Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 4 de marzo de 2025

Un organismo no puede funcionar sin sistema sanguíneo. ¡La economía sin banca tampoco!

Sin un sistema bancario, no ya robusto, sino que al menos cumpla sus obligaciones elementales, no es posible hablar de reimpulsar la economía.
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En los últimos tiempos, en Cuba se escucha constantemente que hay que “corregir distorsiones y reimpulsar la economía”. Frases biensonantes que se suman a las habituales de “elevar las exportaciones y sustituir importaciones”, o crecer en la captación de inversión extranjera, o lograr la soberanía alimentaria, u otras muchas, que son correctas, pero después no están claras ni son suficientes las acciones a emprender ni las normas jurídicas para alcanzar esos objetivos.

Parece que se tratara de corregir distorsiones de antaño, cuando en realidad, además de las que se mantienen, han surgido nuevas que, podría asegurarse, son más dañinas que las que se arrastran desde hace años.

No repetiré lo mencionado tantas veces, y por tantos colegas economistas, sobre los estímulos para la producción, la autonomía de los directivos empresariales y la necesaria Ley de Empresas, sobre el rol de los precios en la economía, los salarios, las inversiones, los tres tipos de cambio de la moneda nacional (situación peor que en años anteriores), dolarización o su antípoda, pérdida de valor de cuentas en MLC para la población, o de cuentas con CL para las empresas, etc. De eso viene hablándose hace mucho tiempo.

Me detendré en una de las mayores distorsiones en la economía cubana actual, surgida desde no hace mucho tiempo: la paulatina y creciente decadencia del sistema bancario. Por este sistema, como los nutrientes y el oxígeno en el sistema sanguíneo de los animales, circulan los recursos de la sociedad, sean de empresas, de particulares, del Estado. El mal funcionamiento del sistema bancario incide de forma directa en la salud de la economía en su conjunto.


Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE / Archivo.

No se trata de los bajos volúmenes de créditos para el sector empresarial, porque no es de ahora que los bancos cubanos no tienen suficientes divisas para otorgar préstamos en estas monedas, y no es mucho lo que puede hacer el sector empresarial con préstamos en moneda nacional para modernizar su base productiva. Tampoco me refiero a los conocidos problemas de la bancarización, de los cajeros automáticos, de las largas colas en los bancos…, ni siquiera a la renegociación de la deuda externa de la banca cubana, o los impagos de casi todos los bancos cubanos por las cartas de crédito emitidas por ellos. Casi todos estos son problemas de larga data.

Me refiero a la casi paralización de las transferencias hacia el exterior, por instrucciones de pago dadas por clientes de los bancos, con suficientes saldos en sus cuentas en divisas. Es algo que periódicamente se ha observado en la economía cubana, pero esta vez se extiende, con un alcance mayor, desde finales de 2021, y no se ve solución al tema —al menos en el corto plazo— ni firmeza en resolverse. Sin un sistema bancario, no ya robusto, sino que al menos cumpla sus obligaciones elementales, no es posible hablar de reimpulsar la economía.

Foto: Otmaro Rodríguez.

Se sabe que las medidas del bloqueo de EE. UU. golpean, sobre todo, al sistema financiero del país. No pocos bancos extranjeros declinan recibir o enviar transferencias desde/hacia Cuba, bien por temor a las medidas coercitivas y extraterritoriales de EE. UU., o porque no pocas transacciones con Cuba están vinculadas a empresas e instituciones financieras pertenecientes a GAESA, y por ende incluidas en “listas negras” con prohibiciones de todo tipo.

Lo anterior no significa que la banca cubana no pueda enviar y recibir transferencias hacia o desde ningún banco extranjero. Se hace difícil, pero no es imposible. Hay habilidades acumuladas. Sin embargo, las transferencias no salen, y la principal causa es la escasez de recursos en monedas libremente convertibles de los bancos.

Sin embargo, la economía no puede detenerse. Es cuando comienza la búsqueda de soluciones alternativas.

