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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 16 de octubre de 2024

Las importaciones y nuestra mentalidad

De la década del 80 hasta la fecha, Cuba no ha logrado un saldo positivo en el balance de bienes en ningún año.




Es verdad y lo es desde hace mucho: en economía, casi siempre hemos mirado hacia fuera antes que buscar adentro. No es nuevo, es parte y producto de nuestra historia, de nuestra condición de archipiélago, de nuestro relativamente pequeño tamaño, de nuestra posición geográfica. Es, de alguna manera, una rémora heredada del colonialismo, del neocolonialismo y luego de nuestra relación tan especial con la URSS, que nos permitió hacer grandes cosas y disponer de una fuente inagotable de recursos casi con independencia de nuestra capacidad para pagarlos.

Pero todo lo anterior es solo una parte de la explicación de la alta “propensión” a importar de la economía nacional.

Aunque pasa por la subjetividad, por aquello de que solo estamos a 90 millas del más grande mercado del mundo, de que en ese mercado cada vez viven más cubanos, que internet, WhatsApp y todas las otras tecnologías nos ponen delante de los ojos productos de “allá” que queremos tener “aquí” —muchos sin duda muy buenos—, lo cierto es que hay razones objetivas, asociadas a las características estructurales de la economía cubana, que de alguna manera convierten en casi incurable la propensión a importar. Volveremos a esto más adelante.

Sustituir importaciones fue uno de los “instrumentos, propósitos, objetivos” de la concepción estructuralista de desarrollo liderada por la CEPAL desde los años 50. No lo logró del todo América Latina, tampoco nosotros.

De la misma forma, tener una “política de sustitución de importaciones” ha sido una necesidad reconocida por muchos economistas cubanos, incluso antes de 1959; en parte inspirados en las concepciones cepalistas y en parte porque la realidad del país lo hacía evidente. El recorte de la cuota azucarera primero y su eliminación después, la reducción del comercio con Cuba y el bloqueo después, sin duda reforzaron las razones que, desde la teoría, se esgrimían sobre lo estratégico de lograr una efectiva sustitución de importaciones. Sustituir importaciones era una parte esencial en el empeño de reducir la dependencia económica de nuestro país.

Por eso, desde 1959 la sustitución de importaciones como un propósito / meta / objetivo ha estado presente en la estrategia de desarrollo de Cuba en sus diferentes etapas, y en los planes quinquenales desde 1975. Todavía hoy lo está, lo cual, lamentablemente, es una señal inobjetable de que no hemos alcanzado, ni medianamente tal propósito, y no porque no se haya intentado.

¿Qué dicen los datos?

En la década de 1950 a 1959, Cuba exportó 6 700,3 millones de pesos e importó 6 200,1 millones de pesos, obteniendo en esa década un balance comercial positivo de 500 millones de pesos cubanos. Dos años, 1957 y 1958 exhibieron balance comercial negativo.

En la década de 1960 a 1969, las exportaciones alcanzaron los 6 327,9 millones mientras las importaciones se elevaron a 8 978,8 millones, dejando un saldo negativo de 2 651 millones de pesos. En esta década, excepto el año 1960 —que tuvo un balance positivo de 28 millones de pesos—, todos los otros tuvieron un balance comercial negativo.

Entre 1970 y 1979 el comportamiento fue como sigue: exportaciones por valor de 21 592,5 millones y las exportaciones se elevaron a 24 605 millones, lo cual arrojo un saldo negativo de 3012,6 millones. En esa década todos los años tuvieron un balance negativo, excepto 1974 —fue positivo con 11 millones de pesos.

De 1980 a 1989, las exportaciones fueron 51 795,3 y las importaciones 67 684,3, para un saldo negativo de 15 889 millones. De esta década en adelante y hasta la fecha no se ha logrado un saldo positivo en el balance de bienes en ningún año.

En la década del 90, exportaciones por 20 867,4, importaciones, 37 467,8 un saldo negativo de 17 600,4.

En la primera década del siglo XXI, exportaciones por valor de 24 036,9 millones e importaciones por 74 492,2 y un saldo negativo de 50 455,3 millones.

De 2010 a 2019, las exportaciones fueron 38 640,3 y las importaciones 119 670,8, para un saldo negativo de 81 030,5 millones.

Ni siquiera en los momentos en que Cuba disfrutaba de acuerdos beneficiosos con la URSS que incluían precios justos para nuestras exportaciones a ese país, pudo hacerse efectiva una política de sustitución de importaciones que cambiara esa tendencia/padecimiento/ de la economía cubana. Tampoco se materializó el propósito de la sustitución de importaciones en esos años de este siglo en que disfrutamos de una relación beneficiosa con Venezuela. En ambos períodos, el monopolio estatal sobre las importaciones era prácticamente absoluto y la planificación, altamente centralizada, abarcaba prácticamente toda nuestra economía.

Otro aspecto que resulta interesante es el hecho de que en esos años en que nuestra integración al CAME modeló desde la industrialización hasta el comercio exterior en Cuba, la isla experimentó un desarrollo industrial poderoso, creando capacidades —mismas que hoy no tenemos— que, al menos teóricamente, permitían aquel propósito de sustituir importaciones y ganar independencia —no autarquía— económica.

Sin embargo, a pesar de tener financiamiento barato, precios justos y acceso relativamente privilegiado a mercados prácticamente cautivos, aquel propósito de sustituir importaciones no se alcanzó.

Adelante tres hipótesis muy elementales sobre el porqué.

Hipótesis 1:

El rol asignado a Cuba dentro de la división internacional socialista del trabajo no favorecía la estrategia de sustitución de importaciones.

Sin duda hubo sesgo hacia la especialización en bienes primarios, no obstante, si se revisan los convenios firmados por nuestro país es posible comprobar las oportunidades significativas que dicha relación brindó.

En 1976, Cuba y la URSS firmaron un nuevo convenio de colaboración económica y científico-técnica, que abarcó el período de 1976 a 1980. En dicho convenio se estableció la cooperación mutua en las ramas de la energética, la metalurgia no ferrosa, la refinación de petróleo, industria ligera, riego, drenaje y suelos, prospección geológica y otros rubros igualmente importantes. Se estableció, asimismo, el inicio de los trabajos de una planta siderúrgica y otra átomo-energética y además se fijó un precio de compra mínimo para el azúcar de 30,40 centavos por libra, cuyo precio se estableció sobre bases resbalantes, o sea, de acuerdo a los precios de las mercancías de la URSS, que debíamos comprar.

Hipótesis 2:

Las estrategias de sustitución de importaciones no alcanzaron sus objetivos porque faltó consistencia entre las políticas implementadas y los instrumentos utilizados.

Una revisión de la política arancelaria y la política cambiaria podría arrojar luz al respecto. Es cierto que una tasa de cambio sobrevaluada y el acceso “fácil” a productos elaborados hace difícil lograr una sustitución de importaciones efectiva.

Hipótesis 3: El bloqueo de EE. UU. constituyó un factor negativo en el propósito de lograr un proceso de eficiente de sustitución de importaciones.

