Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 5 de octubre de 2025

Agua dulce (+ Fotos) La segunda estación de alevinaje más grande de Cuba no es la que más produce. ¿Por qué?

 Autor:  | internet@granma.cu

De este lugar nadie sabe más que ellos. Foto: Yélidis Remón Vega

Dicen que antes «éramos felices y no lo sabíamos». Pero de poco sirve anclarse a tiempos viejos que nada tienen que ver con los de ahora. Eso lo sabe bien la gente de aquí porque, aunque «la cosa está mala», sigue siendo la gente de aquí: la que se quedó o la que llegó no hace tanto y no pretende irse.

Tan dura es la renuncia como la permanencia, cuando se vivieron los «tiempos viejos» en que se llenaban camiones con pescado y se cobraba hasta cuatro veces lo que se cobrará este mes y el siguiente.

Hay hombres que llevan en este lugar más de tres décadas o, lo que es lo mismo, la mitad de su vida. Si de algo saben es de «tiempos viejos», de tiempos «mejores».

Y es que, hasta hace dos años, la unidad empresarial de base (ueb) René Ramos Latour –del municipio de Bartolomé Masó– se encargaba de la cría intensiva más que de la reproducción de peces. Cuando en 2023 escaseó el pienso, hubo que invertir los planes. Pero, de todos modos, se produjeron 26,2 millones de alevines (peces recién nacidos): 1,8 por encima de lo planificado.

Acuipaso –como se llamó desde siempre, pese a nombres largos– es la mayor estación de alevinaje de Granma y la segunda más grande del país; la encargada de producir alevines para la cría intensiva en estanques y la «siembra» de las 11 presas existentes en la provincia.

De los 14,8 millones planificados para 2025, solo 5,4 han podido producirse. El plan anual se redujo en 13,2, tomando el anterior como referencia. «Se sembró un poquito en la presa Bueycito y otro en Cauto del Paso, pero esta última necesita, al menos, diez millones para ella sola. Imagínese», dice Isidro Beltrán León, director general de la Empresa Pesquera de Granma (Pescagran).

La captura –que contempla tanto la pesca en embalses como esa más controlada que se hace del estanque a una nevera– tampoco es algo de lo que podamos estar orgullosos.

Pese a su reducción continua, ha sido imposible cumplir el plan. Y de él depende que las 24 pescaderías de Pescagran –entidad a la que se subordina Acuipaso– provean a la población con «conformados» a partir del pescado: picadillo condimentado, croqueta, filete…

Tiempos atrás se defendió la cría intensiva y extensiva de peces como una forma breve y sustentable de producir buen alimento para el pueblo. ¿Qué pasa en los tiempos «de ahora»?

Foto: Yélidis Remón Vega

DOS CORRIENTES

Son 52 estanques de tierra dispuestos en 46,9 hectáreas, más 164 piscinas de hormigón con 200 metros cuadrados cada una. De lo que se alcanza a ver a lo que no, hay en total unas 50 hectáreas.

A la entrada solo existe la garita, con un guardia que no sabe qué más hacer para que el tiempo se desboque, y siete trabajadores chapeando los bordes enyerbados de uno de los estanques.

Más adelante están las oficinas, algunos camiones, un comedor obrero y el área de reproducción de ciprínidos: cuatro incubadoras paralelas entre sí, con no sé cuántos huecos, túneles, mallas pequeñas, tuberías, y el sonido de un esquelético chorro de agua.

Sentado al fondo se ve a Rafael González Torres. Es criador aquí desde hace 32 años. Probablemente sepa más de esto que de lo que puede recordar de sí mismo.

Cuenta que pescan «al animal» en los estanques y le inyectan hormonas para inducir el desove. Extraen a las hembras los huevos y a los machos la esperma. Ambas materias se juntan en el agua hasta lograr la fecundación. Al cabo de horas, los huevos eclosionan, y salen unas «larvas» milimétricas que, para completar el desarrollo de todos sus órganos, se alimentan del «saco vitelino» provisto por la madre.

«Siete días, cuatro criadores y dos técnicos» son necesarios para completar este ciclo. Luego, con el cuidado que requieren las cosas recién nacidas, los alevines se trasladan a estanques de tierra, dentro de unas bolsas plásticas «que vienen pa´ eso». Allí se les da alimento complementario, además del zooplancton y el fitoplancton que ya se han generado en el agua, obra también de la intervención humana.

