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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 16 de mayo de 2020

LA REALIDAD DE LA COVID-19 TIENE UN SESGO PROGRESISTA

16 mayo, 2020 0 Pensamiento crítico,

Por Paul Krugman*


Tiendas cerradas en la ciudad de Nueva York. ANGELA WEISS / AFP

Los principales expertos del Gobierno de Estados Unidos advirtieron el pasado martes de que la covid-19 no está ni mucho menos bajo control, y que el alivio prematuro del distanciamiento social podría tener consecuencias desastrosas. Hasta donde yo sé, su opinión la comparten casi todos los epidemiólogos.

Pero predicaban en el desierto. Está claro que el Gobierno de Trump y sus aliados ya han decidido que vamos a reabrir la economía, independientemente de lo que digan los expertos. Y si los expertos tienen razón y esto provoca un repunte de los fallecimientos, la respuesta no será replantearse la política, sino negar la realidad.

De hecho, las teorías conspiranoicas sobre el virus —insistir en que las muertes por covid-19 se han exagerado mucho y puede que trasluzcan una enorme conspiración médica— ya están muy extendidas en la derecha. Y podemos esperar que proliferen más en los próximos meses. Por un lado, este giro de los acontecimientos no debería sorprendernos. Hace tiempo que la derecha estadounidense rechazó la política basada en las pruebas y se decantó por las pruebas basadas en la política, o sea, negar los datos que puedan interponerse en el camino de un programa político predeterminado. Hace ya 14 años que Stephen Colbert soltó su famosa ocurrencia de que “la realidad tiene un conocido sesgo progresista”.

Por otro lado, sin embargo, la decisión de la derecha de hacer caso omiso de los epidemiólogos es políticamente mucho más temeraria que otras negaciones anteriores de la realidad. Como muchos han señalado, la nueva estrategia de la derecha para afrontar esta pandemia —o, más exactamente, no afrontarla— sigue muy de cerca el planteamiento de siempre del Partido Republicano para abordar el cambio climático: no está pasando, es una farsa perpetrada por científicos progresistas y, además, hacer cualquier cosa al respecto destruiría la economía.

En efecto, las manifestaciones de las últimas semanas contra el confinamiento parecen haber sido organizadas en parte por la misma gente y los mismos grupos que llevan décadas negando el cambio climático. La conspiración sobre el virus nos recuerda también las diversas teorías de complot que proliferaron durante la época de Obama. Los conspiranoicos de la inflación insistían en que el Gobierno ocultaba la verdad acerca de una inflación desbocada; los conspiranoicos del desempleo, entre ellos un tipo llamado Donald Trump, insistían en que la mejora constante de las cifras de empleo era un bulo.

Pero las afirmaciones falsas acerca de la economía en la época de Obama no tenían ningún precio político. Y, deplorablemente, tampoco lo tiene la negación del cambio climático; las consecuencias de esa negación avanzan demasiado lentamente como para que los votantes se centren en el inmenso daño que acabará provocando.

En cambio, la negación del virus podría volverse contra los republicanos en cuestión de meses. De hecho, en algunos lugares ya ha ocurrido. Gracias al efecto bandera, muchos líderes mundiales vieron aumentar sus tasas de aprobación a medida que la amenaza de la covid-19 se volvía evidente; la popularidad de Trump, que se pasó semanas negándola, solo experimentó un ligero repunte, pero ahora ha retrocedido. Dentro de Estados Unidos, los gobernadores que han tomado las medidas más duras para controlar la pandemia han sido recompensados con una aprobación muy elevada, mientras que a los que restaron importancia a la amenaza y presionan para reabrir la economía les va mucho peor.

Imaginemos ahora el rechazo —en especial, por cierto, entre los ciudadanos de más edad— si el intento de reanudar la economía conduce a una nueva oleada de infecciones. ¿Por qué, entonces, siguen Trump y compañía esta senda? Una respuesta es que miles de estadounidenses pueden estar a punto de morir por culpa del Dow Jones. Sabemos que Trump está obsesionado con el mercado bursátil y que su prolongada negativa a tomarse en serio la covid-19 tenía supuestamente mucho que ver con su creencia en que lo contrario perjudicaría a las cotizaciones. A lo mejor, ahora cree que pretender que la crisis está superada impulsará al alza las acciones, y que eso es lo único que importa.

Otra respuesta es que tal vez los republicanos crean de verdad que los ciudadanos con gorra roja y armados que se manifiestan contra el confinamiento representan al “Estados Unidos real”. Y hay de hecho estadounidenses que montan en cólera cuando se les pide que soporten cualquier incomodidad en nombre del bien público. Los sondeos indican que son una pequeña minoría, pero es posible que el partido republicano considere que esos sondeos son bulos.

Sin embargo, me gustaría insinuar que tal vez haya otra razón más para la peligrosa campaña en favor de la reapertura de la economía. Concretamente, que los republicanos en general, y Trump en particular, experimentan una profunda sensación de incapacidad.

Cuando las autoridades se topan con una crisis, se supone que se remangan y la afrontan: llaman a los expertos y diseñan y aplican una respuesta eficaz. Así respondió Obama al ébola en 2014. Pero al Partido Republicano no le gustan los expertos, y no tiene ideas políticas, aparte de la bajada de impuestos y la liberalización. De modo que no sabe responder a las crisis que no encajan en su programa político habitual. Trump, en particular, sabe hacer teatro político —mandar a Jared Kushner para que hable de cómo solucionar los problemas— pero no tiene ni idea de cómo hacerlo de verdad. Y pienso que, en el fondo, lo sabe.

Dada esta sensación de incapacidad, probablemente estaba cantado que Trump y sus aliados, tras un breve periodo aparentando tomarse en serio la covid-19, volverían a insistir en que todo va bien. Y es posible que, durante un tiempo, incluso consigan convencer a algunos votantes. Pero el coronavirus, al que le dan igual las tergiversaciones políticas, tendrá la última palabra.

Paul Krugman es premio Nobel de Econonía © The New York Times, 2020. Traducción News Clips


Conservas de frutas, vegetales y granos al alcance del pueblo en tiempos de COVID-19. Comentario HHC

LUBIA ULLOA TRUJILLO | FOTOS: ACN 

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Ciego de Ávila, 16 may (ACN) Producciones de frutas, vegetales y granos con destino a la venta a la población elaboran los colectivos de la Industria Conservera en Ciego de Ávila sin descuidar las medidas higiénico-sanitarias porque su labor resulta imprescindible en estos tiempos de COVID-19.
Noemí Iglesias Falcón, directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Conservas de Frutas y Vegetales en la provincia avileña, precisó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que trabajan para dos momentos: el actual que exige garantía de alimentos al pueblo, y para cuando se acabe la pandemia y la economía retome el ciento por ciento de sus actividades.
Todo lo que la Agricultura entrega es procesado, la mayor parte se distribuye inmediatamente en la red de tiendas del Ministerio del Comercio Interior y de las recaudadoras de divisas en Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, y la otra queda en existencia con cobertura para 45 días, con el objetivo de tener presencia en los mercados y garantizarle los suministros al Turismo, Educación y otros sectores, una vez que vuelvan a abrir, explicó.
En la fábrica de Majagua se preparan las condiciones para en los venideros días comenzar en formato doypack con las producciones de vitanova, sopa de tomate, tomate al 12 por ciento, katchup y jugo de tomate, señaló la directiva.
Con ese tipo de envase también elaborarán néctar de mango y guayaba, y jugo de piña, amplió Iglesias Falcón.
Actualmente-detalló- los majagüenses producen el puré de frutas, mermeladas ligeras y concentradas, jugos y néctares, y empaquetan mango fresco en bolsas de dos, tres y cuatro libras que se expenden al pueblo a través de Comercio y Acopio.
De igual manera entregamos pulpa de mango al lácteo y a las fábricas de helado de la Empresa provincial de Alojamiento, acotó.
Mientras, en la fábrica del municipio de Florencia trabajan la línea de grano con frijol, el cual después de cocido envasan en latas de medio kilogramo, y elaboran vegetales con la técnica de encurtido (marinado) mixto y sencillo, dijo la directiva.
Carlos Froilán Cárdenas Lleó, jefe de la unidad florenciana, detalló que preparan, además, mermelada de guayaba y de mango, dulce de fruta bomba, y muelen pimientos y cebolla para luego producir salsas y pastas, con destino a los mercados y a los centros de aislamiento que funcionan en tierras avileñas y espirituanas.

