Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 24 de febrero de 2019

Venezuela: crisis humanitaria y responsabilidad de proteger


¿Qué es una crisis humanitaria?

Es una situación de emergencia “en la que existe una excepcional y generalizada amenaza a la vida humana, la salud o la subsistencia”.[1]

La crisis humanitaria se suele desencadenar por la ocurrencia dos fenómenos:
  • un desastre natural
  • un conflicto bélico
La combinación de estos fenómenos y de problemas preexistentes en contextos con presencia de
  • Pobreza y desigualdad social
  • Mala gobernabilidad y fragilidad estatal
  • Precariedad alimentaria
  • Violaciones de derechos humanos,
tienen como resultado el desplazamiento forzado de seres humanos, enfermedades y una crisis alimentaria.[2]

Por tanto, el desplazamiento forzado, las enfermedades y la crisis alimentaria calificarían como crisis humanitaria si se dan junto a esos fenómenos (desastre natural o conflicto bélico) en el contexto complejo descrito.

Hay una variante de la crisis humanitaria denominada “emergencia política compleja”. Ésta es la forma en la que muchas crisis humanitarias se han dado después del fin de la Guerra Fría. Según la Escuela de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), las emergencias políticas complejas: “se diferencian de las crisis por ser más prolongadas en el tiempo, tener un origen fundamentalmente político y un importante impacto destructivo y desestructurador en todas las esferas de la vida”.[3]

¿Qué organismos de las Organización de Naciones Unidas (ONU) atienden una crisis humanitaria?

La ONU cuenta con una Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés),[4] dependiente del Secretaría de la ONU y encargada de coordinar las respuestas de emergencia. La OCHA, a su vez, gestiona el Fondo Central de Respuestas de Emergencia (CERF) para atender a los afectados por las emergencias derivadas de las crisis humanitarias. Recibe donaciones voluntarias.

Además de estos organismos, hay cuatro más que participan en prestar ayuda humanitaria:
  • El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
  • El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
  • El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
  • El Programa Mundial de Alimentos (PMA)[5]
La doctrina de la Responsabilidad de Proteger (R2P) para justificar el intervencionismo

La doctrina de la Responsabilidad de Proteger, también conocida como R2P, por sus siglas en inglés, fue adoptada por la Asamblea General de la ONU en 2005 tras varias guerras traumáticas (Bosnia, Kosovo, Ruanda).[6] Consiste en el derecho que se arroga la comunidad internacional para intervenir en los asuntos de terceros cuando está en peligro la integridad de determinadas poblaciones por riesgo de genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes en contra de la humanidad. La intervención suele ser en forma de medidas drásticas (que incluyen intervenciones militares), justificadas bajo el argumento de impedir un sufrimiento mayor de la población.

Según algunas especialistas, la base legal para la aplicación del uso de la fuerza en una intervención humanitaria requiere:

  • Que exista evidencia convincente, aceptada por el conjunto de la comunidad internacional, de la existencia de una crisis humanitaria angustiante, a gran escala, que haga imprescindible la intervención inmediata y urgente;
  • Que sea objetivamente claro que no hay otra alternativa viable al uso de la fuerza para salvar vidas;
  • Que el uso de la fuerza sea necesario y proporcional al objetivo del alivio del sufrimiento humanitario, así como debe ser estrictamente limitado en el mínimo tiempo para el alcance de este objetivo.[7]
Sus defensores sostienen que este tipo de “intervención humanitaria” tiene sustento legal y sólo se usa de manera excepcional. Sin embargo, no deja de generar controversia puesto que, como tal, esta doctrina no está incorporada formalmente en el Derecho Internacional y tampoco es vinculante, al haber sido adoptada por la Asamblea General. Su aplicación, de hecho, puede acabar invalidando el papel que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene en la autorización del uso de la fuerza, así como contravenir la misma Carta de la ONU en su artículo 2.

Sin embargo, cada vez hay más ejemplos de aplicación de la R2P como pantalla que no logra tapar el intervencionismo de las potencias en terceros países. De hecho, tanto la R2P como el concepto “intervención humanitaria” están enfocados en el derecho de las potencias a la injerencia.[8] Dos de los casos más recientes han sido los de Libia y Siria.

En 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1973 para intervenir en Libia amparándose en la R2P. Bajo la excusa de proteger a la población libia de supuestos ataques del Gobierno de Mohammad Gaddafi, se autorizó una zona de exclusión aérea y el bombardeo de la OTAN. El resultado fue más de 50.000 muertos y cientos de miles de desplazados por esta “intervención humanitaria”, cuyos estragos todavía se viven en el Mediterráneo. La ingobernabilidad y el caos caracterizan a la Libia actual, que es considerada un Estado fallido.

También en el caso sirio se ha esgrimido la defensa de la R2P para justificar bombardeos sobre población civil, algo altamente paradójico desde un punto de vista “humanitario”. El uso de la ley para la intervención también se observó en la autorización que hizo el Consejo de Seguridad de la ONU (resolución 2328 de 2016) a la llegada de una misión de monitoreo a Aleppo, para supervisar supuestos ataques a civiles por parte del Gobierno de Bashar Al Assad. Actualmente, el conflicto sirio se está resolviendo a favor de las fuerzas gubernamentales, gracias al apoyo militar y político de la Federación de Rusia.

La supuesta crisis humanitaria en Venezuela

En los últimos tiempos se viene manufacturando la existencia de una crisis humanitaria en Venezuela que irradiaría a terceros países en la región (elemento clave para buscar su participación en las tareas de intervención y dar lugar a una guerra por delegación o proxy war).[9]El tema del éxodo de venezolanos hacia países como Brasil, Ecuador o Colombia, presentándolo como una “crisis de refugiados” que, además, traían enfermedades, ha sido la pieza neurálgica en esta construcción. Para presionar en el sentido de la existencia de esta problemática, EE. UU. decidió dedicar una parte de los 9 millones, destinados originalmente a la asistencia a la sociedad civil venezolana en el año fiscal 2019, a atender a los venezolanos en Colombia.

Esta asistencia a los venezolanos ha sido calificada de insuficiente por analistas del propio establishment estadounidense, que presionan para que los venezolanos que llegan a territorio estadounidense reciban un Estatus de Protección Temporal por parte del Departamento de Homeland Security.[10] Se trataría de equiparar su situación a la de cualquier ciudadano que huye de un conflicto armado o un desastre natural, estableciendo la matriz de que se encuentran en situaciones similares.

La oposición venezolana, respaldada por otros gobiernos de la región y por el Secretario General de la OEA, ha pedido abrir un “canal humanitario” para hacer llegar la ayuda humanitaria que EE. UU. quiere trasladar a territorio venezolano desde territorio colombiano. Una ayuda de la que la Cruz Roja se ha encargado de deslindarse.[11]

La falsedad de la existencia de una “crisis humanitaria” en Venezuela, que haría necesaria la intervención de EE. UU. y otros países para atajar esta problemática, se pretende convertir en una verdad por la fuerza de la repetición y la difusión de imágenes impactantes (y a veces manipuladas, como el uso de fotos de niños yemeníes haciéndolos pasar por venezolanos) en las redes sociales. Estamos asistiendo a una novedosa forma de golpe de Estado virtual que necesita legitimarse por redes y medios de comunicación. La argumentación y los ejemplos usados para sustentar una supuesta “crisis humanitaria”, de mayor o menor nivel de elaboración o veracidad, no esconden que, tras esta matriz prefabricada, encontramos las “armas de destrucción masiva” que permitieron a EE. UU. mentir e invadir Irak. Con la diferencia de que en 2003 la mayoría de la opinión pública mundial tenía claro que aquélla era una guerra por petróleo.

Años de bombardeo mediático contra Venezuela impiden que en la actualidad haya esa claridad antibélica por parte de la opinión pública e, incluso, por parte de cierta izquierda mundial. De ahí la importancia de aclarar términos y alertar sobre qué hay detrás del uso a la ligera de conceptos que se están utilizando a conciencia para validar nuevamente la injerencia política y, eventualmente, militar, de EE. UU. en un país de América Latina. Los antecedentes de Libia y de Siria permiten visualizar cuál puede ser el futuro para Venezuela de no detener esta escalada bélica en forma de “intervención humanitaria”.