Primero, se permitió a las Formas de Gestión No Estatales (FGNE) valerse de familiares, amigos o financistas residentes en el exterior para pagar sus compras a proveedores externos. El “permiso” no apareció de forma explícita en una norma, sino que se consideró que en nuestra legislación no existe ninguna prohibición para pagar, desde cuentas en el exterior, deudas de las FGNE con proveedores foráneos.

Sin embargo, no se mencionó si esas “cuentas en el exterior” podían pertenecer a las propias FGNE (lo que aparentemente sí está prohibido en las normas de control de cambio del país), o a financistas y otros pagadores externos. Tampoco se normó cómo devolver los fondos a los familiares, amigos o financistas externos, porque una ayuda se puede recibir una vez, pero un negocio no puede mantenerse con dádivas de terceros.

Lógicamente, al no poder devolver los préstamos y las ayudas temporales desde sus cuentas en divisas en bancos cubanos, las FGNE debieron procurarse alternativas para convertir divisas en Cuba en su poder en divisas en el exterior, muchas veces trasegando por medios no claros (con todo el peligro que entraña, tanto de seguridad para la propia vida como de pérdida de recursos en decomiso, o por posible encarcelamiento en cualquier país), o buscando financistas dispuestos a realizar esos canjes de dinero local por dinero externo, ilegales y costosos.

Ahí ha ido añejándose esa distorsión. De vez en cuando se escucha sobre alguien detenido en algún aeropuerto de México, Panamá o EE. UU., o de FGNE cerradas y sus dueños encarcelados, porque el sistema bancario cubano no ejecuta transferencias hacia el exterior, en incumplimiento de órdenes de sus clientes, y estos buscan soluciones no tradicionales, pero peligrosas, ilegales, o ambas cosas.


Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo.

Es incalculable cuántas nuevas FGNE podrían haber solicitado licencias para su establecimiento, incluso para producir bienes necesarios, de no existir los riesgos mencionados, asociados a los pagos de sus obligaciones con el exterior.

El tema no quedó circunscrito a las FGNE. Con algo más de lentitud, pero inexorablemente, las empresas estatales tuvieron en su momento que buscar soluciones a los problemas de impago frente a sus proveedores. Por supuesto, en este caso nadie acudiría al trasiego y contrabando de efectivo.

Algunas empresas exportadoras de productos y servicios comenzaron a solicitarles a sus compradores externos que, en lugar de transferir fondos hacia bancos cubanos, los mantuviesen consigo, hasta tanto se les instruyese a dónde transferir. O sea, los propios clientes compradores se convirtieron en pagadores de las deudas de empresas cubanas, en pago de materias primas y otros insumos adquiridos por las empresas cubanas.

Sin duda, fue una solución alternativa, pero llena de insólitos riesgos: posible quiebra del cliente, manteniendo saldos de empresas cubanas exportadoras; comisiones adicionales por el servicio de pago, no habitual en la actividad de ese cliente comprador; potenciales cuestionamientos de bancos extranjeros, por el trasiego de pagos por cuenta de terceros, lo que no siempre es bien visto por la banca internacional; servicios de pago ejercidos por entidades que no tienen licencia de los bancos centrales de sus países para ejercer esa actividad; y, sobre todo, eran fondos que dejaban de circular por la banca cubana, o permanecían en poder de terceros, pudiéndose utilizar temporalmente a voluntad de esas terceras partes.

Valorándose esos peligros de depositar fondos en manos de clientes, ahora se ve la búsqueda de otra solución: que los exportadores cubanos intenten abrirse cuentas en bancos extranjeros. Esto, además de que posiblemente viole las normas de control de cambio del país, casi equivale a la entrega de la banca cubana a su virtual desaparición, o reconocimiento de que esta no tiene solución, porque sin un servicio de transferencias externas, los clientes evaden tener saldos en divisas (o su equivalente) en sus cuentas bancarias internas, y sin divisas no puede haber modernización de la banca, ni variados pagos internos entre empresas cubanas, además de todo lo que eso afecta a la economía nacional.

