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"La edificación de la nueva sociedad en el orden económico es también un trayecto hacia lo ignoto". RCR
Existe gran brecha entre el tremendo esfuerzo que se despliega en las transitarias, y los resultados que ellas muestran, apuntó Marrero Cruz. Foto: Estudios Revolución.
Se podrá trabajar mucho, desplegar un esfuerzo descomunal, pero si no se tiene un sistema de organización del trabajo que conduzca a la eficiencia y que ofrezca las respuestas esperadas, entonces habrá sido como arar en el mar, pues no se verán los resultados.
Tal idea estuvo en el centro de la reunión que tuvo lugar este jueves, desde el Palacio de la Revolución, entre el Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz, y representantes de las empresas que tienen como objeto social la recepción y distribución de la paquetería que llega a la Isla, por las vías aérea o marítima, procedente de otras latitudes y destinada a las personas naturales.
En el encuentro que forma parte del estricto seguimiento que la dirección del país está haciendo a cómo funcionan esas entidades que también son denominadas “transitarias” y que están llamadas a dar ágil respuesta a los destinatarios, Manuel Marrero Cruz, a punto de partida de las numerosas quejas que emanan de la población sobre el trabajo de las empresas de paquetería, alertó: “Hay una fuerza que nos mantiene atados y que no nos permite avanzar”.
El Jefe de Gobierno expresó ese concepto tomando como punto de partida intervenciones, en la reunión, de directivos de algunas transitarias, así como la experiencia vivida por él durante recorridos por las seis empresas de que dispone el país para hacer llegar los envíos a cada familia.
Durante la jornada de análisis —que también estuvo encabezada por los viceprimeros ministros Jorge Luis Tapia Fonseca y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, así como por el titular de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila— el Primer Ministro hizo alusión a varias deficiencias que en su entender están golpeando el poder de respuesta y la credibilidad de las agencias transitarias ante las demandas de la gente.
¿Por qué entre las seis empresas no hay un intercambio que permita definir cuál es el sistema más adecuado de trabajo; el cual, después, podría unificarse y amplificarse?, indagó Marrero Cruz ante la evidencia de que existe gran brecha entre el tremendo esfuerzo que se despliega en las transitarias, y los resultados que ellas muestran.
Entre otras valoraciones, el miembro del Buró Político alertó sobre la excesiva manipulación de la paquetería en algunos almacenes, y la lentitud que padecen los flujos de las mercancías, desde una primera clasificación, hasta el destino final que son las manos del cliente que espera. No es un problema de transportación, analizó, “el cuello de botella está en los almacenes”, y “cada minuto aquí cuenta”.
Se trata de una operación en contexto excepcional, dijo el Primer Ministro, quien hizo una analogía entre la importancia de este servicio en los días que corren, y el paso de un huracán: porque el evento meteorológico tensa todas las fuerzas y nos obliga a ser ágiles y eficientes en levantar y restaurar todo lo que fue dañado; y con ese espíritu de emergencia, dijo Marrero Cruz, hay que asumir la labor de las agencias transitarias.
Las medidas que se vayan tomando para cumplir con el plan que cada empresa tiene —enfatizó—, deben ser del tamaño de las cifras ubicadas en la meta, esa que consiste en cumplir con la población.
Es necesario preparar adecuadamente a los trabajadores que van a desempeñarse en las empresas transitarias, trascendió en el encuentro.Foto: Estudios Revolución.
Por su parteel viceprimer ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, hizo referencia a la necesidad de preparar adecuadamente a los trabajadores que van a desempeñarse en las empresas transitarias. Y en otro momento habló sobre distribuir y hacer llegar tanto los envíos que llevan más tiempo en los almacenes, como los más “nuevos”.
El desafío es enorme y no admite, como se razonó en el encuentro, trabas que hagan más largo el camino a las soluciones. Seguramente daría buenos resultados, comentó Marrero Cruz, que las empresas transitarias acudan a la voluntad de los gobiernos de cada provincia. “Yo les pido —dijo a los directivos de esas agencias cuyos propósitos son de alta sensibilidad para la gente— poner alma, corazón y vida a esta operación”, para que en días próximos esos espacios queden libres de envíos que están siendo esperados, hace poco, o hace ya mucho tiempo, por sus destinatarios.
Malmierca Díaz afirmó que, en lo referente a la inversión extranjera, todavía no se ha logrado atraer, en la magnitud requerida, el capital que el país necesita para reactivar su economía. Foto: Estudios Revolución.
La actual situación de la inversión extranjera en Cuba fue punto de partida, este jueves, para un análisis que sesionó desde el Palacio de la Revolución y que estuvo presidido por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; por los viceprimeros ministros Ricardo Cabrisas Ruiz y Jorge Luis Tapia Fonseca; así como por el titular de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz.
En el encuentro, donde fueron escuchadas las voces de representantes de distintos ministerios e instituciones del país, Malmierca Díaz afirmó que, en lo referente a la inversión extranjera, todavía no se ha logrado atraer, en la magnitud requerida, el capital que el país necesita para reactivar su economía.
El titular reconoció que, aunque el escenario es difícil —pues está marcado por el impacto que generan el bloqueo estadounidense y la COVID-19—, se impone generar una labor más intensa y eficaz.