Arantxa Tirado es doctora en Relaciones Internacionales e Integración Europea por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y doctora en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es también magíster en Estudios Latinoamericanos por la UNAM y Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración (itinerario de Relaciones Internacionales) por la UAB. Algunos de sus temas de investigación son la política exterior de Venezuela, México y Cuba; la integración latinoamericano-caribeña; las relaciones entre EE. UU. y América Latina y el Caribe; y la geopolitización de las relaciones internacionales. Es coautora del libro La clase obrera no va al paraíso. Crónica de una desaparición forzada, escrito con Ricardo Romero Laullón “Nega” y publicado por Ediciones Akal en 2016

Sistema empresarial cubano: Cambios necesarios

Por: Lissett Izquierdo Ferrer
1 febrero 2019 
Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Desde 2011 el sistema empresarial cubano transita por una nueva etapa de transformaciones que, entre otros propósitos, buscan desatar viejas ataduras, otorgar mayores facultades y lograr más eficiencia y organización. Como todo proceso de cambios, este no ha estado exento de complejidades, aciertos y desaciertos.
Por eso en este año que recién comienza, además de consolidar las medidas aprobadas -que no son pocas-, será prioridad evaluar su impacto, tal y como lo señaló a Cubadebate Yovana Vega Mato, segunda jefa del Área de Perfeccionamiento de Entidades de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos.
El estudio empezará por las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE). De acuerdo con la funcionaria, para aplicar el diagnóstico se seleccionaron 26, de las 83 existentes actualmente en el país. Al cierre del primer trimestre serán presentados los resultados al Consejo de Ministros.
“Se expondrán las deficiencias, sus causas y medidas para solucionarlas, que pueden incluir modificaciones de la norma vigente”, dijo Vega Mato, al tiempo que acotó que este trabajo no concluirá ahí, sino que abarcará después a las demás estructuras.
Porque no se trata, abundó, de cambios inamovibles. “Está claro que las transformaciones organizativas siempre son procesos complejos y que hay que estudiarlas e implementarlas con gradualidad”.
El jefe de la Comisión para la Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo, alertó en fecha reciente que hay OSDE cuyas plantillas han crecido excesivamente y que han frenado la independencia de las empresas. Temas que precisamente se requieren revisar.

¿Son nuevas las OSDE?

El perfeccionamiento empresarial en Cuba ha vivido varias etapas, y en todas ha estado presente el concepto de las OSDE: empresas que se unen para fortalecer su gestión. Un ejemplo data de noviembre de 1961, cuando Ernesto Che Guevara creó la Unión de Empresas de Materias Primas, recordó Vega Mato.
Esta figura reapareció también en 1987 a partir del perfeccionamiento de las entidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, “proceso que si bien no transformó el entorno económico, propició ir a una etapa superior en cuanto a la organización al interior de las empresas, mejorando sus resultados”, relató la experta.
De ahí que la generalización de esa experiencia quedara implícita en los Lineamientos socioeconómicos aprobados en 2011 en el VI Congreso del Partido. Cinco años después se ratificó la decisión en los documentos rectores del PCC, que tuvieron luz verde en el VII Congreso.
Tales propósitos han implicado, inevitablemente, adecuar las normas en correspondencia con las políticas aprobadas como parte de la actualización del modelo económico cubano. Uno de los decretos que surgió en este contexto fue el 335, el cual rige el funcionamiento de todo el sistema empresarial, compuesto ahora por OSDE, empresas y Unidades Empresariales de Base (UEB).
Pero, ¿por qué agrupar las empresas en OSDE? Según expuso Vega Mato esta práctica es similar a la empleada en el mundo. Entre las razones aparece que les permite a las entidades una mayor fortaleza para salir al mercado, para encadenarse productivamente y obtener mejores estrategias de proyección de desarrollo.
Se organizan teniendo en cuenta sus procesos y similitudes tecnológicas. Pueden ser Grupos (entidades con diferentes estructuras tecnológicas, de producción, de servicios y de comercialización) o Uniones (entidades con alta interrelación y dependencia entre sí). De esta última forma solo existen tres en el país: la Unión Eléctrica, Ferrocarril y Cuba-Petróleo.
El Decreto 335 -acotó la entrevistada- le otorga a las OSDE funciones bien definidas para lograr que todas las empresas que se integren a ella se fortalezcan, ganen en eficiencia y competitividad. Destacar que tienen personalidad jurídica y patrimonio propio, financian sus gastos con los aportes de las empresas que la componen y su gestión tributa al beneficio de estas.
La normativa habla de funciones de control y dirección, centradas en cuestiones estratégicas, entre ellas “la definición y cumplimiento de los objetivos de trabajo, evaluación y aprobación de planes, cumplimiento del objeto social, creación de reservas, investigación y desarrollo”.
La Segunda Jefa del Área de Perfeccionamiento de Entidades insistió en que esas facultades deben cumplirse sin intervenir en la gestión de las empresas y con estricto respeto a su autonomía.  “El control se ejerce prioritariamente sobre los resultados integrales de toda la organización y sobre el uso de los recursos asignados centralmente por el Gobierno”, especificó.
Por otro lado, la separación de las funciones estatales de las empresariales implicó, además de crear nuevas OSDE, reestructurar los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE). A juicio de Vega Mato, este paso ha sido de suma importancia para disminuir cargos y concentrar a los ministerios en la elaboración y aprobación de políticas dirigidas al desarrollo de las actividades que representan. “Antes se enfocaban, generalmente, en dirigir a las empresas”.
“Aun cuando muchas de las funciones de los ministerios se trasladaron a las OSDE, estas surgieron perfeccionadas, con una estructura y plantillas lo más ligera posible”, valoró.
Datos aportados por la entrevistada indican que de 2011 a 2017, de 31 OACE que funcionaban en el país quedaron 27, en tanto de 136 OSDE ahora hay 83, resultado de la fusión de muchas, aunque a la par se crearon nuevas.

¿Qué ha pasado con las empresas y las UEB?

Producción de arroz en Cuba. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Si bien los documentos del proceso de actualización del modelo económico reconocen una diversidad de actores que deben participar en el escenario cubano en igualdad de condiciones, el papel primordial se le concede a la propiedad socialista de todo el pueblo.
De ahí -dijo Vega Mato- la responsabilidad que tenemos en la transformación y desarrollo de la empresa estatal, vista como el eslabón fundamental.
Las nuevas normativas trajeron importantes cambios para ese sector, aumentarle su autonomía fue uno de ellos. Otro no menos relevante tiene que ver con la prohibición de operar con pérdidas.
En el periodo de 2011 a 2017 hubo una reducción de más de 400 entidades, y muchas de ellas fueron extinguidas o fusionadas, precisamente, porque tenían pérdidas, explicó la experta.
Una de las metas consistía en lograr empresas eficientes y había muchas que estaban muy lejos de serlo, “y que no se justificaban como empresas por sus dimensiones y niveles de operaciones. Presentaban procesos de dirección económica y de control sumamente mayores a la generación de riquezas. En su mayoría estas fueron las que se convirtieron en UEB”, sostuvo.
Vega Mato aclaró que “hubo entidades que se convirtieron en UEB y su gestión económica demostró que debían continuar como empresas y se rectificó”.
En cuanto a la creación de nuevas UEB, reconoció que muchos directivos hicieron interpretaciones erradas sobre lo legislado. Ejemplificó que a no pocos jefes de UEB les quitaron indebidamente sus facultades, entre ellas la de operar cuentas bancarias y firmar contratos.
Proceder que frenaba el andar de esas estructuras, donde se producen en definitiva los bienes y servicios.
De acuerdo con lo normado, los directores de las UEB, siempre que estén facultados por el jefe de la entidad que los crea (OSDE o empresa), pueden:
  • Suscribir contratos económicos a nombre y en representación de la empresa.
  • Representar a la empresa en procesos judiciales.
  • Operar cuentas bancarias.
Vega Mato acentuó que las UEB forman parte de la empresa, no son entes aislados, aun cuando lo puedan estar geográficamente.
El hecho de que no tengan personalidad jurídica ha sido uno de los temas más controversiales, y “formará parte de los aspectos a estudiar”, según adelantó la Segunda Jefa del Área de Perfeccionamiento de Entidades.