Comentario HHC:  Muy buena experiencia, con ello la  pérdida de lo que se siembra, que algunos estudios la sitúan en el 40 %, debe disminuir ostensiblemente . De eso se trata la industria conservera, debe de estimularse al máximo. Es absurdo dedicar tiempo, recursos humanos y financieros en obtener alimentos en la agricultura, para que después se pierdan. 
Cuba con la tierra que tiene disponible y  los casi 800 000 trabajadores que laboran en ese sector, era para que un por ciento importante pudiéramos producir el alimento necesario, no hay que importar casi nada. Y no lo digo yo, lo dice Fernando Rafael Funes Monzote, el jefe de la Finca Marta, el mismo que de un terreno lleno de piedras lo convirtió en una zona altamente ecológica y productiva, y sustentable para el medio ambiente y económicamente.
No por gusto Fidel en los últimos tiempos de su vida, lo visito y se intereso por la experiencia. La prensa lo ha divulgado, la pregunta es ¿ Por qué no se extiende en el pais, esta y otras experiencias similares ? ¿ Que lo traba?
Por otra parte la productividad de trabajo en nuestra agricultura es muy baja, baste decir que en los paises  que tiene desarrollada la agricultura solo ocupan el 2-3 % de la fuerza de trabajo activa  para producir alimentos, nosotros ocupamos el 17.5 % de la fuerza laboral e importamos alimentos entre el 75-80 % de lo que consumimos y gastamos unos 2 000 millones de dolares anuales (1) , el casi las dos tercera partes de los que ingresábamos con el turismo. 
Es decir tenemos todas la condiciones para producir alimentos suficientes y empezar a destinar parte del dinero que invertimos en importación de los mismos en desarrollo la agricultura, se trata de incentivos, organización eficiente de los procesos y voluntad.
En la década del 80 del siglo pasado, me acordaba que iba a los pequeños super de ese entonces y compraba latas de vegetales de diferentes variedades e incluso me acuerdo de una que consumía mucho  " Pollo a la Jardinera", que al principio pensaba que era cubana, pero cual fue mi decepción cuando descubrí que la mayoría del "laterio" de vegetales eran " búlgaras" ,y  nosotros 30 años después no somos capaces de producirla. No se trata de  comer de latas que tienen una parte de uso de conservadores que no son saludables en exceso, se trata de producir, conservar y mantener alimentos en ofertas de forma constante en los mercados, que no se acaben, y con ello nos evitaríamos las aglomeraciones de personas, los especuladores y organizadores de cola, etc etc no solo para estos tiempos de covid19, sino para siempre. 
Citas


En América Latina la pandemia ha desatado otra crisis del capitalismo dependiente

