Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 20 de julio de 2021

El futuro de la competencia entre las grandes potencias

POR  MICHAEL SPENCE

MILÁN – En los recientes encuentros del G7 y la OTAN se señaló a China como un competidor estratégico, un socio comercial calculador, una amenaza tecnológica y para la seguridad nacional, un violador de los derechos humanos y un paladín del autoritarismo en el mundo. China denunció esas caracterizaciones, que su embajada en el Reino Unido llamó «mentiras, rumores y acusaciones sin fundamento». No hay que subestimar los riesgos de esa retórica.

Muchos occidentales desaprueban la estructura gubernamental unipartidaria China, así como en China hay quienes hacen oír su menosprecio por la democracia liberal —en su opinión, en decadencia terminal—. El verdadero peligro, sin embargo, es que los funcionarios de ambas partes parecen haber adoptado un marco de suma cero, dentro del cual las potencias no pueden coexistir, sino que una de ellas debe «ganar».

De acuerdo con esta lógica, ambas partes deben intentar siempre aplastar a la competencia. Para China, entonces, Occidente —y EE. UU. en especial— deben estar procurando revertir su ascenso (que, en realidad, se debió en grado no menor a EE. UU.). Y, para Occidente, China está decidida a aprovechar su poderío económico, incluido su gigantesco mercado interno, para modificar el sistema mundial a su imagen y en su beneficio.

Cuanto más frecuentemente repitan los líderes estas narrativas, más probable es que los ciudadanos comunes se convenzan de que son ciertas. El aumento del temor y el resentimiento en ambos lados aumenta el riesgo de que las narrativas se conviertan en profecías autocumplidas.

Mientras tanto, el foco en la competencia bilateral oculta las necesidades e intereses de la gente en los países con mercados emergentes y economías en vías de desarrollo. Es cierto, China y Occidente propugnan un cierto tipo de multilateralismo, pero la competencia estratégica ilimitada impide el multilateralismo eficaz, principalmente porque trastoca el comercio y las transferencias de tecnología: motores fundamentales del desarrollo.

China y Occidente necesitan con urgencia un nuevo marco para entender la situación mundial y su función en ella. Ese marco debe reconocer, en primer lugar y como punto más importante, que la competencia económica adecuadamente regulada no es un juego de suma cero.

En términos estáticos, la competencia económica normal favorece la eficiencia en los precios y ayuda a alinear la oferta con la demanda. En términos dinámicos, conduce a lo que Joseph Schumpeter llamó «destrucción creativa»: un poderoso mecanismo para traducir el conocimiento, las ideas y los experimentos en nuevos productos, servicios y procesos para reducir costos. En otras palabras, mejora el bienestar humano.

No hay motivos para creer que la competencia transfronteriza no pueda generar los mismos beneficios; por el contrario, la experiencia demuestra que puede hacerlo, siempre que existan estructuras legales y regulatorias que lo permitan, e igualdad de condiciones. Hay que reconocer que lograrlo —especialmente la igualdad de condiciones— es difícil a escala internacional, pero eso no significa que sea imposible.

La competencia estratégica es algo distinto. Después de todo, existen poderosas tecnologías de uso dual —a menudo creadas en los sectores no relacionados con la defensa— que promueven tanto los objetivos económicos como la seguridad nacional. Los líderes no deben pretender que este no es el caso.

Pero eso tampoco significa que los países estén condenados a jugar un juego de suma cero, centrados en debilitar a los demás o asegurarse de que sigan siendo débiles. En lugar de ello, China y Occidente debieran ponerse de acuerdo para alcanzar y mantener un grado de igualdad económica, tecnológica y defensiva. Esto implica abandonar sus esfuerzos para impedir la difusión del conocimiento y la tecnología, una empresa que rara vez logra el éxito en el largo plazo.

Ese enfoque evitaría una fragmentación mayor del sistema económico mundial, que perjudica especialmente a terceros. Y disuadiría del uso ofensivo de las capacidades militares y tecnológicas, algo fundamental en un entorno donde ninguna de las partes confía en la otra.

Pero un sistema que minimice la necesidad de confianza no justifica el envilecimiento mutuo. No tiene nada de malo preferir un cierto sistema de gobierno para el propio país, incluido su particular equilibrio de derechos individuales e intereses colectivos. Esas preferencias se basan en factores como la experiencia personal, la educación y los valores, no en hechos objetivos. No hay evidencias claras de que un sistema específico de gobierno garantice el desarrollo económico y social. Tanto las democracias como los sistemas unipartidarios han generado resultados buenos y malos. Parece que la condición previa más importante para el desarrollo es el compromiso de los líderes con una visión inclusiva del bienestar humano.

Cuando suponemos que nuestro sistema predilecto es objetivamente superior y demonizamos las alternativas, terminamos enmarcando incorrectamente los términos y los resultados probables de la competencia económica y estratégica. Peor aún, la competencia por la gobernanza nos distrae de las dimensiones más productivas de la interdependencia.

La competencia económica, tecnológica y militar es inevitable. La cuestión es si será constructiva. Actualmente el mundo avanza hacia un equilibrio en el cual ese no es el caso, y donde las terceras partes o «los no protagonistas» serán quienes más sufran.

Pero estamos a tiempo de cambiar el rumbo. Teniendo en cuenta la falta de información y confianza, además de las dinámicas políticas internas, hará falta que los líderes de ambos bandos muestren un coraje considerable. El primer paso es que ambas partes renuncien a la retórica provocadora que hemos presenciado en las últimas semanas.

Traducción al español por Ant-Translation


Michael Spence, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics Emeritus and a former dean of the Graduate School of Business at Stanford University. He is Senior Fellow at the Hoover Institution, serves on the Academic Committee at Luohan Academy, and co-chairs the Advisory Board of the Asia Global Institute. He was chairman of the independent Commission on Growth and Development, an international body that from 2006-10 analyzed opportunities for global economic growth, and is the author of The Next Convergence: The Future of Economic Growth in a Multispeed World.

AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. ECONOMÍA Y PANDEMIA ¿Cuándo terminará la crisis?

Por José Ángel Pérez García.
Licenciado en Economía Política.
Master en Relaciones Económicas y Relaciones Políticas Internacionales.
Investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial.

La tragedia de 2020

América Latina y el Caribe ha sido la región más golpeada por la pandemia de la Covid 19 y sus consecuencias económicas y sociales entre todas las regiones en desarrollo del mundo.

La caída económica de -7,7 % en 2020 (Cepal, 2020) que en valor representa una pérdida estimada en algo más de 1 billón de dólares (CIEM, 2021), ha estado acompañada por el aumento de la pobreza hasta 209,5 millones (34,7 % respecto a 2019) y la pobreza extrema hasta 82,6 millones (13,5 % respecto a 2019) (Cepal, 2019). A eso hay que agregar que la inequidad social([1]) profundizará su empeoramiento  entre 1 % y  2 % en 2020 (Cepal, 2020 a). El siempre sensible mercado de trabajo también ha sentido los duros efectos de la pandemia con una tasa de desempleo de 10,7 % que representa 44,1 millones de desocupados más en 2020 (CIEM, 2021), cuyo ascenso debe continuar en 2021.

En ese escenario ya muy difícil, en 2021 la pandemia ha arreciado sus efectos demoledores y al 20 de junio de ese año, la OPS reportaba 70,8 millones de casos confirmados de Covid 19 con 1,8 millones de fallecidos en nuestra región para una tasa de letalidad de 2,5 % (WHO, 2021 Y PAHO/WHO, 2021), un comportamiento que es más grave aún en los países que más pueden aportar al balance económico general de Latinoamérica (Brasil, México y Argentina) y en varias otras economías de mediano tamaño pero importantes en su conjunto como Colombia, Perú, Chile y Venezuela

 Los macronúmeros del primer trimestre del año en curso dejan una proyección ambivalente. Si bien en varios de los  países señalados el crecimiento interanual del PIB está en positivo, en valores sólo uno (Brasil) habría recuperado el nivel de pre pandemia aunque con alta incertidumbre presente para todo el año y muchos desafíos por vencer.

 La vacunación masiva de la población anti Covid 19 que es uno de los factores esenciales para controlar la pandemia y tirar hacia abajo la curva de contagios y muertes -aspecto en el que coinciden los especialistas- no está dejando buenos saldos. En esa materia, la situación de nuestra región es desfavorable.

 Carissa Etienne, directora de la OPS dijo que al 18 de junio que sólo “1 de cada diez personas en Latinoamérica y el Caribe habían completado su esquema de vacunación en un contexto (las Américas) donde la semana entre el 11 y el 18 de ese mes se habían registrado 1,1 millón de nuevos contagios y 31 mil decesos” (Etienne, 2021).

 La experiencia internacional de los países que ya terminaron el ciclo completo de vacunación de su población, o avanzaron significativamente en ese aspecto y cumplieron -en parte o en todo- con lo que se identifica como inmunización de rebaño([2]), indica que es después de ese momento en que va disminuyendo gradualmente la curva de contagios, lo que tiene que ir acompañado por las medidas de bioseguridad, la disciplina y la responsabilidad personal y comunitaria.

Todo lo planteado sugiere que la normalización de las actividades económicas en la región no se alcanzará en el cortísimo plazo y esa meta se proyecta como gradual, sujeta a riesgos e incertidumbres globales, continentales, regionales, nacionales y hasta comunitarias. No necesariamente va a ser lineal (predominio del ascenso), ni homogénea, sino todo lo contrario, o sea, que todos los países no avanzarán al mismo tiempo, ni al ritmo. La pandemia entró en todos los países latinoamericanos y caribeños casi al unísono (marzo de 2020), pero nadie sabe cuándo se va a salir de ese azote, y junto a eso cada vez gana más credibilidad la hipótesis de que la Covid 19 quedará como endemia en Latinoamérica y el Caribe.

 La conjugación de un conjunto de factores entre los que figuran las deformaciones estructurales de la región (patrón primario exportador extractivista), la alta dependencia externa, la estrechez financiera, la baja productividad, la debilidad institucional estatal en varios países producto de décadas de neoliberalismo, junto a la desaceleración prolongada de la economía desde 2011 que devino dos caídas consecutivas en 2015 y 2016 (-0,2 % y -1,2 %) y débiles tasas de crecimiento entre 2017 y 2019  (en promedio por debajo de 1 %) (Cepal, 2020), hacía ya muy complejo el comportamiento económico de la región desde antes de la pandemia. A eso hay que agregar los impactos de cinco crisis globales en pleno desarrollo([3]).

 La Cepal estuvo muy atenta a esos problemas y en sus publicaciones desde 2018 vino destacando -y alertando a los decisores de política- sobre los desafíos (estructurales, coyunturales, internos y externos) que ya enfrentaba la región, lo cual fue más enfático en 2019.

 En el Balance Preliminar de las Economías de Latinoamérica y el Caribe de  ese año, cuando nadie imaginaba siquiera el brote del nuevo coronavirus (Sars-Cov-2), devenido pandemia (Covid 19) por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el 11 de marzo de 2020,  esa entidad precisaba que, “aunque en 2020 se alcanzara un crecimiento de 1,3 % el sexenio 2014-2019 será el de menor crecimiento económico en la región (0,4 %) en los últimos 50 años, en un contexto global de bajo dinamismo y creciente vulnerabilidad del que no se esperan impulsos positivos significativos” (Cepal, 2019).

