protagonismo a la horizontalidad.

Hay una circunstancia que viene a reforzar este tipo de comportamiento, de mentalidad: el diseño de relaciones que tenemos. Hay estructuras de monopolio: una única entidad suministra o presta un determinado servicio. Esto anula la capacidad de elección de los actores económicos, les resta voz y refuerza su sentido de dependencia.

Por otra parte, como es la única entidad con la cual se les permite establecer contratos, tampoco pueden en realidad actuar sobre ella, dada su posición dominante; lo que da lugar a cierto conformismo o resignación que refuerza esa otra mentalidad de la que he hablado, e impide, de alguna manera, las verdaderas relaciones de cooperación en el sistema productivo. Corregir esto contribuiría a conformar una cultura empresarial competitiva, en la que el empresario se perciba en su condición de creador de la riqueza, comprometido con los clientes a los cuales destina su producción o sus servicios, y adquiera verdadero sentido de su responsabilidad social.

Armando Nova: Posiblemente, Cuba haya alcanzado, hasta muy recientemente, el más alto grado de concentración de la propiedad estatal, en comparación con los modelos de los países socialistas de Europa. Se estableció una identidad entre propiedad estatal y propiedad social, lo cual en modo alguno fue propuesto por los fundadores del marxismo. Y eso ha condicionado todo un proceso que hace compleja la estructuración del cambio.

Solo hemos dado los pasos iniciales en la transformación. Como economista, parto de que la propiedad es la base económica para cualquier sistema o modo de producción, por lo tanto, las formas de propiedad condicionan todo lo demás, en mayor o menor grado, incluyendo las distintas formas de la superestructura. Es de suponer que las transformaciones que se realicen en la conformación y estructuración de las formas de propiedad van a provocar cambios en la superestructura y en todo lo que de ella se deriva.

Considero muy importante el proceso iniciado, porque reconoce
lo planteado por los fundadores del marxismo: en el Estado solo debe estar concentrada la propiedad de los medios fundamentales de producción. En ese sentido vamos encaminados, según lo planteado en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, que abren otros espacios en las formas de propiedad. Aunque personalmente me inclino hacia la colectiva, también creo que una etapa inicial entre un modelo de producción y otro, requiere un período de tránsito, y aún estamos en él, donde conviven diversas formas de propiedad.

Necesariamente no tiene que existir un único tipo de cooperativa, puede haber otros, con mayor o menor grado de socialización, además del productor privado, y la pequeña producción mercantil don-de se contrate fuerza laboral, como ya lo estamos viendo. Esas formas que comienzan a desarrollarse en modo alguno están en contra de los principios establecidos por los fundadores del marxismo y por el socialismo. Es una realidad que debemos afrontar y apoyar.

Claro que hay tensiones; siempre existe oposición o rechazo al cambio, a lo nuevo. No va a ser un proceso fácil, e indiscutiblemente se beneficiarán unos más que otros. El Estado tendrá que buscar un equilibrio entre todos estos factores; encontrar soluciones con las menores afectaciones posibles, pero las va a haber con seguridad. Es una fase muy interesante y existen grandes aspiraciones de lograr resultados favorables, aunque los más inmediatos no sean los esperados o haya necesidad de ir despacio.

Emilio Duharte: El nuevo modelo para Cuba tiene que ser más democrático y participativo. Esto define todo lo demás, pues garantiza el fortalecimiento de su legitimidad. En la medida en que se pueda fortalecer el consenso político nacional alrededor de ese modelo, resultará más difícil para cualquier fuerza interna o externa el desmantelamiento del régimen socialista.

Ese carácter democrático-participativo implica darles continuidad, sin «baches» y sin demoras a las reformas económicas recogidas en los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido. El término reforma, que ya ha sido utilizado por los colegas en este debate, se ha entendido por mucho tiempo en determinados medios académicos y políticos como antítesis de revolución —su interpretación más antigua—, y todavía algunos le siguen temiendo. Esa es una de sus acepciones, pero no la única. Las reformas hay que verlas hoy como necesarias y consustanciales al socialismo, no como oposición ni un mal necesario. Justamente en su carácter rectificador y corrector las concibieron los clásicos del marxismo. Lo que se hizo en los años 90 en Cuba en economía, cultura, ideología y sistema político, lo que se está haciendo ahora, y otras transformaciones futuras necesarias, debemos denominarlo así: reformas. No me opongo a quien prefiera emplear eufemismos para nombrarlas, pero el enfoque académico es este.

Tampoco me parece válida la explicación de que no debemos darle esa denominación porque el enemigo la usa para atacarnos, pues él emplea también los términos democracia, derechos humanos, participación política, legitimidad, consenso, cultura política, y no por ello vamos a dejar de utilizarlos desde una perspectiva socialista humanista y democrática. Las reformas económicas y sociales de hoy, a contrapelo de la propaganda que se emprende desde el exterior, constituyen cambios de mucha importancia para el país; no son simple cosmética, y están llamadas a fortalecer la legitimidad del sistema. 

Resulta fundamental apuntar que ese carácter democrático-participativo deseable implica también, como recomendó el VI Congreso utilizando otro lenguaje, emprender nuevas e imprescindibles reformas políticas, que tienen que abarcar, entre otros, la Constitución como ley fundamental —que debe ser modificada en varios de sus artículos—; o la ley electoral —pues es imprescindible discutir y promulgar una nueva, de acuerdo con la experiencia de más de veinte años transcurridos desde que se aprobó la anterior y de las prácticas de cinco elecciones generales—; y también precisan abarcar al propio Partido.

