Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 8 de febrero de 2021

Precios y fichas de costo: «ordenar» el ordenamiento (+Video)


Para contener el alza desmedida de los precios, la Tarea Ordenamiento concibió, desde sus inicios, la centralización del valor de un grupo de productos transversales a la economía, como los combustibles, por ejemplo. A la par, se dieron facultades a las entidades para la formación de otros precios mayoristas descentralizados.

Respecto a estos últimos, la Resolución 324 de 2020, de la Ministra de Finanzas y Precios, estableció el procedimiento a seguir durante los primeros seis meses del ordenamiento, a partir de la determinación de índices máximos por clase de actividad económica.

De acuerdo con la letra de la Resolución, los índices definidos (nivel máximo que, como promedio, crecen los precios de los productos y tarifas de los servicios, en concordancia con la clase de actividad económica en la que clasifica cada entidad) tienen carácter de máximos y se aplican según proceda.

PERO, ¿QUÉ HA PASADO EN LA PRÁCTICA?

«Las entidades han utilizado el máximo de esos índices y no es así, es hasta ese índice; lo que ha provocado un incremento excesivo de los precios respecto a lo que estaba previsto en la Tarea Ordenamiento», explicó a Granma Randar Romero López, subdirector provincial de Finanzas y Precios en La Habana.

Debido a este comportamiento, aseguró, «estamos inmersos en la evaluación de las fichas de costo de las entidades y de todos los precios mayoristas que forman, a su vez, los precios minoristas. Muchos de estos precios todavía están en estudio, porque es muy poco el tiempo transcurrido; pero buena parte se ha reducido casi al 50 %».

Durante el mes de enero, agregó, se han realizado ajustes en los precios del Sistema de Atención a la Familia, la gastronomía, los comedores obreros, las tarifas de correo, al tiempo que siguen en examen las del agua, así como la merienda escolar, entre otros productos y servicios.

Junto al pueblo, Grupo de Inspección Superior del Estado al control de los precios
«En correspondencia con el resultado económico que tengan las empresas en el primer mes del año, podremos evaluar si la aplicación de los índices fue correcta o no. Si tienen mucho margen de utilidad, hay que revisarlos, porque el crecimiento de ese indicador no puede estar condicionado por incrementos de los precios», subrayó Randar Romero.

No obstante, a juicio del Subdirector de Finanzas en la capital, en esta primera etapa del ordenamiento, además de la aplicación de los índices máximos, las entidades han presentado irregularidades de índole organizativas y administrativas, porque los problemas de calidad, por ejemplo, no tienen que ver con la Tarea Ordenamiento y sí con la gestión.

Por ello, añadió, han existido muchos cuestionamientos sobre la adecuada correlación calidad-precios, unido a violaciones flagrantes de estos últimos, por lo que se han intensificado las acciones de control a todos los actores económicos, tanto estatales como no estatales.

Justamente, con el objetivo de evitar que se generen precios abusivos y especulativos, la Gaceta Oficial No. 8 Extraordinaria, de 29 de enero de 2021, publicó el Decreto 30 De las contravenciones personales, sanciones, medidas y procedimientos a aplicar por la violación de las normas que rigen la política de precios y tarifas.

Sin tregua con los precios abusivos

Dicha normativa es de aplicación a las personas naturales relacionadas con la comercialización de bienes y servicios, de forma mayorista o minorista, y dispone multas entre 2 500 y 15 000 pesos.

Para que la Tarea Ordenamiento avance, reiteró Randar Romero, hay que continuar examinando las fichas de costo confeccionadas por cada entidad; evaluar periódicamente, incluso de carácter mensual, los resultados de las entidades y, sobre todo, no se puede bajar la guardia en el seguimiento a los precios, con énfasis en el accionar de los gobiernos locales y en el control popular.



 

ROMPER LA INERCIA EMPRESARIAL.

Por Dr. Silvio Calves Hernández

Una queja reiterada es la falta de agresividad de las empresas estatales en aprovechar y utilizar las facultades otorgadas recientemente en cuanto a flexibilidad en su gestión no son proactivas y se nota como si estuviesen paralizadas en el tiempo; se empleó en el Consejo de Ministros, primero de este mes de febrero, la palabra “inercia” al exponer lo que estaba sucediendo en las empresas estatales a partir de la aplicación de la tarea “ordenamiento”.

Si bien es algo no favorable es sin embargo lógico que suceda. Todo cambio hacia una nueva forma de organizar el trabajo conlleva un aprendizaje y en todo nuevo proceso hay una curva de aprendizaje y esta demuestra que cada vez que se repite un proceso el tiempo consumido es menor. Recuerdo que en la Ciudad de Boston en EEUU, visité una consultoría sobre gestión de empresas, muy prestigiosa, en que sus concepciones teóricas para elevar el desempeño y productividad estaban basadas en la optimización de la “Curva de Aprendizaje en la Gestión de la Organización”; años después, trabajé bastante en la teoría de los Cambios y llegue a la conclusión y así lo explico en mis clases sobre este tema que en todo cambio hay lo que llamé la “Constante de Tiempo” que es el periodo que transcurre desde que usted introduce el cambio hasta que alcanza los resultados que se propuso.

Esa Constante de Tiempo será mayor o menor en la medida que usted prepare el cambio no solo con conocimientos teóricos, también con entrenamientos, aclaraciones, retroalimentación y seguimiento y sobre todos buscando y reclutando a los ejecutivos que sean capaces de llevarlos adelante que posean experiencias útiles, capaces de aprender de los demás y que sepan reconocer las experiencias de otros, aunque sean diferentes a la suya. Tal vez a esa Inercia de las empresas les esté faltando todo eso para acortar ese periodo en que se alcanzan los resultados

Una cosa es trabajar con el sistema de planificación y la asignación de mercados, tareas y presupuestos asignados y estar respondiendo constantemente a una gran burocracia que en cierto sentido los ayudaba a no hacer perecer sus empresas y otra tener autonomía y tomar decisiones propias y jugar con leyes de mercado que siempre han estado y estarán presentes en la relación productor y consumidor.

