Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Las mpymes y su circunstancia en Cuba

El avance de las mpymes es incuestionable, sin embargo el modelo económico cubano intenta priorizar a las entidades estatales y hay decisiones que no están bien transparentadas en el logro de ese objetivo.




Hasta el 24 de noviembre se habían aprobado en Cuba 718 mpymes desde que comenzó el proceso a fines de septiembre.

Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Hasta hace poco, cuando no estaban aprobadas la micro, pequeñas y medianas empresas (mpymes), podían existir cooperativas no agropecuarias, que en la realidad no lo eran porque el entramado legal lo impedía.

Ante la imposibilidad de acometer un emprendimiento privado, algunos empresarios arriesgados y muy decididos pudieron verse en la necesidad de crear lo permitido (la cooperativa), haciendo pasar a los trabajadores asalariados como cooperativistas y codueños del negocio.

¿Quién no habrá conocido o escuchado de “cooperativistas” ficticios, asalariados en la práctica, a los que los dueños les pedían no presentarse un día determinado al trabajo, por tener ese día alguna visita de las autoridades? ¿O que firmaran ciertos documentos como si fuesen codueños del negocio, que al momento les eran retirados de sus manos?

Por suerte, al crearse las mpymes ya no hay necesidad de acudir a estas prácticas, criticables en sus formas, pero forzadas por las circunstancias y por las falencias de nuestras leyes. Y se menciona lo de “criticable en sus formas” no solo por tratarse en algunos casos de algo ilegal, no  reconocido en las normas, sino también por el hecho de enraizarse la práctica del engaño, las trampas, el vicio del ocultamiento, cultura empresarial que resulta muy negativa en cualquier sociedad. 

Las mpymes se abren camino


El estadio latinoamericano de béisbol podría ser administrado por una pymes. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Ahora ya se tienen las mpymes. ¿Significa ello que de forma automática algunos eliminarán estas prácticas con poca o ninguna ética? Esta pregunta surge con las informaciones, recientemente publicadas, de que el emblemático Estadio Latinoamericano de béisbol pasará a ser administrado por una mpymes.

No se cuestiona el hecho de que el llamado Coloso del Cerro sea o no administrado por una mpymes, como tampoco hay que cuestionarse las palabras del Comisionado Nacional de ese deporte, de que el objetivo de esa medida es que instalaciones de ese tipo tengan autonomía financiera y sean autosostenibles.

Más bien, las preguntas a hacer son: ¿Bajo qué parámetros, o cómo se escogió a la mpymes que se encargará de esta administración? ¿Se hizo pública la intención de pasar el estadio a esta nueva forma de administración, de manera que se pudiera escoger al mejor, entre varios pretendientes? ¿Qué compromisos u obligaciones adquirió la mpymes para obtener la administración de un bien público?

No se pone en dudas la seriedad de la mpymes escogida, ni se asevera que en este caso se haya hecho un mal trabajo de selección, ni se cuestiona que el acuerdo logrado en este caso puede ser beneficioso para el Estadio Latinoamericano, como tampoco se desea convertir en material de estudio el acuerdo alcanzado con la empresa, que puede ser muy seria.

Sirva este caso como pie forzado para plantearnos cuáles debieran ser las formas correctas en el tratamiento de cualquier tipo de activo perteneciente al Estado o a la sociedad en su conjunto.



La imprescindible transparencia

Está muy bien la creación de mpymes, desde cero, para realizar nuevos trabajos, o crear nuevos valores, con o sin competencia con las empresas estatales existentes del mismo ramo.

Pero cuando una mpymes, un trabajador por cuenta propia (TCP) u otra forma de gestión no estatal (FGNE) asume los activos de una entidad estatal –bajo arrendamiento, administración, adquiriéndolos o cualquier otra forma–, deben existir normas claras para estos acuerdos.

Se trata de que no solo la sociedad salga beneficiada económicamente, sino también que exista transparencia y se descarte algún tipo de favoritismos o cualquiera de los males que trae consigo esa decisión.

No se trata solo de determinar cuál es el nivel de aprobación de determinado acuerdo. Es también anticipadamente dar a conocer al público lo que se pretende ceder, para que se pueda recibir la mayor cantidad de propuestas y en una licitación poder escoger la mejor opción. No importa si la magnífica idea de negocio se le ocurrió a alguien de una determinada mpymes.

Se debe estipular muy bien los compromisos que asume la contraparte del Estado. Y muchas otras cuestiones que en una licitación pública estarían muy identificadas, donde la sana competencia entre la mayor cantidad posible de ofertantes puede dar como resultado los mayores ingresos para la sociedad y la mejor calidad en el servicio.

El público debe enterarse con suficiente antelación de lo que se pretende hacer con el bien del Estado, y por variados medios de difusión; entre otras cosas para ver si puede participar con alguna propuesta de inversión, o simplemente porque los bienes del Estado pertenecen a la sociedad cubana. 

Información pública y veraz

Hay interrogantes de como fue el proceso de asignación de espacios en el corredor turístico de 1ra y 70 ,en Miramar. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Paseo Marítimo 1ra y 70.

No es recomendable conocer por la prensa después de consumado el hecho, porque la primera pregunta que puede surgir es por qué solo una limitada cantidad de personas se enteraron de que se pretendía colocar un bien del Estado bajo otras formas de gestión.

Experiencias hay en el mundo, cuando ocurren las Ofertas Públicas de Venta de acciones, o cuando el Estado subasta licencias, por ejemplo, del espectro 5G de telefonía móvil.

Ahora no se trataría de complejizar el asunto, es decir, tirar el sofá por la ventana, de lo que se trata es de advertir que es necesario trasparentar las decisiones y se conozcan los términos en que se arriendan locales.

Hay interrogantes de como fue el proceso de asignación de espacios en el corredor turístico habanero de 1ra y 70, Miramar, ¿Cómo fue ese proceso para que se permitiera a cuentapropistas instalar cafeterías y restaurantes en la primera línea de costa? ¿O cómo fue la selección para arrendar locales pertenecientes al Estado a emprendedores autónomos interesados en establecer cafeterías, restaurantes u otros negocios?