Tania García Lorenzo: El fortalecimiento de la propiedad no estatal en la economía no es solo un problema de recursos laborales o de salida al exceso de empleados en los centros estatales; en realidad, desde la economía política, implica considerarla un espacio económico con carácter propio. Nova comentaba que en la primera etapa hay beneficios diferentes, en relación con los distintos espacios económicos; entonces, ¿qué impacto genera esta nueva estructura de actores en las relaciones sociales del país y en la jerarquía social?, ¿qué papel pueden desempeñar las formas cooperativas, más sociales que el trabajo por cuenta propia?

Narciso Cobo Roura: La manera en que se organice la gestión de los diferentes tipos de propiedad será lo que determinará la forma de apropiación del resultado económico. Eso nos obliga a ser transparentes en el modo de emplear fuerza de trabajo por las formas no estatales de producción. Por ejemplo, si contrata a otra persona, supone una forma de explotación; entonces debemos regular esa práctica, y no permitir que se enmascare.
Por otra parte, ¿quién dice que la empresa estatal tiene que ser in-eficiente o incapaz de ofrecer una respuesta diferente a la que viene dando? La empresa estatal o pública puede adoptar diversidad de formas. En los años 80 y 90 ensayamos formas societarias de propiedad estatal que, aisladas de determinados marcos regulatorios, demostraron mayor flexibilidad y eficiencia. Por lo tanto, no hay que descuidarla, por importantes que puedan ser las nuevas formas de gestión no estatal. Tengamos presente que los grados de complementación o de subsidiaridad que puedan existir, deben partir de la existencia de un sector empresarial estatal eficiente.

En cuanto a las cooperativas, puedo compartir las expectativas de Armando, pero ¿no tienen que pasar primero, de alguna manera, por la formación de un productor individual?, ¿las formamos de arriba a abajo, o deben gestarse a partir de la capacidad de asociación que poseen determinados productores? Las experiencias que hemos tenido no han sido las mejores.

El actual trabajo por cuenta propia (TCP) es muy diferente al de los años 90; aunque está bajo la misma ley, los escenarios son distintos, su capacidad de reacción ha sido otra, se ha colocado con otro vigor, pero seguimos tratándolo igual. Una cosa es el autoempleo y otra la pequeña o mediana empresa. Cuando hay relaciones de contratación de fuerza de trabajo, por lo general tenemos delante una pequeña empresa, y debemos tratarla como un pequeño negocio. No obstante, nuestro marco regulatorio no se adapta todavía a esta nueva realidad, no le hace espacio. Coincido con Duharte en la necesidad de modificar nuestro sistema legal. Hoy se trabaja en la revisión y actualización de toda la base normativa del país para adecuarla a las transformaciones en curso.

Armando Nova: Indiscutiblemente, de cómo esté distribuida la propiedad va a depender la distribución de la riqueza y los niveles de ingreso de los productores y sus familias. Por tanto, es muy importante comenzar por ahí.

Refiriéndome en particular a las cooperativas, la mayor experiencia que tenemos en los últimos cincuenta años en la economía cubana es en el sector agropecuario. Hay al menos tres formas de cooperativas que han dado resultados, en algunas no muy favorables, en otras más, y en otras mucho más favorables. Hago referencia a las transformaciones que se iniciaron en los 90 y que lamentablemente no se continuaron.

En ese decenio, hubo medidas muy importantes en ese sector, como la división de la empresa estatal en pequeñas unidades que se conocen por Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), pero no se modificó nada más. Se mantuvo toda la estructura, y esa forma de producción no dio los resultados esperados. Las UBPC derivaron en la forma transfigurada de una empresa estatal.

Durante más de veinte años, las Cooperativas de Producción Agro-pecuarias (CPA) y las de Créditos y Servicios (CCS) han sido más eficien-tes. Las segundas son las que mejores resultados han brindado hasta el presente, en todos los sentidos (económicos, niveles de producción, etc.); en ellas los productores mantienen su condición de propietarios.

A las CCS siempre se las ha catalogado como las de menor grado de socialización, pero de mejores resultados productivos; conjuntamente con un sector privado, que tiene solo 24% de la tierra cultivable del país, producen en este momento más de 57% de los alimentos.

Me inclino por la cooperativa, por su carácter social, pero tampoco
es una forma idílica: debe ser eficiente económicamente para obtener los logros sociales que se esperan.

Algo me preocupa: en todo este proceso de transformaciones que se están llevando a cabo con la entrega de tierras en usufructo, el Decreto Ley 259 dice que ese nuevo beneficiario debe estar asociado a una CCS, y nos pudiéramos preguntar por qué la ley no vinculó a las UBPC o a las CPA. Hay otros aspectos de la ley con los que discrepo, o considero que hay carencias; no obstante, en general, ha sido muy objetiva.

Emilio Duharte: El nuevo modelo socialista cubano está obligado, por su naturaleza, necesidad histórica y ética política, a ser consecuente con las expectativas de la población e incluir los diferentes actores sociales surgidos como resultado de las reformas. Constituye un gran reto la aparición de actores representantes de la pequeña propiedad privada, incluso de la mediana, que considero viable en Cuba.
En el país se va creando un fuerte sector de pequeños propietarios. Habría que preguntarse: ¿eso es malo? ¿Qué considerar como ideología pequeñoburguesa en las condiciones actuales? ¿Hasta qué punto ella puede ser perniciosa para el régimen político y para este nuevo modelo? ¿Cuáles serían los niveles de propiedad privada permisibles en las reformas cubanas, de acuerdo con las condiciones específicas del país, sus necesidades y particularidades? Alrededor de este tema se olvida a veces que algunos destacados representantes del sistema socialista cubano defendieron la idea de que el socialismo no está reñido con la pequeña propiedad. Por ejemplo, hay que recordar las rigurosas intervenciones de Carlos Rafael Rodríguez en las últimas sesiones del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en los momentos críticos previos a la desaparición de este organismo de la comunidad socialista mundial.

