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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Precisiones sobre la reforma integral de salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social (+ Video)

 Cubadebate

 

La Tarea Ordenamiento, a partir del primero de enero, conllevará una transformación de los ingresos en el país, con la reforma integral de salarios, pensiones y prestaciones de la seguridad social como uno de los pilares del proceso.

Desde que se dio a conocer la noticia, múltiples han sido las inquietudes planteadas por la población. Para responder dichos planteamientos participan este miércoles en la Mesa Redonda el miembro del Buró Político del PCC y jefe de la Comisión de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge, y la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera.


En video, la Mesa Redonda

Marino Murillo: No se puede repartir más riqueza mientras no se crea

“No se puede repartir más riqueza mientras no se crea”, comenzó su intervención en el programa televisivo el jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo Jorge. “Estuvimos muchos años estudiando cómo romper ese círculo, porque había una deuda con la población, sobre todo con los empleados en el sector estatal en cuanto a la insuficiencia con el salario. 

“También hemos dicho que, como estaban y generaban valor agregado en un ambiente de 1x1, y tenían que enfrentar precios a 1x24, eso afectó la capacidad del salario. Estamos partiendo de que el salario tenía grandes limitaciones en términos de capacidad de compra”.

El salario mínimo en el sector empresarial –recordó– era de 225 pesos y estaba por debajo de la canasta básica. Todos los asistenciados de la seguridad social y un grupo grande de los jubilados estaban por debajo de ese nivel, entre 250 y 380 CUP, que pasan ahora automáticamente a 1 528.

“Poder haber hecho ese incremento tiene como principio distribuir la misma riqueza de un modo diferente. Pero la realidad es que la riqueza no ha crecido todavía. Se supone que estos estímulos al trabajo, junto a otras cosas que se deben hacer en la economía, nos propicien otro nivel de riqueza”.

Entre esos desarrollos que se deben impulsar en la economía, mencionó el estímulo a la inversión extranjera como fuente externa del desarrollo. “Porque no solo el salario resolverá todos los problemas. Lo que es muy difícil sin un buen incremento del salario que las personas reaccionen positivamente ante el trabajo”.

Actualmente, en formas no estatales en la economía, el país cuenta aproximadamente con un 1 400 000 personas (27% de los ocupados). De ese total, los trabajadores por cuenta propia están en el orden de los 618 000. 

A su vez, poco más de 3.1 millones de empleados se encuentran en el sector estatal. De ellos, el 48% en el sector presupuestado y el 52% en el sistema empresarial. 

A todo esto –precisó Murillo Jorge–, hay que agregar las tendencias demográficas. “La población económicamente activa baja. Por tanto, en los próximos años tendremos una carga muy grande sobre los ocupados. Incluso, después de esta reforma salarial debemos seguir haciendo cosas. Nos convienen más empleos en el sector productivo. Tampoco hemos tenido grandes procesos inversionistas que generen grandes fuentes de puestos de trabajo”.

En los últimos años, el país transitó por distintas resoluciones, la 6, la 114, la 17. “Todas tuvieron críticas y en alguna medida resolvieron algo. Pero en alguna medida tuvieron insuficiencias, entre otras cosas, porque todos los sistemas de pago tenían como punto de partida una escala muy baja”.

Había una deuda en la economía de subir la escala salarial

En ese sentido, apuntó que “había una deuda en la economía de subir la escala salarial. Era muy difícil seguir haciendo cosas. Incluso en la distribución de las utilidades. En síntesis, el tema del ingreso es complicado y hemos dado con esta fórmula, que se trata en lo fundamental de una distribución diferente del ingreso”. 

¿En qué consiste?, preguntó. “Se trata de subir el salario e ir quitando subsidios. Ahí empieza la relación salario-precios. “Es muy difícil en una economía subsidiar al ciento por ciento de la población, subsidiar al que aporta y al que no aporta”.

Al respecto, recordó los planteamientos de la población cuando se debatía la Constitución en relación con la ley del vago. “Realmente hay un apoyo social a que las personas aptas para trabajar tienen que aportar para poder recibir. Y aquí hay muchas personas que la solución que tienen ahora es salir a buscar empleo. Ya hay números de personas que lo han hecho. En ese panorama entran la reforma de salarios y la subida de jubilaciones y la asistencia social.

“Esto lo intentamos resolver manteniendo un mínimo de equilibrio macroeconómico en la economía. Porque si no lo tienes y sueltas un nivel de ingreso muy fuerte, y después no tienes bienes y servicios para recaudar lo que estás pagando, lo primero que ocurre es un proceso inflacionario pues los precios suben”.

Cuba –continuó– tiene otra característica importante: el 92% de la ventas minoristas las hace el Estado, el cual es dueño de ese comercio. Entonces, ante los déficits de oferta que hoy tenemos, el Estado no sube los precios. Pero cuando no subes precios y sí la capacidad solvente de las personas, ocurren, por ejemplo, colas y desabastecimiento, un efecto denominado en la economía como “reprimir la inflación”.

Por ejemplo, “si la libra de arroz en el mercado informal está a 50.00 CUP es porque alguien la paga. Si tú subes los ingresos y no tienes aumento de ofertas, no puedes pensar que va a haber más personas dispuestas a pagar esos 50.00 CUP y que esa libra de arroz se mantendrá en ese precio. Si aumentas la demanda solvente, crece el precio otra vez y fenómenos así los vamos a tener en la economía en los próximos meses, como hemos reiterado con respecto a la batalla contra los precios abusivos y especulativos.

“Vas tomando decisiones, pero tienes que ir atendiendo a determinados equilibrios macroeconómicos porque, si no, no es verdad que a ese salario que incrementaste le puedes mejorar la capacidad de compra. Son límites que hay que ir moviendo”.

El fondo de salario en 2018 ascendió a 28 368 000 000 CUP. Luego, con el incremento de salario en el sector presupuestado, se elevó a 36 500 000 000. “El Gobierno siempre dijo que el adelanto del ingreso en el sector presupuestado era un adelanto de la reforma salarial. No se decidió el adelanto al sector presupuestado hasta que no estaban terminados los números de la reforma”, aseguró.

“Había una deuda grande en términos de salario con todos los empleados del sector estatal, en general, pero en el sector empresarial había sistema de pago y distribución de utilidades, y en el propio sector presupuestado había sectores como la salud y la educación que ya habían tenido adelanto, pero otros no, como los organismos globales de la economía. Eso drenaba personal especializado del sector presupuestado al sistema empresarial”.

En Cuba, el trabajo por cuenta propia se convirtió en una fuente de empleo. “Hemos tenido años en los que el proceso inversionista ha generado alrededor entre 5 000 y 12 000 empleos, y en ese sector hay más de 600 000 personas. Es una fuente de empleo y sirvió para dar servicios y descargar al Estado de un grupo de cosas. El fenómeno negativo es que, aun cuando las personas reconocen que la calidad de los servicios es buena, todos tienen opiniones sobre los precios”.

¿Hasta dónde se pudo llegar con la actual reforma?

