Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 10 de febrero de 2023

VisionEs: Cuando el arroz no llega a la mesa

 El cereal escasea desde hace varios días en Sancti Spíritus, una situación preocupante que aborda esta emisión. Las modificaciones de algunos precios en los Joven Club de Computación y Electrónica también están incluidos en el noticiero, así como la evolución del proyecto Family’s Down



VisionEs, el noticiero del periódico Escambray, este 10 de febrero de 2023.

VisionEs, el noticiero de Escambray, presenta la emisión de esta semana en la que, como cada viernes, te actualizamos sobre lo que es noticia en el territorio y te ofrecemos materiales donde mostramos el día a día de los espirituanos.

Los Joven Club de computación y Electrónica de la provincia han incrementado el precio de algunos de sus servicios como parte de la implementación de la Tarea Ordenamiento. Los detalles, en este compendio informativo.

En Directo al Grano, la periodista Xiomara Alsina comenta sobre la escasez de arroz en el territorio a partir de una reciente entrevista a Ricardo García Hernández, coordinador de Programas y Objetivos del Gobierno en Sancti Spíritus, quien calificó de crítica la situación porque el cereal que logran comprar a los campesinos no satisface las demandas de la población.


https://www.youtube.com/watch?v=YH34056i22k&embeds_euri=https%3A%2F%2Fcubayeconomia.blogspot.com%2F&feature=emb_logo


De acuerdo con la literatura médica, el síndrome de Down se manifiesta en personas que nacen con una copia adicional del cromosoma 21 y estas pueden presentar problemas físicos y discapacidades mentales.

Como cada individuo con esta afección es diferente y puede llevar una vida feliz y productiva. Hoy, en Perfiles, llega hasta el set de Escambray la Máster en Ciencias de la Educación, Marly Linares Gómez, fundadora de Family´s Down; un proyecto que persigue, desde la cultura, alegrar la vida de niños que conviven con el mencionado trastorno cromosómico.

«Desguace» en el cañaveral

 Solo en el central Enrique Varona, en dos años los animales se han comido 448 hectáreas, el equivalente a más de 14 900 toneladas de caña

El ganado en las plantaciones cañeras, una realidad a la vista de todos, en cualquier zona del norte del municipio de Chambas. Foto: Ortelio González Martínez

Ni las trampas rompepatas ni las escasas cercas existentes han sido capaces de detener lo que algunos pobladores de la zona comienzan a llamar «el desastre».

Las plantaciones cañeras pertenecientes al central Enrique Varona, paralizado desde hace tres zafras por diversas razones –incluido el rendimiento agrícola, de apenas 32 toneladas por hectárea– hoy se muestran heridas por el ganado suelto.

Bastaron tres días de un recorrido «para verlo mejor». Las áreas cañeras y ganaderas del norte de Chambas semejan el potrero de Don Pío, donde las reses entran con piernas livianas, engullen caña de azúcar y regresan a los potreros, sin que alguien se interponga en su andar.

«Ahora es el ganado blanco. A partir de este mes comienzan a salir los búfalos y es cuando se formará la de San Quintín, no porque se fajen, sino porque el daño se incrementará», me aclaran.

¿TIERRAS DEL OESTE?

San Joaquín, La 25, Palo Seco, El Amoníaco, Puente Roto, Arabal, Anguillero, Palma, Monte Cacarrata, Crucero La Viuda, El Mangal, recuerdan aquellos pueblos que retrataban las películas del oeste: una calle o camino principal polvoriento, caballos amarrados a un poste, «arañas» (vehículos ligeros tirados por un caballo) que van y vienen cargadas, casi siempre de caña con su cogollo. Se observan hombres al estilo cowboy, con miradas huidizas, más si quien va en sentido contrario da la impresión de ser forastero.

A finales de mayo de 2014, hace casi una década, nuestro diario llamaba la atención sobre el asunto: El ganado ¿también muele caña? fue el título de aquel reportaje que retrató la realidad en una amplia franja destinada a la producción cañera, en el municipio avileño de Chambas.