No se descarta que en todos los casos se haya hecho una buena selección, pero no se puede decir tampoco que hubo una previa y amplia información al público.

En estos momentos estos aspectos pueden ser más importantes aún. No solo porque están cambiando las normas y permitiéndose nuevas formas de gestión, o porque el Estado pueda haber decidido que es hora de mejorar la eficiencia de algunos establecimientos existentes, como cafeterías y restaurantes en céntricas avenidas, o instalaciones deportivas en desuso.  

Hablemos de finanzas



Mientras más crezca la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el del mercado informal, se acrecentarán los problemas de la economía. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La situación de las finanzas del estado cubano, a la luz del ordenamiento monetario, puede significar una agonía para la red de establecimientos estatales y encaminar sus traspasos hacia formas de gestión no estatal. Además habría que preguntarse y cuestionarse por qué el Estado debe administrar gastronomía y otros servicios a la población.

Vale recordar que como informó Marino Murillo en octubre pasado, poco antes de dejar su cargo de jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, la empresa Provincial de Comercio de la Habana tenía 572 millones de pesos (casi 23 millones de dólares a la tasa oficial) en pérdidas y faltantes, y en la Provincial de Gastronomía esas pérdidas y faltantes llegaban a 839 millones de pesos, unos 33.5 millones de dólares. Algo similar sucede a lo largo de todo el país, desde hace muchos años, con este tipo de empresas.

Un nuevo empresario no estatal que administra una cafetería o un restaurante, sabe que gran parte de sus materias primas debe importarlas o adquirir en divisas extranjeras como el dólar estadounidense, el euro o la libra esterlina, entre otras aceptadas en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), abiertas en todo el país para recaudar ingresos.

Sus clientes, sin embargo, no le pagan en MLC, sino en CUP (peso, moneda nacional) y para mantener el ciclo de aprovisionamientos y posterior venta, necesita acudir al mercado informal para adquirir esas necesarias MLC.

No importa que el tipo de cambio oficial esté a 24 CUP por un dólar. Para su ficha de costo, el cuentapropista se guiará por el tipo de cambio del mercado informal y sus precios de venta tendrán en cuenta el tipo de cambio de ese mercado informal.

Pero la cafetería o el restaurante estatal no pueden acudir al mercado no oficial para adquirir MLC, comprar las materias primas en tiendas en MLC y elaborar sus productos. Pudiera parecer que ese establecimiento tiene una ventaja económica, porque los productos importados que reciba le costarán a 24 CUP por 1 USD y podrá vender su mercancía elaborada a mejor precio que el cuentapropista o un pequeño o mediano empresario. 

Parece, pero no


Establecimientos gastronómicos de la red estatal de Palmares, como Ditú y otros, están actualmente desabastecidos y lo prudente sería que pasaran a las formas de gestión no estatal. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

No obstante, no es así. En primer lugar, porque todo eso que pueda adquirir a 24 CUP, el establecimiento estatal se verá tentado a vendérselo a cuentapropistas y otros, sin esforzarse en la elaboración y venta de sus propios productos, habida cuenta del diferencial que pueda obtener, por la simple diferencia entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio no oficial. Sin mucho esfuerzo, lo que siempre es caldo de cultivo de la corrupción y el desvío de recursos.

En segundo lugar, porque para que una empresa mayorista, o una importadora estatal, pueda adquirir productos importados y venderlos en CUP a una red de cafeterías o restaurantes estatales, necesitará tener capacidad de liquidez externa (CL) para esas importaciones, es decir, disponer del monto en divisas que se le asigna para hacerle frente a cualquiera de sus erogaciones con el exterior, independientemente de que en su estado de cuenta pueda tener mayor cantidad de divisas.

Son tantas las necesidades de CL de las importadoras, que hay que establecer prioridades y los productos que posteriormente se venderán en CUP pueden quedar últimos en la lista de espera.

Por ejemplo, ¿utilizará el Ministerio de Turismo su capacidad de liquidez externa para importar y posteriormente vender productos en CUP en la red de establecimientos estatales de Palmares, como Ditú, Dimar, Dichin y otros, cuando tiene tantas necesidades para importar productos para la red hotelera?

¿Utilizará el CIMEX (grupo empresarial de capital estatal cubano) los CL asignados para importar mercancías para su red de cafeterías y restaurantes, donde no habrá recuperación de MLC, teniendo la presión de la sociedad de aumentar las ventas en sus tiendas en CUP, también sin recuperación de moneda divisa? 

Traspaso a formas de gestión no estatal


Una trabajadora por cuenta propia, hace apuntes para la contabilidad de las ventas, en el interior de una panadería privada en La Habana. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Ya hoy los establecimientos de Palmares, como Ditú y otros, están totalmente desabastecidos y lo prudente sería que pasaran a las formas de gestión no estatal.

¿Cómo se aprobarán y harán esos traspasos de la propiedad estatal, bajo una u otra figura legal? Cuando existía el denostado CUC (antiguo peso convertible), todos esos establecimientos podían comercializar sus productos en esa moneda, el Estado podía gestionarlos con más facilidad y mantenerlos bajo su tutela.

Muchos economistas clamaban por la desaparición de la dualidad monetaria, pero consideraban que la eliminación de la dualidad cambiaria debía hacerse con cautela, no 1 a 25, sino a una intermedia que podría haber sido de 1 a 15. Es decir, la eliminación del CUC era sencilla de realizar; no así el cese de la dualidad cambiaria.

Al eliminarse la dualidad cambiaria, existiendo un solo tipo de cambio, como en muchas otras partes del mundo, también deberían existir otras condiciones para que la economía funcionase como en otras latitudes: libre compra y venta de divisas (o al menos sin tantas prohibiciones o restricciones) y manejo adecuado del tipo de cambio, para que el precio de la moneda nacional no quedase tan desvirtuado y alejado de la realidad económica de cada momento.

