Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 4 de agosto de 2018

Siete errores y de ellos, uno capital

Por SILVIO GUTIÉRREZ. El Estado como tal.

La causa más evidente del desenfoque en los análisis realizados sobre el trabajo “La agradable encrucijada de los incrementos de los rendimientos agropecuarios sin techo y los precios de acopio máximos” (1) consiste en que se desconoce o no se considera importante reconocer la teoría y la práctica cubana en materia precios, en este caso agropecuarios. Es cierto que poco se ha escrito por los cubanos sobre estos asuntos, pero las normas jurídicas que lo regulan y son públicas en la Gaceta Oficial tienen información que pueden ser estudiadas, así como las preguntas y respuestas a especialistas y directivos en nuestro país no tienen límites ni barreras de acceso.

Vayamos directo a las apreciaciones que tenemos. Según nuestra opinión se han cometido 7 errores, de ellos uno de carácter general o capital. No nos extenderemos como lo merece en cada asunto para tratar que estas notas sean breves.
1) Se asume una tesis del trabajo que no estaba ni implícita ni explícitamente expresada. “Los precios estimulantes tienen un efecto positivo sobre el incremento de los rendimientos”. El concepto que se trabajó consistió en la necesidad de modificar los precios de acopio aprobados centralmente porque algunos productos habían incrementado sus rendimientos.
En el propio trabajo se afirma que en estos precios estimulantes se consideraron las condiciones más difíciles de producción en el país y se decidió estimular el incremento de la producción con utilidades entre un 30 y un 50% sobre los costos. Posteriormente se informa que esta medida se adopta en un contexto que era necesario incorporar miles de productores a tierras ociosas y de escasez de fuerza de trabajo en el campo. Consideramos que el concepto estaba claro y no provocaba otra interpretación.
2) Afirmar que los precios de acopio se concertan entre la burocracia y los productores y que se aprueban en un mecanismo fuera de mercado, no es totalmente exacto ni refleja la formación de precios en Cuba.
En la formación del precio de la producción agropecuaria lo primero que se conoce es su comportamiento en el mercado, no solo de oferta y demanda, también en el mercado internacional. Identificamos, por los productores o sus organizaciones, cuánto considera debe pagarse por lo que produce y solicitamos a los institutos de investigación que faciliten las fichas técnicas de la producción para determinar las fichas de costos y formar los precios.
Cada inicio de año los productos seleccionados para centralizar sus precios entran al mercado de venta estatal con precios máximo, o sea pueden disminuirse si es necesario y también pueden incrementarse si en un territorio el Gobierno municipal lo considera. Entonces ¿está fuera del mercado la fijación de los precios de los productos agropecuarios?
Es cierto que son planificados y están en un plan, por tanto, no oscilan libremente, y ese es uno de sus objetivos, regular los precios de oferta y demanda. No pretendemos ahora extendernos en este aspecto, se queda para otra oportunidad.
Puede que como todo procedimiento no sea efectivo en todos los municipios, pero el diseño es planificado, flexible, y descentralizado.
3) Asumir que la determinación esencial de los precios puede hacerse de manera sostenida por métodos administrativos. En los precios agropecuarios la acción regulatoria del Estado no se limita a fijarlos por métodos administrativos, considero que esto no niega sino confirma el criterio aprobado en la Conceptualización del modelo económico cubano. Solo para ilustrar relacionaré algunos ejemplos de medidas indirectas que se han adoptado y que por sí solas expresan el objetivo:
– La Habana es la única provincia que por la venta de productos agropecuarios no se paga impuestos, ni los oferentes estatales ni los de oferta y demanda.
– La venta de bioproductos nacionales (biofertilizantes, bioestimulantes y bioplaguicidas) para producciones agropecuarias tienen precios inferiores a los de similar función de productos importados y están exentos de todo tipo de impuestos.
– El presupuesto del Estado asume el 50% del interés de los créditos y de las primas de seguro de las inversiones que se realicen para incrementar la producción.
No coincido en que los precios que se fijan centralizadamente se establecen de manera sostenida, no solo porque en el propio año se prevén modificar según las estaciones y sus rendimientos, sino porque esta decisión se corresponde a la necesidad de regular ofertas sostenibles y accesibles a la población, según los niveles de producción disponibles. Los productos que se centralizan sus precios se someten a análisis para su aprobación anualmente.
En resumen, los precios se regulan directa e indirectamente, y tiene preeminencia la forma que más efectividad demuestre en cada momento.
4) Los precios de acopio estimulantes tendrían efectos alcistas en los precios minoristas de los productos agropecuarios. Todo lo contrario a la realidad. No es lógica esta afirmación, si los precios de acopio se fijaron por similares a los del mercado y los minoristas inferiores a los de oferta y demanda. Esto solo se puede hacer fijando márgenes comerciales inferiores a las empresas comercializadoras estatales a la especulación de los intermediarios mayoristas no estatales.
Este es otro asunto que requiere de información factológica para demostrar con evidencias y no es el momento para presentarla, Otro aspecto, no significa lo mismo el término nivel de precios que el de comportamiento de los precios. Somos del criterio que el nivel de precios se incrementó de manera apreciable en el periodo especial, con la crisis aguda en el país por el recrudecimiento del bloqueo del gobierno de Estados Unidos y el abrupto desenlace de los países socialistas en Europa que exigió la aceptación de más de una moneda de curso oficial en el país.
5) Precios y rendimientos: correlación, causalidad y falta de evidencia. El dislate demuestra la necesidad de estudiar aún más en la teoría de los precios, no solo en Cuba. El rendimiento (toneladas por hectáreas) que se utiliza para formar precios de acopio de las empresas estatales no tiene que coincidir con del anuario estadístico, entre otras por la siguiente razón “Las empresas estatales (públicas) no contratan toda la producción que se reporta en la estadística, las compras oscilan entre un 40 y 80% de lo que se comercializa y mucho menos de lo que se produce”. Este criterio me ahorra abordar otros aspectos, aunque coincida o no con ellos.
6) La oferta total y el otro precio: el precio desestimulante del consumidor. En esta oportunidad no solo se aprecia desconocimiento de la teoría de los precios, también de sus particularidades en la agricultura y de cierta dosis de desactualización de los procesos económicos y financieros en el campo de nuestro país.
Cuando mis alumnos de la facultad de Contabilidad y Finanzas me cuestionan porque no disminuyen los precios de los mercados agropecuarios, después de agradecer su preocupación por el bien de la sociedad, les demuestro las diferencias entre el nivel de precios, el comportamiento de los precios agropecuarios y la capacidad adquisitiva (demanda solvente) y les los argumentos por los que prefiero que se incrementen los salarios antes de disminuir los precios.