Cuba cuenta con una fuerza de trabajo muy calificada –destacó Murillo Jorge–, “y cuando empieza a ocurrir que esa fuerza se mueve a sectores de baja intensidad de capital, ya tú dices hay que parar. Pero no le puedes prohibir a la gente que se vaya para allí”.

Mirando a ese contexto, “después de varios análisis se llegó a la conclusión de que no era posible seguir avanzando en la transformación del modelo, sin hacer una reforma salarial y de los ingresos en sentido general. La pregunta es hasta dónde llegar con esa reforma salarial, que tiene un fondo de salario de más de 139 385 000 000 CUP”.

Los primeros números –recordó– se hicieron con 160 000 millones de fondo de salario, y con ello la canasta no era 1.3, era 1.5. Con un salario mínimo equivalente a 1.5 ya se podían rectificar muchas cosas que existen: pirámide invertida, poca diferencia entre un tramo y otro… “Con ese fondo de 160 000 millones tendríamos capacidad respecto a elementos e inconformidades de la población, pero las posibilidades de la economía no permiten hacer una reforma con ese fondo de salario, porque en la medida en que se mueve el salario, también lo hacen las jubilaciones y la asistencia social”.

Reiteró que incluso a este fondo de salario aprobado, de 139 385 millones, “está complicado buscarle el respaldo de bienes y servicios, lo cual no quiere decir que no se pueda hacer.

“Esto también tiene un efecto en el presupuesto del Estado, que respalda todo el salario del sector presupuestado. Se ha aprobado, como discutimos en la Asamblea, un déficit fiscal de 86 000 millones, entre 18 y 20% del PIB, que hay que financiarlo y pedir prestado al banco, porque los déficits no se administran, se financian. Esto genera una deuda, llamada en economía deuda pública. Todo el financiamiento que los Gobiernos piden para financiar los déficits presupuestarios, se llama deuda pública”.

Explicó que existen muchos criterios en torno a cuánto pueden llegar los déficits de un país, pero todos coinciden en que 18% es un número muy alto.

“Trátese de cualquier porcentaje, el riesgo más grande de financiar un déficit presupuestario es el riesgo inflacionario, porque en la práctica estás tirando un dinero para la calle que no generó la economía real. Hay que tener mucho cuidado con los déficits presupuestarios”.

Esta no es la última reforma de salarios

A continuación, el jefe de la Comisión de los Lineamientos presentó un modelo matemático realizado por el Banco Central de Cuba, que tiene por la parte de arriba los ingresos monetarios de la población: remesas (que con el nuevo tipo de cambio se multiplican por 24), pago de salarios, pago a privados, distribución de utilidades, asistencia y seguridad social, pagos a colaboradores y otros, y créditos. “Esos son todos los ingresos monetarios posibles que tendrá la población en un año”, precisó.

La parte de abajo del modelo es la fuente de absorción del Estado de todos esos ingresos de arriba, e incluye las ventas minoristas (92% de todas las ventas), la recaudación tributaria, las retenciones tributarias y las amortizaciones de créditos. 

“Si las fuentes de absorción del Estado son aproximadamente el 92% de los ingresos monetarios de la población, hay equilibrio financiero interno. Entonces, no puedes disparar todas las fuentes si no tienes capacidad de absorción del Estado, que, como dijimos, tiene que estar en torno al 92%”.

Aclaró que en este modelo no están presentes los ahorros de la población. “El ahorro presiona menos sobre la demanda que el dinero en efectivo. Se supone que si de los ingresos monetarios, los más líquidos, el Estado recoge el 92%, el ahorro se mantiene fijo”.

El otro problema sería –continuó– que “si no tienes capacidad para recoger el 92% y se disparan los ingresos monetarios, y a su vez sube la inflación, entonces las tienden a sacar del ahorro para cubrir el incremento de los precios, con lo cual el ahorro viene a presionar más sobre la demanda. De ahí la importancia de los equilibrios macroeconómicos”.

En resumen dijo –Murillo Jorge– esta no es la primera reforma de salarios. “Tratemos de que todo lo que hemos hecho tenga un respaldo en creación de riqueza, y en futuras reformas salariales y pasos que habrá que dar esto se seguirá acomodando. Si la economía reacciona, podremos estar en otras condiciones”.

Ante las inquietudes de la población sobre las subidas de salarios y la actual escala salarial, explicó que había niveles a los que no se le había subido nada y otros que ya estaban en determinado nivel. “Se ha hecho un esfuerzo grande para los salarios en el sector de la educación”.

Por último, aclaró por qué el Estado recoge el 92% y no el ciento por ciento de los ingresos de la población. “Si yo te recojo mañana todo lo que te pago, te quedas sin capital de trabajo. Cómo te vas a relacionar con una forma de trabajo no estatal si el Estado lo recoge todo. En la práctica, no tendrías cómo pagarle”.

Finalmente, recalcó que no es la última reforma de salarios y que hasta el momento se ha podido llegar a un fondo de salario de 139 385 millones.

Ministra de Trabajo: La transformación de los ingresos es un proceso complejo

En su intervención en la Mesa Redonda, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, destacó que para el desarrollo de la economía, para poder cumplir la estrategia económica y social y avanzar en el plan de desarrollo nacional hasta 2030, tras un año complejo, con una pandemia y en medio del recrudecimiento del bloqueo como nunca antes, era necesario el proceso de reforma salarial.

La transformación de los ingresos es un proceso complejo, que abarca a 3.1 millones de trabajadores, 1 000 671 pensionados y 185 000 beneficiarios de la asistencia social: “Tenemos una población directamente impactada por esta medida, y es lógico que, a partir de la propia transversalidad de la medida, eso tenga un impacto grande en toda la población.

“Hemos escuchado, revisado y respondido los planteamientos recibidos por diferentes vías”, aseguró Feitó al referirse a los miles de planteamientos de la población.

Destacó que existen opiniones positivas respecto a la Tarea Ordenamiento. “Muchas personas consideran que es el momento para realizar esta transformación en la economía. Y un aspecto importante del que nos hablan, es el de la necesidad de que las personas trabajen, la motivación por el trabajo”.

¿Cuáles son las principales dudas de la población?

Al referirse a las principales inquietudes de la población, Feitó Cabrera dijo que hay trabajadores que todavía no saben en qué escala se encuentran y, por lo tanto, no saben qué salario van a tener. Sobre esto, subrayó que las personas deben saber el cargo que ocupan, la categoría ocupacional del cargo, así como el grupo de complejidad en la escala.

“Las administraciones están en la obligación de ofrecer a los trabajadores la información sobre estas cuestiones. Se había previsto que esto hubiera sucedido al cierre del año. Evidentemente, es una tarea aún inconclusa, una deuda que tienen que resolver las administraciones en la mayor brevedad posible”.

También hay trabajadores inconformes con el grupo de la escala en que se han ubicado, porque consideran que deben estar en otro. En ese sentido, la ministra explicó que en la reforma hay una escala con 32 grupos. “Lo que se produce en la Tarea Ordenamiento no es un incremento del salario, sino un ordenamiento de la pirámide salarial”.