En cifras, el impacto de las transformaciones

En la etapa 2011-2017 los indicadores de las empresas muestran números positivos, la mayoría en ascenso: ventas netas (35 % de incremento), utilidad antes de impuestos (72 %), valor agregado bruto (51 %) y la productividad (57 %). Aunque, hay que distinguir que no es un comportamiento homogéneo en todos los sectores.
Otro dato significativo es la disminución del número de empresas irrentables, lo cual ha permitido que se redujera considerablemente el subsidio por pérdidas (91 %).
En 2010 se reportaron 403 empresas con pérdidas, en 2015 (81), en 2016 (67) y al cierre del primer semestre de 2018 (43). “Esto responde a las transformaciones organizativas y a otras medidas aprobadas, como la flexibilización del objeto social, la creación de reservas para capital de trabajo, así como de un fondo de compensación por parte de las OSDE”, enumeró la entrevistada.
El salario medio, aún insuficiente para enfrentar los precios actuales, también ha crecido de 500 pesos en 2013 a 850 en 2017, y hay un 33 % del total de las empresas que pagan más de mil pesos. Mientras, los ingresos también experimentan un ascenso a partir de la distribución de las utilidades: en 2016 el 27 % de las reservas tuvieron ese objetivo.

Sobre las Juntas de Gobierno

Díaz-Canel durante el encuentro de trabajo con Juntas de Gobierno y Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial. Foto: Estudios Revolución.
Vega Mato aclaró que las Juntas de Gobierno -estructuras generalizadas a partir del perfeccionamiento empresarial- son los órganos representativos de los intereses del Estado para el control de la gestión empresarial estatal.
Su objetivo fundamental es maximizar los resultados de las empresas y sus tareas son “aprobar la proyección estratégica de las entidades, pronunciarse sobre la pertinencia del plan, evaluar trimestralmente los resultados económicos y financieros, y aprobar la distribución de utilidades”.
Puntualizó que al cierre de cada año se informa al Consejo de Ministros acerca de cómo han funcionado.
Una reciente modificación a la normativa vigente precisó que todas las OSDE deben surgir asistidas por una Junta. Hasta ahora lo regulado establecía que las Juntas solo se creaban para atender a sectores estratégicos de la economía del país.
Estos grupos están conformados por 5 ó 7 miembros, entre ellos académicos, expertos y representantes de los órganos globales. Aunque, argumentó Vega Mato, tienen la facultad de invitar a sus sesiones de trabajo a cuantos expertos consideren necesarios y hasta a los directores de las empresas.

De lo que sucederá este año

Vega Mato informó que poco antes de concluir 2018 el Consejo Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó la política para categorizar a empresas de alta tecnología. Dijo que en estos momentos se trabaja en la confección de las normas jurídicas y es un paso superior en la gestión del sistema empresarial cubano.
Otro asunto que ocupará la atención del Área de Perfeccionamiento de Entidades de la Comisión de Implementación es la consolidación de las medidas adoptadas, así como continuar avanzando en la transformación e incremento de la autonomía de las entidades estatales.
La funcionaria valoró que resulta clave la preparación de los directivos y trabajadores, pues “son cambios que implican transformaciones en las maneras de hacer, que hay que ir consolidando”. “Hay que  transformar organizaciones, pero también el saber hacer de todos los días”.
“El concepto de subordinación quizás es el más entendido, no así el de atención”, ejemplificó.  “Se trata de una nueva manera de ver y de pensar al sistema empresarial, tanto para los organismos globales y los directores generales de las OSDE, como para aquellos que dirigen a las empresas, quienes en algunos casos no han entendido todavía cuáles son sus facultades y qué es lo que puede hacer hoy -que ayer no podían-, porque por muchos años han estado actuando con las manos atadas”.
Vega Mato comentó que en febrero se inició un proceso de capacitación que debe culminar en el primer trimestre del actual año e involucrar a unos 48 mil directivos.
Acotó que un tema pendiente, y no menos importante, será culminar la elaboración del régimen jurídico que regule integralmente la actividad empresarial del país, tanto estatal como no estatal.

La lista y el billete no cuadran

¿Cómo es que le va bien al sector empresarial estatal y mal a la economía nacional?

por Dr.C Juan Triana Cordoví


Foto: Roberto Ruiz


Un viejo recurso para expresar la extrañeza ante una situación contradictoria es la frase: “No me cuadra la lista con el billete”. Fue lo que me repitió un buen amigo después de leer lo publicado en el sitio Cubadebate sobre la situación de las empresas del país. Empecemos por lo que mas le llamó la atención:

En la etapa 2011-2017 los indicadores de las empresas muestran números positivos, la mayoría en ascenso: ventas netas (35 % de incremento), utilidad antes de impuestos (72 %), valor agregado bruto (51 %) y la productividad (57 %).

Además de lo anterior, ha ocurrido la disminución del número de empresas irrentables, lo cual ha permitido que se redujera considerablemente el subsidio por pérdidas (91 %).

Llama la atención la mejora del desempeño de la empresa estatal socialista, sin embargo, contrasta con el desempeño de nuestra economía en ese mismo período. Es una contradicción evidente, puede traducirse en el lenguaje académico en un problema científico, que pudiera dar lugar a muchas nuevas tesis de doctorado.

Del año 2011 al año 2018 la economía cubana muestra una tasa de crecimiento que apenas alcanza el 2% promedio anual.


La pregunta es evidente: ¿Cómo es posible que, siendo la empresa estatal socialista quien lleva el mayor peso en la economía nacional y habiendo logrado desempeños tan relevantes, esos números no se reflejen en;
  • la tasa de crecimiento del país,
  • la mejora significativa en cantidad y calidad de la oferta nacional de bienes,
  • el crecimiento de las exportaciones,
  • la reducción significativa de las importaciones,
  • la reducción de los inventarios ociosos,
  • la elevación de la calidad de los bienes producidos,
  • una mayor complementariedad del sistema productivo cubano,
  • una mejoría en la reducción de sus adeudos a proveedores,
  • la disminución sustancial de las cuentas por cobrar y por pagar,
  • la reducción del robo y de la venta de contrabando de petróleo, etc, etc, etc.?
Y si bien es cierto que el salario en las empresas estatales se ha elevado, si el desempeño del conjunto de las empresas estatales mejora (ahí están los datos publicados en Cubadebate), y la economía nacional no mejora, entonces algo pasa, o con las estadísticas a escala nacional, o con las estadísticas a nivel de las empresas, o, sencillamente, no pasa nada a nivel de datos y estadísticas y entonces resulta que la práctica está diciendo que la mejora obtenida, aun siendo significativa para las empresas, no lo es para la economía en su conjunto. O que lo que ocurre en el conjunto de las empresas estatales no es tan importante para el desempeño de la economía nacional. Esto último me parece impensable e imposible.

La segunda pregunta es también evidente: ¿Si andamos tan bien, por qué hay que someter a una revisión profunda la organización del sistema empresarial estatal, en especial a las OSDEs?

El 29 de mayo de 2014 se publicaba también en Cubadebate una amplia explicación acerca de los cambios en el sistema empresarial cubano. En ese mismo artículo se retomaba la idea expresada por el General de Ejército Raúl Castro acerca del rol decisivo de la empresa estatal en las aspiraciones de construir un socialismo próspero y sostenible. “…la empresa estatal es y será la forma principal en la economía nacional, de cuyos resultados dependerá la construcción de nuestro socialismo próspero y sostenible”. En aquel momento, las OSDEs y el sistema derivado de ella aparecía como la solución.