Soy de la opinión de que para lograr reducir esa Constante de Tiempo hay que también hacer algunas cosas en el contexto en que se haya la empresa estatal cubana que contribuyan a estimular la competitividad de las mismas.

Una de las cosas a implantar es quitarles a las empresas la seguridad de las asignaciones centralizadas de tareas y presupuestos. Las empresas deben luchar y obtener por su eficacia y eficiencia las asignaciones del plan. Todas las empresas el mundo son felices cuando alcanzan tener de clientes a entidades del Estado. En todo país hay necesidades del gobierno y esos gobiernos mediante las instituciones correspondientes hace licitaciones para asignar la tarea a la mejor oferta. No ponen su dinero en empresas de baja productividad y altos costos; fui testigo en un país europeo de una lucha tenaz entre empresas para obtener asignación del gobierno para reparar un puerto y en otro momento para suministrar uniformes y alimentos a la marina de guerra de dicho país. Creo que el Estado cubano no puede estar sometido a entregar recursos a empresas de baja productividad, mala calidad y poco eficientes. Es una forma que tenemos de hacer cautivo de la empresa al Gobierno que la creo. Pues no se ha logrado diversificar actores que compitan por el mismo mercado. En conclusión, hay en mi opinión que cambiar la forma de asignar el plan o no contribuiremos al despegue empresarial.

Otro de los aspectos que contribuirán a elevar esa competitividad de la empresa estatal es la Creación de las Micro, pequeñas y medianas empresas las famosas Pymes cuya creación se demora y no conocemos las causas de esa tardanza. Las Pymes que podrían competir por asignaciones del plan del Estado serían un estímulo al encadenamiento de estas con empresas estatales y hasta su forma de gestión podría contribuir a incrementar la competitividad de las estatales; además permitirían absorber personal sobrante de las empresas estales en que seguramente sería necesario reducir personal que incrementa sus costos y que no son necesarios.

Hay que terminar con el homologuismo burocrático. Cuando observamos la estructura de las Osdes, empresas y UEB comprobamos que sus estructuras de cargos son casi idénticas. Algo inconcebible en cualquier lugar del Mundo ya que los costos fijos de esas estructuras burocráticas reducen la eficiencia. Da la impresión que cada Ministerio del Gobierno desea tener un representante de sus funciones en cada nivel de la estructura empresarial del país.

Una medicina contra este mal de cargos replicados en todos los niveles son las empresas consultoras y de servicios de todo tipo, económicas, financieras, informáticas, de gestión, de capacitación y formación, de investigaciones, logísticas y de otras funciones. Estas empresas pudieran ser estatales o Pymes.

Es necesario desarrollar las iniciativas e infraestructura de servicios de todo tipo no solo con interés local sino global. Hemos concentrado la exportación de servicios en el turismo lo que es muy positivo no obstante las vulnerabilidades de ese sector ente conflictos, guerras, presiones políticas y enfermedades. Hay que desarrollar otros servicios como ha sido el caso de la medicina que ha desafiado con éxitos presiones internacionales, conflictos, epidemias y guerras y ha llevado los servicios médicos a muchos rincones de la Tierra.

Un tema importante yo diría que muy importante, es el de los cuadros y ejecutivos y de características se necesitan ahora, más aún después de esta terrible experiencia de la pandemia. Un nuevo tipo de liderazgo será necesario. Recordando el concepto de Revolución “Tener presente el momento histórico y Cambiar todo lo que Deba ser Cambiado”. Creo que el momento histórico lleva a cambiar muchas características de quienes dirigen y habrá que buscar y definir las competencias más apropiadas para una gestión muy apoyada en internet y en sus capacidades de comunicación, negociación, coordinación, innovación y proactividad. No pueden seguir siendo los que esperan orientaciones para hacer; tienen que saber, saber hacer y querer hacer en este nuevo contexto en que todo ha cambiado.

Creo que por muy descapitalizadas que estén las tecnologías de empresas cubanas siempre habrá nichos para que con esos mismos medios con iniciativas innovadoras y creatividad puedan generar nuevos productos tanto para el mercado nacional como internacional. Es cuestión de proponérselos y tener esa capacidad innovadora y de estimular apropiadamente la creatividad. ¿Qué falta para esto? Creo que falta la cultura de investigación de mercado y aclaro no de marketing, sino de hacer verdadera investigación de mercado que es un proceso muy profundo en que se investigan muchos detalles del mercado que se desea alcanzar.

Contribuyendo a todo esto deben estar los bancos y el trabajo financiero facilitando, alertando y brindando los recursos económicos para aprovechar las buenas oportunidades que puedan aparecer. Se han comenzado a dar pasos bastante clásicos para las empresas estatales que deberán abrirse también a las Pymes y a cuanto actor económico aparezca.

Creo hay muchas cosas por hacer aun para terminar la inercia empresarial y acortar el tiempo en que se esperan resultados. Esperemos todo esto se estimule.

Tocarle las puertas al trabajo o por qué tantos cubanos salen en busca de empleo (+ Video)

 Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Edilberto Carmona Tamayo, Lissett Izquierdo Ferrer, Abel Padrón Padilla

8 febrero 2021

Asistentes a la dirección municipal de Trabajo de Diez de Octubre. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate.

La Habana, 10:00 a.m. Un grupo de personas entra y sale de la dirección de Trabajo de Diez de Octubre.

Hay desempleados, “interruptos”, jóvenes, una mujer con 60 años que “se siente útil para trabajar” y un hombre que busca oficio “para flotar en la marea elevada de los nuevos precios”, en una fila de necesidades y deseos que no se agota —aseguran autoridades del lugar— desde que se anunciara en diciembre el ordenamiento monetario y la reforma salarial.