 La pandemia impactó sobre Latinoamérica y el Caribe mediante cinco canales de trasmisión que son la disminución de la actividad económica -o caída- de los principales socios comerciales([4]). La caída de los precios de los productos primarios, la interrupción de las cadenas globales de valor, la menor demanda de servicios de turismo y la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales.

 Desde abril de 2020 la Cepal le dio estrecho seguimiento a los múltiples impactos de la Covid 19 -económicos, comerciales, financieros, sociales, fiscales, científico-tecnológicos- en nuestra región mediante los Informes Especiales sobre Covid 19, y si bien ponderó la heterogeneidad de las economías y la posibilidad de diferentes capacidades de impacto y respuestas, nunca desconoció la gravedad de la crisis múltiple que estaba instalándose aceleradamente.

 En julio de ese año esa entidad pronosticó que la caída anual podría ser de -9,1 % (Cepal, 2020 b), después de estar revisando a la baja desde abril las proyecciones de crecimiento económico para 2020.

 Por trimestres en 2020, el peor desempeño se registró en el segundo y el tercer trimestres -sobre todo el segundo- y entre los meses más dramáticos en ese año, sobre todo en países de Sudamérica, figuran de abril a julio con escenas dantescas en particular en Ecuador, Brasil, Perú y Bolivia. Si bien el  azote de la Covid 19  fue duro en todas partes, en esos países colapsó rápido la red pública de salud, las capacidades hospitalarias, los insumos y equipos médicos necesarios para enfrentar la enfermedad y la red de servicios funerarios y servicios necrológicos.



Un ataúd espera ¿abandonado? fuera del lugar donde debería tener lugar el servicio funerario ante el colapso de esos servicios en Brasil a mediados de 2020.

La foto fue tomada por periodistas de la Voz de las Américas, una de las entidades periodísticas más fieles al sistema capitalistas en las Américas. Otras fotos -lamentables como esta- podrán constatarse al final de este trabajo.

Agobiados por los problemas de la sobrevivencia ya desde antes de la pandemia -deudas, desempleo, salario real, inseguridad ciudadana, violencia- y las crisis asociadas a ese evento sanitario, la memoria histórica de los latinoamericanos suele ser corta, por eso apelo a algunas fotografías tomadas por el lente de muchas cámaras para que no se olvide fácilmente lo que pasó y,  lo más importante ¿por qué paso?, lo cual no pueden captarlo del todo las cámaras. Otras fotos al final.

Sólo adelanto aquí que gran parte de la responsabilidad de la gravedad de la pandemia en Latinoamérica y el Caribe la tiene la doctrina neoliberal que impera en la mayor parte de esos países, sobre todo el patrón de acumulación, sea, lo que se conoce más como el modelo económico neoliberal, porque redujo la capacidad de todo lo público -incluido obviamente la salud- en función de maximizar el mercado y las ganancias.

Para no agotar al lector incorporo una tabla sobre ese asunto con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),  el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Banco Mundial (BM), tres entidades totalmente orgánicas del sistema capitalista global que nada tienen de progresistas; menos aún de socialistas.  

TABLA No. 1

COBERTURA UNIVERSAL DE SALUD EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE EN 2020. INDICADORES POR CADA  MIL HABITANTES Y PAÍSES SELECCIONADOS

 

Camas de hospitalización

Médicos

Enfermeras (os)

Argentina

5,0

4,0

2,6

Bolivia

1,1

1,6

1,6

Brasil

2,3

1,8

1,5

Chile

2,1

2,5

2,7

Colombia

1,7

2,2

1,3

Paraguay

1,3

1,4

-

Perú

1,6

1,3

2,4

Ecuador

1,5

2,0

2,5

Guatemala

0,6

0,4

0,1

Honduras

0,7

0,3

0,7

México

1,4

2,4

2,9

Panamá

2,3

1,6

3,1

República Dominicana

1,6

1,5

1,4

Media de A. Latina y Caribe

2,1

2,0

2,8

Media países OCDE*

4,7

3,5

8,8

FUENTE: OCDE/BIRF/WB. Health at a Glance: Latin America and the Caribbean,

                2020. París, 2020.

*Países altamente desarrollados de Europa, Estados Unidos y Canadá.

Es obvio que ante tamaño desamparo social y, sobre todo sanitario, la pandemia se cebó en países latinoamericanos como lo demuestran los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a inicios de junio de 2020.  

TABLA No. 2

AMERICA LATINA Y EL CARIBE. COVID 19 AL 8 DE JUNIO DE 2020

PAISES SELECCIONADOS

Países

Casos confirmados acumulados desde inicio de la pandemia

(Millones y miles)

Muertes acumuladas desde inicio de la pandemia

(Miles)

Tasa de Letalidad

(%)

Brasil

16,9 millones

474 414

2,8

Argentina

3,9 millones

  81 946

2,1

Colombia

3,5 millones

   92 496

2,6

México

2,4 millones

228 838

9,4

Perú

1,9 millones

186 757

9,4

Chile

1,4 millones

 30 104

2,1

Ecuador

432 739

 20 814

4,6

Bolivia

389 994

 15 892

3,9

Panamá

382 851

   6 404

1,7

Rep. Dominicana

392 988

   3 672

1,2

Guatemala

263 836

   8 331

3,2

Honduras

242 377

   6 493

2,7

FUENTE: PAHO. COVID 19. Region of the Americas Update. Washington D.C.

                 8 June, 2020.

El primer trimestre de 2021.Tendencias generales

Entrados ya en julio, ya estamos en el tercer trimestre del año en curso, pero a los efectos de los informes oficiales de las entidades estadísticas nacionales de Latinoamérica, los macronúmeros del segundo trimestre (abril-junio) aún no están listos, y al momento de redactar este trabajo, los informes no han salido. Es por eso que este trabajo aborda lo acontecido en lo económico hasta el primer trimestre de 2021.