Jorge Luis Ortega, entonces administrador de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Comunidad Las Palmas, aseveraba que «con el apetito que tienen esos animales sueltos, se comerán hasta las torres del central».

La afirmación pudiera parecer exagerada, pero si no se han comido las torres del ingenio es por el orgullo que queda en los azucareros de no dejarse arrebatar uno de los símbolos de la industria, todavía enhiesta en el municipio. Sin embargo, hoy la UBPC de marras no existe. Hubo que desintegrarla, y una de las razones, comentan allá, fue el daño animal, el desmoche de las áreas cañeras de la unidad.

Un atardecer en Biscusia remeda una escena del viejo Hollywood. Hombres a ambos lados del río: unos empeñados en enviar los animales a las cañas y los otros decididos a no dejárselas comer.

«Tenemos tres guardias de campo y un inspector», afirma Edel García Francia, administrador de la UBPC azucarera Biscusia. «Nosotros sí nos preocupamos por la caña que queda en la unidad. Llegamos a tener 57 000 toneladas molibles y hemos bajado a 38 000 en la presente zafra, por falta de recursos, desfase en el corte y, sobre todo, por el daño animal, razón por la cual hemos impuesto más de 50 advertencias a tenentes de ganado de la zona. El daño animal es responsabilidad de todos; queremos que haya leche, pero también que haya caña.

«La verdad es que el desorden nos ha llevado a que en Biscusia rechacemos la entrega de tierras siempre que no sea para caña –continúa Edel–, porque cuando las dan, falta el alambre, no tienen recursos y lo que hacen es pastorear en la caña; y no solo eso, también acaban con los canales del arroz y con todo, y son los primeros incumplidores de planes de producción de leche. Lo hemos dicho en todas las tribunas, con todos los factores presentes.

MÁS EMBESTIDAS QUE SOLUCIONES

–¡Qué esas vacas no son mías!, respondió el hombre encima del caballo.

–¡Que sí son tuyas! El ganado lo conocemos a la legua y sabemos de quién es. Verás, cógelas, cógelas, cógelas…

Bombero, Pinto, Pantera, Laika y El Yonki, un quinteto de perros inteligentes, que ladran y no muerden, sale disparado hacia el rebaño, que hasta ahora pastaba tranquilamente en uno de los cañaverales de la zona.

–¡Qué me las muerden, me las muerden y no hay con qué curarlas!

–¿Son o no son tuyas?, preguntan los cuidadores. A una orden, los perros vuelven a tranquilizarse y seguimos el camino.

Solo en el central Enrique Varona, «en dos años los animales se han comido 448 hectáreas, el equivalente a más de 14 900 toneladas que, si las hubieran vendido a 700 pesos como promedio, serían unos diez millones de pesos. Son cálculos estimados, porque es muy difícil conocer con exactitud el monto de las pérdidas en valores», asevera Leosdanys González Borges, director de Caña de la empresa agroindustrial azucarera Enrique Varona.

Heriberto Navarro Peña, director de la propia entidad, echa más leña al fuego o, mejor dicho, más sal en la herida abierta en el pecho de los cañaverales. «Estamos haciendo caña para que otros produzcan leche. Te pongo un ejemplo: la caña la pagan, como promedio, entre 700 y 735 pesos la tonelada, de acuerdo con la calidad. Si a esos diez millones de pesos le sumamos el gasto (20 000 pesos) en la preparación de una hectárea de tierra, la cifra se eleva a unos 19,4 millones de pesos cuando sumamos el total. Insostenible».

La ironía mayor es comprobar que ni siquiera dejando que sus reses se coman la caña ajena, los ganaderos chamberos honran los planes de entrega de leche; e, incluso, en el conteo de finales de 2022 «descubrieron» un faltante de 2 000 cabezas. O sea, el daño podía ser todavía peor.