En aquella ocasión se explicaba (de hecho es el título del artículo) que esos cambios tenían el propósito “deflexibilizar la actividad empresarial, dar más autonomía e independencia a la empresas”. Una aspiración antigua que ha presidido cada una de las transformaciones realizadas en el sistema empresarial cubano a partir de la puesta en práctica del sistema de dirección y planificación de la economía, allá por al año 1976.

Cuarenta años después, en este 2019 seguimos intentando alcanzar ese objetivo. No es que no se haya avanzado, pero lo que dice la práctica (que a fin de cuentas sigue siendo el criterio de la verdad), es que estamos muy lejos de lo que realmente necesitamos sean las empresas estatales.

Es cierto que hay toda una historia de idas y venidas con la relación a la empresa estatal, es cierto que en todos estos años ha habido un enorme esfuerzo de capacitación de personas para desempeñarse como ejecutivos, cuadros, empresarios (la Escuela Superior de Dirección de la Economía y sus escuelas provinciales) o sea, esfuerzo tanto a nivel organizativo como formativo existió y existe. ¿Entonces?

En el año 2012, el investigador Luis Marcelo (1) explicaba que entre el sistema de cálculo económico del año 1962 y el sistema implantado con el llamado Perfeccionamiento Empresarial se podía constatar avances en cuanto a la descentralización, en especial en lo concerniente al ejercicio de funciones empresariales tales como producción y decisiones en cuanto a estructura y plantilla, sin embargo en otras funciones empresariales (ventas, precios, inversiones, remuneración, designación del director y distribución de utilidades), el grado de descentralización era el mismo. No sé si ese mismo ejercicio lo ha repetido ahora en esta época de las OSDEs, sería beneficioso hacerlo.

Cinco años después de aquel artículo de mayo de 2014 donde se explicaban los cambios que se estaban haciendo para impulsar el “proceso de mejora” de la empresa estatal socialista, ha resultado necesario revisar el papel de las OSDEs, y repensar el lugar de las UEB. De 2014 a 2019 han pasado cinco años, ¿había que esperar tanto tiempo?

Sin duda hay que repensar las OSDEs, la empresa estatal socialista. Habría que decir también que el ambiente de negocios para nuestras empresas estatales no es el mejor. Primero por las distorsiones macroeconómicas, segundo por la rigidez derivada de un plan que deja poco espacio a las relaciones horizontales ente las propias empresas, tercero porque el sistema está construido sobre la base de grandes empresas muchas de ellas monopólicas, cuarto porque los espacios a la competencia entre las propias empresas estatales son mínimos, sexto porque las distorsiones macroeconómicas, entre ellas la distorsión de precios, conduce a una mala asignación de los recursos y todo lo anterior ataca en su raíz misma las bases de la productividad y de la eficiencia a escala micro.

Siguiendo lo publicado en Cubadebate el 1ro de febrero, las transformaciones operadas desde 2011 hasta 2018 tuvieron el propósito de:
  • Separar las funciones estatales de las empresariales
  • Incrementar la autonomía en el sistema empresarial y su nivel de eficiencia y organización.
  • Transformar los mecanismos de distribución de la riqueza.
  • Garantizar que las empresas se recapitalicen por sí mismas.
Si atendemos a los datos sobre el desempeño del sector empresarial estatal suministrados en ese artículo y reseñado más arriba, podríamos dar una calificación alta al cumplimiento de esos objetivos. De otro lado, si observamos el desempeño de la economía nacional, que depende de esas empresas, entonces la calificación tendrá que ser otra. Vaya contradicción.


(1) Marcelo L. Desafíos de la descentralización del sistema estatal cubano, Jornada Científica del INIE, diciembre 6 y 7 del 2012.