Como ciprínidos cuentan la tenca blanca y la manchada, la carpa común, la amura y el labeo. Según el documento técnico La Acuicultura: La Revolución Azul (2024) –elaborado por la Empresa de Desarrollo de Tecnologías Acuícolas–, todas esas especies fueron introducidas en Cuba hace más de tres décadas.

Alejandro Socarrás Peña, quien lleva casi el mismo tiempo de técnico en la nave de reproducción de ciprínidos, dice que «estos animales vienen de ríos caudalosos, de Asia y Europa. Allá el macho le cae atrás a la hembra dándole golpecitos en el abdomen hasta sacarle los huevos e inmediatamente los fecunda».

Es por ello que, a excepción de la carpa común, los ciprínidos no se reproducen por sí solos en estanques. Necesitan una corriente de agua constante, «porque, cuando los huevos se riegan, es esa presión la que los hace eclosionar». De lo contrario, lo más seguro es que nazcan mal o no nazcan.

Aquí, las incubadoras están preparadas para eso, pero con la falta de corriente eléctrica pareciera no existir mecanismo alguno.

El alivio ha sido un grupo electrógeno que se instaló hace algún tiempo. Aunque, para completar un ciclo, «hay que tirarle más de 700 litros de combustible, y esos no se tienen en todo momento».

Por lo general, al mes son «dos partidas de 600 litros o menos». El resto se vence en las tarjetas porque, como dice Isidro: «combustible en físico es lo que no hay». Y si solo fuera el grupo electrógeno, «pero es fangueo, bombeo, traslado»…

Foto: Yélidis Remón Vega

BAJA NATALIDAD

Pasan las diez de la mañana. El agua verde y turbia se alborota. Un cardumen de clarias deviene manada de elefantes al más mínimo puñado de pienso. Les brilla el lomo y la boca se les abre a fin de devorar ya cualquier cosa. «Esos bichos comen lo que tú les tires», asegura Rudisnel Santos Núñez, director de Acuipaso.

Son unos 20 estanques de hormigón, al lado de todo lo administrativo. Pocos están en uso. Las clarias habitan tres de los últimos, no en grandes poblaciones. El primero tiene hembras y machos de tilapias que, según Alejandro, «ya pasado mañana deben echar larvitas».

En el resto del terreno coexisten estanques vacíos, con mala yerba o el concreto cenizo de engullir tanto sol. De los que contienen agua, ninguno está lleno. Ninguno de los de hormigón. Ninguno de los de tierra. Todos tienen un metro de profundidad. «Se necesita un día entero de corriente para llenar una hectárea», y varios son de una y pico, dos, y hasta más.

Al día, solo la ponen unas tres horas. Por medida se tomó «rellenar los que ya están en uso». Porque el grupo electrógeno no da para tanto. «Las bombas de llenado son inmensas. No cualquier corriente las mueve», explica Isidro.

La campaña de este año arrancó tan bien que pensaban obtener unos 16 millones. «El 15 de febrero estábamos tocando la campana, con la fangueadora “metía” en donde tenía que estar. Lo que nos mató fue la falta de oxígeno». Más bien, a los alevines.

«Al bajar el nivel de agua en los estanques, les falta el oxígeno y mueren, desaparecen completicos». Hace menos de 30 días se trasladaron los «283 000 que quedaban».

Foto: Yélidis Remón Vega

LA COMIDA

Son bolas diminutas y anaranjadas. Más de 20 ingredientes, según el saco. «El pienso que ocupan estos animales debe tener todo lo que lleva, lo que necesitan», dice Rudisnel.

«Una vez se les aplicó pienso alternativo hecho con polvo de arroz, hojas de mango molidas… y no funcionó. Las tilapitas fueron así» –y separa, por diez centímetros de aire, una mano de la otra.

«En algún momento», se lo compraron a la Empresa Pesquera Industrial de Granma (Epigran), más ligada a la plataforma marina. «Ese era de aquí, no importado; pero salía más caro que si lo hubiera sido».