Sean cuales sean las causas, los afectados no interponen demandas ante el tribunal. «En 2022, de la zona norte no tuvimos reportes de ningún caso relacionado con daños o perjuicios causados por animales a otra actividad productiva de una tercera persona, natural o jurídica, casos que debieron llegar amparados por medios probatorios que sustenten esa pretensión, pero no, no llegaron», asegura Deyli González Milián, presidenta de la Sala de lo Civil, Familiar, Administrativo, Mercantil, del Trabajo y la Seguridad social del Tribunal Popular Provincial.

Es algo así como un déja vu: los productores no le dan importancia al cumplimiento de sus responsabilidades, que son las de cuidar la caña y establecer las respectivas demandas cuando el hecho lo requiera.

También, en múltiples ocasiones, los afectados no disponen del sustento probatorio de los daños causados, con la documentación requerida y la inmediatez necesaria luego de consumado el acto ilícito, o, simplemente, no quieren sacarlos a la luz.

Un buen binomio hacen Leosdany y Heriberto. Están obligados a ponerse las botas de siete leguas si no quieren sucumbir ante las embestidas de los rumiantes. Si cumplen con lo que dicen –lo mismo que escuché decir a otros hace casi una década– habrá orden en el potrero de Don Pío.

 «Comenzaremos un proceso rápido, ordenado, unidad por unidad, productor por productor, para acabar con el daño animal de una vez y por todas.

«Hicimos un depósito estatal y recientemente creamos un cuerpo de inspectores internos. Tenemos seis inspectores. Vamos a defender la caña, a trabajar para que el conflicto sea lo más amigable posible, sin imposiciones, solo con lo que dicta la ley, los decretos. Nosotros tenemos hasta la posibilidad de decomisar las vacas; antes eso era facultad solo de la Agricultura. Queremos que haya leche y, a la vez, azúcar para endulzarla».

Soluciones existen a uno y otro lado del problema. Se precisa un cambio en la forma de actuar en el municipio, allí donde tiene lugar el daño animal a las plantaciones cañeras, porque todos han bebido en la jícara de la impunidad: desde los tenentes de ganado, con su actuar irrespetuoso del orden, la empresa ganadera, el sector estatal y el cooperativo y campesino (este último el que más daño hace), los inspectores de la Agricultura, hasta la Comisión Agraria, por otorgarles tierras a quienes no reúnen los requisitos.

La convivencia en armonía se logrará si se les rescinden las tierras, se les cambia el objeto social o se les prohíbe tener animales a aquellos dueños irresponsables que, en algún momento, recibieron tierras.

El daño hay que sacarlo del patio del central, y Azcuba debe comenzar a recuperar las buenas áreas si pretende salvar el estratégico sector azucarero, al menos, en la zona de Chambas, municipio con la mayor cantidad de cabezas de ganado en la provincia.

Antes de culpar al clima, a la falta de fertilizantes, de combustibles, de alambre; al desfase en el corte y toda la caterva de realidades existentes, hay que mirar hacia otro lado: hacia la disciplina y la necesidad del país de ambos sectores estratégicos, que tienen que convivir, porque los millones perdidos son los de las arcas menguadas del Estado.

Si los responsables tuvieran que pagar por su negligencia (o su mala fe), los animales no pastarían en el terreno de Don Pío.

Gestión de impactos para el desarrollo

 

Yilian Rodríguez Clavijo1  * 

Norma Rafaela Hernández Rodríguez2 

Graciela Castellanos Pallerols2 

Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba.

Centro de Estudios de Investigaciones Económicas Aplicadas, Universidad de Oriente. Cuba.