Por otra parte, los nuevos actores económicos y sociales, en la medida en que crecen y se fortalecen, pueden demandar mayor acceso al poder político. ¿Cómo responder a ello en las condiciones cubanas? ¿Será acaso con la fórmula de liberalización económica con férreo control, desde el Partido y el Estado, de las palancas del poder político, como es el caso de China? Cuba tiene que crear sus propios mecanismos para enfrentar estos desafíos. Habrá que enfrentarlos con más democracia, pero privilegiando a los actores de carácter socialista, como partícipes activos y rectores de estas transformaciones.

Además, el Partido Comunista de Cuba tendrá que definir el estatus de los nuevos actores, en el sentido de lo que significa el propio Partido como organización política a partir de la definición que se da en nuestra Constitución y como lo enunció el IV Congreso de esta organización. Si tenemos un único partido de la nación cubana, este tiene que ser necesariamente más inclusivo, más democrático, más plural.

Tania García Lorenzo: Cuando se dice que hay que cambiar la mentaliad y enfrentar la situación con criterios nuevos, en esencia estamos hablando de cambios de carácter y naturaleza culturales. Como insistía el profesor Duharte, un socialismo renovado, fortalecido, implica una mayor participación social; ¿cómo combinar los intereses individuales y sociales?, ¿hay un mercado preocupado por el desarrollo social o es la función equilibradora del Estado, y la participación —no solo de carácter político— las que están llamadas a preservar el desarrollo social de la nación?, ¿qué mecanismos de participación y control social son necesarios para poder continuar con este proceso?

Narciso Cobo Roura: Hay un elemento clave, y es la relación plan-mercado, que subyace de cierta manera en las entretelas de esta temática de los cambios, porque están asociados a esos dos grandes ejes.

Desde el punto de vista de la asignación de recursos es incuestionable la importancia del mercado y nuestro modelo económico debe hacerle el espacio necesario. Sin embargo, en cuanto al desarrollo el papel preponderante, por su capacidad ordenadora y de direccionamiento, le debe corresponder a la planificación. Esto no releva al mercado en su función movilizativa, pero estimo que este puede contribuir al desarrollo solo en la medida en que promueva la innovación, y ello depende de cuán competitivos sean los actores.

El concepto de desarrollo ha sido muy debatido históricamente. Para la región, está asociado al cambio social y a la igualación de oportunidades, y supone transformaciones, fundamentalmente de tipo estructural que escapan a las posibilidades del mercado. Según la doctrina de la Iglesia católica, supone «promover a todos los hombres y a todo el hombre», como dice la Populorum Progressio, del Papa Pablo VI, que luego retoma la Centesimus Annus, de Juan Pablo II.

La Comisión Sur, en la que participó Carlos Rafael Rodríguez por nuestro país, apuntaba: «El verdadero desarrollo tiene que centrarse en la gente, estar encaminado a la realización del potencial humano y a la mejora del bienestar social y económico de las personas, y tener por finalidad el logro de lo que ellas mismas consideran que son sus intereses sociales y económicos». En ello también algún papel debe corresponder al mercado.

Tania nos llama a reflexionar sobre los cambios culturales que deben producirse. Tenemos que rehacer o recomponer, por su centralidad, la cultura del trabajo, el propio concepto del trabajo. Ahí hay una fisura, una ruptura que hay que reparar.

Por otra parte, en estos nuevos escenarios y actores, se van a producir nuevas desigualdades —porque antes las hemos tenido—, y corremos el riesgo de que, frente a ellas, seamos más egoístas, menos solidarios, más indiferentes; el valor justicia social puede verse mermado y puede incluso que no reaccionemos adecuadamente frente a determinadas manifestaciones de pobreza, que las hay. ¿Cómo vamos a enfrentar sus riesgos? Tradicionalmente se acude a la familia, a la escuela; la primera está en un estado de recomposición, o de transformación, que no creo le permita asumir este papel. Tampoco la escuela puede asumirlo, pues no es la que quisiéramos que fuera. Está, por supuesto, el pensamiento crítico, que es un elemento de activación y tiene como espacio, o medio potenciador, a las redes sociales en los marcos de la sociedad civil y de la propia institucionalidad estatal. No obstante, ese es un ensamblaje que, en mi opinión, aunque parece tener la capacidad de identificar y diagnosticar los problemas, no parece poseerla aún para generar transformaciones.

Armando Nova: Posiblemente lo más complicado de cambiar es la forma de pensar y de asimilar las transformaciones. Hasta el momento confundimos la gestión del Estado y la de la empresa; eso hay que delimitarlo.

Otra cuestión es el papel, dentro del contexto empresarial, de las pequeñas y medianas empresas (pymes). El espacio creado para los cuentapropistas o, digamos mejor, para el comercio individual o privado, era necesario, pero en modo alguno es la solución del problema. El desarrollo radica en el desenvolvimiento empresarial y, dentro de ello, las pymes, para crear bienes materiales y ofrecer servicios a la población. Es un aspecto que tenemos que tener muy presente, si se aspira a que, alrededor del año 2020, más de 40% del PIB cubano esté en manos de este sector.

