Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 23 de mayo de 2019

El socialismo sostenible y la ciencia

Por: Luis A. Montero Cabrera
Las sucesivas y democráticas discusiones que el pueblo cubano ha tenido recientemente acerca de las políticas y leyes a seguir en los próximos años permiten y alientan a transformar todo o casi todo lo que debería ser cambiado. Foto: Fernando Medina.
La educación científica que recibimos en nuestras universidades cubanas y toda la vida dedicada a la investigación nos va conformando patrones de conducta y razonamiento. Se manifiestan inevitablemente en la forma en la que consideramos que deben ser muchas facetas de la vida, aunque aparentemente no tengan relación alguna con la ciencia.
Si un químico requiere obtener un determinado compuesto conocido, lo usual es que consulte la información existente en artículos científicos precedentes donde otros han expuesto la forma de sintetizarlo, de hacerlo en el laboratorio. Puede que se encuentre más de un procedimiento (o “técnica”) para obtener tal producto. La decisión que tome lo conduce entonces a probar, comenzando con la que le haya parecido a propósito más conveniente. Este proceso puede llevar al éxito inmediato y también al fracaso, después de varios intentos. Si no funciona, puede ser porque la técnica seleccionada haya sido experimentada en otras condiciones por el que la propuso, o que su autor ha ocultado algo en la descripción de cómo hacerla. En la ciencia también pueden aparecer fraudes. Lo que nadie puede esperar de un científico es que deposite tanta fe en un determinado procedimiento fallido como para que lo repita indefinidamente esperando el éxito si nunca obtiene el resultado deseado. Si una “técnica” falla, hay que buscar una alternativa y probar de nuevo, hasta obtener el producto.
Las formas de obrar en la ciencia se han ido depurando en los últimos doscientos años. Muchas rutinas de trabajo, como es el proceder descrito en el párrafo anterior, son hoy comunes a todos los investigadores y desarrolladores del mundo. Suelen hacer muy eficientes y confiables casi todas las tareas de obtención de resultados, y nuevos conocimientos. Algunos de estos caminos conducentes a la verdad científica y tecnológica se están extendiendo a otros escenarios del quehacer humano, incluyendo el político.
El socialismo sería una sociedad diseñada por el hombre. En el andar histórico como especie viva en este mundo hemos visitado muchas formas de relacionarnos los unos con los otros, de vivir en sociedad y de producir riquezas. Tal andar nunca ha sido en línea recta y sin contratiempos. Hemos probado incluso la de compartirlo todo. Esto se dice que ocurrió en etapas muy iniciales de la existencia de nuestra especie. Sin embargo, por una u otra razón esa sociedad primitiva no progresó. Evolucionó para entronizar por mucho tiempo formas más o menos brutales mediante las que una minoría de seres humanos se apropiaban de todo o parte del trabajo y los valores materiales de las mayorías.
Esta situación solo podía desembocar al paso del tiempo en que intentáramos diseñar reglas de vida social que tendieran a ir eliminando tal apropiación indebida, que muchos llaman “explotación” de unos seres humanos por parte de otros. Las mayorías solo podían ganar en ese experimento. Entre las denominaciones escogidas en el siglo XIX europeo para una sociedad más justa estaba la palabra “socialismo”. Si convenimos en que ese es el término apropiado, estaríamos refiriéndonos a una organización de nuestra convivencia con los congéneres en la que tal explotación fuera mínima o inexistente. No hay dudas de que una formación social tan justa merece el intento de alcanzarla.
Varios pueblos de este mundo se han propuesto esta meta y de variadas formas. Algunos comenzaron en el octubre ruso de 1917, el experimento más trascendente de ese siglo para lograrlo. Pero, desafortunadamente para los bien intencionados, fracasaron. Aquella “técnica” de obtener el socialismo no funcionó. Los que lo entregaron todo por esa causa, que fueron muchos, nos dejaron el legado de que algo podía hacerse realmente. La mala experiencia nos enseñó también cuales procedimientos no podían seguirse, lo mismo en lo económico que en lo político. Ningún fin, por altruista que fuera, podía justificar exceso alguno contra la integridad de los mismos protagonistas principales de tal proceso, ni la aparición de nuevas castas explotadoras disfrazadas de gestores políticos o económicos de los bienes de todos, ni la utilización de procedimientos centralizados y burocráticos para gobernarlo todo de todos. Aunque nuestro entorno ha estado afortunadamente ajeno a muchos de aquellos males, debemos también reflexionar acerca de cómo lo hacemos.
Las sucesivas y democráticas discusiones que el pueblo cubano ha tenido recientemente acerca de las políticas y leyes a seguir en los próximos años permiten y alientan a transformar todo o casi todo lo que debería ser cambiado. Solo debemos replantearnos muchos aspectos de la ejecución de esos deseos.
Por ejemplo, si una dirección y planificación centralizada hace que el combustible que usa un medio de transporte o la apertura de una cuenta bancaria se decida en la oficina de un ministro, si un cuadro se promueve sin evaluarle su capacidad de éxito e iniciativa, si cualquier actividad que es transversal a toda la sociedad se designa como “rectorada” por una persona u organización nacional que nunca será infalible, si un dirigente nacional debe conocer a fondo y es el responsable final de lo que ocurre en cualquier unidad de una variada gama de actividades en todo el país, si el verdadero valor de todo se desconoce realmente al carecerse de la capacidad liberatoria ilimitada del dinero, que es una unidad de medida económica por excelencia en la sociedad moderna, y si se sigue pretendiendo que solo con exhortaciones y buenos propósitos se resuelven los problemas no lograremos nuestro deseado producto: un socialismo sostenible.
Una mirada científica, parecida a la del químico que quiso obtener un producto con un procedimiento errado, solo conduce a cuestionarlo e intentar formas nuevas, algunas totalmente nuevas, que puedan ser más efectivas.