“Esto ha sido una Revolución, del 14 de diciembre al cierre del 1 de febrero hemos registrado unas 1 124 solicitudes de empleo. Antes atendíamos diariamente hasta 15 personas interesadas en el sector estatal y poco más de 20 en el no estatal, ahora la cifra no baja de 80 a 100”, contabiliza la directora María Isabel García Ferrer.

Este comportamiento, asegura Ingrid Travieso Rosabal, directora de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), era un efecto esperado tras el incremento del salario que trajo consigo la llamada Tarea Ordenamiento, unido al aumento de los precios y la eliminación de algunos subsidios y gratuidades. La apuesta, subraya, “es que el trabajo sea la principal fuente de sostenimiento del trabajador y su familia”.

Al cierre de este 5 de febrero 92 651 cubanos habían acudido a buscar empleo. Sin embargo, la oferta, al menos en ese municipio capitalino densamente poblado, apenas logró satisfacer la mitad de la demanda. Solo estaban disponibles —según las necesidades que enviaron las entidades e instituciones a la dirección de Trabajo de Diez de Octubre—, unas 496 plazas, 98 del sector presupuestado y el resto del sector empresarial.

Y como tampoco es fácil aunar deseo, calificación y oferta, en el país solo el 52% aceptó las propuestas laborales ofrecidas. En el caso de las 1 124  personas que llegaron a las oficinas ubicadas en calle Acosta, especifica García Ferrer, a 52 no les convino la plaza y unas 641 se incorporaron a cursos impartidos por la Empresa de Seguridad y Protección, la Empresa de Servicios Especializados de Protección S.A. y el Ministerio del Interior. Este adiestramiento para jóvenes de 18 a 35 años, con una duración de seis a nueve meses y en algunos casos con pago de un estipendio, “permite dar empleo en un futuro mediato, a la vez que eleva la preparación de los solicitantes”, valora la funcionaria.

Las ofertas de empleo, aclara la especialista del MTSS, se ajustan a la vocación económica del territorio. “A veces las personas acuden con una aspiración que no se corresponde necesariamente con las ofertas laborales existentes el municipio o la provincia”.

Historias detrás de las cifras, ¿quiénes buscan trabajo?

Jornada laboral en la dirección municipal de Trabajo de Diez de Octubre. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate.

Por motivos diversos han ido los cubanos a las oficinas de Trabajo y no solo debido a los nuevos precios y salarios. Las historias detrás de las cifras, al menos en Diez de Octubre, así lo confirman.

Ciertamente, dice María Isabel García Ferrer, dentro de los 1 124 solicitantes hay quienes laboraban bajo las sombras de la informalidad y ahora han sentido la necesidad de trabajar. “También hemos recibido personas que eran cuentapropistas y han querido 'permutar' al sector estatal, por la nueva escala salarial y la jubilación”.

Es el caso de Pedro Valladares, que aunque —afirma— no le iba mal en su negocio, pretende ser contratado en el hospital Hijas de Galicia. “Los nuevos salarios son un atractivo, pero lo que me impulsa es la realidad de los nuevos precios. Al trabajarle al Estado contribuyes más, sobre todo cuando eres monetariamente recompensado”.

La “carga” de tres niños pequeños y una esposa empleada en una agencia de viajes que cerró por la pandemia, en un escenario de inflación, donde “una mano de plátano puede costarte 25 pesos”, lo obligó a cambiar su modo de vida. “Vivo detrás del hospital y me enteré que había ofertas de trabajo, pero necesitaba el anexo 7 y me dirigí a estas oficinas para obtenerlo, pues ya no es como antes que podías hacer todos los trámites con la entidad”.

En otro de los locales de Acosta 133, sentada frente a una especialista expone sus intereses Milays Fernández Góngora, que acumula 60 años y afirma sentirse útil para trabajar. “Durante mucho tiempo trabajé en una panadería, pero dejé de hacerlo porque me tuve que dedicar al cuidado de mi madre. Estoy aquí porque quiero completar mis años de labor y jubilarme con mi chequera para no recargar a mi hija” (en Cuba la ley fija la edad de jubilación en 60 años para las mujeres).

Los nuevos salarios —considera— sí son un incentivo para el trabajo. “Siempre he estado de acuerdo con que todo el que pueda aportar, lo haga”.

Un propósito distinto anima al joven Abdel Barroso. “Vengo a buscar empleo pues dicen que hay varias ofertas y quiero ejercer mi título de Contador”, porque ahora, más que nunca, es necesario el dinero, aduce.

Pero en los datos ofrecidos por María Isabel García Ferrer también se evidencian otras realidades que tienen que ver con los impactos en el desempleo del cierre total o parcial de muchos pequeños negocios y de entidades dedicadas al turismo, ocasionado por la pandemia.

Aunque no se ha producido una avalancha hacia las direcciones de Trabajo, como asegura esta directiva, sí registran cuentapropistas, fundamentalmente contratados, que fueron buscando empleo. Y las situaciones son diversas: hay titulares que reordenaron su fuerza laboral, muchos están exonerados del pago de impuestos, mientras una minoría se le ha aprobado la Asistencia Social.

Si bien no supera la cifra de hombres, es significativo el número de mujeres jóvenes que se han incorporado al trabajo estatal, “algunas porque eran contratadas en los servicios de peluquería y cafeterías, negocios que hoy están un poco deprimidos ante la situación con la COVID-19”.

Y la tendencia en este municipio coincide con la del país, donde se observa que la incorporación al empleo de los jóvenes menores de 35 años es el 37% y del total de las personas que aceptan las mujeres representan más del 30%. Granma, Pinar del Río, Artemisa y Villa Clara son las provincias en las que más mujeres se han sumado al empleo.

En la dirección de Trabajo de Diez de Octubre, alega la directora, se han personado igualmente trabajadores de empresas que fueron fusionadas o cerradas, como las pertenecientes al Ministerio de Turismo, y que habían sido beneficiados por un tiempo con las garantías salariales.