Sin embargo, esto último siempre ha sido más difícil de realizar, por la caída de las exportaciones, la situación de la balanza de pagos, la deuda externa, la imposibilidad de acceder a créditos de organismos internacionales debido al bloqueo estadounidense y otras realidades objetivas.

Como también por los controles centralizados de la economía, la falta de experiencia en el manejo de un tipo de cambio no fijo y el interés de intentar no someter a soluciones traumáticas, derivadas de la interacción de las fuerzas del mercado. 

Posibles alternativas

Si los establecimientos privados pudiesen comercializar sus productos en MLC, a través de tarjetas bancarias, es de suponer que estas FGNE no acudirían al mercado informal para adquirir MLC, lo que pudiera bajar la presión de la demanda de divisa y, por ende, el tipo de cambio del mercado informal. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Cabe preguntarse, ¿qué otras vías se pudieran seguir para que ahora esos establecimientos estatales funcionaran normalmente, sin cederlos necesariamente a las FGNE, según sigue pretendiendo el gobierno cubano, aunque una parte de la población no estuviese de acuerdo en que siga el control estatal de esas entidades? Algunas opciones podrían ser:

  • Venta del producto final en MLC, mediante el uso de tarjetas bancarias, por una parte importante de los establecimientos de la empresa estatal. Utilizar una porción de las ganancias en MLC, para cubrir las compras en divisas de los productos a elaborarse y venderse por la otra parte de los establecimientos, que comercializarán los productos en CUP. Algo así como las empresas mixtas que venden sus productos a CIMEX/TRD (Tiendas de Recuperación de Divisas) con sistemas de cobros diferenciados en dependencia de si el producto irá a una tienda en MLC o a una tienda en CUP. O las propias tiendas de CIMEX/TRD, que tienen que utilizar sus MLC para cubrir tanto lo que venderán en MLC, como lo que venderán en CUP.

Por cierto, si los establecimientos privados también pudiesen comercializar sus productos en MLC, a través de tarjetas bancarias, es de suponer que estas FGNE no acudirían al mercado informal para adquirir MLC, lo que pudiera bajar la presión de la demanda de divisa y, por ende, el tipo de cambio del mercado informal. Al no existir ventas de MLC por canales oficiales, seguiría existiendo presión sobre el tipo de cambio, de aquellos necesitados de divisas para viajar al exterior, de los que tuviesen negocios sin TPV/POS (Terminal Punto de Venta, también denominado POS -del inglés point of sale-) para cobrar por tarjetas y de quienes deseasen atesorar. Pero una parte importante de la demanda de MLC quedaría resuelta no por la vía del canje no oficial de monedas…

  • Venta en CUP, pero a precios conformados como si en la ficha de costos los productos importados tuviesen un costo superior, calculado no al tipo de cambio oficial de 24:1. Algo así como hacía la cadena de tiendas de comercio interior, cuando existía el CUC, que tenía un costo del producto al tipo de cambio USD/CUP 1:1, pero vendía los productos en CUP solo un poco más barato que los precios en CIMEX/TRD, si se tomase en consideración el tipo de cambio de CADECA (Casas estatales de cambio) de aquel entonces, de USD/CUP 24:1.

Igualmente, aquí pudieran tomar como referencia no el tipo de cambio más elevado del mercado no oficial, sino uno algo más bajo, para ser más competitivos que las FGNE.

Esto permitiría aumentar la ganancia en CUP de la empresa, para cubrir con mayor holgura todos sus costos y gastos en moneda nacional, estimulando el uso de parte de sus CL para la adquisición de productos dirigidos a esta línea de negocio. O sea, se lograría que esta línea de negocio en CUP no quedase como la última de la fila para la asignación de los CL de la empresa, aunque –como aspecto negativo– quedaría por ver cómo quedarían los otros destinos para los cuales la empresa también tiene que destinar los mismos CL con que cuenta en cada momento. 

Ejemplos


Hoteles que no funcionan bajo el sistema de Todo Incluido tienen cafeterías y restaurantes que venden sus productos, a la carta, en moneda nacional. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Algo así debe estar sucediendo actualmente en los hoteles de La Habana y otras ciudades, que no funcionan bajo el régimen de Todo Incluido. Esos hoteles tienen cafeterías y restaurantes que venden sus productos, a la carta, en moneda nacional, donde el costo en CUP de los productos importados está calculado al tipo de cambio CUP/USD 24:1.

Sin embargo, los precios finales de los alimentos allí comercializados son muy parecidos a los de los establecimientos privados, cuyo costo de los productos están referenciados al valor del USD en el mercado informal. Por un lado, para hacer eso, la cadena hotelera debe destinar CL para productos cuyas ventas no recuperarán CL.

Pero, por otro lado, esa cadena hotelera también tiene gastos en moneda nacional, y comercializando productos en CUP con un alto rendimiento contable, probablemente le permita no tener que vender MLC al tipo de cambio oficial de 24 pesos por 1 USD. Claro, el sector de turismo –al igual que potencialmente otros sectores exportadores– puede permitirse eso, al tener ingresos de CL por otras vías, realizando como un trasvase interno de CL.

Todo esto demuestra que no se han eliminado las complejidades para calcular los costos y ganancias de los sujetos de la economía, aspecto crucial que se argumentaba que quedaría resuelto con el Ordenamiento Monetario. Aunque en formas diferentes, existen muchas distorsiones similares a las existentes cuando circulaba el CUC.

Con la agravante de que antes el tipo de cambio de CADECA era controlado por el Estado, mientras que el actual tipo de cambio no oficial no está controlado por las autoridades del país. Y con la otra agravante de que mientras más crezca la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el del mercado informal, se acrecentarán los problemas de la economía. 

Entre lo óptimo y lo peor

Siento ya escuchar el reproche de otros colegas, incluso de economistas, de por qué defender a ultranza la doble circulación monetaria, cuando la economía mundial no funciona de esta manera. Y es cierto que lo óptimo es tener una sola moneda en el país.

Lo que intento argumentar es que resulta peor tener una sola moneda, cuando el tipo de cambio oficial de esa única moneda no refleja las realidades del mercado y cuando los actores económicos no tienen la posibilidad de canjear flujos de una moneda a otras, en ambas direcciones y sin muchas y elevadísimas trabas.