Añadió que se produce una jerarquización de los principales cargos de cuadros y especialistas, según alcance de sus funciones, la complejidad y responsabilidad, así como la intensidad, lo cual estimula al trabajador.

Además, se mantendrá en niveles superiores a las restantes, las escalas de determinadas profesiones, así como un reconocimiento del papel de la fuerza técnica en la economía. “Nadie puede decir que se perjudica, en todos los casos el salario es superior”, afirmó.


“Hay que saber la diferencia entre un incremento salarial y una reforma de la pirámide salarial, en la que había distorsiones”, puntualizó.

Añadió que la política que se siguió fue tratar de estimular el conocimiento, la superación de los trabajadores. Por ello las categorías de máster y doctor, por ejemplo, tuvieron un incremento sustancial.

Al referirse a la dispensa salarial, la ministra aclaró que ello consiste en un trabajador que tiene un salario y, ante un interés estatal, se requiere trasladar a esa persona para otro cargo de la misma o de otra entidad. 

En ese sentido, expuso que uno de los principales planteamientos ha sido asociar a las dispensas salariales las autorizaciones a trabajadores que ocupan cargos sin tener todos los requisitos, para lo cual el reglamento del Código de Trabajo faculta a los jefes entidades para otorgar esas autorizaciones.

“Existen personas que ocupan, por ejemplo, una plaza como si tuvieran nivel superior y, si bien no tienen la titulación, sí están facultadas como tal. Por tanto, en la Tarea Ordenamiento no constituye una dispensa salarial, ni motivo para demover a un trabajador que viene desempeñando un cargo bajo esta situación. Es importante que los trabajadores conozcan y defiendan sus derechos”, insistió.

Respuestas a las inquietudes del sector sanitario

Al referirse a la insatisfacción de los médicos y estomatólogos por el no incremento del pago de la nocturnidad en la reforma salarial, la ministra de Trabajo y Seguridad Social afirmó que ese es uno de los planteamientos de mayor peso que se han recibido por parte de la población y los trabajadores de la salud pública.

“La guardia no se paga, lo que se paga es la nocturnidad”, precisó, y recordó que antes de 2013 no existía el pago por este concepto, si bien la nocturnidad en un hospital o un policlínico es fuerte.

Por ello, se priorizó el incremento de la escala salarial, los pagos por las categorías de máster o especialidad equivalente y el grado científico de doctor y, en el caso de la salud pública, se elevó 5.5 veces el pago adicional por impartir docencia. “No hubo olvido”, enfatizó.


La reforma salarial –continuó– debe motivar a las personas en el trabajo y el incremento de la productividad, debe conducir a una reanimación de la economía que posibilite incrementar las tarifas actuales, a partir del estudio que a tal efecto presentará el Ministerio de Salud Pública.

“Se le ha indicado al Minsap hacer un estudio de este tema y presentar una propuesta para, cuando las condiciones de la economía lo permitan, proceder a incrementar ese pago a los médicos por la nocturnidad”, dijo.

¿Por qué se elimina el pago por años de servicio en la educación?

La ministra de Trabajo y Seguridad Social habló también sobre las inconformidades en el sector de la educación en torno a la eliminación del pago por años de servicio. “Esto tampoco fue un olvido, y la Tarea Ordenamiento ha tratado de vincular más los resultados de salarios con los resultados que obtienen las personas, y se han buscado otros incentivos asociados al desempeño, más que el de permanecer en el lugar”.

“Pagos que tampoco eran elevados, estamos hablando de 120 pesos por 30 años de servicio. Sí por la magnitud de la cantidad de maestros que tenemos en nuestra sociedad. Desde el punto de vista económico, estamos hablando de 211 millones educación general y media y 22 millones educación superior.



“Eso fue un principio, ajustar más el salario a los resultados. Por ejemplo, yo estudié en la Escuela Vocacional Ernesto Che Guevara y me dieron clases estudiantes del Destacamento Pedagógico; tenían tres años más que nosotros, cuando empezamos séptimo grado. Ellos estudiaban en la universidad y eran excelentes y brillantes profesores.

“Teníamos también profesores ya graduados, que llevaban años de experiencia en educación, y distaba mucho la calidad de la enseñanza que teníamos con esos profesores, porque no siempre –para nada estoy siendo absoluta–, se corresponde la cantidad de años en un cargo con los resultados.

“Fíjense que en la educación superior hay una diferenciación, que los profesores van escalando hasta que son profesores titulares, hay una gradualidad. Una categoría docente que se va alcanzando por los resultados que se van teniendo, tiene que ir venciendo un grupo de requisitos Pudiera ser que un joven recién graduado, brillante, empezara a transitar por esas categorías y llegara a profesor titular. Eso es una buena vinculación a un resultado. No tenemos que esperar a que ese joven tenga 30 años, sino que desde que pueda y sea capaz de alcanzar esa categoría docente puede llegar a ser profesor titular”.

En la actual reforma se priorizó el incremento del salario de los maestros graduados de nivel superior, lo que significó un incremento que supera el pago por años de servicios. “Esa era una deuda con los maestros. No era un reclamo solo de los educadores, sino de la población, los padres, porque era importante para garantizar la calidad de la educación en Cuba. Para que nuestros hijos en todos los niveles de enseñanza tuvieran mejores profesores, más preparados”.

Entonces –agregó–, “se priorizó el incremento de la escala salarial, que también abarcaba a mayor cantidad de personas”.

Feitó Cabrera continuó diciendo que “nos parecía que es razonable estimular ese planteamiento de que los maestros que no tengan nivel superior continúen sus estudios.

“En este escenario resulta necesario destacar que no cerramos ningún análisis. En la medida en que la economía se restablezca y crezca, este es uno de los pagos que va a ser objeto de análisis. Estamos preparando condiciones sobre cómo vamos a implementar a futuro ese pago. Se ha propuesto al Ministerio de Educación estudiar un mecanismo para reconocer la categoría docente de los maestros, es decir, una diferenciación por resultados.

“No es copiar lo que tiene la educación superior; es buscar por las características propias del sistema de la educación general y media, establecer un mecanismo en el que puede haber una diferencia entre un maestro recién graduado y uno que tiene resultados que implican moverse de categoría y ser reconocido por sus resultados”.

Informó que también se está informando un cambio de política. “Para los docentes se aprueba un pago por alto desempeño, un tema implementado en el sector empresarial para los que más aportan, financiado con el ahorro del fondo de salario.

“Lo que está establecido es que cualquier ahorro en el fondo de salario se retira por el Ministerio de Finanzas y Precios del gasto. Aquí ese fondo de salario que se ahorra, se va  a poder repartir. ¿A quién se va a poder repartir? A los que mejor desempeño y resultados tengan. No será un pago igualitario, para verdaderamente reconocer la labor de los maestros que más se distingan”.

Otra de las preocupaciones tiene que ver con los profesores que trabajan en diferentes centros educacionales, que tenían un pago por los diferentes centros donde trabajaban. 