Los datos de cuanto se ha incrementado el salario promedio en Cuba en los últimos años son de dominio público y el aumento de la demanda que implican. Los datos de la ONEI demuestran que no ha ocurrido un incremento del nivel de los precios, aunque si incrementos o disminuciones temporales en algunos productos. Sin negar que estos precios minoristas son altos para la población y se mantienen estables desde hace varios años.
Otro asunto que lamentablemente se obvia son las particularidades de los precios agropecuarios en el referido posible impacto en la llamada cadena de valor. En esta oportunidad aceptemos que se incrementan los precios de acopio en la misma medida que se incrementó por las entidades estatales, entonces qué ocurre con estos con el efecto de la estacionalidad.
Tomemos los ejemplos del tomate, el aguate, algunas viandas y otros productos de menos concentración de la contratación estatal. En épocas de altos rendimientos los propios productores disminuyen todo lo que pueden los precios para poder vender y en los meses de pocos rendimientos los precios crecen, pero hasta un límite que la definen muchos factores que en su momento se pueden abordar.
Ilustremos lo anterior. Hace más de 10 años que el tomate oscila desde 3 pesos por libra en abril y mayo hasta 30 pesos en agosto; el aguacate de 5 pesos la unidad en agosto hasta 20 pesos en marzo y abril. Se pudieran poner más ejemplos, pero lo importante es que, si no se provoca un incremento del nivel de los precios, algunos cambios en sus precios de la cadena de valor se disuelven en las oscilaciones de los rendimientos.
En el caso de los granos, la papa, la leche y otros no se aprecian este efecto porque las entidades estatales contratan alrededor del 80% de lo que se comercializa, gracias a los precios estimulantes.
Otra vez se insiste en que las empresas de Acopio son altamente subsidiadas y no se precisa que esto ocurre solo en los productos con destino a la exportación, ventas internas en divisas y muy pocos del mercado normado. Los productos que se comercializan en los mercados agropecuarios, objetos de análisis en este oportunidad, no reciben subsidios, y una buena noticia: las empresas de acopio al cierre del 1er semestre de 2018 terminaron sin pérdidas.
Solo con el objetivo de actualizar a los lectores se debe comentar que los precios de los productos agropecuarios en el sector no estatal no solo se negocian a la salida del surco; pueden ser también sobre el transporte que lo traslada al mercado, en la entrada del mercado minorista, el mismo productor puede aplicarlo porque tiene facultad para vender mayorista y minorista, si lo considera puede declarar un representante que venda su producción y otras variantes más, incluso se conocen de algunas personas que financian las producciones antes de que se inicie el ciclo productivo.
7) El error capital. Nadie descubre el mediterráneo si afirma que en nuestro país los precios agropecuarios, según el salario mínimo, son altos; que llevamos años en estas condiciones y que los rendimientos agropecuarios, con excepción de algunos productos, son bajos, diría inferiores a los más comunes en del primer mundo.
Personas más informadas, como los mismos productores agropecuarios, conocen de todo el ingenio que se aplica para incrementar la producción. Otros como directivos y académicos tienen un poco más de información sobre las medidas directas en indirectas que se aplican para, a la vez de estimular la producción y los rendimientos, también controlar los precios. Sin absolutizar y no es un chiste, podemos afirmar que sea ha aplicado la experiencia liberal, neoliberal y socialista que nos han demostrado que puede ser conveniente para el país.
Entonces, qué está faltando. Ya en otros trabajos de ha esclarecido que las relaciones de propiedad en el campo se corresponden con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción socialista en Cuba y se reconoce como un modelo coherente.
Falta un mercado que suministre de manera estable y con garantías: aplicación de avances científicos, suministros de insumos más efectivos, genética altamente eficiente.
No coincido totalmente que las limitaciones del país en el financiamiento en divisas sea lo decisivo porque los créditos tienen la garantía de las ventas internas y las exportaciones en una agricultura de productores diestros y optimistas.
Sugiero:
– ¿por qué no se exponen con el mismo grado de detalles las verdaderas causas y seguimos por las ramas pidiendo datos cuando lo que falta son conceptos?
– ¿por qué no se hace una modelación de cuánto crecerían los rendimientos agrícolas con el acceso por nuestros productores de semillas genéticamente modificadas, o cualquier otro ejemplo de aplicación de los avances científicos?
– ¿por qué no se denuncia que este país está en una guerra, en un acoso constante de poderosas entidades del gobierno norteamericano que no dejan llegar un átomo de oxígeno a la agricultura, en contra de la voluntad de la mayoría de empresarios de ese país?
– ¿por qué, para no olvidar el chiste cubano, le gritan abusador al cubano en su pelea con el león cuando es mono amarrado?
En resumen, a los análisis sobre la agricultura cubana desde una perspectiva externa, sin que exista una negación absoluta en nuestro país a aceptar sus críticas, todo lo contrario, les está faltando conocimientos de los procesos económicos más importantes y un enfoque más centrado en las verdaderas causas de nuestras dificultades actuales. Pongo a disposición de los lectores: Diez Lecciones sobre los precios en Cuba. Edición Digital EUMED.NET Año 2006 https://edoc.site/control-de-precios-en-cuba-socialista-pdf-free.html
Control de los precios agropecuarios. Utopías y realidades. EUMED.NET Año 2015. http://www.eumed.net/libros-gratis/2011d/1065/precios_comercializacion.html
En el año 2018 se fijaron centralizadamente los precios de acopio y minoristas de 26 productos, quedando el resto su fijación por acuerdo entre productores y comercializadores, según el criterio de la oferta y demanda. Ver Resolución No. 1096-17 del MFP. https://www.gacetaoficial.gob.cu/edicante.php
Ley 125 del Presupuesto del Estado 2017 http://www.mfp.gob.cu/inicio/inicio.php
Resolución No. 236-2015 del MFP https://www.gacetaoficial.gob.cu/edicante.php
Resolución No. 8- 2016 del Banco Nacional de Cuba y No. 1096- 2017 del MFP https://www.gacetaoficial.gob.cu/edicante.php
Ver Anuario Estadístico, Producciones Agropecuarias ONEI 2017. http://www.one.cu/aec2016/09%20Agricultura%20Ganaderia%20Silvicultura%20Pesca.pdf
Notas
1 Silvio Gutiérrez se refiere al análisis que presenté en mi texto “Los “precios estimulantes” y los rendimientos del agro cubano: ¿un espejismo?”, blog El Estado como tal, 18 de julio de 2018,  https://elestadocomotal.com/2018/07/18/los-precios-estimulantes-y-los-rendimientos-del-agro-cubano-un-espejismo/ en el cual comenté su texto “La agradable encrucijada de incrementos de los rendimientos agropecuarios sin techo y los precios de acopio máximos”, publicado en el blog El Estado como tal, 17 de julio de 2018,  https://elestadocomotal.com/2018/07/17/silvio-gutierrez-la-agradable-encrucijada-de-incrementos-de-los-rendimientos-agropecuarios-sin-techo-y-los-precios-de-acopio-maximos/

