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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 18 de junio de 2017

John Müller: “la economía de Trump es pan para hoy y desorden para mañana“

JAVIER GARCÍA 19 Junio 2017 0

El gran periodista chileno John Müller ha coordinado un nuevo libro. Primero hablamos con él tras deconstruir a Podemos, después de sus Leones contra dioses, y ahora, como no, de Trump. Hubo una corriente de opinión que rápidamente asoció: empresario, rico, de derechas y populista igual a liberal. Pero la realidad es mucho más compleja. De tal modo que John ha coordinado un libro con un buen abanico de autores que demuestra (creo que de forma muy contundente) que No, no te equivoques, Trump no es liberal.

:: John, ¿tantas dudas existían sobre el liberalismo de Trump que habéis tenido que escribir un libro explicándolo?

Desde 2016 ha cuajado un intento deliberado de apoderarse de la etiqueta “liberal” tanto por los conservadores como por algunos centristas que en realidad están más cerca de la Socialdemocracia. La marca “liberal” vende, sobre todo entre los jóvenes. Esto hizo que en el debate público español y europeo se intentara hacer pasar a Trump como defensor del liberalismo cuando no lo es. El título de la obra es una provocación del marketing porque no pretendemos repartir carnets de liberalismo. De hecho, entre los mismos autores tenemos importantes diferencias sobre el asunto. Pero el libro es un intento, por la vía de desenmascarar las políticas de Trump, de dejar claro que es un populista conservador y un enemigo de la globalización, que es lo que más nos preocupa.

:: Si tuvieras que identificar los 3 peligros de la forma de actuar del presidente americano, ¿cuáles dirías?

Tres peligros que veo claramente en su forma de conducirse son: su populismo, su incontinencia y su desprecio por el débil. El populismo le obliga a gustar a los suyos y a disgustar a los que no lo son, pero manteniendo siempre el rating, la atención, muy alto. Su incontinencia le lleva a desmadrarse en twitter, que es donde realmente es auténtico. Ahí es donde polemiza con un alcalde musulmán y reparte collejas a los empresarios. Y su desprecio por el débil lo disfraza de incorrección política, pero en realidad es simplemente un adulto maleducado.

:: El listado de nombramientos que hizo Trump, y que se resume en el capítulo de Toni Roldán, solo me lleva a una pregunta: ¿el presidente que decía acabar con los lobbies de Washington lo que hizo fue meter a los lobbies a gobernar?

Es que lo de que iba a acabar con los lobbies era un cuento chino. Trump construyó la imagen de que era un empresario hecho a sí mismo (quebró varias veces), un tipo rudo que llegaba con una escoba para barrer en Washington, cuando en realidad es un niño criado con cubiertos de oro, cuya primera empresa la montó con 14 millones de dólares que le dejó su papá. ¿Cómo iba a acabar con los lobbies un tipo que se ha dedicado a la construcción toda su vida?

:: “Estados Unidos le ha dado la espalda al mundo” dice el presidente Macron, ¿estás de acuerdo? ¿Estamos ante una oportunidad para que en Europa nos pongamos las pilas y lideremos más en el mundo?

No estoy de acuerdo con Macron. EEUU no le ha dado la espalda al mundo, lo sigue mirando de cara y lo conoce perfectamente. Lo que Trump quiere es que EEUU siga siendo la primera potencia del planeta, pero que reciba las rentas que él cree que se merece simplemente por eso. Él quiere que los demás países financien la primacía militar norteamericana. Quiere que los países que aceptan comerciar libremente con EEUU ahora paguen peajes y financien las ineficiencias de su economía. Quiere que se reconozca que EEUU por ser quien es reciba un plus en todos los terrenos. Trump va a convertir a EEUU en una potencia extractiva que va a succionar recursos de todos los demás. Va a ser un cambio radical del sistema mundial. No se trata de simple aislacionismo, como en la década de 1920, esto es mucho peor.


:: María Gómez ha escrito un fantástico y documentado capítulo hablando de la América que votó a Trump, ¿qué factor determinante o factores le han llevado a la Casa Blanca?