Tener acceso limitado a determinados mercados y productos que pudieron haber contribuido con la sustitución de importaciones es una realidad difícil de cuantificar. Sin embargo, el mismo bloqueo impuesto por el mayor mercado del mundo, a solo 90 millas, sirvió de “barrera protectora” para el naciente sector productivo cubano. Esa oportunidad es también difícil de cuantificar.

En resumen, en aquella época tuvimos una relación comercial muy favorable para algunos de nuestros productos, créditos en condiciones inmejorables y protección respecto de las empresas más eficientes y productivas extranjeras, una aceptable capacidad productiva y energía barata, y aun así no logramos una sustitución de importaciones efectiva.

Es probable que una de las tareas más difíciles que de nuevo haya que asumir en algún momento sea la de diseñar una política de sustitución de importaciones que permita avanzar hacia un grado mayor de independencia económica. Esta vez, no tendremos una relación comercial favorable, ni créditos blandos con períodos de gracia que nos den un respiro, ni energía barata y estaremos dentro de un mundo muy competitivo, dominado por grandes compañías capitalistas transnacionales. Esta vez no tenemos esa capacidad de respuesta que un día nuestro sistema productivo alcanzó y aún estamos sumergidos en desequilibrios que hacen mas compleja esa arquitectura. Solo para poner un ejemplo, la debilidad de nuestro sistema productivo requiere de insumos casi masivos, la devaluación de la moneda nacional —la misma que favorece las exportaciones y beneficia a un grupo de empresas nacionales que exportan— encarece aquellos insumos necesarios para reactivar / relanzar/ modernizar nuestro sistema productivo. ¿Qué hacer?

Pero, si queremos avanzar, junto a la promoción eficiente de exportaciones y la sustitución de exportaciones, necesitaremos una política de sustitución de importaciones que aproveche aquellas fortalezas que aún nos quedan, que sume e incentive a todos los agentes / actores en el propósito, que genere y respete compromisos y produzca la confianza imprescindible. Por eso me aventuro a decir que la política de sustitución de importaciones solo tiene sentido si es parte esencial de una política de desarrollo productivo del país.

Presentacion del libro " Empresa Estatales en Cuba, situación y propuestas de transformación"

Por el Dr. Julio Carranza

Amigos:

En la mañana de hoy, hemos presentado en la sede de la ANEC el libro: “Empresas Estatales en Cuba, situación y propuestas de transformación”, coordinado por el Profesor Leandro Zipitria, de la Universidad de la República del Uruguay y la Profesora Ileana Díaz, del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana.

Los autores de los diferentes capítulos son destacados profesores de ambas instituciones.

Cómo se me solicitó, me correspondió escribir el prólogo de este importante libro, un texto académicamente riguroso, útil y oportuno, puesto que se refiere a la reforma de la empresa estatal, una de las dimensiones fundamentales de la reforma integral que debe tener la economía y la sociedad nacional.

Debajo reproduzco el prólogo que escribí y a continuación el link directo para acceder al texto completo.

Julio Carranza

16 de Octubre 2024

Prólogo a libro Empresa Estatales en Cuba, situación y propuestas de transformación

Julio Carranza

El libro que se pone a consideración y debate del lector interesado es de una gran importancia para Cuba, dada la compleja situación y la prolongada crisis en la que se encuentra la economía del país. Sus autores, destacados economistas con diversas experiencias, coordinados por los profesores Leonardo Zipitria e Ilena Díaz, van desarrollando a través de sus nueve capítulos aspectos fundamentales sobre las empresas estatales y su funcionamiento, cuestión esencial en el proceso de transformaciones que ha de avanzar en la economía nacional.

Considero que es importante tener en cuenta, que aún cuando un texto trate de manera profunda sobre un tema determinado, es necesario siempre tener como referente el escenario más general del cual este tema forma parte. O sea, una discusión sobre la cuestión de la operación de empresas estatales en una economía, aunque tiene aspectos y conceptos de valor universal referidos a la cuestión empresarial, está también muy condicionada por las circunstancias, desafíos y objetivos específicos del lugar donde este es sometido a análisis, crítica y propuestas concretas, quiere decir que, sin una consideración del todo y del contexto (aunque no sea este objeto de tratamiento directo) no es posible valorar con acierto un tema específico que corresponda a esa realidad.

Este libro tiene la virtud de que asume las dos dimensiones, comienza con consideraciones más generales sobre el tema de la estructura, operaciones, etc de las empresas estatales en general, mismas que pudieran estar incluidas en un riguroso manual sobre este asunto y progresivamente sus capítulos y autores van avanzando en un análisis específico del tema en la realidad específica de Cuba y sus desafíos.

En las seis décadas correspondientes al proceso revolucionario cubano la economía ha pasado por varias etapas regidas por diferentes conceptos y sistemas de dirección y planificación. Sin dudas el periodo de crecimiento más estable es el que va de 1975 a 1985, coincidente con una mayor aplicación del cálculo económico y las relaciones mercantiles entre las empresa estatales, era una época en la cual la integración de los países socialista, a pesar de sus insuficiencias, funcionaba y compensaba con notables recursos las necesidades del país, ese contexto desapareció abruptamente con la crisis del socialismo soviético en Europa, posteriormente sobrevino un proceso de crisis sostenidas, con relativas recuperaciones intermitentes, que no ha sido superada hasta hoy. Desde principio de los 90s se hace evidente la necesidad de una reforma fundamental de la economía que tome en consideración la interacción de cada uno de los factores que la constituyen como sistema. Así lo hemos expresado y propuesto desde entonces y cada vez con mayor énfasis.

En los 90s se realizaron diversos cambios que contribuyeron a la recuperación relativa de los grandes desequilibrios macroeconómicos y a salir del peor momento de la crisis en un contexto internacional más favorable con los cambios políticos que se dan en América Latina en la primera década de los 2000s, sin embargo no se realizó la reforma estructural que la economía necesita, en nuestra opinión se perdió un tiempo precioso.

Para la segunda década de los 2000s se va conformando un mayor consenso sobre los transformaciones que la economía necesita, de hecho se aprobaron varios documentos fundamentales que establecen el espacio necesario para realizarlos, entre ellos el llamado Conceptualización del modelo económico cubano y la nueva Constitución aprobada en 2019, sin embargo, el avance de la reforma ha sido extremadamente lento, errático y sin la articulación necesaria, todo en medio de un escenario internacional muy hostil.

Probablemente uno de los problemas que han afectado la efectividad de los cambios que ciertamente se han implementado en la economía durante las últimas décadas, es precisamente que estos, en la práctica, no han tenido la suficiente profundidad e integralidad y menos el orden necesarios, quiere decir, la secuencia que garanticen su articulación sistémica.

El ejemplo reciente más evidente de este problema, no el único, es el llamado ordenamiento monetario que se decide realizar desde principios del año 2021

Es decir, dada las debilidades estructurales y un serio problema de secuencia, el Ordenamiento, contrariamente a lo que se había propuesto, tuvo un efecto inflacionario y no productivo. Ante una economía con bajo nivel de eficiencia empresarial y fuerte contracción de la oferta (producción e importaciones) las medidas del ordenamiento que incluían un abrupto crecimiento de los costos empresariales, contribuyeron a una notable inflación, compleja y riesgosa situación no solo económica, también social y política. Originalmente se expresó que el salario mínimo sería 1,3% mayor que la canasta básica, sin embargo, el resultado ha sido muy diferente, hoy día una parte considerable de la población recibe ingresos por debajo del costo real de la canasta básica.