Cemento, ladrillo y arena...¿cuánto tenemos?

La demanda supera a la oferta, sobre todo en lo que a áridos y cemento respecta. Foto: Ismael Batista Foto:Ismael Batista
Construir viviendas no es una labor simple; en estos tiempos demanda mucho esfuerzo y tener los medios para ejecutar la obra. La situación geográfica de Cuba complica la tarea, por los regulares embates de fenómenos meteorológicos; no obstante, el Gobierno cubano trabaja incesantemente en devolverle a cada persona aquello que ha perdido.
Asimismo, por las condiciones técnicas de los hogares en la capital y en muchos sitios del país, pocos son los que escapan de verse inmersos en algún proceso constructivo. Ello implica no solo la solvencia económica –para quien lo hace por esfuerzo propio– sino también visitar los llamados «rastros» y encontrar allí los insumos necesarios, los que en muchas ocasiones no están disponibles aunque la industria nacional y el grupo de producción local de materiales de la construcción los abastezcan constantemente. La demanda supera ampliamente la oferta.
Lo cierto es que en el esfuerzo del Estado por ayudar a aquellos menos favorecidos y quienes aguardan por volver a tener un techo propio donde dormir, ya sea en Guisa (Granma), Mayajigua (Sancti Spíritus) o en algunas barriadas de la capital como el Vedado o Cojímar, siguen mediando elementos que menguan la producción o disgregan el control y terminan perjudicando los propósitos del Gobierno y los organismos encargados, como el Ministerio de la Construcción (Micons).
LA INDUSTRIA NACIONAL
El Grupo Empresarial Industrial de la Construcción (Geicon) es la entidad en Cuba que provee a lo largo de la Isla los materiales de la construcción. En la actualidad, posee una capacidad de producción instalada de siete millones de metros cúbicos de áridos y 2 691 000 toneladas de cemento al año; sin embargo, no se alcanzan esas cifras debido a la gran obsolescencia del equipamiento, la baja disponibilidad técnica y desbalance tecnológico.
La producción local de materiales de la construcción agiliza la terminación de obras a lo largo de todo el país. Foto: Ortelio González Martínez
En los años 2016 y 2017 las producciones de áridos, elementos de piso y pared se vieron afectadas y disminuyeron como consecuencia de la reducción de los portadores energéticos (diésel, electricidad, asfalto, agua, entre otros). En el 2018 se trabaja para mantener las cifras que hasta el 2016 se tenían, e incluso, en muchos casos, ya son superadas.
Francisco Díaz Hernández, presidente de Geicon, afirmó que al cierre del 2017 las ventas a la población del Ministerio de Comercio Interior (Mincin) de arena fueron de 318 500 metros cúbicos (m3), 18 994 000 unidades de bloques de hormigón, 395 000 toneladas de cemento y 70 200 unidades de muebles sanitarios. No obstante, las cifras no suplen la demanda del pueblo, sobre todo después del intempestivo paso de los huracanes.
En cuanto al costo de los materiales, la industria pretende que cada vez estos estén más acordes al salario de los cubanos; pero de la diferencia entre el costo de producción y el de comercialización por el Mincin se gestiona la estrategia para la sustentación de subsidios.
En lo que ha transcurrido del 2018, a Geicon se le han aprobado nuevas inversiones con financiamiento central, que permiten incrementar las capacidades de producción.
A decir de Díaz Hernández, se han destinado 89 842 millones de pesos a la construcción y montaje, a la compra y reparación de equipos y a las importaciones de materias primas (aunque  significativa, no suficiente para que la industria recupere sus capacidades).
El Presidente del grupo empresarial afirmó también que las inversiones asociadas a la producción de áridos en los programas de la vivienda, alimentos, turismo y viales ha recibido una inyección de capital con un valor de 24 900 000 pesos de moneda total, de ellos 16 008 000 pesos en equipamiento y ocho millones en construcción y montaje.
«En cuanto al programa de sostenimiento de la industria del cemento, uno de los elementos más demandados por la población, se han invertido este año 14 752 000 pesos», agregó.
Con una visión alentadora, se prevé que en 12 años la producción de cemento crezca en 3,8 millones de toneladas, así como que la de áridos ascienda de seis millones de m3 (lo que se produce en la actualidad) a 12 millones, producto de las transformaciones tecnológicas, completamiento y recuperación del parque de laboreo minero y el desarrollo de los yacimientos.