De todos modos, «el pienso no es problema». Tienen el necesario, tanto para esta estación como para La Cascada –granja anexa, donde se desarrolla actualmente el plan de ceba de tilapias.

El de aquí se lo compraron a la mayor camaronera del país, Calisur, en Río Cauto. Bueno, se lo cambiaron por larvas para «siembra». Y ahora es una deuda pendiente, «debido a la situación».

Por si fuera poco, estos animales no viven solo del pienso. Algunas de las especies no lo comen, sino que se alimentan de fitoplancton, zooplancton, vegetación y bentos (pequeños organismos acuáticos que viven en el fondo).

Campaña tras campaña, los estanques deben prepararse «como para sembrar arroz». A la tierra se le da «picadora y fangueadora». Luego se fertiliza con «urea, nitrato, cal viva», y se le vierte materia orgánica para mejorar la «base alimentaria natural» del agua.

Cada estanque tiene tres hileras de «palos» en una esquina que, con el borde de la tierra, forman un cuadrado impreciso. Ahí se deposita más materia orgánica: «vacaza, gallinaza, cerdaza» o, dicho de otra forma, estiércol de vaca, gallina, cerdo. De esas, «la buena de verdad es la gallinaza». Todas las granjas avícolas del municipio y sus alrededores cerraron, pero «eso hay que buscarlo donde sea».

La están trayendo de una ubicada en La William, en Bayamo, a 48 kilómetros. «Antes se recogía con un cargador, pero ahora, como no dan mucho combustible, hay que palearla con hombres». Consecuentemente, la que cargan es menos.

La vacaza se consigue aquí en Masó, igual que la basura de arroz que comen las clarias. A «esos bichos» se les nutre además con desperdicios de la industria: en su mayoría, cabezas de pescado traídas desde Bayamo. «A los residuos les echan ácido, miel, y los pasan por un molino».

Claro, «la inestabilidad en la pesca choca con ese proceso. Agosto fue el mes más seguro en cuanto a suministro de combustible. Cogimos 70 toneladas de pescado. Pero, a veces, entra poco. Y lo que más lleva es el traslado de donde se pesca a la industria y de la industria a los puntos de venta», aclara Isidro. Sin combustible para los camiones no pueden tirarse redes al agua.

Foto: Yélidis Remón Vega

INGRAVIDEZ

Dice Isidro que esta es la única estación de alevinaje en toda Cuba donde el método de llenado funciona con corriente eléctrica. Por eso, desde 2024 se aprobó un proyecto que, según alardean, sería «la maravilla de Acuipaso».

Consiste en llevar el agua por gravedad desde la presa Paso Malo –en el mismo municipio– hasta la granja El Cerro, dependencia en la que «no se está trabajando hace años». Son 12 hectáreas con estanques de tierra y el privilegio de estar más próximas al embalse.

Aunque lo mejor sería que el agua llegase hasta este lado de Acuipaso, lo más seguro es que eso no suceda nunca. De la presa a El Cerro se entrometen «uno o dos kilómetros». Hasta aquí, son alrededor de ocho. Isidro aclara que «hoy no hay respuesta de los ministerios, y eso lleva cemento, combustible…».

Los tubos negros y gigantes, que sirven de entretenimiento a ovejas bajo la mata de mango, constituyen «el 50 % de las conductoras» necesarias para el invento. Sin embargo, «dicen que van a importar unas bombas solares», y esta estación entra en la lista de prioridades.

Ojalá entrase en listas similares para el Ministerio de la Construcción o el propio. Tal vez así, el problema del agua dulce sería resuelto sin fecha de caducidad y, con él, la escasez de pescado y sus «conformados» en las pescaderías del territorio. Quizá, hasta podría exportarse a otras provincias, como se hizo antaño.

Además, los «trabajadores viejos» hablan de una rueda que generaba energía en el canal más cercano: una minihidroeléctrica que existió hace mucho y que ahora podría echar a andar las incubadoras.

«Estamos en contacto con la Empresa de Fuentes Renovables de Energía, para ver si nos da capacitación. Porque para eso hay que calcular la velocidad del agua, ver cuánto generaría, si es posible o no», explica Rudisnel. Sin embargo, lo único que puede dilucidarse es que a la gente de aquí ganas de hacer no le faltan.