Valga este ejemplo, se pudieran citar otros, para demostrar la importancia capital de una consideración integral de la reforma económica en Cuba, la economía es un sistema complejo y así se debe tratar.

Ahora bien, sin abandonar la imprescindible consideración sistémica, ni la urgencia de reducir los fuertes desequilibrios macroeconómicos, consideramos que la reforma tiene dos factores esenciales que deben ser tratados con la mayor rapidez y profundidad, estos son: la reforma de la empresa estatal y la reforma del subsistema de producción agropecuaria, estos serían, por así decirlo, los corazones del proceso. Este libro trata sobre uno de ellos, la reforma de la empresa estatal y como siempre hemos dicho, no para que deje de ser estatal (pública) sino para que deje de ser ineficiente.

Las aproximadamente 2900 empresas estatales que operan actualmente en la economía cubana se mueven entre la irrentabilidad y bajos niveles de rentabilidad e incluso muchas veces con rentabilidades más basadas en precios especulativos que en resultados productivos específicos. La existencia de excepciones, que las hay, no cambia la realidad general del sistema empresarial cubano en la actualidad.

Este hecho, además de lastrar el crecimiento e impedir su contribución a poner bajo control la inflación ya que no contribuye suficientemente a elevar la oferta de productos y servicios, impide las imprescindibles contribuciones financieras de las empresas estatales a un presupuesto que para este año 2024 asumió un muy notable déficit del 18.5%. De hecho el control de la inflación con un déficit presupuestario de esa magnitud, que se financia básicamente a través de emisión monetaria, hace muy difícil, casi imposible, controlar adecuadamente la inflación.

Estos dos componentes esenciales de la reforma: la transformación de la empresa estatal y del sub sistema de producción agropecuaria, son fundamentales para restablecer las condiciones que incentiven mayores niveles de producción (en el caso del sector agropecuario, que determina la oferta de alimentos, hay además serias implicaciones para la seguridad de la nación). Habría que añadir la necesidad de una política de inversiones concentrada en las principales prioridades del país, en primer lugar ese sector agropecuario, que hoy recibe menos del 3% de la inversión cuando otros como el turismo y las construcciones inmobiliarias reciben más del 30%, una desproporción que es imperioso modificar.

Siempre se debe decir, enfatizar y explicar en cualquier análisis, que las condiciones para el funcionamiento adecuado y normal de la economía cubana son particularmente difíciles debido a la política de agresión del gobierno norteamericano contra el país, ya no solo es el bloqueo económico, comercial y financiero que dura más de seis décadas y que se ha arreciado, es además la absolutamente injustificada inclusión de la isla en la llamada lista de países que auspician el terrorismo, lo que da lugar a dificultades enormes para operar en la economía mundial, pocas veces en la historia una nación tuvo que vivir por tan largo tiempo bajo un asedio de esa magnitud. Ahora bien, esa política no puede paralizar las transformaciones que el país necesita, la más urgente de ellas la reforma integral de la economía y dentro de esta, como hemos expresado, ocupa un lugar central la reforma de la empresa estatal y el sistema empresarial.

Otro punto necesario a entender, es que el país no ha renunciado, ni deberá renunciar, a mantener una economía de carácter socialista, donde la justicia social sea un objetivo central, pero para conseguir este propósito hay que despegarse de cualquier concepción ortodoxa o rígida del socialismo tal y como este se conoció y fracasó en la Europa Oriental, se necesita una visión práctica, sin “parálisis paradigmáticas”, apoyada en las lecciones de la historia, basada en la cultura universal y teniendo clara conciencia de las limitaciones de un país pequeño, con escasos recursos naturales, aislado y bloqueado y en una situación geopolítica muy difícil. Se puede?, sí, pero no de cualquier manera.

Por otra parte, sería absurdo pedirle a un país en esas condiciones que de respuesta a los problemas generales del socialismo como sistema, esas respuestas y en el largo plazo, las dará la historia a nivel global, no es un asunto que Cuba se pueda plantear sola. La situación requiere principios claros y un diseño específico, considerando sí, la experiencia teórica e histórica internacional, pero muy asentado en las condiciones y condicionantes del país, aquí y ahora. El eje articulador de todo el proceso económico y político en Cuba debe ser su proyecto nacional, cuyos componente esenciales son: la soberanía nacional, la justicia social y el desarrollo económico y democrático.

La reforma de la empresa estatal tiene que ser parte esencial de ese diseño.

En este tema hay involucrado dos aspectos fundamentales, por una parte la estructura interna de las empresas, por la otra, las relaciones interempresariales, quiere decir las relaciones de las empresas con el resto de la economía y de la sociedad, incluida, por supuesto, las relaciones con el gobierno a todos sus niveles.

En los diferentes capítulos del presente libro, se podrán encontrar análisis y propuestas a ambos niveles que son de la mayor importancia. El socialismo histórico sometió a las empresas a estructuras rígidas y a una planificación centralizada que más que responder a los intereses de toda la sociedad, adquirió un carácter burocrático y se convirtió en un anillo de hierro que ocluye los incentivos, frena la innovación e impide el dinamismo que el desarrollo necesita.

El problema en Cuba es particularmente complejo porque no se trata de una restauración del sistema empresarial propio de cualquier economía capitalista y menos de regresar a lo que existía en el país anterior a 1959, aunque de estas realidades también hay que extraer experiencias positivas, se trata de la articulación de un sistema económico y empresarial eficiente que empuje el crecimiento y el desarrollo, rompiendo las ataduras a las que ha estado sometido y a la vez sea coherente con el objetivo de la justicia social y la inclusión, en correspondencia y paralelamente a las políticas estatales que lo garanticen. Las empresas, con las muy justificadas y limitadas excepciones, deben producir con rentabilidad, utilizando todos sus recursos e incentivos y el estado, con políticas fiscales y otros instrumentos a su alcance, complementa la distribución para garantizar los derechos de toda la sociedad.

Hay muchos aspectos que deben ser objeto de transformación en las empresas estatales cubanas, mencionaré cuatro que el lector encontrará desarrollados en detalle en los diferentes capítulos del libro: 1) el cambio en el carácter de la planificación centralizada y burocrática que, como demuestra la evidencia, es una atadura que impide la iniciativa y el dinamismo de las empresas, por una planificación más estratégica, financiera e indicativa 2) la independencia operativa de la empresas sin ataduras a los Ministerios ramales u otras estructuras intermedias, que deberían jugar un papel más de rectoría, definiciones estratégicas, metodologías y apoyo al desarrollo y no al “micro management.” y a la imposición de decisiones 3) El establecimiento de restricciones financieras fuertes y no la política en curso que garantiza la supervivencia financiera de la empresa más allá de sus pérdidas e ineficiencia a partir de subsidios laxos, la mayor parte de las veces sin justificación ni económica ni social. Esto supone, como hemos afirmado y entre otros, aspectos legales, la existencia de una ley de bancarrota que se aplique con rigor, así como una adecuada política fiscal y de créditos, 4) La solución del complejo problema del principal-agente, fundamental en una economía de carácter socialista, o sea como garantizar que el legítimo dueño de las empresas estatales (el pueblo) mantenga control sobre el uso eficiente de los recursos que le son propios, sin que esto afecte la autonomía de gestión de la gerencia y el dinamismo empresarial, en este sentido son fundamentales el adecuado funcionamiento y constitución de las juntas de gobierno en cada empresa (con los incentivos correspondientes) y el funcionamiento de los órganos del poder popular en los diferentes niveles.

