Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 2 de marzo de 2018

RECESO DEL BLOG DEL 3 AL 10 DE MARZO

A todos les informo que se hará un receso del Blog, por encontrarme de vacaciones en las fechas del titulo del post.

Saludos

Humberto Herrera Carles

EL FONDO DE LA OPEP OTORGA CRÉDITO 45 MILLONES DÓLARES A CUBA PARA UN PROYECTO ENERGÍA


La Habana,  (EFE).- El Fondo de la OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID) contribuirá con un crédito blando de 45 millones de dólares a la financiación de un proyecto de desarrollo de la energía solar en Cuba, informó hoy la Cancillería de la isla.

Representantes de Cuba y el Fondo de la OPEP firmaron en Viena un acuerdo de préstamo para contribuir a la modernización y diversificación de la matriz energética cubana, mediante el incremento de la capacidad instalada de fuentes de energía renovables como la energía solar.

El proyecto permitirá aumentar la generación de electricidad y optimizar el sistema eléctrico del país caribeño mediante el uso de sistemas domésticos fotovoltaicos y calentadores solares de agua para uso industrial y doméstico, según explicó el director general de la OFID, Suleiman Jasir Al-Herbish, firmante del acuerdo.

Por su parte, la encargada de negocios interina de la embajada cubana en Austria, Marieta García, valoró el apoyo y la cooperación recibidos de la OFID durante dos décadas, citada por Cubaminrex, el sitio oficial de la Cancillería de la isla.

La diplomática refirió que en ese periodo se han adoptado 13 acuerdos de préstamo para proyectos de impacto económico-social en los sectores de la agricultura, la rehabilitación de redes eléctricas y de los sistemas de acueducto y alcantarillado y las energías renovables, en varias provincias de Cuba.

Ambas partes manifestaron su "satisfacción" por la "estrecha cooperación" existente entre Cuba y OFID, que comprende también donativos destinados a paliar los daños ocasionados por fuertes huracanes a la isla y para apoyar el trabajo de las misiones médicas cubanas que combatieron la epidemia del Ébola en África.

El Gobierno cubano ha puesto en marcha un programa con el fin de cambiar su matriz energética, de forma que para 2030 el 24 % de la energía de la isla (alrededor de 2.300 megavatios) provenga de fuentes renovables, fundamentalmente de centrales bioeléctricas y parques solares y eólicos.

Entre los proyectos para reforzar el cambio de matriz figuran además la instalación de calentadores solares, la puesta en marcha de módulos solares fotovoltaicos, la sustitución de millones de bombillas tradicionales por luces LED, la venta de cocinas de inducción y el bombeo de agua con energía solar en la agricultura.

El objetivo es ahorrar petróleo para reducir la dependencia energética de ese combustible fósil que la isla recibe principalmente de Venezuela a precios subsidiados mediante un acuerdo de cooperación firmado por los dos países en 2003.

Se estima que en los últimos dos años el suministro de crudo venezolano se ha reducido a unos 55.000 barriles diarios, alrededor de la mitad de sus mejores momentos, debido a la crisis económica en el país suramericano y la caída de los precios del petróleo.

En este momento, según datos oficiales difundidos en diciembre de 2017, las energías renovables aportan 87,5 megavatios al sistema eléctrico nacional, aunque para este año se espera que alcancen los 283.

Construyen mayor central de grupos electrógenos de Cuba

La entrega de la planta en Cienfuegos está prevista para noviembre de este año, y ya al cierre de febrero se encuentra a un 68 por ciento de ejecución


1 de marzo de 2018 22:03:12


En el parque industrial se instalan 40 motores, repartidos en cinco baterías, encargados de generar 84 Megawatts/hora. Foto: Julio Martínez Molina


CIENFUEGOS.–A ritmo satisfactorio, de acuerdo con el cronograma de trabajo fijado, marcha la construcción de la mayor central eléctrica de grupos electrógenos diésel (GED) de Cuba, erigida en Cienfuegos.

De tecnología germana y el más moderno de su tipo en el país, en el parque industrial se instalan 40 motores, repartidos en cinco baterías, encargados de generar 84 Megawatts/hora, suficientes para garantizar el 60 por ciento de la demanda local.

Ya ocho de los GED de la Central se encuentran listos para generar, señaló Jesús Rey Pérez Crespo, director de la Empresa Eléctrica Provincial, entidad a cargo de la inversión del emplazamiento, en cuya ejecución civil se encuentran empresas constructoras apoyadas por industrias locales.

La Central se localiza a la vera de la Refinería de Petróleo Camilo Cienfuegos, con el objetivo de recibir desde allí el diésel, a través de un oleoducto, decisión que prevee evitar los costos por concepto de trans­porte.

Además de la obra inducida del oleoducto, se inscriben dentro del proyecto general otras como una conductora de agua, la línea de transmisión de 110 kv de enlace de los grupos electrógenos al Sistema Electroenergético Nacional, y la ampliación de un campo en la subestación 220/110 kv de Cantarrana, localidad donde se levanta la Central en un área de 35 hectáreas.

La entrega de la planta está prevista para noviembre de este año, y ya al cierre de febrero se encuentra a un 68 por ciento de ejecución.

Este proyecto forma parte de un programa nacional concebido hasta 2023, dirigido a instalar 200 megawatts/hora de generación distribuida en las provincias de Cienfuegos, Villa Clara, Matanzas y Pinar del Río.

Suelos de Cuba se degradan en espera de más productividad campesina

La degradación es un problema general que afronta este país insular de 11,2 millones de habitantes.



La pareja de horticultores Carlos Manuel Borrero y Dunia Rivas forman altos canteros con neumáticos superpuestos y rellenos con tierra, donde crecen coles y estragón, en la finca La Melissa, que gestionan en el municipio de San Miguel del Padrón, en la periferia de la capital de Cuba.Foto: Jorge LUis Baños_IPS

LA HABANA, 2 mar 2018 (IPS) – Pocas personas conocen al productor Carlos Manuel Borrero por su nombre. Incluso en su barrio del municipio de San Miguel del Padrón, en la periferia de la capital cubana, se le llama el Hombre Goma por sus canteros hechos con neumáticos viejos.

La finca La Melissa regala un extraño paisaje con casi 2.000 gomas de vehículos, que cubren gran parte de las 4,28 hectáreas sobre una pendiente y canteras de piedra y arena, que Borrero y su esposa, Dunia Rivas, manejan de modo sostenible para contrarrestar la baja productividad de los suelos.

Por ese y otros problemas, la pareja asentada en el lugar desde hace 17 años comenzó dos años atrás a experimentar con el reciclaje y varias técnicas ecológicas para hacer rentables sus pequeñas producciones de frutas, vegetales y condimentos, que aseguran que lograron aumentar en 70 por ciento con la innovación.