El productor debe poder tomar sus decisiones, en qué lugar comprar, dónde vender, cómo combinar más eficientemente sus factores productivos, sin dejar de tomar en cuenta los factores sociales.

El mercado es un problema aún no resuelto en nuestra sociedad. No acabamos de comprender su papel y su desempeño en la nueva etapa que se avecina. Casi todos hemos leído algunos documentos y reflexiones que aunque llaman al cambio de mentalidad, en numerosos aspectos son absolutos y mantienen una posición muy rígida con respecto al mercado; en ellos se plantea: «primará la planificación y no el mercado». Yo considero que la solución está en la complementariedad que tiene que haber entre estos dos factores. No se puede dejar actuar al mercado de forma libre, espontánea; debe tener mecanismos regulatorios que garanticen su desempeño lógico y racional dentro del contexto económico.

Emilio Duharte: Si de cambios culturales se trata, el nuevo modelo socialista debe tener un carácter ideológico-cultural. En un determinado período, muchos consideraban la ideología como intocable; aunque aceptaban que el sistema económico se podía cambiar, así como aspectos del sistema político. En encuentros con estudiantes y dirigentes he sostenido debates relacionados con los documentos y acuerdos del IV Congreso del Partido. Cuando les he preguntado si algunas de las reformas que se realizaron en los años 90, a propuesta de ese Congreso, tienen carácter ideológico, casi unánimemente la respuesta es: «No, ninguna lo tiene». Sin embargo, dos ideas planteadas allí —la del Partido de la nación cubana y el acuerdo de aceptar en el Partido Comunista a personas religiosas—, ambas tienen un profundo contenido político e ideológico; otras también lo tienen.

La ideología fue un tema también complicado cuando se discutieron los dos artículos que se agregaron a la Constitución en la reforma de 2002; se manejó por muchos incluir aquel articulado donde se decía que el sistema político socialista era intocable. Si somos consecuentes con la idea de que el sistema no es estático ni inamovible y que tiene que reformarse, transformarse, para reforzar su legitimidad, ¿cómo puede ser intocable? Por fin se llegó a aquella fórmula de la irrevocabilidad del socialismo.

Ante el nuevo modelo es indispensable un cambio de mentalidad, lo que supone también la aceptación de la pequeña y la mediana propiedad privada en el país. La psicología social y la ideología van a pesar mucho más que cualquier otro factor, en cuanto a las nuevas desigualdades sociales que van apareciendo, aunque se trabaje fuerte para que estas sean de la menor magnitud posible.

Acostumbrados durante tanto tiempo a la aplicación de fórmulas igualitaristas, tan perniciosas para el sistema económico y político, y para la psicología y la ideología de las personas, también resultará bien complejo convencer de que el igualitarismo no es sinónimo de igualdad ni de justicia social, y que hay que acabar con ese fenómeno. 

Este también es un asunto económico, sociológico, político, e ideológico-cultural, de mucha fuerza.

Asimismo, es necesario desarrollar una cultura democrática, de la polémica, del debate, de la deliberación. Aunque se ha avanzado mucho en el campo de las ciencias sociales y en los nuevos espacios de debate abiertos en el país, esa cultura no se ha generalizado en la población, ni siquiera dentro del campo de la investigación social.

Quiero retomar una idea que algunos destacados científicos sociales defienden hoy con mucha fuerza y que, a mi juicio, conserva su valor: las necesarias correcciones en la aplicación de la fórmula leninista del centralismo democrático; no en el sentido de consagrar la vertiente centralista para decidir y la democrática para apoyar, sino desde la óptica de que toda acción centralizada esté sujeta a lo que democráticamente se decida, a través del necesario proceso deliberativo, un componente clave por incorporar a esta cultura.

Tania García Lorenzo: Este es un debate sobre un contenido que tiene una amplísima agenda; no todos los temas pueden ser culminados en un primer intercambio, con un tiempo limitado. Es decir, seguramente tendremos necesitad de abordar, en otras ocasiones, aquí o en otros espacios, diferentes aristas de estos temas. Ello nos obliga a que las intervenciones de los asistentes, a quienes voy a dar la palabra ahora, deban ser breves.

Ovidio D´Angelo: El tema planteado por este Último Jueves es esencial en este momento. Uno de los aspectos señalados, y que en muchas de las asambleas donde se discutieron los Lineamientos fue apuntado como un déficit, es precisamente la concentración en el aspecto económico, a veces de manera un poco pragmática, porque estábamos abocados a una situación de crisis tan violenta que había que resolver algunas cuestiones económicas.

La carencia del aspecto más propiamente político-ideológico, en los Lineamientos económicos, nos sitúa ante un reto importante, consistente en que la propia proyección de estos puede estar teniendo una orientación no fundamentada desde el punto de vista de la teoría política; y a nosotros nos hace falta trabajar muy fuertemente en tal teoría.

Una de las novedades y de los aciertos de los Lineamientos es haber abordado el problema de la descentralización y la autonomía; pero, ¿hacia dónde vamos?, ¿cuál es la visión de país, de sociedad que estamos proponiendo? Lo que se está planteando es una mayor autonomía empresarial, léase gerencial; en el documento no se menciona el tema de la participación de los trabajadores y de la población. Estoy totalmente de acuerdo con Emilio en que, además de la económica, se requiere una reforma política amplia, profunda.