El capítulo de María Gómez Agustín es soberbio. Todos los autores se han esmerado, pero algunos tienen más ideas (análisis) que datos, y el de María tiene las dos cosas en cantidad. Y ella explica con claridad un cambio clave en la sociedad norteamericana tras la crisis de 2008: que los empleos creados por Obama no volvieron a las personas que los perdieron. Los hispanos, que forman menos del 15% de la fuerza laboral de EEUU se han llevado la mitad de los nuevos empleos. Esto explica el descontento del hombre blanco, del descendiente del wasp (blanco, anglosajón y protestante), que ha sido la columna vertebral del trumpismo.

María responde con agilidad a una cuestión que el premio nobel Angus Deaton ya nos comentó en una visita a España hace años. Él había detectado que aunque EEUU volvía a los niveles de empleo de antes de la crisis, la gente no estaba contenta. Y una de las razones del descontento es lo que se explica en ese capítulo.


:: He visto en los últimos meses un trabajo de unión de la prensa y los ‘periodistas de raza’ que analizan y miran con lupa a Trump, ¿qué papel juega la prensa ante políticos y actitudes populistas?

Un papel complejo, porque una parte de la prensa es utilizada a placer por los populistas y la prensa independiente y rigurosa, aunque diga verdades como templos, no logra calar en los cerebros porque al populista la gente le entrega su corazón. La prensa sólo volverá a ser útil cuando ya sea tarde y el populismo confirme, una vez más, que termina perjudicando precisamente a los que más dice proteger.

:: “El populismo antiinmigrantes de Trump es muy poco norteamericano”, sentencia en el libro Ian Vásquez, ¿Cómo es posible que un país gestado con inmigrantes, algunos de ellos los responsables de las mejores empresas, que bombean riqueza y empleo, haya comprado este discurso?

No es un fenómeno único de EEUU. También en el Reino Unido y en Francia, que tuvieron extensos imperios coloniales, se está dando. Esta es una batalla que divide a las naciones. En EEUU la actitud de las élites hacia la libertad de movimientos es positiva, saben que la capacidad de innovación del país depende de que se mantenga abierto a otras personas, a otras influencias, a otras ideas. Pero casi seguro que la mitad del país no cree en esto. Detrás está la xenofobia y el racismo que no son más que expresiones de miedo. Y el gran generador de miedo hoy es el terrorismo de Isis que se incardina coherentemente en la tesis del choque de civilizaciones que planteó Huntignton.

:: Jorge Dezcallar de Mazarredo, exembajador de España, dice en el libro, y cito: “Con Trump vamos a pasar del mundo de cooperación multilateral favorecido por Obama, con instituciones fuertes para la resolución de conflictos internacionales, a un mundo multipolar caracterizado por la tensión permanente entre países y grupos de países (Estados Unidos, China, la UE, la India, Rusia, Brasil, Nigeria…), en un ambiente de proteccionismo y de desconfianza y con instituciones de gestión de crisis debilitadas, lo que augura un ajuste gradual y preñado de inestabilidad…” ¿Qué riesgos ves a medio plazo si todas esas promesas de Trump y forma de actuar se siguen consolidando?

La principal consecuencia va a ser la desglobalización, un término que no significa que la globalización vaya a desaparecer -cosa que me parece imposible-, pero sí que se va a frenar. Y si se frena, la capacidad de la globalización de generar cambios será limitada. Vamos a tener una resurrección del Estado-nación, menos comercio internacional, menos innovación, más controles, más trabas…


:: Una cosa que sorprende, en teoría de un empresario que cree que un país es una Empresa –equivocándose de forma estrepitosa, como lo explicáis bien en el libro-, es que sus propuestas fiscales y financieras –que caben en una página, pedazo de rigor-, tienen unas consecuencias que como explica Juan Rallo “implica aumentar el endeudamiento público de los estadounidenses en más de 3 billones de dólares”. Básicamente se trata de bajar impuestos a ciertos colectivos (ya sabemos a quién) y subir gastos… ¿Estamos ante un riesgo nuevamente de recesión si la economía americana entra en un severo déficit? ¿Esta medida se la puede ‘comprar’ el partido Republicano y el Congreso?