Más allá de lo difícil que puede ser abrir cuentas en el exterior para empresas estatales cubanas, esta “solución” solo es viable para empresas exportadoras. Las no exportadoras también se ven abocadas a buscar “soluciones alternativas”. ¿Cuál? Pues entre empresas cubanas, que el vendedor le pida al comprador que este último pague el total de la factura o una parte importante de ella a una cuenta en el exterior; bien a nombre del vendedor o a nombre de un tercero.

No estoy en contra de “soluciones alternativas” que buscan resolver los escollos y hallar alguna salida a los problemas. En lo que nadie puede estar de acuerdo es en conformarse con que no queda más remedio que acudir a esas soluciones. Porque los recursos no entran al país; porque hay riesgos de pérdidas importantes; porque se afecta el sistema financiero nacional y, sobre todo, porque muchas empresas nacionales no encontrarán solución por este camino, o la encontrarán muy parcialmente, con enorme pérdida de tiempo y gestiones administrativas adicionales, ralentizando sus ciclos de cobro y su producción.

No hay economía que resista este descalabro de su sistema bancario y financiero. En el caso cubano, este perdura por más de 4 años en su fase intensiva, aunque no surgió después de 2021.

Si los bancos no ejecutan simples transferencias, no se puede soñar con otros instrumentos bancarios: avales, garantías, préstamos con desembolsos en el exterior, uso de letras de cambio, seguros de cambio (forwards), cartas de crédito y otras, dejando al empresariado cubano en una situación muy desventajosa, no ya para crecer, sino para mantener los ritmos de producción del pasado.

¿Acaso es imposible volver a abrir cuentas en USD a las empresas, estatales y FGNE, o cuentas de nuevo tipo, desde cero (para los que ya las tienen, sin respaldo externo), y con esos nuevos saldos, nutridos por nuevas exportaciones, o por ingresos desde tarjetas Clásica y similares, comenzar a hacer transferencias hacia el exterior? ¿Y reimpulsar los pagos internos entre empresas cubanas, con dinero con liquidez externa real…? ¿O, ir traspasando, mes a mes y aunque el proceso dure más de un año, saldo de las cuentas en USD antiguas, a las cuentas nuevas en USD con respaldo externo?

Los particulares casi dejaron de ingresar fondos en divisas a los bancos cubanos. Las empresas van por el mismo camino. Si no se buscan soluciones a los problemas de las transferencias bancarias hacia el exterior, cada vez entrarán menos recursos en divisas al país, y se seguirá observando caídas importantes de muchos indicadores económicos. ¿Qué mayor “distorsión” que esta que se observa en los últimos años en el sistema bancario?

Si no se recupera la credibilidad del sistema bancario cubano, es imposible aspirar a que el país avance. Si no tiene sangre, el sistema económico no funcionará, por más que se intente. Ya se arrastran 2 años de recesión económica y 2025 pinta como gemelo de 2024, a pesar del discurso oficial.

El costo de la vida en Cuba

3 marzo 2025


Ilustración: Félix Azcuy

Determinar el costo de la vida en Cuba es muy complejo, teniendo en cuenta la variedad de mercados y de precios, las singularidades del país, y la gran desigualdad de ingresos existentes. No obstante, elaborar ciertos cálculos son necesarios, para entender lo que le cuesta a un cubano alimentarse, vestirse, moverse, entre otras necesidades básicas. Seguro que habrá otras estimaciones, en dependencia de lo que se quiera asumir como costo de la vida del cubano, pero esta es una aproximación basada en lo que se considera mundialmente el costo de la vida.

Aunque la literatura existente es amplia, para dar partir de un concepto, una visión plantea que es «cálculo o estimación de bienes y servicios que los hogares necesitan consumir para lograr cierto grado de satisfacción o alcanzar un determinado nivel de vida».

Dicho de otra manera, el costo de vida es el monto de dinero necesario para sostener cierto estándar de vida, al poder permitirle a una persona pagar por los gastos básicos ordinarios de su día, tales como el alojamiento, la comida, el vestuario, los impuestos, cuidado de salud, entre otros gastos. Su cálculo es difícil de determinar porque se basa en conceptos subjetivos como el nivel de satisfacción, que puede variar mucho en dependencia de cada contexto socioeconómico.

