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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 11 de junio de 2020

Gobierno cubano informa sobre medidas para la recuperación tras la epidemia de la COVID-19

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El presidente, el primer ministro y el vice primer ministro cubanos comparecen en la Mesa Redonda este jueves 11 de junio de 2020. Foto: Presidencia Cuba.
Luego de su aprobación por el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, este miércoles fue presentado en el Consejo de Ministros el plan de medidas para la primera etapa de la recuperación tras la epidemia de la COVID-19, concebida en tres fases con el objetivo de que transcurra como un proceso gradual.
Según el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, casi todos los municipios y provincias llevan prácticamente un mes sin incidencias, por lo que están en condiciones de retornar a la normalidad.
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, precisó que las medidas incluidas en el plan se han concebido en tres fases de una primera etapa.
Estas disposiciones abarcan varios ámbitos, entre ellos salud, turismo, cuestiones laborales y tributarias, comercio exterior e interior, transporte, educación, deporte y cultura. Además, se han previsto las actividades durante el verano.

Presidente cubano: “Podemos entrar ya en una nueva etapa”


El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la Mesa Redonda. Foto: Presidencia Cuba/Telegram.
Al iniciar su intervención en la Mesa Redonda, el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez reconoció el papel del programa radio-televisivo durante los tres meses de enfrentamiento de la pandemia.
Durante esta etapa –dijo–, el país trabajó intensamente con el objetivo fundamental de salvar vidas, y esa constancia e intensidad en el trabajo tuvo como protagonista fundamental la participación del pueblo cubano y un grupo de organismos, lo que ha permitido lograr resultados en un grupo de indicadores e “ir avizorando que podemos entrar ya en una nueva etapa”.
De acuerdo con el jefe de Estado, las estadísticas actuales muestran varias señales en ese sentido: en primer lugar, si se descartan los varios eventos de transmisión ocurridos, “debemos decir que el país ha ido reduciendo por días los casos activos que se mantienen en ingreso”.
Mientras, el número de altas médicas alcanza el 85.4%, y en los últimos 12 días solo ha habido un deceso (en esta jornada).
Este indicador de pocas muertes durante varios días consecutivos, y el hecho de que el número de pacientes en estado crítico y grave es mínimo, indican que se consolidan los resultados en la aplicación de los protocolos terapéuticos, en conjunto con la ciencia y biotecnología cubanas, y van aportando a este desenlace.
Díaz-Canel también se refirió al regreso a Cuba del primer grupo de colaboradores de la brigada Henry Reeve, quienes estuvieron en Lombardía, un lugar de mucha complejidad y adonde viajaron en momentos en que la situación en la isla se hacía más compleja.
“Ellos han regresado a la patria victoriosos, y han dado una expresión al mundo de que la vida sobrevive y vence a la muerte; la solidaridad vence al egoísmo, y el ideal socialista vence al mito del mercado”, dijo.

La estrategia prevé dos etapas: Recuperación pos-COVID-19 y fortalecimiento económico para afrontar la crisis