16 mayo, 2020 Por obsadmin 
Claudio Katz , economista argentino
» LA AGRESIÓN CONTRA LOS SALARIOS Y EL EMPLEO COEXISTE CON RESCATES QUE PRIVILEGIAN A LOS EMPRESARIOS » 1
La pandemia ya provocó en América Latina un drama mayúsculo en tres países (Brasil, Ecuador y Perú) y escenarios de gran peligro en otro grupo de naciones. El cuadro de situación cambia día a día y nadie sabe cuál será el impacto final de la infección. Hasta ahora el porcentual de fallecidos es inferior a Europa y Estados Unidos, pero la oleada de contagios no alcanzó su pico 2.
Como el coronavirus llegó más tarde, todos los gobiernos tuvieron cierto tiempo para implementar el distanciamiento social requerido para aplanar la curva de contagios. Esa medida fue rechazada o adoptada en forma tardía por los países que concentran el grueso de las víctimas 3.
VARIANTES DEL NEGACIONISMO
Bolsonaro es el responsable de una tasa explosiva de infectados y un ritmo desgarrador de muertes. Los contendores sustituyen a las morgues, las fosas comunes reemplazan a los cementerios y los aviones transportan ataúdes. En algunos sanatorios rige un protocolo para definir quién será sacrificado en la asignación de los escasos respiradores.
Este dantesco escenario es un efecto directo de la ausencia de prevención. Las escasas medidas de protección sanitaria fueron instrumentadas en forma caótica por los gobernadores. Bolsonaro mantiene la política criminal que Trump y Johnson debieron abandonar. Prioriza los negocios a la vida humana y minimiza la “gripecita”, mientras propicia actividades masivas e incentiva el funcionamiento corriente de la economía. Actúa como un psicópata en la presidencia que sonríe durante los paseos acuáticos, en medio del luto nacional imperante por el récord de 10.000 muertos.
Ecuador ha sido testigo de una crueldad equivalente. Guayaquil concentra el mayor número de casos per cápita de la región, con fallecidos recogidos en sus domicilios sin ninguna atención hospitalaria. Muchos cadáveres permanecieron en las calles hasta que la alcaldía habilitó una fosa común. Ni siquiera funcionaron los crematorios que cobran altas sumas por la recepción de los cuerpos. Lenin Moreno oculta la magnitud de las víctimas fatales y compite con Bolsonaro en su indiferencia ante la muerte.
En Perú el torrente de fallecidos aumenta en forma vertiginosa, a pesar de los controles y la inversión en reactivos. La incapacidad para implementar el distanciamiento social ha confirmado el rol insuficiente de los testeos. Un sistema sanitario desmantelado por años de maltrato neoliberal ha quedado desbordado por la masa de los contagiados.
Otras variantes negacionistas han descollado en el plano retórico. El ministro de salud de Chile convocó a desconocer las cuarentenas y su par de Bolivia se opuso a las campañas de prevención. Los gobiernos derechistas – que finalmente implementaron en forma parcial el confinamiento bajo la presión de las provincias o los municipios- intentan relajar o anular esa restricción. Colombia es un ejemplo de esa aplicación a regañadientes y en cuentagotas de la cuarentena.
El alto número de testeos y la baja mortalidad inicial en Chile contrastan con la gran aceleración de los contagios y el potencial desborde del sistema hospitalario. Piñera no puede desentenderse como Bolsonaro de la pandemia. Bajo el impacto de una gran rebelión popular debe simular preocupación por el avance de la infección.
OTRAS RESPUESTAS
Varios gobiernos de la región adoptaron medidas de protección sanitaria. En Argentina se introdujo una cuarentena muy estricta y temprana para preparar los circuitos sanitarios, bajo un inédito comando de los epidemiólogos. Estas medidas han permitido controlar hasta ahora la tasa de contagios, el número de fallecidos y las camas disponibles. En estos tres indicadores se verifica una abismal distancia con las cifras de Brasil, Ecuador o Perú.
Pero el peligro persiste en las zonas más vulnerables de los suburbios, las cárceles y los geriátricos. Además, la proporción de personal de salud infectado se ubica en un tope internacional y el número de testeos es muy bajo.
Cuba ofrece otro modelo de protección, basado en un sólido sistema sanitario. La población está preparada para lidiar con catástrofes periódicas (como los huracanes) y afronta la pandemia con una cuarentena parcial y normas específicas de atención de la enorme población adulta.
El sistema de salud público e igualitario de la isla permite ajustar los dispositivos, en un escenario económico muy deteriorado por el desplome del turismo y la retracción de las divisas. Estos logros son silenciados por los grandes medios de comunicación, que siempre elogian algún caso significativo (ahora Costa Rica) para ignorar los méritos de Cuba.
También llama la atención la rápida reacción del gobierno venezolano frente a la pandemia, en un contexto económico-social durísimo. Se ha logrado mantener aplanada la curva de contagios, mediante un método de control domiciliario y telefónico.
El gobierno utiliza la gran estructura de organismos populares (misiones, CLAPS) y el asesoramiento médico cubano. Ha conseguido un alivio, en el dramático escenario del bloqueo, la agresión externa, la dolarización informal de los altos ingresos y la asistencia social al grueso de la población. El país bombea un tercio del petróleo extraído en el pasado, en un marco de virulenta desvalorización de su principal producto de exportación.
En México la tasa de contagios y fallecidos se intensifica en un marco contradictorio. Las confusas declaraciones presidenciales al comienzo de la pandemia fueron seguidas por medidas de cuidado y vigilancia epidemiológica, pero sin cuarentena general. Se puso en práctica un sistema de testeo, alerta temprana y centralización del sistema sanitario. El gobierno explicita sus críticas a la destrucción neoliberal de la salud pública y a la mercantilización de un sistema que desatendió las enfermedades crónicas.
Existe además un foco de potencial contagio en las maquilas, que si no es contenido podría convertir a las ciudades fronterizas en la Lombardía de México. La decisión de proteger la vida de los operarios será puesta a prueba, frente a la presión estadounidense para forzar un retorno anticipado al trabajo en ese sector.
Nicaragua plantea un enigma. Allí no rige la cuarentena, ni los barbijos, ni los testeos. Tampoco se han aplicado políticas de distanciamiento social. El gobierno convoca a concentraciones masivas, propicia las actividades festivas y mantiene abiertas las fronteras. Además, un presidente ausente propone la lectura de la Biblia para lidiar con la pandemia, omitiendo todas las recomendaciones de los epidemiólogos. En ese escenario el número oficial de fallecidos es llamativamente bajo. Seguramente se podrá dilucidar en poco tiempo esa anomalía.
Muchos factores inciden en los distintos casos en la evolución general de la infección, pero las políticas de abandono o protección de la salud agravan o atenúan los contagios. La conducta de cada gobierno es determinante de esas consecuencias.
INDEFENSIÓN POR LA DEPENDENCIA
Como la demografía determina cursos muy variados hay que ser cuidadoso en las comparaciones con otras regiones. Al igual que en Medio Oriente o África, no se sabe aún si en América Latina la oleada más fuerte de coronavirus se ha demorado o pasará de largo.
La misma cautela se impone en los contrastes entre países. La desconexión con el exterior o las dificultades del transporte interno (resultantes del propio subdesarrollo) suelen actuar como barreras al movimiento de las personas infectadas. Algunos especialistas consideran, además, que la preexistencia de otras epidemias puede contrarrestar la expansión de las nuevas.
Lo único seguro es el atroz efecto de la pandemia, si alcanza en América Latina la magnitud observada en el hemisferio norte. La elevada urbanización de la región es sinónimo de pobreza, subalimentación y viviendas sin agua corriente. El hacinamiento y la dificultad para lavarse las manos impiden cumplir los requisitos básicos del distanciamiento social. En tres áreas críticas de la cuarentena -geriátricos, cárceles y femicidios- ya hay anticipos explosivos. La emergencia sanitaria empalma, además, con otras infecciones de gran impacto como el dengue.
El desamparo de América Latina salta a la vista en la magnitud de la brecha sanitaria. La inversión per cápita en salud no llega al 10% del gasto promedio en las economías avanzadas. Mientras que la OMS recomienda destinar el 6 % del PBI a la atención sanitaria, la media regional se ubica en 2,2 %. Las 8 camas de hospital por cada mil habitantes que propicia el organismo oscilan entre 0,3 y 2,2 en el país más poblado (Brasil) 4.
Estas carencias de larga data fueron agravadas por el desmantelamiento neoliberal de la salud pública. El abandono del principio de universalidad ha derivado en estructuras privadas de calidad para una minoría, en medio del generalizado colapso del sector público.
El deterioro en ese ámbito es monumental. No sólo faltan camas y respiradores para la emergencia, sino que los propios testeos han sido muy reducidos. Todos los países afrontan dificultades para importar los buscados reactivos, que los estados solventan luego de un ensayo de comercialización privada a altísimos precios 5.
La indefensión latinoamericana frente a la pandemia es un resultado de varias décadas de neoliberalismo, precedidas de una larga trayectoria de capitalismo dependiente. Esa condición impide erigir diques efectivos contra el contagio. La misma fragilidad se ha verificado frente a otras calamidades naturales. Cada terremoto, inundación o sequía provoca desastres humanitarios, en una región que ingresó al mercado mundial bajo la sombra de una infección mortal. La viruela introducida por los conquistadores europeos diezmó en muchas zonas al 70% de la población originaria.