Díaz Hernández alegó, asimismo, que sosteniendo las plantas actuales y con la introducción de tecnologías altamente productivas, automatizadas y con disponibilidades para lograr diversidad de productos, se podrá incrementar la producción de bloques de hormigón de 47 millones de unidades a 93 millones.
«El país, en aras de economizar, busca frenar las importaciones y desarrollar la producción de morteros especiales (cemento cola, mortero estructural –para techos y grietas– y el mortero para repello) y lograr que las capacidades de producción de 20 000 toneladas actuales lleguen a 350 000 en el 2030», concluyó.
UNA ALTERNATIVA SAGAZ
En las tiendas del Mincin deben aparecer todos los renglones que produce el municipio, la provincia y la nación con el precio de venta minorista. Foto: Miguel Febles Hernández
Como respaldo y soporte fundamental de los cambios introducidos en la política para el incremento y mejora del fondo habitacional y hábitat, se emprendió hace 15 años el programa de producción local y venta de materiales de la construcción en todo el país.
Según Tomás Vázquez Enrique, director de Producción Local de Materiales del Micons, el 80 % de lo que se produce por esta vía se destina a la población, en tanto el 20 % restante va dirigido a las obras sociales de los municipios.
«En los últimos cinco años la producción local ha ido creciendo anualmente entre un ocho y 11% y se han instalado capacidades productivas –las llamadas minindustrias– en los 168 municipios del país», afirmó Vázquez.
Durante el 2017, se fabricaron en las minindustrias alrededor de 316 000 metros cúbicos de áridos, 13 millones de ladrillos, 40 millones de bloques de hormigón, 1 200 metros cuadrados de mosaicos y baldosas, y 37 000 tanques de hormigón, entre otros.
Por su parte, José Antonio Rosa, especialista del Micons, tras concluir la XII Evaluación del Grupo, que inició el 3 de mayo último en Ciego de Ávila y concluyó el 29 de junio en La Habana, dijo que en lo que va de año los niveles de las producciones locales se mantienen estables, aunque cree necesario velar porque se incremente la calidad de estos productos que son de probada resistencia, pero en ocasiones tienen problemas de estética.
La evaluación se desarrolló a través de encuentros e intercambios de los directivos del Grupo con las bases productivas, visitas a las tiendas que comercializan los materiales de la construcción y a los grupos de trabajo, encabezados por los presidentes o jefes de Consejos de la Administración Municipal, en su condición de máximos responsables del programa en sus territorios.
Según José Antonio Rosa, la principal deficiencia que se develó es la insuficiente gestión por parte de los presidentes de los municipios de las materias primas y la solución de sus principales dificultades. Otra problemática fue la ausencia del acta de certificación de la calidad de lo que se produce.
Para la gestión de la calidad es preciso tener las producciones almacenadas correctamente, identificadas por lotes, fechas de elaboración y que posean la estética correspondiente. Las materias primas también deben estar debidamente almacenadas con su certificado de calidad emitido por el proveedor.
Los centros productivos deben contar con las bases normalizativas que aseguren sus producciones y exponerlas en lugares visibles. El estado técnico y de limpieza de los equipos de producción debe ser óptimo, así como el mantenimiento diario.
En cuanto a la comercialización y venta, elemento en el que se hace especial énfasis, deben aparecer todos los renglones que produce el municipio, la provincia y la nación con el precio de venta minorista y diferenciarlos en las tiendas del Mincin. «Todo el esfuerzo de la producción se materializa al vender el producto. Por ejemplo, el bloque que produce el programa casi nunca está en exhibición», explicó.
El programa es uno de los principales proveedores para la construcción de viviendas por esfuerzo propio –incluyendo los subsidios–, además de constituir fuente de abastecimiento para las reparaciones, el mantenimiento de instalaciones y las inversiones.
Actualmente se trabaja en su extensión con la activación de nuevas bases productivas en poco más de 230 consejos populares.
«El Grupo trabaja, además, en la fabricación de equipos para las minindustrias, entre ellos, molinos, moldes, bloqueras, extrusoras, prensas y hormigoneras, que se realizan en varias entidades del país, esfuerzo que debe seguir multiplicándose para que crezca aún más la producción local», agregó Vázquez.