Foto: Yélidis Remón Vega

HIBRIDACIÓN

Hay una planta de hielo parada por «cinco balones de freón r-22, que no aparecen por ningún lado». Pretenden vincularse con un trabajador por cuenta propia, de Bayamo, que tiene «el conecto afuera» y capacidad para importar lo que se necesita.

De cada producción, una parte se destinará a la empresa. Lo mismo que con la mipyme que puso el pienso para la ceba en La Cascada. A ellos pertenece el 80 % de la captura, el resto va a la industria. «Es mejor poco que nada».

En El Cerro pasa ídem. Con tal de utilizarla en algo, «se le dio a algunos trabajadores para que cultiven arroz, porque tienen la oportunidad de cuando llueve y eso». Como diría el Director: «deben inyectarnos el 20 %, poniendo ellos todo».

Los estanques 1 y 45 «también fueron sembrados de arroz para el autoconsumo de la empresa, y los trabajadores vinculados ganan una parte». Aunque dice Isidro que eso «no va a pasar más. Vamos a hacerlo con cultivos de ciclo corto: pepino, frijol, calabaza…».

«Pasa que, cuando tú das un estanque de esos para sembrar arroz, ahí están el interés personal del trabajador y una inversión de dinero grandísima. El día que entre agua a la estación, ¿va a ir para el estanque de nosotros? Ellos van a proteger su arroz. El poquito de agua que se bombee va a ir para allá. Entonces, es mejor evitarlo. Porque, aunque den el 20 %, el otro 80 % es de ellos, y son miles de pesos o millones».

Foto: Yélidis Remón Vega

DEPREDADORES

«Mira a las corúas de guardia», dicen. Son unos pájaros esbeltos y ennegrecidos que, a cada rato, se dan banquete con los alevines o cualquier otro pez, de talla mayor, que aún les quepa en el pico.

Pero estemos claros, aquí «hay depredadores de todo tipo». Con más de 50 hectáreas a la desbandada, «en una noche pueden entrar hasta diez o 12 gentes».

Sucede que, de las 141 plazas aprobadas para la empresa, 121 están cubiertas. Consecuentemente, de las 25 que corresponden al «cuerpo de Seguridad y Protección», vacantes hay 17. A eso se debe la «guardia obrera», de seis de la tarde a ocho de la mañana.

Lo que pasa con esos puestos es que «ya la gente tiró los números. Cuida una carreta de arroz y se busca 8 000 pesos. Aquí los 2 300 son mensual. Esa es la desmotivación que tiene la tropa: no llega dinero al bolsillo. El trabajo político puedes adoptarlo un día, pero ¿y la comida? Es complicado. Lleva sacrificio. Lleva permanencia», expone Rudisnel.

Esos 2 300 pesos son los mismos que cobran todos los trabajadores vinculados a la producción. Cuenta Alejandro que «en 2023 ganaban hasta 17 000 pesos porque «entre más se produzca, más se gana».

Pero ahora, como dice Yuniesky Rosabal Rosa –director de Servicios Generales–, «sin corriente y sin combustible, no somos nada». Su alegato es tan corto como preciso.

Por suerte, la empresa «no cierra con pérdida ningún mes, gracias a producciones alternativas: alquiler de transporte y equipos agrícolas, labores de autoconsumo, arrendamiento de tres pescaderías»…

Según Rudisnel, «los directos a la producción vienen bien poco. Asumen tareas determinadas, como la de chapear. Si trabajan hasta las 12 del día, a esa hora firman. La cuestión es no pagar sin respaldo productivo, a raíz de la situación financiera del país».

Foto: Yélidis Remón Vega

ANESTESIA LOCAL

Hace unas semanas «hicimos una propuesta para que nos pusieran 12 horas diarias de corriente durante, al menos, diez días. Con eso podríamos llenar, aunque sea, cuatro estanques».

La cuestión es que, para dar energía a esta estación, hay que dársela también a una mitad de Masó. Y eso, para los tiempos que corren, sería como «presumir de lo que se carece».

No obstante, desde el lunes hasta el domingo –posterior a la visita de Granma–, Acuipaso tuvo «12 horas continuas» de corriente. Siete días para un ciclo reproductivo de ciprínidos.