Costo de la Canasta Básica Alimentaria

Algo importante dentro del costo de la vida es saber el costo de la canasta básica alimentaria o cesta básica alimentaria (CBA) que es definida por la CEPAL como «el costo de adquirir los alimentos que satisfagan las necesidades de energía de la población manteniendo un perfil nutricional adecuado y en coherencia con los hábitos de alimentación». O lo que es lo mismo, el conjunto de diversos alimentos, expresados en cantidades para satisfacer las necesidades de calorías de un hogar promedio. Sin embargo, debe quedar claro que representa un mínimo alimentario a partir de un patrón de consumo de un grupo de hogares de referencia, y no una dieta suficiente en todos los nutrientes.

En un texto para este mismo medio, hace un año, en el que empleaba datos oficiales de enero de 2024, calculaba que la canasta básica alimentaria para dos personas estaba estimada en unos 19 975 CUP. Hoy, a partir de datos de diciembre 2024, propongo una actualización necesaria que permitirá saber cuanto ha crecido el costo de esta necesidad básica en un año.

Aunque se pudieran añadir otros productos, en esta aproximación igualmente incluyo el mínimo necesario para la subsistencia de 2 personas. Para ello se tomaron los precios máximos que publica la ONEI para la provincia de La Habana, que algunos distan de los precios del resto de las provincias.


Fuente: ONEI. ANEXOS ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR. Diciembre del 2024. BASE DICIEMBRE 2010. República de Cuba Edición enero 2025.

La tabla nos muestra que solo con una pequeña selección de productos y cantidades, para adquirirlos se necesitan 24 351 CUP mensual.

Para el estimado se tuvieron en cuenta los precios de los productos que hoy se mantienen en la canasta familiar normada (libreta de abastecimiento), sin embargo, muchos de estos se entregan incompletos y con atrasos, por lo que la casi totalidad de los productos alimenticios se compran en mercados de oferta y demanda.

Al cierre de diciembre, solo para tener la referencia de precios de algunos productos agricolas en los mercados, por provincias, se pueden ver las diferencias entre ciudades, pero no debemos perder de vista que el poder adquisitivo de algunas provincias es superior a otras.Productos agrícolas en diferentes provincias

Si un cubano deseara comprar una unidad de los 11 productos seleccionados, se necesitan en La Habana unos 5 278 cup y en Guantánamo 4007 cup. Los datos sobre el costo de los productos alimentarios en distintas provincias de Cuba reflejan una variabilidad de precios influenciada por factores como la oferta local, los costos de transporte y la demanda.

En general, La Habana y Cienfuegos presentan los precios más altos en productos como el tomate (600 CUP y 250 CUP respectivamente), mientras que en provincias como Ciego de Ávila y Guantánamo los costos son significativamente menores. La dispersión de precios es especialmente notable en alimentos como el limón, que cuesta 650 CUP en La Habana pero solo 200 CUP en Bayamo, y el aguacate, que alcanza los 187 CUP en Cienfuegos pero desciende a 53 CUP en Guantánamo.

A pesar de estas diferencias, algunos productos muestran mayor estabilidad en sus precios entre provincias, como el frijol negro, que oscila entre 350 y 500 CUP, y el plátano vianda, cuyo costo varía entre 60 y 125 CUP. Estas tendencias sugieren que ciertos alimentos tienen una distribución más uniforme, mientras que otros están sujetos a fluctuaciones según la región, patrones todos que resaltan las desigualdades en el acceso a los alimentos y la importancia de estrategias que garanticen precios asequibles en todas las regiones.

Para pagar esa cesta o canasta mínima, debe entonces haber una remuneración mínima, salario mínimo o sueldo mínimo, que es la cantidad mínima de dinero que se le paga a un trabajador en un determinado país y a través de una ley establecida oficialmente, para un determinado período laboral (hora, día o mes), que los empleadores deben pagar a los trabajadores por sus labores.