Por otra parte, es esencial la construcción de mercados que funcionen con suficiente articulación y transparencia de información, sometidos además a las regulaciones imprescindibles establecidas por el estado central, ni más ni menos regulaciones que aquellas que sean necesarias para mantener los equilibrios macroeconómicos y la protección del carácter social de la economía. Así mismo el establecimiento de las infraestructuras financieras, de servicios y físicas que garanticen un “medio ambiente” adecuado para el avance de las empresas y de la inversión, esto supone el funcionamiento eficiente de las comunicaciones, los bancos, los seguros, las carreteras, etc, todos hoy muy golpeados por la crisis.

Los mercados, con las regulaciones correspondientes, incluidos el mercado de medios producción y el mercado monetario, deben ser el espacio transparente y con información pública al cual concurran en igualdad de condiciones todos los actores económicos propios de una economia diversa (públicos, cooperativos y privados).

Debo decir que todos estos aspectos fueron parte de lo que expusimos en nuestro libro publicado en 1995 “Cuba la reestructuración de la economía, una propuesta para el debate” (J. Carranza, L. Gutierrez, P. Monreal. Edit Ciencias Sociales, La Habana 1995) incluido una amplia propuesta sobre el tema de las Juntas de Gobierno (en aquel texto las llamábamos Juntas de Administración) a las cual les concedíamos una importancia fundamental. Desde esa época apreciábamos la necesidad de una reforma estructural e integral de la economía, misma que, a pesar de los importantes cambios realizados, se encuentran aún pendiente y es hoy más urgente.

Cabe insistir en este prólogo en una cuestión que con frecuencia hemos expresado. A la empresa pública en Cuba oficialmente se le denomina empresa estatal socialista, lo cual en una economía con diversidad de propiedades como la de hoy en el país (empresas estatales, cooperativas y Mipymes privadas) podría conducir al criterio de que las estatales son las empresas socialistas y, por exclusión, las demás no lo son, lo cual las coloca por definición en una lógica anti sistémica con todas las implicaciones negativas que eso conlleva.

Las empresas son empresas, más allá del carácter de su propiedad y de sus diferencias por importante que estas sean, persiguen producir con eficiencia y rentabilidad, acompañadas, claro está, de la correspondiente responsabilidad social. Lo que es capitalista o socialista es el sistema que las integra a todas, en Cuba las empresas privadas son las empresas privadas de un sistema socialista, como las empresas públicas en un país capitalista son las empresas públicas de un sistema capitalista, esta definición no es una mera disquisición teórica, tiene implicaciones prácticas enormes, sobretodo en un contexto como el cubano, donde durante las última décadas el sector privado y los mercados no solo apenas han existido, sino que además han sido objeto de notables prejuicios, mismos que como parte de la reforma necesaria deben ser superados. El principio de que el sector público debe ejercer el liderazgo del sistema económico y controlar los medios fundamentales de producción no significa que el resto de los actores empresariales (cooperativos y privados) no tengan también un papel de gran importancia en la dinámica general del sistema.

La rentabilidad empresarial no puede ser una precondición garantizada por precios especulativos y el financiamiento fácil, mucho menos en las empresas públicas, sobre todo en aquella con la condición de monopolios, la ganancia debe ser un resultado de la producción y gestión de la empresa, en una competencia donde concurran todos los actores económicos. Obviamente, existen excepciones imprescindibles de empresas que por razones muy justificadas deben ser objeto de subsidios y control de precios. Igualmente, es muy importante definir bien la diferencia entre salario y reparto de ganancia entre los trabajadores. Desde el punto de vista conceptual no se deben mezclar ambos conceptos.

La base del precio debe estar en el juego de la oferta y la demanda y a partir de allí es que se debe regular de manera muy fundamentada lo que sea necesario. Hoy en muchas actividades económicas empresariales el costo de salario es muy alto, esto lastra a la empresa, o sea, se mantiene una fuerza de trabajo con bajos niveles de productividad. En nuestra opinión y así está incluido en el libro de 1995, es necesario una clasificación más precisa de las empresas por su actividad y escalas y a partir de esto definir con mayor precisión desde las formas de propiedad que le deben corresponder hasta las regulaciones a las que deben estar sometidas, todas las empresas tienen muchos factores en común, pero también importantes diferencias que no se pueden subestimar.

Como hemos expresado, los medios fundamentales y estratégicos de producción deben ser siempre públicos, pero hay que redefinir ese concepto (cuáles deben ser considerados en rigor medios fundamentales de producción), las escalas y las condiciones. Quiere decir, establecer de manera más precisa qué sectores y hasta qué nivel deben abrirse a la participación de empresas no estatales (incluyendo la inversión extranjera), sin que éstas pierdan el liderazgo dentro del sistema económico, que como hemos afirmado, es un principio del sistema cubano que no debe ser abandonado. El sistema debe tener garantías socialistas que se establecen desde la política, el estado popular y la legalidad, pero sin atentar contra la diversidad de formas de propiedad, la operación de los mercados, la iniciativa y la dinámica general de la economía.

Las empresas existen para cumplir determinadas funciones y condiciones; producir con eficiencia y eficacia, innovar, generar empleo; estos indicadores deben ser objeto de medición constante, sobre todo en las empresas públicas. Además, funcionar en un régimen de restricciones financieras fuertes que compulsen a la eficiencia. Como hemos expresado y bien se detalla en las páginas de este libro, las empresas públicas han sido entregadas por sus dueños (el pueblo) al estado y a los ejecutivos para que las administre y las gestione bien y debe haber un claro sistema de rendición de cuentas sobre los resultados obtenidos, este es un concepto fundamental.

En el proceso de reforma de la empresa hay cuestiones esenciales; ¿cómo garantizar la rentabilidad? ¿cuál es el límite adecuado y compatible con el socialismo que debe ser para la privatización de activos? ¿cómo generar empleo para los que están sobre empleados en el sector estatal? ¿Cómo abrir la inserción internacional directa de las empresas, sin estructuras empresariales intermedias, solo la necesaria asesoría del ministerio de Comercio Exterior?, ¿Como incentivar mayores niveles de inversión extranjera?, ¿Cómo hacer que las empresas públicas respondan a los intereses de sus legítimos dueños (funcionamiento de la Junta de Gobierno)?.

Es imprescindible y urgente la aprobación de una Ley de Empresas que ofrezca definiciones y regulaciones legales claras y bien fundamentadas a todos estos aspectos y que no establezca nuevas estructuras burocráticas que atenten contra la autonomía de gestión de las empresas en los diferentes sectores que integran hoy el sistema.

Como se refiere en varios momentos del presente libro, es de la mayor importancia evaluar de la manera más rigurosa otras experiencias de reformas socialistas exitosas como son las de Vietnam y China, allí el crédito y la banca, que están bajo propiedad y control estatal, son (junto a otros instrumentos de política económica) mecanismos fundamentales para la regulación de la economía en general y de las empresas en particular así como en la conducción de la estrategia de desarrollo económico del país.