Sobre este tema, la ministra explicó que estos eran parches que tenían los salarios como una manera de incrementar los ingresos de los profesores. “Este es un pago que se mantiene, no es tan significativo. Es un pago entre 60 y 100 pesos; por ejemplo, los centros internos, un grupo de características que tienen por laborar en estas condiciones, en los centros rurales internos.

“Lo que se determinó fue no eliminar estos pagos y mantenerlos en las cuantías actuales, atendiendo a que en la reforma se prioriza el incremento del salario escala de los maestros de nivel superior, que abarca mayor cantidad de trabajadores”.

Otras observaciones que se tuvieron en cuenta

Otras opiniones están dirigidas a las incongruencias entre el salario de los directores municipales de Educación y Salud Pública con instituciones subordinadas.

“Ahí se nos produce una incongruencia salarial que, de hecho, hoy existe. Lo que pasa es que antes, las diferencias entre las escalas salariales no se veían tanto y ahora sí hay una diferencia mayor entre uno y otro grupo para poder distinguir esa complejidad.

“Las direcciones de salud, los hospitales municipales, las escuelas, están subordinados a los Gobiernos. Lo primero es que  hay un techo, a partir del salario que tiene el gobernador y toda la estructura hasta abajo, eso es una situación que influye.

“Por ejemplo, no se puede subir el salario al director de un policlínico y entonces empezar a subir a otros por encima de él en cargo, porque hay un techo.

“En el caso de la salud pública, hay una característica: a diferencia del resto de la economía, el cargo de de médico especialista en grado II, con dos especialidades, se utiliza en cualquier institución del sistema –nacional, provincial, municipal–, y lejos de sentir que se tiene un médico sobrecalificado, lo que tienes ahí es una fortaleza”.

El otro tema al que la ministra hizo referencia fue a la cantidad de niveles de dirección. “Llegará un momento en que también las estructuras de dirección intermedias habrá que simplificarlas, porque mientras más grande sea la estructura de los cargos de dirección, más bajo dentro de la pirámide cae el salario del especialista”.

En el caso de la educación, hay una situación también parecida, porque hay centros que están categorizados atendiendo a su matrícula y la condición de interno, seminterno y externo, sin tener en cuenta el nivel de subordinación, la categoría del municipio y el límite salarial de los cuadros de los órganos locales del Poder Popular, a los cuales se subordinan.

Por ejemplo, “cuando usted tiene un centro con un nivel por la cantidad de estudiantes y está en un municipio de categoría II, no podemos bajar el salario al director de la escuela”.

Lo positivo es que próximamente va a haber un perfeccionamiento de los órganos locales del Poder Popular y está previsto cómo solucionar estos casos. “Esta es una situación transitoria, que tendrá su expresión en ese momento”, puntualizó la ministra.

Al abordar la aplicación de sistemas de pago por resultados en las actividades de higiene comunal y áreas verdes, Feitó Cabrera apuntó que esa es una actividad que debe ser empresarial. “Es una actividad que se mantiene en el sector presupuestado, hasta que se haga la transformación que debe realizarse a la mayor brevedad posible”.

Se aprobó que en el sector presupuestado no se aprueban los sistemas de pago por resultados, que son del sector empresarial, cuestión que no se ha materializado.

Cómo llegó la tarea de ordenamiento y estas actividades aún no han pasado al sector empresarial se decidió mantener excepcionalmente los sistemas de pago, de manera tal que tengan un impacto favorable en la higiene comunal y financiados con el presupuesto aprobado para esta actividad, que debe pasar al sector empresarial.

“Este pago tiene que tener un impacto favorable en la higiene comunal. No es mantener un salario como si fuera una dispensa salarial. Ese pago hay que revisarlo y tiene que ser por área limpia. Las personas deben ver los espacios limpios. Se les va a mantener el pago, pero en el límite del fondo de salario que tienen aprobado”

Este es un elemento que las Direcciones de Comunales de cada territorio tienen que revisar, inclusive la cantidad de trabajadores que tienen, para poder mantenerles ese pago y que exprese un resultado concreto.

Respuestas al sector empresarial

En cuanto al pago en el sector empresarial, precisó que lo primero que se eliminó fueron los sistemas de pago por resultados asociados a indicadores límites y directivos. 

“Este era un cuestionamiento que había, porque era un grupo de indicadores fijos que había que cumplir y que eran directivos. No se eliminan los sistemas de pago a destajo. Donde se pueda medir el resultado individual de una persona y cuantificar, lo que hay que preferenciar es el pago a destajo.

“Se estableció una estructura de salario. El salario del sector empresarial tiene una parte fija, que está asociada al salario escala y los pagos adicionales a los que tenga derecho, y otra parte móvil que está relacionada con las utilidades.

“Al eliminarse el sistema de pago por resultados, se aprobó hacer un pago a cuenta de las utilidades que genera la entidad al cierre de cada trimestre. Entonces, todos los meses o cada tres meses, y eso se puede en el reglamento pagar mensual o establecer cómo se realizará, los trabajadores tendrían, en dependencia de la riqueza que se genere, ese pago a cuenta de la utilidades. Y se mantiene el pago de las utilidades al fin del año. El límite lo pone la eficiencia que sea capaz de general la entidad”.

Insistió en que cada entidad elabora su reglamento para la distribución de esa utilidad por el aporte individual. “Hay que definir de acuerdo al desempeño que tenga cada uno de los trabajadores lo que le corresponde. Ese reglamento hay que aprobarlo en un consejo de dirección, pero previamente hay que discutirlo con los trabajadores. Ahí el sindicato tiene una altísima responsabilidad en el acompañamiento a los trabajadores”.

Aclaraciones sobre las cuantías de las pensión por viudez

Otro tema abordado en la Mesa Redonda, siguiendo los planteamientos de la población, fueron las dudas sobre las cuantías de las pensión por viudez, de 1 070 pesos, que quedan por debajo de la pensión mínima.

Al respecto, la ministra de Trabajo y Seguridad Social explicó que, en el caso de las pensiones por viudez, la Ley de Seguridad Social establece las cuantías que en correspondencia con la cantidad de beneficiarios se pagan de la pensión de la persona que fallece”.



Agregó que hay varias situaciones. “Puede ser que sea una viuda, con un hijo, y puede haber un hijo de un matrimonio anterior. Entonces, no es posible que si usted en vida generaba 1 528 pesos, fallecido genere dos pensiones de 1 528 pesos. Y si usted es una viuda, le corresponde el 70%.

“Hay viudas que se acogieron a la pensión del esposo cuando se jubilaron, por resultar esta mayor; son las personas que optaron por la Ley 24. Con la Ley 105 de Seguridad Social, se puede optar por unificar las dos pensiones.

“Esas viudas eran trabajadoras, y cuando se fueron a jubilar, la pensión que les correspondía era menor que la que les correspondería por su esposo. En este caso, en el que tenemos unas 600 viudas, y a partir del estado de opinión, se puede modificar, incluso de oficio, y vamos a poner a las viudas en lo que más les beneficie. De oficio, realizaremos el cambio que más les beneficie, para que no tengan que ir al Instituto Nacional de Seguridad Social”.