Ese salario mínimo, en términos reales, es susceptible al tipo de cambio, debido a que, sumado a la inflación, durante devaluaciones monetarias los salarios pierden poder adquisitivo. Muchas veces, los aumentos en el salario mínimo buscan restablecer el mismo poder de compra existente antes de una devaluación o periodo inflacionario.

Debe precisarse que no todas las familias son iguales; no es lo mismo una familia de 2, donde ambos trabajen, que una de 4 donde solo trabaje una. Y no es lo mismo trabajar como asalariado presupuestado, que como asalariado de la esfera empresarial, o que un trabajador vinculado a un sector privado. En cada uno de ellos los ingresos son muy distinto.

A modo de entender las cifras del costo de la vida, precisemos algunos ingresos:
  • La jubilación promedio del país no supera los 1 528 pesos mensuales,
  • el salario mínimo está fijado en 2 100 cup mensuales,
  • el salario promedio de un profesional de la salud, educación superior, entre otros está entre alrededor de 6 000 cup y 9 000 cup mensual.
  • El salario promedio del país en diciembre del 2024 fue de alrededor de los 5 600 cup mensuales.
Es cierto también que hay un grupo de trabajadores que reciben utilidades trimestrales, y eso les permite afrontar mejor los gastos, pero no es la mayoría del país. Además, hay que tener presente que un grupo no despreciable de personas reciben remesas o algún sistema de estimulación en moneda convertible, quienes con la elevada tasa de cambio existente de las monedas extranjeras con respecto a la moneda nacional, terminan recibiendo ingresos en cup más elevados.

Una de las causas principales del alto costo de la vida en Cuba es la inflación creciente que está presente en toda la economía nacional. Si se analiza el Índice de Precios al Consumidor de la Oficina de Estadísticas e Información de Cuba, en enero del 2025 se publicaba que en diciembre de 2024 el Índice de Precios al Consumidor se ubicó en 442.8 con respecto a la base (2010).

El costo de la vida en 2025

Simples cálculos, sin ningún nivel de sofisticación, basados en los precios reales a inicios del 2025 nos muestran que para una familia de 2 personas se necesitan unos 45 000 cup solo para enfrentar gastos elementales. A continuación, se desglosan y explican:

Transporte

Para el análisis se tuvieron en cuenta los diferentes tipos de transporte que existen: público, privado en ruta, y privado libre. Tanto las llamadas gacelas y los privados en ruta se mueven en territorios compactos dentro de La Habana o en regiones del país, especialmente entre capitales y municipios. Cabe destacar que las llamadas gacelas, aunque son de gestión pública o cooperativa, luego del de las 7:00 pm pueden liberar sus precios, por lo tanto, si bien dentro del horario protegido su monto es de entre 5 y 30 presos, luego cobran lo mismo que el transporte privado. La actual crisis del transporte ha colapsado los servicios públicos tanto de ómnibus como de las gacelas, por lo cual es prácticamente imposible que una persona no se vea obligada a utilizar el transporte privado para desplazarse.

Pero a modo de ilustración, se puede decir que un taxi en ruta desde el municipio Diez de Octubre al Municipio Plaza de la Revolución cuesta 200 cup. Si el taxi es alquilado, es decir, sin ruta, lo mínimo que cuesta es 1000 cup.

Por ende, si una persona se monta 15 veces en un ómnibus público, solo pagaría 30 pesos al mes, pero si a esa cuenta se le suman 10 viajes en transporte privado en ruta o en microbús tipo gacela fuera del horario protegido, su monto asciende a más de 2000 cup, y si tuviera que alquilar un solo taxi directo al mes, estaría pagando mínimo 1000 cup más, con lo cual lo mínimo que se pagaría en transporte serían 3 000 CUP.

Vestuario

En el vestuario nos referiremos a determinados precios, pero solo para comprar una pieza de ropa para una persona se necesitan unos 9 700 cup. No se trata de vestidos, ni ropa interior, ni calzado de vestir femenino ni masculino. Si hay menores en la casa, la necesidad se amplía por la necesidad de crecimiento en tamaño de estos y eso lleva a más compras constantemente.