El cuentapropismo resuelve un problema inmediato de empleo, ¿pero dónde está el factor, que podemos explotar incluso en el cuentapropismo, de socialización de los actores con vistas a una mayor ar-ticulación de la sociedad? También la empresa estatal, que se presenta como casi la única forma de producción, requiere una socialización desde los productores mismos, desde los trabajadores.
 Alexander González Seijo: En la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, específicamente en los departamentos de Comunicación Social y Economía, estamos trabajando el tema de las pequeñas y medianas empresas en centros de educación superior. Para enriquecer nuestro trabajo, me gustaría que me aclararan ¿dónde está concentrada la batalla en la actualidad, en la macroeconomía o en la microeconomía? ¿Qué creen sobre el balance de las prioridades que el Estado le está dando a estos dos niveles en el proceso de cambio? Y por último, ¿qué derroteros debe seguir la microeconomía en particular, considerando el marco de la economía basada en el conocimiento, que algunos autores cubanos sugieren como el futuro de nuestro modelo económico socialista?

Aurelio Alonso: Nova dijo, y lo comparto, que las Cooperativas de Créditos y Servicios han mostrado ser las más eficientes; pero las caracterizó como las menos socializadas. ¿Es que seguimos con el criterio de que lo más socialista es lo más cercano al control estatal, más socialismo es más centralización? No entremos en estas reformas con ese lastre cultural.

Necesitamos poder del pueblo y no solo propiedad de todo el pueblo, porque esto último ¿qué es? ¿Hemos tenido propiedad estatal o propiedad de todo el pueblo? Y sobre el salario: hemos pensado en su superación a partir de una mayor participación real de los trabajadores en las decisiones; como dijo el Che, «las masas tendrán que llegar a decidir algún día qué parte del producto social va a la acumulación y qué parte va al consumo». Pero eso es algo que no se ha resuelto. Es un problema que debieran tener en mente los que están trabajando en las reformas.

Magda González: Me preocupa que no hayamos discutido suficientemente en la sociedad la relación entre el arte y el mercado. En un Estado socialista esta relación no puede dejar de reflejarse en las políticas culturales, que no deben responder tanto a las leyes económicas de oferta y demanda, como a beneficiar a la población desde el punto de vista espiritual. A veces hay una mirada demasiado pragmática y economicista hacia la creación cultural; tenemos que discutir esto hasta la saciedad y hasta el consenso, para que las medidas que se tomen en el presente y en el futuro cercano logren el equilibrio.

Alberto Romay: Mi interrogante parte de un estado de opinión acerca de la función tributaria. En el presente año, el TPC se incrementó con otros oficios; pero, en general hay el criterio de que los impuestos son una carga bastante grande. Incluso algunas de las pequeñas empresas, porque no se trata solo del autoempleo, han tenido que desaparecer por esa carga tributaria excesiva. Entonces, ¿cumple la ONAT una función equilibradora del Estado o una que solo afecta el bolsillo de los contribuyentes?

Manuel Alonso: Se habla mucho sobre la Actualización del modelo cubano, pero en esencia este padece del secretismo que tenemos colado en todas partes. ¿Cuándo van a hacerse los cambios? ¿Hay algún plan? Debe existir, pero no lo sabemos. Pienso que falta bastante debate público, y pudiera utilizarse alguna que otra Mesa Redonda para ganar en claridad. En julio y agosto hubo ocho emisiones de un programa llamado Ángulo Ancho, y luego desapareció. Fue un escenario interesante auspiciado por la revista Temas, en el cual se abordaban asuntos muy sensibles para la población.

Soy asesor económico y considero que mientras las empresas estén subordinadas a y no puedan comercializar con terceros, no hay tal autonomía, siempre van a estar coartadas, porque los directivos van a estar mirando hacia arriba para ver cuál es la seña del jefe. Eso las lleva a verdaderos derroches, a acumulación de bienes innecesarios u obsoletos, a la falta de incentivo de la fuerza de trabajo, ya mencionada aquí.

Por otra parte, ¿el cuentapropismo va a resolver el problema de nuestra economía? Agricultores, artesanos y una serie larguísima de pequeñas formas de empleo no es desarrollo, no hace avanzar la economía.

Otra pregunta: ¿esos llamados «intereses sociales» cuáles son? Porque esta es una herramienta que se utiliza muchas veces para aplastar aquellos gérmenes dinamizadores de la economía.

Ramón García Guerra: Me siento obligado a precisar la palabra actualización, porque el primero que la trajo al debate en Cuba, en 2007 o 2008, fui yo, un año y medio después la asumió el Partido. Yo entendía ese concepto como puesta en actualidad; o sea, hay una obsolescencia y una nueva sensibilidad de época, entonces es necesario poner en actualidad algo. Luego se entendió de otra manera.

Existe cierta presión que exige restablecer un equilibrio que disipe el estado de incertidumbre, generador de angustia en la población. La gente trata afanosamente de que se restablezca el equilibrio necesario para apostar por un proyecto de vida personal. Segundo aspecto: entiendo el socialismo como un cambio civilizatorio radical que lo convierte en alternativa al capitalismo; sin embargo, durante las transiciones al socialismo se ha maniobrado a partir de buscar un equilibrio entre un fondo mercantil escaso y una creciente demanda solvente, ¿y dónde quedan los patrones culturales que significan ese cambio civilizatorio? O sea, si no hay cambios civilizatorios sociales, no nos convertimos en una alternativa al capitalismo.

