Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 6 de diciembre de 2021

Australiano, supuesto creador del bitcoin, logra victoria en juicio en Miami

Después de más de una semana de deliberaciones, el jurado le dio mayormente la razón a Craig Wright.


Foto: Unsplash

EFE.- Un científico australiano, quien dice ser el inventor del bitcoin, salió vencedor este lunes en un juicio en Miami presentado por la familia de un veterano del Ejército de Estados Unidos que pedía la mitad de 1.1 millones de unidades de bitcoin con el argumento de que participó en la creación de la criptomoneda.

Después de más de una semana de deliberaciones, el jurado le dio mayormente la razón a Craig Wright, un informático que había sido demandado por la familia de su socio David Kleiman, fallecido en 2013.

Como parte del juicio civil, en el que Wright era acusado de fraude, el jurado, sin embargo, ordenó el pago de 100 millones de dólares de propiedad intelectual a la empresa que ambos habían fundado en 2011, según el medio especializado Law360, que cubrió el juicio.

Se trata de una cifra muy inferior a la mitad de los recursos que pedía el demandado en bitcoin, la criptomoneda más conocida del mercado.

“Esto no está no está nada mal”, dijo Wright a Law360 al señalar que se sentía “aliviado”.

Ira Kleiman presentó en 2018 la demanda civil contra Wright, que se ha autoproclamado Satoshi Nakamoto, el seudónimo del misterioso creador del bitcoin.

Los Kleiman buscaban una indemnización multimillonaria a favor de David Kleiman al señalar que contribuyó a la creación del bitcoin.

La defensa, sin embargo, aseguró que el demandante no tenía derechos legales sobre la propiedad intelectual asociada con el bitcoin o el protocolo de esta criptomoneda.

El que fue calificado por algunos medios como “el juicio del siglo”, terminó tras seis días de deliberaciones del jurado, que no podía ponerse de acuerdo.

Este lunes el bitcoin cayó más de un 3% y se sitúa en los 47,739 dólares, influido probablemente por la incertidumbre que produce la evolución de la nueva variante del coronavirus causante de Covid-19.

A pesar de que el pasado viernes el bitcoin se encontraba en los 56,000 dólares, desde entonces la criptomoneda ha ido cayendo hasta situarse hoy por debajo de los 48,000 dólares.

Esta caída contrasta con los máximos históricos que llegó a alcanzar el bitcoin el mes pasado, llegando a tocar los 69,000 dólares.

La desigualdad está destruyendo el mundo



Por Francisco Louça, Sin Permiso

Aproximadamente un año antes de morir, el físico Stephen Hawking se preguntó en un periódico británico cuál es el efecto de la desigualdad, en una situación en la que “la vida de las personas más ricas en las partes más prósperas del mundo se vuelve angustiosamente visible para todos, incluidos los pobres, que tienen acceso a un teléfono. Y dado que ya hay más personas con teléfono que con acceso a agua potable en África subsahariana, esto significa que en poco tiempo casi nadie en nuestro planeta superpoblado escapará a la percepción de] desigualdad” (The Guardian, 12/01/2016). Este dramático hallazgo tiene numerosas implicaciones. La principal es que la desigualdad, resaltada por la fluidez de la comunicación, añade angustia al castigo, especialmente donde la gente más sufre, como en el continente donde hay más personas con teléfonos móviles que con acceso al agua. La desigualdad es una agonía que está destruyendo nuestro mundo y su visibilidad refuerza la exigencia de justicia.

Desigualdad

Thomas Piketty, el economista francés que ha continuado brillantemente una vieja tradición de estudios de desigualdad, ha hecho pública una base de datos sobre muchos países que nos habla de nuestro tiempo. Uno de los datos más impresionantes es el cambio creado por lo que entonces se llamaba con franqueza globalización. El éxito social de este neoliberalismo se puede medir en los Estados Unidos: en 1980, la proporción del ingreso nacional que estaba en manos del 1% más rico era aproximadamente la mitad que la del 50% más pobre. Una gran diferencia, en promedio, ya una persona rica recibía en un día lo que la mitad menos acomodada de la población ganaba en un mes. Cuarenta años después, la proporción se ha revertido y el 1% superior casi duplica al 50% inferior. Ha sido un huracán de cambio social.