“Este es un terreno muy degradado, encima de una pendiente”, explicó Borrero a IPS, sobre el principal problema ambiental de la finca de la que es propietario en el municipio de San Miguel del Padrón, uno de los que 15 que engloban La Habana y situado en su periferia.

La degradación es de hecho, un problema general que afronta este país insular de 11,2 millones de habitantes y con una baja producción de alimentos que apenas cubre 30 por ciento de las necesidades internas.

Gran parte de los neumáticos forman altos canteros, con tres de ellos superpuestos y rellenos con tierra, donde la pareja sembró coles y estragón. Otros están apilados en un área sin cultivar, donde reciben tratamientos cada semana para evitar focos contaminantes en sus cuencas mientras esperan por ser rehusados.

Borrero y Díaz representan al segmento aún pequeño del campesinado cubano preocupado por la conservación del suelo y la sostenibilidad, mientras que la mayoría demora en concientizar el cuidado de ese recurso fundamental.

Convivir con la degradación

La superficie del país suma un total de 109.884 kilómetros cuadrados (10.988.400 hectáreas), de los que 57 por ciento (6.226.700 hectáreas) se dedican a la agricultura. De esos suelos agrícolas, 76,89 por ciento presenta algún factor que limita su productividad, según el estatal Instituto de Suelos (IS).


El ingeniero agrónomo Egidio Páez, presidente de La Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, mientras analizaba para IPS la situación de los suelos del país insular, en su oficina del municipio capitalino de Díez de Octubre, en La Habana. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

De todos los suelos degradados, 43 por ciento sufre erosión, 14 por ciento compactibilidad, 70 por ciento falta de materia orgánica, 14 por ciento salinidad, 37 por ciento baja retención de humedad, 45 por ciento baja fertilidad, 12 por ciento pedregosidad y 40 por ciento drenaje deficiente.

En este país caribeño, 30,7 por ciento de las tierras agrícolas están en manos de empresas y granjas estatales; 45,1 por ciento la trabajan diferentes cooperativas agropecuarias y 24,2 por ciento pertenece a pequeños agricultores, como los de la finca La Melissa.

Aplicado desde 2001, el Programa Nacional de Mejoramiento y Conservación de Suelos, del Ministerio de la Agricultura, mantiene un sostenido avance en las tierras beneficiadas con algún tipo de medida, aunque aún queda mucho por avanzar en la meta que exige acciones masivas a muy largo plazo.

En 2012, se registraron 737.000 hectáreas de la superficie agrícola que recibían algún tipo de mejoramiento, un indicador que se elevó hasta sumar 932.000 hectáreas en 2016, según las últimas cifras disponibles en la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Ese avance ambiental representa beneficios para 15 por ciento de la superficie agrícola y 22,6 por ciento para la superficie agrícola cultivada en la isla caribeña.

En su huerto intensivo, Borrero explicó que dentro de los canteros “está la tierra original de aquí”. “La he ido mejorando yo mismo… la enriquezco con la materia orgánica de los desechos de mis propias producciones”, indicó.

Ahora los neumáticos con cultivos cubren 0,7 hectáreas de la finca, pero el agricultor aspira a abarcar más espacio con su peculiar diseño, que consiste en llenar con tierra solo el neumático superior y en el centro coloca largas tiras de goma que sirven de filtro para un mejor uso del agua.

Las mujeres, presentes

Con formas más creativas, las gomas decoran el jardín de la humilde casa familiar, donde Rivas tuvo la idea de usar los neumáticos como macetas para ahorrar agua. Luego conminó a Borrero a hacer canteros con ellas para sustituir las poco duraderas barreras para las terrazas que hacía con botellas de plástico.


El productor Carlos Manuel Borrero, al que todos llaman el Hombre Goma por sus canteros hechos con neumáticos viejos, en la finca La Melissa, municipio de San Miguel del Padrón, uno de los que conforman La Habana, en Cuba.Foto: Jorge Luis Baños_IPS

“Había problemas con el agua, no teníamos buenos canteros. Pasábamos mucho trabajo y el esfuerzo nos daba dolores en el cuerpo. Y me puse a pensar…”, recordó Rivas, sobre la humanización del trabajo que también lograron al hacer canteros altos y evitar agacharse para las labores agrícolas.

La pareja no conoce a otros productores que reciclen gomas como ellos pero aseguran que otros campesinos de su comunidad mejoran sus suelos, y solicitan la evaluación de especialistas para recibir los pagos de un fondo estatal por ese servicio ambiental.

En las áreas periurbanas de La Habana, “más de 90 por ciento de los productores hacen algún tipo de manejo beneficioso para el suelo”, estimó Egidio Páez, presidente de la filial capitalina de la no gubernamental Asociación Cubana de Técnicos Agropecuarios y Forestales (Actaf), que agrupa a 2.634 afiliados de los cuales 1.163 son mujeres.

Defensora de la agroecología y enfocada a la gestión del conocimiento en el sector, la Actaf reúne en todo el país a 25.902 afiliados, mujeres 40 por ciento del total.

A juicio de Páez, “en el manejo de suelos, primero hay un problema de desconocimiento y falta de interés”. “Tenemos que hacer mucha labor se sensibilización”, valoró el agrónomo de la asociación que apoya a la base productiva habanera, que logra 15 toneladas diarias sobre todo de vegetales en 35.000 hectáreas.

Y “no tenemos tiempo, hay que trabajar más para mejorar los suelos”, alertó, sobre el recurso natural calificado de principal riqueza de los países por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El especialista asegura que “los productores saben cómo mejorar los suelos… Pero todavía hay muchas insuficiencias en el trabajo de lograr cambios en la práctica y de darle seguimiento a los productores”, evaluó, sobre los obstáculos a vencer en disponibilidad de recursos y cambiar las malas prácticas de la agricultura convencional.

También insistió en que, “a la par de enseñar más, tienen que tomarse decisiones drásticas de sanción porque existen regulaciones estatales”, contenidas en el Decreto Ley 179 (1993), que especialistas califican de desactualizado en los adelantos científicos y el sistema agrario cubano en trasformación desde 2008.

El IS aconseja a los productores nutrir los suelos con materias orgánicas como restos de cosechas, usar abonos verdes, compost y humus de lombriz; reducir la labranza, realizar muros de contención y barreras vivas (con plantas), incorporar áreas de bosques, entre otras prácticas por la buena salud de los suelos.

Desde 2010, esa entidad instala sitios demostrativos de cómo manejar los suelos, el agua y los bosques en los diferentes ecosistemas del país, de los cuales se registraban 34 en 2016, que incluían 845 fincas y beneficiaban 12.380 hectáreas.

La estatal Agencia de Medio Ambiente entregó por vez primera en 2017 un premio y certificación de “Áreas iniciadas en el manejo sostenible de tierras”, para estimular al campesinado en la conservación.

La devaluación del peso cubano no es una maniobra monetaria: ¿ofrece Vietnam alguna lección?


La devaluación del peso cubano no es una maniobra monetaria: ¿ofrece Vietnam alguna lección?