Lo más avanzado de la experiencia socialista europea fue la llamada reforma LIBERMAN-KOSIGUIN, al final por diferentes razones esta no fue exitosa, tampoco la autogestión Yugoslava. Son procesos históricos que hay que evaluar de manera crítica y rigurosa a la luz de los desafíos y las condiciones de hoy en Cuba para avanzar mucho más allá de los horizontes y limitaciones que aquellos establecieron.

Sin la asistencia de las empresas públicas a los mercados internos, incluidos el mercado monetario y de medios de producción, estos no podrían funcionar bien, las empresas tampoco, habida cuenta que estos mercados deben ser transparentes en su funcionamiento e información.

Otro tema fundamental es la mayor articulación del sector no estatal de la economía (PYMES, privadas y cooperativas) en la dinámica general de la economía y en el funcionamiento de los mercados con la autonomía y las garantías legales y no legales necesarias, así como, de las regulaciones que garanticen el funcionamiento integral del sistema socialista. Es fundamental tener presente el concepto en el que hemos insistido frecuentemente de que el socialismo no es la supresión del mercado, ni la supresión total de la propiedad privada. El socialismo es la supresión de la hegemonía del capital, misma que debe garantizar el Estado en manos de un poder popular que se pueda ejercer de manera democrática.

La sociedad y economía socialistas, que tiene diferencias esenciales con el capitalismo, es también una sociedad y economía de carácter mercantil, donde los mercados han de jugar un papel de importancia en su dinámica general, aunque no determinan todas las relaciones sociales como si lo hacen en el capitalismo, sobre todo en su versión neoliberal, la regulación adecuada de los mercados y el establecimientos de los límites necesarios es imprescindible, pero negar su importancia y necesidad es además de absurdo muy peligroso, subestimar esta realidad tiene consecuencias muy negativas como ha demostrado la evidencia histórica.

La dinámica mercantil de la economía sin dudas genera determinadas diferencias sociales, aún en una economía de carácter socialista, estas deben ser asumidas sin prejuicios, pero esas diferencias no deben alcanzar niveles éticamente inaceptables y deben estar determinadas por la capacidad y el trabajo de sus ciudadanos, nunca por procesos espurios, privilegios, tráfico de influencias y corruptelas. Corresponde además al estado garantizar una vida digna a todos sus ciudadanos, sin exclusiones de ninguna naturaleza y mantener en sectores sociales claves como la salud y la educación una distribución esencialmente por fuera del mercado.

En la economía a la que debe dar lugar la reforma en Cuba, donde operan diversos actores, la empresa estatal debe ser el sector dominante y líder de la economía, esto es parte esencial de la reproducción de un sistema que asume como objetivo la justicia social y la supresión de la hegemonía del capital, pero ese liderazgo ha de ejercerse no por decreto, sino por la eficiencia, el dinamismo y la transparencia de su funcionamiento. Esto puede ser solo el resultado de una construcción consciente que además se necesita con mucha urgencia y este libro ofrece y pone a debate importantes y fundamentadas pistas para realizarlo.

Marzo 2024

El Ministro de Agricultura en CUBADEBATE

Por Joaquín Benavides Rodríguez*

En su comparecencia en el programa CUBADEBATE el pasado 9 de octubre, el Ministro de la Agricultura, abordo varios temas, algunos con espíritu autocritico, pero en mi opinión no se refirió, ni insinuó siquiera, al que considero el principal problema que tendrá que resolver la agricultura cubana para salir de la crisis de producción en que se encuentra. No es la Contratación la solución, es el Mercado. Sin la introducción del mercado en la producción agropecuaria no será posible salir de la crisis. Insistir nuevamente en asegurar el cumplimiento de los planes mediante contratos al margen del mercado, o sea sin considerar los precios de lo que están contratando las dos partes, el productor y el comprador, es la fórmula segura para un nuevo fracaso. Tampoco planteo la cuestión del crédito bancario. Contratos sin considerar precios y sin crédito bancario, reminiscencias aun no superadas de los tiempos del CAME, son contratos impuestos por la burocracia. No se debería considerar que aseguren ningún Plan.

A su vez el Ministro abordo un tema muy controvertido, el de la propiedad de la tierra. La tierra es del Estado cubano y no del Ministerio de la Agricultura y tampoco de las empresas estatales como sugirió Randy Alonso. La tierra que entrega el Estado en usufructo a productores no puede ser considerado por el Ministerio de la agricultura como entregadas en una especie de aparcería. La aparcería en el campo cubano fue definitivamente erradicada con la Ley de Reforma Agraria.

No debería ser el Ministerio de la agricultura quien rescinda un contrato de usufructo, y decida que el productor abandone su modo de vida, sin que sea un Tribunal quien lo decida. El Usufructo debería ser legalizado mediante un contrato suscrito ante notario, o ante una autoridad ajena al Ministerio de la agricultura. Hay miles de usufructuarios esperando por una certificación administrativa que les permita operar legalmente, incluso ante su banco. Y no tienen una autoridad estatal real que los respalde. En su intervención el Ministro se pronunció no como la autoridad estatal que protege a los productores frente a la burocracia, sino como un dueño de la tierra denunciando a los productores usufructuarios porque han construido ¨bienhechurías en la propiedad del Estado. Así como las reglas para los trabajadores no estatales han sido establecidas por Decretos aprobados por el Consejo de Estado, las que establezcan las reglas para conceder tierras del Estado en usufructo, y también para retirárselas, deberían ser aprobadas mediante decretos avalados por la máxima institución del Estado cubano, previo debate por todo el campesinado a través de la ANAP.


16/10/2024

*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.

Vea Cuadrando la Caja: Bloqueo y finanzas (+ Video)

 Publicado en: Cuadrando la Caja

 



¿Qué elementos se tienen en cuenta, y cuáles no, en los cálculos que se hacen para conocer cuantitativamente las afectaciones y los perjuicios del bloqueo contra nuestro país? ¿Cómo impacta al sector bancario y financiero cubanos? ¿De qué formas afecta los ingresos del país, la exportaciones e importaciones, las remesas y la inversión extranjera? ¿Podemos desarrollarnos a pesar de estas circunstancias? Estas y muchas otras interrogantes fueron respondidas por expertos este domingo en nuestro programa, Cuadrando la Caja.

En video, el programa

Los caminos del agua

Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Yunier Javier Sifonte Díaz, Yosdany Morejón Ortega, Edilberto Carmona Tamayo, Ana Martha Panadés

 



Maritza vive en la calle Fidel Claro, de Trinidad, donde debe ingeniárselas para sobrevivir hasta dos meses sin recibir el servicio, pero, tan solo dos cuadras más arriba el agua se desborda por la calle casi todos los días, dice con descontento, mientras señala el enorme salidero que corre frente a su casa.

En la zona de la Pitilla, Lidia Ramírez y su familia tienen que destinar parte de las menguadas finanzas para contar con un recurso imprescindible. Dos tanques de 55 galones cuestan entre 600 y 700 pesos, pero una pipa supera los 3000. Y aunque en el hogar las medidas de ahorro son extremas, casi todas las semanas esta trinitaria debe llamar a uno de los carretoneros que se dedican al acarreo de agua, un negocio floreciente en medio de tanta escasez.