Todo se resume en las FAANGS

La economía mundial continúa mostrando importantes signos de desaceleración. En abril de 2018, calculé que el mini-boom de 2016-17 había alcanzado su punto máximo y que la economía mundial se precipitaría en otra fase descendente del ciclo Kitchin. Por otra parte, esto demostraba que casi diez años desde el final de la Gran Recesión a mediados de 2009, la economía mundial estaba todavía atrapada en una Larga Depresión, o un 'estancamiento secular' (en la jerga keynesiana).
El mes pasado, los datos mostraron que la economía alemana, el motor de Europa, había evitado por los pelos una 'recesión técnica' en la segunda mitad de 2018. En parte causada por la desaceleración mundial en el sector del automóvil debido a la brusca caída de la demanda, junto con las restricciones a las emisiones de los vehículos diesel. Ahora, en febrero, la Comisión Europea ha recortado sus previsiones de crecimiento del PIB real.La Comisión redujo su pronóstico de crecimiento de la zona euro para este año hasta el 1,3% desde el 1,9%, su previsión anterior el pasado otoño, alegando la “gran incertidumbre” de las negociaciones sobre el Brexit, la desaceleración del crecimiento en China y el debilitamiento del comercio mundial. Al mismo tiempo, el Banco de Inglaterra recortó su pronóstico sobre las perspectivas económicas del país como consecuencia de la mayor incertidumbre sobre el Brexit y la desaceleración del crecimiento global. La rebaja de las expectativas de crecimiento en 2019 a 1,2% es el más bajo en una década. La tasa de crecimiento de la zona euro para el último trimestre de 2018 ya está ahí.
La semana pasada, conocimos las cifras de crecimiento del PIB real del Reino Unido a finales de 2018. El crecimiento del PIB real fue de sólo un 0,2% en el T4 de 2018 respecto al trimestre anterior. De hecho, el sector de la construcción y la industria en realidad se contrajeron. La producción manufacturera ha ido cayendo durante seis meses. El PIB real de crecimiento con respecto al año (es decir, del T4 2017 al T4 2018) se ha reducido a sólo el 1,2% (lo que cumple con la previsión del Banco de Inglaterra para 2019). Esta ha sido la tasa anual más baja desde 2012. La inversión de las empresas del Reino Unido en nuevas tecnologías, maquinaria y equipos también ha caído significativamente - durante cuatro trimestres consecutivos y cerca de un 4% interanual. Como porcentaje del PIB, la inversión empresarial ha caído durante más de tres años. las empresas británicas se encuentra en una huelga de inversiones. El riesgo de una auténtica recesión en el Reino Unido este año ha aumentado considerablemente.
Lo que está sucediendo en la economía del Reino Unido no es debido a la incertidumbre sobre el Brexit. También se debe a la desaceleración mundial, especialmente en Europa y China. Japón se tambalea al borde de la recesión, con un crecimiento cero en el último trimestre de 2018.
La tasa de crecimiento de China sigue desacelerándose, aunque todavía desde niveles mucho más altos que los de cualquier economía capitalista avanzada.
Y, como he señalado en una nota anterior, entre las denominadas 'economías emergentes', la emergencia está siendo reemplazada por la inmersión. El PIB real en América Latina en su conjunto se está contrayendo anualmente, según el banco de inversión JP Morgan.
Pero la clave para saber si esta desaceleración se convierte o no en una recesión real (que la teoría económica dominante define como dos trimestres consecutivos de descensos en el PIB real) es lo que sucede en la economía capitalista más grande y más importante, los EE.UU.. Hasta ahora, los EE.UU. han sido el líder de la manada, al menos entre las principales economías del G7, con una tasa de crecimiento real del PIB del 3% a finales de 2018.
Pero como muchos han argumentado, esta tasa de crecimiento es una  'noticia falsa’ (fake news) como diría el presidente Trump. Ha sido impulsada por enormes recortes de impuestos a las empresas estadounidenses, lo que ha impulsado las ganancias hasta un 30% en el último año. Su efecto pronto desaparecerá en 2019. De hecho, ya está sucediendo. De acuerdo con el pronóstico de la Reserva Federal de Atlanta, el crecimiento del PIB real en los EE.UU. se desacelerará a sólo 1,5% en el primer trimestre de 2019.
Esta última previsión supone una enorme caída del ya lento 2% anterior. Se ha debido a las malas cifras de ventas minoristas conocidas la semana pasada. Puede que hayan sido distorsionadas por el cierre del gobierno de Estados Unidos en enero y los factores estacionales, pero aún así, está claro que la economía de Estados Unidos está empezando a unirse a Europa, Asia y América Latina en un descenso significativo.
El PIB nominal real ha seguido debilitándose en los EE.UU., y más aún en Europa y Japón. La Larga Depresión continua.
En mi opinión, hay dos factores clave que impulsan una economía capitalista: 1) la inversión en el sector capitalista y 2) la rentabilidad de esa inversión. Esta última determina la primera, con un cierto retraso (de acuerdo con los estudios empíricos, por lo general un retraso de aproximadamente un año).
Parece que la inversión mundial está estancada. Los economistas del banco de inversión JP Morgan apuntan una desaceleración significativa en la inversión global en el primer trimestre de 2019. “En suma, nos preocupa desde hace tiempo que la desaceleración sostenida de la confianza empresarial mundial se traduzca en una desaceleración significativa en la inversión de capital. Lo que parece estar sucediendo ahora, sobre todo a raíz del endurecimiento de las condiciones financieras en el T4 de 2018. De hecho, los datos que tenemos a mano no pueden revelar el grado real de este retroceso“.
Los economistas de JPM se refieren a la “confianza empresarial” y el “endurecimiento de las condiciones financieras”, es decir, que las empresas están preocupadas por la rentabilidad y las ventas junto a los crecientes costes de los intereses de la deuda. ¿Estallará la guerra comercial en ciernes entre los EE.UU. y China? ¿Continuarán la Fed y otros bancos centrales elevando sus tasas de interés políticas y por lo tanto 'ajustando' las condiciones de financiación?
Pero en lugar de especular sobre la psicología de los capitalistas, es más gratificante analizar las condiciones objetivas, ya que estas últimas determinan el estado de animo de los capitalistas. A nivel mundial, la inversión empresarial ha entrado en declive (como porcentaje del PIB) desde el final de la Gran Recesión. Este descenso relativo ha sido encabezado por los EE.UU. y Europa.
Se argumenta a menudo que la inversión en el PIB es ahora menor porque las empresas modernas no tienen que invertir tanto en activos tangibles, como equipos, oficinas y fábricas, porque la inversión es ahora cada vez más en activos intangibles, como patentes, “derechos de propiedad intelectual”, software (e incluso 'buena voluntad'). Pero la evidencia de esta conclusión sigue siendo muy dudosa. Ver la nota de Olivier Blanchard aquí .
Luego está el argumento de que compañías como Apple, Google, Microsoft, Amazon, etc simplemente han acumulado sus beneficios en dinero en efectivo o comprado sus propias acciones para mejorar el valor financiero de sus empresas e impulsar las altas bonificaciones de sus ejecutivos. Pero esta última explicación, en mi opinión, simplemente confirma que la verdadera razón para la baja inversión de las empresas en relación al PIB es que la rentabilidad del capital productivo sigue estando globalmente cerca de los mínimos de la posguerra y para la mayoría de las economías todavía por debajo del nivel alcanzado en 2006 o finales de 1990 .
Aquí se puede ver el nivel de rentabilidad del capital a nivel mundial según los cálculos de Esteban Maito en nuestro reciente libro, El mundo en crisis,Capítulo 4.
Y aquí la disminución a largo plazo del crecimiento del PIB real de las economías capitalistas avanzadas que acompaña la caída secular de la rentabilidad (tal y como la calcula Alan Freeman en un nuevo papel.)
Y esto es lo que ha ocurrido con la rentabilidad del capital desde el inicio de la contracción del crédito en 2007 y la subsiguiente crisis financiera global y la Gran Recesión, seguido por la debilidad de la recuperación y la Larga Depresión.
Durante todo el período, la rentabilidad de la zona euro y de Estados Unidos siguen siendo inferiores al nivel de 2007, mientras que la rentabilidad del Reino Unido es prácticamente plana. Sólo Japón muestra un aumento. En el período de 'recuperación' de 2010-18, la rentabilidad en los EE.UU. y la zona euro no logró recuperarse. Pero en el reciente mini-boom, había una pequeña subida positiva.
En realidad, las grandes compañías tecnológicas estadounidenses (FAANGS)son la excepción que confirma la regla. Hay sectores enteros de empresas capitalistas más pequeñas que luchan para generar suficientes ingresos y beneficios para pagar sus deudas a pesar de que las tasas de interés se han mantenido por debajo de las anteriores a la crisis financiera global. He analizado la situación de estas empresas zombi en artículos anteriores, pero el tema adquiere una importancia cada vez mayor si las “condiciones financieras'', como las llama JPM, siguen su ajuste a nivel mundial. De hecho, de acuerdo con otro banco de inversión, Goldman Sachs, el crecimiento de las ventas corporativas se encuentra ahora en su nivel más bajo (de forma continua en 10 años) ¡desde 1945!
Si el crecimiento de las ventas es débil y los costes de los interés suben, se comprimen las ganancias. Los economistas de Goldman señalan que desde 2010, el crecimiento del beneficio fuera de los EE.UU. se ha estancado. El único lugar en el que las ganancias corporativas ha aumentado es en los EE.UU.. Y, según Goldman, afecta también a las empresas de super-tecnología. Las ganancias globales, si se exceptúan las tecnológicas, son sólo moderadamente más altas que antes de la crisis financiera, mientras que los beneficios de las empresas de tecnología  han aumentado bruscamente (lo que refleja principalmente el impacto de las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos), impulsado por una combinación de fuerte crecimiento de las ventas y un aumento de sus márgenes.
El crecimiento global está destinado a reducirse drásticamente en 2019. Porque el crecimiento de la inversión empresarial, ya débil en la Larga Depresión, va a caer aun más. A su vez, la desaceleración de la inversión es impulsada por la baja rentabilidad en la mayoría de las economías y los sectores. Sólo las grandes empresas de tecnología en los EE.UU. han seguido esta tendencia, ayudadas por un reciente bonanza de los beneficios inducidos por las "reformas" fiscales de Trump.  Pero a medida que su efecto desaparece tras este año, las ganancias de las empresas de tecnología también pueden caer, incluso si los EE.UU. y China alcanzan a un acuerdo comercial.
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2019/02/18/its-all-down-to-the-faangs/
Traducción:
G. Buster

La brillante estrategia de Trump para desmembrar la hegemonía del dólar estadounidense. Comentario HHC


El final del dominio económico mundial de Estados Unidos llegó antes de lo esperado, gracias a los mismos neoconservadores que dieron al mundo Iraq, Siria y las guerras sucias en América Latina. Al igual que la guerra de Vietnam hizo que Estados Unidos perdiera el oro en 1971, su patrocinio y financiamiento de las guerras contra Venezuela y Siria, y amenaza a otros países con sanciones si no se unen a esta cruzada para sus instituciones financieras.

Esta ruptura se ha estado construyendo durante bastante tiempo, y estaba destinada a ocurrir. ¿Pero quién hubiera pensado que Donald Trump se convertiría en el agente catalítico? Ningún partido de izquierda, ningún líder socialista, anarquista o nacionalista extranjero en ningún lugar del mundo podría haber logrado lo que está haciendo Trump para romper el Imperio US. The Deep State está reaccionando con sorpresa ante la forma en que este agente de derecha ha podido impulsar a otros países a defenderse desmantelando el orden mundial centrado en Estados Unidos. Para afrontarlo, usa a los incendiarios neoconservadores de Bush y Reagan, John Bolton y ahora Elliott Abrams, para avivar las llamas en Venezuela. Es casi como una comedia política negra. El mundo de la diplomacia internacional se está volviendo del revés. Un mundo donde ya no hay ni siquiera una pretensión de que podríamos adherirnos a las normas internacionales,

Los Neocons que Trump ha designado están logrando lo que parecía impensable no hace mucho: conducir a China y Rusia juntos, la gran pesadilla de Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski. También están conduciendo a Alemania y otros países europeos a la órbita de Eurasia, la pesadilla de «Heartland» de Halford Mackinder hace un siglo.

