"La edificación de la nueva sociedad en el orden económico es también un trayecto hacia lo ignoto". RCR
Fidel
lunes, 13 de marzo de 2023
Unos 2000 millones de trabajadores tienen empleos precarios
¿ Otro viacrucis por la supervivencia?
Biden: "Los estadounidenses pueden confiar en que el sistema bancario es seguro"

Acerca del artículo " Un contexto pesimista: las relaciones Cuba-Estados Unidos a principios del 2023"
¿Adiós a los paneles solares? Científicos desarrollan sistema termosolar más eficiente y barato

LA FALTA DE EFICACIA Y EFICIENCIA RESTA CONFIANZA Y LEGITIMIDAD.
En las Administración Pública Cubana hay que hablar y exigir más por la eficacia y la eficiencia y la coherencia de actuación en todos los niveles pues impactan la Gobernabilidad y Gobernanza y reducen la legitimidad de sus acciones y la confianza de los ciudadanos.
No es el momento de estar
esperando que algún líder del vecino del norte nos quite el bloqueo ni las
tenazas posteriores que se han ido añadiendo. No creo que ese sueño ocurrirá, a
menos que dejen de existir los conceptos que han halado a nuestra sociedad
durante estos años
Creo, sin embargo; que es el
momento de luchar con nuestras propias fuerzas por transformaciones reales,
profundas y estructurales; no hacer caricaturas de cambios ni de silenciar a
quienes con valentía y cultura política luchan contra algunos dogmas y dogmáticos,
ignorantes o mal intencionados oportunistas, que sin tener en cuenta el pulso
real de la sociedad generan la parálisis y lentitud de muchas decisiones sin
importarles las consecuencias.
Desde luego se han hecho cambios en
la esfera económica que a veces dan la impresión de un inicio de camino correcto,
pero se detienen y lentifican y pasan períodos sin que nada ocurra o se diga
sobre como continua ese camino.
En la Administración Pública se
habla de la gobernabilidad y la gobernanza, ambas, requieren mayor coherencia
tanto en las decisiones como en su implementación
Aun en nuestra estructura de
gobierno aparece esa huella tenaz que nos ha dejado la época soviética y que a
es más resistente al cambio que la que nos dejó a mitad del siglo pasado el
capitalismo.
Creo que el querer durante varias
décadas copiar y parecernos en temas económicos, estructurales y de
procedimientos a esa nación gigante euroasiática, nos ha dejado muchas marcas
que no se corresponden ni con el momento ni el lugar en que vivimos.
El momento cambió y mucho y el
lugar también lo hizo y seguramente debe seguir cambiando.
Entre las diversas huellas de
este tránsito se pueden apreciar las grandes empresas y fabricas siempre en
busca de la economía de escala para un mercado designado de los países del CAME
muy superior al que ahora tiene cualquier producción nuestra.
Esas grandes empresas y fábricas
concebidas con estructuras organizacionales e infraestructura muy costosas para
realizar producciones monopólicas, parecen estar fuera de las necesidades del
contexto actual en que se desenvuelve la economía del país.
Esas estructuras monopólicas sin
competencia con otros productores o suministradores en las actividades que más
necesitan acudir los ciudadanos los dejan sin opciones al ser un mercado cautivo.
Recuerdo como experiencia
personal que, en la Alemania ya unificada, los empresarios Occidentales no
deseaban invertir en los grandes conglomerados industriales de la ex RDA y
preferían hacerlo en partes o talleres de esas industrias pues no tenían un
tamaño apropiado para el volumen de mercado que podían obtener, ni para los
costos y riesgos que ellos podían asumir
Una huella también importante,
hasta ahora difícil de sacar de algunas mentalidades, está en los métodos de
planificación centralizada y de la correspondiente asignación del encargo
estatal, lo que perjudica el empleo de los
recursos del país pues las decisiones sobre cómo se distribuyen se hace
atendiendo más a la tradición; la experiencia y no ajustado al mercado, ni a la
productividad y eficacia con que se cumplan esas demandas.
Es una asignación centralizada de
recursos para cumplir el encargo estatal que está basada en la creencia de la
información que el productor y su ministerio han elevado al órgano
planificador. Parece algo ingenuo, pero así es.
La otra huella, que nos dejó
ese periodo, es la dimensión desproporcionada del gobierno, la que no obstante haberse
ido reduciendo desde décadas anteriores aún se mantiene 26 ministerios y
entidades de ese rango que realizan una gestión de gobierno vertical y del control homologo hasta el
último eslabón de la actividad que representan.