RESUMEN

La ciencia y la innovación desempeñan un notorio papel en el desarrollo de la sociedad cubana. Existen avances, pero también retos que ponen de manifiesto la necesidad de mejorar este proceso. Entre los desafíos destaca la búsqueda de nuevos enfoques de gestión que contribuyan al logro de los impactos esperados. Lo expuesto anteriormente constituye la base esta investigación, cuyo resultado es la propuesta de una herramienta metodológica para fomentar el tránsito a la gestión de impactos como proceso institucional orientado al logro de las transformaciones deseadas. Para obtener los resultados se utilizaron métodos teóricos, como el análisis-síntesis, el hipotético-deductivo y el sistémico-estructural. En el análisis empírico se aplicaron métodos que permitieron recoger e interpretar datos y tener una percepción directa del objeto de investigación. La aplicación de la propuesta en el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado demostró su validez.

INTRODUCCIÓN

En Cuba, tal y como se manifiesta en los Lineamientos de la Política Económica y Social (Escandell, 2016), urge situar en primer plano el papel de la ciencia y la innovación en todas las instancias, con una visión que asegure lograr a corto y mediano plazo los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social. Para ello es necesario profundizar en los avances y desafíos, así como generar nuevas alternativas que contribuyan a mejorar, en particular, los procesos de gestión de los resultados de proyectos de investigación-desarrollo e innovación (I + D + i) y materializar los impactos esperados.

Se denomina I + D + i, por la estrecha relación entre las actividades científicas e innovativas. En los proyectos de innovación se cierra el ciclo iniciado en los de investigación (básica y aplicada) y los de desarrollo (González, 2015). La ejecución de estos proyectos constituye un proceso clave en las entidades de ciencia del país, ya que, a partir de la aplicación de los resultados obtenidos, se debe contribuir de manera más significativa al desarrollo sostenible de la sociedad. Sin embargo, si bien existen expectativas, también se reconocen cuestionamientos sobre la viabilidad, alcance y tiempo de maduración de las tecnologías, así como de los impactos del proceso en el desarrollo (Daza, de Ita y Castilla, 2019).

Por lo antes expuesto, el objetivo de este trabajo es diseñar un modelo de gestión de impactos de los resultados de proyectos de I + D + i como herramienta metodológica para mejorar la gestión de la I + D + i para el desarrollo. Para lograr el objetivo propuesto, se analizaron fundamentos teóricos relacionados con la gestión de impactos de los resultados de proyectos de I + D + i como una alternativa para el desarrollo, lo que permitió aportar un concepto de este proceso desde el punto de vista institucional. Se presenta el modelo, así como las herramientas metodológicas para su operacionalización. Se concluye con el análisis de los principales resultados de la aplicación de esta propuesta en la entidad objeto de estudio, y se demuestra así su validez teórica y práctica.

DESARROLLO

El desarrollo de una región no solo depende de los factores productivos tradicionales (tierra, capital, trabajo), sino que también, en la actualidad, se incorpora la capacidad de los países para generar y aplicar nuevos conocimientos. De esto se deriva lo descrito como la emergencia de las economías basadas en el conocimiento (Fernández, Vega y Gutiérrez, 2011Lage, 2013). En este sentido, la ciencia y la innovación, a partir de la relación estrecha entre estos procesos analizados como I + D + i, tienen un papel crucial que impactaen la vida cotidiana y en la sociedad en su conjunto (Polino, Fazio y Vaccarezza, 2003Rodríguez, 2015Rodríguez et al. 2018).

En América Latina y el Caribe (ALC) e Iberoamérica, si bien se muestran avances en este sentido, se refieren insuficiencias principalmente asociadas a los procesos internos de gestión de la I + D + i (Albornoz, Barrere y Sokil, 2017; Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT, 2017). Se reconoce el papel de las instituciones universitarias, que ganan protagonismo por el enfoque de gestión más cercano a las demandas de desarrollo. Sin embargo, se plantea que estas se consolidan mayormente como centros de investigaciones básicas y aplicadas y, en menor medida, de desarrollo tecnológico. Esto se debe, entre otros aspectos, a la incipiente vinculación de la investigación universitaria con el contexto socioeconómico (Albornoz et al., 2017).