Tesis del heartland de Mackinder

La causa principal es clara: después del crescendo de pretensiones y engaños sobre Irak, Libia y Siria, junto con nuestra absolución del régimen ilegal de Arabia Saudita, los líderes políticos extranjeros están reconociendo lo que las encuestas de opinión pública de todo el mundo informaron incluso antes de que la Irán-Contra dirigieran su atención a las reservas de petróleo más grandes del mundo en Venezuela: Estados Unidos es ahora la mayor amenaza para la paz en el planeta.

El golpe de Estado patrocinado en Venezuela como defensa de la democracia revela la doble vara de medir subyacente a la política exterior de los Estados Unidos. Define «democracia» para significar apoyar la política exterior de los Estados Unidos, perseguir la privatización neoliberal de la infraestructura pública, desmantelar las regulaciones gubernamentales y seguir la dirección de las instituciones mundiales dominadas por los Estados Unidos, desde el FMI y el Banco Mundial hasta la OTAN. Durante décadas, las guerras extranjeras resultantes, los programas de austeridad doméstica y las intervenciones militares han traído más violencia, no democracia.

En el Diccionario del Diablo, a los diplomáticos de los Estados Unidos se les enseña a usar sus directrices de «Elementos de estilo» para desdoblar el pensamiento, un país «democrático» es uno que sigue al liderazgo de los Estados Unidos y abre su economía a la inversión de los Estados Unidos, y la privatización patrocinada por el FMI y el Banco Mundial. Ucrania se considera democrática, junto con Arabia Saudita, Israel y otros países que actúan como protectorados militares y financieros de los Estados Unidos y que están dispuestos a tratar a los enemigos de los Estados Unidos.

Tenía que venir un punto donde esta política chocara con el interés propio de otras naciones, rompiendo finalmente la retórica de relaciones públicas del imperio. Otros países están procediendo a desdolarizar y reemplazar lo que la diplomacia de los Estados Unidos denomina «internacionalismo» (es decir, el nacionalismo estadounidense impuesto al resto del mundo) por su propio interés nacional.

Esta trayectoria se pudo ver hace 50 años (la describí en «SuperImperialism» [1972] y Global Fracture [1978]). Tenía que suceder. Pero nadie pensó que el final llegaría del modo en que está sucediendo. La historia se ha convertido en comedia, o al menos en ironía a medida que se desarrolla su camino dialéctico.

Durante el último medio siglo, los estrategas de los EEUU, el Departamento de Estado y la Fundación Nacional para la Democracia (NED) temieron que la oposición al imperialismo financiero de los EEUU procediera de los partidos de izquierda. Por lo tanto, invirtió enormes recursos en manipular a los partidos que se llamaban socialistas (el Partido Laborista Británico de Tony Blair, el Partido Socialista de Francia, los Socialdemócratas de Alemania, etc.) para adoptar políticas neoliberales que eran lo contrario a lo que significaba la democracia social hace un siglo. Pero los planificadores políticos de los EEUU y los grandes organistas de Wurlitzer descuidaron a la derecha, imaginando que apoyaría instintivamente el despojo de los EEUU.

La realidad es que los partidos de derecha quieren ser elegidos, y el nacionalismo populista es el camino de hoy hacia la victoria electoral en Europa y otros países, como lo fue para Donald Trump en 2016.

La agenda de Trump puede realmente romper el Imperio USA, usando la vieja retórica aislacionista del tío Sucker de hace medio siglo. Ciertamente va por los órganos más vitales del Imperio. ¿Pero es un ingenioso agente antiamericano? Bien podría serlo, pero sería un falso salto mental usar «cui bono» [¿Quién se beneficia?] para asumir que es un agente ingenioso.

Después de todo, si ningún contratista, proveedor, sindicato o banco estadounidense tratará con él, ¿sería Vladimir Putin, China o Irán más ingenuo? Tal vez el problema tuvo que surgir como resultado de que la dinámica interna del globalismo patrocinado por los Estados Unidos se volvió imposible de imponer cuando el resultado es la austeridad financiera, las oleadas de huida de poblaciones de las guerras patrocinadas por los Estados Unidos y, sobre todo, la negativa de los Estados Unidos a adherirse a la reglas y leyes internacionales que él mismo patrocinó hace setenta años después de la Segunda Guerra Mundial.

Desmantelamiento del derecho internacional y sus tribunales

Cualquier sistema internacional de control requiere el imperio de la ley. Puede ser un ejercicio moralmente sin ley de un poder despiadado que impone una explotación depredadora, pero sigue siendo La Ley. Y necesita que los tribunales lo apliquen (respaldado por el poder de la policía para imponerlo y castigar a los infractores).

Aquí está la primera contradicción legal en la diplomacia global de los Estados Unidos : los Estados Unidos siempre se han resistido a permitir que cualquier otro país tenga voz en las políticas nacionales, la legislación o la diplomacia de los Estados Unidos. Eso es lo que hace de Estados Unidos «la nación excepcional». Pero durante setenta años, sus diplomáticos han fingido que su juicio superior promovía un mundo pacífico (como decía el Imperio Romano), que permite a otros países compartir la prosperidad y el aumento de los niveles de vida.

En las Naciones Unidas, los diplomáticos estadounidenses insistieron en el poder de veto. En el Banco Mundial y el FMI también se aseguraron de que su participación de capital fuera lo suficientemente grande como para otorgarles el poder de veto sobre cualquier préstamo u otra política. Sin tal poder, los Estados Unidos no se unirían a ninguna organización internacional. Sin embargo, al mismo tiempo, describió su nacionalismo como protector de la globalización y el internacionalismo. Todo fue un eufemismo para lo que realmente fue la toma de decisiones unilateral de los Estados Unidos.

Inevitablemente, el nacionalismo estadounidense tuvo que romper el espejismo del internacionalismo de un Mundo, y con ello cualquier pensamiento de una corte internacional. Sin poder de veto sobre los jueces, los Estados Unidos nunca aceptaron la autoridad de ningún tribunal, en particular el Tribunal Internacional de las Naciones Unidas en La Haya. Recientemente, ese tribunal emprendió una investigación sobre los crímenes de guerra de Estados Unidos en Afganistán, desde sus políticas de tortura hasta el bombardeo de objetivos civiles como hospitales, bodas e infraestructura.«Esa investigación finalmente encontró ’una base razonable para creer que hubo crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad’» [1]

El asesor de seguridad nacional de Donald Trump, John Bolton, estalló furioso y advirtió en septiembre que «los Estados Unidos utilizarán todos los medios necesarios para proteger a nuestros ciudadanos y a los de nuestros aliados contra el procesamiento injusto de este tribunal ilegítimo», y agregó que la Corte Internacional de las Naciones Unidas no debe ser tan audaz como para investigar a «Israel u otros aliados de los Estados Unidos».

Eso llevó a un juez senior, Christoph Flügge de Alemania, a renunciar en protesta. De hecho, Bolton le dijo a la corte que se mantuviera al margen de cualquier asunto que involucre a los Estados Unidos, prometiendo prohibir que los «jueces y fiscales de la Corte ingresen a los Estados Unidos y su sistema financiero, y los procesaremos en el sistema penal de Estados Unidos. No cooperaremos con la CPI. No proporcionaremos asistencia a la CPI. No nos uniremos a la CPI. Dejaremos que la CPI muera por sí sola. Después de todo, a todos los efectos, la CPI ya está muerta para nosotros».

Lo que esto significó, el juez alemán explicó que: «Si estos jueces interfieren en las preocupaciones domésticas de los Estados Unidos o investigan a un ciudadano estadounidense, [Bolton] dijo que el gobierno estadounidense haría todo lo posible para garantizar que estos jueces no lo harían, ya no se les permitirá viajar a los Estados Unidos, y tal vez incluso serían procesados penalmente».

