Por Joaquín Benavides Rodríguez*
En el 2003, cuando se aprobó la Tarea Alvaro Reynoso para racionalizar la industria azucarera, se decidió que quedaran instalaciones industriales para producir azúcar y tierras suficientes para producir caña, vinculadas territorialmente a las fábricas de azucar, con capacidades para producir anualmente entre 3 y 4 millones de toneladas de azúcar. No puedo asegurar que esas capacidades de tierras aptas para sembrar y cosechar caña existan aun sin utilizar, pues no pocas están infestadas de marabú, pero en cualquier caso serian recuperables. No hay en Cuba, en general, cultivo más económico y rentable en términos internacionales que la caña de azúcar.
Tres millones de toneladas de azúcar, que a los precios actuales en el mercado internacional, que en la bolsa de Nueva York, se cotizan hoy a $426 dólares la tonelada, le permitiría a la industria azucarera cubana, y al país, obtener no menos de Mil millones de dólares anuales, como mínimo, y entre Mil quinientos y Mil ochocientos millones de dólares, como promedios anuales. Esos niveles de ventas de entre 5000 y 6500 millones de dólares en 5 años, de un producto que siempre tiene mercado, permitirían obtener créditos internacionales para financiar no solo el desarrollo de la propia industria azucarera, sino otros objetivos estratégicos para el desarrollo de la economía del país., Esos cálculos me los enseñaron a hacer hace décadas, incluyendo la costumbre de seguir diariamente la evolución del mercado azucarero, dos compañeros que conocían mucho el mercado azucarero y además la banca internacional, Raúl León Torras y Alfredo Menéndez Cruz, de los que fui compañero y además amigo de ambos, hasta que fallecieron, uno siendo Ministro Presidente del Banco Nacional de Cuba y el otro que falleció años después, fue en la década de los 70 y 80, Jefe del Dpto. Azucarero del Comite Central.
El esquema de AZCUBA en la forma y principios en que fue concebido ha demostrado su inoperancia como instrumento idóneo para recuperar y desarrollar la industria azucarera cubana. Yo sugeriria, reorganizarlo sobre las siguientes bases:
1. Convertir cada central azucarero en una empresa totalmente autofinanciada y que opere bajo los principios del mercado.
2. El Ministerio de Economía y Planificación, podría examinar y aprobar una propuesta de AZCUBA y del Ministerio de la Agricultura, recogiendo las opiniones del Sindicato Agropecuario y de la ANAP, de las áreas agrícolas estatales, cooperativas y privadas, con las cuales la empresa azucarera vinculada a ellas, firmaría contratos para que le entreguen caña de azúcar, en las fechas pactadas para la zafra y a los precios negociados a partir de los que oficialmente fije el Gobierno.
3. El Ministerio de Finanzas y Precios podría proponer al Gobierno, los precios de la caña de la zafra para las campañas azucareras para periodos de entre 3 y 5 años. Los cálculos para fijar el precio de la caña en Pesos cubanos, podrían tener en cuenta el pronóstico del mercado internacional del azúcar, y los precios que se cotizan en las bolsas de los principales mercados de venta del azúcar cubano. Podrían tomar en cuenta también una proyección estimada del tipo de cambio del peso cubano en relación con las monedas de los principales países con los cuales se negocia nuestro azúcar. Esos precios el Gobierno los aprobaría para un periodo de tiempo entre 3 y 5 años, y serviría de referencia a los participantes en la actividad (negocio) azucarero para sus inversiones. El Ministerio de Finanzas y Precios, antes de proponerle al Gobierno los precios que afecten a los actores que participan en la zafra, debería solicitar las opiniones de todos los actores, incluidos los sindicatos correspondientes, y presentaría la propuesta suficientemente conciliada.
4. Las Empresas Azucareras, tanto industriales, de Transporte azucarero y las Agrícolas, estatales, cooperativas y privadas incluidos los agricultores pequeños, que cultiven caña de azúcar podrían operar cuentas bancarias, y tendrían derecho a acceder al Comercio Exterior para negociar y vender sus exportaciones las industriales azucareras, y para negociar y adquirir sus importaciones, incluido combustibles, maquinarias y equipos para la producción todas las empresas que participen en la Zafra. Para realizar sus operaciones de importación, las empresas comprarían divisas en el mercado oficial establecido por el Banco Central y respetando los procedimientos bancarios establecidos, pagarían sus importaciones.
5. Las Empresas Azucareras industriales exportadoras, deberían tener derecho a cuentas bancarias en divisas para ingresar el cobro de sus exportaciones. No deberían tener derecho a efectuar pagos en divisas al interior de la economía nacional. Los pagos de salarios de los obreros industriales, de la caña para ser molida y demás insumos que adquieran en el mercado nacional, deben ser pagadas en Pesos cubanos, comprados a la tasa oficial de cambio. Las divisas depositadas en cuentas bancarias de las empresas industriales exportadoras, solo deberían ser utilizadas para inversiones e importaciones relacionadas con la producción azucarera, que podría incluir la importación de combustible para las actividades de la zafra.