En Cubase describe la situación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), según datos estadísticos de la ONEI (2018), RICYT (2018), estudios realizados por Núñez y Montalvo (2015), y Cabal y Rodríguez (2015). Resalta el limitado impacto de la I + D + i en el desarrollo del país. Esto, sin dudas, muestra un escenario contradictorio que requiere cambios sobre la base del análisis de las principales limitaciones y las potencialidades de este proceso en la Isla.

En un debate crítico sobre los problemas del SNCTI en el contexto cubano, realizado por Núñez y Montalvo (2015), se constatan cuestiones de tipo estructural y otras relacionadas con problemáticas de los recursos financieros. En esencia, se plantea que la política de ciencia e innovación establecida en el país no ha logrado generar interacciones sistémicas entre actores colectivos que faciliten los procesos de I + D + i. Se concuerda con los autores y se considera vigente este planteamiento.

En relación a las universidades como promotoras de desarrollo, Ortiz et al.(2014) destacan la necesidad de lograr una gestión eficiente, eficaz y consecuente con los cambios que genera el entorno, para lo cual se requiere de mejoras en la planificación, organización, implementación y control de sus procesos. Por su parte, Castro, Díaz y Benet (2015) plantean que debe lograrse una mayor percepción pública de los resultados de los centros científicos a partir del análisis de la relación entre la gestión del desarrollo, las entidades de ciencia y los sistemas locales de innovación.

De igual forma, Rodríguez (2015) hace referencia a que la educación superior cubana necesita incrementar los resultados de proyectos y realizar gestiones para elevar su impacto en la economía y la sociedad. Además, plantea como una de las principales problemáticas la identificación, diseño y evaluación de estos impactos. En este sentido, es necesario extender este criterio hasta todo el SNCTI, con énfasis en las entidades de ciencia tecnología e innovación (ECTI), debido a la función de estas instituciones en la sociedad.

La gestión de impactos de los resultados de proyectos de I + D + i. Una alternativa para el desarrollo

Impacto proviene de la voz impactus, del latín tardío, y significa, «impresión o efecto muy intensos dejados en alguien o en algo por cualquier acción o suceso». Este término, asociado a la cuestión ambiental, definido como «conjunto de posibles efectos negativos sobre el medioambiente de una modificación del entorno natural como consecuencia de obras u otras actividades» (Libera Bonilla, 2007).

El concepto de gestión de impactos, desde los aportes de la literatura, aparece asociado fundamentalmente al contexto ambiental. Con la responsabilidad social (RS) aparece la gestión de impactos como eje central de este proceso. La RS es entendida como el compromiso de las organizaciones con los impactos que generan en su entorno interno y externo. También es reconocida como una teoría de gestión que debe asumir la organización en todas sus funciones básicas para maximizar los impactos positivos y minimizar los negativos. En esencia, se plantea que la gestión de impactos es la forma más práctica de hacer referencia a la RS (Vallaeys, 200720142018Vallaeys y Sasia, 2009).

Según Villamizar (2012), la gestión de impactos también es definida en términos de compromiso con la comunidad. Por otra parte, Gaete (2011) opina que la RS tiene una doble orientación relacionada con los valores y principios institucionales y la gestión de impactos generados para satisfacer a los beneficiarios desde la triple perspectiva económica, social y ambiental. Por su parte, Núñez y Pérez (2009) plantean que la definición de RS, sustentada en impactos, facilita su gestión a partir del diseño de indicadores para verificar el cumplimiento de la misión universitaria.

Para una mayor comprensión de la connotación de la gestión de impactos en el proceso de RS, se realizó un análisis de diferentes definiciones. Se corrobora que la RS es entendida en términos de responsabilidad, compromiso, confianza, colaboración y respeto hacia el entorno. Esta fomenta prácticas, valores y principios para minimizar impactos negativos y maximizar los positivos, a partir de las expectativas y la participación de los grupos de interés. Con el fin de lograr estos objetivos, aparece implícita o explícitamente la gestión de impactos como proceso cualitativamente superior y eje central del proceso.