También buscando empleo, aunque no para él, estaba Alejandro Ortega Cabrera, subdirector de Recursos Humanos del Cabaret Tropicana, perteneciente a Palmares. “Estoy haciendo un recorrido por los diferentes municipios de la capital con el objetivo de recoger ofertas para 15 trabajadores declarados interruptos. Como sabemos, nuestro sector ha sido uno de los más golpeados por la pandemia y por tanto con mayor afectación laboral”.

“Aquí, por ejemplo, me han informado todas las posibilidades existentes en este territorio, pues no necesariamente el trabajador tiene que vivir en Diez de Octubre, al mantenerse funcionando el transporte”.

Ortega Cabrera explica que Recursos Humanos tiene la misión de buscar la fuente de empleo para aquellos que en estos momentos están desamparados en cuanto al trabajo, “no así a la garantía salarial, la cual se le respetó, como se ha indicado por la dirección del país,  con el 100% del salario durante el primer mes y el 60% a partir del segundo, hasta que las condiciones lo permitan”.


Toco la puerta, y entonces…

Jornada laboral en la dirección municipal de Trabajo de Diez de Octubre. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate.

Ante el nuevo escenario no son pocos los que se preguntan si los “brazos dormidos” encontrarán ahora un sitio para laborar. Según un informe reciente de la Central de Trabajadores de Cuba, durante el presente año el MTSS proyecta ofertar 32 000 nuevos empleos. Entre las futuras plazas, indica el documento, 22 000 se ubican en el sector estatal y 10 000 en el cuentapropista.

Se pronostica, además, que  el 2021 cerrará con un nivel de ocupación laboral de 4 619 200 trabajadores, de ellos, 3 107 500 en el sector estatal y 1 511 700 en el privado.

Cifras que respaldan la tendencia, más pronunciada en el las últimas semanas, de que más cubanos se suman al trabajo, en un país donde al cierre del pasado calendario los ocupados en la economía significaron tan solo el 41% del total de la población.

No obstante, hay economistas que alertan el contraste del boom del empleo estatal en Cuba, con la necesidad del ajuste en ese sector que promueve la devaluación y, por otra parte, del riesgo de “abultar” plantillas en actividades fuera del área productiva. Pero, ¿hacia dónde fueron los nuevos contratados? ¿Tiene el sector estatal la capacidad de absorber el incremento de la demanda de empleo?

“En estos momentos estamos potenciando el empleo en el sector productivo, como garantía para la creación de nuevas riquezas; sobre todo en la producción de alimentos”, asegura la directiva del MTSS. Este es un tema, dice, al que no se “le pierde ni pie ni pisada”.

Por ejemplo, en las cooperativas agropecuarios se han podido vincular a más de 2 000 personas.

En el sector presupuestado, puntualiza, las demandas han estado más concentradas a reemplazar, sobre todo personas que ya se jubilan o que salen por otros motivos del empleo. “Es importante tener en cuenta la situación demográfica del país, y que tampoco se debe ir en detrimento del servicio”.

Otro grupo importante ha solicitado licencias para ejercer el trabajo por cuenta propia, un elemento imprescindible —subraya la especialista— para desatar las fuerzas productivas y potenciar la creatividad y la iniciativa local.

Las 496 plazas agenciadas en la dirección municipal de Diez de Octubre tienen sus destinos bien definidos, comenta María Isabel García Ferrer, mientras hojea un extenso papel cubierto por diminutos números.

Pertenecen fundamentalmente, ejemplifica, al sector de la salud en servicios técnicos y operarios, así como lavandería, cocina y esterilización. Mientras que en el sector empresarial las ofertas han estado dirigidas a técnicos y especialistas en economía, control de la calidad, salud, seguridad del trabajo e informática. Espacios que, como se sabía, permanecían descubiertos por las rigideces salariales.

Pero para que la balanza no pierda la calibración, el empresario debe evaluar que las nuevas ofertas de empleo estén vinculadas más a la producción y no tanto a los puestos indirectos.

“Debemos recordar que las plantillas se han ido ajustando a las necesidades reales de los centros laborales. Primero se hizo en el sector presupuestado cuando el incremento salarial y ahora se suma en sector empresarial, donde a partir de las propias facultades que se les ha dado a los empresarios, de ajustar plantillas y establecer sistemas de pagos coherentes a sus necesidades ellos ajustan las cuentas. La Tarea Ordenamiento vino a redondear esa cuestión”, afirma la especialista en materia laboral del Ministerio de Trabajo.

Un criterio compartido por García Ferrer, quien apunta que desde el anterior incremento salarial en el sector presupuestado “esa famosa plantilla inflada falleció, porque la inyección de los presupuestos requirió fiscalizar el 100% de las unidades para limpiar y reevaluar esas plantillas, no solo para depurarlas sino con el fin de integrar procesos”. 

Esclarece que en el sector presupuestado “no se congelaron las plazas”, como hizo saber el rumor popular en el mes de enero; sino que tras el cierre del año fiscal las entidades no realizan reajustes de sus plantillas hasta no tener la notificación de su nuevo presupuesto. “A partir de que se apruebe el presupuesto, las entidades reordenan la fuerza de trabajo. No es congelar las plazas, es cerrar un año fiscal y abrir otro”.

El reto de buscar más fuentes de empleo

María Isabel Ferrer, directora de la dirección municipal de Trabajo en Diez de Octubre. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate.

“El objetivo es que no existan personas que digan: 'yo no trabajo porque no hay empleo'”, sintetiza María Isabel García Ferrer. Y surge la interrogante, ¿cómo conectar intereses y puestos laborales y satisfacer una demanda cada vez más creciente?

De acuerdo con la fuente del MTSS, la proyección del trabajo debe ser territorial. “El procedimiento de la actualización de la demanda, que certifica cada organismo por territorio, entidad y nivel educacional, es el que permite planear a mediano y corto plazo la fuerza de trabajo e incidir en la formación académica”.