Casi 15 mil personas han solicitado trabajo desde que fue anunciada la Tarea Ordenamiento

En el segmento final de la Mesa Redonda, se conoció que desde que fue anunciada la Tarea Ordenamiento, 14 977 personas acudieron a las direcciones de Trabajo para buscar empleo y 7 257 aceptaron la oferta presentada. “Esto es importante, pero no podemos inflar las plantillas en el sector presupuestado. La intención del país es que crezca el sector empresarial y que los empleos se generen en función del desarrollo local y de las necesidades de los territorios”, advirtió Feitó Cabrera.

Para finalizar, Marino Murillo Jorge dijo que no hay nada que justifique que ningún trabajador cierre el año sin saber cuánto va a ganar. “Esa es una responsabilidad de las administraciones y le pedimos a los trabajadores que lo exijan, lo denuncien. Todo el mundo tiene que esperar el 31 de diciembre sabiendo cuánto va a ganar

“Hay que mejorar todavía la preparación de las estructuras intermedias para explicaciones como las que ha dado la ministra”, afirmó.

Y concluyó: “Seguiremos escuchando todas las opiniones en el mes de enero. Termino esta Mesa Redonda felicitando a todos los cubanos por el Año Nuevo, luego del año que acabamos de pasar en condiciones difíciles. Me pidió el presidente que no dejara de hacerlo. Es un año más del triunfo de la Revolución. Hagamos todo lo que tengamos que hacer para que la Tarea Ordenamiento cumpla con los objetivos que se esperan, que es ante todo un mejor desempeño en la economía”.


El ojo del canario es el poder revolucionario


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Dec 30 · 18 min read

Por Juan Valdés Paz



Palabras leídas por su autor durante la primera sesión del Ciclo-Taller: «Problemas y desafíos de la democracia socialista en Cuba hoy», desarrollada en el Instituto Cubano de Investigación Cultural (ICIC) “Juan Marinello”, La Habana, 9 de diciembre de 2020.

Antes de hacer mi exposición quisiera llamar la atención, me llama a mí la atención, sobre la forma en que hemos colocado las sillas en el salón, lo que lo hace mucho más parecido a un ágora. Por ello y a propósito del tema que hoy nos ocupa, quisiera hacer una anécdota que seguramente muchos conocen, que es la del Cardenal Cisneros, Consejero de las monarquías de los Austrias y un grande de España. Un cortesano quiso hacer una gran fiesta con toda la nobleza, como diríamos nosotros ahora «para anotarse una pata», y tuvo mucho cuidado de ordenar los puestos de la mesa según como él entendía la jerarquía de los invitados. Iniciado el banquete, el anfitrión se da cuenta de que un cardenal es un príncipe de la Iglesia y de pronto se le reveló que Cisneros era el que más jerarquía tenía de los allí reunidos y, sin embargo, no estaba a la cabecera de la mesa. Por lo tanto, se pasó todo el tiempo del banquete tratando de ver cómo le pedía excusas al Cardenal. Por fin, cuando lo creyó oportuno le dijo, «monseñor, perdóneme, usted debiera estar presidiendo, estar en la cabecera de la mesa» y Cisneros le respondió «no te preocupes hijo, que la cabecera de la mesa está donde yo me siente». Creo que todos podemos sacar de esta anécdota nuestras respectivas conclusiones.

1. Introducción

Hay muchas inquietudes sobre el tema que nos convoca, he escuchado muchas inquietudes, que me es imposible pretender siquiera satisfacerlas y había pensado que mi contribución, un poco, sería presentar una visión desde las ciencias sociales sobre este tema de la democracia, que es un tema que aparece reiteradamente no solo en las discusiones más recientes, sino desde siempre entre nosotros: que si falta democracia, cuánta más democracia, qué democracia, la democracia de quién — de los de arriba, de los de abajo, de los del medio — en fin… Y porque también es el tema más recurrente de las ciencias políticas; la mitad de cualquier biblioteca de ciencias políticas está dedicada a la democracia. Y porque también es un tema que tiene 2.000 años de discusión, desde los griegos hasta nosotros.

De manera que no nos encontramos con un tema fácil, más bien un tema muy complejo, con muchas aristas, etcétera y, además, tratado y maltratado a lo largo de esta historia. Yo diría al respecto lo siguiente:

Hay una dimensión, digamos, ideal en el tema de la democracia y una dimensión más realista de lo que ha pasado con este tema en la historia. Desde el punto de vista ideal, de la teoría, de las ideas, la cuestión de la democracia tributa a las distintas filosofías políticas que han existido y coexistido. No hay una definición de la democracia por fuera de una filosofía política en particular. De manera que cada filosofía política le da una connotación al término y lo utiliza ad hoc.

Lo segundo es que — voy a ser muy puntual, perdónenme que no emplee muchos argumentos — viendo el conjunto de esas ideas, una manera de simplificarlas es representarlas como dispuestas a lo largo de un eje que tiene en uno de sus dos extremos todas las ideas que identifican a la democracia como una forma de ordenar a las instituciones políticas, como una forma de Gobierno. Y en el otro extremo de dicho eje están las propuestas, las ideas, las filosofías que tratan a la democracia como un ordenamiento de la sociedad, no de lo político, sino de la sociedad. Como ustedes ven son dos figuras polares, dos interpretaciones polares del término y, seguramente, la verdad práctica estará en el punto medio de ese eje y que es, un poco, lo que hemos dado en llamar una democracia popular, una democracia que tiene en cuenta tanto su presencia en las instituciones como su realización en la sociedad. Esta, digamos, es una manera de sintetizar la caracterización ideal del tema.

Lo otro que quiero decir muy rápidamente es que, en esos extremos, en cada uno de ellos, podemos colocar al liberalismo, o a las distintas variantes del liberalismo; y en el otro extremo, el comunismo, el anarquismo y quizás alguna otra corriente que se me olvide.

Pero lo interesante es que ninguno de los extremos, ni el liberalismo ni el socialismo, han realizado la democracia; lo cual introduce el tema de la realización de la democracia en la historia. Por tanto, más que hablar de democracia, creo yo, habría que hablar de desarrollo democrático. ¿Cuál es el grado de desarrollo democrático alcanzado, según su propia filosofía, en las respectivas sociedades?

Si los liberales creen que su propuesta es la democracia, bueno, ¿cuánto la han realizado? Y viceversa, si se trata de la propuesta comunista, ¿en qué medida la hemos realizado? Yo creo que esta noción de desarrollo democrático permite pasar de la discusión de las ideas a la historia de los procesos históricos reales.

La otra observación con respecto a esto es que, examinando la historia, la realización de los ideales democráticos ha sido casi siempre, por no decir que siempre para no ser dogmático, el resultado de las luchas populares. Nunca la realización de los ideales democráticos ha venido de arriba, de los sectores dominantes de las sociedades. Siempre ha sido el resultado de la actividad, la demanda, la lucha de los sectores populares.


De manera que me parece que es el pueblo, el soberano, los ciudadanos, los actores fundamentales llamados a realizar la democracia y eventualmente, alcanzar un mayor desarrollo democrático.