A partir de las definiciones de RS y la connotación del término, se propone como concepto de gestión de impactos al proceso institucional que favorece la integración de los procesos científicos y de innovación con los de participación de los beneficiarios, para contribuir a la satisfacción de demandas de desarrollo, a partir de la planificación, organización, dirección y control de los impactos.

El propósito de esta investigación es lograr un nuevo enfoque metodológico que entienda la institucionalización de la gestión de impactos como una práctica necesaria en las organizaciones de I + D + i. Para ello se analiza la distinción entre resultados e impactos como una de las principales limitaciones del proceso.

Diferenciación entre resultados e impactos

En la literatura pueden encontrarse tanto conceptualizaciones como enfoques relacionados con los términos resultados e impacto. En la Tabla 1 se muestran varias definiciones de estos términos. Con ello se establecen las bases de una definición ajustada a los objetivos de esta investigación. Además, se aprecia el uso indistinto de los términos cambio o efectopara referir las modificaciones o transformaciones producidas con el desarrollo de actividades organizacionales, una intervención, un programa o un proyecto.

Tabla 1 Distinción entre resultados e impactos 


Para Casanova, Saavedra y Fernández (2011) los resultados incluyen los impactos. Si bien este fundamento se basa en la lógica general de la palabra resultado, esta es una de las cuestiones que introduce confusión en términos de planificación, organización y control. En sentido general, no existe un consenso en los aportes conceptuales, lo que en el orden práctico limita el diseño de propuestas y su gestión.

En las condiciones de desarrollo en Cuba, el impacto de la I + D + i es definido como un cambio o conjunto de cambios duraderos en la sociedad, la economía, la ciencia, la tecnología y el medioambiente, que mejoran sus indicadores como resultado de la ejecución de acciones de I + D + i que introducen valor agregado a los bienes, servicios, procesos y tecnologías (Quevedo, Fazio, y Vaccarezza (2002); Saucedo, 2010).

La concepción planteada tiene una orientación al desarrollo y a la constante preocupación por lograr conectividades. Para Quevedo, Fazio, y Vaccarezza (2002), sin resultados no hay impactos, pues no es solo el resultado es, además, su efecto, su repercusión en las personas, la economía y la sociedad. En resumen, existe una estrecha y evidente relación entre los términos resultados e impactos, pero, a su vez, también es necesaria su diferenciación. Para cubrir los objetivos de esta investigación y distinguir las terminologías se asume que:

  • Resultado: es el efecto directo de la I + D + i, que responde a problemas y objetivos previamente determinados, materializado en productos teórico y/o prácticos y validado a través de su impacto.

  • Impacto: es el cambio favorable, relevante y duradero como resultado de acciones de I + D +i, expresado en indicadores objetivos y verificables para constatar la contribución al desarrollo.

Las acciones I + D +i son las que se organizan en los planes de ciencia e innovación de las organizaciones, en los de negocios, inversiones, desarrollos tecnológicos, transferencias de resultados, procesos tecnológicos, comercialización de productos u otras acciones (Quevedo, Fazio, y Vaccarezza 2002).

En Cuba, constituye un desafío determinante lograr no solo los resultados de la I + D + i, sino también sus impactos en el desarrollo. Este hecho requiere la búsqueda e implementación de nuevas formas de gestión que complementen las existentes, sobre la base de un mayor compromiso, participación, coherencia, eficiencia y eficacia de la I + D + i.

Modelo de gestión de impactos de los resultados de proyectos de I + D + i

El modelo propuesto atiende la necesidad de maximizar la contribución de la I + D+ i al desarrollo a partir de programas o carteras de proyectos. En la Figura 1se advierte la concepción de evaluación a la de gestión de impactos para contribuir a este objetivo.


Figura 1 Modelo de gestión de impactos de los resultados de proyectos I + D + i. 