Experimento en Artemisa y Mayabeque, ocho años después

LA HABANA. Además de los cambios socioeconómicos que desde hace años se implementan en Cuba, se han realizado “ajustes” que miran de frente —de algún modo— al sistema político del país, específicamente a sus prácticas gubernamentales. Por primera vez en 2011 se volteó la mirada hacia esas instancias desde la creación de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), en 1976.
En 2011 el Parlamento cubano anunció la decisión de perfeccionar el funcionamiento de los órganos del Poder Popular. A manera de ensayo se escogió a las entonces recién creadas provincias de Artemisa y Mayabeque.
El experimento, que según el cronograma del momento concluía en diciembre de 2017 para su posible extensión al resto del país, consistía entre otras cosas en separar la dirección de los Consejos de Administración y de las Asambleas provinciales y municipales del Poder Popular. Por antigua disposición constitucional (artículo 117), ambos órganos tenían como Presidente a una misma persona.
También se pretendía transformar las estructuras organizativas de las asambleas municipales, las administraciones y el sistema empresarial local, además de la reducción de cargos.
Según se publicó en 2011, “como resultado de un estudio previo, fueron identificadas un grupo de deficiencias e insuficiencias que entorpecen el ejercicio cabal de estas responsabilidades por una misma persona”.
El propio Jefe de Estado y de Gobierno de Cuba Raúl Castro ha reconocido que “nuestra democracia es participativa como pocas, pero debemos estar conscientes de que el funcionamiento de las instituciones del Estado y del Gobierno aún no alcanza el nivel de efectividad que nuestro pueblo exige con todo derecho”.
Ante esta premisa y como parte del perfeccionamiento de las prácticas gubernamentales y de los órganos del Poder Popular, el 1 de junio de 2012 entró en vigor el Decreto 301 del Consejo de Ministros, sobre las Funciones Estatales y de Gobierno en las entonces recién creadas provincias de Artemisa y Mayabeque.
Un mes después, el 23 de julio, la ANPP extendió la duración del experimento de 18 a 24 meses, cuyo término se ubicaba a inicios de 2014. Luego, en julio de ese año, se decidió otra vez prorrogar la valoración de los resultados hasta diciembre de 2016.
Durante 2016 también fueron secreto a voces los procesos judiciales en que estuvieron involucradas las direcciones de varios municipios artemiseños. Pero, una vez más, ninguno de estos salió a la luz pública. Los rumores modelaban acciones como contratos para realizar servicios en detrimento del presupuesto local y en beneficio de los bolsillos de algunos funcionarios, tanto de la administración como del gobierno.
Cuando habían pasado 6 años, en septiembre de 2017 —fecha en que según el cronograma inicial concluiría el experimento—, fue aprobado por el Consejo de Ministros un nuevo cargo en la estructura del Poder Popular que se estaba transformando: Vicepresidente de la Asamblea para el órgano de la Administración, que quedó establecido mediante el acuerdo 8223, y fue extendida su aplicación a todo el país en febrero de 2018.
Para esta última fecha los resultados del experimento no se habían hecho públicos. Solo 4 años antes, en diciembre de 2003 y según documentos a los que Progreso Semanal tuvo acceso, se realizó una encuesta en varios municipios de Artemisa y Mayabeque.
Según ese estudio, para ese entonces todavía quedaban “vacíos en cuanto a quién es responsable por quién, en lo que incide, de una parte, que los actuales presidentes en su mayoría vienen de la estructura anterior, donde el peso mayor en sus funciones era de administración y, de otra, que aún no contaban con los nuevos documentos rectores que esclarecieran las funciones de las Asambleas. En este sentido, se notaba un avance desigual entre la Administración y la Asamblea, en tanto la primera cuenta con documentos rectores y la segunda no”.