El presidente aseguró que en la medida en que se ha avanzado, estudiado la experiencia internacional, conocido más de la pandemia y perfeccionado los sistemas de trabajo, se han obtenido mayores resultados.
"Se habían dado las orientaciones y estábamos trabajando en la conformación de una estrategia económica y social para encarar, en el futuro, la crisis tan aguda que va a provocar la pandemia”, afirmó.
La estrategia se ha concebido en dos etapas:
  • La primera es la recuperación pos-COVID-19, “la cual significa cómo vamos a ir regresando de manera simétrica y gradual a la normalidad en todas las actividades productivas, económicas y sociales del país”.
  • La segunda etapa es la correspondiente a la estrategia de fortalecimiento económico para enfrentar la crisis prolongada a nivel global.
Apuntó que, en este programa, se explicará el contenido de la primera etapa, pero “no quiere decir que entraremos de manera inmediata” en la misma.
“Llevamos muchos meses de restricciones y elementos de funcionamiento que no son los normales del país; los indicadores nos dan la certeza de que se pueden ir desescalonando un grupo de medidas, pero a la par se debe trabajar con responsabilidad y con la certeza de que podemos controlar la pandemia y evitar rebrotes”, subrayó.
Díaz-Canel insistió en la importancia de que el pueblo –principal protagonista–,  comprenda cuáles son los principios, modos de actuación y argumentos en los cuales se basó el trabajo, así como su participación en este período.
Recordó que este plan se aprobó el martes último, en la más reciente reunión del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, presidida por su primer secretario, el General de Ejército Raúl Castro Ruz.
El miércoles último fue informado en el Consejo de Ministros, con el fin de que se comenzaran a implementar las medidas correspondientes. De igual forma, se compartió con los gobernadores y las estructuras de Gobierno en los diferentes territorios del país. “Corresponde ahora informar al pueblo en la Mesa Redonda”, dijo.
Sin embargo, “desde que se dieron a conocer, un grupo de medios estaban especulando y tergiversando el contenido de estas medidas”, puntualizó, e hizo referencia a un listado de WhatsApp con el supuesto contenido de esta estrategia, con muchas medidas que “no tienen que ver” y que “nunca se aplicarían” en las condiciones del país.
“Como hemos hecho a lo largo de toda esta etapa, toda la información necesaria para actualizar, explicar e implementar, la vamos a dar a través de los medios de prensa cubanos”, aclaró.

¿Qué consideraciones toma Cuba en cuenta para entrar en la primera etapa pos-COVID-19?


El presidente cubano comparece este jueves en la Mesa Redonda. Foto: Presidencia Cuba/Telegram.
El mandatario recordó que, desde el 15 de mayo, la Organización Mundial de la Salud advirtió que el virus SARS-CoV-2 “había llegado para quedarse y muchos expertos no tienen claro cuándo se podrá frenar su expansión, mientras que otros pronostican que no desaparecerá”.
Añadió que en Cuba se aprecia una tendencia hacia el control, y que “el sistema de salud puede soportar lo que puede venir en el futuro”.
La nueva misión –dijo– es evitar que en la nueva etapa la COVID-19 se convierta en una endemia y, por tanto, “vamos a ir desescalando, pero con el propósito de que no se convierta en una enfermedad endémica”.
El presidente alertó que habrá “momentos en que se va a convivir con la presencia de casos en determinadas proporciones a nivel nacional”, todo esto en medio de la lucha global contra la pandemia. La nueva etapa no significa que los casos van a llegar a cero.
“Cuba tiene experiencia y lo ha demostrado”, afirmó, y recordó que en las últimas décadas el país, con su sistema de salud forjado en la Revolución, ha logrado eliminar 14 enfermedades infecciosas y atenuar nueve patologías más. “Estamos en condiciones de controlar la enfermedad”, aseguró.
Alertó que esta nueva etapa implica un mayor control y que una de sus premisas es que no se puede bajar la guardia en el pesquisaje. “Es por eso que tenemos nuevos aportes de la ciencia, con el sistema SUMA, a fin de detectar más casos, y trabajar con los contactos”, modelo de actuación que ha dado muchos resultados en el país. 
En ese sentido, Díaz-Canel Bermúdez resaltó la importancia de trabajar en la detección de los casos, el aislamiento inmediato en instituciones públicas de los contactos, así como de los contactos de esos contactos.
“Esa masa de asintomáticos la llevamos rápidamente a una atención diferenciada”, y ello evita el contagio de otras personas y que aumente la propagación de la epidemia. 
“Esto es particular de Cuba, una de las medidas que destacan publicaciones especializadas en el tema en el manejo de la pandemia”, afirmó el mandatario.

