INTRODUCCION
El comienzo del año 2024 no estuvo dentro de lo positivo para la economía cubana. Los últimos seis meses, lejos de mostrar mejorías, consolidaron una tensa situación de desabastecimiento y desatino en los manejos internos. Esto, unido a complejos fenó- menos geopolíticos, configuraron un escenario de incumplimiento de los principales objetivos planteados en 2023.
Para Cuba, los sucesos más relevantes en la región son el triunfo de la izquierda en México, país con el que se concretaron convenios para el abastecimiento regular de combustibles que contribuyen a disminuir tensiones en la producción de energía. La reelección de Nicolás Maduro en Venezuela —aunque rodeada de conflictos, agresiones y presiones externas— es otro factor que acompaña positivamente el espectro político en el que se inserta el país. También muy relevante, pero en sentido negativo, ha sido la nueva llegada a la Casa Blanca del empresario Donald Trump, quien a todas luces se ha armado de una banda anticubana que ya mostró ser muy efectiva y visceral en las presiones económicas hacia la mayor de las Antillas, y de la misma forma viene proyectando sus acciones más inmediatas.
Los desbalances internos y la incapacidad de generar dinámicas productivas propias acentúan el descalabro de un PIB nacional que continúa en franco descenso. Con un primer semestre cercano a los 4 puntos porcentuales negativos, los últimos seis meses —además marcados por varias desconexiones del Sistema Electroenergético Nacional y múltiples desastres naturales— no arrojaron resultados que permitan hablar de una recuperación considerable de la situación. Por primera vez en muchos años, no se ofrece la cifra oficial del comportamiento de este indicador al cierre del segundo período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional de Poder Popular para el año natural, en el momento de concluir este Reporte... aún se desconoce tal dato.
La ausencia de claridad respecto a la política económica del país, sus objetivos y la correcta relación de estos con los problemas socioeconómicos más urgentes, han generado señales de desconcierto que no contribuyen a la estabilidad ni a la atracción del necesario financiamiento externo y las inversiones, que otra vez se comportan por debajo de lo esperado y aún más distantes de lo imprescindible. La desatención desde esta importante categoría hacia aspectos neurálgicos e inmediatos, como la creación del mercado cambiario, la renegociación de la deuda (1) (de corto y largo plazo), el establecimiento de reglas claras, la reconfiguración del sector empresarial estatal, han contribuido a un deterioro continuado de los principales indicadores en el período analizado.
Algunas señales y movimientos hacia lo favorable han sido interpretados con triunfalismos superfluos, a la vez que contradicciones técnicas y falta de claridad en la comunicación pueden haber guiado hacia áreas de actuación que no han sido las más acertadas. Una disminución del déficit fiscal en aproximadamente 7 puntos porcentuales, junto a un alto nivel de inejecución del presupuesto, no necesariamente constituyen una señal del curso correcto.
Las exportaciones de bienes con un magro comportamiento, la pérdida de las funciones del salario y el elevadísimo costo de la vida, desincentivan a los agentes, además de que acentúan dinámicas marginales e informales que no contribuyen al adecuado ordenamiento de la economía. La insuficiencia del sector agropecuario para garantizar los más elementales rubros, la incorrecta asignación de los escasos recursos y los amplios niveles de discrecionalidad en la toma de decisiones son elementos que no abandonan a la administración en el período. El deterioro de los principales factores productivos del trabajo —entiéndase, la energía, la alimentación y el transporte— explican la baja eficiencia y productividad de este y continúan profundizando la brecha social y la situación desfavorable de los grupos en vulnerabilidad.
El grupo de medidas anunciadas por el ejecutivo para 2025 se enfoca una vez más en el excesivo control y fiscalización de procesos y procedimientos —sin que existan los medios para hacerlo de manera eficiente y justa—, además de esbozar una línea de deseos, a veces muy alejados de las posibilidades reales, que no se concretan en medidas de política económica ni en la forma de implementarlas. Se observan además importantes incoherencias técnicas en varias de esas intenciones —carentes de un enfoque sistémico—, al tiempo que aparecen postergadas y omitidas acciones de urgente necesidad que atiendan las causas más evidentes de la actual crisis multisistémica y contribuyan a ralentizar y reducir el coste social de las necesarias reformas. Lo anterior, unido a las proyecciones de la política de hostigamiento de los Estados Unidos hacia Cuba, dibujan otra vez un escenario en extremo complejo para el próximo semestre.
1 Al cierre de la presente edición de este Reporte..., se conoció sobre la renegociación de la deuda en términos favorables, aunque desconocidos, con el Club de París.
Continuará