En este artículo: Agricultura, Alimentos, Economía, Fotografía, Industrias, Mesa Redonda, Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), Pesca
¿En qué contexto socioeconómico se está desarrollando hoy la producción de la industria alimentaria del país? ¿Cuáles son los desafíos fundamentales que enfrenta? ¿Qué alternativas se están buscando para lograr un crecimiento y sostenibilidad en esta área?
Algunas de estas interrogantes guiaron la comparecencia en la Mesa Redonda del ministro de la Industria Alimentaria (Minal), Alberto López Díaz, quien abundó sobre una de las responsabilidades sociales más importante que tiene esta industria: garantizar la canasta familiar normada.
Al intervenir en el espacio televisivo, López Díaz se refirió a cómo afectan las condiciones económicas y los retos sociales actuales a este sector. “No estamos exentos en la industria alimentaria de las complejidades económicas y socioeconómicas que atraviesa el país, y como un organismo que tiene un peso importante en una de las principales prioridades y necesidades de nuestro pueblo, que es la alimentación, esto afecta negativamente nuestros resultados”, dijo.
El ministro refirió que la situación energética y el déficit de combustible han afectado seriamente el funcionamiento de esta industria. “Este año hemos recibido solo el 48% del combustible planificado, lo que equivale a aproximadamente 3000 toneladas mensuales. De estas, dedicamos 200 toneladas solo para el acopio y distribución de leche fluida semanalmente. Esto significa que dedicamos 800 toneladas de combustible mensualmente a esta actividad fundamental”, explicó.
De acuerdo con López Díaz, otra actividad crucial es la producción y distribución de harina de trigo para el pan de la canasta básica, que también se ve afectada.
En ese sentido, señaló que actualmente, solo se produce harina de trigo en La Habana y la trasladamos desde Pinar del Río hasta Guantánamo, cubriendo todas las redes de distribución en los municipios del país.
Agregó que la industria sostiene su producción fundamentalmente con la energía eléctrica, y el déficit en su generación, la situación tensa que se vive en estos momentos, complica aún más la capacidad de esta industria para cumplir con nuestra misión.
Asimismo, dijo, enfrentamos un déficit de financiamiento en divisas convertibles. “Tenemos dos fuentes fundamentales de materias primas: las producciones endógenas, que incluyen productos agrícolas, la leche, frutas para la industria de conserva, la carne vacuna y el cerdo; y las importaciones, como leche en polvo y trigo, que son esenciales para satisfacer las necesidades del sector. La disminución de las exportaciones y el recrudecimiento del bloqueo, con una marcada persecución financiera, también impactan negativamente en nuestros resultados”, señaló.
“Es importante poner un rostro al bloqueo, ya que a menudo se ve como un eslogan o justificación”, enfatizó el ministro.
“Desde que estamos en el Ministerio de la Industria Alimentaria, hemos palpado la realidad de estas medidas y la crueldad de ese bloqueo. Por ejemplo, pertenecemos a organizaciones internacionales donde tenemos cuotas de pescado y hemos tenido que trasladar pescado desde África a Cuba, con empresarios que piden que no divulguemos sus nombres o tipos de empresa por temor a represalias. También hemos traído pescado de Europa, pasando por tres puertos en China, lo que encarece la distribución.
“Hemos tenido afectaciones en un molino en una empresa mixta en La Habana, IMSA, que ha estado paralizada durante veinte días porque no hemos podido adquirir una pieza pequeña que está en el mercado norteamericano. Ahora mismo, nos cuesta trabajo contratar un buque para transportar el trigo, a pesar de tener el dinero disponible. Esto complica nuestro ciclo de producción del pan”, ejemplificó.
Añadió como “recientemente, este mes en curso, atendimos al director de un centro de investigaciones pesqueras que tiene relaciones con el Centro de Investigaciones Pesqueras del país, y que contribuye a capacitar personal y formar másteres y doctores. Viajó a Cuba para captar posibles estudiantes; sin embargo, al regresar a su país, no pudo hacerlo debido a restricciones en su pasaje porque pasaba por Estados Unidos, teniendo que reordenar su viaje a través de Europa. Este tipo de situaciones, que ocurren en el presente, evidencian cómo el bloqueo afecta el entorno de producción de alimentos y dificulta el cumplimiento de nuestros objetivos”, dijo.