Prepararnos con audacia para vencer cualquier situación




«Hay que lograr más transparencia en la actividad de gobierno», dijo Díaz-Canel. Foto: Estudios Revolución
HOLGUÍN.– La política de cuadros es una de las bases de los resultados que debemos lograr y consolidar, expresó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al resumir la visita de gobierno realizada el jueves y el viernes a esta provincia.
Se trata de una prioridad planteada en la sesión constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, precisó.
También es esencial, recalcó, prepararnos con inteligencia y audacia para enfrentar las peores variantes y vencer situaciones que se fraguan en el exterior, sin renunciar a los planes de desarrollo de la nación, en lo que serán decisivos los avances de la actualización del modelo económico y social.
Para lograr las transformaciones requeridas es necesario planificar mejor y saber disponer de lo que tenemos, ahorrar todo lo posible y suprimir todo gasto que no sea imprescindible, elementos que han servido de base a un grupo de conceptos a tener en cuenta en la gestión del gobierno central y su proyección hacia los gobiernos locales, afirmó.
Al ahondar en este asunto, dijo que ya se impartieron a los presidentes de gobiernos provinciales indicaciones relacionadas con el propio ámbito de gobierno, dirigidas a fortalecer el trabajo con los cuadros, lo cual incluye la clasificación de cargos, preparación de la reserva, planificación de sus movimientos y la adecuada composición por sexos y edades, entre otras cosas.
También hay que eliminar las trabas y la burocracia. A las complejidades que tenemos no debemos incorporarles lastres que demoren los procesos, acotó, para luego poner el ejemplo de las dificultades que esas situaciones han creado a los propósitos de desarrollar la inversión extranjera directa, básica para el progreso del país.
De igual modo, no se debe permitir la acumulación de problemas sin solución. «Hay que lograr más transparencia en la actividad de gobierno, hay que explicar al pueblo lo que se hace y estimularlo a participar más en la toma de decisiones», sentenció.
Todo eso, añadió, debe estar acompañado por la vinculación permanente con la base, lo que significa «poner el oído en la tierra, para conocer detalles del cumplimiento de las tareas, lo que está, a su vez, relacionado con la atención a los planteamientos de la población, que no pueden subestimarse».
Al respecto, aseveró que hay cosas duras que debemos conocer, pues contamos con un pueblo revolucionario que siempre debe ser escuchado.
De acuerdo con las reflexiones del Presidente cubano, otros elementos básicos a tener en cuenta en la gestión de gobierno son la sistematicidad del trabajo, a través del seguimiento de las acciones planificadas y su chequeo periódico.
El dinámico estilo de actuación  planteado toma en consideración la importancia de las rendiciones de cuenta de todos los directivos, lo que lo incluye a él  y a los Consejos de Estado y de Ministros, que lo harán sistemáticamente ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, como está establecido,  ratificó.
La gestión de gobierno debe incluir todo lo relacionado con la investigación e innovación. En la ciencia, planteó, está la solución de muchos de los complejos problemas de hoy a nivel de país y de localidades. Por eso hay que acercase a los centros de investigación y desarrollo, así como a las universidades para solicitarles colaboración.
Asimismo, hizo énfasis en el desarrollo de la Comunicación Social y la necesidad de informatizar todos los procesos por la influencia que poseen en el cumplimiento de las tareas y el fomento de la interactividad entre las personas y entidades.
Durante la reunión, el jefe de Estado estuvo acompañado por Salvador Valdés Mesa, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y otros dirigentes de alto rango del país, quienes también formaron parte del equipo de trabajo que intervino en la visita de gobierno.
Al pasar revista a las comprobaciones realizadas durante las dos jornadas, hubo reconocimientos en general por los avances del territorio y se destacaron, entre otros elementos, los planes turísticos en áreas costeras, el programa de desarrollo integral del municipio de Mayarí a partir de la disponibilidad de agua que ofrece el trasvase Este-Oeste, y las inversiones millonarias que prometen integrar en un polígono industrial las empresas productoras  de implementos agrícolas y de cosechadoras cañeras.
Recibieron elogios las acciones de reanimación de instalaciones de servicios de  la capital provincial, en lo cual ha influido el programa de Iniciativas de Desarrollo Local, de referencia para el país, según las opiniones vertidas.
No todo resultó color de rosa. Fueron señalados asuntos que deben revertirse, como el desempeño de entidades que reportan utilidades que no están en correspondencia con las producciones y los planes de venta.
Sobre los planes de edificación de viviendas se dijo que deben crecer. Respecto a la construcción de células básicas para personas muy necesitadas a las que se les otorgan subsidios, el asunto muestra demoras, sobre todo por las pocas posibilidades que tienen los que están en esos casos para gestionar los materiales, de ahí que se solicitara a las autoridades locales mayor participación.
En la esfera agrícola, sobre la base de lo visto en algunas áreas productoras de arroz del municipio de Mayarí, hay reclamos sobre el mejor uso de la maquinaria agrícola en la preparación de tierras entregadas en usufructo.



Díaz-Canel visitó la Empresa Productora de tubos de alta densidad Holplast, que el pasado año procesó más de 7 000 toneladas de materia prima. Foto: Estudios Revolución




















JORNADA TAN INTENSA COMO LA DEL JUEVES
Para el Presidente cubano, la jornada de trabajo del viernes fue tan intensa como la del día anterior. A primera hora, en el centro escolar Mayor General Calixto García, participó en el chequeo de los aseguramientos para el curso escolar 2018-2019, que tendrá una matrícula de 163 871 estudiantes, de ellos más de 57 000 en régimen seminterno.
De la información que le ofrecieron, quedó claro que se cuenta con el 100 % de los lápices y libretas requeridos. También están en el territorio los 52 títulos de Cuadernos de Trabajo a emplear, mientras que continúan llegando los textos de Formación General; y la venta de uniformes escolares rebasa el 70 % de lo puesto en el mercado.
Si bien el mandatario mostró interés por todo, requirió detalles sobre el enlace de los centros a internet, lo cual se concreta en 305 escuelas de las 1 288 que posee la provincia.
En total, existen más de 59 000 cuentas de usuarios, de ellas 11 000 correspondientes a docentes y 48 000 a estudiantes. Además, se trabaja en la culminación de 259 páginas web en los centros conectados, que poseen perfiles institucionales en Facebook, dirigidos a divulgar la labor que realizan.
Posteriormente, Díaz-Canel visitó la Empresa Productora de tubos de alta densidad Holplast, que el pasado año procesó más de 7 000 toneladas de materia prima y garantizó más de 1 500 kilómetros de tubos de diversos diámetros con destino a importantes inversiones hidráulicas en ejecución en varias partes del país.
Allí, dijo, hay que crear con la mayor brevedad posible condiciones para el uso de la cercana vía de ferrocarril en la transportación de la producción terminada, que se hace actualmente por carretera con considerables gastos, los cuales disminuirán de ponerse en práctica lo sugerido.
En el Taller de Conexiones apreció la fabricación de pozos para sistemas de saneamiento sin presión (alcantarillado) y de cestos para recolectar basura. Ambos productos fabricados a partir de tubos de desecho son el resultado de la creatividad de los innovadores del establecimiento, quienes se sintieron estimulados cuando el mandatario cubano dijo que era una iniciativa digna de imitar por las otras instalaciones fabriles de igual tipo del país.

¿Socialismo a la china para todos?


I

Cuba socialista está en proceso de modificar su constitución política. Cambio enorme, fundamental quizá en la historia del socialismo de la isla, que por casi seis décadas fue un ejemplo para las luchas revolucionarias de todo el mundo. ¿Se vuelve capitalista?