En nuestra región países mayores que
el nuestro, no obstante, diversos problemas específicos que afrontan gobiernan
con menos ministerios que nosotros a excepción de Venezuela que según reportes
consultados en el sitio de Posdata Club de Periodismo de Datos, en artículo de Saimi
Reyes y Yudivián
Almeida, tiene 32, en México y Brasil existen menos de 26 y se llega al
caso de Uruguay en que solo hay 13 y Paraguay 12
Llama la atención que en los años 70 hubo en Cuba más de 40 0rganimos centrales y que antes de 1959 había solo 14 Ministerios.
En Cuba con nuestra vocación de
centralización, jerarquización y autoritarismo todo en el gobierno se
estructura por, ramas y subramas y actividades similares.
Varios ministerios ramales en
vinculación con las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE)
poseen algún homologo hasta llegar al último eslabón de producción que
representa esa autoridad y brinda información a los niveles superiores.
Todo este conjunto de niveles
jerárquicos no genera fomento de desarrollo. Esta estructura ha sido diseñada
para el control ramal; las OSDE y empresas que han surgido del mismo están
estructuradas verticalmente.
Resulta complejo lograr
encadenamientos útiles que generen eficiencia y no monopolios como los actuales,
ajenos a la calidad de vida de la población si la propia estructuración del
gobierno y la esfera productiva no lo permiten.
Existe un cierto sectarismo
estructural o compartimentos estancos entre las producciones de cada sector ya
que en Cuba hasta ahora lo que es de un ministerio no puede trabajar con otro.
Un ejemplo del dimensionamiento
estructural del gobierno es que, en Cuba, hasta hace pocas décadas, y con
diferentes criterios de justificación, hubo tres ministerios que se ocupaban de
los alimentos; hoy existen dos y la OSDE de Azcuba, aún hay dos ministerios de
Educación y otro de la Ciencia que tiene trabajos muy relacionados.
Nuestras estructuras y su sistema
de gestión están más centradas en el pretendido control de lo que hace cada
estamento homologo y menos en la auscultación y fomento de desarrollo de la
sociedad en cada nivel de actuación.
Controlar desde arriba es solo
para autopsias y no para efectividad. Un viejo texto sobre el control señala
que “la efectividad del control es inversamente proporcional al nivel que lo
ejecuta”. Esto o no se sabe o se olvidó.
Ni reuniones ni vistas resuelven
el problema de efectividad del control. Hay que lograr que el ejecutor esté
interesado en auto controlarse.
Que ventaja puede traer el tener
estas barreras estancos interministeriales para el desarrollo de la economía; creo
que ninguna; lo que, si provoca, es que los ministerios se dediquen más a “pretender”
controlar sus áreas de atención y no a estimular la producción.
Durante una visita en Artemisa a
cierta cooperativa agropecuaria de las más eficientes del país, su producción
de tomates era muy alta y necesitaba mayor número de medios para envasar el
puré que se hacía en la mini industria de esta y los envases disponibles y
convenientes eran de una empresa ajena al sector agropecuario que se negaba a
brindar esos medios pues la cooperativa no era del su sector. Por suerte el
Ministro del área dueña de los envases intervino y resolvió la situación.
Este ejemplo evidenció que
existen trabas en la producción que generan esos compartimentos estancos
interministeriales. En este caso no fue un proceso natural, tuvo que resolverlo
un ministro.
No basta con que exista un organismo central de economía
otro de finanzas, uno de trabajo, una organización tributaria y otra de estadísticas.
Los ministerios ramales también llevan sus controles por que los
ministerios globales no saben o no pueden controlar directamente a la esfera
productiva y han obligado a los ministerios a tener homólogos de las
actividades globales.
No será ese problema un fallo en
el ejercicio del diseño de un sistema de información evitando tanta duplicidad
de informaciones, modelos y burocracia,
La ciencia moderna es
transdisciplinaria pues la realidad que investiga así lo es. Un gobierno
también lo es y por tanto es mucho más que la suma de sus partes; es un sistema
complejo, abierto en intercambio con el entorno, que lo desestabiliza por lo que
requiere retroalimentación para seguir hacia sus objetivos pues de lo contrario
no será coherente, aspecto este básico en la gobernabilidad y gobernanza.
Creo que no solo hay que revisar la cantidad de
organismos centrales y recursos asignados, también de personas que ocupan y entidades que actúan como administración
pública en toda la estructura territorial evaluando los gastos que esto produce, los recursos que consumen y los
resultados que generan en la calidad de vida de los ciudadanos y el desarrollo económico.