El coronavirus ha puesto de relieve no sólo el inconmensurable desamparo que prevalece en comparación a las economías centrales. El contraste es también significativo con los países asiáticos. Se ha verificado una distancia sideral con Corea o Singapur en el manejo de reactivos, respiradores, hospitales o mecanismos informáticos de seguimiento de los contagiados. La pandemia ha retratado en forma dramática, el lugar que actualmente ocupa cada país en la división global del trabajo.
La propia geografía del virus confirma esas diferencias. La infección irrumpió en Asia que opera como el taller del mundo y concentra todas las tensiones contemporáneas de la urbanización, la globalización y la industrialización agropecuaria. América Latina ha sido receptora de los contagios, en su condición de región agobiada por la desposesión, el extractivismo y el drenaje de la renta. Soporta una calamidad externa y exhibe poca capacidad para lidiar con esa adversidad.
OTRA ESCALA DE LA CRISIS
Los pronósticos de derrumbe económico regional son aterradores. La CEPAL ya había modificado su previsión de una leve mejora del PBI en el 2020 (1,3%) a una contracción (1,8%) y ahora proyecta un desplome del 5,3%. Estimaciones muy semejantes de la debacle difunden el Banco Mundial (4,6%) y el FMI (5,2%) 6.
Esas cifras son equivalentes al derrumbe padecido durante la depresión de 1930 (5%) o en la Primera Guerra Mundial (4,9%). La magnitud de la regresión se verifica también en la comparación con la caída del 2009 (2%).
La gravedad de la crisis deriva de cuatro adversidades convergentes. Los precios de las materias primas se desploman, China frenará las compras de productos básicos, habrá escasez de divisas por la retracción conjunta del turismo y las remesas y el deterioro de las cadenas globales de valor afectará al enlace centroamericano.
El efecto social de esa tormenta ya se vislumbra en la previsible destrucción de 31 millones de empleos. La pesadilla de la pandemia para los trabajadores informales persistirá por la creciente pobreza que sucederá al aislamiento.
Una diferencia significativa con la crisis del 2009 es la abrupta reducción de la capacidad de endeudamiento regional. Todos los países cargan con los efectos del significativo incremento de la deuda pública, que en la última década saltó del 40% al 62%.del PBI. El costo relativo de la financiación se acentúa y circulan numerosas previsiones de un default generalizado.
Argentina afronta esa potencial cesación de pagos desde el año pasado. Ha forzado la prórroga de todos los vencimientos en moneda local, intenta postergar obligaciones con su principal acreedor (FMI) y discute con los acreedores privados un canje de títulos con quitas y exenciones en las erogaciones inmediatas.
La quiebra de las finanzas ecuatorianas es muy semejante. Su economía sobrevive con el respirador que administran los acreedores, mediante un continuado pago de intereses para refinanciar los vencimientos, que agiganta el pasivo y contrae las reservas.
En otros países predomina el efímero alivio generado por la renovación del endeudamiento. Pero la crisis actual ha desatado una acelerada emigración de capitales, que vacía por una ventanilla las divisas ingresadas por otros circuitos.
Varias economías latinoamericanas forman parte del pelotón de los emergentes que sufre esa dramática salida de fondos. Ese drenaje en el mundo ya alcanzó un monto que quintuplica las expatriaciones registradas en el 2009 (100.000 millones de dólares).
Ese turbulento contexto explica el creciente clamor por la condonación de la deuda latinoamericana. La petición no se limita al Papa Francisco y a un espectro de economistas consagrados. El propio FMI afloja el financiamiento general, anticipando una eventual escalada de cesaciones de pagos. La moratoria que dispuso el G 20 para los 76 países ultra-empobrecidos es irrisoria, pero expresa el mismo temor.
Tal como ocurre a escala global, el coronavirus detonó en América Latina una crisis precedente. Los últimos siete años de bajo crecimiento anticiparon la presencia de otra década perdida y la pandemia ha precipitado la eclosión de los desequilibrios acumulados en varios frentes.
En las finanzas impera una asfixia de pagos, en el comercio aumenta el desbalance, en la producción se confirman las carencias para proveer insumos sanitarios y todos los mercados internos sufren agudas contracciones. El coronavirus ha desencadenado otra típica crisis del capitalismo dependiente.
AGRESIONES Y RESCATES
Las clases capitalistas utilizan la pandemia para multiplicar sus agresiones contra los trabajadores. Cuentan con el sostén explícito de los gobiernos derechistas y aprovechan la pasividad de los mandatarios de otro signo.
En Brasil se han dispuesto suspensiones, reducciones de salarios y anulaciones de contratos. En Perú se autorizan licenciamientos sin compensaciones y en Ecuador despunta una mayor flexibilización laboral con despidos en la administración pública.
En Chile resucitaron una ley que desprotege a los asalariados y en Costa Rica se concertaron acuerdos para reducir el salario a la mitad. En Panamá el gobierno habilitó a los empleadores para cancelar los contratos laborales vigentes.
Algunos cínicos neoliberales afirman que esa contracción de los ingresos populares proveerá al fisco el dinero requerido para los gastos en salud. Recurren a cálculos arbitrarios para describir cómo la ausencia de austeridad estatal privó a los países de esos recursos 7.
Con ese razonamiento contra-fáctico divulgan estimaciones que no resisten la menor evaluación. Nadie sabe lo que hubiera ocurrido con otro manejo del gasto público, pero salta a la vista que el fanatismo neoliberal demolió un hospital tras otro.
En el campo opuesto los gobiernos enemistados con la derecha han intentado una gestión más equilibrada, disponiendo limitaciones a los atropellos capitalistas. En Argentina se anunció la prohibición de los despidos, pero sin ninguna acción para impedir las cesantías. En los hechos ha imperado la convalidación oficial de la pérdida de empleos o el apañamiento de las empresas que desacatan las normas. El chantaje patronal ya forzó un duro compromiso de reducción de los haberes.
Como ya ocurrió en todas las crisis precedentes ha reaparecido el protagonismo de los estados en el sostén de la economía. Frente a ese dato los neoliberales cajonean sus doctrinas de inutilidad del sector público o invariable reinado del mercado.
El socorro estatal en América Latina es muy inferior al prevaleciente en las economías centrales. Una estimación destaca que los auxilios fiscales promedian el 10% del PIB en Estados Unidos, el 14,5% en Alemania y casi el 20% en Japón. Pero sólo oscilan entre el 0,7% y el 3,5% en Argentina, Brasil y México 8. Otro cálculo considera que los paquetes dispuestos en los países metropolitanos rondan el 16,3% del PBI y apenas el 4,1% en América Latina 9.
En el marco de esa brecha la magnitud de los auxilios nacionales es muy variada. Chile, Perú o Colombia habrían lanzado planes más ambiciosos que Argentina, Bolivia o Ecuador, pero las cifras en danza son muy controvertidas. Las mediciones del programa fiscal argentino, por ejemplo, oscilan entre el 1% al 7% del PBI, confirmando que sólo dentro de algún tiempo se podrá contar con evaluaciones más nítidas.
Mucho más cristalina es la interpretación cualitativa del destino de los rescates. Todos los planes socorren a cuatro actores: los empresarios, los asalariados, la clase media y los precarizados. El sostén de las firmas se consuma a través de los bancos, que intermedian en la implementación de los auxilios estatales. Esa mediación introduce un filtro de calificación de los subsidios que obstruye, demora e incluso bloquea la llegada del crédito público. Los bancos están acostumbrados al negocio financiero de corto plazo (especialmente con títulos públicos) y no asumen riesgos en la emergencia actual.
A fin de evitar el cierre o la quiebra de las firmas, el estado se hace cargo también del pago parcial de los salarios, en función del tamaño y el grado de afectación de las empresas por la cuarentena. Para la clase media se han dispuesto alivios de erogaciones (alquileres, hipotecas, servicios) y créditos a bajas tasas de interés. Los planes asistenciales se han multiplicado, para proveer algún recurso a los pauperizados que perdieron abruptamente sus ingresos.
Pero aún se desconoce cómo se distribuyen los montos en circulación entre los cuatro destinos en juego. No se sabe qué porcentual subvenciona directamente a los capitalistas y qué porción recibe la población. No hay muchos estudios precisos sobre esa decisiva distinción. Una primera evaluación comparativa -que diferencia recursos con o sin contraprestación (deudas versus ayudas sociales)- estima que el plan argentino ofrece menos socorros a los empresarios que su contraparte brasileña. Pero ensaya una estimación muy provisional10.
En países como México -que arrastran la traumática experiencia de paquetes fiscales que enriquecieron a los capitalistas (Fobaproa-1995)- existe especial preocupación por evitar la repetición de esa estafa.
Otro problema a dirimir es el financiamiento de los rescates. Como en todos los países el freno de la economía ha desplomado la recaudación, se discute acaloradamente el sostén de los nuevos paquetes con emisión, endeudamiento o impuestos. Los neoliberales convocan a tomar préstamos, resaltando las bajas tasas de interés imperantes en el mundo. Perú, Colombia y Brasil ya optaron por ese camino. Pero son evidentes los enormes riesgos de esa captación crediticia en plena fuga de capitales.
En países como Argentina -que tienen cerrado el acceso al crédito internacional- se debate otra alternativa: un impuesto a las grandes fortunas. Ese tributo permitiría obtener los fondos requeridos para la emergencia (3800 millones de dólares), mediante una afectación mínima del patrimonio de 15 mil acaudalados.
La iniciativa ha desatado una feroz campaña de oposición derechista, que denuncia el carácter “inconstitucional”, “inédito” y “gravoso” de un tributo que cuenta con incontables antecedentes locales e internacionales. La pandemia no conmueve a los millonarios que privilegian sus fortunas al drama de la población.