Un proceso, reconoce, que ha estado un poco distante del contexto territorial. “Muchas veces el municipio o la provincia no veían esa demanda porque se concebía desde el punto de vista institucional. Hoy el nuevo procedimiento está enfocado en que el organismo haga su demanda hasta nivel de entidad, pero se va a informar a los gobiernos territoriales para que realicen los análisis competentes en función de sus necesidad y con un mayor enfoque local”.

Precisamente en manos de los gobiernos locales está el desafío de impulsar proyectos que generen empleo. En el municipio de Diez de Octubre, cuenta García Ferrer, desde el pasado año se promueven con mayor énfasis iniciativas como la de una minindustria de alimentos en conserva, a punto de funcionar, y a la par se buscan los encadenamientos productivos entre todos los sectores, incluido el no estatal.

Un proceso, prosigue, que se desarrolla en alianza con la academia, en particular con profesores de la Facultad de Administración Pública y con la contribución territorial del 1%.

Si bien muchos de los habitantes de Diez de Octubre trabajan fuera del municipio y este cuenta con centros que generan solicitudes de personal calificado como los hospitales Hijas de Galicia, el Miguel Enríquez y el Clínico Quirúrgico, la demanda es constante al tener dos tecnológicos de enfermería, una facultad de Ciencias Médicas y otra de Economía. También está la prioridad en los que egresan del servicio militar, escuelas especiales y de oficio.

Por otra parte, añade García Ferrer, está la misión de identificar núcleos vulnerables que, ofreciendo un empleo a miembros de la familia en capacidad de trabajar, mejore su economía.

Y todo esto se traduce en la obligación de propiciar más oportunidades. “La dirección realiza una labor de conciliación y búsqueda en las empresas, no solo del territorio sino de la provincia. Las empresas, como procedimiento, venían antes todas las semanas, ahora en cuanto se le aprueba una plaza y tienen el financiamiento vienen y radican. El objetivo es la inmediatez”.

Y con esa lógica se habilitó la APK Ofertas de  empleo, que facilita el acceso a las plazas vacantes, más allá del territorio de residencia. No obstante, el intercambio directo sigue en pie. “Todos los días damos un matutino de orientación para explicar las ofertas en el municipio y la provincia, así como los cursos y los requisitos”. 

“Las ofertas las recepcionamos de la web disponible o en la conciliación con otras direcciones municipales. Lo que está indicado es que la base de datos se actualice diariamente. Las jefas de recursos humanos vienen a radicar sus plazas y nosotros las introducimos en la página web”, explica García Ferrer, quien considera que indiscutiblemente estos mecanismos hay que seguirlos perfeccionando, hasta llegar, por ejemplo, a sitios territoriales.

Otra carencia visible es que hoy las direcciones municipales de Trabajo no disponen de las ofertas de empleo del sector no estatal, excepto las de algunas cooperativas. “Es bueno aclarar que por la página web y la APK cualquier empleador, tanto del sector estatal como del no estatal, pueden promocionar sus demandas. Si un trabajador por cuenta propia va y declara sus necesidades, estas tienen el mismo tratamiento que el resto, es empleo, venga de donde venga”, señala la especialista del MTSS.

Residentes de Diez de Octubre acuden a la dirección municipal de Trabajo de ese municipio en busca de ofertas laborales. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate.

En Cuba urge que todo el que esté en condiciones de trabajar, lo haga. Por un lado, está la fuerte tensión que impone de por sí la dinámica demográfica, que se traduce en menos manos para producir, y por otro la necesidad de sacar la economía de sus bajos crecimientos. Que más cubanos se sumen al empleo es entonces una buena noticia, pero siempre que se vele porque las plantillas no se inflen en detrimento de la eficiencia. 

Conjugar con éxito los intereses de las actividades presupuestadas y las empresariales es el camino. También, como acotan economistas, dar paso a los pequeños y medianos negocios y su marco legal pendiente, e incentivar los trabajos particulares, ahora más flexibles al eliminar la lista de oficios establecidos. Al decir del ministro de Economía, Alejandro Gil, se trata de un paso muy importante en función de ampliar las posibilidades de empleo, para dar una respuesta oportuna y positiva a la implementación del ordenamiento monetario en el país.

Vea en video:

Destaca Murillo perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia en Cuba

REDACCIÓN ACN 08 FEBRERO 2021

 
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 La Habana, 8 feb (ACN) Marino Murillo, jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo en Cuba de los  lineamientos, destacó hoy en Twitter las nuevas facilidades para el Trabajo por Cuenta Propia (TCP) aprobadas por el Consejo de Ministros de la nación el 6 de febrero.

Murillo explicó que las medidas amplían significativamente las actividades que podrán ejercerse, lo cual constituye un importante paso en el desarrollo de esta modalidad de trabajo.

"Las nuevas medidas para el Trabajo por cuenta propia aprobadas por el Consejo de Ministros, amplían significativamente las actividades que podrán ejercerse. Nuevo e importante paso para desarrollar esta modalidad de trabajo #SomosCuba #SomosContinuidad", tuiteó.

Un reciente artículo del diario Granma refiere que la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, informó como una de las medidas para el perfeccionamiento del TCP la eliminación del anterior listado donde se recogían las 127 actividades aprobadas.

Feitó explicó que de las más de dos mil actividades para las que se permite el ejercicio del TCP, solo se limitan, total o parcialmente, 124 de ellas.

La titular del sector destacó que actividades consideradas ilícitas o prohibidas por ley como la caza y pesca de especies prohibidas y en peligro de extinción, la explotación de las plantas endémicas, el empleo infantil y el trabajo forzado, no se incluyen en esta lista.

Entre los principios aprobados por el Consejo de Ministros se destaca que el alcance de la actividad se determina a partir del proyecto de trabajo que presente el interesado, con ello se eliminan los alcances específicos y homogéneos que tenían las anteriores normas y se posibilita desatar las fuerzas productivas en ese sector.