También existían criterios sobre que la Administración no se sentía subordinada a la Asamblea y sobre la “excesiva crítica” de esta hacia el trabajo administrativo, sobre todo cuando los que actualmente encabezan las Asambleas poco antes eran también responsables de los problemas que en ese momento reclamaban.
Otro de las contrariedades identificadas en el estudio fue la “autonomía limitada para decidir sobre su propio patrimonio”, porque la aprobación de estas propuestas sigue dependiendo del organismo rector.
Las administraciones también consideraron una limitante su relación con las responsabilidades hacia la población, pues siguen dependiendo de unidades estatales de producción para garantizar servicios, y estas a su vez responden a Grupos Empresariales Provinciales.
Antecedentes
El Estado cubano se ha organizado sobre la base de la unidad de poder o unidad de acción política. Esta alta concentración de facultades se aprecia en el propio titular o Presidente del órgano de representación permanente de la ANPP, el Consejo de Estado, en tanto es jefe del Estado y del Gobierno y primer Secretario del Partido, a la vez que jefe de las Fuerzas Armadas y preside el Consejo de Defensa Nacional. Esta estructura ha sido modificada en la recientemente debatida, refrendada y proclamada nueva Carta Magna cubana.
A nivel local, la dualidad de funciones generaba otros males conocidos. Tamara Valido Benítez, presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular de Mayabeque, dijo que los ciudadanos no veían las Asambleas como lo que verdaderamente son. “La mayoría de las veces dedicábamos mucho más tiempo a lo administrativo que a la comunicación con la población”.
“En Cuba, la historia demuestra que al municipio le han faltado alas para ejecutar su propio vuelo, la centralización ha mediado sus caracteres más sobresalientes en cada momento histórico, atando el despliegue de la iniciativa propia”, aduce la investigadora Lissette Pérez Hernández en su artículo “Diseñando un camino a partir de los antecedentes y retos de la descentralización del municipio cubano”, publicado en la compilación Qué municipios queremos, de la Editorial UH, La Habana, en 2013.
La concentración de poderes en los niveles superiores ha llevado a focalizar la gestión en los indicadores que tributan al desarrollo nacional y sectorial. Por esta razón el registro del resultado económico se realiza con un enfoque sectorial y no territorial, lo que produce un “enmascaramiento” de los bienes y servicios generados por la localidad, y la acumulación de sus problemas, que suelen quedar sin solución, e inversiones con poco impacto en los objetivos del desarrollo sustentable.
“La escasa autonomía municipal y, por consiguiente, las limitadas capacidades de resolución de necesidades por parte de los delegados electos, ha generado una creciente falta de motivación hacia el control de la gestión gubernamental en el ámbito local cubano, conllevando la deslegitimación progresiva de las instituciones representativas y su sistema”, acota el jurista Marcos fraga en su artículo “La descentralización de la toma de decisiones políticas como presupuesto para un efectivo control popular de la gestión gubernamental en el ámbito municipal cubano”.
Luego de más de siete años desde su anuncio no se conocía prácticamente ningún resultado, favorable o no, de esa experiencia; no supimos por qué subsistió un silencio aturdidor sobre la aplicación del Decreto 301 —siendo garantía del socialismo vigilar por la gestión transparente de la actividad de gobierno—; o cuál fue el impacto real de esos cambios para la población de ambas provincias.
En junio de 2018 finalmente se aprobó en la ANPP el Dictamen sobre el experimento. Pero en ese momento solo se recomendó “continuar el perfeccionamiento del modelo puesto en práctica, culminar el estudio e incluir las nuevas modificaciones en la nueva constitución”. Más de ocho años después, que sepamos, todavía no se ha decidido extender la experiencia al resto de los municipios del país.
Nota: En la investigación de este trabajo colaboraron las periodistas Nery Ferreira y Yery Menéndez.
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Récord en ventas en tienda de Caracol