Agregaría, para terminar este pequeño escorzo teórico, la idea de que la forma política que ha permitido en la historia realizar, en algún trecho, estos ideales democráticos es la forma republicana. Nosotros no logramos siempre armonizar la idea o los ideales democráticos con la forma republicana de organizar la sociedad. No una forma de gobierno, sino una forma de organizar la sociedad. Lo dejo ahí como una incitación para la reflexión.

2. El debate de la modernidad

Esto me permitiría entonces decir lo siguiente. Siendo estas las concepciones polares, a que me refería antes, propuestas liberales, propuestas socialistas, una de las cosas que debemos observar es que en esta batalla de ideas, en la que siempre estarán presente estos polos, se ha vivido a lo largo de la modernidad una confrontación de aspectos esenciales de las propuestas de unas concepciones y de otras. Esto sería muy extenso, pero querría al menos de una manera muy puntual llamar la atención sobre algunos de los términos contrapuestos de una y otra de estas versiones.

Mientras que el liberalismo reclama libertades, que siempre son libertades individuales y políticas; el socialismo reclama las mismas libertades, las adecúa a los derechos humanos y agrega a las libertades individuales y políticas los derechos socioeconómicos y culturales. Es decir, que tenemos una propuesta más compleja de qué serían las libertades democráticas para el socialismo.

Mientras que el pensamiento liberal concilia su propuesta con la desigualdad social, le corresponde al socialismo vincular la realización de la democracia a la igualdad y mejor, a la equidad social.

Vale lo mismo, las dos comparten la idea de la representación; pero la versión socialista insiste — volveré sobre esto más tarde al referirme a Cuba — sobre el concepto de participación, una democracia es socialista en la medida que es más participativa. Los dos comparten la idea de un gobierno representativo, pero los gobernantes en la propuesta liberal son auto-responsables, y en la propuesta socialista están, además, bajo el mandato imperativo de sus electores, a los que rinden cuenta. Está claro, vuelvo a insistir, que estas propuestas son metas por alcanzar.

El pensamiento liberal le da mucha importancia — y desgraciadamente no se la ha dado lo suficiente, pienso yo, el pensamiento socialista — a las cuestiones procedimentales: la importancia de los procedimientos cuando de democracia hablamos; sobre todo cuando hablamos de realizarlas. Y a lo que ya conocemos más o menos tradicionalmente por parte de la propuesta liberal: elecciones, voto universal, candidatos propuestos por partidos políticos y un elector restringido, porque siempre hay una exclusión de posibles electores; en la propuesta socialista se comparten los de las elecciones y el voto universal, pero la candidatura no debe ser producida por partido político alguno y, finalmente, los votantes no deben ser restringidos, y todas las categorías sociales deben fungir como electores. Más o menos sobre estos puntos gira gran parte del debate.

Llamo la atención acerca de lo que llamaría la coherencia entre estas propuestas. No nos podemos comprar nada más un pedazo del pastel, ser liberales o socialistas; o socialistas y liberales. Es decir, hay una propuesta que integra estos puntos, de uno y otro lado, y eso es lo quiere decir la batalla de ideas. No podemos terminar la discusión con uno solo de los temas, si no nos interrogamos acerca de qué está pasando con los demás.

Una manera de resumir el debate anterior, para seguir adelante, sería definir la «democracia» como el conjunto de: el ejercicio de todos los derechos humanos; la equidad o justicia social; la representación efectiva; y la participación. Estos serían los contenidos fundamentales de lo que vamos a entender por democracia.

3. La democracia en Cuba

Esto me lleva a entrar al tema Cuba. Hay una historia de la democracia en Cuba; esto es importante retenerlo, hay una historia de la democracia en Cuba. No voy a regresar al siglo XIX porque todos sabemos que las luchas de independencia enarbolaron el tema de la democracia como parte del programa independentista libertador. No me detengo en eso, pero me voy a detener en lo que tuvimos de República prerrevolucionaria, a la que podemos llamarle de cualquier manera y una de ellas es nuestra República liberal. Considero importante esto porque, en muchas discusiones, parecería como si la cultura política cubana no tuviera una experiencia de democracia liberal.


Ya hemos vivido una democracia liberal.

Se puede decir que fue imperfecta, como era de esperarse; y que podría ser mejor, lo cual cabría discutir; pero es importante en cualquier debate retener que una de las cosas que tenemos que hacer hoy es superarla; qué debió hacerse y qué se ha hecho, creo yo, en gran medida; y en todo caso quedarían siempre las tareas pendientes para tener una democracia superior a la democracia liberal que tuvimos antes de la Revolución. Esa democracia liberal, los historiadores podrán argumentar mejor que yo en qué consistía, primero era un experimento de democracia que tenía de trasfondo un capitalismo dependiente, la dominación imperialista y el alineamiento de los sectores dominantes de la sociedad cubana a esas condiciones de dependencia y de dominación. La democracia liberal no eran todos estos principios declarados, sino esa puesta en escena. Esa puesta en escena en la historia real de Cuba y de alguna manera la Revolución de 1959 venía o tenía — obviamente, podemos recordar el Programa del Moncada — como primera tarea la superación de esa secuela de limitaciones históricas a la realización de la democracia.

A mí me parece que la cuestión más importante a tener en cuenta es que con el advenimiento de la Revolución se constituye un poder revolucionario y que ese poder revolucionario es, como le gusta decir a los filósofos, «la condición de posibilidad» de la democracia en Cuba, al menos, ese es mi criterio.

Sin el poder revolucionario no hay nada de lo que hemos dicho, no hay desarrollo, no hay independencia, no hay antimperialismo, no hay un poder al servicio de las grandes mayorías del país, no hay nada de eso.

Y si no hay nada de eso entonces es difícil saber de qué estaría basada la democracia que pretendemos o cuál es el desarrollo democrático posible. Entonces me parece que el ojo del canario es el poder revolucionario, que es el que hace posible todo lo demás y a quien hay que demandarle que realice la democracia que prometió.

El otro aspecto que querría tener en cuenta, ya hablando del periodo revolucionario de esta historia, es que además de superar la experiencia de la República liberal debía asumir el desafío socialista.

No estoy hablando del socialismo realmente existente, como dijo Brezhnev, sino del socialismo que nos prometimos todos. Aquel que Rosa Luxemburgo definía como la posibilidad de una «democracia plena».

Podemos discutir qué queremos decir con democracia plena, a dónde llega la plenitud, pero esa es la meta del socialismo que tenemos. Le hemos ofrecido a la sociedad una democracia plena y el desarrollo democrático al que aspiramos, el que necesitamos y el que esperamos, es el de alcanzar una democracia plena.

Sin embargo, el alcanzar esta meta, este desarrollo democrático, ha enfrentado y enfrenta numerosos obstáculos. El compañero Germán [Sánchez Otero] se va a extender mucho más en estos desafíos de una democracia en Cuba, pero voy a mencionar puntualmente algunos:

Primero, todo examen del tema democrático por fuera de un escenario de agresión de los Estados Unidos, pierde sentido.