Esta estructura de ministerios ha
engendrado actuales males en la economía como ha sido la generación de grandes
monopolios y mercados cautivos, no siempre justificados ni convenientes en el
actual momento.
Ha sido tan grande la huella
mental que nos dejó esa impronta soviética (en que hubo también cuestiones
admirables), que la famosa extinta comisión de gobierno que se creó para
asesorar en la aplicación de los lineamientos no tuvo otra iniciativa
organizadora de la producción que proponer la creación de OSDES, lo que
significó otro nombre a la centralización de ramas o ministerios para dirigir y
controlar a los productores, manteniendo los monopolios ramales.
Se duplicó el papel de control y
la burocracia, hacen casi lo mismo el ministerio y el OSDE.
Las Osdes, así como se
concibieron integrando verticalmente las ramas son una huella de esa era del CAME
bajo la conducción soviética, que si bien fue positiva para Cuba ya esa
organización no existe y el mundo en que vivimos ha cambiado mucho y nuestra
población necesita un empresariado que piense más en ella.
No siempre las integraciones
verticales no obstante beneficios generados por la escala son las convenientes,
pues pueden traer grandes riesgos.
La integración de Osdes con
actividades horizontales que traspasen las fronteras de ministerios son
importantes y no generan monopolios y si diversificación y aprovechamiento de
capacidades de gestión de cuadros y dirigentes.
Vemos también con preocupación la
racionalidad de los gastos de gobierno en los momentos actuales y recordamos que
en la última reunión del Parlamento la funcionaria autorizada expreso que el 72
% del Presupuesto respalda los beneficios sociales y la actividad de servicios
públicos.
Es realmente un gasto elevado de
los pocos recursos de que el país dispone y sin embargo la eficacia y
eficiencia en muchos de esos servicios sociales no honran el sacrificio
económico con que se apoyan desde el Estado.
Es algo a revisar y que requiere
mayor objetividad y racionalidad la gestión educacional, la de la salud, el
deporte y otros muchos beneficios sociales que ya están apropiados en la mente
del cubano deben tributar mayor eficacia y eficiencia. Esto será algo sobre lo
que hay que escribir, alertar y publicar para su entendimiento.
No son los grandes logros en cada
una de esas áreas de los que todos sentimos orgullo es en la atención y labor
cotidiana en la que aún hay muchas debilidades y quejas de la población,
Esto exige ajustar nuestros
sueños a realidades y revolucionar conceptos ajustándolos al Momento que vive
el país.
Marzo 13 20223
«Nada compensa los perjuicios que la guerra tiene para China»
China quiere dejar atrás la covid, recuperarse y volver a crecer. Estima un crecimiento del 5% para 2023, rebasando en más de dos puntos el previsto para este año por el FMI para el mundo. Así se ha anunciado en la Asamblea Popular Nacional, que reúne esta semana a 3.000 diputados en el Gran Salón del Pueblo. El analista y fundador del Observatorio de la Política China, Xulio Rios (Moaña, 1958), considera en esta entrevista que nada compensa a China los perjuicios que la guerra en Ucrania tiene para China, que no se embarcará en una carrera armamentística pese a aumentar su presupuesto de defensa en un 7,2% con respecto al 2022, y que no renuncia a la unificación con Taiwán, primando la vía pacífica.
El primero de los 12 puntos del plan de paz de Xi Jinping para la guerra de Ucrania pide respetar la soberanía de todos los países y un alto el fuego. ¿Quiere decir que Rusia ha de retirarse de todos los territorios ocupados, incluidos los de 2014? ¿Inicia con este plan el camino para acabar con la guerra?
Que sea el primero de los doce puntos de la “posición política” expresada por China algo quiere decir sin duda acerca de la importancia que otorga a la integridad territorial, un asunto sensible también para Beijing. Por otra parte, recuérdese que China no reconoció la anexión de Crimea. No obstante, claro está, todo dependería de las negociaciones, que deben enmarcase en la idea expresada en el punto siguiente, referido al cese de la expansión de los bloques militares y a la concepción de una seguridad que no debe ser lograda “por unos a expensas de otros”. Será difícil que Rusia acepte una hipotética retirada sin aquilatar un pacto de seguridad en esa línea. Por otra parte, China será cauta en los posibles avances de su propuesta. No parece que las condiciones estén suficientemente maduras para esperar resultados inmediatos.