Ese impuesto no representa ninguna carga significativa para los dueños de Argentina, que tributan muy poco y evaden cifras monumentales. Suelen ocultan en el exterior las tres cuartas partes de sus patrimonios por sumas equivalentes a todo el PBI del país.
Los poderosos exaltan el modelo chileno de donaciones. Ponderan el gesto filantrópico del principal grupo empresario (Luksic) que donó un millón de mascarillas. Suponen que esa insignificante migaja bastará para enmascarar la permisividad impositiva, ante las 119 familias que en ese país detentan fortunas superiores a cien millones de dólares.
EL SENTIDO DE LOS AUXILIOS
Los gobiernos han repetido la misma receta de intervención del 2009. En las economías centrales, esa política de generación de liquidez (quantitave easing) permitió salvar a los bancos de un inminente quebranto. Luego de proteger la gestación de ganancias privadas, los estados generalizaron la socialización de las pérdidas a través del gasto público. El mismo rescate en la actualidad involucra en mayor medida a las empresas y a la población que a los bancos.
La pandemia impone una paralización productiva que contrae los ingresos corrientes y desencadena cortocircuitos en las cadenas de pagos. Los estados intentan contener con subvenciones la bancarrota que sucedería a ese freno del nivel de actividad. Pero el socorro presenta más parecidos con las políticas contra-cíclicas de entre-guerra, que con el sostén de los bancos durante el 2008-09.
Muchos analistas destacan las analogías actuales con la economía de guerra. La similitud se verifica en la ruptura del circuito económico, la fuerte presencia de los ministerios y el direccionamiento del gasto. Pero la gran diferencia radica en la ausencia de un propósito destructivo. En las conflagraciones se demuelen recursos productivos y humanos y en la pandemia se intenta resguardarlos.
En lugar de organizar bombardeos, asaltos y capturas se busca descubrir una vacuna que neutralice la infección. Las empresas privilegiadas son laboratorios y no contratistas de pertrechos. Por esas razones, la crisis en curso genera desvalorizaciones masivas de capitales (valor de cambio), pero no necesariamente destrucciones físicas de las empresas (valor de uso).
En la crisis actual los estados intervienen regulando la oferta. La enorme suma de fondos inyectada en la economía no tiene contrapartida en depósitos, reservas o activos de la misma envergadura. Esos montos representan un adelanto de los impuestos futuros. Expresan lo que el sector público recaudaría a partir de las ganancias, rentas y salarios surgidos de esa recuperación.
De esas tres fuentes emergería la compensación de la monumental erogación actual. Ese adelanto presupone que la reactivación futura permitirá reingresar los fondos ya anticipados por la Tesorería. Pero si esa recuperación no se concreta en el lapso esperado, la marea de desvalorizaciones impactará sobre los créditos y las monedas emitidos por los estados.
Esta conceptualización del rescate permite contextualizar el debate en curso entre monetaristas y heterodoxos, sobre los peligros inflacionarios de la emisión actual. Lo ocurrido en el 2009 ya ilustró cómo opera una enorme expansión de la liquidez sin consecuencias inflacionarias. Esa experiencia podría extenderse al inminente marco de fuerte recesión y consiguiente presión deflacionaria.
La traslación de esos parámetros a América Latina no es automática y las consecuencias inflacionarias serían muy distintas para países que soportan (Argentina, Venezuela) o no padecen esa tensión (Brasil, Chile). Pero en todos los casos, el impacto del enorme gasto público sobre los precios está momentáneamente compensado por la gravedad de la depresión en ciernes.
Por esta razón la heterodoxia refuta acertadamente los fantasmas inflacionarios, que el monetarismo despliega para exigir ajustes. Este debate es muy semejante en Argentina, Brasil y México. Pero también es cierto que la eficacia contra-cíclica del gasto público estará condicionada por la duración e intensidad de la recesión.
El trasfondo de esos debates es el modelo económico en gestación para el escenario pos-pandemia. Los neoliberales trabajan para perfeccionar el esquema de apertura comercial, flexibilización laboral y privatizaciones, con algunos ingredientes de mayor estatismo. El neo-desarrollismo conservador propicia correcciones al mismo curso, mediante regulaciones comerciales y financieras. El social-desarrollismo alienta en cambio un giro radical basado en la redistribución del ingreso. La factibilidad de cada opción dependerá del resultado de grandes conflictos políticos que se avecinan.
RESUMEN
El hacinamiento y la pobreza pueden transformar a la pandemia en una tragedia mayúscula. El desamparo sanitario es dramático en comparación a los países más afectados por la infección y el negacionismo criminal multiplica los fallecidos. Los gobiernos derechistas priorizan los negocios y reducen las cuarentenas, en contraposición a las administraciones que privilegian la protección de la ciudadanía.
El coronavirus ha desencadenado otra crisis del capitalismo dependiente y la escala prevista de esa convulsión es aterradora. La agresión contra los salarios y el empleo coexiste con rescates que privilegian el socorro a los empresarios. La viabilidad de esos auxilios dependerá de la duración de la recesión y sus modalidades prefiguran distintos cursos de la economía luego de la pandemia.
NOTAS
1 Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz
2 Al 12 de mayo del total de 286.000 fallecidos en todo el mundo, 21.528 se localizan en América Latina y de 4.100.000 infectados hay 383.670 en la región. https://www.infobae.com /2020/05/12/
3 El número de infectados y fallecidos según los datos oficiales de cada país es el siguiente: Brasil (169.594 casos, 11.653 muertos), Perú (68.822 casos. 1.961 muertos), México (36.327 casos, 3.573 muertos), Chile (30.063 casos, 323 muertos), Ecuador (29.509 casos, 2.145 muertos), Colombia (11.613 casos, 479 muertos), República Dominicana (10.634 casos, 393 muertos), Panamá (8.616 casos, 249 muertos), Argentina (6.278 casos, 317 muertos), Bolivia (2.831 casos, 122 muertos), Honduras (2.100 casos, 116 muertos), Cuba (1.783 casos, 77 muertos), Guatemala (1.114 casos, 26 muertos), El Salvador (998 casos, 18 muertos), Costa Rica (801 casos, 7 muertos), Paraguay (724 casos, 10 muertos), Uruguay (711 casos, 19 muertos), Jamaica (505 casos, 9 muertos), Venezuela (422 casos, 10 muertos), Nicaragua (16 casos, 5 muertos) https://www.infobae.com /2020/05/12/
4 ¿Cuáles son los países que más invierten en salud? https://chequeado.com/el- explicador , Zibechi, Raúl. Una bomba a punto de estallar, 12-5-2020 // www.motoreconomico.com.ar
5 La carestía de los reactivos obligó a poner un tope a su cobro. Cada uno costaba según el país entre 70 y 420 dólares. ¿Cuánto cuesta un test de coronavirus en América Latina? 1-4- 2020 https://www.resumenlatinoamericano.org
6 https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19, mayo 2020. El FMI ve una «década perdida» en América Latina por el coronavirus, 16 abr. 2020 https://www.infobae.com/america/agencias
7 Alejandro Izquierdo; Martín Ardanaz. Cómo puede financiar América Latina el combate al virus, 15 abr. 2020, https://www.lanacion.com.ar
8 ¿Qué hacen los países frente a la pandemia de coronavirus? 16 abr. 2020, CENTRO CEPA, https://www.cronista.com/
9 Coronavirus: ¿cómo ayudó cada gobierno de América Latina al sector privado?, 25 abr. 2020, https://www.lanacion.com.ar
9 Coronavirus: ¿cómo ayudó cada gobierno de América Latina al sector privado?, 25 abr. 2020, https://www.lanacion.com.ar
10 Nicolás Oliva, Guillermo Oglietti y Mariana Dondo Latinoamérica y el COVID-19: ¿Movilizar recursos o gastar en la gente? 24 mar. https://www.celag.org/latinoamericagente/
BIBLIOGRAFÍA
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-Eric Nepomuceno.Bolsonaro, el genocida demente. 3 may. 2020 https://www.pagina12.com.ar/263446
-Elaine Bortone Mercadores da morte: a ação empresarial contra o isolamento social 7 abr. 2020 – https://esquerdaonline.com.br
-Mario Campaña El rebrote. 3 abril, 2020. https://rebelion.org/autor
-Iván Ruiz Delfina Arambillet Coronavirus: la Argentina es uno de los países que menos testeos hacen en la región 4 de mayo de 2020. https://www.lanacion.com.ar
-Sullkata M. Quilla Bolivia. Una dictadura que niega la pandemia. Abr 22, 2020 https://kaosenlared.net
-María Cristina Rosas, Coronavirus: medidas extraordinarias 17 mar. 2020 – http://americat.barcelona/
-Marco Teruggi Venezuela resiste: entre la pandemia y la agresión estadounidense https://notasperiodismopopular.com.ar
-Adrián Sotelo Valencia.El perverso mecanismo del corona-capitalismo en México. 28 abr. 2020 https://www.globalizacion.ca/e /
-José Luis Avendaño C. Llueve sobre mojado 01/05/2020. https://www.alainet.org.
-Fabián Medina Sánchez Nicaragua insólita: 12 abr. 2020. https://www.infobae.com/america/america-latina
-Sergio Kiernan. ¿La pandemia le pasó de largo o recién empieza? 2 may. 2020https://www.pagina12.com.ar/263251
-Rodrigo Quiroga Coronavirus: Argentina comparada – 25 abr. 2020 https://www.pagina12.com.ar/261982
-Arturo Guillén La crisis económica global del “coronavirus” y América Latina. https://www.clacso.org/
-Manuel Cabieses Donoso Millonarios detrás de las mascarillas. 20 de abril 2020 https://radio.uchile.cl
-Luiz Carlos Bresser-Pereira. País não tem presidente e devia emitir moeda na crise. 19.4.2020. http://www.bresserpereira.org.br/view.asp?cod=8057
-Coral Salvador , María Asensio , Lenin Antonio Mejía , Jesús Martín Salinas. El mapa que el coronavirus deja en México ·08/05/2020 https://www.elsaltodiario.com/mexico
-Gabriela Selser Nicaragua: “Entierros exprés” ponen en duda cifras de virus,12-5-2020 https://apnews.com/6c02f1103bfa9954522adec0b31d24a9
-La Nación. Coronavirus: la veloz reacción de Perú ante la crisis chocó con un sistema de salud ineficiente. 8-5-2020 https://www.lanacion.com.ar