Este breve opúsculo –quizá más culo que opus– es solo una pequeña reflexión, introductoria a lo que pretenderá ser un estudio más serio y exhaustivo por parte de quien firma (con buena suerte, para mediados del año entrante estaría terminado). Pero pretende además –este es el objetivo central– abrir y alimentar la discusión sobre el socialismo, sus límites, sus posibilidades y dificultades, sus logros, siempre sobre la base irrenunciable de su entronización. “Socialismo… o barbarie”, podríamos decir, haciendo nuestra la formulación de Rosa Luxemburgo.

¿Cuba se hace capitalista ahora? ¿Se hizo capitalista la República Popular China? ¿Fracasaron los intentos socialistas? ¿Qué significó la Perestroika en la Unión Soviética? Todas estas preguntas son vitales, especialmente vitales para quienes seguimos pensando que otro mundo es posible… ¡e imperiosamente necesario! En otros términos, para quienes vemos que el capitalismo no tiene salida, salvo las guerras (pero, ¿son eso “salidas”?)

Es posible, y ¡necesario!, otro mundo porque, sin ningún lugar a dudas, el capitalismo como sistema no soluciona ni puede solucionar los acuciantes problemas de la humanidad: hambre, sed, seguridad, ignorancia, prejuicios. Más allá de todos los oropeles que pueda exhibir, centrados siempre en el hiper consumismo, su modelo está estructuralmente trabado. Si se produce para alimentar la ganancia individual, es decir: el lucro empresarial, entonces la solidaridad, la preocupación por el otro, ¡la justicia!, están radicalmente imposibilitadas. Más allá de pomposas declaraciones, lo máximo a lo que puede aspirar el sistema es a un capitalismo con “rostro humano”, un Estado benefactor (al modo keynesiano), un capitalismo pretendidamente “menos” explotador. Pero eso radicalmente está negado. La producción se basa en la explotación de la fuerza de trabajo, que es quien genera la ganancia. Eso es una verdad transindividual, no un mero capricho persona, subjetivo. El padre del liberalismo económico, Adam Smith, ya lo veía en el siglo XVIII: la única fuente creadora de riqueza es el trabajo. Y en el sistema capitalista quien crea la riqueza es el trabajador (el obrero industrial, el campesino), pero no quedándose con la ganancia que ese producto genera. ¡Eso es la explotación! Plusvalía se le llamó.

No se produce tanto para cubrir necesidades sino para engrosar el lucro personal del dueño (que hoy pueden ser enormes sociedades anónimas, corporaciones multinacionales, bancos gigantescos, etc.) de los medios de producción: empresarios industriales, terratenientes, banqueros. De hecho, el capitalismo, para seguir lucrando, inventa necesidades, y las instala como imprescindibles. Producir para ganar dinero es el verdadero motor de la producción. Eso es así desde Adam Smith en adelante, no ha cambiado: el lujo de la burguesía es el producto del esfuerzo de la clase trabajadora. Para que un 10% de la población mundial (clase media y grandes propietarios) tenga un buen nivel de vida, el 90% se mueve en la pobreza.

¿Soluciona eso el capitalismo? Se produce casi 50% más de la comida necesaria para alimentar a toda la población mundial, pero el hambre sigue siendo el principal flagelo. ¡Irracional!, pero así es el capitalismo. Por eso, de este sistema no se puede esperar más nada, sino explotación, miseria para las mayorías, y llegado el caso: represión. Y cuando la maquinaria social está demasiado trabada, alguna guerra genera “soluciones” (crea puestos de trabajo llega a plantearse, destruye para reconstruir, “mueve la economía”. Es infame… ¡pero así es!). El socialismo, en ese sentido, como la antípoda del capitalismo, más allá de los errores de sus primeras experiencias –errores que, por supuesto, con solvencia moral habrá que revisar–, continúa siendo una esperanza.

II

¿Qué pasó con las primeras experiencias socialistas del siglo XX: Rusia (luego Unión Soviética), China, Cuba, Corea, Vietnam, Nicaragua? ¿Se puede decir que fracasaron?

Insistamos: este breve escrito no puede ser un análisis acucioso de fenómenos tan complejos. Presenta solo atisbos para comenzar el debate. Lo que sí es más que evidente es que todas esos problemas arriba apuntados: hambre, sed, ignorancia, prejuicios, en los países socialistas comenzaron a desaparecer. Decir hoy día que Venezuela es un desastre, que hay hambre y que la población huye despavorida, es una vil e interesada mentira. Primero: todo ese desastre social (que realmente existe) es provocado por el capitalismo que acecha a la Revolución Bolivariana; y por otro lado: ese proceso no es, en sentido estricto, socialista (es un capitalismo redistributivo con discurso antiimperialista).

En aquellas latitudes donde la clase trabajadora tomó el poder (siempre a través de una revolución que, necesariamente implica la violencia, pues ningún grupo privilegiado suelta el poder alegremente) y construyó una alternativa al capitalismo, esas señaladas lacras históricas comenzaron a desaparecer. En nuestro continente Cuba, para tomar el ejemplo más esclarecedor, a partir de su revolución en 1959, superó esos tremendos cuellos de botella, exhibiendo en la actualidad, pese a los interminables ataques sufridos, índices socioeconómicos como los países capitalistas más desarrollados. ¿Fracasó ahí el socialismo? Como dijo alguna vez Fidel Castro: “En el mundo hay 200 millones de niños de la calle. Ninguno de ellos vive en Cuba”. En la isla no hay desnutrición ni analfabetismo, como no lo hubo en la Unión Soviética. En ninguno de estos lugares nadie deja de tener empleo, vivienda, seguridad social, educación de primera, dignidad. ¿Por qué puede plantearse entonces un “fracaso”? De hecho, ¿por qué se revirtió el proceso en la Revolución Bolchevique, ejemplo glorioso del primer Estado obrero y campesino?