Todo este contexto, añadió, ha tenido un impacto negativo en el sector. Prácticamente no hemos cumplido los planes que nos propusimos para este año y hemos decrecido en varias producciones importantes, dijo el ministro.
Refirió que el año pasado, de 22 producciones seleccionadas se decreció en 20; este año no se cumple en ninguna, aunque ha habido un ligero crecimiento en 7 de esas 22 producciones, como cerveza, pasta de tomate, acuicultura, si bien sigue siendo insuficiente para las necesidades del país.
Dijo que el déficit de financiamiento es uno de los factores que más golpea: de los 43 millones planificados para la compra de materias primas, piezas de repuesto, producción del pan, mantenimiento y reparación de las calderas en la fábrica de lácteos, solo se han podido otorgar siete millones, lo que representa un 9% del total planificado.
“Esto crea una dificultad enorme para el desempeño del sector. El pueblo, y todos los organismos de la administración del Estado están afectados por el complejo escenario que hoy vivimos, nadie está exento, pero el Ministerio de la Industria Alimentaria sufre particularmente en tanto tiene una responsabilidad especial en la alimentación del pueblo y en su contribución a la canasta familiar normada, un asunto prioritario para el gobierno cubano”, apuntó.
Canasta familiar normada ante múltiples desafíos
Sobre el suministro de la industria alimentaria a la canasta familiar normada, los productos fundamentales que aporta y las complejidades que enfrenta para cumplir ese compromiso, López Díaz explicó que aunque la misión del Ministerio de la Industria Alimentaria está en la producción industrial de alimentos y bebidas, así como en la pesca, este ministerio tiene una gran misión social relacionada con la canasta básica, que incluye varios productos que le corresponde producir y que deben llegar al pueblo cada día como la leche y el pan.
“El ministerio tiene la responsabilidad de la canasta básica, que incluye el aceite, la leche, el yogur de soya, la compota, la carne de res, el pollo, la carne en conserva, el pescado, el café y el pan, por mencionar algunos. En medio de estas complejidades, como la falta de financiamiento y la llegada oportuna de materias primas importadas, materias primas de la agricultura que con las limitaciones que tiene este sector hoy no se cumplen, estamos tratando todos los días de buscar soluciones”, refirió.
Dijo que es importante que nuestro pueblo conozca el esfuerzo que hace el Gobierno cubano para garantizar la disponibilidad de esta canasta básica familiar. Puedo asegurar que la máxima dirección de la Revolución, dígase el primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, evalúan este asunto prácticamente todos los días.
“Indiscutiblemente, todo este entorno es complejo y el incumplimiento de nuestras metas nos duele. Por ejemplo, hoy tenemos cinco productos esenciales en los que tenemos responsabilidad: la leche en polvo para los niños y las dietas de las embarazadas, el pollo, el aceite, el yogur de soya y el pan. Mensualmente, debemos dedicar más de 33 millones de dólares para garantizar estos cinco productos. Esto significa que necesitamos aproximadamente 1,1 millones de dólares diarios para asegurar su disponibilidad.
“Sin intentar justificar la situación, es importante ilustrar a nuestro pueblo cuáles son las demandas que necesitamos para poder satisfacer la disponibilidad de estos productos. Por ejemplo, una tonelada de leche en polvo cuesta entre 4 700 y 4 900 dólares en este momento, mientras que en noviembre de 2018, ese precio era de entre 2 600 y 2 700. Esto muestra que los precios se han duplicado. Después de la covid-19, hemos enfrentado además un aumento en los precios internacionales debido a conflictos globales, lo que complica aún más la situación de un país como el nuestro, que está limitado y bloqueado”, sostuvo el ministro.
Explicó que Cuba necesita mensualmente 1 800 de leche en polvo para garantizar la alimentación de los niños, las dietas especiales y las embarazadas, solo para la canasta familiar. Esto representa un costo de 8,5 millones de dólares mensuales, solo para la leche en polvo. Debo señalar que este año hemos tenido algunos retrasos, y aunque hemos defendido y garantizado la alimentación de los niños de cero a dos años como grupo etario priorizado, no hemos podido garantizar la leche en polvo para los niños de dos a seis años en las provincias que reciben leche en polvo.