En 2021, la dialéctica salud-mercado/costo-beneficio de la apertura económica transversalisa (igual que en 2020) las principales decisiones de la mayor parte de los decisores de políticas en Latinoamérica y el Caribe.

Como regla se advierte que la salud de la población va a la saga de los grandes intereses de los agentes económicos (trasnacionales y el propio Estado burgués). En unos casos el desescalamiento de las medidas restrictivas y la apertura económica va acompañada explícitamente de pronunciamiento temerarios como el caso del alcalde de Itabuna  (localidad brasileña de 200 mil habitantes) quien dijo el 9 de julio de 2020 que abriría la economía “muera quien muera”  y en otros con discursos menos furibundos, pero manteniendo políticas que favorecen lo económico por encima de la salud.

 Al primer trimestre de 2021, aun reconociendo la heterogeneidad estructural en lo económico de la región, y la situación sanitaria en los siete países que se consideran como los de más impacto en el balance económico global de Latinoamérica, todos entre los que aportan más estabilidad -y “calidad”- en las estadísticas (se excluye a Venezuela)([5]) , las tendencias generales de la economía que pueden delinearse del efecto de la Covid 19 apuntan a los siguientes rasgos.

En varios de los países señalados se alcanza “mejor tasa de crecimiento económico interanual e intertrimestral” (Brasil, Perú, Colombia, Chile y Argentina; México cayó), pero sólo en el primero los números reportados por la entidad de estadística oficial, o sea, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) sugiere que “retoma” el nivel económico de pre pandemia en cuanto a la producción en valores.

 A pesar de eso, y del tamaño de la economía brasileña, los resultados concretos del primer trimestre son poco sólidos, parciales y todos sujetos a grandes vulnerabilidades, incertidumbres y desafíos internos y externos. De hecho, ese país sigue siendo el epicentro de la pandemia en Latinoamérica desde que irrumpió a inicios de marzo de 2020.

 En casi todos los países señalados los sectores de mejor comportamiento interanual -y con frecuencia intertrimestral- son el agropecuario, pesca, acuicultura y silvicultura, indistintamente; telecomunicaciones e información debido a la opción de teletrabajo que algunos países han asumido, y manufacturas en una variada oferta y densidad tecnológica. Avanza también como tendencia la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) como % del PIB, excepto en Chile que crece muy poco (0,7 %) (BCCH, 2021).

 Se nota un avance pero no lineal en la demanda interna, en particular el consumo de las familias y los hogares con énfasis en la adquisición de alimentos que como tendencia apunta a crecer mejor que en 2020, pero con marcadas diferencias. Lideran en este punto Chile que según el Banco Central de ese país avanzó 12,3 % y México que con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas de ese país (Inegi) creció 4,4 %, pero cae ligeramente en Perú, Colombia  y Brasil (-1,7 %, -0,8 % y -0,5 %, respectivamente).

 Transporte de pasajeros y almacenamiento como regla continúan deprimidos (no así el de carga) debido a que las autoridades han tenido que retomar medidas restrictivas de movilidad en el trimestre enero-marzo del año en curso ante la profundización de los contagios, una de cuyas causas es la mutación del virus en Brasil que ha dado como resultado una cepa más contagiosa, que ha sobrepasado la frontera de ese país con otros nueve sudamericanos y llega hasta otros más lejanos.

 También se nota que las exportaciones de bienes y servicios no logran recuperarse, lo cual es expresión de la crisis de demanda externa que aún persiste a nivel global y en los principales socios comerciales de estos países. De hecho, las ventas al exterior caen -5,1 % en Chile pero en cambio aumentan las importaciones en 17 % (BCCH, 2021) lo que sugiere un desbalance comercial en ese país. Así mismo, las ventas externas se contraen -5,5 % en Perú y aumentan las compras externas 5,0% (INEI, 2021) también con desbalance comercial.

 En ningún caso se recuperan los índices sociales de pre pandemia (combate a la pobreza, a la pobreza extrema, la inequidad, desempleo, informalidad del empleo) todo lo contrario, hay un agravamiento muy serio de los costos sociales de la combinación de la crisis económica que ya veía instalándose (a nivel mundial y doméstica) y la pandemia.

 Los analistas coinciden en que la recuperación económica en las actuales condiciones en el mundo pasa por el control de la pandemia, lo que es aún una aspiración en la mayor  parte de los países en el entendido que desde inicios de 2021 se registran los peores números de la enfermedad como ya se precisó al inicio.

 En Latinoamérica la posibilidad para el teletrabajo es menor que en Europa o Norteamérica. Según la Cepal, el 21 % de la fuerza laboral en nuestra región podría trabajar desde su casa, mientras en Europa y Estados Unidos podrían hacerlo 40 %. Por otra parte, la formalidad es muy alta  (casi el 50 % en Argentina y Brasil y rondando el 70 % en México, Perú, Ecuador, Paraguay y Bolivia) y en consecuencia la protección social es considerablemente más baja. Por otra parte, la alta informalidad en la región agravada por la pandemia (casi 50 % en Argentina y Brasil y rondando el 70 % en México, Perú, Ecuador, Paraguay y Bolivia), complican el escenario  económico.

 A juicio del Centro de Estudios Latinoamericanos (Cesla) en general el PIB de Latinoamérica podría recuperar el nivel de 2019 hacia 2022, impulsado por la recuperación económica de Brasil cuyo PIB se espera crezca un 2% por encima del nivel pre pandemia. También hay expectativas de que incidan favorablemente los precios de las commodities, pero pesan en contra la expansión de la pandemia, la lentitud -e inequidad- de la vacunación, los límites para el teletrabajo, la alta informalidad laboral, el escaso margen de maniobra fiscal de los gobiernos, la alicaída demanda externa y la reanimación del turismo que se cree podría recuperarse hacia 2023-2024 (Cesla, 2021).