Un estudio reciente de la Reserva Federal de Chicago realiza el siguiente ejercicio: pregunta si los padres de un niño ganaban el doble que su vecino de al lado en los EEUU, ¿Qué diferencia habrá entre los ingresos de adulto de ese niño y los del vecino? La respuesta es, en promedio, más del 60%. El que va por delante se queda por delante, olvídate de la movilidad social. En Brasil, la diferencia es del 70%, en Francia del 41%, en Alemania del 32%, pero en Dinamarca solo del 15%. Peor aún en China: el coeficiente de Gini, dato oficial, es de 0,47 (la media de la OCDE, como la portuguesa, es de 0,35). La desigualdad tiene una genealogía pero diferentes historias.

El coste social de la contaminación

La Cumbre de Glasgow, en su flagrante fracaso, tuvo la virtud de producir información actualizada sobre los riesgos de contaminación. Aprendimos que, con la política actual, el aumento de la temperatura del planeta llegará a los 2,9º C y que, incluso con las metas proclamadas pero no obligatorias, se elevará en 2,4º C, fallando el objetivo que no se puede perder. Aquí también hay una historia de desigualdad: el 1% más rico genera 70 toneladas de emisiones contaminantes per cápita, en promedio, mientras que el 50% más pobre produce una tonelada per cápita. La emisión producida por los más ricos es treinta veces el umbral que restringiría el aumento medio de temperatura a 1,5º C. Una vez más, aquí está la ecuación de Hawking: la desigualdad es angustiosamente visible y empeora.

Hay una consecuencia de esta fractura social y sus implicaciones, como estas formas de vida que promueven la contaminación. Es una ingobernabilidad que surge de los obstáculos sistémicos a las soluciones razonables y bloquea la política de transición energética y ambiental, perdida en el laberinto de los intereses financieros dominantes. Esta tendencia solo se agravará en las guerras por el agua y la energía, o en formas de apartheid social, que defienden la desigualdad como una condición inexpugnable y agonizante.

Producir caña sin muchos secretos

 Por  Alden Hernández Díaz

 ECONOMÍA

 06 Diciembre 2021

La caña y la ganadería tienen muchas similitudes, en ambas la constancia y las labores en tiempo repercuten en sus resultados, asevera Rigoberto. Foto: Pastor Batista Valdés

En la Unidad Básica de Producción Cooperativa Comandante Guevara, del municipio avileño de Baraguá, pretenden recuperar el camino de los altos rendimientos

Las dos últimas zafras constituyen muestras del retroceso de la agroindustria azucarera, marcadas con serias limitaciones de insumos o su entrega en el momento idóneo, lo que unido a otros factores hacen que la recuperación aún no sea una realidad.

En Ciego de Ávila ni siquiera bases productivas acostumbradas a los mejores resultados, como la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Comandante Guevara, del municipio de Baraguá, han podido sortear el temporal.

Rigoberto Rodríguez Rodríguez, especialista de riego de esa base productiva, conversa con Invasor en uno de los recesos de la Asamblea de Balance Municipal del Partido y desentraña aristas de una realidad compleja y multicausal en la que no todo conspira a favor del crecimiento de la dulce gramínea.

“Este año nos quedamos cortos con el plan, teníamos que entregarle a la industria 50 000 toneladas (t) y estuvimos por las 48 000, el rendimiento se nos cayó ahí”, dice, inconforme, no tanto por quedar por debajo sino porque las potencialidades daban para mucho más en mejores escenarios.

“En plena campaña, durante los meses de agosto a noviembre, momento en que la caña lleva agua, enfrentamos una seca y, por la poca disponibilidad de energía que presentaba el país en ese entonces, no pudimos regar. Las máquinas estuvieron detenidas, prácticamente en cero, solo se usaron para la cepa priorizada, que fue el retoño del año, la siembra del año y lo que es autoconsumo; el resto estuvo parado”.