En el diseño de la propuesta se precisaron las entradas, con énfasis en la necesidad de identificar prioridades de impacto, los proyectos de I + D + i con capacidad de respuesta a estas prioridades y las expectativas de los grupos de interés. Para el desarrollo del proceso se consideraron cuatro funciones de la gestión: planificación, organización, dirección y control. En el caso particular de la dirección, se definió como función transversal por su interrelación con las restantes, pues durante todo el proceso se debe dirigir, coordinar esfuerzos y tener en cuenta elementos clave, como la toma de decisiones, la comunicación, la motivación y el liderazgo. Como salidas se obtuvieron mejoras en la gestión de la ciencia y la innovación para el desarrollo.

Las premisas para la implementación del modelo son (1) existencia de una favorable capacidad de gestión de proyectos desde un enfoque socialmente responsable; (2) presencia de una favorable capacidad institucional de diseño de proyectos de I + D + i y (3) posesión de un enfoque en procesos y mejora continua.

Para la evaluación de las dos primeras premisas se definió el procedimiento para la determinar la capacidad de gestión de proyectos desde un enfoque socialmente responsable y el procedimiento para analizar la capacidad institucional de diseño de proyectos de I + D+ i. La tercera premisa se puede corroborar con la implementación del sistema de gestión de la calidad.

La definición de las entradas se realizó teniendo en cuenta:

  1. La identificación de las prioridades de impacto: se analizó la información referida a las principales necesidades de transformación, tales como documentos rectores de la I + D + i del país, el CITMA, el Ministerio de Educación Superior MES, las universidades, las empresas, entre otros.

  2. La selección de los proyectos de I + D + i: se evaluaron proyectos con destinatarios y/u objetivos de impactos diferentes para contribuir a la toma de decisiones sobre cuáles proyectos implementar. Con este fin, debe considerarse la importancia, posibilidad de éxito y capacidad financiera,

  3. La identificación del nivel de expectativas de los grupos de interés: se debe a) listar todos aquellos grupos de interés que esperan lograr cambios con el desarrollo de los proyectos de I + D + i, y b) seleccionar la muestra e identificar el nivel de expectativas. Además, es preciso involucrarlos durante todo el proceso de gestión de impactos como factor determinante para su éxito

Para operacionalizar las tres etapas del proceso se diseñaron las herramientas que se muestran en la Figura 2.



Figura 2 Procedimientos y metodologías para la implementación de las etapas del modelo. 

Para la evaluación de las salidas, se consideraron las mejoras en la gestión de la ciencia e innovación para el desarrollo, sobre la base del cumplimiento de los objetivos de impactos previstos.

La validación teórica del modelo se realizó se propuesta de Berenguer (2018). En el proceso participaron especialistas de la Delegación Territorial del CITMA de Santiago de Cuba y miembros del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA). Se procesaron los datos en el paquete estadístico SPSS 22. La Figura 3 muestra los resultados de las medias por variables. Se concluye que el modelo es válido cualitativamente, con un Alfa de Cronbach igual a 0,832.



Figura 3 Calificación media de los parámetros de validación del modelo. 

Aplicación del modelo en el CNEA

El CNEA es una ECTI con categoría de centro de investigación, adscripta a la Universidad de Oriente (UO), creada en 1992. El carácter multidisciplinario de sus investigaciones distingue el alcance de sus resultados e impactos en diversas ramas socioeconómicas del país, como la industria, la salud, la agricultura y el medioambiente.

El CNEA reconoce la necesidad de maximizar su desempeño para garantizar el autosostenimiento económico y satisfacer las demandas internas y externas de desarrollo. Para ello se aplicó el modelo, y se consideraron las potencialidades de su cartera de proyectos y las necesidades de los grupos de interés. Esta aplicación permitió definir y lograr objetivos de impactos medibles y verificables. Los problemas de desarrollo identificados fueron:

  1. Limitado nivel de introducción de resultados.

  2. Insuficiente nivel de ingresos.

  3. Ineficiencia en sistemas ingenieros (generadores de vapor) en universidades del país.

  4. Efectos negativos por tratamiento con radioterapia en pacientes con cáncer.

  5. Efectos negativos en el medioambiente por emisión de gases a la atmósfera.

En la Tabla 2 se muestran los resultados de la definición y evaluación de los objetivos e indicadores de impacto.