 El Cesla  pronostica que la economía de América Latina avanzará 5,2% este año, por encima del 3,2% previsto en enero, aunque su crecimiento dependerá del “moderado progreso en la vacunación, la relajación de las medidas de restricción y un aumento de los precios de las materias primas” (Cesla, 2021 a).

 Respecto del Caribe, donde la carga de casos de la Covid 19 ha sido relativamente más baja, se prevé una expansión de 4,7%, aunque las perspectivas para la mayoría de las economías que dependen del turismo se han revisado a la baja desde enero debido que la recuperación de ese sector aún es lenta (Cesla, 2021 a).

 Primer trimestre de 2021. ¿Cómo avanzan los “pesos pesados” de la economía latinoamericana?

 Con datos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) al primer trimestre del año en curso, la economía de Brasil creció 1,0% interanual  en el primer trimestre de 2021 (2 048 millones de millones de reales), la primera tasa positiva desde fines de 2019. Respecto al cuarto trimestre de 2020 el crecimiento fue de 1,2 % (IBGE, 2021) a pesar de ser el peor escenario pandémico de Latinoamérica y entre los más graves del mundo.

 Al 21 de marzo ese país acumulaba 11,8 millones de contagios de Covid-19 (5 585 por cada cien mil habitantes); 292 752 fallecidos (136,6 por cada cien mil personas) y una tasa de letalidad de 2,4 % (WHO, 2021 y PAHO/WHO, 2021).

 A juzgar por el informe oficial del IBGE del primer trimestre de 2019 y de igual período de 2021, Brasil habría recuperado ligeramente el volumen en valores del PIB de pre pandemia en el entendido que en 2021 reportó un producto de 2,0 trillones de reales en valores corrientes (IBGE, 2021) y en igual fecha de 2019 -había caído -0,2 %- y dijo contar con un producto estimado en 1,7 trillones de reales en valores corrientes (IBGE, 2019).

 La gravedad de la pandemia con  el impacto en el mercado laboral se constata  en un aumento del desempleo de 12,6% en el trimestre febrero-abril (comparada con 11,2% en el periodo noviembre-enero) y en total el país perdió 4,9 millones de puestos de trabajo, según datos ofrecidos por Rebeca Palis, coordinadora del área de Cuentas Nacionales del IBGE.

 El deterioro del nivel de empleo y la inflación explican la caída del consumo de hogares en -1,7 % interanual. El consumo de gobierno cayó -4,9 %   (IBGE, 2021) Eso demuestra que las autoridades continúan poniendo la economía por encima de la salud de la población, política que ya se apreció desde mediados de 2020.

 La vacunación avanza lenta y con intermitencias. Según datos oficiales, el 14,7 % de la población vacunable en el país ya hizo el ciclo completo de la vacuna que se la aplicó. Si se tiene en cuenta a toda la población de Brasil, ese porcentaje se reduce a sólo el 11 % de sus habitantes. Fuentes locales afirman que esa cifra es muy baja, tras casi cinco meses de haberse iniciado la campaña de vacunación en la nación sudamericana (https://www.swissinfo.ch/spa/coronavirus-brasil. 9 junio, 2021).

.A pesar de las incertidumbres  -internas y externas-  que en este momento pesan sobre la economía, el gobierno de Brasil elevó de 3,2 % a 3,5 % la proyección de crecimiento del PIB para 2021 aupado por el "buen resultado" de la actividad económica en el primer trimestre (https://www.efe.com/efe/america/economia).

 La previsión del gobierno brasileño está en línea con la del mercado financiero, que estima que el PIB tendrá un incremento del 3,4 % en 2021, y se acerca a la del Banco Central de ese país que en marzo estimó un aumento del 3,6 % para el  año en curso.

 Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas de México (Inegi) al primer trimestre de 2021 el PIB continuó cayendo interanual (-2,8 % a precios de mercado de 2013), aunque respeto al cuarto trimestre de 2020 haya tenido lugar un magro crecimiento de 0,8 %. Por grandes sectores de la actividad económica el sector terciario, que es el más importante en la economía mexicana, (comercio, transporte, almacenamiento, correos, información y múltiples modalidades de servicios) cayó -4,0 %, en tanto el sector secundario (minería, actividad petrolera y no petrolera, generación eléctrica, agua y gas) se contrajo -2,7 %. Sólo avanzó 2,8 % el sector primario (agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, caza y pesca) (Inegi, 2021).

 Los componentes de la actividad económica que más cayeron fueron los servicios de alojamiento, bebidas y alimentos (-33,3 %), seguido por el transporte, correos y almacenamiento (-12,7 %) y servicios financieros y de seguros (-7,2 %). En el sector secundario cayeron los  componentes petrolero y no petrolero (-2,8 % y -2,6 %, respectivamente), y sólo creció 2,7 % la minería, en tanto la agricultura y otras actividades primarias crecieron en su conjunto 2,8 % (Inegi, 2021).

 En valores (pesos mexicanos de 2013) según cifras desestacionalizadas la actividad económica total fue estimada en 17 500 millones (Inegi, 2021), ligeramente por debajo del mismo período de 2020 (en torno a los 18 mil millones) (Inegi, 2020), pero inferior al cuarto trimestre de 2019, cuando el PIB estaba ligeramente por encima de los 18 500 millones de pesos de pesos (Inegi, 2019).

 Eso significa que en los tres primeros meses de 2021 no se ha recuperado el nivel económico de pre pandemia. Los especialistas coinciden en que México demorará varios años para recuperar ese nivel. Para Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Base “a México le va a tomar, en el mejor de los escenarios, aproximadamente  4 años recuperar el Producto Interno Bruto que tenía antes de la crisis del Covid 19 debido a que fue uno de los países que más cayó en el segundo trimestre por falta de una política fiscal contracíclica” (Siller, 2021).