Entre otras premisas, se habló de exigir a las contrapartes los documentos en orden; y de no demorar los procesos de negociación, porque el tiempo es un recurso muy valioso.
Ricardo Cabrisas apuntó que, “mientras nosotros tengamos cosas pendientes de la parte nuestra, será muy difícil poder exigir algo a la contraparte”. Y más adelante destacó la importancia de los esfuerzos mancomunados en la solución de cada desafío, al tiempo de evitar las improvisaciones a la hora de seleccionar a las partes con las cuales se va a negociar.
Hay que reflexionar sobre las causas que impiden llevar a feliz término los proyectos de inversiones en el país, expresó el Primer Ministro, quien no pasó por alto que las políticas aprobadas para este tipo de actividad ofrecen las posibilidades de la flexibilidad y el estímulo para fomentar las inversiones.
“¿Vamos a esperar a que se levante el bloqueo?”, preguntó Manuel Marrero Cruz, para luego enfatizar: “Tenemos que seguir adelante y desarrollarnos por nosotros mismos”, y eso incluye, afirmó, la inversión extranjera, donde no deben dilatarse los procesos, donde se impone estimular y sumar en vez de poner trabas.
Se impone una transformación total —reflexionó el Jefe de Gobierno— en los modos de hacer las cosas; hay que escuchar todas las propuestas, siempre que no atenten contra la soberanía y los principios del país; y hay que salir a la búsqueda de nuevos negocios, ser más proactivos. Ese cambio en los modos de analizar y de hacer, razonó el Primer Ministro, es hoy una necesidad impostergable.
Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, desde el Palacio de la Revolución, el 23 de septiembre de 2021
Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, desde el Palacio de la Revolución, el 23 de septiembre de 2021, “Año 63 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)
Señor Secretario General;
Señor Presidente:
Vengo a hablar en nombre de un pueblo al que se ha pretendido rendir por hambre durante más de seis décadas.
En abril de 1960, en un Memorando infame y secreto por mucho tiempo, un oscuro funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, de nombre Lester Mallory, escribió los fundamentos de la política de bloqueo a Cuba, orientada a “…provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Han pasado 61 años y ese bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido, de manera oportunista, en tiempos de pandemia.
Las pérdidas ocasionadas al país, tan solo en el periodo de abril de 2019 a diciembre de 2020, ascienden a un total de 9 157,2 millones de dólares, reflejo del carácter genocida de una política declarada de rendirnos por hambre.
A pesar de los obstáculos, el Gobierno cubano, con extraordinarios esfuerzos y pese a carencias y dificultades, garantiza el derecho universal a la alimentación a través de la canasta básica familiar normada, que reciben todos los cubanos y cubanas, y que incluye 19 productos alimenticios de primera necesidad a precios asequibles.
Adicionalmente, se avanza en la implementación del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, enfocado en disminuir la dependencia de las importaciones, potenciar la capacidad productiva, el uso de la ciencia, la tecnología y la innovación, y desarrollar sistemas alimentarios eficientes y sostenibles a nivel local.
Cuba agradece la contribución que en este proceso ha recibido de agencias especializadas de las Naciones Unidas, pero no ignora que las condiciones imperantes en el mundo actual afectan sensiblemente la alimentación de millones de seres humanos.
La causa es estructural. La persistencia de un injusto orden internacional, décadas de dominación imperialista, de aplicación de un neoliberalismo salvaje, de proteccionismo y dependencia económica producto de siglos de colonialismo y neocolonialismo constituyen causas raigales del subdesarrollo que favorecen la pobreza extrema y con ella el hambre y la exclusión que sufren las grandes mayorías.
Este escenario se complejiza para aquellos países en desarrollo que cargan con el peso de una deuda externa pagada ya mil veces (1).
Algunos, al igual que Cuba, sufren además la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, violatorias del Derecho Internacional, que obstaculizan su legítimo derecho al desarrollo.
Excelencias:
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en 2020, entre 720 y 811 millones de personas padecieron hambre.
Más de 2 300 millones, el 30 % de la población mundial, carecieron de acceso a alimentos adecuados y persistió la malnutrición en todas sus formas, amenazando el cumplimiento del Objetivo 2 de Desarrollo Sostenible: Hambre Cero para 2030.
La única solución a ese doloroso drama humano es transformar de manera urgente, radical y sostenida los irracionales e insostenibles patrones de producción y consumo del capitalismo que están destruyendo el medio ambiente y la biodiversidad, solucionar el problema de la deuda externa y otorgar un trato comercial especial y diferenciado a los países en desarrollo.
Las naciones industrializadas deben y pueden asumir su responsabilidad histórica y atender con urgencia los nocivos efectos del cambio climático, que están impactando también en la disponibilidad, el acceso, la calidad y estabilidad de los alimentos.
Para comenzar, bastaría con que cumplan sus compromisos de financiación para el desarrollo y cooperación internacional.
No es posible olvidar la advertencia que hace 25 años lanzó el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en la Cumbre sobre la Alimentación en Roma y cito: “Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.
En nombre de mi pueblo, castigado vilmente por un gobierno ajeno que no ha podido someterlo, reitero aquella advertencia con la gravedad y la urgencia que le imponen los 25 años transcurridos.
Muchas gracias.
(1) Fuente: Discurso pronunciado por el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel, en la XXVII Cumbre Iberoamericana, 21 de abril de 2021.