Díaz-Canel: Las medidas están bien pensadas, parten de la experiencia cubana e internacional


El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Foto: Presidencia Cuba/Telegram.
En otro momento de su intervención, el jefe de Estado cubano aseguró que las medidas están bien pensadas, parten de la experiencia cubana y tienen en cuenta la internacional. Incluyen, además, un grupo de indicadores para definir cuándo un municipio y una provincia pasan a una nueva fase.
“El regreso a la normalidad de las actividades productivas y sociales va a ser de manera gradual, escalonada y asimétrica”, apuntó. 
Explicó que no todo el país estará en la misma fase o etapa. “Todos los territorios sí partirán de la primera fase, pero hay municipios que de manera inmediata pasarán a una segunda o tercera fase, porque no han tenido casos durante varios días o porque sus indicadores están en un nivel mínimo”.
Actualmente, se trabaja con modelos matemáticos y epidemiológicos con el fin de establecer toda la estadística, experiencia y comportamiento de la pandemia.
Dichos modelos, explicó Díaz-Canel, indican que el epicentro y la cola de esta pandemia están en La Habana; por tanto, la capital se va a demorar más que el resto de los municipios y provincias para llegar a las diferentes fases.“Tendrá un tratamiento diferenciado”, precisó.
Se pronostica que haya un primer rebrote entre septiembre y noviembre, y en correspondencia se han tomado decisiones para evitarlo o minimizarlo.
Díaz-Canel aseguró que también se ha tenido en cuenta la experiencia y resultados de las más de 500 medidas aplicadas en el país para enfrentar la COVID-19 en Cuba, “muchas de las cuales llegaron para quedarse”.
Entretanto, “otras nos han despertado el pensamiento en la manera de encontrar soluciones” y para la aplicación y desarrollo en todos los ámbitos de la vida socioeconómica en la etapa de fortalecimiento económico.
En su intervención, el mandatario llamó a mantener el ahorro en medio de las condiciones económicas que vive el país, y a estar dispuestos a volver a aplicar un grupo de restricciones si se volviera a una etapa de rebrote o si existiera alguna incidencia en particular.
Informó que se reanudan todas la actividades económicas y sociales, pero escalonadamente. En ese sentido, explicó que no comenzarán al ciento por ciento, sino en menores porcentajes, y siempre preservando las medidas higiénico-sanitarias en todos los espacios públicos y centros de trabajo.
“Hay que tener mecanismos de pesquisaje y detección de enfermos. No se puede permitir que trabaje una persona que llegue con sintomatología a su centro laboral. Hay que evitar las actividades al aire libre con gran concentración de personas, así como la aglomeración en lugares públicos, sobre todo en los lugares cerrados”, alertó.
De igual manera, Díaz-Canel anunció que se mantendrán las regulaciones en el transporte y la movilidad de las personas, así como la atención priorizada a las familias más vulnerables y los sistemas de atención personalizada a esos núcleos con el fin de garantizar su aislamiento social.
“Tenemos que mantener como una norma el distanciamiento físico, y seguir protegiendo al personal de la salud”, enfatizó el presidente cubano.
Destacó que en Cuba no se lamentó la pérdida de vidas humanas  en el sistema sanitario, “uno de los elementos que ha distinguido a la pandemia en otros lugares y una de las causas que provocó la saturación y colapso de los sistemas de salud en otros países”.
Entre las medidas que no se eliminarán, Díaz-Canel mencionó el uso del nasobuco, elemento de protección que hay que mantener, sobre todo en los espacios públicos, así como la máscara médica, el lavado frecuente de las manos y otras recomendaciones de higiene y desinfección.
De igual manera, el presidente señaló que se deben incrementar y perfeccionar los servicios a domicilio y el comercio electrónico, y reconoció que este último ha sido objeto de muchas quejas.
“Con toda voluntad se trató de crear un proyecto de comercio electrónico y potenciar el que existía, y la realidad sobrepasó esas capacidades”, por lo que se han tenido que hacer algunos ajustes que, “aunque no darán todos los resultados, permitirán ganar tiempo para tener en el futuro un fuerte sistema de comercio electrónico y servicio a domicilio”, puntualizó.
Se abrirá un grupo de servicios al turismo nacional, y luego al internacional. Se mantendrán las medidas de control de los posibles enfermos.
“Podemos también potenciar nuevas producciones logradas como parte de la pandemia, y debido a la incapacidad de importar bienes en estos tiempos que son también de persecución financiera y arreciamiento del bloqueo”, afirmó Díaz-Canel, quien se refirió a la necesidad de “aprovechar nuevas oportunidades de exportación de servicios médicos y medicamentos, además de perfeccionar la distribución y acopio de productos básicos para la población”.
Urgió a la participación de la ciencia y a seguir desarrollando las investigaciones de medicamentos y las investigaciones de los cinco candidatos vacunales cubanos, uno de los cuales presenta resultados alentadores.
“Tenemos que mantener e intensificar el combate contra la corrupción y las ilegalidades, el cual debe quedar para siempre en la manera de actuar de la sociedad”, añadió.
Díaz-Canel precisó que en los finales de la primera etapa de recuperación se hará una valoración de resultados, tomando en cuenta los elementos positivos y negativos, luego incluir todas las experiencias en los planes de reducción de riesgos y vulnerabilidades para el tratamiento de epidemias y pandemias.