Mucho se ha hablado recientemente sobre la eventual unificación de la tasa de cambio en Cuba, pero muy poco se dice sobre el valor específico que pudiera alcanzar esa tasa. No obstante, generalmente se acepta el vaticinio de una devaluación del peso cubano (CUP) en relación con su actual tasa de cambio oficial.

Varios economistas parecen considerar la posibilidad de que la cotización de una tasa de cambio unificada se ubique en algún punto intermedio entre la tasa oficial vigente de 1 USD = 1 CUP y la tasa de CADECA de 1 USD = 24 CUP. Otros economistas han aconsejado mantener más de una tasa de cambio, pero aplicando una devaluación en el caso de la tasa oficial. 1

Hay dos ausencias importantes en el debate público sobre el tema en Cuba. En primer lugar, no existe consenso sobre la estimación del posible valor de una tasa de cambio unificada. En varios textos publicados en meses recientes, se mencionan diversas cifras para la tasa de cambio, pero –hasta donde conozco- estas no representan estimaciones apoyadas en una modelación de datos.

Algunas de esas cuantificaciones se derivan de valores deseables en el marco de determinadas propuestas de devaluación compensada, por ejemplo, la tasa de 1 USD = 15 CUP en la propuesta de Humberto Pérez 2. En otros casos expresan una cuantificación arbitraria, por ejemplo, la tasa de 1 USD = 5 CUP sugerida por Rogelio Torras Rodríguez y Juan M. Ferran Oliva, aunque en este caso no se trataría del valor de una tasa unificada sino de la cuantificación una tasa oficial devaluada –respecto al nivel actual- que coexistiría con otras tasas de cambio. 3

Por otra parte, un autor como Jorge Barrera parece inclinarse por la adopción de una tasa única lo más cercana posible al valor de la tasa de CADECA, aunque aclara que ello “no significa que obligatoriamente ambos tipos de cambio (CADECA e interempresarial) tengan que ser, en nuestras condiciones, iguales en todo momento”. De hecho, Barrera considera que “precisar en estos momentos cual sería el tipo de cambio único de equilibrio es prácticamente imposible”, de ahí que las cuantificaciones que menciona en su propuesta (25 a 1, 15 a 1 y 5 a 1) cumplen solamente la función de ponderar datos de partida que se utilizan en una modelación de coeficientes de ajustes de precios. 4

La segunda ausencia en el debate es que apenas parece haberse considerado la posibilidad de que la nueva tasa unificada pudiese significar una devaluación del CUP no solamente respecto a la tasa oficial de 1 X 1 sino también una devaluación respecto a la tasa de CADECA. Es decir, por lo general no parece asumirse que la tasa unificada pudiera ser de 1 USD = 30 CUP, o de 1 USD = 50 CUP, por ejemplo.

¿Cómo cuantificar la tasa de cambio?

Existen diferentes modelos para cuantificar la tasa de cambio. Esas variantes de modelación no son excluyentes y todas incluyen procedimientos de cálculo que involucran una serie de datos de la economía real. Lo que sigue a continuación es una visión general muy simplificada de este asunto.

Queda claro que, en muchos países, el valor de la tasa de cambio lo establece el mercado, incluyendo -en ocasiones- las intervenciones que hacen los bancos centrales en dichos mercados. Los modelos sirven entonces no tanto para determinar el valor de las tasas, algo que hace esencialmente el mercado, o la combinación del mercado y la intervención estatal.

Los modelos sirven, sobre todo, para informar el proceso de las políticas económicas. Permite estimar si la moneda nacional se encuentra devaluada o sobrevalorada respecto a otras monedas. En función de los objetivos de la política económica, pudiera producirse una intervención de las autoridades económicas, o tal intervención quizás pudiera no ocurrir. Por ejemplo, en ocasiones se mantiene de manera intencional la moneda nacional subvaluada para favorecer la competitividad de las exportaciones y para apoyar la sustitución de importaciones.

Son conocidos los llamados cinco modelos “tradicionales” para determinar el valor de las tasas de cambio. Se basan en la identificación del punto de equilibrio entre dos economías, lo que permitiría calcular el valor “racional” de la tasa de cambio. 5

Según el modelo que se adopte, el equilibrio se basaría en la relativa valoración de mercancías, el nivel relativo de inflación, el nivel relativo de tasas de interés, y otras variables. Cada uno de los modelos opera sobre la base de supuestos específicos.

Los cinco modelos son:
  • Paridad del poder de compra (precio relativo de mercancías)
  • Enfoque de cartera balanceada (precio relativo de activos financieros)
  • Enfoque de tasa de interés (precio relativo de tasas de interés real)
  • Enfoque monetario (precio relativo del dinero)
  • Enfoque de balanza de pagos (balance de las cuentas corriente y de capital de la balanza de pagos)
Ese listado refleja una de las posibles opciones de clasificación. En realidad, existen diferentes variantes para nombrar esos modelos y para agruparlos en subconjuntos. Un elemento común entre ellos es que son modelos que consideran que los movimientos de las tasas de cambio se encuentran determinados por los llamados macro-agregados, es decir, factores económicos que funcionan a nivel de la macroeconomía.

Para algunos especialistas, lo anterior establece limitaciones para esos modelos pues esos especialistas opinan que tales modelos no consideran la importancia de los procesos micro estructurales en el funcionamiento de los mercados de valores.

En ese sentido, han aparecido nuevos modelos, entre ellos el modelo de “orden del flujo”, que subraya los nexos entre la transmisión de información y las tasas de cambio. 6

¿Por qué el debate público en Cuba no exhibe una cuantificación “modelada” de la tasa de cambio unificada?

En el contexto del debate actual sobre la economía cubana -al menos desde 2012- no he podido localizar un texto publicado que haya utilizado uno o varios de estos modelos para cuantificar una eventual tasa unificada de cambio. Pudiera existir, pero no lo conozco.

Me refiero a lo que se publica de manera “abierta” en Cuba. Es plausible asumir, pero no puedo afirmar, que las entidades gubernamentales que se ocupan del tema en el país hayan estimado el valor posible de la tasa de cambio unificada mediante una modelación. La capacidad técnica para hacerlo existe en esas instituciones y en la academia cubana. Pudieran haber participado en el proceso no solamente especialistas de esas entidades sino también académicos. Quizás hayan colaborado expertos extranjeros.

Lo que me interesa destacar es que la falta de una cuantificación de la tasa de cambio unificada ha podido haber limitado el alcance y la precisión de los análisis y propuestas que alimentan el debate público actual sobre la unificación monetaria y cambiaria, así como las propuestas para reducir posibles riesgos y para reforzar eventuales impactos positivos.