Ya se veía venir de antes, cuando en todos estos años no se pudo eliminar el sistema de asignación de liquidez externa a las empresas, a través del CL, el cual quedó establecido cuando la crisis financiera del 2008-2009.Y no es algo que se podía descubrir después de enero de 2021, al comenzar el llamado Ordenamiento Monetario, donde la población dice que lo sucedido es un “Desordenamiento”.

O cuando el sistema bancario comenzó a ver que casi nadie canjeaba sus MLC en CADECA y en bancos, por CUC o por CUP, viéndose en la necesidad de suspender las ventas de MLC a la población.

Se puede defender que deba haber una sola moneda en el país, como en cualquier país. ¿Pero existiendo a su vez lo que en pocos países existe, de suspensión de la venta de MLC a la población y asignación a las empresas mediante un sistema engorroso y complicado de los llamados CL? Son realidades que existían antes del Ordenamiento Monetario y que aún persisten. 

Experiencias diferentes

No se puede olvidar que a principios de los años 90 del siglo pasado, la extinta URSS y Vietnam establecieron una especie de subastas de divisas, donde los exportadores de productos y servicios podían vender las divisas que les quedaban, en el libre mercado, después de haber vendido a sus bancos centrales un porciento obligatorio de las exportaciones, al tipo de cambio oficial del momento (por supuesto, tipo de cambio oficial más bajo que el tipo de cambio a obtener en las subastas).

Esto permitía a los bancos centrales ir teniendo un precio de referencia del mercado, conociendo la demanda de divisas de importadores no satisfechos con las asignaciones centrales de divisas, ir moviendo el tipo de cambio oficial y dar algún tipo de respuesta a las necesidades de divisas del mercado.

En Cuba se halló otra vía, inusual pero muy original: la circulación de diferentes monedas y en diferentes mercados, desde 1993 hasta 2020, con sus problemas y ventajas.

Por decreto se pudo eliminar la variante existente hasta 2020, pero la realidad económica fuerza a seguir teniendo doble circulación monetaria, reflejada en la economía en CUP y la otra en USD, aunque esta última funcione solo mediante transferencias y tarjetas bancarias; o –para las empresas– mediante pagos en CUP con movimientos en paralelo de saldos de liquidez externa. Cuentas de CL que están fuera del balance de las empresas, son cuentas de orden, o de control, pero que en la realidad funcionan como cuentas reales. Mecanismo engorroso como el que más y que solo sirve para poder decir que ahora funciona una sola moneda, el CUP, cuando en la realidad no es tan así. Porque una cosa es un CUP sin respaldo de CL y otra bien distinta es un CUP con respaldo de CL.

O se tiene una sola moneda, con el intercambio libre (o no tan restringido) de la moneda nacional a las extranjeras, y viceversa, o se tiene una dualidad monetaria y cambiaria como la que se tenía hasta 2020. Una tercera variante es pretender una cosa y en la realidad tener otra bien distinta, que difícilmente funcione de manera eficiente. (2021)

Inflación, complicado crucigrama

 Por: Enrique Ojito 



Ni plantando un rascacielos en medio de la plaza de los Olivos al estilo del Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, erigido en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, la mayoría de los espirituanos puede llegarle a buena parte de los precios de bienes y servicios ofertados ahora mismo en la provincia, atendiendo al monto de sus salarios, pensiones o prestaciones monetarias.

Frente a este fenómeno duro y lamentable, las autoridades cubanas no se refugian en la torre de marfil. Para disipar dudas, apelamos al recién celebrado VII Período Ordinario de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que analizó la marcha de la implementación de la Tarea Ordenamiento, aplicada desde el primero de enero.

En el Parlamento, el diputado Marino Murillo Jorge, jefe en aquel entonces de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, admitió que la inflación minorista ha sido la desviación fundamental del referido proceso, uno de los de mayor hondura económica, financiera y política en la historia de la Revolución.

¿Cómo se traduce esto en el bolsillo de los espirituanos y cubanos, en general? En la cotidianidad, casi se duplicaron las cifras diseñadas para los costos de la canasta de bienes y servicios de referencia, estimada en 1 528 pesos y que dio las señales para el cálculo del salario mínimo.

Como explicaron funcionarios del Ministerio de Comercio Interior a inicios de año, esta clase de canasta —concepto aplicado en varias naciones con miras a instituir políticas macroeconómicas— incluye los productos alimenticios de la canasta familiar normada, otros alimentos y renglones de venta liberada, y un cálculo del consumo fuera del hogar. Abarca, asimismo, artículos de aseo e higiene personal, vestuario, calzado, un porcentaje para el mantenimiento de la vivienda, el pago de prestaciones básicas (electricidad, agua y telefonía fija), así como la transportación urbana.

Comer determinado alimento en la calle le cuesta a la persona en la actualidad el doble de lo diseñado, han reconocido los especialistas, y si bien las distorsiones mayores en cuanto a los números fijados para la canasta de bienes y servicios de referencia las registran La Habana y el oriente cubano, Sancti Spíritus no escapa de la problemática, a juzgar por los comentarios en la web de Escambray y por las vivencias que a diario experimenta uno mismo.

En la práctica, la inflación minorista, que rebasó con creces lo previsto, ha situado contra las cuerdas la capacidad de compra que dio la reforma salarial, así como el incremento de las pensiones y de las prestaciones monetarias, esencialmente en los segmentos de la población con menor entrada financiera. Por consiguiente, es razonable que ello constituya la principal insatisfacción de la ciudadanía con respecto al ordenamiento monetario y cambiario.

Estadísticas aportadas durante las recientes sesiones del Parlamento ofrecen más luces sobre la peliaguda situación. En cuanto a la inflación minorista, de acuerdo con el diseño de la Tarea Ordenamiento, las ventas totales se incrementarían 1.6 veces y los ingresos de las personas, cinco. Bajo ese pronóstico, se decidió aplicar el ordenamiento monetario y la reforma salarial.