 A partir de los informes de la OMS y la OPS, México acumulaba 2,1 millones de contagios (1 696 por cada cien mil habitantes) y casi 198 mil decesos al 21 de marzo de 2021 (153,0 por cada cien mil personas) para una tasa de letalidad de 9,0 % que es las más alta de las Américas y entre las más altas del mundo (WHO, 2021 y PAHO/WHO, 2021).

 Apoyados en la vacunación realizada hasta este momento (11,7 millones de vacunas aplicadas) que representa el 10 % de toda la población mexicana, los avances que se podrían alcanzar hacia los próximos trimestres en ese aspecto, y los positivos impactos que se esperan en lo económico, junto a la esperada mejoría de la actividad económica en Estados Unidos, la expectativa de crecimiento económico de México para 2021 es de 5,1 % (El Financiero).

 El Informe Técnico del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina (Indec) de marzo de 2021, reporta que al primer trimestre del año en curso el Estimador Mensual de la Actividad Económica  (Emaec)  registró un crecimiento interanual de 2,4 % (-0,2 % respecto a febrero). En ese resultado intervinieron de manera positiva ocho de los sectores que conforman el citado estimador. Destaca la pesca que creció 59,2 %; la construcción que avanzó 44,1 %, las industrias manufactureras 28,9 %, siendo estas las que más aportaron al crecimiento económico en ese período con 4,5 %. Otro sector de buen comportamiento fue el comercio mayorista, minorista y las reparaciones que avanzaron 23,1 % (Indec, 2021).

 Si bien el comparativo interanual en 2021 es favorable,  el punto de referencia de pre pandemia (cuarto trimestre de 2019) refleja una caída interanual de -1,1 %, lo que sugiere que la economía argentina venía ya con problemas desde antes de la irrupción del Covid-19.  En valores el avance económico del primer trimestre del año en curso (648 176 millones de pesos a precios constantes de 2004) (Indec, 2021) no supera el registro del cuarto trimestre de 2019 que fue de 692 030 millones de pesos (Indec, 2019).

 Los especialistas coinciden en que es de esperar un rebrote del crecimiento de la economía en 2021 después del frenazo que sufrió la actividad económica en 2020 (caída de -9,9%), lo que no necesariamente debe ser identificado como crecimiento real de la actividad económica.

 Las proyecciones oficiales -y privadas- de crecimiento que releva el Banco Central de la República Argentina  ubican el aumento del PIB real de 2021 en 6,7 %. Ahora bien, las mejoras de los últimos meses de 2020 partían de niveles muy bajos en el segundo y tercer trimestres y según los funcionarios del banco dejan un “hueco” de más de cinco puntos porcentuales para 2021, de lo cual se desprende que, en realidad, el crecimiento real esperado para este año va a ser pobre y, probablemente, se vuelva imperceptible para la mayoría de los argentinos.

 El otro gran tema -y principal foco de la política económica- es la inflación, sobre todo teniendo en cuenta sus efectos sobre el poder adquisitivo -y el salario real- de los consumidores. El ritmo de avance de los precios se mantuvo contenido durante 2020 en el marco de la recesión económica y de las políticas de congelamiento y control de precios y tarifas impulsadas por el gobierno, pero la inflación fue de 53,8% anual (diciembre 2019) y de 36,1% de 35,2 % en diciembre 2020 según la Cepal.

 Este panorama de bajo crecimiento real, presión inflacionaria, la pandemia que no cesa([6]) y la baja generación de empleo, es muy probable que incida negativamente en lo económico a pesar del optimismo de algunas entidades oficiales.

 ¿Y cómo van las economías de “mediano porte”?

 En Perú en un contexto de agravamiento de los números de la pandemia, la economía al primer trimestre de 2021 creció 3,8 % interanual (0,0 % intertrimestral) (INEI, 2021) como resultado de la flexibilización de las medidas restrictivas y determinado apoyo a las familias para incentivar el consumo y saldar cuentas pendientes y a las empresas.

 Los resultados del primer trimestre (130 173 millones de soles) (INEI, 2021) aún no recuperan el nivel de la actividad económica de igual período de 2020 (172 846 millones de soles con año base de 2007) (INEI,  2020), menos aún los registros del cuarto trimestre de 2019 que con una tasa de crecimiento de 1,8 % intertrimestral, alcanzó una producción en valores de 140 054 millones de soles (INEI, 2019). No obstante eso, los estimados de crecimiento anual apuntan a un avance de 10,3 % en 2021 (Cesla, 2021).

 Expectativas al margen, el costo humano de la expansión económica del primer trimestre de 2021 se constata al 21 de marzo de 2021 en 1,4 millones de contagios desde inicios de la pandemia (4 402 por contagiados cada cien mil habitantes, más de medio millón de muertes (151,3 decesos por cien mil personas) y una tasa de letalidad de 3,4 % que es más alta que el promedio de las Américas y el mundo (WHO, 2021 y PAHO/WHO, 2021).

 En Colombia, a pesar de los macronúmeros favorables que reporta el Departamento de Administración Nacional de Estadísticas (DANE) al primer trimestre del año que transcurre, la actividad económica registró un crecimiento de 1,1% interanual (DANE, 2021) debido, principalmente, al repunte de febrero y marzo que se explica por el levantamiento de las medidas restrictivas, que en los meses previos afectaron la movilidad y la recuperación de varios sectores de la economía.