Primer ministro: Cuba regresará a la normalidad de la vida del país, de manera gradual y asimétrica


Manuel Marrero Cruz, primer ministro de Cuba. Foto: Presidencia Cuba/Telegram.
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, recordó que desde el inicio de la pandemia se creó un grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la enfermedad, y se puso en marcha un plan que incluyó unas 500 medidas.
Informó que para iniciar la etapa de recuperación se definieron tres objetivos:
  1. Regresar a la normalidad de la vida del país, de manera gradual y asimétrica
  2. Evitar un rebrote de la enfermedad a la par de desarrollar las capacidades de enfrentamiento
  3. Reducir los riesgos y vulnerabilidades
Marrero Cruz explicó que para cumplir estos objetivo se elaboró un plan de medidas, agrupadas en 13 actividades principales, que se han clasificado en dos grupos: medidas que se mantendrán (aquellas que “llegaron para quedarse”) y otras cuya aplicación contempla adecuaciones en las tres fases.
El plan de medidas es un documento de 122 páginas, precisó el primer ministro.

La implementación de las medidas sanitarias estará acompañada de un protocolo de salud

En cuanto a las medidas sanitarias, Marrero Cruz dijo que el establecimiento de la primera etapa y cada una de las tres fases que la integran estará condicionado por el cumplimiento de indicadores de salud previamente definidos.
“Por ejemplo, 13 provincias pudieran iniciar esta primera etapa; incluso, hay territorios que ya pudieran estar en una tercera fase. Mientras, hay otros donde persisten eventos. Por tanto, habrá movimientos de fases en dependencia de la situación de los territorios”.
De acuerdo con el primer ministro, la implementación de las medidas, que se publicarán posteriormente, estará acompañada de un protocolo de salud.
El imprescindible distanciamiento físico y el uso del nasobuco se mantendrán para todas las actividades durante la primera fase.
En una segunda fase, de manera gradual, el distanciamiento podría flexibilizarse en determinados lugares, “aunque la recomendación es nunca volver al hacinamiento”, enfatizó.
El uso del nasobuco también estará en dependencia de las actividades, en caso de que impliquen concentraciones de personas.
Marrero Cruz explicó que en las dos primeras fases se mantendrá la restricción de la capacidad en los locales de reuniones, “un metro de separación entre las personas”.
Por otra parte, se estableció para todas las fases la prohibición de asistir al trabajo en caso de presentar síntomas respiratorios, así como mantener la desinfección de las manos y superficies.
Igualmente, seguirán vigentes medidas estrictas de protección de los trabajadores expuestos en áreas de riesgo, y se reducirán las capacidades de los ascensores: en un inicio del 50%, independientemente de lo que permita el fabricante. El límite se podrá ir flexibilizando.
Las pesquisas activas y virtuales continuarán, pues no pierden su importancia, informó el primer ministro.
En la primera etapa se reiniciarán gradualmente los servicios hospitalarios que se mantuvieron suspendidos. Hasta el 50% en la primera fase, hasta el 75% en la segunda y en la tercera los hospitales volverían a la normalidad. “Lo mismo ocurrirá con los servicios de estomatología”, dijo el primer ministro cubano.
Con respecto a las visitas a los hospitales, se mantendrán suspendidas en las dos primeras fases. Incluso, “después de la tercera no será igual que antes”, con un reforzamiento de la organización para evitar concentraciones de personas.