Rafael Betancourt: ¿Transita el nuevo modelo hacia el socialismo? Con-sidero que las formas de propiedad no son, por definición, sociales o individuales, dependen, en primer lugar, de su vínculo territorial, comunitario y ambiental. Si una empresa se desentiende de su impacto ambiental, no tiene una relación adecuada con su medio. Cuando una cooperativa se vuelve un vehículo de desarrollo regional, está desempeñando un papel socialista. Depende también del grado de democracia interna: una empresa socialista que es dirigida con la verticalidad y la jerarquía de cualquier empresa capitalista no fomenta relaciones de producción socialistas, no tiene absolutamente nada de socialista; su dueño es el Estado, esa es la diferencia. El fomento de las relaciones de democracia interna puede caracterizar tanto a la empresa, como a las cooperativas. Estas últimas tienen eso como definición, sin embargo, hay muchas donde la presidencia ejerce un poder vertical y autoritario.

Otro aspecto de la definición social o individual, es cómo el actor económico reparte y distribuye el excedente; por ejemplo, una paladar que, por su propio interés, se preocupa por rellenar los baches de la calle donde se ubica, está haciendo una labor social, comunitaria; una cooperativa que remoza la funeraria porque nadie se ocupa de ella está desempeñando un papel socialista, pero no lo asumimos así.

¿Cómo pueden el Estado y el Partido fomentar esas relaciones socialistas de producción y dónde se contempla eso en los Lineamientos? Para mí, está ausente el compromiso con establecer relaciones que verdaderamente vinculen la propiedad con su entorno social y ambiental.

Enrique López Oliva: Los debates no se extienden a toda la sociedad, no los vemos en la televisión cubana; hay poca información sobre lo que está sucediendo en el país. Tampoco, por supuesto, se divulgan los que se realizan en los espacios religiosos, por ejemplo en el Centro Cultural Félix Varela, donde se han dado cursos sobre cooperativismo, encuentros convocados por la revista Espacio Laical y en los que intervienen especialistas de distintas ramas.

He sido profesor de la Universidad de La Habana por más de veintisiete años y muchos de estos temas no se abordan allí, faltan posgrados sobre temas de actualidad, aunque los alumnos los demandan.

Luis Emilio Aybar: Soy estudiante de Sociología de la Universidad de La Habana y me preocupa un problema que afecta la forma en que este modelo puede ser exitoso o no, y es qué se está entendiendo por democracia y participación y cómo se practican. La participación y la democracia socialistas implicarían que diferentes modelos y proyectos, otras maneras de entender los problemas y las soluciones del país, se socialicen libremente. Hay un momento importante antes de la consulta o de la toma de decisiones, es el de la disputa de sentidos, o sea, cómo se van a manejar todas esas opciones y cómo la gente va a acceder, en igualdad de condiciones, a todas ellas, y a partir de ahí que se tomen las decisiones mediante un proceso que se construya desde abajo. 

Esto no ha ocurrido así. El nuevo modelo se pensó desde la dirección del país y luego empezó a ser socializado por los medios de comunicación y a buscar apoyo en la población. Pero hay otras formas de entender el socialismo —muchas de ellas se han visto aquí— que la mayor parte de la población cubana no conoce, y nadie puede optar por algo si no lo conoce.

En el debate de los Lineamientos —por lo menos eso fue lo que me sucedió a mí—, no había tiempo para argumentar, para profundizar en lo que uno planteaba, lo cual hubiera contribuido a que el resto de los miembros de mi aula, por ejemplo, se enteraran de por qué propuse adicionar un lineamiento donde se hablara de que en esa descentralización se iba a poner énfasis también en la socialización del poder dentro de las diferentes unidades descentralizadas, pues se puede descentralizar y no darle más poder al trabajador; descentralizar el sistema político y no darles más poder a las comunidades; crear cooperativas y que estas no respondan a la tradición solidaria y democrática de las cooperativas más radicales, que vienen desde el siglo xix.

Tania García Lorenzo: Los panelistas tienen un serio problema: dar res-puestas, en breve tiempo, a la amplísima gama de temas abordados. Les ofrezco la palabra.

Narciso Cobo Roura: Aurelio colocó un asunto esencial referido a la socialización, estatización, desestatización; ese problema recorre la vida toda de la sociedad y requiere de una reflexión diferenciada. Yo comparto esa preocupación, pero considero que no hay recetas. En lo que hacemos hay discontinuidades, obligatoriamente, y no nos podemos poner bravos con ellas. A la juventud le estamos «entregando» un modelo; su visión de este, su conformidad con él, no tiene por qué ser la que nosotros estamos asumiendo, por lo tanto, los criterios de ruptura van a permanecer, y quizás a profundizarse, y tenemos que ser capa-ces de anticiparlos.

La intervención de Rafael Betancourt me permite abordar algo que ha estado ausente aquí: el desarrollo local. Tal desarrollo incide de manera determinante en el bienestar de toda la población y en la realización misma del sistema político. El socialismo se concreta, se materializa en la localidad.

Quiero referirme también al sistema tributario, a los problemas que se plantearon en torno a la carga impositiva de que pueden ser objeto actualmente los cuentapropistas o estas nuevas formas de gestión productiva. La obligación de contribuir al Estado mediante impuestos es de todos; debe estar en la Constitución. El segundo elemento es que el impuesto tiene una fuente legal, está llamado a fijarse por ley; por una razón muy importante que justifica la preocupación del compañero que intervino: es el propio pueblo, a través de sus representantes, los diputados a la Asamblea Nacional, el que se fija esa carga, el que acuerda los términos en que puede ser gravada la sociedad.

Hemos transitado por dificultades porque carecíamos de una cultura tributaria, que recién comenzó en los años 90; estamos en un momento de cambio y conformar esa cultura es uno de los principales retos y proyecciones que tenemos.