Con las larvas obtenidas, pretenden alcanzar un millón de alevines. Sumándolo a la producción actual, sobrepasarían los seis millones. Pero ni siquiera alcanzarían la mitad del plan previsto. La anestesia dura poco. Lo que se necesita es la cura inmediata.

Foto: Yélidis Remón Vega

PRONÓSTICO

Quién sabe cuántas veces han visto las mismas cosas: la red con pequeños bultos amarillos y livianos, la herida que el último pez les hizo en cualquier parte, las arrugas que le sobrevienen al agua cuando ellos la atraviesan, la orilla, montañas deformes, algo de fe… Llega a ser extraño que aún se asombren. Llega a ser hermoso.

Y, aunque no lo saben, el uniforme delata la costumbre. Botas de goma o, si acaso, un par de zapatillas viejas; viejas como los pulóveres. Siempre algo que vaya de la cintura al tobillo y, de ser posible, una camisa mangalarga. Esta última, si es de las verde olivo, mejor. Duran más. En lo adelante, los que no traen gorra andan con sombrero de yarey.

Desde la orilla, Alejandro suelta los puñados de pienso. No es mucho el alboroto, pero servirá de advertencia. Tres de «los muchachos» se meten al estanque, con el sigilo de quien no cree en apuros ni predicciones. La línea de agua les nace unos centímetros por encima de la cintura. Mutando, les llegará al pecho.

Abren la trampa negra con algunos remiendos y, poco a poco, desandan hasta esta orilla. «Cuando vino el Presidente “namá” cayeron dos, porque cuando ellos están llenos, como que se entierran en el fango de abajo». Pero no, no ha sido así esta vez.

Los que pudieron saltaron fuera. Los que no, ahora conforman este bulto de escamas y bocas abiertas, respirando un oxígeno que les desagrada. Son, mayormente, tilapias machos: lo mismo rojas y áureas, que gift (tilapias mejoradas genéticamente).

Hay ejemplares intrusos. Porque, con eso de los robos, «es mejor tener reservas». Los hombres empapados, a modo de exposición, enseñan alguna que otra tenca, alguna que otra carpa, y un colossoma que, por lo que pesa y ondea, no logran que se esté quieto.

Al rato, cuatro hombres se han vuelto siete. Quizá, ocho. Y entre un «Mira, esa tenca está buena para un “aporreao”» y un «Dale, que esto va a salir por el periódico», alguien por ahí reflexiona: «Buueeno, ahora sí que los bandidos nos van a caer arriba».

REPORTE SOBRE ECONOMÍA CUBANA Enero-Junio 2025 3RA EDICIÓN- (V)

I. BALANCE FISCAL Y MONETARIO

DÉFICIT FISCAL

El reto del ajuste con crecimiento

El año 2024 cerró con un déficit fiscal de 79 528 millo
nes de pesos cubanos, equivalente al 6,5 % del Producto Interno Bruto (PIB). Esta cifra representa el 54 % del plan inicial aprobado de 147 mil millones, y es además inferior en más de 10 mil millones al déficit estimado hace apenas seis meses para ese mismo año.

En términos generales, los ingresos ascendieron a 385 mil millones de pesos, mientras que los gastos se ubicaron en 465 mil millones. Se trata de la primera reducción absoluta del déficit fiscal en los últimos cinco años, lo que también confirma una disminución relativa importante de este indicador, tras cuatro años consecutivos con cifras de dos dígitos (ver gráfico 9).



Gráfico 9. Déficit fiscal como porcentaje del PIB (%). Fuente: elaboración propia a partir de ONEI.

Es importante destacar que esta reducción del déficit se debe tanto a un esfuerzo del gobierno por ampliar los ingresos fiscales como a la contracción de ciertos gastos planificados y a la inejecución de una parte significativa de estos. Esta última superó los 40 mil millones de pesos, lo que equivale a casi un 10 % de los gastos efectivamente ejecutados. Esta situación podría tener un efecto contractivo sobre la economía, especialmente considerando que ya se acumulan dos años consecutivos de contracción del PIB.