No solamente porque Estados Unidos produzca San Isidro, sino porque Estados Unidos produce en el seno de la Revolución posiciones duras y conservadoras; cosa que por supuesto la estrategia norteamericana prevé: ese escenario de permanente hostilidad de parte de Estados Unidos va a endurecer las posiciones entre los revolucionarios y van a propiciar la disidencia y la contrarrevolución.

Es decir, que sacar de cualquier discusión la agresión, la política de los Estados Unidos hacia Cuba — no me refiero al periodo del coronavirus, ni me refiero al trumpismo, me refiero a la historia toda, hasta hoy y para mañana — es un sinsentido. Estados Unidos no puede sacarse de la ecuación porque ellos no nos sacan de su proyecto de dominación y, por tanto, hay que contar con eso para explicarse no solamente el gran obstáculo sino las restricciones a la democracia que hayamos tenido que asumir.

Yo creo que tenemos restricciones democráticas a esa democracia plena de la que hablamos. Creo que algunas son inevitables, como son todas las situaciones de conflicto, pero creo que nuestro déficit está en que pueden ser más de las necesarias, no las esclarecemos ante la opinión pública y no buscamos el consenso de la población para cada una de esas restricciones que entendamos como necesarias, y cuando parezcan necesarias. Ese me parece que es otro de los obstáculos a resolver.

Otro obstáculo a resolver, diría yo, es lo que podríamos llamar problemas y defectos de nuestras instituciones y orden institucional.

¿Hasta qué punto nuestras instituciones y el orden institucional favorecen alcanzar la democracia plena que defendemos, favorecen mayor desarrollo democrático? Esa es una de las preguntas que nos debemos hacer. Ahí entra, no hay tiempo para detenerse en eso, el hecho de que tenemos un socialismo de Estado, el hecho de que tenemos una institución altamente centralizada, el hecho de que tenemos una gran desviación entre la norma institucional y el comportamiento real de las instituciones, el hecho de que tenemos una alta burocratización de nuestras instituciones y, también, que son altamente ineficientes.

Entonces, esta limitación institucional, sobre la cual no revelo nada nuevo, tiene que ver con el desarrollo democrático que pretendemos y, casi inmediatamente, voy a explicar por qué.

Agregaría a ello la dimensión cultural del problema. Es decir, ¿tenemos una cultura democrática? Un tema es si tenemos o no condiciones democráticas para un mayor desarrollo democrático, pero ¿tenemos una cultura democrática o hay un sector de la población, abajo y arriba, que no participa de una cultura democrática? Hay sectores populares a quienes no les interesa el tema, hay sectores de las capas de dirección que no lo entienden, no lo quieren entender o tampoco lo comparten. Necesitamos afincar ese desarrollo con una cultura democrática. No me detengo en esto porque es un tema en sí mismo, pero quiero decir que me parece que carecemos, que tenemos una insuficiente cultura democrática.

Creo que a lo largo del tiempo el desarrollo democrático no se ha interrumpido. He escrito recientemente un libro [La evolución del poder en la Revolución cubana] y he tratado de mostrar que a lo largo de toda la historia de la revolución ha habido también un desarrollo democrático. Es insuficiente, no nos conforma, pero ha habido un ininterrumpido desarrollo democrático.

Y más recientemente han aparecido nuevos términos; hemos pasado de no utilizar nunca en el discurso oficial el término «democracia» a aceptar que tenemos una meta de «socialismo próspero, democrático y sustentable». Esta expresión de «socialismo próspero, democrático y sustentable» la pronunció el compañero Raúl Castro en la clausura del VII Congreso del Partido, pero antes, alguno de nosotros vio en la televisión una Comisión que discutía la propuesta de un compañero de incluir el término «democrático» y los compañeros de la mesa le dijeron que no, qué cosa era eso, que con decir socialismo ya habíamos dicho todo lo demás. Es decir, que antes, pudimos ver una mesa donde se rechazaba el término, y que por suerte el primer secretario del Partido lo incluyó en su intervención. Recordarlo es una manera de dar a entender las diferencias que al respecto existen entre los revolucionarios mismos acerca de este tema y nuestro nivel de compromiso con él.

4. La democracia participativa

Terminaría con un punto y unas breves conclusiones. Nosotros no decimos que somos la democracia o que la nuestra es también una democracia participativa; decimos, le hemos puesto un apellido a la democracia nuestra, de «democracia participativa». Esto rápidamente lleva a la discusión de qué es lo participativo; nunca se explicita. También sobre eso he escrito, no digo nada nuevo, pero cuando estudié qué cosa sería la tal participación me encontré dos problemas fundamentales, que me interrogaron.

Uno, ¿participar en qué? Llegué a la conclusión de que la democracia era participar en el poder o no era nada, era una frase. Participar, es participar directamente en el poder.

Y, en segundo lugar, esta era una situación que también se me presentaba como un proceso. Comencé a ver en la literatura que el tema estaba muy estudiado y que los mejores trabajos y reflexiones sobre él veían a la participación como un proceso y distinguían diferentes momentos de ese proceso. Me interrogué entonces acerca de cuáles y cómo se comportaban entre nosotros esos momentos del proceso de participación. Obviamente, veríamos diferencias si estamos hablando de una esfera u otra, de una sociedad u otra, de una actividad u otra e, inclusive, de una institución u otra. Pero podemos generalizar en esta exposición.

Para transmitir una idea, un ejemplo, del nivel alcanzado en cada momento de la participación — porque seguimos en la idea del desarrollo democrático — aprecio que el nivel alcanzado en cada uno de ellos — alto, medio o bajo — ha sido: Primero, en tener voz o emitir demandas, que creo yo es bastante alto. Después, hay un segundo momento que llamaríamos de «agregar demandas», donde el nivel alcanzado me parece medio, con tendencia a la baja; no es que Germán tenga una demanda, ni que yo tenga una demanda o también Josué, sino que los tres pudiéramos agregar nuestras demandas, lo que tiene que ver un poco con los sucesos más recientes. Tenemos después, otro momento en el cual el nivel se torna muy bajo, el de «hacer propuestas», es decir la capacidad, el momento participativo de hacer propuestas. Este vuelve a ser bajo, en mi opinión muy bajo, quizás el más bajo de la participación, en «la toma de decisiones». Vuelve a ser muy alta en la «ejecución», porque para la ejecución sí nos convocan a todos y participamos casi todos. Y vuelve a ser de nivel medio en «controlar el proceso de participación», controlar esas decisiones. Finalmente, vuelve a ser baja la «evaluación del proceso de participación», que la sociedad pueda evaluar por dónde anda eso que hemos llamado «participación».

La idea que quiero transmitir — que pueden ser estos momentos o pueden ser otros, cada cual puede hacer su lista — pero que les presento a manera de ejemplos más concretos, es que cuando decimos que la nuestra es una «democracia participativa», nos complican más el problema, no me lo han simplificado y, por tanto, me hago más interrogantes y tengo más expectativas. Y si hablo de desarrollo democrático, cabe preguntarse por dónde estamos en cada uno de esos momentos, sean los que yo he tomado u otros que ustedes u otros autores quisieran identificar.