Mientras, las zonas altas y medias de la urbe, que reciben el servicio desde la fuente natural San Juan de Letrán, dependen no solo de las lluvias, sino de la integridad de la conductora, afectada por averías frecuentes debido a los años de explotación. En más de una ocasión, los vecinos han tenido que conformarse con almacenar “la que cae del cielo” y prescindir del servicio a través de las redes.

Y es que el municipio espirituano de Trinidad vive hoy la situación más compleja de esta central provincia con 6 equipos de bombeo rotos y más de 4000 habitantes afectados, lo cual perjudica la zona alta de la ciudad y el abasto a la Península de Ancón; así como la comunidad de Manaca y La Chispa, en Topes de Collantes, según Fredesman Jiménez Bravo, delegado de Recursos Hidráulicos en el territorio.

“Lo primero que hay que decir es que el acueducto de Trinidad comenzó con un crédito de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, el cual, desde finales del 2019 y principio de 2020, cerró operaciones con nosotros a partir de un impago. Todos conocemos que la COVID generó una situación muy tensa para nuestra economía y nosotros no pudimos mantener los pagos. Luego tratamos de renegociar la deuda con ellos y hasta este minuto no ha sido posible”.

Agregó que el Instituto de Recursos Hidráulicos (IRH) ha logrado renegociar la deuda con el Fondo de Desarrollo de Kuwait y Arabia Saudita, pero no con la OPEP, por lo cual existen varios créditos en el país (no solo Trinidad) que no tiene respaldo en moneda dura para avanzar.

“Lo que hacemos hoy en Trinidad es con el dinero de la Caja Central del Estado, es decir, el mismo dinero que tiene Cuba para comprar la canasta básica, la leche en polvo, o para la generación eléctrica, por lo tanto, el nivel de actividad hubo que disminuirlo y adecuarlo a las posibilidades reales del país”.

Desafortunadamente, al decir de Jiménez Bravo, la crisis económica provocó que el proceso no pueda mantener el ritmo de los primeros años y se ha vuelto lento; pero, en el último periodo se rehabilitaron 4 kilómetros de la conductora en San Juan de Letrán y se recuperaron 30 litros por segundo, lo cual ubicó al territorio en mejores condiciones para el próximo período seco.

Además del surtidor natural que recorre 16 kilómetros, desde San Juan de Letrán hasta la Planta Potabilizadora, los campos de pozos de Valdespino (Oeste) y Santiago Escobar- Las piñas (Este), conforman el sistema de distribución de la urbe, con emplazamientos más pequeños que abastecen la zona de Armando Mestre (Piñas 4), Casilda (Piñas 5), la Purísima (Oeste II) y La Boca y la Península (Los Mangos).

Todos en operaciones garantizan mayor disponibilidad del preciado líquido, pero cuando falla uno, o varios a la vez, se afecta la distribución a través de las redes y se alargan los ciclos por más de tres meses, tal y como ocurrió en el período seco, con el manantial casi en cero y equipos en baja a causa de roturas.

Lo cierto es que el abasto de agua mantiene en jaque a los habitantes de Trinidad, uno de los municipios de la provincia espirituana y del país con dificultades en el acceso a este vital recurso.

La inestabilidad en el funcionamiento de los sistemas de bombeo, los efectos de la sequía y las roturas de la conductora de la fuente natural en el período lluvioso figuran entre las problemáticas que se reiteran año tras año. A ello se suman otras de índole subjetivo: descontrol en la manipulación de llaves y válvulas, problemas de organización de la distribución a través de las pipas, indisciplinas e ilegalidades… Y por estas aguas turbulentas navegan quienes lucran con la necesidad de muchos.

El curso del agua en Sancti Spíritus, todo un desafío

Brigadas pertenecientes al Minagri, el Micons y Recurso Hidráulicos trabajaron en un lugar clave de la red de suministro a la ciudad de Sancti Spíritus. Foto: Escambray

Según estimaciones del IRH, en la provincia de Sancti Spíritus existen actualmente casi 16 000 habitantes que no reciben el servicio debido, en lo fundamental, a roturas de equipos, mala calidad del agua, problemas eléctricos y otras causas, aunque a estas personas se les garantiza el líquido en pipas con un ciclo promedio de 10 días.

Para disminuir las afectaciones por déficit de energía, el territorio ha aplicado alternativas entre las que sobresalen la ubicación de 6 grupos electrógenos en estaciones de bombeo que no tenían respaldo energético, además de proteger los circuitos que abastecen las ciudades de Sancti Spíritus y Cabaiguán; así como otros (circuitos) que necesitan un bombeo entre 12 y 16 horas continuas, lo cual ofrece la posibilidad de proteger al 70 % de la población.

De igual forma, en los municipios de Jatibonico y Cabaiguán se ejecutan inversiones que superan los 160 000 000 en ambas monedas, al decir del delegado de Recursos Hidráulicos: “Con la nueva planta potabilizadora de Jatibonico y las nuevas redes, se le va a brindar agua a más de 20 000 personas y agua de calidad”.

“También trabajamos en una conductora de 630 milímetros para inyectar agua en zonas altas de Cabaiguán, una ciudad de más de 30 000 habitantes, con un servicio deficitario para zonas medias y altas, incluyendo zonas a las que nunca llegaba este líquido porque no teníamos cómo hacerlo”.

La ejecución de la referida conductora está próxima a concluir en este momento, lo cual garantizará las presiones de trabajo que necesitan los sectores hidráulicos de la ciudad: “A pesar de las dificultades económicas del país, seguimos haciendo acciones en Sancti Spíritus para lograr la mejoría en el abasto de agua en diferentes lugares”, explicó.

En cuanto al cambio de matriz energética, la provincia tiene un programa para montar 99 equipos de bombeo que funcionan con paneles solares, lo que también es una forma de disminuir progresivamente el gasto económico en función de generar energía y proteger el servicio de agua.

Hoy están instalados 84 de ese total y se protegen a más de 30 000 espirituanos con dicho sistema (de paneles solares) que constituye una alternativa viable y moderna, con un programa que va avanza hacia la sostenibilidad.

Jiménez Bravo informó que, actualmente, arriban al territorio algunos recursos para continuar con esta secuencia de montaje y sostenibilidad en el tiempo, la cual posee un impacto positivo en Sancti Spíritus.

Falta de electricidad, el golpe de ariete contra los recursos hidráulicos en el país

Como bien explicara hace unas semanas el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el país, el ingeniero Antonio Rodríguez, los principales problemas en el abasto de agua están dados por el estado de los equipos de bombeo y la situación electroenergética.

Un hecho con el que coincide José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento y con el cual conversamos para tener más detalles de la situación actual y perspectivas del suministro del vital líquido.

Aunque parece obvio pensar que la falta de electricidad es la responsable de que falle una y otra vez el abasto de agua por la imposibilidad del funcionamiento de las bombas, la inestabilidad de energía también acrecienta la rotura de equipos y las roturas en conductoras a partir de los llamados “golpes de ariete”.