De duro golpe cataloga lo que han tenido que afrontar, y no es para menos, pues si en la zafra antepasada los rendimientos fueron de 70 toneladas por hectárea (t/ha), la siguiente bajó hasta los 50, números con los que otras cooperativas soñarían, pero alejadas del rango de la Comandante Guevara, catalogada en las 98 t/ha por su elevada área bajo riego.

Se suma como variable para nada a desdeñar las carencias del paquete tecnológico, dígase fertilizantes y herbicidas, y, aunque buscan alternativas, a veces algunos productos se vuelven imprescindibles. “Hoy no es un secreto que la peor enfermedad de las áreas cañeras es el bejuco, con la fuerza manual es casi imposible trabajarlo porque acabas con la cepa. Nos golpea mucho las limitaciones de herbicidas hormonales, que es el tratamiento que se le da al bejuco y que logra que la cepa vuelva a respirar, a progresar”.

• Muchos de estos problemas los abordó Invasor en el reportaje: La materia (no tan) extraña de la caña

Y, aunque para la zafra que comenzará próximamente no se acercarán a los rendimientos soñados de 97 t/ha y más, Rigoberto se mantiene optimista en honrar los estimados previstos y encaminarse nuevamente por la ruta del crecimiento.

Para garantizar la eficiencia del corte, alza y tiro de la materia prima hasta el central refinería Ecuador, con calidad, en la presente campaña, en la base productiva le dan continuidad a ideas del año anterior, como asignar un administrativo o computador para verificar que el servicio prestado por los pelotones de la Unidad Empresarial de Base de Atención a Productores Agrícolas (APA) salga sin chapucerías.

Precisamente, en el apartado de las maquinarias reside buena parte de las preocupaciones de Rigoberto y sus compañeros. La de propiedad de la UBPC suma más de 50 años de explotación, mientras que la nueva solo entra para la empresa.

En clave económica lo explica el joven de 31 años de edad: el servicio de preparación de una hectárea les sale al triple del costo que si lo pudieran realizar con sus propios medios. Pero ahí no queda todo: “a veces, a tiempo, no contamos con una grada u otro equipo para hacer la labor, al momento que lo requiere la caña o la tierra; en ocasiones, lo planificado te lleva la contraria, porque cuando planificas regar, cultivar y ese equipo no lo tienes en tus manos, entonces hay que esperar a que otra persona decida mandártelo. Son cosas que la caña te las cobra al final”.

El trabajo con los jóvenes resulta vital en la continuidad de la agroindustria azucarera, máxime cuando se envejecen los colectivos que hacen zafra. En la Comandante Guevara son conscientes de ese desafío y buscan sumar sangre nueva a la tarea. A decir del especialista en riego, se potencia con los más noveles su superación a través de cursos, además de vincularlos al área para que perciban buena remuneración y se sientan estimulados.

En este importante apartado, la UBPC baragüense puede hacer gala de algo que no alcanzan la mayoría de sus similares en la provincia, al repartir utilidades por trabajador de alrededor de 38 000.00 pesos, así como tener autoconsumo de productos agrícolas, elemento a considerar, dijo el joven, ante los elevados precios en los mercados.

Interrogado sobre las causas del decrecimiento cañero, Rigoberto afirma que “no es que la caña lleve muchos secretos, bastante tradición tenemos acumulada, pero creo que en verdad lo que le falta es constancia en todas las labores desde la siembra hasta el corte para sacarle el máximo provecho. Durante los últimos años también hemos perdido mucho personal capacitado que se va en busca de mejor remuneración a otros sectores; eso nos golpea, porque luego esos puestos son cubiertos por personas sin los conocimientos necesarios”.

Cuando muchos, a su edad, no ponen al surco en sus opciones de vida, a Rigoberto Rodríguez Rodríguez le viene como vocación, esa misma que no entiende de esfuerzos a la hora de sacarle lo mejor a las 989 hectáreas bajo su supervisión.