6. Cada Central azucarero (Empresa) decidiría la fecha de comienzo de su zafra, en dependencia de los rendimientos agrícolas alcanzados, que incluye el POL de azúcar, oyendo las opiniones de los productores vinculados y tomando en cuenta los pronósticos de lluvia. También tendría el derecho a decidir la fecha en que termina la zafra. Si en razón de intereses estatales, AZCUBA decidiera prolongar la fecha de terminación, estaría obligada a indemnizar en lo que correspondiera a la empresa azucarera y a través de ella a los demás actores afectados por la decisión.
7. Las empresas estatales agrícolas, y también las cooperativas, cuyo cultivo principal fuera la caña de azúcar, deberían ser reorganizadas para que comiencen a operar como entidades totalmente autofinanciadas y bajo los principios del mercado. A las que estuviesen subsidiadas y con deudas con el Presupuesto, habría que sanearles totalmente la contabilidad y buscarles una solución a largo plazo a la deuda que puedan tener. La burocracia no deberia imponer sus formulas.
8. El Ministerio de Trabajo, en consulta con la CTC y los Sindicatos podría proponerle al Gobierno un salario mínimo obligatorio para todas las empresas y actores económicos participantes en la zafra azucarera. A su vez podría trabajar con AZCUBA para confeccionar esquemas típicos de salarios para las empresas azucareras en dependencia de sus tecnologías, capacidades industriales y factores específicos de la industria. Cada empresa industrial debería ser capaz de ajustar esos esquemas a sus características tecnológicas en busca de lograr reducir sus costos operacionales y lograr índices óptimos de eficiencia en las molidas, a partir de sus capacidades instaladas. Especial énfasis debería hacerse en el área química, de importancia decisiva en el logro de la eficiencia industrial.
9. Sería aconsejable que el Banco Central creara un Banco especializado en la Industria azucarera. Puede comenzar a partir de un préstamo, que incluso debiera ser presupuestario, que podría ser pagado en 5 años, y quizás antes. No hay industria como la azucarera cubana en ninguna parte del mundo, que carezca de un banco que la financie. Tanto la agricultura cañera, desde que se siembra la caña, se le dan atenciones culturales y se entrega al central, requiere financiamiento bancario especializado, como la industria, para sus reparaciones entre zafras, adquirir los insumos necesarios para llevar a cabo la zafra, pagar la caña que entrega la agricultura, el combustible etc, requiere crédito corriente del banco en que deposita los ingresos que recibe por la venta del azúcar que ha producido. Es lo eficiente. Así lo hace el mundo, y así se hacía en la industria azucarera cubana antes del triunfo de la Revolución. Es mucho más eficiente que el mecanismo que se basa en el dinero del Presupuesto nacional. Si alguna de las empresas que participan en la zafra tiene perdidas, tiene que ir al banco a negociar las pérdidas y ofrecer garantías por el préstamo que le permita asumir el pago de las perdidas. No es el Presupuesto, ni el país el que se debe encargar de resolver las deudas de las empresas azucareras, agrícolas e industriales. Cada una que cargue con ellas, que las pague con intereses y si quiebra que asuma sus responsabilidades. No es el Presupuesto, ni la población cubana quien debe asumirlas. El Presupuesto de la nación no debe y mucho menos la población pagar los fracasos de sus empresas, en especial las de la Industria azucarera, que debe dar utilidades a partir de sus exportaciones e ingresar al Presupuesto de la nación para que el país se desarrolle en beneficio del Pueblo cubano, que es el propietario real de esa industria.
Hasta aquí, el esquema básico que yo propondría para hacer Renacer la Industria Azucarera Cubana sobre las bases del mercado en las condiciones de Cuba 2025. No pretendo cuestionar que no se haya llevado a cabo ese cambio antes. Se puede entender las dificultades que, para algunos, educados durante más de 50 años en la concepción de que aceptar el mercado en la economía era negar el socialismo, pueda haber tenido una determinada influencia en la comprensión teórica de la necesidad de su utilización inteligente y regulada por el Estado Socialista. Yo mismo durante muchos años pensé que podría haber formas de evadirlo en la construcción socialista. Hasta que, en los años 90, en medio del Periodo Especial tuve la oportunidad de ir varias veces en viajes de trabajo, a la República Popular China y a Vietnam. En Vietnam tuve la oportunidad de estar en Hanoi el día que decidieron establecer su Tasa de cambio oficial, lo que les permitió superar las distorsiones que hasta ese momento tenían en su economía. En esas visitas, que la última a Vietnam fue en el 2001, me convencí que era posible la construcción socialista con mercado.
Me queda un tercer artículo sobre la Industria Azucarera y su necesario e imprescindible renacimiento, como parte de que nuestra economía salga de la crisis. El centro del próximo articulo será AZCUBA con propuestas para modificar su accionar.
6/29/25
*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.











