¿No debería alguien demandarnos?
El otro día escribí sobre el arancel de Trump a Brasil , que es, como dije, perverso y megalómano. Pero olvidé señalar que es descaradamente ilegal. Quizás —probablemente— la Corte Suprema sea tan corrupta a estas alturas que ratifique cualquier cosa que Trump haga. Pero ¿no podríamos al menos ponerlos en aprietos? ¿No podríamos obligar a Scott Bessent a explicar por qué apoya un abuso tan grotesco del poder presidencial?
Seamos claros: la ley estadounidense otorga al poder ejecutivo amplia discreción para imponer aranceles sin necesidad de legislación adicional. Esto ocurre por una razón: los aranceles temporales pretendían servir como válvula de escape política que hiciera sostenibles los aranceles bajos derivados de los acuerdos internacionales. Esto funcionó bien mientras tuvimos presidentes responsables; ha sido un desastre con Trump. Aun así, tiene amplia autoridad legal para fijar aranceles.
Pero esa autoridad no es en absoluto ilimitada. Los aranceles solo pueden imponerse por razones específicas:
Sección 201: Disrupción del mercado Básicamente, si un aumento repentino de las importaciones pone en peligro a una industria estadounidense, se pueden imponer aranceles temporales para darle tiempo a la industria para adaptarse.
Sección 232 : Seguridad nacional Los aranceles pueden utilizarse para sostener industrias que podríamos necesitar durante confrontaciones internacionales
Sección 301: Prácticas desleales Los aranceles se pueden utilizar para compensar, por ejemplo, los subsidios a las exportaciones extranjeras
Derechos antidumping Se pueden imponer aranceles cuando las empresas extranjeras venden por debajo del costo
Emergencia económica internacional El presidente tiene amplios poderes para fijar tarifas durante una crisis económica
Trump ha abusado enormemente de todas estas justificaciones, especialmente de la última. No hay ninguna emergencia económica. Según el propio Trump, la situación va de maravilla:
Pero el arancel a Brasil es algo más: no se trata de economía en absoluto, es un intento de interferir en la política de otro país. ¿Quién lo dice? Trump. Así comienza, de nuevo, su carta a Lula:
Esa carta es básicamente una confesión de que está imponiendo un arancel por razones no económicas. Y eso no está legalmente permitido.
Memorándum para los grandes medios: No, Trump no está "probando los límites de su autoridad" ni ningún otro eufemismo. Está infringiendo la ley. Punto. Y así debería informarse.