El colectivo de la tienda especializada Romeo y Julieta ingresó en tiempo récord de solo cuatro meses y medio, su primer millón de pesos convertibles (CUC) mediante ventas de habanos, ron y café, y se han propuesto exceder los dos millones previstos para este año en saludo al aniversario 500 de la capital cubana.

El servicio comercial de ese establecimiento de la Empresa Comercial Caracol S.A., está animado por un sexteto de trabajadores de gran profesionalidad, reconocidos en el país actualmente entre los de mayor productividad por los resultados de la gestión desarrollada.

Dayán Valdés Matamoros, jefe de brigada de la entidad, considera que mantienen un considerable crecimiento en las utilidades, fruto del esfuerzo decidido de todo el colectivo, empeñado en sustentar sus ventas mediante acciones comerciales que despierten mayor interés entre quienes acuden a esa casa.

Destacó la calidad del equipo laboral, “quienes me han ayudado mucho con una gestión decidida, bien cohesionada, para alcanzar tal resultado económico en tiempo récord. Se trata de una tienda pequeña, pero que a diario recibe cientos de turistas que acuden a las fábricas de habanos ubicadas en este entorno.

“De esta forma, seguiremos trabajando para saludar dignamente en lo que nos corresponde, el cumpleaños de La Habana, a la vez que damos respuesta al pedido de nuestra Sucursal Caracol y hacemos un aporte importante a la economía del país”, subrayó.

“Los turistas y los buenos clientes de la tienda siempre encuentran aquí productos de gran calidad junto a un servicio de excelencia, porque contamos también con el apoyo de los proveedores quienes, conocedores de nuestra gestión, contribuyen en buena medida con suministros puntuales; no hemos tenido problemas con el abastecimiento para los productos que vendemos”, concluyó.

Siempre llena

En lo que va del actual año, la tienda permanece llena de turistas llegados desde Varadero y hoteles de la capital, fundamentalmente, lo cual hace que su salón comercial ya resulte pequeño, aunque conserva el ambiente acogedor y típico de las unidades de Caracol especializadas en ventas de habanos, café y rones cubanos.

En su decoración sobresalen tapices de piel alegóricos al clásico drama Romeo y Julieta, de Shakespeare, las anillas del tabaco y otros motivos recreados por sobresalientes artistas nacionales de la plástica. Como toque distintivo, destacan estantes de maderas preciosas que atesoran torcidos, rones y café de prestigiosas marcas de la Mayor de las Antillas.