Se prevé también que los trámites se realicen a través de una ventanilla única, lo cual permitirá que en un solo lugar se brinde información y asesoría, además de trámites de solicitudes, suspensiones, cancelaciones, permisos y consultas.

El TCP en Cuba constituye una opción de empleo que actualmente tiene más de 600 mil trabajadores, lo cual representa el 13 por ciento de la ocupación en el país.

Refiere el texto de Granma que la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños, resaltó la actualización de la cuantía de las multas (entre dos mil 500 y 15 mil pesos) para que realmente cumplan un efecto sancionador y ayuden al enfrentamiento de las violaciones de precios.

Se incluyen sanciones como el decomiso y venta forzosa de los bienes; además de las contravenciones de precios minoristas para la retención o no comercialización de mercancías destinadas a la venta a la población y la aplicación de precios abusivos y especulativos.

Fue aprobado también el Decreto "De las infracciones de las medidas sanitarias para la prevención y enfrentamiento de la COVID-19", que tiene entre sus objetivos incrementar la responsabilidad individual, familiar y social; la exigencia, el rigor y el enfrentamiento a conductas de indisciplina y descontrol.

Hacer cuentas y vivir del cuento: de la “actualización” al “ordenamiento”

El empleo, el desempleo y la reproducción de la vida en Cuba




“Se supone que no haya grandes perdedores”, “no pueden haber desamparados”, “nadie quedará desamparado”, son algunas de las declaraciones oficiales de las semanas de enero de 2021. Ellas se enuncian a propósito de “la tarea ordenamiento” de la economía cubana.

Al unísono, se ha afirmado que es necesario “promover un mayor interés por el trabajo”, que “ahora la gente y las familias tienen que sacar cuentas”. Se habla también de “la necesidad de trabajar” que impulsa la “tarea de ordenamiento”. Se asegura, en alta voz, que “se acaba el vivir del cuento”.

Puestos en relación, los dos tipos de titulares sugieren que el ordenamiento no solo va a intentar resolver —nuevamente— las distorsiones de la economía, producidas por malos diseños e ineficientes implementaciones internas y por la asfixia de los gobiernos estadounidenses a su homólogo y pueblo cubanos. El ordenamiento también promoverá una suerte de corrección a la concepción del trabajo que tiene la ciudadanía, y a los arreglos que hasta el momento había que desplegar para vivir.

“Nadie quedará desamparado”

La referencia a que “nadie quedará desamparado” es continuidad de procesos y discursos previos. En los 1990, Fidel Castro afirmó en V Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) que lo que se tuviera se repartiría “entre todos”. Esa crisis transformó la estructura socioclasista. En el año 1984 el índice de pobreza era de 6,6 %1 y a inicios de los 2000 había un 20% de pobreza urbana.2 El empobrecimiento fue inevitable, aunque no hubo desentendimiento institucional respecto a la búsqueda de ciertos amortiguadores. También aumentaron de forma drástica el costo de la vida y la cantidad de trabajo (remunerado y no remunerado) que las familias tuvieron que poner en juego para asegurar la subsistencia. Mientras, el valor real de los salarios cayó en picada.

En fecha más reciente, cuando Cuba inició otra reforma guiada por los Lineamientos de la Actualización del Modelo Económico y de Política Social (2011), el entonces presidente Raúl Castro afirmó lo ya dicho: “nadie quedará desamparado”. A mediados del 2020, cuando la pandemia del COVID-19 arreciaba el mundo, Miguel Díaz-Canel, actual presidente, anunció reformas económicas que nuevamente prometían intervenir las distorsiones de la economía nacional; en su alocución reiteró: nadie quedará desamparado.

El 1 de enero de 2021 comenzó una nueva etapa: la “tarea de ordenamiento”. En el campo de la economía monetaria, es probablemente el cambio más esperado, manoseado y profundo: reformas monetaria, cambiaria y salarial. Se ha desplegado también un nuevo programa de eliminación de los llamados “subsidios y gratuidades indebidas”.

Entre la “actualización” (2011) y el “ordenamiento” (2021) ha pasado una década en la cual las distorsiones del sistema socioeconómico han asegurado el aumento de la desigualdad y de la pobreza.

El cuento sobre el vivir del cuento

Para la ciudadanía, lo anterior ha tenido costos dramáticos. El esfuerzo familiar, colectivo, individual, no ha mermado; todo lo contrario. Los subsidios han disminuido progresivamente y también lo que representan los salarios estatales —y los ingresos en general— para las familias y las personas.

Las acrobacias del día a día han tenido que ser más riesgosas, más inciertas, se han vuelto estructurales. “La lucha”, “la pelea”, “el invento” y “el cuento” no son otra cosa que estrategias de sobrevivencia, abigarradas, fragmentarias pero persistentes del pueblo. Una parte de ellas funcionan dentro de redes estructurales de corrupción que no existen porque “la gente es mala y no merece”. Hay un orden, también institucional, que las produce en la forma de garantías al “mercado negro” (segunda economía), sobornos, prebendas, poderes ejercidos frente a otros poderes, relaciones de reciprocidad que son posibles porque antes ha habido robo, corrupción o “desvío de recursos”.

Esos no son atavismos ciudadanos. La posibilidad de asegurar ingresos y recursos suficientes por vías formales se ha raquitizado con el paso de los años. La ampliación parcial del sector no estatal, y específicamente del Trabajo por Cuenta Propia (TCP), no logró contener la precarización de los salarios estatales ni la expulsión de masas de personas del empleo formal en algún sector. Los números ayudan a verlo con claridad.

Las cifras

En 2010, Raúl Castro afirmó en el discurso de clausura del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas:

“Si mantenemos plantillas infladas en casi todos los ámbitos del quehacer nacional y pagamos salarios sin vínculo con los resultados, elevando la masa de dinero en circulación, no podemos esperar que los precios detengan su ascenso constante, deteriorando la capacidad adquisitiva del pueblo. Sabemos que sobran cientos de miles de trabajadores en los sectores presupuestado y empresarial, algunos analistas calculan que el exceso de plazas sobrepasa el millón de personas y este es un asunto muy sensible que estamos en el deber de enfrentar con firmeza y sentido político”.