Todo indicaba que quienes vivimos del salario íbamos a quedar mejor parados. Sin embargo, los vaticinios enrumbaron hacia la derecha y la realidad, hacia la izquierda; por ello, la población se ha dado de bruces contra precios hasta 10 veces más altos que lo pronosticado. Ese ascenso exponencial se ha constatado, básicamente, en los precios relacionados con el transporte, la alimentación y la vivienda; en este último caso, referidos a la compra de materiales de la construcción, según trascendió en la Asamblea Nacional.

Por cierto, hablamos de precios estatales; como se sabe, la inflación en las abruptas cimas del mercado informal se vuelve más punzante, salpicada por otro ingrediente que apenas esbozamos: en esos oscuros terrenos hoy un dólar ya frisa los 80 pesos; divisa por la cual optan no pocos espirituanos para obtener artículos en la red de tiendas que expenden en Moneda Libremente Convertible (MLC).

No debe olvidarse la imposibilidad que tiene Cuba de vender divisas al tipo de cambio oficial; causa que ha vigorizado el mercado subterráneo de compraventa de MLC, necesitada también por el sector no estatal para realizar adquisiciones en el país o asumir importaciones.

El impacto combinado del reforzamiento del bloqueo estadounidense y de la pandemia del SARS-CoV-2 ha puesto boca abajo la economía nacional; debido a esos efectos, Cuba dejó de percibir más de 3 000 millones de dólares en ingresos desde el 2019.

Poco a poco, la covid ha ido cediendo gracias al plan integral trazado por el Gobierno —con expresión en el logro de vacunas con sello nacional—, y la Mayor de las Antillas emprende gradualmente la revitalización productiva y de prestación de servicios.

En dicho contexto, adquiere prioridad el enfrentamiento a la inflación, oxigenada por la insuficiencia productiva, el exceso de circulante, el inadecuado régimen fiscal, las presiones externas, entre otras condicionantes, según expertos citados por Bohemia.

Bajo el asedio de este fenómeno multicausal, el Gobierno ha adoptado medidas compensatorias a favor de los vulnerables, “muy insuficientes todavía”, subrayaba el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández. Este actuar se ha extendido a unas 400 000 personas, por un valor que rebasa los 400 millones de pesos.

Resulta explicable que las distorsiones en la fijación de los precios les ocupe tiempo a la máxima dirección del país, que ha acentuado la urgencia de profundizar la aplicación de las medidas antiinflacionarias, entre estas una mayor participación de los productores nacionales en función de satisfacer la demanda de la ciudadanía y mejor control de la liquidez en manos de la población, además de las acciones compensatorias para la atención a los ciudadanos más vulnerables.

Por tanto, la inflación, que duele en la billetera popular, se torna un verdadero crucigrama, que exige emplearse a fondo a las autoridades y a todos los actores económicos para poder dilucidarlo.

(Tomado de Escambray)

¿Por qué los asuntos fundamentales se repiten, no sedimentan en el conocimiento hasta llegar a constituirse en ciencia y trascender a la realidad?

 Por Rafael Alhama Belamaric 

Un amigo, con esa sabiduría y filosofía popular criolla, al leer el corto artículo acerca de la imprescindible socialización de la producción, que seria como decir de todos los procesos de la vida cotidiana, y sabiendo todo lo que se ha escrito y discutido una y otra vez acerca del tema, se preguntó y a la vez me sugirió por qué no escribía algo en el camino del racionalismo sobre la “razón instrumental“. El camino sería realmente muy largo, habría que recorrer tres siglos. Y aunque de Descartes casi todos han oido hablar, dificil ha sido sostener que la única fuente del conocimiento es la razón, aun cuando, junto al empirismo que defendía la primacía de la experiencia, digamos su contrincante como corriente filosófica, se erigieron en pilares del progreso. 

Por supuesto, más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo, sin entrar en profundidades de los pensadores que han tratado el tema, o los temas, al menos desde el siglo anterior, hasta hoy. Y aún más complejo hacerlo de tal forma que se entienda como artículo de divulgación sin caer en vulgaridad. Así que reformulé algo la propuesta, porque creo que mi amigo, como quizás muchos otros, como yo, están interesados en conceptuar de alguna manera lo que da título al artículo; tiene que ver con racionalidad, o forma en que se toman las mejores decisiones entre varias posibles, por lo que hay que utilizar la razón para determinar segun la situación, qué es lo mejor, qué es lo más adecuado a las necesidades. Tiene que ver con elección entre varias decisiones, aunque una de ellas pudiera ser no tomar ninguna decisión. En este caso,la cuestión sería preguntarnos si es realmente la mejor decisión, y si realmente corresponde asl ser racional, porque lo primero que dignifica a este es la disposición al aprendizaje, como también hacer razonable e inteligible una propuesta. Estoy seguro que en este punto se abre un diapasón de imágenes y experiencias, tantas como lectores puede haber. 

Voy a establecer un punto de partida, que creo va más allá del racionalismo, la modernidad, la razón instrumental y la razón objetiva,  la razón crítica, la racionalidad mínima, o la teoría crítica de las condiciones sociales, la dimensión comunicativa, y así habría que recorrer para buscar respuestas desde Kant, pasando por Weber, Dewey y el pragmatismo, la escuela de Frankfurt y Horkheimer, hasta Habermas  y otros autores de las últimas tres décadas. Y a la vez, creo que establece marco propicio para responder la pregunta objeto del artículo, y los temas y conceptos tratados por autores mencionados. 