He comentado en un texto anterior que la estimación del valor de una tasa de cambio unificada es importante para poder hacer una discusión adecuada sobre la dimensión de los subsidios a la alimentación en Cuba, así como respecto a las fuentes de financiamiento del subsidio al consumo de los bienes distribuidos mediante el sistema de racionamiento (la “libreta”). 7

Una hipótesis posible que pudiera explicar la ausencia de una cuantificación “modelada” de la tasa de cambio unificada que fuese de conocimiento público, pudiera ser la carencia o la insuficiente disponibilidad de los datos que se requieren para aplicar los modelos. En el contexto de Cuba, con notables problemas de divulgación de datos económicos actualizados, esta pudiera ser una conjetura aceptable.

También cabría pensar en la posibilidad de un insuficiente estímulo institucional de parte de las entidades de investigación. Un indicador que pudiera considerarse, en ese sentido, sería la ausencia de publicaciones sobre la cuantificación de la tasa en las revistas académicas nacionales.

Ya Vietnam atravesó ese desierto

La literatura económica registra un número limitado de países que hayan transitado recientemente desde un sistema de múltiples tasas de cambio hacia una tasa unificada. Algunos de los casos que aparecen con mayor frecuencia en los estudios sobre el tema son Nigeria, Irán, Afganistán, Bielorrusia, Botsuana, Kampuchea, República Dominicana, Egipto, Laos, Rusia y Vietnam.

El caso de Vietnam pudiera ser el más interesante para Cuba, principalmente por la similitud básica que comparten ambos países en cuanto al marco general de reforma económica en la que se reemplazan múltiples tasas de cambio por una sola. Ese marco general de reforma se caracteriza por la transformación de un sistema de planificación altamente centralizado hacia un sistema más descentralizado con mayor peso del mercado y mayor diversidad de actores económicos. Obviamente, existen numerosas diferencias entre los dos países, algunas de ellas muy significativas, pero eso no anula -a priori- la posibilidad de que la experiencia vietnamita pudiera ser útil para lo que se ha planteado oficialmente alcanzar en Cuba.

Existen por lo menos dos trabajos que han examinado esas posibles lecciones: el artículo de Pavel Vidal “Monetary and Exchange Rate Reform in Cuba: Lessons from Vietnam”, publicado en 2012, y el artículo de Augusto de la Torre and Alain Ize titulado “Exchange Rate Unification: The Cuban Case”, publicado en diciembre de 2013. 8

De los dos textos, el de Pavel Vidal es el que hace una reflexión mas detallada sobre la experiencia vietnamita y sus posibles lecciones para Cuba. Son dos artículos cuya lectura recomiendo.
  • Los principales aspectos del proceso de unificación cambiaria en Vietnam -ocurrida en 1989-que fueron identificados por Vidal son los siguientes:
  • Las tasas oficiales existentes en Vietnam, aunque diferentes, estaban ambas sobrevaloradas.
  • La unificación de las tasas de cambio se aplicó junto con una devaluación súbita, muy significativa, que se aproximó al nivel del mercado (Vidal cataloga esta reforma como de tipo “big bang”).
  • La devaluación estuvo acompañada de inflación.
  • La devaluación tuvo un efecto positivo en la balanza de pagos, especialmente por el notable incremento de las exportaciones.
Vidal anotaba tres particularidades de Vietnam que aconsejaban cautela a la hora de considerar en Cuba la experiencia vietnamita. En primer lugar, las diferencias entre las tasas en Vietnam, y las diferencias de estas en relación las tasas del mercado negro eran pequeñas en comparación con la enorme brecha que existe en Cuba entre la tasa oficial y la de CADECA, una diferencia de 2300%.

En segundo lugar, Vietnam disponía de un sector no estatal mucho más grande que el que tiene Cuba, lo cual dotaba a la economía de mayor flexibilidad y velocidad de respuesta frente a una devaluación.9 Finalmente, el proceso tuvo lugar en un contexto de reforma económica que eliminó en Vietnam el monopolio estatal del comercio exterior y que facilitó a los exportadores vietnamitas el acceso a las importaciones de bienes de capital e intermedios. 10

En el momento en que se publicó el texto (2012), Vidal consideró que, para eliminar la dualidad monetaria y cambiaria, el gobierno cubano tendría que devaluar el peso cubano y que para ello tendría que escoger entre un enfoque como el utilizado por Vietnam (tipo “big bang”) y un enfoque gradual. Igualmente, Vidal recomendaba la adopción de un enfoque general de la reforma que le pudiera ofrecer a la economía cubana una mayor posibilidad de responder a la devaluación.

Poniendo en “cámara lenta” la unificación de las tasas de cambio en Vietnam

Desde la reunificación nacional de Vietnam, el 30 de abril de 1975 y hasta el 13 de marzo de 1989, la multiplicidad de monedas y de tasas de cambio que existió en Vietnam fue más enmarañada y variable que la trayectoria de Cuba en estos temas durante las últimas tres décadas.

Vietnam tuvo varias monedas, algunas de las cuales coexistieron mientras que otras sucedieron a las anteriores. Entre 1975 y 1978 cohabitaron la piastra de Vietnam del Sur, el nuevo Dong de Vietnam del Sur, y el Dong de Vietnam del Norte. A partir de mayo de 1978 se adoptó una moneda unificada: el Dong vietnamita. También existió durante un breve tiempo una moneda llamada certificado de dólar “A”, para compras en tiendas especiales del gobierno. En 1985 se emitió un “nuevo” Dong que reemplazó al anterior a razón de 1 por 10. 11

La situación de las tasas de cambio fue más enrevesada aún. Además de las tasas entre las monedas del Norte y del Sur que durante un tiempo coexistieron, y luego entre estas dos y la moneda unificada, también existieron tasas oficiales de cambio diferenciadas del Dong para las transacciones comerciales, tasas preferenciales para las exportaciones, tasas diferenciadas para las remesas provenientes de monedas convertibles y no convertibles, así como tasas para los certificados de dólar “A” y para el llamado rublo “clearing”. Para completar la espesura cambiaria, algunas ciudades –como ciudad Ho Chi Minh- aplicaron algunas de esas tasas con valores diferenciados. Durante la etapa 1975- 1989 los valores de las tasas experimentaron modificaciones, así como las propias tasas presentaron variabilidad pues fueron redefinidas o reemplazadas, y algunas desaparecieron. 12

La adopción de una tasa de cambio única en Vietnam se produjo en el mes de marzo de 1989 y fue parte de la fase inicial de la reforma económica del país, iniciada en 1986, conocida como “renovación” (Doi Moi). 13

El punto de partida de la “renovación” ha sido caracterizado como un momento en el que “el país enfrentaba una crisis económica caracterizada por persistentes déficits de alimentos, inflación creciente y grandes déficits tanto del presupuesto estatal como del comercio exterior. Como respuesta, las autoridades adoptaron una serie de medidas decisivas y fundamentales para cambiar la economía desde un modelo burocrático de planificación centralizada hacia un sistema más descentralizado y orientado hacia el mercado”. 14

Los resultados de mediano y de largo plazo de esa unificación cambiaria han sido evaluados generalmente como positivos y han sido bien documentados, pero no abordaré aquí esa dimensión. Me concentraré en los problemas del corto plazo, cercanos al momento en que se produjo la unificación cambiaria porque ese es precisamente el ángulo que parece concentrar la mayor atención hoy en Cuba, a la luz de una eventual unificación cambiaria y devaluación.