  No obstante el optimismo que ha generado el resultado económico del primer trimestre, Jorge Iván González, economista de la Universidad Nacional de Colombia y Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, llamaron a moderar el optimismo en el entendido que ese crecimiento se basa en niveles muy bajos de actividad durante cuatro trimestres y que el aumento tan grande de contagios por Covid-19, junto a las manifestaciones de protesta por el ajuste fiscal del presidente Duque  y los bloqueos de carreteras pueden minar la reactivación económica.

 Si bien en el primer trimestre de 2021 el PIB se estima en 208,7 mil millones de pesos colombianos (series encadenadas de volumen con año de referencia 2015), siendo superior en unos 2,2 millones  al alcanzado en igual período de 2020, esa cifra evidencia que no se alcanza el nivel de pre crisis (223 379 mil millones de pesos (BR, 2019).

 Según el Banco Central de Colombia (BCC) los resultados del primer trimestre de 2021 -mejores que lo previsto-, el incremento de los precios del petróleo y otros productos de exportación, junto con el aumento esperado del gasto público en el presente año, explican un alza en el pronóstico de crecimiento económico de esa entidad para el país en 2021.

 A tenor con lo planteado y el performance económico del primer trimestre, el BCC proyecta un crecimiento del PIB “en  un rango de entre 3 % y 7 % con 6 % como cifra más probable, en comparación con la estimación previa que daba un crecimiento de entre 2 % y 6 % con 4,6 % como más probable” (BCC, 2021).

 En una posición más equilibrada Hernando Vargas (gerente técnico del Banco de la República) opina que la economía colombiana volvería a los niveles previos a la pandemia a partir de 2022, aunque advirtió que aún hay incertidumbres serias por el rebrote de la Covid y el impacto de las protestas, que pueden minar el comportamiento económico del segundo trimestre de 2021 (Revista Semana, 2021).

 Al 21 de marzo se acumulaban en ese país 2,3 millones de contagiados -4 568 por cada cien mil habitantes-, 61 700 muertos -121,4 por cada cien mil habitantes- y una tasa de letalidad de 2,7 % (superior a la de las Américas y el mundo) (WHO, 2021 y PAHO/WHO, 2021).       

En Chile, con informes oficiales del Banco Central de ese país al primer trimestre de 2021 la economía creció 0,3 % interanual (3,2 % intertrimestral) favorecida por la pesca que tuvo un buen desempeño con un crecimiento de 15,8 %, seguida por el comercio y las comunicaciones e información que avanzaron 12,3 % y la demanda interna que creció 6,7 %, en particular el consumo de hogares (4,9 %) (BCCH, 2021).

 Aun así, el PIB no minero avanzó sólo 0,9 % afectado por el pobre crecimiento de las actividades ya señaladas en el párrafo anterior y la caída de la construcción (-10,2 %) reflejo principalmente de una menor edificación de inmuebles y de obras de ingeniería que también cayeron;  restaurantes y hoteles cayó -0,5 % debido al rebrote de la Covid-19 entre enero y marzo, igual los servicios empresariales (-0,3 %) y el transporte. Este último sector cayó -6,1 %, siendo las mayores incidencias el transporte aéreo y terrestre de pasajeros que se vio limitado por la agravación del entorno pandémico, no así el transporte terrestre de carga y los servicios asociados a este que aumentaron (BCCH, 2021).

.La minería que es uno de los sectores más importantes de la economía chilena cayó y provocó que el PIB minero registrara una contracción de -2,1 %, lo que está asociado a una más baja producción de cobre en importantes yacimientos del país y a una disminución del personal en faena debido a la emergencia sanitaria.

Al 21 de marzo de 2021 Chile acumulaba 931 939 casos conformaos de Covid-19 (4 839,3 por cada cien mil habitantes) y 22 279 muertes (116,0 por cada cien mil habitantes) para una tasa de letalidad de 2,3 % (WHO, 2021 y PAHO/WHO, 2021).

 Así “avanza” Latinoamérica en los atisbos de una retoma de la actividad económica que apunte a un crecimiento sólido, pero que está preñado de incertidumbres, riesgos, desafíos y límites, sobre todo estructurales y fiscales, y también límites externos en el entendido que la deuda externa ha crecido significativamente[7], la recuperación económica de los principales socios comerciales no es homogénea y persisten los problemas para el comercio de bienes a nivel global.

 El Caribe estará a la espera de la recuperación del turismo internacional que los especialistas vaticinan gradualmente hacia 2024, aunque es previsible que desde antes de ese año los mejores flujos de turismo se desplacen hacia los destinos turísticos más seguros, que en las actuales condiciones son aquellos en los que se constate por loe mercados emisores una importante baja en la curva de contagios de la Covid 19.

 Bibliografía

 BCC, 2021. Banco Central de Colombia reduce a 3% su proyección de crecimiento económico para 2022 disponible en https://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/banco-central-de-colombia). 4 mayo, 2021.

 BCCH, 2021. Banco Central de Chile. Cuentas Nacionales de Chile. Evolución de la actividad económica primer trimestre de 2021. Santiago de Chile. Disponible en https://www.bcc.gov.cl.

 BR, 2019. Banco de la República de Colombia. PIB trimestral a precios constantes de 2015. Grandes ramas de la actividad económica. Datos corregidos de efectos estacionales y calendario. Cuarto trimestre de 2019, Bogotá. Febrero, 2020.

 Cepal, 2019. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe. Santiago de Chile, 2019. Disponible en https://www.cepal.org.

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 ______, 2020 a. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Informe Especial No. 1. América Latina y el Caribe ante la Pandemia del COVID-19. Efectos Económicos y Sociales. Santiago de Chile. 3 de abril, 2020.

 _______, 2020 b. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Informe Especial No. 5. Enfrentar los efectos de la COVID 19 cada vez mayores por una reactivación con igualdad; nuevas proyecciones. Comunicado de Prensa. Santiago de Chile 15 de julio, 2020. Disponible en https://www.cepal.org.