Situada en la céntrica esquina habanera de Belascoaín y Peñalver, desde su apertura en septiembre de 2001, en la planta baja de la antigua fábrica de tabacos Romeo y Julieta, esta tienda es visitada a diario por amantes del habano y turistas de España, Francia, Italia, Rusia, China, Canadá, Estados Unidos, Emiratos Árabes y México, entre otros.

El establecimiento se distingue por cumplir los principales indicadores de eficiencia económica y el plan de ingresos, ya ha recibido el reconocimiento del Ministerio de Turismo y ostentan la condición de Héroes del Moncada, otorgado por el Sindicato Nacional de Hotelería y Turismo.

Su colectivo lo integran, además, los dependientes María Cristina Quiroga Veitía (Sissy) fundadora, Jorge Cambeiro Díaz, Beatriz Leticia Riesgo Álvarez, Elizabeth Arguelles y Raudel Travieso Pérez, comercial de la UEB.

La prohibición de Trump a Huawei puede hacer explotar a Apple

Por Marco Antonio Moreno

De todas las grandes multinacionales estadounidenses que hacen negocios en China, las recientes medidas tomadas por Donald Trump han hecho que Apple se encuentre en una posición particularmente precaria. Olvidó Trump que los iPhones que se venden en EEUU estarán sujetos a nuevas tarifas, ya que Apple las construye en China, la China castigada con nuevos aranceles de 25%, mientras que a su vez los consumidores chinos, de quienes la compañía depende para el crecimiento de sus ventas, podrían evitar la marca Apple en respuesta a las continuas amenazas de Donald Trump, como parte de su guerra comercial.

Se olvida Trump también que a finales del año pasado, Apple provocó un colapso en el mercado cuando reconoció una caída de sus ingresos trimestrales por primera vez en 16 años como resultado del desplome en las ventas de iPhone en China. Lo del último trimestre del año pasado se repetirá este 2019 como fruto del constante hostigamiento de Trump a China. Esta vez el boicot a la empresa estadounidense no se hará esperar ante la amenaza a una empresa emblemática del gigante asiático como es Huawei. Instalar a Huawei en una lista negra, prohibir a las empresas estadounidenses hacer negocios con Huawei y cortar de la noche a la mañana los negocios y compromisos adquiridos con esta empresa es una de las decisiones más desafortunadas que ha tomado el gobierno de Estados Unidos. Solo comparable a la mentira de las "armas de destrucción masiva" para iniciar una guerra con Irak. 

Los productos de Apple se ensamblan en China y si el gobierno chino opta por cerrar los acuerdos con la empresa estadounidense, Tim Cook deberá buscar otros países, más caros, para su producción. Esto puede tener efectos devastadores para Apple y analistas de Goldman Sachs estiman que la empresa perdería a lo menos un tercio de sus ganancias. Un escenario aún más grave sería si China implementa restricciones de producción que obligarían a Apple a rediseñar toda su cadena de suministro global.

Incluso si el gobierno chino no toma represalias directamente, la creciente ola de nacionalismo chino podría dificultar que el gigante tecnológico cumpla con sus pronósticos de venta en 2019. El sentimiento nacionalista probablemente afectará las ventas de Apple en el país y podría hacer que la compañía no cumpla con sus pronósticos financieros. Para Apple, la represión de la Casa Blanca contra Huawei podría tener un único lado positivo: dado que las empresas estadounidenses tienen prohibición de negociar con Huawei, todos estos proveedores tecnológicos podrán vender sus productos a un mejor precio a Apple. Al perder a un cliente tan grande como Huawei, los proveedores Qualcomm Inc. e Intel Corp. y otros, estarán más dispuestos a negociar un precio más bajo con Apple, pero con ello bajarán sus utilidades y también entraran en crisis los salarios. Todo por la decisión de Trump de vetar a Huawei. 