¿Cómo se infla la inflación? (+Videos)

Los informes oficiales hablan de un mercado informal con una inflación del 6 900 % y el crecimiento de los precios de las entidades estatales en un 222 %

El costo de la vida sube otra vez Foto: Ricardo López Hevia

Como quien está a punto de desprenderse de algo muy preciado, Rolando Díaz lo piensa una y otra vez, repasa las cuentas mentalmente, se palpa el bolsillo de jubilado, hasta que, por fin, se planta frente al mostrador para hacerle el pedido al dependiente.

«Es que los precios se han disparado», dice.

No importan el lugar ni el producto. La elevación del costo de la vida se ha vuelto un fenómeno cotidiano en todos los rincones del país. Los informes oficiales hablan de un mercado informal con una inflación del 6 900 % y el crecimiento de los precios de las entidades estatales en un 222 %.

Para el cubano común, que probablemente no comprenda estos términos en toda su magnitud, Rolando lo resume de una manera sencilla: «Casi todo se ha encarecido brutalmente y el salario cada vez rinde menos».

Aunque el asunto no es nuevo, ha alcanzado su clímax en el último año, en medio de circunstancias muy complejas.

CUENTAS

Desde que se anunciara la aplicación de la Tarea Ordenamiento, a partir del 1ro. de enero de 2021, entre las preocupaciones de los cubanos estuvo lo explicado sobre la subida previsible de los precios.

El país ya vivía una inflación, en un contexto de escasez originado por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos y la pandemia de la COVID-19.

En diciembre de 2020, muy cerca del llamado día cero, al referirse a este tema en el espacio Mesa Redonda, Marino Murillo Jorge, entonces jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, reconoció que con el Ordenamiento iban a concurrir tres fenómenos: déficit de oferta, incremento de los ingresos y aumento de los costos.

No obstante, afirmó que si los precios del sector estatal se elevaban 1,5 veces y los de las formas no estatales lo hacían hasta tres, el aumento de forma general sería de 1,6 veces.

«Una variable donde el salario crezca 4,9 veces y los precios 1,6, queda perfecto para el incremento salarial que hicimos», aseguró.

En la práctica, sin embargo, las cosas han resultado distintas.

El sector estatal sería el primero en rebasar con creces los límites diseñados, dando pie a una reacción en cadena que no parece tener fin.

A pocas semanas del inicio de la Tarea Ordenamiento, en una serie de encuentros de la máxima dirección del país con los principales dirigentes a nivel municipal y provincial, el gobernador de Pinar del Río, Rubén Ramos Moreno, ya informaba que entre los temas más cuestionados por la población sobresalían los precios mayoristas y minoristas, y añadía que en algunos casos se había apreciado falta de objetividad y coherencia en la formación y aprobación de los mismos.

Once meses después, el panorama es más desafiante.

Durante el último periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el propio Murillo admitió que la inflación minorista ha constituido la principal desviación de la Tarea Ordenamiento, pues los costos de la canasta de bienes y servicios de referencia casi duplican los números diseñados, mientras la capacidad de compra que dio la reforma salarial se ha visto muy afectada, fundamentalmente en los sectores de menos ingresos.

¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL PRECIO?

Con más del 90 % de la circulación mercantil minorista sobre sus hombros, el sector estatal debió haber tenido un peso decisivo en este proceso.

Sin embargo, el año 2021 ha transcurrido con un profundo déficit de oferta, que ha impedido alcanzar las cifras previstas. Los cerca de 700 millones de dólares que la economía cubana no ha podido captar, sumados a los 2 400 que tampoco se ingresaron en 2020, han dejado, entre otras secuelas, un profundo desabastecimiento, a lo que se ha sumado la llegada tardía de productos normados como el pollo o la leche en polvo, productos que antes se garantizaban puntualmente.

«Por mucho esfuerzo que se haga, (...) no es posible que no se sienta eso en la vida diaria de los cubanos», reconoció recientemente ante el Parlamento el vice primer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.

El directivo precisó que en los primeros nueve meses del año hubo un déficit de oferta de 16 500 millones de pesos, que se ha expresado en las enormes carencias de la red minorista.