Existen dos aspectos de la experiencia de Vietnam respecto a los procesos de corto plazo de la unificación cambiaria que valdría la pena revisar con más detenimiento, aunque fuese brevemente:
  1. La secuencia del proceso de unificación- devaluación
  2. La magnitud de la devaluación
La secuencia del proceso de unificación

Para abreviar la descripción del proceso, me limitaré al período iniciado en 1987, cuando se modificó el sistema de tasas múltiples con el objetivo de hacerlo más simple. En esencia, a partir de ese año se adoptaron cuatro tasas de cambio principales: la tasa comercial para transacciones de comercio exterior, la tasa no comercial para las remesas, la tasa para transacciones no comerciales (invisibles, incluyendo transacciones con organizaciones internacionales) y la tasa para el rublo “clearing”.

Fue también un período en el que se produjeron sucesivas devaluaciones de las diferentes tasas, devaluaciones que se extendieron justamente hasta muy poco antes de la unificación de las tasas, el 13 de marzo de 1989.

A continuación, se ofrece una tabla que ilustra la secuencia del proceso durante los dos años previos a la unificación de las tasas de cambio. Se han considerado solamente las tres tasas principales relativas a la cotización del Dong en monedas libremente convertibles. En particular, las tasas reflejadas se refieren al valor del Dong (D) en relación con el dólar de estadounidense (U$).

Devaluaciones sucesivas previas a la unificación de las tasas de cambio


Como puede observarse, las sucesivas devaluaciones experimentadas por cada una de las tres tasas permitieron aproximar el valor de estas, partiendo de una situación inicial en la que existían cotizaciones muy diferentes para cada una de esas tasas.

El día “cero” de la devaluación fue el 13 de marzo de 1989. Las principales medidas adoptadas fueron las siguientes: 15

  • Abolición del sistema previo de tasas de cambio múltiples que se aplicaban a varios tipos de transacciones.
  • Unificación de las tasas de cambio y adopción de una tasa de cambio oficial (también llamada “tasa de cambio para la moneda convertible”) que se fijó inicialmente en D4500 por U$, representando una devaluación del 22,2% en relación con la tasa anterior más devaluada (D3500 por U$).
  • La nueva tasa oficial se aplicó a todas las transacciones con áreas en moneda convertible y se estableció que, en principio, pudiera ajustarse -en intervalos irregulares- a partir de la evolución del precio interno del oro, de los precios internos de los productos básicos, de los precios internacionales, de la posición de la balanza de pagos y de la tasa de cambio del mercado paralelo (“mercado negro”).
  • Se mantendría un margen dentro del rango del 10% al 20% en relación con el valor del mercado paralelo.
  • Los bancos comerciales podrían establecer sus tasas de cambio en un nivel hasta un 5% superior a la tasa oficial, manteniendo una diferencia de 2% entre las tasas de compra y de venta.
  • Se adoptaron tasas de cambio separadas para las transacciones en rublos, las cuales fueron posteriormente eliminadas el 31 de diciembre de 1990.
Un punto importante que debe ser entendido es que en realidad el “big bang” de la devaluación –al menos en términos cuantitativos- no tuvo lugar en el momento de la unificación de las tasas de cambio. El día “cero” (13 de marzo de 1989) se produjo una devaluación relativamente modesta del 22,2%. Cuando se llegó a al día “cero” ya se había producido la mayor parte de la devaluación del Dong, en el período en que coexistieron las diversas tasas de cambio.

La dinámica de corto plazo de algunos principales agregados de la economía fue interesante. La inflación, que había sido de 28% en marzo de 1989 pasó a ser negativa en agosto de ese año. El PIB creció en 8% en 1989, mientras que los crecimientos de 6,9% de la agricultura y de 17,6% de los servicios compensaron la contracción de 4% registrada en la industria. 16

La magnitud de la devaluación

El principal proceso de devaluación se produjo durante los 24 meses previos y adoptó la forma de devaluaciones sucesivas y por separado de las distintas tasas de cambio. Por ejemplo, desde octubre de 1987 hasta enero de 1989 (15 meses) la cotización del Dong (tasa comercial para transacciones de comercio exterior) se devaluó en más de un 18000% respecto al dólar. En ese período de algo más de un año, la tasa de cambio pasó a ser de D18 a D3300 por U$. Una devaluación vertiginosa. 17

Inmediatamente después de la unificación, la tasa de cambio se apreció hasta un nivel de D3900 por U$ en junio de 1989, para luego perder valor y terminar el año 1989 con una cotización de D4300 por U$, ligeramente apreciada en relación con el valor inicial del mes de marzo. 18

Como nota interesante, la inflación fue de 34,7% en 1989, muy inferior a los niveles inflacionarios previos a la unificación cambiaria, cuando se registraron tasas de 308% en 1988, de 301% en 1987 y de 487% en 1986. 19

Posteriormente, el Dong se devaluó en cinco ocasiones durante 1990 y ya el 1 de enero de 1990 la tasa de cambio era de D6500 por U$. La depreciación continuaría en 1991, cuando fue devaluado en 9 ocasiones hasta alcanzar un nivel de D11900 por U$ el 31 de diciembre de 1991.

Gráfico 1. Tasa de cambio en Vietnam 1983- 1999 (Dong por dólar estadounidense)


Nota: Hasta marzo de 1989 se refiere a la tasa comercial para transacciones de comercio exterior.


En años posteriores, la moneda vietnamita ha continuado devaluándose, como se muestra en los dos gráficos siguientes. El primero abarca el período 1983- 2017; el segundo se refiere al período comprendido entre el 2 de marzo de 2008 y el 27 de febrero de 2018.

En los momentos de redactar este trabajo, la tasa de cambio era de D22754 = 1 U$.

Gráfico 2. Tasa de cambio en Vietnam 1983- febrero de 2017 (Dong por dólar estadounidense)



Gráfico 3. Tasa de cambio en Vietnam 2 de marzo de 2008 y el 27 de febrero de 2018 (Dong por dólar estadounidense)





La devaluación no ha estado acompañada de una espiral inflacionaria. Lo que se ha observado en los últimos veinte años es una relativa estabilidad inflacionaria que ha oscilado en una banda de entre cero y 10%, con algunos “picos” excepcionales. La mayor tasa de inflación mensual registrada fue de 28,24. Ha sido una situación muy diferente comparada con la alta inflación anterior a la devaluación.