¿Le beneficia en algo a China la guerra de Ucrania?
Ni siquiera el estrechamiento de lazos económicos con Rusia le compensa los perjuicios. La guerra supone quebrar la estabilidad en una región clave para sus intereses, ya no solo por cuanto afecta a su estratégico proyecto de ruta de la seda sino por la inestabilidad que provoca en las cadenas de suministro, la incentivación del desacoplamiento y su impacto en la recuperación económica, que para China es otra prioridad. Además, le plantea el reto añadido que supone el mejorar las relaciones con Europa, uno de los temas capitales en su agenda diplomática. Los 12 puntos enunciados son también una propuesta a Bruselas.
¿No perjudica a Xi Jinping su “amistad sin límites” con la Rusia que ha invadido Ucrania en su proyecto de lograr un nuevo orden mundial, que también es un objetivo de Putin?
También era “eterna” la alianza entre Stalin y Mao y duró lo que duró. Moscú y Beijing comparten una similar visión estratégica, cuya premisa es el rechazo a la hegemonía “imperativa y arrogante” occidental. Cuando China pondera el QUAD, el AUKUS o el reforzamiento de las alianzas militares de EEUU con los países de su entorno, es fácil entender que “comprenda” la inquietud estratégica de Rusia. No obstante, las desconfianzas que a menudo se han argumentado para descreer de una alianza entre Moscú y Beijing siguen vigentes, solo que la actual política occidental las has mitigado. Creo que es un error meter a China y Rusia en el mismo saco y no explorar los matices.
A la luz de la experiencia de la guerra de Ucrania, que ha unido a Occidente y fortalecido a la OTAN, ¿Cree que acabará invadiendo algún día Taiwán?
Taiwán es “integridad territorial” para China. No va a renunciar a la unificación. Pero la vía pacífica sigue primando en la agenda a pesar de la proliferación de advertencias sobre invasiones, quizá interesadas, de EEUU, cuyos generales ya la vaticinan para dentro de dos años incluso. Veremos que ocurre en las presidenciales taiwanesas de enero de 2024. Será una encrucijada que puede dar alas a una vía u otra. Sería una tragedia una invasión de Taiwán y lo aconsejable para todos, no solo para China, es trabajar desde ya para la prevención del conflicto. Dudo mucho que la mejor fórmula para eso sea atiborrar la isla de armamento estadounidense, y hacer cuanto más mejor para irritar a China. La creatividad política ha sido siempre una elogiosa característica del pensamiento chino y si se les deja hacer, hay margen para innovar a uno y otro lado del Estrecho.
¿Habrá un enfrentamiento directo con Estados Unidos?
Los elevados riesgos que entraña constituyen un poderoso factor de disuasión pero no puede descartarse del todo. Estamos viendo cómo la guerra comercial desatada por Trump no funciona en absoluto pues el déficit estadounidense sigue creciendo; la guerra tecnológica se ha transformado en un largo pulso en el que China está mostrando una resiliencia importante…. Hay un riesgo evidente de que si todo lo demás falla, Taiwán o el mar de China meridional se conviertan en un polvorín. El mayor riesgo para China es perder la paciencia. Si en los próximos veinte o treinta años consigue culminar su modernización, su estatus económico global le proveerá del liderazgo posible para que la multipolaridad se abra camino. Si EE. UU pierde en esa competencia, le resultará difícil mantener su enorme poder militar y, a la postre, su hegemonía.
¿La inestabilidad tampoco le beneficia, no? Porque como decía el general Sun Tzu, la más bella de las victorias se obtiene sin enfrentamiento.
En la perspectiva china, la clave sigue residiendo no en el factor militar sino económico y tecnológico. No va a emular a la URSS y embarcarse en una carrera de armamentos, aunque seguirá mejorando su defensa a buen ritmo. Pero la convicción de que el vértice de su preponderancia global reside en la economía a través de un nuevo modelo de desarrollo y de inserción en el mundo sigue determinando su enfoque. Y para eso necesita estabilidad, mucha estabilidad regional y global. Y quienes quieran evitar su ascenso, necesitarán generar inestabilidad para truncar aquellas expectativas.