Imagina que el agua, que fluye a gran velocidad por las tuberías, se detiene de golpe. Este frenazo provoca un aumento repentino de presión en el sistema, como si una ola chocara contra una roca. Esta onda de presión se propaga a través de las tuberías, generando ruidos fuertes y, en algunos casos, daños significativos.

Los ingenieros y técnicos saben que este fenómeno puede ser devastador. Las tuberías pueden reventar, las válvulas pueden fallar y la infraestructura puede sufrir daños severos, dejando a la comunidad sin agua durante días.

Al decir del presidente de la OSDE Agua y Saneamiento, a pesar del trabajo coordinado con la Unión Eléctrica y la protección de los circuitos que alimentan los pozos, “a veces no es posible asegurar el suministro de energía y en otras ocasiones se disparan los circuitos por DAF. Cuando te dicen que se va la corriente a las diez, uno comienza a apagar equipos desde un poco antes, pero cuando es un paro imprevisto vienen las fallas”.

Según cifras reveladas por el organismo, durante los últimos días ha existido como promedio más de medio millón de personas afectadas por falta de electricidad.

“Resulta imposible dar un servicio como las personas necesitan en medio de la contingencia energética que estamos enfrentando porque somos altamente dependiente de la energía y sabemos que es una situación compleja para las personas”, agregó.

Otras de las dificultades más notables asociadas a la “contingencia energética” que atraviesa el país es la falta de combustibles. Desde octubre de 2023 la entidad solo ha recibido cerca del 54% del combustible del plan, “por lo que hemos que establecer prioridades para nuestro trabajo y dejar claro que se ralentizaban o se deterioraban otras tareas elementales”.

“Una de las prioridades era la distribución de productos químicos para las provincias y las estaciones de bombeo, porque sin eso no se puede bombear. La segunda prioridad es la reparación de averías, tanto de equipos de bombeo como de conductoras porque eso es algo que no se prevé y siempre hay que estar listos. La otra prioridad es el tiro por agua en pipa en los lugares donde se interrumpe el servicio por alguna causa como puede ser la sequía o interrupciones por avería. La otra prioridad es la limpieza de fosa, pero solo aquellas que están vertiendo”.

Otro de los grandes desafíos que enfrenta el organismo es la permanencia de los trabajadores. El éxodo de mano de obra calificada se ha incrementado ante los bajos salarios que no compaginan con la vertiginosa alza de los precios.

“El ingreso promedio de nuestros trabajadores es uno de los más bajos del país, con unos  3 400 pesos y tenemos 4 empresas con salario medio por debajo de los 3000 pesos. Nuestros trabajadores son muy consagrados y realmente es un trabajo que no tiene horarios. Los que se mantiene lo hacen realmente por amor propio y sentido de pertenencia”.

Desde el año 2022 hasta la fecha más de 12 mil trabajadores han salido del sistema recursos hidráulicos, aunque en ese propio periodo se han incorporado unos seis mil. “Pero la balanza sigue siendo negativa, además que los que ya no están tenían un grado de preparación y de especialización que es más difícil de sustituir”, advierte Hernández Álvarez.

Con el objetivo de paliar esta situación, se inició con el Ministerio de Educación Superior el curso de técnico superior de Agua y Saneamiento, para acelerar la formación de profesionales competentes en este campo.

No quedarse de brazos cruzados

Reparación de conductoras.

A pesar del complejo escenario económico del país, José Antonio recalca que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hace poco más de un año el país anunciaba un ambicioso plan para restituir capacidades de bombeo perdidas, a la vez que el futuro se encamina por la apuesta por las energías renovables.

“El cambio de la matriz energética es uno de los temas priorizados por el organismo. Este programa prevé sustituir el 37% de los equipos de bombeo del país. Actualmente en Cuba hay unas 4000 estaciones de bombeo. Lo normal sería que uno reponga el 10% de esos equipos cada 10 años, sin embargo, por la propia situación económica del país, tuvimos casi tres años en los que no se pudo importar ningún equipo y eso acumuló un grupo mayor de problemas”.

Desde finales del año 2022 se aprobó el programa de cambio de matriz, que estipula que los equipos consumidores hasta 10 KW de potencia eran 1213 equipos de bombeo  que son el 37%.  “Son estaciones pequeñas pero era la población más afectada. Gracias a este programa ya han entrado a la nación 866 equipos, se han instalado 680 y se trabaja en el montaje de 98. Esto ha beneficiado a 351 000 personas. Debemos destacar que se han incorporado otros equipos de bombeo a partir de otras fuentes de financiamiento”, agregó el directivo.

Otras inversiones en la mira

Como se informó en la Mesa Redonda, disimiles son las inversiones proyectadas. Este año tenemos un plan de 3 200 millones de pesos para inversiones y mantenimientos. Al cierre de agosto tenemos un cumplimiento del 119% y ya tenemos la aprobación para recibir otros 600 millones de pesos para sumarlos a estos trabajos. No obstante, estos planes nos están costando hasta un 30% más que en años anteriores, sobre todo por el crecimiento de los precios de los productos y servicios”, comentó el presidente del INRH.

Antonio Rodríguez dijo que para estas labores se trabaja con acero importado, mientras que en el caso del cemento existe una proyección de colocar el existente en aquellos lugares esenciales y con mayor impacto en los consumidores.

Según dijo, al cierre de agosto el país reportó 181 kilómetros de conductoras instaladas, así como 204 obras terminadas.

En el caso del saneamiento, el presidente de la OSDE Agua y Saneamiento reconoció que el tema de los salideros es uno de los más complejos. Sin embargo, La Habana, con el 50% de las averías (2000 reportes de salideros diarios) agregó recientemente 30 carros eléctricos más a su flota para realizar labores de mantenimiento, supresión de salideros y al metraje. De igual forma, se probó 40 equipos más de alto porte eléctrico como son pipas de agua, carros fosas, desosructores y camiones de volteo.

Apuntes de Pinar del Río y La Habana

En Pinar del Río, la crisis del agua se ha vuelto un tema de preocupación constante. José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, expone la complejidad del sistema de abasto en la región, que cuenta con cuatro grandes redes para garantizar el acceso al agua. Sin embargo, la realidad es que la situación es crítica.

“Para el agua subterránea, requerimos 17 equipos en los pozos, y contamos con varios puntos de rebombeo dentro de la ciudad”, explica Hernández. Tras el devastador paso del huracán Ian, se instalaron los 17 equipos de bombeo; sin embargo, los sistemas de rebombeo estaban en un estado tan deteriorado que no permitían que el agua llegara a los puntos más alejados de la ciudad.

Ante esta situación, se ejecutó un ambicioso programa para importar equipos de rebombeo. Sin embargo, la alegría fue efímera, ya que los equipos de los pozos comenzaron a fallar, generando un desbalance entre el campo de pozos y los rebombeos. “Actualmente, nos faltan cinco equipos en el campo de pozos”, señala Hernández, quien destaca que, a pesar de los contratiempos, se están buscando alternativas operativas para optimizar el manejo del agua disponible en la ciudad.