Armando Nova: La macro y la microeconomía en realidad van unidas. En Cuba, la empresa es la célula económica básica y está situada en la microeconomía, pero eso no significa que la macroeconomía no esté presente y no desempeñe el papel que le corresponde.

Otro aspecto que se señalaba es la economía del conocimiento; es un término bastante amplio y en ocasiones se ha optimizado respecto a las tecnologías que se suelen identificar como de punta; pero para sembrar, obtener variedades y buenos resultados productivos, se necesita una acumulación de conocimientos de generación en generación. El campesino cubano puede no ser doctor ni máster, quizás no sea ingeniero, pero tiene una sabiduría increíble, y ahí radica una base importante del conocimiento, más cuando nuestra estructura económica en lo fundamental es de base agraria.

Emilio Duharte: Hay una cuestión en las ciencias políticas relacionada directamente con el secretismo y que debe oponérsele: la transparencia gubernamental y la rendición de cuentas. La primera, hasta donde conozco, no se investiga en Cuba; y no estoy hablando de la glásnost, aquella famosa transparencia informativa, «hermana gemela» de la perestroika y uno de los factores del derrumbe del socialismo en la URSS, sino de la transparencia gubernamental como un atributo del socialismo, y que tendrá que ser cualidad de este modelo que estamos creando. Y la segunda, la rendición de cuentas, si lo consideramos un proceso necesariamente sistemático, directo, activo, real y efectivo, estamos claros de que en nuestro país prácticamente se reduce a los delegados de circunscripción, y se sabe con cuántas limitaciones. Sin olvidar que son dos procesos estrechamente relacionados, visto el pri-mero como primera fase del segundo.

Por otra parte, ¿el nuevo modelo transita verdaderamente hacia el socialismo? Habría que preguntar primero qué es el socialismo, que yo creo que es una gran interrogante para todos. Es un término utilizado por diferentes teorías políticas, incluso contrapuestas, por lo tanto hay distintos tipos y modelos de socialismo. Parece ser que nuestro modelo va justamente hacia un tipo de socialismo propio de Cuba, que hoy no tiene referentes y debe definir preceptos más claros, aunque considere, por supuesto, las experiencias pasadas y las actuales.

Sobre los temas de actualidad de los cursos ofrecidos en la Universidad de La Habana, y en el área concreta donde trabajo, se ha ido avanzando considerablemente, tanto en el pregrado como en el pos-grado; no para ser apologéticos en el análisis, sino lo contrario, profundamente críticos, en cuanto a discutir temas álgidos, actuales, de la realidad cubana, desde la filosofía, la sociología, las ciencias políticas, la historia; temas relacionados con el sistema político en Cuba, sus limitaciones democráticas y las necesarias reformas al sistema; la política cultural de la Revolución y el famoso Quinquenio gris —década, para algunos—; asuntos que tienen que ver con la renovación-reelaboración del marxismo, visto este como una teoría no dogmática ni doctrinaria, sino renovada y creadora, ajustada a los nuevos tiempos; de igual modo se han promovido muchos cursos libres, opcionales, de verano, de invierno, etc., que abordan un grupo importante de estas y otras temáticas controvertidas, de máxima actualidad y complejidad. ¿Es suficiente?, claro que no; hay que continuar trabajando y profundizando. Entre los años 2000 y 2012, especialistas de las ciencias políticas han escrito varios textos y numerosos artículos sobre temas teórico-políticos que están en el centro del debate internacional; acerca del sistema político cubano, sus particularidades, logros y deficiencias democráticas, las reformas actuales, las posibles tendencias de desarrollo. A quien le interese le podemos sugerir algunos de esos materiales para que debata junto con nosotros, nos ayude a reflexionar y a perfeccionar las nuevas producciones científicas proyectadas.

Tania García Lorenzo: El país enfrenta un proceso de introspección que será más enriquecedor si lo concebimos permanente y continuo. El socialismo a la cubana será nuestro propósito siempre, porque será el medio que nos lleve al bienestar de toda la sociedad. Ese tendrá que ser su sentido, basado en nuestra historia, en nuestra identidad, en nuestra cultura.
Quiero agradecer profundamente a los panelistas y a los participantes, a los que intervinieron y a los que tuvieron un silencio activo, porque esta sala ha estado pendiente del debate todo el tiempo y de una manera enriquecedora.

ACONTECER ECONÓMICO CUBANO



A cargo de L. A. Cañizo

Ferrocarriles rusos participarán en modernización de la infraestructura ferroviaria

El grupo empresarial ruso Ferrocarriles Rusos (RZD) y Ferrocarriles de Cuba cooperarán en la reconstrucción y modernización de la infraestructura ferroviaria cubana, informó la empresa rusa RZD International, reflejó un comunicado difundido por RZD este jueves.

En junio pasado el vicepresidente de la empresa rusa, Alexandr Misharin, informó a la prensa que el monto total estimado de los trabajos de RZD en la isla caribeña asciende a 1.800 millones de euros y anunció que la firma del contrato tendría lugar antes de fines de año.

Puerto de Nuevitas se acondiciona para recibir cruceros

Convertirse en uno de los principales destinos para cruceros hacia Cuba es un objetivo primordial del Puerto de Nuevitas, distante 80 kilómetros de la centro-oriental ciudad de Camagüey.

La instalación portuaria experimenta un proyecto inversionista valorado en 40 millones de dólares, que permitirá en los próximos años apoyar la actividad crucerística en una región que tiene en cayo Cruz un amplio programa de construcción de inmuebles hoteleros para el desarrollo turístico.

Importantes turoperadores, fundamentalmente de Francia y Canadá, se interesan por el programa inversionista en el Puerto.