La inspiración original de la Corte -para usar las leyes de Nuremberg que se aplicaron contra los nazis alemanes para llevar a cabo un proceso similar contra cualquier país o funcionarios declarados culpables de cometer crímenes de guerra- ya había caído en desuso con la falta de acusar a los autores del golpe de Estado chileno, la Irán-Contra o la invasión estadounidense de Irak por crímenes de guerra.

Desmantelando la hegemonía del dólar del FMI a SWIFT

De todas las áreas de la política de poder global en la actualidad, las finanzas internacionales y la inversión extranjera se han convertido en el punto clave. Se suponía que las reservas monetarias internacionales eran las más sagradas y que la deuda internacional estaba estrechamente asociada.

Los bancos centrales han mantenido durante mucho tiempo su oro y otras reservas monetarias en los Estados Unidos y Londres. En 1945, esto parecía razonable, porque el Banco de la Reserva Federal de Nueva York (en cuyo sótano se guardaba el oro de los bancos centrales extranjeros) era militarmente seguro, y porque el Fondo de Oro de Londres era el vehículo por el cual el Tesoro de los Estados Unidos mantenía al dólar «tan bien como el oro» a $ 35 la onza. Las reservas de divisas por encima del oro se mantuvieron en forma de valores del Tesoro de los Estados Unidos, que se comprarán y venderán en los mercados de divisas de Nueva York y Londres para estabilizar los tipos de cambio. La mayoría de los préstamos extranjeros a gobiernos estaban denominados en dólares estadounidenses, por lo que los bancos de Wall Street normalmente eran nombrados como agentes pagadores.

Ese fue el caso de Irán bajo el Sha, que Estados Unidos instaló después de patrocinar el golpe de 1953 contra Mohammed Mosaddegh cuando intentó nacionalizar el petróleo anglo-iraní (ahora British Petroleum) o al menos cobrarle impuestos. Después de que el Shah fue derrocado, el régimen de Jomeini le pidió a su agente pagador, el banco Chase Manhattan, que usara sus depósitos para pagar a sus tenedores de bonos. El Gobierno de Estados Unidos se negó a hacerlo. Los tribunales de los Estados Unidos declararon que Irán estaba en incumplimiento y congelaron todos sus activos en los Estados Unidos y en cualquier otro lugar que pudieran.

Esto mostró que las finanzas internacionales eran un brazo del Departamento de Estado de los Estados Unidos y el Pentágono. Pero eso fue hace una generación, y solo recientemente los países extranjeros comenzaron a sentirse mareados por dejar sus reservas de oro en los Estados Unidos, donde podrían ser capturados a voluntad para castigar a cualquier país que pudiera actuar de manera que la diplomacia de los Estados Unidos fuera ofensiva. Así que el año pasado, Alemania finalmente se animó a pedir que parte de su oro volviera a Alemania. Los funcionarios de Estados Unidos fingieron sentirse impactados por el insulto de que podría hacerle a un país cristiano civilizado lo que le había hecho a Irán, y Alemania aceptó ralentizar la transferencia.

Pero luego vino Venezuela. Desesperado por gastar sus reservas de oro para proporcionar importaciones para su economía devastada por las sanciones de los Estados Unidos, una crisis que los diplomáticos de Estados Unidos culpan al «socialismo», no a los intentos políticos estadounidenses, de «hacer que la economía grite» (como dijeron los funcionarios de Nixon para Chile bajo Salvador Allende). Venezuela le ordenó al Banco de Inglaterra que transfiriera parte de sus $ 11 mil millones en oro que tenía en sus bóvedas y las de otros bancos centrales en diciembre de 2018. Esto era como si un depositante del banco esperara que un banco pagara un cheque que el depositante tenía firmado.

Inglaterra se negó a cumplir con la solicitud oficial, siguiendo las instrucciones de Bolton y el secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo. Como informó Bloomberg: «Los funcionarios estadounidenses están tratando de dirigir los activos de Venezuela en el extranjero al [Chicago Boy Juan] Guaido para ayudarlo a aumentar sus posibilidades de tomar el control del gobierno de manera efectiva. Los $ 1.2 mil millones de oro son una gran parte de los $ 8 mil millones en reservas extranjeras en poder del banco central de Venezuela».[2]

Turquía parecía ser un destino probable, lo que llevó a Bolton y Pompeo a advertirle que desistiera de ayudar a Venezuela, amenazando con sanciones contra él o cualquier otro país que ayude a Venezuela a enfrentar su crisis económica. En cuanto al Banco de Inglaterra y otros países europeos, el informe Bloomberg concluyó: «Se ha ordenado a los funcionarios del banco central en Caracas que no intenten ponerse en contacto con el Banco de Inglaterra. Se les ha dicho a estos banqueros centrales que el personal del Banco de Inglaterra no responderá a ellos.»

Esto llevó a rumores de que Venezuela estaba vendiendo 20 toneladas de oro a través de un Boeing 777 ruso, unos $ 840 millones. El dinero probablemente habría terminado pagando a los tenedores de bonos rusos y chinos, así como comprando alimentos para aliviar la hambruna local. [3] Rusia negó este informe, pero Reuters ha confirmado que Venezuela ha vendido 3 toneladas de las planeadas 29 toneladas de oro a los Emiratos Árabes Unidos, con otras 15 son para ser enviadas el viernes, 1 de Febrero [4]. El intérprete de línea dura anticastrista, del Senado de EEUU, Marco Rubio, acusó a esto de «robo», como si alimentar a la gente para aliviar la crisis patrocinada por los Estados Unidos fuera un crimen contra la influencia diplomática de los Estados Unidos.

Si hay algún país que los diplomáticos estadounidenses odien más que a un país latinoamericano recalcitrante, es Irán. La ruptura del presidente Trump de los acuerdos nucleares de 2015 negociados por los diplomáticos europeos y de la Administración Obama ha llegado al punto de amenazar a Alemania y otros países europeos con sanciones punitivas si no rompen también los acuerdos que han firmado. Superando la oposición estadounidense a la importación alemana y europea del gas ruso, la amenaza estadounidense finalmente llevó a Europa a encontrar una forma de defenderse.

Las amenazas imperiales ya no son militares. Ningún país (incluyendo Rusia o China) puede montar una invasión militar de otro país importante. Desde la era de Vietnam, el único tipo de guerra que un país elegido democráticamente puede librar es el atómico, o al menos un bombardeo intenso como el que Estados Unidos ha infligido a Irak, Libia y Siria. Pero ahora, la guerra cibernética se ha convertido en una forma de sacar las conexiones de cualquier economía. Y las principales conexiones cibernéticas son las de transferencia de dinero financiero, encabezadas por SWIFT, el acrónimo de la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, que se centra en Bélgica.

Rusia y China ya se han movido para crear un sistema de transferencia bancaria en caso de que Estados Unidos los desconecte de SWIFT. Pero ahora, los países europeos se han dado cuenta de que las amenazas de Bolton y Pompeo pueden llevar a multas pesadas y a la apropiación de activos si intentan seguir negociando con Irán como se exige en los tratados que han negociado.

El 31 de enero, la represa rompió con el anuncio de que Europa había creado su propio sistema de pagos de desvío para su uso con Irán y otros países atacados por diplomáticos estadounidenses. Alemania, Francia e incluso el caniche estadounidense Gran Bretaña se unieron para crear INSTEX -Instrumento en apoyo de los intercambios comerciales. La promesa es que esto se usará solo para la ayuda «humanitaria» para salvar a Irán de una devastación de tipo Venezuela patrocinada por los Estados Unidos. Pero en vista de la oposición cada vez más apasionada de los EEUU al gasoducto Nord Stream para transportar gas ruso, este sistema de compensación bancaria alternativo estará listo y en condiciones de operar si EEUU intenta dirigir sanciones contra Europa.