La leche fluida es recibida en Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, mientras que el resto de las provincias depende de la leche en polvo, qué sí es consumida en todo el país por los niños de cero a un año de vida, refirió.
Para el yogur de soya, que se le garantiza a los niños de siete a 13 años, se requiere de 1 500 000 dólares mensuales para producir lo que llega a 819 000 niños diariamente, 12 bolsas de yogurt mensuales por niño. Este año, debido a la falta de frijol de soya, hemos podido entregar solo cuatro bolsas de yogur de soya al mes, en lugar de las 12 que se establecieron.
En cuanto al aceite, el ministro apuntó que una tonelada cuesta aproximadamente 1829 dólares, y se necesitan 4 millones de dólares mensuales para garantizar el suministro a toda la población cubana. Este año hemos tenido incumplimientos en la entrega de aceite durante cinco meses.
El pollo tiene un costo de 1300 dólares por tonelada, y necesitamos 4,7 millones de dólares mensuales para garantizar el suministro a la población. Además, tenemos la responsabilidad de abastecer al sector de la salud, la educación y otros servicios esenciales, dijo.
En lo que respecta al pan, el ministro apuntó que “hemos tenido que reducir la ración de 80 gramos a 60 gramos debido a la falta de materias primas. Para garantizar el pan de la canasta, necesitamos hoy 425 toneladas de harina diariamente con esta norma de consumo, mientras que anteriormente requeríamos 800 toneladas. Una tonelada ronda los 400 o 500 dólares en el mercado cercano, pero los fletes encarecen mucho más el tiempo de traslado.
Añadió que esta reducción en el gramaje se ha hecho porque no disponemos de los financiamientos necesarios ni de los buques que lleguen a tiempo, pero es una indicación de la alta dirección del país retornar lo más rápido posible al pan de 80 gramos.
Se necesitan más de 13 millones mensuales para garantizar el pan, aún con todos los problemas que sabemos persisten en su calidad. A pesar de los desafíos, el aceite para la producción de pan está garantizado al 100%, dijo.
En cuanto a la compota, tenemos la responsabilidad de suministrarla a niños hasta los tres años, y hemos estado entregando 545 toneladas mensuales.
En resumen, para garantizar estos cinco productos básicos, necesitamos 33 millones de dólares mensuales. La mayoría de estos productos son subsidiados por el Estado y no generan ingresos en divisas, son para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo, remarcó López Díaz.
Este año, dijo, hay 44 millones de litros de leche de los 326 millones que están planificados, que no ha sido posible acopiar debido a varios factores en la agricultura.
El ministro señaló que se realizan ingentes esfuerzos y se trabaja todos los días para solucionar estos problemas y garantizar alimentos de calidad para nuestro pueblo, y en ese sentido reconoció el rol de los más de 100 000 trabajadores pertenecientes a la industria alimentaria.
“La canasta básica es una prioridad para este ministerio, y dedicamos mucho tiempo a buscar soluciones y enfrentar desafíos: cómo una fábrica láctea acopia la leche que muchas veces viene ácida porque no hay corriente en el termo, por atrasos en el combustible para la recogida, o porque llegó la materia prima a la industria pero no hay energía eléctrica y por lo tanto ese ciclo de producción impacta en la calidad del producto. No tenemos leche en polvo entonces para reconstituir y lograr restituir la calidad de esa leche que es leche que no llega oportunamente como leche fluida y tiene que destinarse a otro tipo de producción”, comentó el ministro.
No son menores los esfuerzos diarios para que la harina de trigo llegue desde el molino de La Habana a todas las panaderías de Cuba, a pesar de las dificultades en el transporte y los recursos, dijo.
Reconoció que también existen factores subjetivos que impactan negativamente en los resultados. “A veces esto depende del trabajo de nuestros cuadros y su capacidad, así como de su sensibilidad política y de actuar de forma diferente en las actuales condiciones en las que estamos”.
Al comentar sobre el resto de las producciones, el ministro dijo que, a pesar de las complejidades, existen reservas y potencialidades. “Hay capacidades en todas las provincias; contamos con una industria láctea, cárnica y pesquera, así como con café, entre otros, con un total de más de un millón de toneladas en capacidad productiva. ¿Dónde está el problema? Que no contamos con la materia prima”.