Porque la economía no crece al mismo ritmo que en los países capitalistas. ¿Fracasó porque faltan supermercados abarrotados de productos, muchos de ellos innecesarios? ¿Fracasó porque, comparativamente, un trabajador cubano, o soviético, no tenía tantas licuadoras, teléfonos celulares o zapatos como uno de algún país capitalista rico? Aunque la respuesta necesite muchos más desarrollos –y pueda parecer patética en términos éticos– en principio podría decirse que sí. Ello permite ver que el ideario socialista debe ser repensado críticamente, no para negarlo, sino para complejizarlo: ¿por qué el poder, como eje constitutivo de las relaciones humanas, no se analiza con nuevas categorías? Quizá sea necesario abrir una nueva antropología, para descubrir que “bondad” y “maldad” son conceptos demasiado restringidos para entender lo humano. Dejemos solo tangencialmente indicado esto, para retomar en algún momento: ¿por qué el poder fascina tanto? Porque brinda la ilusión de completud. Parece que a todos nos place sentirnos dioses.

¿Por qué ahora Cuba intenta poner mecanismos capitalistas? ¿Por qué este apoyo a la empresa privada? ¿Rechazo del socialismo? Todo indica que no: es, en todo caso, el modelo chino que comienza a difundirse por países que intentan abrir alternativas al capitalismo. ¡Socialismo de mercado!, socialismo con características chinas.

El gigante asiático hace ya largos años que produjo cambios sustanciales en el ideario socialista con que llevó a cabo su revolución en 1949, con Mao Tse Tung a la cabeza. Desde las reformas introducidas en los 70 del siglo pasado, lideradas por Deng Xiao Ping, se comenzó a construir un engendro que para la izquierda tradicional de Occidente nunca se terminó de entender: “socialismo de mercado”. Lo cierto es que, apelando a la introducción de todo un sector de propiedad privada, el país ha venido produciendo un avance económico fabuloso, sin precedentes en ningún Estado capitalista. Atrayendo inversión externa, permitiendo la propiedad privada de los medios de producción, siempre bajo la atenta mirada del Partido Comunista, que es quien fija férreamente las políticas, China pasó a ser hoy la primera economía mundial (técnicamente ya factura más que Estados Unidos, su PBI es el mayor de todos), con un superávit comercial impresionante.

¿Hay realmente un “milagro” económico en China? Según como se lo quiera ver: sí y no. No hay dudas que con la incorporación de capitales externos, y tomando tecnologías provenientes del desarrollo capitalista, el país asiático mantuvo –y mantiene todavía– un vertiginoso ritmo de crecimiento económico que nunca se vio en Occidente (ni durante la revolución industrial en la Inglaterra dieciochesca ni en Estados Unidos entre fines del Siglo XIX y durante el XX). Ello permitió levantar increíblemente el nivel de acceso a la riqueza de grandes masas, sacando de la pobreza rural ancestral a millones de chinos. La dirección comunista impidió que China fuera solo una “gran maquila”, como suele presentársela (quizá maliciosamente), dejando de ser “ensambladora de juguetes de mala calidad” para ir convirtiéndose en un país altamente industrializado, con tecnologías de punta propias que ya comienzan a sorprender.

El Partido en el poder dirige efectivamente los destinos del país, reservándose el 51% del manejo de la economía, exigiendo la real y constatable transferencia tecnológica y teniendo planes concretos de desarrollo nacional, que contemplan objetivos a cumplirse en el Siglo XXII (en China hablar de 50 o 100 años no es nada, obviamente, después de 5.000 años de historia. “Siéntate al lado del río a ver pasar el cadáver de tu enemigo”, enseñaba Sun Tzu… La paciencia china es proverbial).

III

El desarrollo económico es real, y ello permitió un avance científico-técnico portentoso, ubicándose ya hoy como líder en muchos campos del quehacer humano, habiendo superado a las potencias capitalistas (informática, inteligencia artificial, investigación aeroespacial, biotecnologías, transportes). De hecho, su acumulación de reservas monetarias es tan grande que, junto con Japón, es quien sostiene al Tesoro de Estados Unidos. Hoy día China es vital para el mantenimiento del equilibrio económico del planeta.

El costo de este fenomenal salto no es poco: retornó la explotación capitalista más inmisericorde, con condiciones que ya no existen en muchos países. La fabulosa acumulación originaria –que en Europa se hizo masacrando indígenas americanos y negros africanos, mientras se robaban con avidez los recursos naturales– en la China capi-socialista se llevó a cabo a partir de la gran explotación de sectores campesinos que se reubicaron en los grandes centros industriales de las urbes más desarrolladas, con salarios de hambre y con extenuantes jornadas laborales.

Eso no tiene secretos: la riqueza la producen siempre los trabajadores con su esfuerzo personal, no importando el modelo económico en el que se desenvuelvan. La cuestión es cómo se distribuye esa riqueza socialmente producida. En China, a partir de la existencia de un sector de su economía basada en el modelo capitalista –aunque sea dirigido por directivas que políticamente fija el Partido Comunista–, la explotación está presente. Que esa riqueza no sea apropiada enteramente por los inversionistas privados y que el Estado (socialista) se encargue de devolverlo a la población a través de políticas sociales, es otra cosa. Pero la explotación está. Por otro lado, contrariando los principios marxistas clásicos, este nuevo modelo de desarrollo (socialismo a la china) estimula la aparición de propietarios privados, premiando el “éxito” económico de quienes se transforman en millonarios. El lujo ostentoso está presente en el país al igual que en los más encumbrados centros capitalistas de Occidente.

Desde fuera de China, y con planteos marxistas clásicos, cuesta entender el proceso. ¿Es capitalismo o es socialismo? ¿Un paso atrás para tomar impulso y seguir avanzando? Lo cierto es que el proyecto chino actual, que se comporta como cualquier planteo capitalista, se está extendiendo por el mundo. Y donde llega, su impronta es capitalista. Claro que –fundamental es aclararlo– de momento no se ha mostrado como potencia imperialista invasora apelando a la violencia militar. Sin disparar un tiro, está haciendo lo que el rapaz capitalismo estadounidense, o europeo en su momento, hicieron a base de sanguinaria entrada bélica.

IV

No caben dudas que algo importante está ocurriendo en China desde hace algunos años. Su economía, y por tanto su presencia política en el mundo, crece a pasos agigantados, al igual que su desarrollo científico-técnico. Hoy ya es una potencia de primer orden, disputándole la hegemonía global a Estados Unidos. ¿Cómo lo logró en tan poco tiempo?