Para ello, voy a citar lo que ya está producido, en este caso corresponde a Nieves Ayús, C. del Instituto de Filosofía, cuando señala en su trabajo de hace unos años “La Emancipación humana y sus perspectivas actuales“: 

“En Marx, la idea de la emancipación humana se integra al proceso de maduración de su pensamiento que transita desde posiciones idealistas a las materialistas, en el que la filosofía deviene instrumento de análisis de la política y transformación de la realidad.“ (el subrayado es mío)

“Es una idea que se enriquece y fundamenta científicamente teniendo como referente inmediato la práctica histórica. De sus planteamientos iniciales acerca de la esencia de la emancipación humana como proceso social y el lugar que en él ocupa la emancipación política, formulados en 1843 en su obra La Cuestión judía profundiza en sus elementos constitutivos y desencadenantes, sin los cuales no es posible alcanzar tan elevado propósito.“ (el subrayado es mío)

Y aquí una idea fundamental: “Cuando Marx nos dice que: “Solamente, cuando el verdadero hombre individual asuma en sí al ciudadano abstracto del Estado y, en calidad de hombre individual, en su vida empírica, en su trabajo individual, en sus relaciones individuales se convierta en un ser genérico, solamente, cuando el hombre conozca y organice sus “fuerzas propias” como fuerzas sociales y por tanto no separe más de sí las fuerzas sociales como fuerza política,— solo entonces se realizará la emancipación humana” se esta pronunciando por la integralidad del ser humano y la superación del conflicto entre el individuo como miembro de la sociedad civil y como ciudadano del Estado, característico del sistema capitalista.“ (el subrayado es mío)

Aquí, más allá del tiempo y el contexto en que fue escrito, los procesos en todas y cada una de las sociedades que han transitado a la nueva sociedad (socialista)comunista no han estado excentos de errores, algunos graves y profundos que han marcado a esas propias sociedades por generaciones, que impone una crítica propositiva para el avance de las relaciones sociales predominantes, y relaciones sociales de producción, directamente relacionados con la sedimentación de conocimientos y aplicación de los mismos, en todos los campos del saber, en todos los campos de la actividad humana, y no sólo de las disciplinas técnicas que siempre han marcado pautas de la instrumentación y la razón instrumental.

Como han señalado muchos autores, la superación de la enajenación, condición de la emancipación humana, y también para que los asuntos fundamentales se conviertan en conocimientos conscientes y en prácticas, es la desenajenación del ser humano; y sí, se ha dado y se da también en el proceso de transformaciones de la nueva sociedad, largo tiempo desoído, no aceptado ni asimilado, por tanto, no atendido a lo largo de casi un siglo. Una sociedad socialista en transformaciones, con un nuevo ideal social, que no supere la enajenación heredada y la nueva creada, de distintos tipos, incluida la económica, pero también la política, con la división de la persona ciudadano-persona privada, hace dificil pensar en el tema(s) que aquí se presenta(n) o superar el estado de cosas.. Se hace dificil pensar en la capacidad crítica del individuo frente a la razón instrumental. Se hace dificil hasta pensar en una razón instrumental, o utilidad de las acciones, con ideales, principios y finalidad. Porque, a no dudarlo, unas relaciones económicas que se llevan a cabo en condiciones “anormales“, con suficientes adjetivos para éstas, producen enajenación.

Como dijera Engels: "En la historia de la sociedad, los agentes son todos hombres dotados de conciencia, que actúan movidos por la reflexión o la pasión persiguiendo determinados fines, aquí nada acaece sin una intención consciente, sin un fin propuesto". 

“Para Marx, la enajenación es un proceso en el que se ponen de manifiestos elementos tanto objetivos como subjetivos, pero que tiene sus raíces en la vida económica de la sociedad y que debe ser superado por un cambio radical en el sistema de relaciones imperantes.“ apunta Nieves Ayús. 

No es facil salvarse de los reduccionismos, incluso grandes pensadores, en los que han caído muchos, tanto para explicar el pragmatismo, como los frankfurtianos de la teoría crítica, surgida en un momento histórico singular, de sociedades totalitarias, en plena modernidad, de modernización del capitalismo con loas a la instrumentación, y por otro lado de anulación del individuo independiente. 

Ya Weber señalaba o identificaba la historia de la civilización con un proceso de racionalización, que de cierta forma anulaba la autoreflexión, que no correspondía a las sociedades modernas burocráticas y burocratizadas de las primeras décadas del siglo XX. Para éste pensador, la modernidad significaba aproximarse a los procesos que implicaban la racionalización, a las estructuras de dominación y el poder, a los tipos de autoridad racional, quizás lo que más se conozca de él, y muchas veces se malinterpreta. Weber es mucho más, e incluso frente a la racionalidad formal o instrumental, opone la racionalidad sustancial que responde a principios y convicciones. 

Eran sociedad “administradas“, que maximizaban las capacidades técnicas de dominio (de allí también las bases de la identificada y conceptuada como empresa o corporación moderna de la década del 30, que llega a nuestros días, en nuestro caso). Esto significó, con todas las implicaciones, la instrumentalización de la razón, la dependencia del individuo, como parte instrumental, con respecto a las estructuras sociales burocráticas, con lo cual se perdía la capacidad crítica del individuo. La razón instrumental surge para privilegiar la utilidad de la acción, y los objetos empleados son medios para alcanzar un fin, para satisfacer necesidades. 

Entonces llegó la Escuela de Frankfurt se centraba su interés en realizar una crítica a las sociedades industriales desarrolladas, y también reformular el marxismo bajo un nuevo paradigma, con una reflexión de la sociedad y los procesos que la conforman. Esta escuela, conocida como teioría crítica de la sociedad, fue sin duda, uno de los movimientos intelectuales más extendidos e influyentes de la época y de todo el siglo XX, creo, porque ubicaba en el centro la discusión crítico-ideológica de las condiciones sociales e históricas en que ocurre la construcción de toda teoría, y por tanto crítica. Como corriente de pensamiento rescata al sujeto de saber y poder, desde y por encima de las instituciones y otros espacios sociales. 

Sin otros que estos apuntes telegráficos, es imprescindible hacer refrencia a dos de sus pensadores, Adrono y Horkheimer. Antes, recordar que la razón instrumental es estructura de pensamiento que privilegia la utilidad de la acción, lo que posibilita al ser humano adaptarse al medio para satisfacer sus necesidades. O, al decir de Adorno, modalidad del pensamiento que prioriza la utilidad de las acciones y el uso de objetos en un proceso medio-fin o meta. Todo por alcanzar la meta. Horkheimer con la crítica de la razón instrumental, al pensamiento calculador, pragmático y técnico de aquel, establece ideales y finalidad. 