Reconoció además que la población tiene mucha insatisfacción con los resultados de la pesca. “Como ya hemos conversado antes, no tenemos la cantidad de peces en plataforma, pero tampoco las capacidades, debido a limitaciones en combustibles, embarcaciones y otros elementos. La falta de combustibles nos ha limitado la captura de 5,000 toneladas, y eso lo tenemos bien definido. Estamos apostando por la industria del cultivo”.
Agregó que existen potencialidades en la acuicultura. “Hoy, la captura ha crecido en más de 700 toneladas gracias a un programa de siembra de alevinaje que comenzó hace tres años”.
En otro momento del programa televisivo, el ministro comentó que los encadenamientos productivos han sido clave para la reanimación de la industria. En este sentido, subrayó la importancia de las alianzas con el sector no estatal, ante la falta de divisas. “Tenemos más de 200 encadenamientos productivos con el sector no estatal. A partir de un análisis que realizamos, se constató que solo en el primer semestre del año, las formas de gestión no estatal han importado más de 500 millones de dólares. Si se hubiese traído materia prima, las producciones se habrían multiplicado”.
Valoró de manera muy positiva el encuentro reciente con empresarios privados. “Podemos informar que, gracias a los encadenamientos, hemos producido más de 31,000 toneladas de alimentos, aunque sabemos que esto no satisface las necesidades de la población”.
“Prodal y la Cadena Cubana del Pan son buenos ejemplos de producción cooperada entre el sector estatal y el no estatal. Esa conjunción permite abaratar costos, lo que repercute en el precio final de los alimentos. Sabemos que estamos muy lejos de lo que podemos lograr”.
También se refirió a que en nuestro país existe una política de distribución de dietas de alimentos asociadas a diferentes afecciones médicas, así como a centros priorizados como escuelas y centros para niños sin amparo familiar.
El ministro se refirió a la transformación necesaria en la industria pesquera, en la que se priorizaría la cría en estanques para depender menos de la plataforma, e ilustró con los resultados que se han obtenido a partir de la cooperación con especialistas vietnamitas en la localidad pinareña de Los Palacios.
Diio que "en la pesca intensiva en jaulas en los embalses se estimaba un resultado de dos toneladas por hectárea, sin embargo, hemos logrado cuatro toneladas por hectárea, con tilapias de casi un kilogramo de peso. Es un buen resultado en tres meses".
La experiencia trasladada por Vietnam, más la buena alimentación y la tecnología aplicada contribuyen con ese resultado, agregó el titular de la Industria Alimentaria. Además, calculó que una jaula estaría dando 90 toneladas en un ciclo de un año.
"Estamos aprendiendo de los amigos vietnamitas para poder montar un esquema que nos permita desarrollar rápidamente estos resultados", dijo.
López Díaz recordó que el año pasado, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó trece nuevas medidas que impactarían favorablemente en el sector no estatal de la pesca comercial y no comercial. Por ejemplo, incrementar la potencia casi al doble de los motores de los barcos. También se autorizó la circulación de todas las embarcaciones que no estaban legales y se habían construido por alguna razón.
Asimismo, se quitó la limitación de la licencia recreativa y la licencia comercial del sector no estatal que antes también tenían tope. "Se dejó nada más el tope de la licencia submarina por el impacto ambiental que tiene y las recomendaciones de los propios especialistas".
"Estas medidas tienen como objetivo incrementar el esfuerzo pesquero y tener más recursos", reiteró.
El ministro se refirió también a la intención del Ministerio de desarrollar el tema de la energía renovable, porque esto tendría un impacto en los centros de alevinaje, teniendo en cuenta la situación electroenergética del país.
Igualmente mencionó que el Minal busca soluciones de alimentos locales para importar el mínimo de materia prima que podamos buscar para la sustitución de ese pienso que puede dar en lo intensivo un resultado importante.
Se está invirtiendo en embarcaciones y en plantas de hielo. "Hoy estamos concentrando esfuerzos financieros, recursos humanos, estamos apostando por la pesca y fundamentalmente por la pesca de la acuicultura, donde estamos seguros y ya se está demostrando, que podemos ir avanzando continuamente".