Gráfico 4. Tasas de inflación 1996- 2017



En la práctica, se pasó de una sobrevaluación de las tasas múltiples que existían antes de marzo de 1989 (por ejemplo, en 1986 la tasa del mercado paralelo superaba en más de 23 veces la tasa oficial) a una situación en que la tasa oficial y la del mercado paralelo prácticamente coincidieron en 1989 (un coeficiente de 1.1).

Gráfico 5. Coeficiente entre las tasas de cambio del mercado paralelo y la tasa oficial


Nota: La tasa oficial de referencia es la tasa comercial para las transacciones de comercio exterior.

Fuente: Phuc Nguyen, Tom Nguyen, “Exchange Rate Policy in Vietnam, 1985-2008”, ASEAN Economic Bulletin, Vol. 26, No. 2 (2009), pp. 137–63, https://research-repository.griffith.edu.au/bitstream/handle/10072/30469/61156_1.pdf?sequence=1

La proximidad entre la tasa oficial y la tasa del mercado paralelo ha sido notable en el período posterior a la unificación, con la excepción de la etapa entre 1997 y 1999.

Gráfico 6. Tasas de cambio oficial y de mercado negro de marzo de 1989 a marzo de 2007 (Dong por dólar estadounidense)


Nota: La línea azul oscuro representa la tasa de cambio oficial y la línea en azul más claro indica la tasa de mercado negro.

Fuente: Mai thu Hien. “Charactering Vietnam’s exchange rate arrangement since 1999”, Martin-Luther -Universität Halle-Wittenberg, 2007, https://sundoc.bibliothek.uni-halle.de/diss-online/07/07H128/prom.pdf

Comentando algunas posibles lecciones

La devaluación asociada a un proceso de unificación de tasas de cambio, en una economía abierta que intenta reformar un modelo de planificación centralizado, parece tener mejor posibilidad de ser asimilada por la economía si en la estructura económica el sector no estatal es relativamente grande y si la agricultura tiene un alto peso. En el caso de Vietnam en 1986, el sector no estatal aportaba aproximadamente el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) y sostenía el 85% del empleo nacional. Por otra parte, la agricultura era el mayor sector de la economía, alcanzando el 40% del PIB. Adicionalmente, en los momentos iniciales de la reforma, Vietnam recibía ayuda de la URSS. Estas características, muy diferentes a las que tiene Cuba en la actualidad, aconsejan prudencia a la hora de tratar de entender las posibles lecciones de Vietnam para Cuba. 20

En contraste, Cuba cuenta hoy con un punto de partida que incluye otras condiciones favorables con las que no contó Vietnam en aquel momento, principalmente un nivel de educación promedio y de calificación laboral mucho más elevado, una estructura de comercio exterior más diversificada y de mayor complejidad tecnológica, una disponibilidad de recursos no utilizados muy elevada (56% de la tierra agrícola no se cultiva), no existe una espiral inflacionaria, y no se ha llegado a una situación de crisis nutricional severa al extremo de tener que solicitar ayuda internacional de emergencia alimentaria.

La experiencia vietnamita indica que la devaluación asociada a un proceso de unificación de tasas de cambio tiene mayores probabilidades de ser efectiva cuando es parte de un conjunto de medidas más amplias para reformar significativamente el modelo económico y social del país. Una devaluación representa la modificación de uno de los precios relativos más importantes de la economía y esa es una “señal” para la que el sistema económico debe tener capacidad de respuesta. Una devaluación puede significar un ajuste realista a las condiciones en las que debe tener lugar la inserción internacional del país, y ello tiende a favorecer una asignación de recursos alineada a esa realidad.

La experiencia vietnamita ilustra que para evitar o aminorar posibles costos como la inflación y para poder potenciar ventajas “teóricas” de la devaluación como pudieran ser el incremento de las exportaciones y la sustitución de importaciones, se necesita contar -desde antes de la unificación cambiaria- con una institucionalidad económica (reglas del juego) y con mecanismos de respuesta ágiles, que incluyan el funcionamiento de empresas estatales con alto grado de descentralización, el funcionamiento de las relaciones de mercado, y un sector privado extenso y con un marco regulatorio adecuado.

La experiencia vietnamita muestra la importancia de la agricultura en términos de su capacidad para dotar de velocidad y de escala el proceso de adaptación del sistema económico a la devaluación. Dos grandes activos de esa actividad –tierra y fuerza laboral- pudieran ser transformados rápidamente en producto material y en valor si existen mecanismos que permitan funcionar los incentivos y si existen condiciones para que operen el conocimiento y el trabajo.

La experiencia vietnamita revela que una serie de devaluaciones sucesivas de la tasa de cambio oficial –antes de llegar al momento de la unificación de las tasas- pudiera ser una opción a considerar para distribuir en el tiempo la magnitud de la devaluación de la moneda nacional.

Esbozando algunas recomendaciones sobre posibles alternativas para planificar la devaluación del peso cubano

La unificación de las tasas cambiarias en Cuba, y especialmente la devaluación que debe acompañarla, deben ser concebidas como parte de un conjunto más amplio de medidas donde la secuencia, la simultaneidad, los ritmos y la cuantificación tienen una relación de “doble dirección” respecto a otros componentes de la reforma. Si la unificación cambiara y la devaluación fuesen eventos “desconectados” respecto a otras medidas, es probable que no funcionen bien.

El proceso de unificación de las tasas y de devaluación no es una maniobra monetaria, como a veces parecería proyectarse. La devaluación no debe ser vista estrechamente como una medida de la esfera monetaria sino como un componente muy importante de una economía “abierta” como la cubana: la modificación de un precio relativo crucial del sistema económico. La devaluación de la moneda nacional es un evento de la economía real. Afecta la producción la distribución, el cambio y el consumo.

Cinco medidas “acompañantes” que pudieran considerarse en Cuba serían las siguientes:
  1. Otorgamiento de mayores facultades a las empresas estatales para decidir sus niveles de producción, de precios y de inversión;
  2. eliminación del monopolio estatal del comercio exterior;
  3. la adopción del marco regulatorio que permita el funcionamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) de capital nacional;
  4. la adopción del marco regulatorio que permita la estabilidad y efectividad del trabajo por cuenta propia (TCP); y
  5. el fomento de la inversión extranjera con entidades y actores de cualquier forma de propiedad y de gestión.
Debería prestársele una especial atención a la agricultura nacional. Una reforma sustantiva en la agricultura, especialmente antes de la unificación cambiaria, pudiera ser una manera relativamente poco costosa y rápida de modificar las condiciones en las que debe asimilarse una devaluación. La agricultura cubana no tiene un peso similar en el PIB comparable al que tenía la agricultura en Vietnam, pero la agricultura tiene en Cuba una escala suficientemente grande y un considerable potencial no utilizado. Probablemente la medida que primero debería considerarse sería la abolición del actual sistema de “acopio”. El funcionamiento de las cooperativas debería ser sustancialmente revisado y deberían estimularse las MIPYMES agropecuarias.