Acabo de regresar de Alemania y he visto una división notable entre los industriales de esa nación y su liderazgo político. Durante años, las principales empresas han visto a Rusia como un mercado natural, una economía complementaria que necesita modernizar su fabricación y poder suministrar a Europa gas natural y otras materias primas. La postura de la Nueva Guerra Fría en Estados Unidos está tratando de bloquear esta complementariedad comercial. Advirtiendo a Europa contra la «dependencia» del gas ruso de bajo precio, ha ofrecido vender GNL de alto precio desde los Estados Unidos (a través de instalaciones portuarias que aún no existen en ningún lugar para el volumen requerido). El presidente Trump también insiste en que los miembros de la OTAN gasten un 2% de su PIB en armas, comprado preferentemente en Estados Unidos, no en comerciantes alemanes o franceses de armas.

La exageración de su posición en los Estados Unidos está llevando a la pesadilla eurasiática Mackinder-Kissinger-Brzezinski que mencioné anteriormente. Además de impulsar a Rusia y China, la diplomacia de los Estados Unidos está agregando a Europa al corazón del país, independientemente de la capacidad de los Estados Unidos para intimidar al estado de dependencia hacia el cual la diplomacia de los Estados Unidos alcanzó desde 1945.

El Banco Mundial, por ejemplo, tradicionalmente ha sido dirigido por un Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Su política constante desde su inicio es proporcionar préstamos para que los países dediquen sus tierras a la exportación de cultivos en lugar de dar prioridad a la alimentación. Es por eso que sus préstamos son solo en moneda extranjera, no en la moneda nacional necesaria para proporcionar soporte de precios y servicios de extensión agrícola, como lo ha hecho que la agricultura de los Estados Unidos sea tan productiva. Al seguir el consejo de los EEUU, los países se han abierto al chantaje de los alimentos: sanciones contra los cereales y otros alimentos, en caso de que se salgan de la línea con las demandas diplomáticas de los EEUU.

Vale la pena señalar que nuestra imposición global de las míticas «eficiencias» de obligar a los países latinoamericanos a convertirse en plantaciones para cultivos de exportación como el café y los plátanos en lugar de cultivar su propio trigo y maíz no ha logrado ofrecer mejores vidas, especialmente para aquellos que viven en centroamerica. La «propagación» entre los cultivos de exportación y las importaciones de alimentos más baratos de los EEUU que se suponía que se materializarían para los países que seguían nuestro libro de jugadas fracasaron estrepitosamente: presenciaron las caravanas y los refugiados en todo México. Por supuesto, nuestro respaldo de los dictadores militares y los señores del crimen más brutales tampoco ha ayudado.

Asimismo, el FMI se ha visto obligado a admitir que sus directrices básicas eran ficticias desde el principio. Un núcleo central ha sido hacer cumplir el pago de la deuda oficial mediante la retención del crédito del FMI a los países en situación de incumplimiento. Esta regla se instituyó en un momento en que la mayor parte de la deuda oficial intergubernamental se debía a los Estados Unidos. Pero hace unos años, Ucrania incumplió los $ 3 mil millones adeudados a Rusia. El FMI dijo, en efecto, que Ucrania y otros países no tenían que pagar a Rusia ni a ningún otro país que se considerara que actuaba de manera demasiado independiente de los Estados Unidos. El FMI ha otorgado crédito a la corrupción en Ucrania para alentar su política antirrusa en lugar de defender el principio de que las deudas intergubernamentales deben pagarse.

Es como si el FMI ahora operara desde una pequeña habitación en el sótano del Pentágono en Washington. Europa se ha dado cuenta de que su propio comercio monetario internacional y sus vínculos financieros están en peligro de atraer la ira estadounidense. Esto quedó claro el otoño pasado en el funeral de George HW Bush, cuando el diplomático de la UE se encontró degradado hasta el final de la lista para ser llamado a su asiento. Le dijeron que los Estados Unidos ya no consideran a la UE una entidad con buena reputación. En diciembre, «Mike Pompeo pronunció un discurso sobre Europa en Bruselas, su primer y muy esperado», en el que exaltó las virtudes del nacionalismo, criticó el multilateralismo y la UE, y dijo que los "organismos internacionales" que limitan la soberanía nacional «deben ser reformados o eliminados» [5].

La mayoría de los eventos anteriores han sido noticia en solo un día, 31 de enero de 2019. La conjunción de Estados Unidos se mueve en muchos frentes, contra Venezuela, Irán y Europa (por no mencionar China y las amenazas comerciales y los movimientos contra Huawei que también están en erupción hoy) parece que este será un año de fractura global.

No todo lo hace el presidente Trump, por supuesto. Vemos al Partido Demócrata mostrando los mismos colores. En lugar de aplaudir a la democracia cuando los países extranjeros no eligen a un líder aprobado por los diplomáticos estadounidenses (ya sea Allende o Maduro), se dejaron caer la máscara y se mostraron como los principales imperialistas de la Nueva Guerra Fría. Ahora está a la intemperie. Harían de Venezuela el nuevo Chile de la era Pinochet. Trump no está solo en apoyar a Arabia Saudita y sus terroristas Wahabi que actúan, como lo dijo Lyndon Johnson, «Sí son Bastardos, pero son nuestros bastardos».

¿Dónde está la izquierda en todo esto? Esa es la pregunta con la que abrí este artículo. Qué sorprendente es que solo los partidos de derecha, Alternative for Deutschland (AFD) o los nacionalistas franceses de Marine le Pen y los de otros países se opongan a la militarización de la OTAN y busquen reactivar los vínculos comerciales y económicos con el resto de Eurasia.

El final de nuestro imperialismo monetario, sobre el que escribí por primera vez en 1972 en el Súper Imperialismo, aturde incluso a un observador informado como yo. Se necesitó un colosal nivel de arrogancia, falta de visión y falta de ley para acelerar su declive, algo que solo podían ofrecer a Donald Trump los neoconservadores como John Bolton, Eliot Abrams y Mike Pompeo.
___________
Michael Hudson trabajó como economista en Wall Street y actualmente es Distinguished Professor en la University of Misoury, Kansas City, y presidente del Institute for the Study of Long-Term Economic Trends (ISLET). Es autor de varios libros, entre los que destacan: «Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire» (nueva ed., Pluto Press, 2003) y «Trade, Development and Foreign Debt: How Trade and Development Concentrate Economic Power in the Hands of Dominant Nations» (ISLET, 2009).

Notas

[2] Patricia Laya, Ethan Bronner y Tim Ross, «Maduro se vio obstaculizado en su intento de obtener $ 1.2 billones de oro del Reino Unido», Bloomberg, 25 de enero de 2019. Anticipándose a tal doble cross, el presidente Chávez ya actuó en 2011 para repatriar 160 toneladas de oro a Caracas desde Estados Unidos y Europa.
[3] Patricia Laya, Ethan Bronner y Tim Ross, «Maduro fue frustrado en su intento de obtener $ 1.2 billones de oro del Reino Unido», Bloomberg, 25 de enero de 2019.
[4] Corina Pons, Mayela Armas, «Exclusiva: Venezuela planea volar las reservas de oro del banco central a los EAU», fuente, Reuters, 31 de enero de 2019.
[5] Constanze Stelzenmüller, «La política de Estados Unidos en Europa toma un giro nacionalista», Financial Times, 31 de enero de 2019.

Comentario HHC: Este artículo es una magistral radiografía de como se mueve el mundo y en particular los EE:UU. Queda al descubierto, no por conocido, toda la falacia y todas las mentiras e hipocresía del gobierno y el sistema de EE:UU cuando de democracia, libertad, economia de mercado, libre comercio internacional, etc nos hablan y además quieren imponerlo al resto del mundo.

Pero como dijo el Nobel Paul Samuelson: " El éxito contiene la semilla de su propio fracaso". A Trump lo eligieron para salvar el sistema  de su inevitable  hundimiento, con su caótico estilo e irrespeto a las leyes nacionales e internacionales, pero al parecer esta obteniendo todo lo contrario. Con ello el desespero aumentará y la violencia aparecerá en escena como el síntoma supremo de la irracionalidad entre los seres humanos. 

Empezó sin marcha atrás,  la cuesta descendente del Imperio  de los EE:UU como otros en la historia de la humanidad, no será de inmediato, pero ya es inevitable, esperemos que la raza humana salga librada de la arrogancia imperial.