De acuerdo con el ministro, con estas medidas va a haber un crecimiento en la producción y la oferta.
Sobre por qué se exportan parte de los alimentos que producimos, comentó que "la pesca tiene un plan de ingreso en divisa de 90 millones. De esos 90 millones, tienen un peso importante la langosta y la anguila. Pero los volúmenes que dedicamos a la exportación no son significativos para resolver el problema alimentario de nuestro pueblo".
En cambio, dijo, "con esos 90 millones podemos garantizar la leche de los niños de cero a un año de vida".
El ministro reiteró que una de las principales limitantes de la economía cubana es la poca disponibilidad de divisas. "Hay que exportar y seguir buscando mercados de exportación. También tenemos la necesidad de buscar financiamiento a través de la inversión extranjera".
López Díaz afirmó que la industria alimentaria tiene hoy dos corporaciones que son las que patrocinan todos los negocios: tiene a Cuba Ron con más de 130 millones de ingresos planificados en el año; tiene al Grupo de la Pesca con noventa millones, pero tiene, también, a empresas como Havana Club Internacional y Bravo, así como a 18 empresas mixtas.
"Nos estamos proponiendo este año cerrar más o menos con siete nuevos negocios, a pesar de la persecución contra nuestros socios, a pesar de las limitaciones que nosotros tenemos hoy por el bloqueo", afirmó.
El ministro dijo que se buscan las vías para aumentar los ingresos en divisas y entonces "disponer de las finanzas para cumplir la misión que tenemos de las producciones con destino al consumo social de nuestro pueblo y a la canasta familiar normada".
En otro momento de su intervención, López Díaz se refirió al enfrentamiento a las ilegalidades en el sector. "Tenemos un cuerpo de inspectores y una oficina de inspección estatal con personal calificado, con más del 95% de completamiento".
Dijo que es responsabilidad del Ministerio cuidar la producción industrial de alimentos y que en todos los procesos se cumplan los requisitos de inocuidad, así como combatir la pesca ilegal y la comercialización de productos que procedan de estas actividades.
"Esto es un combate en serio, es complejo, estamos insatisfechos, hay impunidad", opinó al insistir en la necesidad de buscar nuevos métodos para frenar estos males.
Sobre el apoyo del Ministerio de la Industria Alimentaria a las provincias afectadas por el huracán Oscar y los sismos, comentó que se decidió movilizar recursos en coordinación con el Consejo de Defensa Nacional para entregar a la población agua, alimentos en conserva y productos adicionales.
Al finalizar, comentó que entre las prioridades del Minal de cara al cierre del año y pensando en 2025 está el diseño de un plan para dar respuesta a la canasta familiar normada y de esa forma aportar al bienestar de la sociedad
Por doquier, se ve la falta de inversiones en la
producción de alimentos en Cuba, esa y no hoteles e inmobiliarias y otras, debería
ser la primera prioridad, es suicida depender del exterior en muchos de los
alimentos que se consumen, es en el país donde hay que producirlos, a nivel de
municipio. Hay que aprovechar las ventajas competitivas en cada lugar para
producir alimentos y financiar las inversiones necesarias para ello, que
incluya la aplicación de energías renovables en todo el proceso de producción
de alimentos, mas incentivos a la fuerza de trabajo, etc.
La distribución del pan normado es casi un absurdo, se debe aspirar a tener todos los alimentos por la libre en suficientes cantidades , y a precios asequibles acorde a los salarios y que pueda satisfacer la demanda. Por ejemplo, hay quienes no consumimos pan, y se le da, como en el primer periodo especial con los cigarros y tabacos, los que no fumamos lo recibiamos, parece poco razonable igualmente.
Por otra parte, me gustaría que existiera coordinación o integración ¿ ? entre el MINAG, MINAL y el MINCIN, ¿ hace falta tanta burocracia para no satisfacer las necesidades?.
La primera necesidad del ser humano es alimentarse, lo demás
es complementario, aunque sean indispensables. Hay que tomar acciones para
autoabastecernos en lo fundamental de alimentos, lo otro es estar a merced de
otros y el mundo. Y eso nos conduce con frecuencia al fracaso.