Enseguida aclaró que “la Revolución no dejará a nadie desamparado”. Cinco meses después , la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) anunció que en los seis meses siguientes quedarían disponibles —despedidas— 500 mil personas del sector estatal; la cifra se duplicaría a fines del 2011 y alcanzaría un total de 1,3 millones en 2014. Ese proceso era imprescindible para corregir las distorsiones de la economía cubana, pero tenía altos costos sociales y políticos. Se esperaba que la flexibilización del sector no estatal de la economía contribuyera a la creación de empleos.

En principio, el plan anunciado por la CTC se pospuso. Pero una década después, estamos en condiciones de evaluar lo que verdaderamente ha sucedido.

Entre 2010 y 2019, la tasa de actividad económica cubana disminuyó considerablemente: de 74,9 a 65,2. Eso quiere decir que, antes de la “tarea de ordenamiento”, la relación entre la población en edad laboral y la población económicamente activa se estrechó en casi 10 puntos porcentuales. La baja del indicador puede deberse a al menos cuatro razones.

Primero, al propio programa estatal de reducción de plantillas. Segundo, al reflejo en las estadísticas de la eliminación de formas de estudio que eran consideradas un empleo y ya no lo son (trabajadores sociales, maestros emergentes y otros, recibían una remuneración durante su período de formación profesional, como parte de los programas de la Batalla de Ideas). Tercero, a procesos de emigración hacia el exterior: personas que viven fuera del país pero mantienen su estatus de residentes y, por tanto, contabilizan como población en edad laboral pero no están ocupadas ni desocupadas. Cuarto, a la incapacidad del TCP para absorber el excedente de fuerza de trabajo del sector estatal. Ninguno de los factores se explica por la desidia de las personas ni por la existencia de un “papá Estado” que permita vivir sin trabajar para percibir ingresos.

Pero hay más. En 2010, 4millones 178mil personas estaban ocupadas en el sector estatal. En 2019, eran 3millones 78mil. El dato informa un hecho: 1millón 100mil personas salieron del sector estatal entre 2010 y 2019. Entonces, y después de todo, el plan anunciado de reducción del empleo en el sector estatal se cumplió. Sin embargo, las deformidades del sistema socioeconómico no se corrigieron. El problema, que sabemos es resultado de distintos factores, no se “corrigió” con el cambio de uno de los indicadores, todo lo contrario. A partir de 2021 es probable que haya más desempleo estatal, ahora debido a la “tarea de ordenamiento”, pues un número aún incierto de empresas de ese sector no sobrevivirán la reforma.

¿A dónde fueron ese más de un millón de personas? Unas 629 mil 800 fueron al TCP de modo formal; o sea, con licencias. Pero otras 470 mil 200 personas quedaron fuera tanto del sector estatal como del TCP.1

Hay tres opciones (no excluyentes) para ese grupo: a) fueron a hacer trabajo informal en el sector privado (sin contrato y, por tanto, sin derechos laborales), al autoempleo también informal, o hacia actividades directamente ilícitas, b) fueron a trabajar de forma no remunerada en los hogares (“amas de casa”), c) salieron del país conservando su residencia.

Si tenemos en cuenta que en la década se ha producido un encarecimiento progresivo del costo de la vida, ha aumentado la escasez de bienes básicos y han disminuido los subsidios, es probable que al menos una parte muy importante de ese grupo se haya sumado a la masa de trabajadores y trabajadoras que engrosan el sector del trabajo informal. Ahí buscan —y eventualmente logran— ingresos desde los márgenes de lo normado y, también, del marco que provee derechos laborales.

El plato sobre la mesa sigue siendo lo imprescindible y, para eso, la gran mayoría del pueblo siempre ha necesitado sacar cuentas. Decir lo contrario desenfoca interesadamente la mirada.

La pandemia… y lo que no es cuento

En 2021 la situación es más grave. La pandemia ha caotizado lo que ya era un escenario de difícil manejo. El impacto global de la COVID-19 y su asfixia al turismo y a otros sectores de la economía ha impactado negativamente al país y a la ciudadanía. El recrudecimiento de las sanciones estadounidenses al gobierno y pueblo cubanos ha sumado leña al fuego.

El TCP, que había dado empleo a cientos de miles de personas, se ha estrechado dramáticamente. En febrero de 2021, 250 mil trabajadoras y trabajadores del TCP habían suspendido sus licencias (45,5% del total). Han quedado sin ingresos, no tienen seguro de desempleo y hoy viven de ahorros o se han incorporado a un sector informal que podría estar también precarizado porque la escasez continúa escalando.

En este contexto, una de las invitaciones oficiales es a que ciudadanos y ciudadanas “se interesen por el trabajo”. ¿Pero cuál trabajo?

Parte de las comunicaciones sobre la “tarea de ordenamiento” ha celebrado que las personas estén acudiendo a las oficinas locales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en busca de empleo. Cifras de Cubadebate informan que, al cierre de este 5 de febrero 92 651 personas habían acudido a buscar empleo. De ellas, alrededor del 52% tuvieron buen curso; o sea, las personas habían aceptado alguna de las ofertas disponibles.

¿Qué representa ese número frente a las 400 mil 200 personas que en la última década han quedado fuera del mercado laboral formal? ¿Qué representa respecto a quienes ya estaban buscando empleo antes de la crisis sin lograrlo? ¿Y qué representa frente a las 2millones 481mil personas que están en edad laboral pero que no tienen empleo formal ni han buscado tenerlo y parte de las cuales podrían querer hacerlo en este momento? Representa poco. También representan poco las 48 mil ofertas de trabajo que distintos organismos empleadores han registrado en los canales disponibles por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social hasta este momento, y las 33796 plazas disponibles que informan medios oficiales.

Por lo dicho, más que celebrar, lo necesario es calibrar soluciones posibles con lentes de economía política y con apego a principios ciertos de justicia social.