El planteamiento fiscal de Trump consiste en que sus hijos y nietos paguen la fiesta que el quiere dar en Washington. Rallo explica muy bien lo que hay detrás de su Presupuesto. La verdad es que está cometiendo exactamente los errores que Paul Krugman describió en su famoso ensayo “Un país no es una empresa”, que escribió para Ross Perot. El empresario sabe que si invierte y expande su capacidad de producción, venderá más, lo que puede mejorar su excedente. Cuando gobiernas un país, si la inversión fluye hacia ti y expande tu PIB lo más probable es que tarde o temprano en vez de un superávit surja un déficit. Dado que la balanza está en equilibrio, un país con superávit siempre es un inversor neto en el exterior. Pero eso no resulta tan obvio para un empresario.

La economía de Trump es pan para hoy y desorden para mañana. Tendrá una fase de crecimiento y después se estancará. Sin duda que los desequilibrios y el desorden de las cuentas públicas no auguran nada bueno, aunque no sabría determinar si producirán una recesión o un estancamiento.

La FED se arriesga


La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se está arriesgando. El 14 de junio, el Comité de Política Monetaria de la Fed elevó su llamada tasa de interés 'política', que establece el piso para todas las tasas de interés para préstamos en los EE.UU. y, a menudo, en el extranjero. Esto significa que el coste de los préstamos para gastar en las tiendas o para invertir en la expansión de negocios se elevará.
Si, el incremento fue solamente de 25 pb (0,25%), del 1% al 1,25%, pero la Fed claramente pretende llevar a cabo nuevos aumentos (hasta quizás un objetivo del 3%). Ya ha detenido su programa de flexibilización cuantitativa (para aumentar las reservas bancarias).
Y ahora se está aumentando el precio del dinero, así como la reducción de la cantidad disponible de este. Cada vez será más difícil conseguir dinero.
La Fed está haciendo esto porque cree (o tiene la esperanza) de que la economía de Estados Unidos esté ya en la vía de una aceleración sostenida del crecimiento del PIB real hasta recuperar el nivel tendencial del 3%  o más anterior a la Gran Recesión. La Larga Depresión, por lo menos en los EEUU, se ha acabado, según la Fed.
Sin embargo, hay indicadores de la economía de Estados Unidos que la Fed interpreta mal. En primer lugar, la Fed cree que la inflación de precios en las tiendas y los servicios domésticos se situará en una media anual del 2% o más y por lo tanto necesita aumentar las tasas para controlar la inflación. Y sin embargo, las últimas cifras de la inflación publicadas esta semana muestran que se está desacelerando, no acelerando. En abril, la inflación personal del consumidor en EEUU cayó de nuevo al 1,7% anual (la inflación subyacente es del 1,5%), tras tres meses de poco o ningún aumento. A pesar de que el mercado laboral es 'rígido' con una tasa de desempleo muy baja, hay poca o ninguna aceleración en el aumento de los salarios y el gasto en consumo es débil.
Esto va muy en contra del pensamiento económico keynesiano tradicional de que los mercados de trabajo rígidos conducen a un aumento de los salarios y la inflación, en la llamada curva de Phillips.  En la década de 1970 se demostró que la relación entre una baja tasa de desempleo y el aumento de la inflación era erronea porque las economías capitalistas tuvieron a la vez un alto desempleo e inflación: la estanflación. Ahora la Fed se enfrenta a una baja tasa de desempleo y una baja inflación: ¿el 'estancamiento secular' ? La curva de Phillips no está funcionando.
El Comité de la Fed está ignorando los bajos datos de inflación y en su lugar está haciendo hincapié en el impulso del crecimiento económico que está por venir. Sin embargo, los últimos datos del PIB real no justifican ese optimismo. En el primer trimestre de 2017, el crecimiento anual del PIB real fue sólo del 1,2%. La mayoría de las previsiones para el actual trimestre (abril-junio) sugieren una tasa de crecimiento anualizada de 2,5%. Eso significa que en la primera mitad del año, la economía de Estados Unidos crecería en torno al 1,8% anual, en realidad menos que en 2016.