 Cesla, 2021.Centro de Estudios Latinoamericanos. Latinoamérica, economía y pandemia. 17 Junio, 2021. Disponible en https://www.cesla.org. 

 _____, 2021 a. Centro de Estudios Latinoamericanos. Latinoamérica crecería en promedio un 5,2% este 2021. 10 de junio, 2021. Disponible en https://www.cesla.org. 

 CIEM, 2021. Centro de investigaciones de la Economía Mundial. Retos de la

 integración en América Latina y el Caribe en el contexto actual e implicaciones para Cuba. Proyecto PN211LH011-018. La Habana. Mayo, 2021.

  DANE, 2021. Departamento de Administración Nacional de Estadísticas de Colombia. Boletín Técnico. Producto Interno Bruto. I trimestre, 2021. Bogotá.14 de mayo, 2021. Disponible en https://www.gov.co.

 Etienne, 2021. Carissa Etienne, directora de la OPS. Comunicado de Prensa Washington D.C. 18 de junio, 2021. Disponible en https://www.paho.org.

 IBGE, 2019. Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas. Gerencia de Cuentas Nacionales. Sao Paulo. 30 de mayo, 2019. Disponible en https://agenciadenoticias.ibge.gov.br.

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 IMF, 2021. International Monetary Fund. World Economic Outlook. Washington D.C. April, 2021. Disponible en https://www.imf.org.

 Indec, 2019. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina.   Informe de Avance del Nivel de la Actividad Económica al Cuarto Trimestre de 2020.  Informes Técnicos No. 4 Volumen 4. Buenos Aires. Marzo, 2020. Disponible en https://www.indec.gov.ar.

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 INEI, 2019. Instituto Nacional de Estadísticas e Informática de Perú. Producto Interno Bruto Trimestral. Cuentas Nacionales. Año base 2007. Comportamiento de la Economía Peruana al Cuarto Trimestre de 2019. Informe Técnico No. 01. Febrero, 2020. Disponible en www.inei.gov.pe.

_____, 2021. Instituto Nacional de Estadísticas e Informática de Perú. Producto Interno Bruto Trimestral. Cuentas Nacionales. Año base 2007. Comportamiento de la Economía Peruana al Primer Trimestre de 2021. Informe Técnico. No. 02. Mayo, 2021. Disponible en www.inei.gov.pe.

Inegi, 2019. Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas de México. Comunicado de Prensa No. 292. Ciudad de México. 24 de mayo, 2019. Disponible en https://www.inegi.gov.mx.

 _____,2021. Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas de México. Comunicado de Prensa No. 323. Ciudad  de México. 26 de mayo, 202. Disponible en https://www.inegi.gov.mx.

WHO, 2021 y PAHO/WHO, 2021. Panamerican Health Organization/World Health Organization COVID-19. Region of the Americas Update. Washington D.C. 20 June , 2021. Disponible en https:/www.paho.org.

 Revista Semana, 2021. Macroeconomía. 11 abril, 2021 disponible en https://www.semana.com.

Siller, 2021. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Grupo Financiero Base. México D.C. Disponible en https://www.forbes.com.mx. 27 agosto, 2020.

 Fotografías de los meses, semanas y días de 2020 en los que la Covid 19 dejó al descubierto el desamparo público en países de Latinoamérica

 ¡ COMO PARA NO OLVIDAR NUNCA !

 


Cadáver  de Covid 19  abandonado en pleno corredor en la Ciudad de Guayaquil, Ecuador (Reuters).

 


En una sala improvisada para atender pacientes de Covid 19 en Brasil, al lado de un paciente aún con vida, yacen dos cadáveres envueltos en bolsas negras que nadie ha retirado y varias bolsas (color azul) donde presumiblemente hay desechos de tratamiento de Covid (CNN. Diario AS).

 


Féretro  en el patio de una casa en Guayaquil a la espera de que alguien lo lleve a enterrar a un cementerio (Tomado de publico.es)

[1] La inequidad social se mide por el Indice de Gini donde cero (0) es máximo de igualdad social y 1 es máximo de desigualdad social.

[2] La idea de la inmunidad de rebaño consiste en que, cuando mucha gente es inmune a una enfermedad contagiosa, generalmente a través de vacunarse contra esa enfermedad, es más difícil que esa infección contagie a la comunidad.

[3] Crisis ambiental, cambio climático, crisis energética, crisis alimentaria y nutricional y crisis hídrica. 

[4] Estados Unidos y la Zona del Euro cayeron -3,5 % y -6,6 %, respectivamente y sólo China creció 2,3 % (IMF, 2021). 

[5] Lamentablemente, no hay estabilidad en los informes macroeconómicos oficiales  y no se encuentran actualizados los macronúmeros. 

[6] En Argentina al 21 de marzo de 2021 se registraban 2 241 739 casos confirmados de Covid 19 desde inicios de la pandemia (4 945 por cada cien mil habitantes) y 54 517 muertos (120,5 por cada cien mil habitantes). La tasa de letalidad era de 2,4 % y la tasa de recuperación de 90,9 %) (PAHO/WHO, 2021). Hasta el 5 de junio habían sido aplicadas 13 984 755 vacunas (fundamentalmente Sputnik V) en toda la nación argentina; 3 014 525 personas habían recibido las dos dosis de ese inmunógeno (https://www.argentina.gob.ar/noticias/avanza-el-plan-de-vacunacion). 5 de junio, 2021. 

[7] En 2019 la deuda externa total de Latinoamérica y el caribe fue de más de 2 billones de dólares y (Cepal, 2020). Aunque en 2020 no se dio la cifra de endeudamiento para la región, es previsible que haya aumentado significativamente debido a que casi todos los países acudieron a las instituciones prestamistas del sistema capitalista en busca de préstamos para enfrentar la pandemia y sus impactos económicos.