Tabla 2 Objetivos e indicadores de impactos antes y después de aplicación del modelo 


Análisis de los resultados de la relación línea base/metas

Es importante destacar que, con el fin de definir los valores de las metas a partir de la planificación definida en los proyectos, se utilizó el método envolvente de datos (DEA). Este constituye una alternativa que ha permitido definir los valores máximos de producción de los proyectos con objetivos de impacto similares. Se basa en el cálculo de la eficiencia, y se toma como punto de partida la estimación del uso óptimo de los recursos para obtener mayores resultados. Se llegó a las conclusiones siguientes:

  1. Análisis de los resultados de la relación metas/real: es valorada de eficaz, ya que se cumplen o sobrecumplen las metas previstas.

  2. Análisis de los resultados de la relación línea base/real: es valorada de eficaz, ya que se logran los objetivos de impactos.

Es importante destacar el cumplimiento de la estrategia institucional asumida para el logro de los objetivos de impacto con énfasis en la colaboración, ya que el 92,85 % de los proyectos tienen respaldo internacional. Se lograron becas para estancias de investigación y doctorados conjuntos. Se adquirieron recursos materiales y se mejoró la infraestructura en los laboratorios, con impacto directo en la formación de capacidades científicas e innovativas.

De igual forma, el fortalecimiento del vínculo CNEA-empresa y, en sentido general, con otras entidades del territorio para la transferencia de resultados se materializó en el aumento de convenios de colaboración, contratos y la participación en proyectos empresariales. Otro factor determinante fue la concepción del posgrado con la introducción y generalización de resultados del centro en diversas organizaciones del territorio.

Se analizaron, además, otros aspectos que incidían en la gestión de la I + D + i, entre los que se encuentran:

  1. Deficiencias en la definición de resultados e impactos: se trasformó el diseño de los proyectos a partir de una mejor identificación de los resultados e impactos. Se estableció la cartera de resultados definida en las diferentes etapas del ciclo de la I + D + i.

  2. Insuficiencias en la evaluación de los resultados e impactos: se implementaron procedimientos que permitieron mejorar el proceso.

  3. Insuficiencias en el ciclo cerrado de las investigaciones: se logró la organización de la estructura de proyectos para garantizar el ciclo cerrado de la I + D + i.

Por los resultados obtenidos se evalúa como favorable la aplicación del modelo en el CNEA.

CONSIDERACIONES FINALES

La investigación corroboró que la gestión de impactos de los resultados de los proyectos de I + D + i constituye un proceso necesario en la búsqueda de alternativas que mejoren la gestión para el desarrollo. Esto permitió fundamentar la necesidad de un modelo que facilitara el logro de este propósito. La aplicación del modelo de gestión de impactos demostró la conveniencia de su utilización como herramienta metodológica para la gestión de la ciencia y la innovación, así como para el proceso de mejora continua y toma de decisiones en el CNA. Además, se observó la posibilidad de su aplicación en otras organizaciones similares.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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1Códigos JEL: 032

Recibido: 26 de Septiembre de 2021; : de ; Aprobado: 23 de Enero de 2022

* Autor para la correspondencia: yilian_rc@uo.edu.cu

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

Yilian Rodríguez Clavijo: se encargó del diseño de la investigación, búsqueda bibliográfica, análisis e interpretación de los resultados y redacción del artículo.

Norma Rafaela Hernández Rodríguez: se ocupó del análisis e interpretación de los resultados y de la redacción del artículo.

Graciela Castellanos Pallerois: se encargó del análisis e interpretación de los resultados y de la revisión del artículo.