La batalla económica y frente a la COVID–19 en la Cuba actual (I)

Por: José Luis Rodríguez

 
Gran parte de la flota aérea mundial en tierra. Se calcula que si la prohibición de viajes se prolonga por tres meses, la actividad turística en el Caribe en 2020 se contraería 25%. Foto: Reuters.
La economía mundial enfrenta en estos momentos una crisis sin precedentes. El estallido de la pandemia de la COVID–19 ha puesto en evidencia la crisis que se venía gestando en el modelo neoliberal que durante años se ha estado aplicando en las diferentes economías del mundo capitalista.
No se trata, pues, de que la emergencia sanitaria sea únicamente la causante del cataclismo que hoy afecta a todos los países sin excepción. Lo que esta pandemia está mostrando son las consecuencias del modelo capitalista actual y su incapacidad para superar las limitaciones que impone el mercado por encima de la existencia misma de la humanidad.
Como certeramente ha dicho Ignacio Ramonet en un ensayo reciente: “Todo está yendo muy rápido. Ninguna pandemia fue nunca tan fulminante y de tal magnitud. Surgido hace apenas cien días en una lejana ciudad desconocida, un virus ha recorrido ya todo el planeta y ha obligado a encerrarse en sus hogares a miles de millones de personas. Algo solo imaginable en las ficciones postapocalípticas.
“A estas alturas, ya nadie ignora que la pandemia no es solo una crisis sanitaria. Es lo que las ciencias sociales califican de “hecho social total”, en el sentido de que convulsiona el conjunto de las relaciones sociales y conmociona a la totalidad de los actores, instituciones y valores.
“La humanidad está viviendo –con miedo, sufrimiento y perplejidad– una experiencia inaugural. Verificando concretamente que aquella teoría del “fin de la historia” es una falacia… Descubriendo que la historia es, en realidad, impredecible.
“Nos hallamos ante una situación enigmática. Sin precedentes. Nadie sabe interpretar y clarificar este extraño momento de tanta opacidad, cuando nuestras sociedades siguen temblando sobre sus bases como frente a un cataclismo cósmico. Y no existen señales que nos ayuden a orientarnos… Un mundo se derrumba. Cuando todo termine la vida ya no será igual”. (1)
La sociedad cubana no escapa a esos impactos.
La evaluación preliminar de las consecuencias de la COVID–19 depende del escenario de afectación en tiempo e intensidad de la pandemia en Cuba y el mundo.
Dado el carácter abierto de nuestra economía, tiene una singular importancia examinar los impactos a que está sometida a partir de la evolución de la economía mundial.
De tal modo, y según los estimados más recientes del FMI (2), los pronósticos de la evolución económica mundial en este año llevarán globalmente a una caída del 3% en el PIB, con significativos impactos en EE.UU (-5.9%), la Unión Europea (-7%), Japón (-5.2%) y Rusia (-5.5%).
Se espera un crecimiento de solo un 1.2% en China y de 1.9% en la India, entre los países más grandes. En el caso de América Latina y el Caribe, el FMI pronostica una caída de -5.2%, similar al -5.3% previsto por la Cepal, donde todos los países –excepto Guyana– decrecen en 2020. (3)
Los impactos de la crisis a escala mundial se aprecian –además– en los pronósticos de caída de la inversión extranjera directa entre 30 y 40%; (4) la reducción del comercio mundial de entre 12.9 y 31.9%, según la OMC; (5) y la disminución de hasta 30% del turismo, (6) a lo que se añade que, según datos del Banco Mundial, se ha estimado un posible descenso del 19.7% en las remesas enviadas a los países de ingresos bajos y medios, (7) todo esto entre las consecuencias macroeconómicas más importantes identificadas hasta el momento.
En el caso de América latina y el Caribe, la CEPAL (8) identifica cinco canales por los que se prevé la mayor afectación en la región. Estos son:
–Disminución de la actividad económica de varios de los principales socios comerciales en las exportaciones de bienes de los países de la región. Las exportaciones de la región a ese destino podrían caer hasta 15% en términos de valor.
–Caída en la demanda de servicios de turismo, que impactaría más severamente en los países del Caribe. Se calcula que si la prohibición de viajes se prolonga por tres meses, la actividad turística en el Caribe en 2020 se contraería 25%.
–Interrupción de las cadenas globales de valor. Países que importan partes y bienes intermedios desde China para sus sectores manufactureros.
–Caída de los precios de los productos básicos (commodities), sobre todo para los países exportadores de materias primas en América del Sur.
–Mayor aversión al riesgo de los inversionistas, y empeoramiento de las condiciones financieras globales.
Estos canales están respaldando un pronóstico de impacto muy desfavorable para la región cuyos principales indicadores son:
1) Contracción de la actividad económica con una tasa de crecimiento del PIB negativa (-5.3%)
2) Aumento del desempleo, con una tasa en torno al 11.5% (un aumento de 3.4 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019). El número de desempleados de la región llegaría a 37.7 millones
3) Incremento de la tasa de pobreza, llegando a 34.7% (4.4 puntos porcentuales mayor que en 2019), lo que significa un incremento a 214.7 millones de personas en situación de pobreza (28.7 millones más que en 2019) y 83.4 millones de personas en pobreza extrema (13.5%).
Dicho escenario se agrava en un contexto de insuficiente coordinación supranacional, en el que los países no están desarrollando agendas comunes para el abordaje de la crisis.
Los Gobiernos están tomando –fundamentalmente– medidas económicas, fiscales y monetarias que implican aumentar el gasto social, bajar las tasas de interés, intervenir los mercados de tipo de cambio, suspensión de cobros de créditos bancarios, provisión de líneas de crédito para el pago de los salarios de las compañías y acciones para evitar el desabastecimiento de bienes básicos, entre otras.