No existen muchos cliente de Huawei en Estados Unidos para que Apple piense que será un negocio recuperarlos. Pero en otras partes del mundo Huawei se ha convertido en una espina para Apple. El gigante tecnológico chino tiene casi una cuarta parte del mercado de teléfonos inteligentes en Europa, justo detrás de Apple y Samsung Electronics Co. A nivel mundial, Huawei es el segundo fabricante de teléfonos inteligentes más grande detrás de Samsung.

La desafortunada realidad para Apple permanece: independientemente de lo que suceda con Huawei, si las tarifas de Trump siguen vigentes (o, si la Casa Blanca las amplía para incluir prácticamente todos los productos chinos que ingresan a EEUU), Apple tendrá que tomar una decisión difícil: aumentar los precios de sus iPhones o absorber las pérdidas. En ambos casos se afectaría seriamente su margen bruto. Para Wall Street tampoco serán buenas noticias.

Tenería de Caibarién, ¿una inversión fallida?

Muchos de los desechos del proceso se pierden por falta de la tecnología adecuada para su procesamiento. Foto: Freddy Pérez Cabrera
Cuando Ernesto Rojas González puso por primera vez un pie en la Tenería de Caibarién tenía apenas 18 años, y llegó allí motivado por la aureola de buenos curtidores de piel que tenía la vetusta industria fundada en 1860.
Tres décadas después, él sigue en ese lugar, cual testigo excepcional de los buenos y malos momentos por los que ha transitado la entidad, experiencia reforzada ahora por el hecho de ser desde hace algunos años el jefe de Producción del centro.
«Aquí hemos pasado por todo. Tuvimos momentos en que, a pesar del atraso tecnológico, llegamos a procesar unos 500 000 metros cuadrados al año. Luego, cuando se planteó la modernización de la tenería a partir de la entrada de nuevas máquinas, todos nos esperanzamos en que las cosas comenzarían a cambiar para bien de la industria y de los trabajadores.
«Sin embargo, si bien creció la producción de pieles, que llegó a 800 000 metros cuadrados, y mejoraron las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, también es cierto que en ese proceso inversionista hubo muchísimos problemas desde el inicio, por los cuales hemos pagado un alto precio.
«Si le digo que aquí hay equipos que costaron miles y miles de dólares y nunca llegaron a trabajar, usted no lo va a creer», nos dice con dolor Rojas González, quien pone el ejemplo de la máquina de calzar y descalzar los rollos de cuchillas, un ingenio de tecnología italiana que por diversas razones no consiguió usarse.
A la explicación del Jefe de Producción, se une la de Noelis Bello García, especialista principal de Mantenimiento, quien señala que tampoco han funcionado como debían una máquina importada en 2013 encargada de ordenar la ejecución de la pintura a las pieles, que funcionó muy poco tiempo, pues presentó problemas en el sistema de control del economizador.
En ese caso, falló la asesoría técnica del servicio de posventa, reconoce la especialista, quien añade que el asunto es un reflejo de lo mal que se preparó, contrató y ejecutó esa inversión.
«Se nos dio la situación de otros equipos que tampoco funcionaron como debían, tal es el caso de la máquina de lijado que interviene en el acabado y la calidad de la piel, la cual tuvo dificultades durante la puesta en marcha al botar mucho polvo, situación que nunca llegó a resolverse por falta de seguimiento a la inversión, de asesoría y otros problemas», explica.