Actualmente Puerto Nuevitas asume la entrada de embarcaciones de hasta 14 000 toneladas, y sus directivos tienen el propósito de categorizarlo como la tercera instalación de su tipo de más importancia en el norte de Cuba, solo superada por La Habana y el Mariel.

Cita petrolera ampliará negocios

El foro Cuba Energy, Oil & Gas Conference sesionó en La Habana con la asistencia de expertos y ejecutivos del sector petrolero mundial quienes intercambiarán experiencias y efectuarán contactos de negocios.

"Se trató de una magnífica oportunidad para que inversores foráneos se informen sobre la industria cubana del petróleo y el gas", afirman representantes de la firma Global Event Partners, organizador del foro, que tiene como anfitrión a la Unión CubaPetróleo (Cupet).

Presentarán nueva cartera de oportunidades para posibles negocios

El Palacio de las Convenciones de La Habana acogió una conferencia de prensa con periodistas nacionales y foráneos acreditados en Cuba, en la que se informó sobre los preparativos del Segundo Foro de Inversiones, que tendrá lugar en ocasión de la Feria Internacional de La Habana -FIHAV-, del 30 de octubre al 3 noviembre de este año.

El 2do Foro de Inversiones comenzará el 31 de octubre con la presentación de la nueva Cartera de Oportunidades de Negocios, que en esta ocasión contará con una oferta que supera los 450 proyectos y posteriormente se desarrollarán los encuentros bilaterales.
 
Restablecidas instalaciones turísticas 

Con todas las instalaciones restablecidas con electricidad, agua y comunicaciones, el sector del turismo en Cuba se encuentra listo para recibir clientes e iniciar una temporada alta exitosa, aseguró el Ministro del Turismo, Manuel Marrero.

El titular del sector informó que luego del paso del huracán Irma por la Isla se trabajó fuerte, y ya garantizan la infraestructura necesaria para afrontar, a partir del 15 de noviembre, el arribo de los vacacionistas que elijan el destino Cuba, con la hospitalidad y calidad de siempre.

Bloqueo de EE.UU. provoca millonarias pérdidas a agricultura cubana

Juan José León, especialista principal de Relaciones Internacionales del Ministerio de la Agricultura (Minag), de Cuba, informó este 26 de septiembre, en La Habana, que de abril de 2016 hasta marzo último, el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. le provocó al país afectaciones, en ese sector, que ascienden a más de 260 millones 500 mil dólares.

Comentó en conferencia de prensa que los Grupos Empresariales de Tabaco de Cuba (Tabacuba) y Labiofam concentran cerca del 90 por ciento de los perjuicios.

Destacó que, al igual que el pasado año, los ingresos por exportaciones de bienes y servicios se vieron afectados, en tanto también se cuantifican pérdidas por reubicación geográfica del comercio.

Fábrica cubana anuncia próxima exportación de ron

Juan Carlos Durán, jefe de producción de la fábrica de ron de la Unidad Empresarial de Base Derivados 'Antonio Sánchez', de Cienfuegos, dijo que esa entidad del centro-sur de Cuba construirá próximamente una bodega de nuevo estilo, y ya trabaja en la implementación de un sistema de control para la exportación.

El directivo manifestó, en exclusiva, a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que la moderna despensa tendrá capacidad para elaborar dos mil 500 toneles de la bebida y permitirá triplicar las producciones de la fábrica.

El ingeniero industrial explicó que como plan, la industria fabricará el año próximo una línea de más calidad, el Ron Palma, para comercializarlo directamente en el mercado que opera en divisas.

Empresa cubana de lubricantes presentará producto renovado en Fihav

La empresa cubana de lubricantes presentará en la venidera Feria Internacional de La Habana una familia de Aceites de Motor Súper Ligero, el cual posibilita economizar combustible.

El sitio web de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet), informó que se trata de un producto lanzado al mercado hace unos años, el cual cuenta con una nueva imagen y mayores prestaciones.

La nota precisa que es aceite multigrado semisintético para motores de cuatro tiempos, desarrollado para proporcionar una protección correcta a motores de automóviles de gasolina y diésel, incluyendo los camiones ligeros y furgonetas.

Aerolínea de EE.UU. quiere aumentar vuelos 

Representantes de la compañía de Estados Unidos, United Airlines manifestaron este 27 de septiembre, en Washington, que quieren aumentar sus vuelos entre la ciudad de Houston, Texas, y La Habana, a frecuencia diaria.

Reportó el sitio digital Business Journal que desde diciembre último, la aerolínea une ambas urbes en viajes de ida y regreso cada sábado, y de la misma forma, todos los días, cubre la ruta entre los aeropuertos internacionales Libertad de Newark, en Nueva Jersey, y José Martí, en la capital cubana.

United Airlines, con sede en Chicago, Illinois, solicitó al Departamento norteamericano de Transporte el mencionado incremento de sus servicios, expuso la fuente citada por la agencia Prensa Latina.

Activada termoeléctrica de Matanzas, duramente afectada por huracán Irma

Luego de algo más de dos semanas de intensos trabajos de recuperación, la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, de Matanzas, quedó sincronizada al Sistema Electroenergético cubano.

Y como era lógico suponer, el acontecimiento suscitó gran regocijo entre los trabajadores y directivos de la unidad, enfrascados durante largas jornadas en restituir el bloque tras los daños causados por el huracán Irma. 

Fuentes: Radio Habana Cuba (RHC); Radio Reloj; Agencia Cubana de Noticias (ACN); Prensa Latina; Opciones/Juventud Rebelde.