(Continuará)

Notas
(1) Ver Ramonet (2020)
(2) Ver FMI (2020)
(3) Ver Cepal (2020)
(4) Ver Unctad (2020)
(5) Ver OMC (2020)
(6) Ver OMT (2020)
(7) Ver Banco Mundial (2020)
(8) Ver Cepal (2020)

La generación y el ahorro de energía en tiempos de COVID–19 en Cuba (+Video)

Por: María del Carmen Ramón, Deny Extremera San Martín

 

La generación de electricidad ha mostrado un desempeño estable, destacó en la Mesa Redonda el ministro de Energía y Minas. Foto: @PresidenciaCuba.
La generación de electricidad, el comportamiento del consumo energético y el ahorro en ese sector en medio del enfrentamiento nacional de la COVID–19, fueron este viernes el centro de la Mesa Redonda, en la que comparecieron el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, la viceministra Tatiana Amarán Bogachova, y la directora general de  la Oficina para el Uso Racional de la Energía (ONURE), Elaine Moreno Carnet.
En el inicio del programa televisivo, el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, explicó que en el contexto del enfrentamiento nacional a la COVID–19, esa industria continúa asegurando la salud de sus trabajadores, velando por la eficiencia y el ahorro energético, y cumpliendo con sus principales producciones: el níquel, el petróleo, las geomineras (sal, carbonato, zeolita, zinc y plomo) y la electricidad.
Precisó que se comporta establemente la producción de electricidad, en lo cual se incluyen la generación, la atención a las interrupciones en la distribución y los esfuerzos por evitar apagones aun en medio de las difíciles condiciones económicas y bajo el impacto del bloqueo y las acciones de Estados Unidos para obstaculizar la llegada de combustible al país.
“Es una industria compleja, se trabaja 24 horas en los procesos, y hay que preservar los puestos claves. Se han tomado todas las medidas higiénico–sanitarias para prevenir posibles contagios.
“En el caso del despacho nacional de carga, un centro muy confinado, donde se opera el sistema electroenergético nacional (SEN), hemos tomado medidas adicionales de aislamiento del personal. Además, se siguen ejecutando los mantenimientos y reparaciones en el sector, tomando las medidas de prevención establecidas por los Consejos de Defensa y el Ministerio de Salud”, dijo el ministro.
La principal unidad generadora del país, la central termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, entrega de forma estable 250 megawatt-hora (MWh) al sistema electroenergético nacional (SEN). Al cierre del primer cuatrimestre de 2020, la Guiteras ha aportado más de 680 000 MWh, un sobrecumplimiento de cerca del 20% del plan. Foto: John Vila Acosta/ ACN.

Estables las producciones del Ministerio de Energía y Minas, incluida la generación eléctrica

En el caso de las principales producciones, en el níquel se cumple al 100.3% (se recuperó el atraso que había a principios de año) y en el petróleo al 102.6%.
Las geomineras también se cumplen y sobrecumplen. La sal no solo se ha garantizado para el consumo humano, sino en la materia prima destinada a la Empresa Electroquímica de Sagua para la producción de hipoclorito, mientras que el carbonato de calcio es muy utilizado en los piensos y en la fabricación de jabones y pastas dentales.
Arronte Cruz destacó que la generación de electricidad ha mostrado un desempeño estable. “El SEN ha operado con una reserva de más de 500 megawatt como promedio diario durante esta etapa. Se han producido algunas interrupciones, fundamentalmente en la distribución, pero se han atendido y en ningún caso ha sido producto de déficit de generación o capacidad de generación del sistema, que ha contado con la reserva para generar la energía que está demandando el país”.
Todo lo anterior ha estado soportado en un sistema de trabajo que incluye:
-Videoconferencias semanales del Consejo Energético Nacional (CEN) con los consejos energéticos provinciales y el municipal de la Isla de la Juventud, presididas por el vice primer ministro, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, y con la participación de la CTC, la FMC y los CDR.
-Videoconferencias diarias del Consejo Energético Nacional (CEN) con los consejos energéticos provinciales y el municipal de la Isla de la Juventud, presidida por la viceministra Tatiana Amarán Bogachova, para la evaluación del cumplimiento de los planes de consumo y demanda de energía eléctrica por provincias.
-El funcionamiento de los consejos energéticos provinciales y municipales para el control diario de todas las entidades estatales consumidoras en los territorios, la lectura del consumo de electricidad y su correspondencia con los planes aprobados.
-Rendición de cuentas de las entidades que incumplen el plan de consumo de energía eléctrica y el reporte de autolectura a los Consejos de Defensa provinciales.

Decrece el consumo energético nacional en las últimas semanas

Arronte Cruz apuntó que desde marzo de 2020, sobre todo en abril, con la adopción de medidas de aislamiento social que implican mayor permanencia de la población en los hogares, se registraba un incremento del consumo de electricidad con respecto a lo previsto, fundamentalmente en el sector residencial. En abril, en el sector residencial hubo un alza del consumo promedio por vivienda de 15% en comparación con marzo.
También se registró un aumento en los valores de demanda en los horarios pico, fundamentalmente en el del mediodía. Como consecuencia, ha sido necesaria una mayor utilización de combustibles para la generación.
El comportamiento del consumo eléctrico en el país durante las últimas tres semanas (22 de abril–12 de mayo) ha mostrado una tendencia al decrecimiento. Imagen: MINEM.
Sin embargo, el comportamiento del consumo eléctrico en el país durante las últimas tres semanas (22 de abril–12 de mayo) ha mostrado una tendencia al decrecimiento: de 55 452 MWh el 22 de abril a 47 785 MWh el 12 de mayo.
“Esto ha representado 7 667 MWh. Son 1 754 toneladas de combustible, fundamentalmente diésel, que se dejaron de consumir en la generación entre el 22 de abril y el 12 de mayo. Ese combustible ahorrado es el mismo que se utiliza luego en el transporte y en otras actividades de la economía, sobre todo el diésel, que es el más demandado y a la vez el más costoso en el mercado internacional”, subrayó el ministro de Energía y Minas.
Todas las medidas de ahorro –continuó– deben estar encaminadas a reducir el consumo en los picos del mediodía y de la noche, que son los de mayor incidencia en la generación y en el uso del combustible diésel.
En el caso del pico del mediodía, el que más había crecido anteriormente, en el periodo del 22 de abril al 12 de mayo ha habido una reducción de 334 megawatt. “Prácticamente, eso equivale a una unidad como la Antonio Guiteras y un poco más que no fue necesario poner en el pico”. En cuanto al pico nocturno, ha habido una reducción de 239 megawatt con respecto al 22 de mayo y la tendencia es a la disminución de la demanda en ese horario.
En esto ha influido tanto el refrescamiento de las temperaturas en las noches como las campañas para promover el ahorro energético, que no solo beneficia y tensa menos el SEN y la economía del país, sino las economías de los hogares.
En resumen  –dijo el ministro–, “en lo que va del mes de mayo ha habido una disminución en los valores de consumo de electricidad y demanda en los horarios pico y, como consecuencia, una menor utilización de combustible diésel para la generación de electricidad, lo cual permite redireccionar esos recursos hacia otros sectores de la economía que también son importantes”.
El consumo total de energía del mes de mayo hasta el día 12 se comporta 0.8% por debajo del plan previsto, lo que representa una disminución de 5 GWh (1 200 toneladas de diésel). Decrece en 6.8% con relación a igual periodo de 2019, lo que equivale a una reducción de 43.3 GWh (9 900 toneladas de diésel).
El promedio diario del consumo total de energía ha ido disminuyendo en las últimas tres semanas. En la última semana el consumo disminuyó  3.8 GWh (870 toneladas de diésel) en comparación con la semana precedente.
Imagen: MINEN.
Imagen: MINEM.
Imagen: MINEM.