Mientras la razón subjetiva se identificaba con un instrumento intelectual que dispone de la realidad externa, y se convirtió en concepto central del positivismo, la racionalidad objetiva (dialéctico segun Horkheimer) presupone un orden racional en la realidad, en que la conciencia individual es un momento de ese orden objetivo mismo. La elección de un curso de acción será racional si el decisor luego de la reflexión llega a esa conclusión. El decisor tiene libertad de elegir los fines y los medios. 

Mientras, Habermas plantea distinos tipos de racionalidad en las acciones, ubicando la acción comunicativa en un lugar destacado, y una acción además de medir su eficacia en la planficación del uso de los medios, se debe medir por la dimensión comunicativa. Plantea poner las relaciones humanas en un plano moral. 

Pero, junto a este pensamiento y visiones de una época, nada simples, y que con el transcurrir del tiempo se le han hecho críticas, e incluso críticas profundas al reduccionismo de una época, sobre todo lo relacionado a la visión simplista del pragmatismo, así como del positivismo lógico, como la manifestación filosófica de la instrumentación de la razón, desconociendo su densidad y los aspectos críticos. Se centraban en la razón, limitando esta a la manipulación y control del material empírico y la producción de resultados inmediatos, limitando la capacidad de los sujetos para la reflexión; ni hablar de los procesos sociales. 

Pero esta lectura reduccionista, sobre todo del pragmatismo, como parte de la historia de la razón instrumental es parcial, aunque se puede entender contextualizando la sociedad norteamericana de la primera mitad del siglo XX, sociedad administrada y de una extrema racionalidad medios-fines, de un pensamiento utilitario empírico, sin pensamiento crítico, lo cual tampoco quiere decir que sea el fundamento de dominación social. 

No es objetivo entrar en discusión teórica, nada sencillo, ni siquiera cubrir la riqueza de las producciones acerca de los frankfurtistas, o el pragmatismo, para ello existe bibliografía suficiente en las últimad dos décadas (Calegari, F: Jaz.M; Joas.H; Kadlec. A; Postone, M; Renault, E; Sotelo,L). Pero quisiera apuntar algo acerca del pragmatismo y Dewey.

Aparte las malinterpretaciones, tanto el pragmatismo como el positivismo lógico, filosóficamente hablando, serían campo fértil para la instrumentalización de la razón, y en definitiva de la dominación tanto de la naturaleza, como de los sujetos, en el último siglo y algo de vida.

Pero como señala Kadlec (2006):  El instrumentalismo de Dewey no se basa en una reducción del conocimiento al análisis de regularidades observables en lo dado sino que (mucho más cerca de Horkheimer) intenta situar el conocimiento científico en el seno de la densa y multiforme experiencia humana del mundo.

Frente a las interpretaciones sesgadas Dewey intenta situar el conocimiento en el plano más amplio de la interacción humana en el mundo, destacando la pluralidad de facetas de la experiencia. 

No es posible reducir el intelecto a la producción de resultados, ni al sujeto racional al mero registrador de regularidades mensurables de los fenómenos; conceptualmente hablando esa sería una razón “herramental“, sin capacidad de reflexión, sólo útil prácticamente, sin reflexión ni evaluación por si mismo. Es parte de la manipulación y control, y la razón misma manipulada y controlada. Es así como la naturaleza se convirtió, o sigue estando, aquí y ahora, en materia disponible para el dominio de la razón como instrumento. Es la supuesta primacía formalizada del sujeto, cuando de lo que se trata es de un aplastamiento del sujeto. Eso lo vivimos todos hoy día. 

De regreso a otro nivel, Dewey (1929) alerta sobre los medios, que son más que las condiciones externas donde se desarrolla determinado efecto. “Los medios son siempre por lo menos condiciones causales, pero las condiciones causales son medios únicamente cuando poseen una cualificación adicional (…) la de ser usados libremente, debido a conexiones percibidas con consecuencias deseadas”. Y prosigue: “los efectos no son fines a menos que el pensamiento haya percibido y elegido libremente sus condiciones y procesos” La genuina instrumentalidad es aquella en la que la relación entre medios y fines recorre cada paso de la ejecución de la tarea en cuestión. Busca una normativa de la acción instrumental, con los fines como significados en la ejecución de los medios, y cuando entre estos se establece una relación mecánica, la acción instrumental degenera, porque segun Dewey, no se debe llamar medios a cosas que no lo son, porque son “antecedentes externos y accidentales para la ocurrencia de algo más“. 

Todo esto debería tener alguna relevancia tanto para los científicos e investigadores, pero también para los gestores del conocimiento, sobre todo en tanto la gestión se aleja de aquellos. Cuando investigamos las nuevas formas organizativas hace quince años atrás,  buscando identificarlas en varias instituciones de avanzada, nos dimos cuenta de la importancia, no tanto, o no sólo de los avances de las formas organizativas y procesos al interior de las instituciones investigadas, como por ejemplo las del polo de biotecnología, sino del papel que jugaba  la gestión multilateral con y de las relaciones interinstitucionales, sistemáticas, constantes y priorizadas. Esto las distinguía, y las diferenciaba de otras instituciones de producción, de investigación y de servícios, que por muchos esfuerzos para mantener y desarrollar lo alcanzado, sin apoyo ni comprensión del medio, luchaban para que no feneciera. 

Tal como señala  Agustin Lage Dávila en “Apropiarnos de la ciencia (todos)”, título del artículo reciente, donde subrayo entre otras ideas, sobre todo lo de “todos”: “Requeriremos, más aun en el futuro, una penetración masiva del método científico de pensamiento en la cultura general del cubano.“ Y en otra parte señala: “Apropiarnos, como sociedad humana, de la ciencia y de los procesos culturales vinculados con el método científico, requerirá también mucha creatividad en el diseño y la gestión de las instituciones y las relaciones inter-institucionales....“. (el subrayado es mio)

Realidad supera los buenos deseos y expectativas sobre la economía

Por Jorge Rodríguez Hernández

Los buenos deseos y las expectativas no deben estar por encima de la realidad económica del país, algo que no siempre sucede, baste leer algunos reportes de prensa acerca del tema. Me explico.