Vestuario

Tennis 6000
Pantalón 3500
Camisa 1200

Total 10700

Internet y llamadas

La vida moderna y el desarrollo viene aparejado al uso de la internet y la telefonía celular. Actualmente la hora de navegación tanto en las zonas wifi como en el Nauta Hogar cuesta 12.5 pesos la hora, y las llamadas por celular cuestan 8.75 CUP el minuto. La tarifa de datos móviles se cotiza en dependencia de los paquetes; el más popular cuesta 500 CUP y tiene una combinación de 8 gb de datos + 75 minutos de llamada. Para dos personas se puede calcular un promedio de 2000 cup el mes.

Cuidado Personal

En el cuidado personal se utilizó lo más elemental. No se incluyen los gastos opcionales en cuidado de imagen, como tintes de pelo, arreglos de uñas, pelados estilizados, pestañas… que tienen cifras más elevadas debido al alto costo de los insumos necesarios para garantizarlos.

Cuidado personal

Papel Sanitario 2 paquetes de 4 rollos 1200
Champú 1 pomo 2400
Gel de baño 850
Desodorante 680
Pelado básico 300
Detergente líquido 1020

Total 6450

Sumando todos estos servicios que son básicos en la actualidad, un cubano necesitaría ingresos superiores a los 45 401 cup mensuales. No se ha incluido los gastos para la adquisición de medicamentos, que dada la carencia de estos en los servicios del país o en las farmacias, su precio en los mercados informales también es muy elevado. Tampoco se sumaron, por ser muy variables otros gastos necesarios, como el mantenimiento constructivo de los hogares, la compra o reparación de equipos electrodomésticos, el ocio y la recreación, ni el pago del consumo de electricidad o gas, cuando solo por poner un aire acondicionado por 8 horas en el largo verano, se gastan unos 1 500 CUP mensuales.



Se concluye que la familia cubana tiene un elevado déficit de ingreso. Para sustentar el costo de la vida de dos personas harían falta más de 8 salarios promedio y más de 29 jubilaciones promedio. Por tanto, el costo de la vida en Cuba, a pesar de las gratuidades que aún quedan, es muy alto y no tiene ninguna relación con los ingresos de los trabajadores estatales cubanos.


Gastos y salarios en Cuba

Es sabido que en un sistema como el cubano se mantienen ciertas gratuidades, como la salud, educación, cultura, deporte… pero siendo responsables, no puede negarse que la situación económica tensa que tiene Cuba con grandes desequilibrios estructurales, y un bloqueo por parte de Estados Unidos, ha afectado significativamente la calidad de esos servicios que se ofrecen. Esto ha obligado a la población a asumir también una parte de esos gastos, ya sea compra de medicamentos e insumos médicos en el mercado informal, pago de repasos particulares para sus hijos por falta de maestros de calidad en las escuelas, etc.

La pregunta que se hacen todos, es cómo se puede vivir con tan bajos ingresos y tan altos costos de la vida. Hay múltiples respuestas, una de ellas es disminuir calidad de vida, es decir, no pueden consumir los alimentos que deberían, otros reciben determinadas ayudas vía remesas, otros se dedican al mercado informal, otros venden reliquias familiares, y lamentablemente otros se dedican a la corrupción o al robo.

El gobierno en su planteado plan de estabilización macroeconómica afirma tener entre sus prioridades elevar el poder adquisitivo de la población cubana y estudiar una de las primeras causas de los altos precios, que son los bajos niveles de producción del país, o sea, que es baja la oferta para la demanda existente. No basta con decir lo que tienen que lograr, no lo han logrado hasta ahora, y quienes reciben hoy en la Isla un salario o una pensión no pueden esperar eternamente que «las condiciones estén dadas» para alimentarse, vestirse o asearse. Sin una reforma integral de la economía no habrá posibilidades de bienestar para los cubanos.