El presupuesto del Estado mantiene su orientación social: salud, educación, y seguridad y asistencia sociales representaron el 64 % del gasto presupuestado. Sin embargo, estos esfuerzos no han logrado frenar el deterioro de dichos servicios. Ello sugiere que, en el contexto cubano, la calidad de estos servicios no depende únicamente de las asignaciones en moneda nacional, sino también de las asignaciones en divisas que se les destinen.

En el primer semestre de 2025, aunque los datos aún son preliminares, se ha reportado un déficit de 7 mil 700 millones de pesos, lo que representa apenas un 21 % del plan anual aprobado, cercano a los 37 mil millones. Este resultado se debe a un sobrecumplimiento de los ingresos por más de 21 mil millones de pesos, combinado con una inejecución del gasto de 7 mil 900 millones.

Si bien la magnitud de las inejecuciones es menor que la registrada en 2024, esta tendencia suele intensificarse en el segundo semestre del año, lo cual podría acentuar el ya mencionado efecto contractivo. Un elemento adicional a considerar es el superávit en cuenta corriente, que superó los 27 mil millones de pesos y genera reservas que podrían utilizarse para fortalecer el gasto social.

En términos generales, los resultados del presupuesto del Estado para 2024 y comienzos de 2025 reflejan el compromiso estatal con la mejora de los equilibrios macroeconómicos. No obstante, es necesario señalar que este esfuerzo solo tendrá efectos sostenibles si se acompaña de transformaciones estructurales que permitan reactivar la producción, reformar el modelo económico y restablecer la estabilidad cambiaria y monetaria. De lo contrario, podría prevalecer únicamente el efecto contractivo derivado de la reducción y la inejecución del gasto público.

Para lo que resta del año, los principales desafíos del presupuesto estatal se concentran en dos frentes. Por un lado, la creciente dolarización de la economía reduce el papel del presupuesto en moneda nacional y limita el impacto de su consolidación. Por otro, se debe mantener la senda de reducción del déficit fiscal, en un contexto marcado por el anuncio de un aumento de las pensiones que, aunque no se ha especificado, deberá estar por encima de los 20 mil millones de pesos cubanos.

Inflación

Control de precios y restricciones fiscales: claves de la desaceleración inflacionaria

A finales de 2024, el gobierno cubano proyectó una inflación para 2025 en el rango del 25 % al 30 %. Sin embargo, según los datos publicados por la ONEI, la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el primer semestre del año fue de 14,75 %, lo cual representa una reducción significativa respecto al 30,78 % registrado en igual período de 2024 (ONEI, 2025). De mantenerse esta dinámica, la inflación anual podría cerrar por debajo de los pronósticos oficiales, tal y como se había previsto en este mismo reporte al cierre del año pasado. Se consolida así la tendencia hacia una desaceleración del ritmo inflacionario, aunque los niveles generales de precios continúan siendo elevados.

Al cierre de junio, las divisiones que mostraron mayores crecimientos interanuales fueron bebidas alcohólicas y tabacos (110,74 %), restaurantes y hoteles (21,77 %), educación (15,11 %) y otros servicios diversos (14,44 %). El incremento en los precios de los alimentos continuó teniendo un peso dominante en la evolución del IPC, explicando más del 65 % del aumento general del índice (ONEI, 2025d).

Varios factores han contribuido a la moderación del crecimiento de los precios durante este período, en continuidad con las tendencias observadas desde mediados de 2024. En primer lugar, destaca la reducción del déficit fiscal, que se tradujo en una menor expansión de la base monetaria asociada a su financiamiento (ver análisis sobre el déficit fiscal en las páginas 38-39). Durante los primeros cuatro meses del año se registró un superávit fiscal —hecho inédito en los últimos años— y en mayo y junio el déficit estuvo muy por debajo de lo planificado (21 %). En paralelo, el crecimiento interanual del dinero en circulación se ubicó en 13,9 %, es decir, siete puntos porcentuales por debajo del cierre de 2024 (Cubadebate, 2025e).

En segundo lugar, se observó una desaceleración en el ritmo de depreciación del tipo de cambio informal. Entre enero y junio de 2025, el peso cubano se depreció un 12 %, en contraste con el 25 % registrado en igual período de 2024 (El Toque, 2025). Esto redujo las expectativas de traslado de costos y la presión sobre los precios internos.