Debido a la necesidad de crear condiciones que hoy no existen en la economía real y sin las cuales una devaluación no podría funcionar adecuadamente, parecería razonable considerar la conveniencia de adoptar en Cuba el enfoque que se aplicó en Vietnam de hacer varias devaluaciones sucesivas de la tasa de cambio oficial, antes de proceder a unificar las tasas de cambio.

Esta fase “previa” a la unificación, por una parte, permitiría comenzar a materializar paulatinamente la devaluación, el aspecto más complejo de la unificación cambiaria, a la vez que se daría tiempo para ir creando mejores condiciones en la economía real, algo que tomaría algún tiempo.

El nivel de referencia que pudiera adoptarse como “meta” cuantitativa “final”, para ir modificando progresivamente la tasa oficial, sería el valor actual de la tasa de CADECA (1 USD = 24 USD). De poder contarse con un estimado confiable de una tasa de “equilibrio” obtenida de una modelación, entonces se adoptaría esta tasa en vez de la de CADECA.

La sugerencia de tomar la tasa de CADECA como referencia es simplemente una especie de segunda mejor opción. Es preferible tener un referente concreto en vez de tratar de “volar a ciegas”. Obviamente, no puede afirmarse que la tasa de CADECA represente la tasa de “equilibro”, entre otras cosas, porque esa tasa funciona solamente para un segmento del mercado de cambio monetario. Sin embargo, se conocen al menos dos cosas de la tasa de CADECA que pudieran justificar su utilización como referencia para una devaluación. En primer lugar, es una tasa que –en el ámbito donde funciona- se aproxima a la tasa del mercado “paralelo” y por tanto no es una cotización arbitraria. En segundo lugar, se conoce que, parcialmente, existen entidades estatales que en la práctica forman precios internos “como si se aplicase” aproximadamente la tasa de CADECA. Es lo que sucede al menos para el caso de un producto de amplio consumo popular como el arroz, donde sus precios internos en pesos cubanos, en el mercado “liberado”, equivalen al valor que se obtendría “como si se aplicase” aproximadamente la tasa de CADECA. 21. De nuevo, no se trata de que la tasa de CADECA pudiera ser considerada como la tasa de “equilibrio”, pero parecen existir indicios de que no es irracional utilizarla como punto de referencia.

Si el referente aproximado que se adoptase para la devaluación fuese una tasa de 1 USD = 24 CUP, la economía tendría que absorber una devaluación del 2300%. Como se ha comentado antes, hay áreas –como el caso del arroz- donde ya ese nivel de devaluación estaría implícitamente incorporado en la formación de precios actuales en el mercado “liberado”, pero la situación pudiera ser diferente en otras áreas de la economía. No es lo mismo absorber “de un golpe” una devaluación de 2300%, que hacerlo por tramos durante un período de, por lo menos, 24 meses.

Debería considerarse la posibilidad “teórica” de una devaluación del peso cubano superior a 1 USD = 24 CUP. Un evento como ese no sería necesariamente negativo para el modelo económico y social de Cuba. Todo dependería de la capacidad del sistema económico para “procesar” una señal de ese tipo y para poder convertirla en un resultado positivo, por ejemplo, incremento de exportaciones y sustitución de importaciones. El establecimiento del régimen monetario y cambiario del peso cubano que se establezca después de la unificación –tema que no se aborda en este trabajo- debería formar parte de la respuesta a mediano y largo plazo a la posibilidad de una devaluación del peso cubano que superase la cotización de 1 USD = 24 CUP.

Notas

1 En sentido estricto la tasa de CADECA establece una relación entre diferentes divisas –incluyendo el dólar estadounidense (USD)- y una moneda nacional diferente al peso cubano: el peso convertible (CUC). CADECA incluye, además, un tipo de cambio para el CUP en relación con el CUC, a razón de 1 CUC = 24 CUP. La compra del USD por CADECA es gravada en un 10%, de manera que el tipo de cambio efectivo del USD es inferior a 1 CUC. Por esa razón, la conversión de 1 USD en CUP es inferior a 24 CUP, pero para simplificar el análisis se ha asumido aquí la paridad entre el CUC y el USD y se ha establecido una tasa de cambio indirecta de 1 USD = 24 CUP.

2 La denomino como una propuesta de devaluación compensada porque la diferencia entre la tasa de CADECA actual y el valor de la tasa unificada (1 USD = 15 CUP) funcionaría como la fuente financiera inmediata principal para dar respuesta a los aumentos salariales y de las pensiones que incluye este autor en su propuesta. Ver, Humberto Pérez. “Comentarios sobre la unificación de las tasas de cambio en Cuba”, blog El Estado como tal, 20 de noviembre de 2017, https://elestadocomotal.com/2017/11/20/humberto-perez-comentarios-sobre-la-unificacion-de-las-tasas-de-cambio-en-cuba/

3 Rogelio Torras Rodríguez y Juan M. Ferran Oliva. “No es oro todo lo que brilla”, blog El Estado como tal, 14 de febrero de 2018, https://elestadocomotal.com/2018/02/14/rogelio-torras-rodriguez-y-juan-m-ferran-oliva-no-es-oro-todo-lo-que-brilla/

4 Jorge Barrera Ortega. “La unificación monetaria, un primer paso urgente”, Temas, 22 de enero de 2018, http://www.temas.cult.cu/catalejo/la-unificaci-n-monetaria-un-urgente-primer-paso

5 Peter Isard. “Exchange-Rate Determination: A Survey of Popular Views and Recent Models”. Princeton Studies in International Finance No. 42, 1978. Princeton Unviersty, https://www.princeton.edu/~ies/IES_Studies/S42.pdf ; Jan Priewe, “Review of exchange rate theories in four leading economics textbooks”, Paper presented at the 20th FFM Conference 2016 in Berlin, https://www.boeckler.de/pdf/v_2016_10_22_priewe.pdf ; y Charles Van Marrewijk. Basic Exchange Rate Theories. Centre for International Economic Studies (CIES), Discussion Paper 051. University of Adelaide. February 2005. https://www.adelaide.edu.au/cies/documents/papers/0501.pdf

6 Evans, M.D.D. and R.K. Lyons, (2002) “Order Flow and Exchange Rates Dynamics”, Journal of Political Economy, 110, pp. 170-180; Evans, M.D.D. and R.K. Lyons, (2003) “How Is Macro News Transmitted to Exchange Rates?”, NBER Working Paper 9433.