Las condiciones de trabajo resultan difíciles para los obreros por la carencia de los medios necesarios. Foto: Freddy Pérez Cabrera
EN LA PIEL
Miguel Sariol Espinosa, actual director de la Tenería de Caibarién, es un granmense traído allí para tratar de poner orden y responsabilidad en un asunto que tiene varias torceduras.
Resulta una gran verdad que aquella inversión llevada a cabo a inicios de la actual década no dio los resultados esperados por problemas de mala preparación, de contratación y de seguimiento a una obra que hubiera podido significar para el país grandes ahorros de recursos y altos ingresos por concepto de sustitución de importaciones y de exportación, reconoce el directivo.
Como consecuencia, la industria comenzó a deprimirse, provocando el éxodo de trabajadores porque, al no tener resultados económicos favorables, bajaron los salarios y las personas comenzaron a irse para la pesca, el turismo y otros sectores que pagaban más, señala Sariol.
«Hoy, aunque se ha crecido en fuerza de trabajo, la situación aún es muy compleja, las condiciones de trabajo no son las mejores, se producen muchas roturas, escasean los productos químicos que deben ser comprados en el exterior y traídos desde La Habana; porque esta entidad es una unidad empresarial de base, y su dirección radica en la capital, a pesar de ser la mayor tenería de Cuba, que aporta más del 85 % de las pieles que se producen en el país», reconoce el director.
A ellos, se unen dificultades con la alimentación de los trabajadores, en la adquisición de los medios de protección y otros asuntos que requieren de mucha voluntad y de recursos para resolverlos, expresa Sariol Espinosa.
Para los próximos años está en plan una nueva inversión en la planta de tratamiento de residuales y en perspectiva se trabaja en la documentación para lograr un crédito que permita la reconversión tecnológica de la industria, explica el directivo, quien está consciente de que el momento que vive la economía del país no admite nuevos tropiezos en materia inversionista.
El desarrollo de ese proceso permitiría, entre otras tareas, un mayor aprovechamiento de la materia prima que reciben, una buena parte de la cual hoy se pierde por falta de tecnología, como es el caso del conglomerado, producto empleado en la fabricación del cartón y las suelas internas del zapato; además de otros desechos que servirían para elaborar la cola de pegar, producto que hoy Cuba tiene que importar.


ALGO MÁS QUE MATAR Y SALAR
La Tenería Patricio Lumumba de Caibarién recibe cueros de todas las provincias del país, excepto de la Isla de la Juventud, para poder satisfacer la alta demanda de pieles de la industria nacional.
Para ello, existen saladeros en las tres regiones de la nación y varias unidades empresariales de base, dos en Oriente, una en el centro y otra en occidente, donde se procesan todos los cueros que les aportan los mataderos, refiere el Director de la importante industria caibarienense.
En la actualidad, las principales tenerías de Cuba están ubicadas en Villa Clara y Camagüey, aunque existen otras más pequeñas en algunos lugares. En su totalidad, y por problemas de capacidad productiva, no están en condiciones de procesar todos los cueros entregados, lo cual obliga a exportar determinadas cantidades de piel salada, explica Miguel Sariol.
Para nuestro país resulta más rentable procesar todas las pieles aquí, y en caso de ser posible exportarlas nosotros ya procesadas, afirma el Director, quien añade que ahí radica la importancia de mejorar las industrias con que contamos, las cuales pueden convertirse en una notable fuente de ingreso para la economía, atendiendo a la calidad de las pieles creadas aquí.
Respecto al índice de rechazo de los cueros recibidos por la industria, provenientes de los saladeros, Sariol Espinosa señala que resulta mínimo, criterio compartido por los directivos de la Empresa Cárnica de Villa Clara, quienes, no obstante, reconocen que en determinadas ocasiones dejan de entregarse pieles por diversidad de criterios técnicos.
Un ejemplo de lo anterior es que el matadero Lorenzo González, de Sagua la Grande, dejó de entregar hasta el mes de abril un total de 932 unidades, lo que representa el 15 % del total, producto de esa disparidad de criterios a la hora de entregar y recibir los cueros, lo que al final representa pérdidas para la economía.
Sobre el tema, el Director de la tenería señala que no hay justificación para ello, porque esa industria está en condiciones de procesar los cueros que les entreguen, sean pequeños, medianos o grandes, los que una vez trabajados pueden satisfacer parte de la demanda de la industria de calzado, la Empresa de Talabartería Thaba, la industria deportiva, el Ministerio de Salud Pública, calzado ortopédico, y un mínimo de pieles que se le venden al fondo de bienes culturales.