El turismo se reinicia en la primera fase solo con el mercado interno


El primer ministro informa el plan de medidas para la primera etapa pos-COVID-19 en Cuba. Foto: Presidencia Cuba/ Telegram.
Actualmente permanecen en el país 2 600 visitantes, quienes retornarán a sus países en la medida en que se restablezcan las conexiones aéreas, informó Marrero Cruz, y reiteró que el turismo arrancará desde la primera fase, pero solo con el mercado interno.
Se buscarán opciones para estimular este segmento y se crearán facilidades para la venta de las ofertas, incluyendo las compras online, añadió.
Para el turismo internacional, que comenzará a ser recibido de manera gradual en la segunda fase, se establecerá en las fronteras un protocolo especial.
“Se aplicará un PCR a cada visitante y se tomará la temperatura. Saliendo del aeropuerto, en el hotel también serán sometidos a protocolos sanitarios, con una vigilancia clínico-epidemiológica, por un equipo compuesto por un médico, una enfermera y un licenciado en higiene y epidemiología”.
En caso de que algún viajero resulte positivo, será hospitalizado, precisó.
Un similar tratamiento recibirán los trabajadores del turismo. “Se crearán condiciones para que trabajen durante siete días, bajo una observación diaria y usando permanentemente nasobucos. Luego, descansarán siete días en sus viviendas en condiciones de aislamiento y con seguimiento por el médico de la familia”.
En la segunda fase, se reiniciará el turismo internacional solo en la cayería norte y sur, en dependencia de la demanda: Cayo Santa María, Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Cruz y Cayo Largo del Sur. Las ofertas no incluirán excursiones a las ciudades.
Este producto no se venderá al turismo nacional durante la primera fase, dijo Marrero Cruz.
Se prevé que por su extensión y número de hoteles, Varadero, destino que empezará a venderse al turismo nacional, podrá dividirse “de manera que el mercado internacional no se mezcle con la población local”.
La comercialización del resto de los destinos turísticos cubanos comenzará en la tercera fase, también en función de la demanda.
Ningún hotel abrirá al ciento por ciento de su capacidad, pues el objetivo es mantener el distanciamiento de las personas, aclaró Marrero Cruz.
La renta de autos se reactivará en la segunda fase. Las excursiones, que empezarían con el turismo nacional, sumarían en la segunda fase a los extranjeros, pero solo para recorridos por los cayos.
Sobre los centros de campismo popular, el primer ministro dijo que también tendrán su protocolo, y que posteriormente se informará cómo será la venta de las ofertas.

Continúa prohibición de vuelos comerciales, el transporte público se restablece con limitaciones