Tampoco goza de estabilidad en China, donde ha estallado la burbuja inmobiliaria, aumentan las tensiones sociales sobre los salarios o los recortes de prestaciones a los jubilados y el país está envejecido…
La situación en China es compleja, en parte derivada de las tensiones internacionales, de los efectos de la pandemia y también consecuencia del cambio en el modelo de desarrollo. Pero erraríamos minusvalorando la holgura de que disponen las autoridades para gestionar la situación. En ese marco, la estabilidad es una preocupación mayor. No es casualidad que la propuesta para Ucrania se presentara después de dar a conocer el concepto de Seguridad Global o que internamente la seguridad esté en el corazón de la reforma estatal tras el XX Congreso del PCCh. Todo conduce a lo mismo dentro y fuera: la estabilidad como prioridad.
La bonanza económica ha desaparecido. ¿Ha minado la legitimidad del Partido Comunista?
Aun con una situación internacional muy complicada, internamente, a China le queda un importante margen para seguir creciendo, aunque sea a tasas más bajas. Recuérdense las palabras del primer ministro saliente Li Keqiang hace un par de años: 600 millones de personas viven aun en China con unos ingresos medios de mil yuanes al mes…. Son buenos gestores, la escala de su economía le proporciona un plus nada desdeñable. Aun apenas ha iniciado la socialización de cierto bienestar, el consumo interno puede jugar un papel más importante y en lo político, el nacionalismo constituye un poderoso mecanismo amortiguador. Además, no podemos analizar el PCCh en clave exclusivamente ideológica sino atendiendo también a su perfil como expresión del neomandarinato en el siglo XXI.
El XX Congreso ha entronizado a Xi Jinping como máximo líder, convirtiéndose en el líder más poderoso desde Mao. Su objetivo en el XIX Congreso fue la lucha contra la corrupción. ¿Cuál es ahora?
La palabra de orden de Xi gira en torno a la revitalización de la nación china. La clave principal reside ahora mismo en lo que podríamos definir como la preservación de la seguridad política. Esto afecta a su propio liderazgo pero también al xiísmo como teoría para la actual etapa del proceso chino y se traducirá en una intensificación de las medidas relacionadas con la ideología, la seguridad y la estabilidad. Ese es uno de los temas clave de las dos sesiones que estos días se celebran en Beijing y que podrían anunciar una fuerte reorganización del aparato institucional en este ámbito, muy inestable en los últimos años, así como alentar una mayor repartidirización del Estado en su conjunto.
En el Congreso depuró a Hu Jintao, a quien humilló obligándole a abandonar la sala, y a sus seguidores y nombró a una cúpula dirigente absolutamente fiel….
Si partimos de la relevancia de esa clave de la seguridad política, la lealtad se erige en un factor clave. Lo que se ha cerrado, a priori a cal y canto, es la posibilidad de contemporización con el liberalismo occidental reafirmando la fidelidad a la misión fundacional del PCCh, es decir, un proyecto que suena a cierta recidiva pero con ajustes en virtud de la necesidad de adaptarse a la coyuntura actual. Con todo, no se descarte que en estas dos sesiones haya gestos de cierto simbolismo hacia otras sensibilidades, que podrían cuajar en la vicepresidencia del Estado o en continuidades en el Consejo de Estado.
Algunos analistas han recordado cómo Mao hizo lo mismo en el noveno congreso, celebrado en 1969, y cómo se desató una feroz lucha por la sucesión del gran timonel que acabó con el regreso del desterrado Deng Xiaoping. ¿Puede ocurrirle lo mismo a Xi Jinping?
Aunque las diferencias históricas son palpables, más allá de la impronta de los liderazgos, el debate es el mismo: cuál debe ser la mejor ruta para cerrar el ciclo de decadencia y restaurar la posición central de China en el sistema internacional. Deng acertó más que Mao y es pronto para hacer balance de Xi. En cualquier caso, el mecanismo sucesorio instituido por Deng, que proveía de cierta institucionalidad a un proceso siempre delicado en estos sistemas, ha saltado por los aires. Esto abre la posibilidad de que las diferencias se resuelvan por vías menos regladas. Todo va a depender de cómo el equipo de Xi gestione la presión exterior, que irá en aumento, y los desafíos internos, que son muchos. En el fondo, el problema es determinar si hay espacio o no para que el otro polo de la experiencia humana que es China persista en su originalidad o, por el contrario, deba plegarse al ideario liberal occidental, algo que aun chirría en una parte significativa de sus orgullosas elites.
(https://www.lavanguardia.com/internacional/20230309/8806133/compensa-perjuicios-guerra-china.html?fbclid=IwAR2va9j9V4yTFuExIjtW0jqkKopx5ai-Q8EZ19OVMllib_agWP8iDqCItqc )