Asimismo, persistieron menores presiones de demanda. Aunque a nivel agregado se observa cierta tendencia a que los aumentos de los salarios compensen el crecimiento de los precios, este ajuste no ha sido generalizado y homogéneo (ver análisis sobre empleo y remuneración en las páginas 46-47). Si bien ello contiene la expansión de la liquidez, ha implicado un deterioro del poder adquisitivo en los sectores sin actualización salarial, profundizando las brechas intersectoriales. Por otra parte, se ampliaron los límites de precios a seis productos regulados (pollo, aceite, leche en polvo, pastas alimenticias, salchichas y detergente en polvo), y se eliminaron los aranceles para su importación, lo que también contribuyó a limitar alzas adicionales en estos rubros.

Un evento relevante durante el semestre fue el aumento de tarifas aplicado por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) a finales de mayo. Aunque dicha medida impacta negativamente en el poder de compra de los hogares y eleva los costos para actividades que dependen del acceso a internet, podría tener un efecto neto antinflacio- nario si logra reducir la cantidad de dinero en circulación e incrementar los ingresos fis- cales (ETECSA, 2025). Ello no se vio reflejado en el comportamiento del IPC en la división de comunicaciones, pues el precio de internet no forma parte de la canasta de bienes y servicios de referencia.

En la más reciente sesión de la ANPP se anunciaron nuevas medidas con potencial efecto en la inflación del segundo semestre. Entre ellas se incluyen el aumento de las pensiones para más de 1,3 millones de personas a partir de septiembre, la profundización del proceso de dolarización y la transformación del mercado cambiario. No obstante, aún no se percibe una trayectoria clara de implementación del programa de estabilización macroeconómica, ni tampoco una estrategia integral orientada a resolver el principal factor estructural detrás de las presiones inflacionarias: la limitada oferta nacional de bienes y servicios. 

TIPO DE CAMBIO

Una vez más a la carga

El aspecto cambiario continúa con una dinámica similar y sin grandes transformaciones: un sistema de tipos de cambio oficiales múltiples y totalmente obsoleto que no refleja la realidad económica. Este escenario trae dos características fundamentales

1) la asignación administrativa de las cada vez más escasas divisas a las que accede el Estado y 2) el desarrollo de un mercado cambiario informal que impacta creciente- mente en la vida económica nacional y que se deprecia de manera constante.

El año 2024 cerró con un tipo de cambio informal en el entorno de los 320 pesos por dólar (hubo una depreciación importante en los últimos días del mes de diciembre), mientras que al cierre del mes de junio de 2025 ascendía a 380 pesos, lo que representa una depreciación de un 20 % en solo 6 meses (ver gráfico 10).


Gráfico 10. Tipo de cambio informal. Fuente: elaboración propia a partir de El Toque.

Los componente principales que continúan impulsando esta depreciación, que aunque se ha desacelerado ligeramente en lo que va de año continúa siendo significativa, son: las emisiones monetarias resultantes de un déficit fiscal que ha disminuido pero todavía es voluminoso; el aumento de las importaciones de bienes y servicios, principalmente alimentos, ante la caída de las producciones nacionales; la profundización de la dolarización en los últimos meses, que ha impulsado la demanda de divisas de la población; y efectos especulativos dado el carácter informal de estos mercados.

La transformación cambiaria continúa siendo un reto esencial, imprescindible para reanimar la economía, recuperar las exportaciones y dar funcionalidad a los mercados esta- tales. En la reciente sesión ordinaria de la ANPP se anunciaron transformaciones en este sentido. Estas transformaciones cambiarias deben aprovechar de manera positiva las experiencias de los más recientes fracasos en este frente, principalmente del Ordenamiento Monetario a inicios del 2021 y del intento de recuperación del mercado cambiario de la población en agosto del 2022.

Otro elemento que va en detrimento del éxito de la transformación cambiaria es el cada vez mayor grado de dolarización de la economía, principalmente de la circulación mercantil minorista estatal. Una transformación cambiaria exitosa requiere poner la moneda nacional en el centro de las transacciones económicas, y que esta refleje su valor real a través de un tipo de cambio coherente y económicamente fundamentado, lo cual no es compatible con una dolarización en aumento.

CONTINUARÁ