Con relación al transporte, Marrero Cruz informó que en la primera fase se mantienen las restricciones de entrada y salida del país, así como la prohibición de los vuelos comerciales durante la primera y segunda fases. “Los aeropuertos permanecerán abiertos pero solo para el recibimiento de vuelos humanitarios, de carga y colaboradores”.
“No habrá ninguna aerolínea comercial regular viajando al país”, lo que sucederá a partir de la tercera fase. 
Sí se comenzarán a recibir los primeros vuelos internacionales chárter a los aeropuertos de Cayo Coco (por donde llegan también pasajeros con destino a Cayo Guillermo y Cayo Cruz) y de Cayo Largo del Sur. 
Aclaró que Cayo Santa María tiene la particularidad de que cuenta con un aeropuerto, pero como no es internacional se nutre del aeropuerto de Santa Clara, “para el cual existe un protocolo específico al estar enclavado en la ciudad”. Los turistas que lleguen por esa instalación deberán someterse a pruebas de PCR y montarán en ómnibus custodiados por la policía hasta los hoteles. 
Marrero Cruz dijo que se mantiene la limitación de viajar con una sola maleta en las dos primeras fases, y en una tercera se permitirán hasta dos maletas, lo que está establecido por las aerolíneas internacionales.
“La aeronáutica internacional está tomando un grupo de medidas, incluso suspendiendo el equipaje de mano, por considerarse de riesgo debido a la manipulación”. 
Se restablece, con limitaciones, el transporte público urbano, intermunicipal y rural, tanto estatal como privado“Esto se va a hacer de manera gradual”, explicó el primer ministro, y reiteró que existirán determinadas medidas de seguridad como el uso de nasobucos y el distanciamiento en la primera fase, que se irán flexibilizando en la segunda y tercera etapas.
En la primera fase también se restablecen las transportaciones interprovinciales, pero solo para cubrir un grupo de demandas asociadas a determinados intereses laborales en sectores como las Fuerzas Armadas Revolucionarias y los ministerios del Interior, de la Construcción o Turismo.
Será en la segunda fase cuando se reiniciará el transporte interprovincial en las rutas regulares, por ómnibus, tren, catamarán y vuelos nacionales. “Sabemos que hay ansiedad, pero debemos viajar solo lo necesario”, insistió Marrero Cruz.
Explicó que una vez que abran muchos centros laborales, existirá respuesta al transporte de los trabajadores.
Se restablece, además, la distribución de cargas no comerciales en una primera fase.

Vea la Mesa Redonda https://www.youtube.com/watch?time_continue=6541&v=z4S-k2x_XPI&feature=emb_logo

Un estímulo económico que funcione


NUEVA YORK – Ante la crisis de la COVID‑19, gobiernos de todo el mundo están dando una vigorosa respuesta fiscal y monetaria combinada que ya llegó al 10% del PIB global. Pero según la última evaluación general del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, es posible que estas medidas no estimulen el consumo y la inversión tanto como esperan las autoridades. 

El problema es que una porción significativa del dinero se está canalizando directamente a la formación de colchones de capital, en un proceso de aumento de balances precautorios. La situación es análoga a la «trampa de liquidez» que tanto preocupó a John Maynard Keynes durante la Gran Depresión.

La implementación de las medidas de estímulo actuales para contener las consecuencias económicas de la pandemia se ejecutó con comprensible prisa, casi con pánico. No fue una estrategia selectiva ni precisa, pero muchos analistas dirán que era la única opción posible: sin una inyección masiva de liquidez de emergencia, podían esperarse numerosas quiebras, pérdidas de capital organizacional y un camino todavía más difícil hacia la recuperación.

Pero ya es evidente que la pandemia durará mucho más que algunas semanas, como se suponía cuando se aprobaron estas medidas de emergencia. De modo que se necesita una evaluación más cuidadosa de todos estos programas, con la mirada puesta en el largo plazo. En períodos de gran incertidumbre, es común que haya un aumento del ahorro precautorio, ya que particulares y empresas se aferran al efectivo por temor a lo que vendrá.

La crisis actual no es una excepción. La angustia por el futuro y la reducción general de las oportunidades de gasto hacen probable que buena parte del dinero entregado a familias y empresas termine ocioso depositado en cuentas bancarias, y que los bancos no puedan otorgar nuevos préstamos con el excedente de liquidez por falta de destinatarios solventes dispuestos a endeudarse.

No sorprende que entre febrero y abril los excedentes de reservas en las instituciones de depósito estadounidenses se hayan casi duplicado, desde 1,5 billones de dólares hasta 2,9 billones. En comparación, durante la Gran Recesión los excedentes bancarios apenas llegaron a un billón de dólares. Este enorme aumento de las reservas bancarias hace pensar que las políticas de estímulo implementadas hasta ahora han tenido poco efecto multiplicador. Es evidente que el crédito bancario por sí solo no nos sacará de este atasco económico.