El diario Granma desplegó el siguiente titular: ´´Cuba detiene el decrecimiento de su economía´´(Del Sol González:2021) , y al respecto aduce que ´´iniciamos un proceso de recuperación gradual´´, lo cual se sustenta ´´en mejores condiciones´´, si se aprovecha ´´la oportunidad que nos da el control de la epidemia, la apertura del turismo y todo el diseño elaborado para el perfeccionamiento de la empresa estatal y el resto de los actores económicos´´.

Lo anterior esboza más bien la aspiración, el deseo, pero la realidad  es otra en la percepción del sujeto y objeto de esa recuperación: los ciudadanos .  Persiste los altos niveles de inflación- no se habla de medidas gubernamentales al respecto-, lo cual afecta el consumo de estos últimos, al tiempo que disminuye cada vez más el poder adquisitivo de las personas, mientras que la empresa estatal socialista,´´ no logra aún hacerse justicia, como tampoco la tan ansiada producción de alimentos.

Desde el punto de vista macroeconómico se pudo haber detenido el decrecimiento económico, tras una caída de un 13% del Producto Interno Bruto (PIB) ´´en los dos años anteriores´´, pero ´´la veloz propagación de la variante delta y el peligro de nuevas cepas añaden incertidumbre a cualquier pronóstico´´ (Díaz Malmierca: 2021). No es lo mismo palomas en manos, que cien volando. ¿Qué opinan ustedes?

¿En cuáles sectores estratégicos Cuba promueve la inversión extranjera?

 La nueva Cartera de Oportunidades de Negocios con Inversión Extranjera en Cuba con más de 678 proyectos, 175 más que en la versión anterior, la dio a conocer Rodrigo Malmierca Díaz, titular del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex), este martes en la segunda sesión del II Foro Empresarial Cuba-2021

El nuevo transportador autopropulsado fabricado para entidades nacionales productoras de arroz posee cualidades técnicas para la exportación. Foto: Germán Veloz Placencia

La nueva Cartera de Oportunidades de Negocios con Inversión Extranjera en Cuba con más de 678 proyectos, 175 más que en la versión anterior, y valorada en más de 12 500 millones de dólares, la dio a conocer Rodrigo Malmierca Díaz, titular del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex), este martes en la segunda sesión del II Foro Empresarial Cuba-2021, donde ratificó su importancia para el desarrollo del país.

Dijo que la Isla promueve inversiones con capital extranjero con énfasis en la producción de alimentos, la industria biofarmacéutica, el turismo y la energía.

La nueva Cartera de Oportunidades de Negocios, más amplia y diversificada, busca atraer al capital extranjero de manera más proactiva, facilitando los negocios, eliminando burocracia y promoviendo nuevas oportunidades. Además, está articulada con la estrategia de desarrollo económico-social aprobada por el Gobierno, afirmó.

Tras su rediseño, dispone de un ambiente visual más atractivo e interactivo, y se encuentra disponible en la plataforma web www.inviertaencuba.mincex.gob.cu, a la que se puede acceder desde cualquier parte del mundo, agregó.

Entre las principales novedades, Malmierca Díaz mencionó la incorporación de 60 proyectos patrocinados por los gobiernos locales y la presencia de mayores posibilidades con menores montos de inversión, como los 70 contratos de administración sin costo alguno, y cerca de una treintena de opciones, donde el capital a aportar es inferior a los 500 000 dólares.

Este diseño otorgará más poder de decisión a los municipios en temas económicos para potenciar las producciones y los servicios desde los territorios.

Además, por primera vez y como parte de la estrategia de desarrollo que impulsa nuestro país, el sector con mayor representación en la cartera es el de la producción de alimentos, con 164 opciones.

La Cartera recoge proyectos de los cuatro ejes estratégicos identificados en el Plan de Desarrollo Nacional hasta 2030. También se incluyen proyectos de impacto ambiental, turismo, industria, farmacéutico, minería, petróleo y energía.

Al referirse al sector energético, el titular del Mincex señaló los incentivos adicionales para el fomento de las fuentes renovables de energía, que podrán acceder a un régimen especial de tributación, con exenciones desde el inicio de las operaciones. También fue aprobado un esquema para que los inversionistas con negocios en operaciones ejecuten proyectos relacionados con estas fuentes de energía y reduzcan su factura eléctrica.

En cuanto a las políticas que dan soporte a esta promoción de negocios, Malmierca Díaz señaló que se modifican las relacionadas con la vinculación del capital extranjero con la formas de gestión no estatal, de manera que los inversionistas pueden asociarse al sector privado, y se reajustan los principios de las cooperativas agropecuarias, que podrán participar de manera directa en las modalidades de inversión extranjera sin la obligatoriedad de contar con una empresa estatal o sociedad mercantil de capital 100 % cubano.

Otra de las novedades que destacó es la eliminación de la política restrictiva respecto al establecimiento de cuentas bancarias en el exterior por las modalidades de inversión extranjera, las cuales podrán llevarse a cabo luego de obtener una autorización del Banco Central de Cuba.

Como medidas para estimular la inversión en el sector financiero se aprueba la participación de bancos corporativos, bancos corporativos de segundo piso, bancos de inversión e instituciones financieras no bancarias, que deben aportar capital, tecnologías, nuevos productos y servicios, así como acceso a mercados financieros internacionales.

Finalmente, el Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera presentó la oferta exportable de bienes y servicios del país, que contiene un compendio de información útil sobre los productos cubanos de exportación. Además, ofrece detalles y características de los productos, variedades o líneas de negocio y formas de presentación, entre otros elementos.

Esta Cartera contempla productos (más de 300), bienes (320) y servicios (52) de 74 entidades exportadoras, vinculadas a sectores priorizados y, además, se incluyen opciones provenientes de actores privados y de cooperativas.