La Fed prevé un 2,2% para el conjunto de 2017 – por debajo de las tasas de crecimiento previas a la crisis. Pero incluso para alcanzar ese 2,2% se requeriría una tasa de crecimiento anual del 2,6% para la segunda mitad de 2017. De hecho, la Fed espera una tasa de crecimiento de sólo el 2,1% el próximo año y un 1,9% en 2019, con una tasa de crecimiento a largo plazo de tan sólo el 1,8 %. Esto está muy lejos de las proyecciones de Trump de un 3-4% anual que cree que se pueden lograr. De hecho, como demuestra John Ross en una excelente nota, el capitalismo de Estados Unidos ha mostrado consistentemente una tendencia a la baja en las tasas de crecimiento, sobre todo en el siglo XXI. Y esto es debido a la desaceleración de la inversión empresarial.
Todo esto sobre la base de que no habrá una nueva recesión antes de 2020. Y ese es el riesgo. Aumentar el coste de los préstamos cuando la economía está creciendo solo moderadamente y la inflación es baja ejercerá presión sobre las empresas endeudadas, provocando una nueva reducción de la inversión e incluso quiebras. La deuda de las empresas de Estados Unidos nunca ha sido mayor porque las empresas han acumulado bonos y préstamos a tasas muy bajas de interés. El aumento de los costes de los préstamos podría comenzar a transformar la recuperación en recesión.
Algunos keynesianos reconocen que la Fed debería cambiar su objetivo de inflación al 4% y que no debería aumentar su tasa de política hasta que la inflación no llegue a ese nivel. Otros dicen que permitir que la inflación llegue a ese nivel y mantener las tasas de interés bajas por mucho más tiempo crearía una enorme burbuja de crédito financiero que podría ser incontrolable cuando la economía se acelere. En otras palabras, la economía convencional está volando a ciegas, sin saber qué hacer.
Cuando la Fed comenzó su plan de aumentos en diciembre pasado, advertí que la Fed estaba arriesgándose a que, dada la débil inversión empresarial, el aumento progresivo de las tasas de interés podría poner en dificultades a un sector de empresas estadounidenses y desencadenar una nueva recesión o una depresión. De hecho, esa fue la razón por la que la Fed frenó nuevas subidas durante un tiempo. Pero ahora está de nuevo saltando hacia lo desconocido.
Es cierto que, después de caer en la mayor parte de 2016, las ganancias empresariales en Estados Unidos se han recuperado un poco en 2017. Sin embargo, las ganancias empresariales cayeron de nuevo en el Q1 de 2017, aunque fueran un 3,7% más que el año pasado. Pero sólo incluyendo las ganancias del sector financiero: las ganancias del sector no financiero se han reducido este año.
A nivel mundial, los beneficios empresariales también han crecido. El banco de inversión JP Morgan ahora sigue de cerca la relación entre los beneficios empresariales globales y la inversión empresarial (¡por lo menos un conjunto de economistas ortodoxos reconocen la importancia de los beneficios en las economías capitalistas!). Mis lectores ya saben que hay una estrecha relación entre beneficios, la inversión y el crecimiento en las economías capitalistas. JPM cree que los beneficios globales están aumentando un 5% anualmente y, por lo tanto, proyectan un aumento similar de la inversión y el crecimiento. Así que tal vez la mejora de los beneficios, la inversión y el crecimiento en Japón y Europa va a compensar la debilidad recurrente en los EEUU. Veremos.
Por otra parte, la tasa de interés en los EE.UU. también impulsa las tasas de interés a nivel mundial, dado el potente papel del capital estadounidense. No ha habido una reducción real de la acumulación de la deuda del sector privado en las economías más importantes, que tuvo lugar en la década de 2000 y culminó en la crisis global de crédito de 2007. Esa deuda se acumuló en un contexto de condiciones favorables al endeudamiento: bajas tasas de interés y crédito fácil. Entre 2000 y 2007, la proporción de la deuda mundial del sector privado en relación con el PIB aumentó de alrededor de 140% a 163%, según el FMI.
En las economías emergentes, después de la Gran Recesión, el aumento de la deuda del sector privado ha sido masiva. La mayor parte de esta deuda adicional es el resultado del endeudamiento de las empresas en estos países para aumentar la inversión, pero a menudo en áreas improductivas como la propiedad y las finanzas. Y gran parte de estos créditos adicionales se realizó en dólares. Así que la decisión de la Fed de elevar el coste de los préstamos en dólares hará crecer este endeudamiento empresarial. La relativa recuperación de los beneficios empresariales globales y la actividad económica en la última parte de 2016 puede no durar hasta finales de 2017.

es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2017/06/15/taking-a-risk/
Traducción:
G. Buster, Sin Permiso