El problema se complica aún más con el tema de la electricidad. “La falta de energía afecta gravemente el funcionamiento de nuestros sistemas”, comenta. En respuesta a esta crisis, se están acometiendo obras importantes en diversas áreas. “Estamos trabajando en las redes del Consejo Popular de Celso Maragoto, que lleva años sin agua, y también en el barrio de El Tecate, a la salida de Pinar”, añade.

Además, se están realizando mejoras en la conductora del poblado de Coloma y se han implementado ajustes en Consolación, un municipio que históricamente ha enfrentado ciclos de abasto muy altos. Pese a los esfuerzos, Hernández lamenta que aún no se ha logrado estabilizar el servicio.

En el caso de la capital, recientemente, una falla en la electricidad en la Cuenca Sur provocó la ruptura de la conductora principal y la quema de cinco equipos de bombeo. Este incidente impactó de manera directa al sistema central de la ciudad, que abarca seis municipios: Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre y Boyeros.

José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, explica que, ante la urgencia, se realizó una rápida importación de materiales, incluyendo alambre especial para el enrollado de los motores de media tensión que componen el sistema. “Es un alambre diferente al que se utiliza en otros equipos”, señala Hernández, quien destaca la importancia de estas acciones para restaurar el servicio.

No obstante, la situación se complicó nuevamente cuando la conductora falló por un segundo paro, lo que obligó a los especialistas a trabajar intensamente. De los 19 pozos disponibles, lograron poner en funcionamiento 16, lo que ha permitido una estabilización parcial del sistema central.

El problema no se limita a la Cuenca Sur. En el sistema Ariguanabo, una serie de fallas afectó a cuatro pozos que abastecen la zona oeste de la ciudad. “Tuvimos que importar dos equipos mediante una compleja operación desde el exterior, y también logramos enrollar otro equipo aquí en el país”, comenta Hernández. Esta situación llevó a que La Lisa, una de las áreas más afectadas, registrara hasta 54,000 personas sin acceso al agua, cifra que ha disminuido a 5,000 gracias a los esfuerzos realizados.

Por otro lado, el sistema Este también ha enfrentado desafíos significativos. En San Miguel del Padrón, el área de Los Benignos tuvo problemas con tres de sus cuatro equipos desde marzo, lo que ha complicado aún más el suministro.

Acortar ciclos: Prioridad en Villa Clara

El sistema Palmarito apoya a la planta potabilizadora Ochoita. Foto: Vanguardia.

Mataguá es un pequeño poblado perteneciente al municipio villaclareño de Manicaragua. Justo en el corazón del Escambray, aquí conviven la belleza de lo natural y la magia del lomerío con la escasez de agua, como si el líquido se negara a volver a las montañas. Apenas basta un dato para conocer el dolor: en junio de este año el ciclo de abasto se extendía a 355 días.

“Aquí muchas personas hacen pozos artesanales, buscan tanques para acumular el agua y hasta la lluvia sirve para limpiar la casa o lavar la ropa, pero a veces la cosa se pone difícil. El Estado no deja de buscar soluciones alternativas, pero no logramos una estabilidad”, dice Xiomara Martínez, una lugareña que hace lo indecible para ahorrar lo poco que puede conseguir.

Como mismo ocurre en Mataguá, otros lugares de Villa Clara viven una compleja situación con los sistemas de abasto de agua. Entre los municipios con mayores complejidades destacan Santa Clara, la capital provincial y el territorio con mayor cantidad de consumidores, así como Caibarién y Manicaragua. No obstante, otros lugares igualmente muestran panoramas difíciles.

El informe de rendición de cuenta del Gobierno Provincial a la Asamblea Nacional del Poder Popular (AMPP), presentado en el mes de julio de este año, menciona ciclos de entrega del líquido en Santa Clara de más de 90 días en algunos puntos. A su vez, la distribución en carros cisterna —una de las alternativas para paliar la situación— tampoco funciona con la rapidez necesaria.

Así, por ejemplo, en ese último balance Santo Domingo recibía el líquido cada 20 días, Corralillo, Sagua la Grande y Camajuaní lo hacían entre 30 y 45 días, Cifuentes y Santa Clara entre 55 y 80, y Ranchuelo y Manicaragua entregaban en ciclos fijados entre cien y 188 jornadas. Frente a un panorama así resulta imprescindible no quedarse de brazos cruzados.

Bien lo sabe José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, quien asegura que en los tres municipios más críticos de Villa Clara avanzan planes de recuperación que poco a poco dan los primeros resultados.

Según dice, la capital provincial de Villa Clara recibió un grupo de motores totalmente nuevos para el sistema Palmarito, la principal fuente de abasto a la urbe, y que beneficia al 60 por ciento de los consumidores. A su vez, la otra gran vía de acceso del agua a la ciudad, el sistema Minerva Ochoíta, igualmente llegan equipos para sustituir las antiguas máquinas de bombeo. Ambas estructuras son responsables del 96 por ciento del abasto a Santa Clara.

Asimismo, la delegación provincial del INRH, de conjunto con varias empresas constructoras del territorio, lleva adelante el expreso del barrio Camacho-Libertad, una vía directa que permitirá llevar el agua hacia una de las zonas altas de más dificultades y de ciclos de bombeo más demorados.

Rosa Flores, una mujer que lleva más de tres décadas viviendo allí, conoce muy bien cuánto puede cambiar la vida una obra como esta. Sin embargo, alerta de la necesidad de enmendar también redes más pequeñas al interior de la comunidad para evitar derroches. “Es cierto que llega más agua y con mayor fuerza, pero si las redes de las calles están dañadas enseguida sufren salideras por la presión. Entonces el problema es otro y seguimos perdiendo agua”, apunta.

En el caso de Manicaragua, Hernández Álvarez explica que avanza la ejecución de una conductora de diez kilómetros que igualmente permitirá la entrada directa del agua desde la presa Paso Bonito, en Cienfuegos, hasta la estación de rebombeo de El Jíbaro. La obra, con fecha de terminación en diciembre de este año, busca reducir las pérdidas en la ruta y llevar el agua hasta lugares como Mataguá, con los ciclos de entregas más altos en el país.

Por su parte, en Caibarién laboran en la estabilización de los tres pozos destinados al bombeo a la ciudad. Tras roturas simultáneas en todas las estaciones y un complicado período de ausencia de agua en la comunidad, actualmente funcionan dos equipos y continúa la reparación del tercero, aunque en este caso la obsolescencia de las máquinas y la inestabilidad en el suministro eléctrico mantienen en jaque a las autoridades. 

No obstante, para Abelardo Rojas, un habitante de este municipio, existen otros problemas que no pueden pasarse por alto. La necesidad de bombear un agua de calidad luego de las roturas, una mayor comunicación sobre la marcha de los trabajos y sobre todo evitar la venta del líquido, incluso por instituciones estatales, cuando los sistemas de abasto están paralizados, representan algunas buenas sugerencias para enfrentar el futuro.

A la par de estas acciones, en Villa Clara existen otros números que dan fe de la acción constante. Por ejemplo, hasta julio de este año la provincia instaló poco más de 20 kilómetros de conductoras y diez de redes, así como 6.25 de acometidas. El 72.65 por ciento de la población tiene conexión domiciliaria, mientras que el 62.13 cuenta con servicios de acueducto y alcantarillado. A su vez, existe un plan para colocar 74 bombas que funcionen con paneles solares.