Solo en Pinar del Río, el sector del comercio y la gastronomía ha dejado de vender 96 millones de pesos en cervezas, ron y refrescos, y 18 millones en pastas, que no ha recibido de las empresas suministradoras. En tanto, los centros de elaboración tampoco han podido disponer de 224 toneladas de picadillo y 150 de harina, por solo citar dos renglones.

Ante esa realidad, Tamara López García, directora general del Grupo Empresarial de Comercio, explica que sus unidades, para mantener el servicio, han tenido que gestionarse por sí mismas una parte importante de los recursos y eso ha tenido una expresión en los precios.

INFLADORES DE INFLACIÓN

Anamay Hernández Yera, directora provincial de Finanzas y Precios en Vueltabajo, también opina que entre los factores que inciden en la inflación está el alza de los costos de manera general, debido al incremento de los salarios y el encarecimiento de las materias primas en todos los procesos.

A ello se suma que el Estado no ha podido vender divisas al cambio oficial, que permitan el acceso de buena parte de la población a las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), lo cual ha dado pie a la proliferación de un mercado informal con tasas muy superiores a las oficiales. «Todos vemos cómo funciona diariamente en las redes sociales», afirma Hernández Yera.

La funcionaria señala que, en la actualidad, esa se ha convertido en una de las principales formas para adquirir las materias primas que tiene el sector no estatal y ello, evidentemente, encarece los costos e incide en el precio minorista. Además de que se inserta en el mercado con tales lógicas de valor.
Pero no es la única causa de que hoy los cubanos estemos chocando constantemente con cifras que no responden a lo que pretendió establecer la Tarea Ordenamiento.

Por ejemplo, ¿cómo entender que en el atelier La Ópera, de la ciudad de Pinar del Río, una sábana cueste 1 200 pesos, equivalentes a 50 dólares estadounidenses, según el cambio oficial (1 x 24) o en la tienda Los buenos precios, de Bayamo, una toalla valga mil?

https://www.youtube.com/watch?v=J_8OupuXBa0

Desde la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, la doctora en ciencias Annelise Paula Gil Guerra y la máster Amarilys de Jesús Pozo Contrera, coinciden en que los métodos de formación de precios más empleados hoy no están enfocados en buscar un equilibrio entre la oferta y la demanda, sino en las utilidades, al amparo de una escasez que no les deja a las personas más remedio que comprar.

Pero esta tendencia está asociada al sector no estatal y al estatal. El economista Leonardo Ojeda Mena asegura que en la actualidad no se limita a una forma de gestión determinada: «Muchas empresas estatales han querido resolver el problema de la eficiencia con los precios, aprovechando la facultad que se les ha dado de fijarlos», considera Ojeda Mena.

Los cálculos realizados por Granma con ayuda de las dependientas de la tienda La Francia, arrojan que con los 1 200 pesos que piden en La Ópera por una sábana, alcanza para elaborar dos y sobra dinero.
Más producción y más oferta... no hay dudas de que en ambos factores está la clave para revertir el problema en las condiciones de Cuba.

Concretarlo, sin embargo, no resulta sencillo en el contexto actual. El retorno de manera gradual del país a la normalidad, tras largos meses de pandemia, constituye un paso importante, pero ya se sabe que no existen fórmulas mágicas para una economía que ha estado en recesión durante los últimos dos años, con la asfixia sostenida del bloqueo.

Por ello, mientras las aguas toman su nivel, los especialistas sugieren la necesidad de un papel más activo de los gobiernos locales.

La máster en ciencias Amarilys de Jesús Pozo Contrera, por ejemplo, considera que «es preciso ejercer mayor control de los precios y auditar a los actores económicos para ver cómo los están determinando, pues todo el mundo quiere tener utilidades, pero no siempre lo hace a partir de la producción de nuevos bienes o de la prestación de servicios de calidad».

Aun cuando está claro que ello no eliminará el problema de un tajo, sí podría ayudar a contenerlo, y reducir las brechas entre quienes hoy sacan provecho en río revuelto y quienes apenas consiguen mantenerse a flote en las turbias aguas de la inflación.