Sin cuento

Si tenemos en cuenta que en la última década el sector estatal ha prescindido de trabajadores y trabajadoras más que acogerles, y que la “tarea de ordenamiento” es probable que continúe ese curso, no hay razón para pensar que ese mismo sector va a generar empleo suficiente mientras se encarece el costo de la vida y se destejen los arreglos sociales que la hacían posible.

Es muy probable que el flujo sea hacia el engrosamiento del sector informal. Pero eso implica ausencia de derechos laborales (no existen contratos que garanticen estabilidad ni garantía de condiciones dignas en el empleo) y, por otro lado, el sector informal puede ser fuente de las redes de corrupción que se quieren desactivar porque drenan la economía nacional. Que se pretenda que el sector informal resuelva el desempleo real en el país, es un despropósito.

Una de las vías más lógicas y factibles es destrabar definitivamente el funcionamiento del sector no estatal de la economía (cooperativo y TCP). La última década ha demostrado que el TCP puede dinamizar el sistema de socioeconomía, y que lo ha hecho en condiciones nada favorables. Un paso en ese sentido fue el anunciado el pasado 5 de febrero, relacionado con la muy solicitada reforma de las actividades autorizadas y no autorizadas para la realización del TCP.

Por su parte, la opción cooperativa prácticamente no ha podido afirmarse; el desconocimiento de la personalidad jurídica a los esfuerzos productivos no estatales ha afectado también sistemáticamente a esa forma de propiedad en su ejercicio fuera del agropecuario. De hecho, en 2019 más que aumentar disminuyó el número de cooperativistas no agropecuarios, y se han identificado claras barreras para su ejercicio, las cuales tienen que ver, entre otros asuntos, con la inexistencia de formación en esas formas más horizontales de gestión y con el surgimiento de parte de ellas como orientaciones “desde arriba”.

A la vez, la ampliación del sector no estatal de la economía requiere el impulso firme de derechos laborales. En este momento, los derechos laborales en el TCP son frágiles y se incumplen sistemáticamente. No existen normativa ni mecanismos institucionales que aseguren derechos para quienes trabajan ahí bajo contrato. El Código de Trabajo tiene poca operatividad allí. Es necesaria una ética del ordenamiento que afirme un programa de justicia que considere el trabajo digno, también en el TCP.

El sector estatal necesita producir también mejores incentivos y democratizarse. Por ejemplo: para amortiguar la “tarea de ordenamiento” se ha anticipado un monto de mil pesos a trabajadores y trabajadoras que lo soliciten; es un monto reembolsable en cuatro meses. Frente a la situación actual, ese plazo de devolución es extremadamente breve. Un gesto loable sería la ampliación del plazo de reembolso a las empresas de ese dinero. En el país existen compensaciones laborales pero no seguros de desempleo; eso preocupa y podría agravar la situación para quienes trabajan en las empresas que eventualmente se declaren sin rentabilidad. Para eso último hay más tiempo, contando con que hay un fondo estatal para sostenerlas por un plazo determinado. Mientras ello transcurre, ¿podríamos considerar la posibilidad de instituir un seguro de desempleo justo?

Finalmente, son imprescindibles incentivos para que se empleen a grupos sociales que tienden a quedar fuera del mundo del trabajo asalariado formal, muy especialmente las mujeres. La tasa de actividad laboral de las mujeres cubanas era de 53,3 en 2019, según la información del Anuario Estadístico de 2020. Eso quiere decir que casi una de cada dos mujeres en edad laboral no tiene empleo formal ni tampoco lo está buscando. Aproximadamente 382 mil 784 mujeres salieron del sector estatal entre el 2010 y el 2019 3; eso equivale al 21,12% de las que se consideraban “ocupadas” por las estadísticas en ese último año. El TCP acogió a una parte de ellas, pero allí continúan siendo una amplia minoría (poco más del 30%). En general, la brecha de participación laboral asalariada entre hombres y mujeres es grande, de cerca del 20%, a pesar de que en Cuba las mujeres son mayoría entre las personas universitarias y en los niveles educativos superiores. Eso va en perjuicio de su autonomía económica, condiciona la imposibilidad de salir de ciclos de violencia y desconoce que en el país, como mismo sucede en otros territorios, los hogares con jefatura de hogar de mujeres están en franco ascenso.

Exactamente la misma brecha que se sostiene en las cifras generales del empleo en el país se están reproduciendo en las estadísticas de quiénes están buscando trabajo en las instituciones: el 60,8% de quienes acuden a las oficinas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en busca de empleo son hombres, frente a un 39,2% de mujeres. Es muy posible que esa diferencia se defina, entre otros factores, por la escasez de servicios de cuidados (infantiles, de personas ancianas o enfermas crónicas). Muchas mujeres tienen que esperar a que sus hijos e hijas crezcan o a que sus padres y madres mueran para, si aún les es posible, buscar empleo remunerado. Ampliar la posibilidad de empleo para ellas supone, a la vez, colocar a los cuidados en el centro de la política, también como parte del “ordenamiento”.

Con todo, es cierto, existe el imperativo de dejar de vivir del cuento. Pero “el cuento” es una cosa distinta si se observa con compromiso político, aspiración de justicia y reconocimiento de la injusticia realmente existente. Las cuentas nos sirven para ver un cuento distinto, y reescribirlo de mejor modo.

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Notas:

1 Andrew Zimbalist y Claes Brundenius: «Crecimiento con equidad en una perspectiva comparada» en Cuadernos de Nuestra América No 1, 1989.

2 Ferriol, Ángela (2004), “Política social y desarrollo”, Política social y reformas estructurales: Cuba a principios del siglo XXI (LC/L.2091), E. Álvarez y J. Mattar (eds.), México D.F., Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Publicación de las Naciones Unidas.

3 Cálculo de la autora a partir del análisis de los datos de los Anuarios Estadísticos de Cuba de 2011 y 2020.