Para colmo de males, el exceso actual de liquidez puede conllevar un alto costo social. Además de las inquietudes habituales relacionadas con la deuda y la inflación, hay también buenos motivos para temer que el exceso de efectivo en los bancos se canalice a la especulación financiera. Las bolsas ya exhiben grandes oscilaciones diarias; esta volatilidad puede, a su vez, perpetuar el clima de incertidumbre, lo que estimulará todavía más conductas precautorias y desalentará el consumo y la inversión que se necesitan para motorizar la recuperación.

En este caso, no sólo habrá una trampa de liquidez, sino también una paradoja de liquidez: un enorme aumento de la oferta de moneda, con escasez de oportunidades para su uso por parte de familias y empresas. Medidas de estímulo bien diseñadas pueden ayudar cuando la COVID‑19 esté bajo control. Pero mientras la pandemia siga haciendo estragos, no puede haber regreso a la normalidad.

De modo que por ahora la clave está en reducir el riesgo y aumentar los incentivos al gasto. Mientras las empresas teman que de aquí a seis meses o a un año la situación económica siga siendo desfavorable, pospondrán la inversión y al hacerlo demorarán la recuperación. El único que puede romper este círculo vicioso es el Estado. Los gobiernos deben hacerse cargo de los riesgos actuales, ofreciendo a las empresas compensación en caso de que transcurrido cierto lapso la economía todavía no se haya recuperado.

Para hacerlo, ya existe un modelo: los «títulos contingentes de Arrow‑Debreu» (por los premios Nobel de Economía Kenneth Arrow y Gérard Debreu), instrumentos cuya ejecución estaría supeditada a condiciones predeterminadas. Algunos ejemplos pueden ser: que a una familia que compre un auto hoy, el Estado le garantice la suspensión de los pagos mensuales si dentro de seis meses la curva de la epidemia se mantiene en cierto punto; préstamos e hipotecas atados a los ingresos para alentar la compra de diversos bienes duraderos (incluida la vivienda); y disposiciones similares para inversiones reales de las empresas.

Los gobiernos también deben analizar la emisión de vales de gasto para estimular el consumo privado. Ya ocurre en China, donde unos cincuenta municipios han comenzado a emitir cupones digitales que pueden usarse para comprar diversos bienes y servicios dentro de un plazo determinado. La fecha de caducidad los convierte en poderosos estimulantes del consumo y de la demanda agregada en el corto plazo, cuando más necesarios son.

Como es probable que la pandemia dure mucho más de lo que se pensó al principio, se necesitará todavía más estímulo. Por ejemplo, aunque Estados Unidos ya gastó más de tres billones de dólares en diversas formas de asistencia, si no se implementan más medidas (y, esperemos, mejor diseñadas), ese dinero sólo habrá prolongado unos pocos meses la vida de muchas empresas, en vez de salvarlas realmente.

Una idea que funcionó en varios países es ayudar a las empresas a pagar salarios y afrontar otros costos, en proporción a los ingresos perdidos, con la condición de que no despidan trabajadores. En Estados Unidos, la legisladora Pramila Jayapal, integrante de la Cámara de Representantes por el estado de Washington, propuso una ley de estas características, lo mismo que diversos senadores.

Los programas de estímulo mal diseñados no sólo son ineficaces, sino que pueden ser peligrosos. Políticas erradas pueden aumentar la desigualdad, sembrar la inestabilidad y debilitar el apoyo político a los gobiernos justo cuando se lo necesita para evitar que la economía caiga en una recesión prolongada. Felizmente hay alternativas, pero todavía no es seguro que los gobiernos las adopten.

Las ideas expresadas en este artículo no reflejan posturas de Naciones Unidas ni de sus estados integrantes.


JOSEPH E. STIGLITZ, a Nobel laureate in economics and University Professor at Columbia University, is Chief Economist at the Roosevelt Institute and a former senior vice president and chief economist of the World Bank. His most recent book is People, Power, and Profits: Progressive Capitalism for an Age of Discontent.

HAMID RASHID, a former director-general for multilateral economic affairs at the Ministry of Foreign Affairs in Bangladesh and senior adviser at the UNDP's Bureau for Development Policy, is Chief of Global Economic Monitoring at the United Nations Department of Economic and Social Affairs.