Por último, sabemos que nosotros desde que nacemos hasta que morimos, vivimos en realidad, no como nos creemos subjetivamente, con nosotros mismos, sino en el marco de instituciones.

Por tanto, la pregunta para el tema que nos ocupa es ¿cuál es el espacio y cuáles los mecanismos que presentan las instituciones realmente existentes o eventualmente, las que tengamos que crear, para poder realizar esta democracia participativa?

Tenemos ciertos espacios o ciertas actividades. Generalmente pasamos buena parte de nuestras vidas revolucionarias en asambleas, presentando quejas, con algún acceso a las comunicaciones, sería el caso, en algunas consultas de que hemos sido objeto, en algún momento de rendición de cuentas de las autoridades, digamos que son algunos de los espacios que podíamos haber aprovechado y quizás no lo hicimos. Pero, queda en pie — lo repito — ¿qué instituciones de las realmente existentes favorecen o no la participación? y, ¿cuáles serían los procedimientos idóneos para que pudiéramos realizarla?

5. Conclusiones provisionales

Esto me lleva a terminar mi presentación con dos o tres conclusiones. Primera, opino que, tanto en la teoría como en la historia, el socialismo es la condición del desarrollo democrático posible en nuestro país y para la sociedad cubana en su conjunto. No creo que tengamos ninguna otra opción, no la tuvimos ni creo que la tendremos, si no es bajo las condiciones del socialismo.

Nos toca exigirle a nuestro socialismo nuestra democracia.

Segunda, creo que el desarrollo democrático, como ya dije conlleva en las condiciones históricas y concretas nuestras: inevitables restricciones que habría que reconocer y consensuar; habría que superar los obstáculos que enumeré antes; y habría que considerar que en el proceso de reformas en curso quede incluido, se alcance o no la democracia plena, un mayor desarrollo democrático. Creo que nos hemos movido en esto, hay una reforma política implicada en la nueva Constitución de la República; de hecho, he escuchado y visto echar mano de la Constitución para defender puntos de vista diferentes, lo cual me parece positivo. La nueva Constitución es la que se ha dado el pueblo, la ciudadanía, y yo creo que debe ser ésta, efectivamente, el referente y marco de nuestras reivindicaciones.

Llamo la atención sobre un problema colateral que es, como yo lo veo, y es que la Revolución cubana ha transitado con un alto nivel de legitimidad; es decir, ha tenido una alta capacidad de construir un consenso mayoritario en la población. Ya sabemos que hay cualquier cantidad de quejas o discrepancias; yo siempre digo que en una cola del pan nadie está con el socialismo, pero cuando se plantea la política social de la Revolución o la cuestión nacional y la agresión externa, el 95 por ciento de la población apoya el socialismo, los fundamentos de esa soberanía. Ese consenso es una resultante, como en Física — aquí tenemos varios compañeros físicos — de muchos consensos, lo que no excluye las discrepancias puntuales. Pero me parece que la legitimidad de que hemos dispuesto hasta ahora ha tenido algunas fuentes objetivas, para llamarlo de alguna manera, de legitimidad. Se suele identificar entre nosotros la legitimidad histórica, se hizo una revolución, existe una historia heroica, escenarios de lucha, están presentes muchos de los actores de esa historia, se transitó con un liderazgo extraordinario, etcétera; digamos que hay una legitimidad histórica.

Existe también la legitimidad de la obra de la Revolución, aunque esta puede haber tenido también sus variaciones. Existe la legitimidad de que la Revolución ha transcurrido en derecho, es decir, en el marco de una cierta juridicidad. También, que se ha dispuesto de un proyecto de mejor sociedad. Y como ya dije, que se ha tenido un continuado, aunque insuficiente, desarrollo democrático. Reitero que no tenemos tiempo de argumentar todo esto más extensamente.

Ahora, una de las cosas que me preocupa a mí es que la historia como fuente de legitimidad va perdiendo su peso relativo en el tiempo. La obra de la Revolución va perdiendo su peso relativo. Todos los días hablo con jóvenes y nietos que me dicen «no me hables más de la educación, yo nací con eso». Y yo me espanto porque digo, valdría haber puesto la guillotina en la Plaza de la Revolución nada más para haber tenido al 100 por ciento de los niños de Cuba con uniforme en una escuela, cosa inexistente, no digo en el Tercer Mundo, ni en el Primero. De manera que hay una apreciación generacional, yo hubiera puesto la guillotina y algunos jóvenes me dicen que no les dé más «teque» sobre la educación. Probablemente la obra de la Revolución también tiene un techo específico y otras exigencias; si a ello le agregamos tener una crisis en los noventa, una estagnación en los 2000 y estar al borde de otra crisis económica en el 2020, algo lejos de la prosperidad, entonces vemos como que la obra de la Revolución pierde ese peso relativo como fuente de legitimidad.

Y finalmente está el desarrollo democrático. Yo creo que la juridicidad — de ahí la importancia de la Constitución — y el desarrollo democrático serán cada vez más, y tenemos que llamarnos la atención sobre ello, las fuentes fundamentales de legitimidad, no las únicas, pero ganarán cada vez más peso relativo. Por eso el tema del desarrollo democrático y el debate que hacemos ahora, en este momento, sobre la democracia es tan relevante para el destino de la Revolución, para su legitimidad futura.

Terminaría diciendo lo siguiente: no hay democracia sin construcción de ciudadanía. ¿Quién es el portador de la democracia? La democracia es un atributo de la soberanía popular, pero ¿quién quiere, persigue y demanda la democracia? El sujeto de ella no es abstractamente el pueblo, que también, si no los ciudadanos. Hay un tema de construcción de la ciudadanía en el que no solemos reparar. Este es un tema de larga data en el pensamiento de izquierda en América Latina: la construcción de la ciudadanía. No vamos a tener ciudadanía con ciudadanos enfermos, pobres, miserables, marginados, enajenados por los medias; es decir ¿cómo construirla? Yo diría que es evidente la contribución que ha hecho el socialismo cubano, lo que ha avanzado en la construcción de esa ciudadanía. Pienso yo que tenemos más ciudadanía potencial que potenciada, más de esas capacidades ciudadanas que las que utilizamos, que las que somos capaces de utilizar. Lo pongo ahí también como otro de los desafíos presentes.

Esperemos que la democracia siga siendo entre nosotros la superación de la República dependiente que fue y de las malas enseñanzas del «socialismo real»; que no solamente nos tenemos que curar de esa experiencia histórica liberal, sino también de las experiencias de las llamadas «democracias populares», las que no desaparecieron casualmente. Y no hemos reflexionado suficientemente, creo yo, acerca de por qué desaparecieron.

Entonces, veo que el tema de la democracia y, más que la democracia, la voluntad y perseverancia de alcanzar ininterrumpidamente un mayor desarrollo democrático, es el mayor desafío que tuvo mi generación y que tiene delante vuestra generación.

Muchas gracias.




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