7 Pedro Monreal. “La devaluación del peso cubano y el precio de la comida: el caso del arroz”, blog El Estado como tal, 18 de febrero de 2018, https://elestadocomotal.com/2018/02/18/la-devaluacion-del-peso-cubano-y-el-precio-de-la-comida-el-caso-del-arroz/

8 Vidal, Pavel. “Monetary and Exchange Rate Reform in Cuba: Lessons from Vietnam.” Institute of Development Economies, Japan External Trade Organization, 2012. http://www.ide.go.jp/library/English/Publish/Download/Vrf/pdf/473.pdf ; Augusto de la Torre and Alain Ize. Exchange Rate Unification: The Cuban Case. Washington, D.C.: The Brookings Institution, 2013. https://www.brookings.edu/wp-content/uploads/2016/06/exchange-rate-unification-cuban-case-torre-ize-pdf.pdf

9 Suiwah Leung y Tranh Tri Vo. “Vietnam in the 1980s: Price Reforms and Stabilization”. BNL Quarterly Review, No. 197 June 1996.

10 Vo Tri Thanh (principal researcher), Dinh Hien Minh, Do Xuan Truong, Hoang Van Thanh, Pham Chi Quang. “Exchange rate arrangement in Vietnam: information content and policy options”, Hanoi, December 2000, http://eadn.org/files/Working%20Papers/WP_18_Vo_Tri_Thanh_Exhange_Rate_Arrangement_in_Vietnam_Information_Content_and_Policy_Options.pdf; Phuc Nguyen, Tom Nguyen, “Exchange Rate Policy in Vietnam, 1985-2008”, ASEAN Economic Bulletin, Vol. 26, No. 2 (2009), pp. 137–63, https://research-repository.griffith.edu.au/bitstream/handle/10072/30469/61156_1.pdf?sequence=1

11 “A History in Vietnam Exchange Rates”, Investors Hub, 30 de diciembre de 2006, https://investorshub.advfn.com/boards/read_msg.aspx?message_id=15893389

12 Ibidem

13 Suiwah Leung y Tranh Tri Vo. “Vietnam in the 1980s: Price Reforms and Stabilization”. BNL Quarterly Review No. 197 June 1996.

14 Nguyen Tran Phuc and Nguyen Duc-Tho. “Exchange Rate Policy in Vietnam,1985–2008”. ASEAN Economic Bulletin Vol. 26, No. 2 (2009), pp. 137–63. https://research-repository.griffith.edu.au/bitstream/handle/10072/30469/61156_1.pdf?sequence=1

15 Ibidem; “A History in Vietnam Exchange Rates”, Investors Hub, 30 de diciembre de 2006, https://investorshub.advfn.com/boards/read_msg.aspx?message_id=15893389 ; y Vo Tri Thanh (principal researcher), Dinh Hien Minh, Do Xuan Truong, Hoang Van Thanh, Pham Chi Quang, op. cit. http://eadn.org/files/Working%20Papers/WP_18_Vo_Tri_Thanh_Exhange_Rate_Arrangement_in_Vietnam_Information_Content_and_Policy_Options.pdf

16 Suiwah Leung y Tranh Tri Vo. “Vietnam in the 1980s: Price Reforms and Stabilization”. BNL Quarterly Review No. 197 June 1996.

17 “A History in Vietnam Exchange Rates”, Investors Hub, 30 de diciembre de 2006, https://investorshub.advfn.com/boards/read_msg.aspx?message_id=15893389

18 Ibidem.

19 Suiwah Leung y Tranh Tri Vo, op. cit.

20 David Dollar, Paul Glewwe, y Jennie Ilene Litvack (compiladores). Household Welfare and Vietnam’s Transition. Washington DC., 1998.

21 Pedro Monreal. “La devaluación del peso cubano y el precio de la comida: el caso del arroz”, blog El Estado como tal, 18 de febrero de 2018, https://elestadocomotal.com/2018/02/18/la-devaluacion-del-peso-cubano-y-el-precio-de-la-comida-el-caso-del-arroz/

Wall Street responde con fuertes caídas a los nuevos aranceles al acero y el aluminio anunciados por Trump

Por Marco Antonio Moreno

Wall Street cerró este jueves con fuertes caídas después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señalase que no hay riesgo de sobrecalentamiento en la economía y especialmente después de que Donald Trump anunciase aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio, incrementando el miedo a una posible guerra comercial.

Al cierre de las operaciones, el Dow Jones perdió el 1,68% dejándose más de 400 puntos hasta los 24.608,98, mientras que el S&P 500 perdía un 1,33% hasta los 2.677,67 enteros y el Nasdaq se dejaba un 1,27% hasta las 7.180,56 unidades.

La jornada transcurrió durante sus primeras dos horas en el ecuador entre los números positivos y negativos, para caer fuertemente tras el anuncio de Trump, llegando a perder más de un 2% en el caso del Dow Jones. La última hora de la sesión sirvió a los índices para mitigar la caída.

Wall Street intentaba digerir nuevas informaciones de la Reserva Federal, cuyo presidente, Jerome Powell, comparecía hoy ante el Comité Financiero del Senado tras hacerlo el martes en la Cámara de Representantes, donde dejó la puerta abierta a una cuarta subida de los tipos de interés este año.

Los mercados recibieron con subidas a Powell, a diferencia del otro día, cuando enfatizó que la economía no está recalentándose y afirmó que el banco central no ve "pruebas fuertes" de que los salarios vayan a subir de forma "decisiva" ni de que su inflación "esté en un punto de aceleración".

No obstante, barrió esos avances el anuncio de Trump sobre los aranceles a las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%) de algunos países que planea firmar la próxima semana para que estén en vigor un largo periodo de tiempo.

Arrastrado por el temor hacia las políticas proteccionistas, el Dow cayó cerca de 600 puntos, que luego desanduvo, y en la Bolsa de Nueva York se resintieron firmas automovilísticas como Ford Motor (-3,11%) o General Motors (-3,96%), mientras que metalúrgicas como AK Steel (9,69%) celebraron el momento.

A medida que se sucedían las ventas en el parqué neoyorquino, el índice de volatilidad Vix, que mide el "miedo" en los mercados, se disparó hasta niveles no vistos en dos semanas y al cierre progresaba un 12,64% hasta 22,36, por encima del promedio.

Prácticamente todos sectores se tiñeron de rojo; el tecnológico (-1,63%) y el industrial (-1,57%) siendo los más perjudicados, por delante del sanitario (-1,27%), mientras que el de bienes de consumo no cíclicos avanzaba un 0,48 y el de empresas de servicios públicos estaba plano.

Entre los treinta valores del Dow Jones, encabezaban los descensos Boeing (-3,33%) y United Technologies (-3,27%), seguidos de Intel (-2,94%), Caterpillar (-2,88%), American Express (-2,42%) y Goldman Sachs (-2,34%).

Repotaban ganancias en ese grupo, aunque por debajo de medio punto porcentual, Verizon (0,46%), Coca-Cola (0,42%), Procter & Gamble (0,18%) y Chevron (0,04%).

En otros mercados, el petróleo de Texas bajó un 1,1%, hasta 60,99 dólares el barril, y al cierre de Wall Street el oro caía hasta 1.317,40 dólares la onza, la rentabilidad del bono del Tesoro a diez años retrocedía a 2,815% y el dólar perdía terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,2264 dólares.