Se podría pensar que el aliciente de la empresa privada les ha servido. ¿Qué tiene la empresa privada que fomenta ese crecimiento, y que el Estado socialista, con economía planificada, no consigue? Una vez más: este escrito es apenas una introducción a lo que deberá ser un largo y mucho más profundo desarrollo, pero provisoriamente podríamos expresarlo con esta frase: “el ojo del amo engorda el ganado”.

La idea de “productores libres asociados”, estandarte de esa fase superior de desarrollo que sería el comunismo, dista aún mucho de la realidad actual. Lo que prima dentro de las relaciones capitalistas no es, precisamente, la solidaridad, la fraternidad. El “sálvese quien pueda” individualista es la matriz dominante. El Esclavo, parafraseando a Hegel, piensa con la cabeza del Amo. “La ideología dominante es la ideología de la clase dominante”, dirá Marx. Eso explica por qué las clases oprimidas no se levantan tan fácilmente: están sojuzgadas en la realidad concreta (la represión brutal está siempre disponible) y en la construcción simbólico-cultural que, en definitiva, es el mundo. La ideología es más efectiva que las bayonetas.

La experiencia china muestra que el incentivo personal cuenta, y cuenta mucho para la generación de riqueza (¿no era eso lo que buscaba la Perestroika soviética?). ¿Puede ese elemento ser la guía para la construcción de una sociedad nueva? A estar con lo que nos lega la actual República Popular China, estaríamos tentados de responder que sí.

La promoción de incentivos para aumentar la producción no es nada nuevo: en la Unión Soviética, durante la década de 1930 tuvo lugar el movimiento stajanovista (impulsado por el minero Alekséi Stajánov), consistente en el pago de bonos extras por el aumento de la productividad. Eso mismo retomó Mijaíl Gorbachov con su intento de reestructuración en la década de los 80. De todos modos, esto abre una discusión fundamental: “El principal error que se cometió en el socialismo real fue competir con la producción capitalista en su propio terreno”, se plantea hoy el cubano Yassel Padrón. ¿Se trata de tener más licuadoras, teléfonos y pares de zapato? ¿Cómo se construye el socialismo entonces?

Sin dudas sigue siendo una agenda pendiente para el socialismo cómo lograr un aumento de la riqueza a partir de economías planificadas. Eso remite a la pregunta de si es posible establecer una moral socialista que funcione autónomamente (hay que trabajar con excelencia porque esa es la ética humana, podría decirse), o se necesita siempre del látigo para hacernos mover. Disyuntiva que, sin dudas, no está resuelta. La empresa privada, que no se detiene a filosofar sobre estos puntos, se limita a presentar el látigo. Para los trabajadores, la amenaza de la desocupación es un tirano que asusta tanto o más que la cámara de tortura. Y con eso acumula riqueza; lo demás le sale sobrando. Pragmatismo puro, podría decirse.

¿Por qué ahora Cuba opta por darle un lugar de mayor preponderancia a la iniciativa privada? El presupuesto básico, tomado de la experiencia china, es que ese tipo de emprendimientos genera más riqueza. Amén del inmisericorde y absolutamente abominable bloqueo que por décadas paralizó –y sigue paralizando– a la isla, algo pasa en el modelo económico socialista que no permite una gran acumulación. ¿Es posible el socialismo sin esa enorme masa de riqueza? La experiencia cubana lo dice: la población está cansada de no tener cosas, de estanterías vacías. La moral sola… puede agotarse. Las generaciones nuevas, aquellos que no pasaron los años heroicos de la Revolución, quieren vivir con tranquilidad, con acceso a satisfactores. Nadie puede vivir en combate permanente (esto lleva a cuestionar hasta dónde es posible la mística guevarista: ¿se puede vivir todo el tiempo “haciendo revoluciones”?) Aunque sea patético plantearlo así, vivir en un mundo capitalista plagado de oropeles (la licuadora, el teléfono celular y los zapatos de moda), genera angustias a quien no los posee. ¿Por qué se van muchos cubanos jóvenes de la isla? No porque escapen de una presunta dictadura, sino porque buscan esos escaparates atiborrados. ¿La iniciativa privada permitirá esa acumulación, hoy día faltante?

El modelo chino, ese raro y complejo “socialismo de mercado”, permitió generar una acumulación de riqueza espectacular en poco tiempo. El costo es que está basado en la explotación de los trabajadores. ¿Fue necesario eso como “un paso atrás para tomar impulso”? Todo indicaría que el Partido Comunista tiene puesto ahora sus ojos en la promoción de enormes planes de beneficio social para las inconmensurables masas de población del país. La riqueza acumulada probablemente lo permita.

Otros países socialistas, como Vietnam y Corea del Norte, están siguiendo este modelo. Cuba pareciera que también, sin renegar del ideario socialista primigenio. Ahora bien: no todos pueden ser la China, país monumentalmente grande y poderoso, con inmensidad de recursos naturales, con una historia milenaria que le confiere una autosuficiencia que nadie más puede tener. “¿Qué opina de la Revolución Francesa?”, le preguntaron a un dirigente chino durante la Revolución Cultural. “Es muy prematuro para opinar”, pudo decir, con cinco milenios tras sus espaldas como unidad nacional. Esa historia pesa.

¿Podrá Cuba ser una nueva China? Obviamente no, ni es tampoco esa la idea. La introducción de estas reformas abre dudas. China no terminó siendo una gran maquila de los capitales occidentales, porque el proyecto político en curso apunta a otra cosa. ¿Y porque hay 5.000 años de historia y 1.500 millones de habitantes que confieren una fuerza inconmensurable? ¿Podrá Cuba seguir construyendo el socialismo, fase preparatoria del comunismo (sociedad de productores libres asociados sin necesidad de la fuerza coercitiva de un Estado) con la introducción de estos elementos “capitalistas”? Confiamos en la entereza moral del pueblo y la dirigencia cubana. El desafío está abierto.

Blog del autor: https://mcolussi.blogspot.com/