Centros estatales detenidos por la pandemia solo representan el tres por ciento del consumo del país

En su intervención, la viceministra de Energía y Minas, Tatiana Amarán, explicó pormenorizadamente el funcionamiento de los Consejos Energéticos, responsables del seguimiento diario de las medidas adoptadas para potenciar el ahorro.
De acuerdo con Amarán, en estos consejos se analiza el comportamiento de la demanda en los horarios picos de los servicios estatales que mayor aporte hacen al consumo total del país.
"El mayor consumidor de electricidad del país está en Recursos Hidráulidos, el abasto de agua a la población", aclaró la viceministra, al enumerar los sectores de la economía con mayor peso en el consumo de electricidad (80% del consumo nacional)".
Entre los sectores más consumidores aparecen además las industrias metalúrgica, ligera y la química, la agricultura, la industria alimentaria, la azucarera, el turismo que mantiene un mínimo de consumo en sus instalaciones, el sector de la salud y la construcción, que incluye las fábricas productoras de cemento. Asimismo, en el caso del Ministerio de Energía y Minas, se mantienen las producciones de níquel, petróleo, sal y mineras.
Ante la duda de la población sobre a qué respondían los sobreconsumos de electricidad si muchas actividades estaban paralizadas, Amarán aclaró que aquellas que detuvieron temporalmente la producción y los servicios por causa de la COVID-19, como los centros educacionales, hoteles y aeropuertos representan solo el 3% del consumo del país, por lo que el hecho de que estén detenidas no compensa el incremento del consumo en el sector residencial.
Ante esta problemática, refirió que en el país se han extremado las medidas de ahorro.
"Se busca que los centros cumplan con sus planes de producción y no se afecten las producciones de bienes y servicios, sin incumplir su plan energético. Para ello se corrije cualquier desviación, o con un incremento de la eficiciencia, o suprimiendo el despilfarro donde este se pudiera estar produciendo".

Entre las medidas tomadas por los Consejos Energéticos se destacan:

  • Reporte de la autolectura diaria con la información de los consumos totales y de los horarios pico.
  • Desplazamiento de los riegos agrícolas y equipamientos de alto consumos energético para fuera de los horarios pico.
  • Autocontrol con análisis diario del comportamiento del consumo y la demanda de electricidad.
  • Acomodos de carga y corrimiento del consumo fuera del horario pico.
  • Creación de los grupos de análisis en los Consejos Energéticos provinciales y municipales.
  • Desconexión de los aires acondicionados en los horarios pico.
"El objetivo fundamental sigue siendo potenciar las producciones y los servicios sin provocar afectaciones en los planes aprobados para el uso de los recursos energéticos disponibles".

No hay apagones programados en Cuba, se toman medidas para evitarlos

La Viceministra de Energía y Minas Tatiana Amarán aseguró que todas las medidas implementadas estaban pensadas para no tener apagones.
“Están encaminadas a no tener que un día programar apagones por no tener capacidad para generar”, puntualizó.
La directiva aseguró que el sistema ha contado con la potencia disponible para cubrir la demanda que tiene el sistema eléctrico y que las afectaciones reportadas respondían a averías.
"Hemos tenido averías sobre todo con el circuito de distribución, que fueron atendidas por las empresas eléctricas territoriales, y para completar esas reparaciones fue necesario cortar el servicio, pero estas interrupciones nunca fueron programadas”, aclaró.

Aplazamiento de pagos de la electricidad no conllevará a cortes del servicio

Una de las medidas implementadas para contener el avance de la COVID-19 fue la posposición del cobro del servicio de la electricidad y del gas manufacturado en La Habana, aunque se le sugirió a la población que aquellos que tuvieran acceso a las diferentes plataformas de comercio electrónico como Transfermóvil, ENZONA o a los cajeros automáticos, completaran el pago de la factura.

En el programa Mesa Redonda, la Viceministra ratificó que el aplazamiento de los pagos no conducirá a ninguna penalidad ni corte del servicio.
Amarán refirió que, cuando se reinicie la atención al público en las oficinas comerciales de las empresas eléctricas y el gas manufacturado, la población estará en la obligación de abonar el pago correspondiente a los meses pendientes.
Explicó que recientemente se agregó la posibilidad de pagar de manera directa a los lectores cobradores en el momento en que estos presenten los avisos de consumo facturados, pero que esta modalidad no resulta obligatoria.
"No se le va a cortar el servicio a quien no pague, las familias pueden esperar a que todo pase para pagar".
Amarán aseveró que lo más inteligente era pagar las facturas poco a poco, para así evitar la acumulación de las mismas, lo cual podría acarrear dificultades en la economía familiar al unirse varias facturas. Pero recalcó que si alguna familia no podía ejecutar el pago en este momento, no se le cortaría el servicio.

¿Qué medidas de ahorro debemos seguir para disminuir el consumo?

Elaine Moreno Carnet, directora general de la ONURE, explicó las principales medidas adoptadas en el país para ahorrar electricidad.

La directiva ratificó que el sector residencial tiene un alto peso en el consumo total de energía eléctrica del país, así como en la demanda en los horarios pico, que ocurren entre las 11:00 a.m. y la 1:00 p.m. y entre las 6:00 y las10:00 p.m.
Señaló que durante el mes de abril la tendencia tanto del consumo como de la demanda de electricidad fue creciente, como consecuencia de las altas temperaturas, así como la mayor permanencia de la población en sus hogares como medida más efectiva para enfrentar la COVID-19.
Ante ello, dijo, fueron implementadas diversas medidas con vistas a elevar la conciencia de ahorro en la población.
Moreno Carnet argumentó que fue establecido un sistema de trabajo conjunto entre el Ministerio de Energía y Minas, la Unión Eléctrica y la ONURE, con los CDR, la FMC y la CTC, con el objetivo de que el mensaje de ahorro llegara directamente a las zonas y clientes de mayor consumo.
"La incorporación de estas organizaciones al sistema de trabajo ha permitido diseñar las medidas a adoptar en la comunidad, en correspondencia con las características de las familias y los barrios; así como la entrega de mensajes de bien público referidos al ahorro de energía en bodegas, tiendas y lugares públicos; utilizando los puntos que están definidos en cada municipio para informar a la población".
La directiva destacó acciones como la entrega de cintillos con mensajes de ahorro en las labores de pesquisa activa diaria; así como las labores de promoción del ahorro con las bases de producción campesinas realizadas por las Brigadas de la FMC-ANAP.
Por otra parte, comentó, se elaboró una guía de planificación familiar, consejos útiles sobre la utilización eficiente de los equipos electrodomésticos y los mejores horarios para su uso.
Moreno añadió que la nueva factura de electricidad contendrá mensajes de ahorro al dorso a partir del mes de junio; mientras que el Ministerio de Energía y Minas también ha utilizado las redes sociales para la divulgación de consejos y videos sobre el ahorro de energía.
"Como concepto, si cada persona aplica al menos una medida de ahorro en su vivienda, el impacto se refleja de inmediato en la disminución del consumo".
Una de las medidas de mayor impacto fue el cambio de horario de la conferencia de prensa de la COVID-19 para las 9:00 a.m., para así evitar que su comienzo coincidiera con el horario pico del mediodía, explicó.
De acuerdo con Moreno, en general las medidas han sido bien acogidas por el pueblo, que una vez más, es protagonista de cada una de las batallas que libramos.
La directiva compartió una serie de medidas que la población puede aplicar para contribuir al ahorro. Entre ellas se encuentran:
  • Encender solo las luces y equipos necesarios. Aprovechar la luz natural.
  • Desplazar, siempre que sea posible, las actividades del hogar fuera del horario pico, como planchar, lavar y la cocción de algunos alimentos que puedan realizarse fuera de este horario. Este horario es de 11:00 a.m. y la 1:00 p.m. y entre las 6:00 y las 10:00 p.m.
  • Realizar la autolectura del metrocontador de electricidad de nuestros hogares para controlar el consumo.

Ministro de Energía y Minas llama a la sistematicidad en el ahorro, para mantener resultados

En los minutos finales de la Mesa Redonda, el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, reconoció al pueblo y a las organizaciones de masa y sindicales, por los resultados obtenidos en el ahorro de energía.
"Se requiere sistematicidad en la aplicación de las medidas que se han implementado, para continuar consolidando los resultados que hemos obtenido, y que todos hagamos conciencia de la importancia del uso racional de la energía en el país".

En video: Mesa Redonda sobre producción y ahorro de electricidad en Cuba