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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 2 de agosto de 2016

Complejidades y perspectivas de la economía cubana en 2016-2017 (I)

Por: José Luis Rodríguez

Los indicadores económicos alcanzados por Cuba en 2015 resultaron ser los más favorables del último quinquenio. Habiendo promediado solo 2,8% de crecimiento en los últimos 5 años, en 2015 el crecimiento alcanzó 4,3%, sobre un plan del 4%, con notables incrementos en las inversiones (24,9%), la productividad (6,7%) y la producción industrial (9,9%), todo ello acompañado por un aumento del 17,6% en el salario medio.
Un factor clave que permitió esos resultados fue el cambio en la política financiera externa adoptada desde 2009, que llevó a priorizar el pago de los vencimientos atrasados de la deuda externa –pagos que se estima alcanzaron 19 260 millones de dólares en el último quinquenio- y la decisión de incrementar las importaciones que habían sufrido una notable reducción relativa hasta el 2014 y que fue uno de los factores del magro crecimiento logrado ese año (1,3%).
En ese sentido se puso de manifiesto la relación entre el incremento de las importaciones y el crecimiento del PIB, relación que plantea que para que la economía crezca un 1%, las importaciones deberán aumentar aproximadamente entre 2 y 3% cada año.
La validez de la estrategia contenida en los Lineamientos del Política Económica y Social del país que se aprobó en 2011 y que suponía la creación de condiciones para alcanzar un desarrollo sostenible mostró que –dada la estructura económica existente en el país- no era posible incrementar el ritmo de las inversiones necesarias para su transformación contando únicamente con el ahorro interno. Resultaba imprescindible incrementar la inversión extranjera directa, pero para ello debían crearse previamente condiciones que permitieran aumentar el crédito externo del país, objetivo solo posible a alcanzar si se comenzaba a liquidar la deuda vencida –estimada en un 27% del total- durante estos años.
En síntesis, la política económica adoptada suponía reducir el desequilibrio financiero externo como uno de los requisitos fundamentales para incrementar los niveles de inversión, aumentar la productividad del trabajo para de tal modo elevar los niveles de crecimiento así como la retribución salarial y –consecuentemente- aumentar el consumo social e individual.
Como es lógico, la estrategia adoptada no estaba exenta de riesgos y complejidades, tomando en cuenta que el nivel de apertura de la economía cubana llegaba al 46,3% en el 2014 a precios constantes. Lo que equivale decir que por cada peso de nuevo valor creado, hay 46,3 centavos que dependen de factores externos a la economía cubana, sobre los que el país tiene una influencia limitada.
No es noticia señalar que durante los años que han transcurrido desde que estallara la crisis en 2007-2008, la economía mundial no ha logrado salir de la misma y emprender una recuperación estable. Más bien lo que ha estado presente es un proceso de estancamiento en los principales polos del desarrollo mundial con tasas de crecimiento mínimas que no aseguran su estabilidad. En efecto, solamente si nos fijamos en los precios de los productos básicos luego de una tendencia a su aumento –que resultó coyuntural- hoy los mismos fluctúan y en esencia, se mantienen por debajo de los máximos alcanzados en los últimos cinco años, sin que se perciban crecimientos sustanciales en el próximo quinquenio. Esto ha caracterizado la situación de los alimentos, pasando por los minerales y terminando con los combustibles.
El impacto sobre la economía cubana no se ha hecho esperar y la situación de los principales socios comerciales de Cuba así lo evidencia.
Venezuela –principal socio comercial de Cuba- viene decreciendo impactada por la caída de los precios del petróleo desde 2014 y se pronostica que este año su PIB se reduzca entre 6,9 y 13,9%; China ha reducido su ritmo de crecimiento de 7,3 a 6,6% en 2016, en medio de un proceso de transformaciones por el que transita su economía; España se recupera con lentitud, después de una profunda caída producto de la crisis, cuyas consecuencias aún no supera totalmente; Canadá se ha desacelerado con tasas de crecimiento que bajaron de 2,4 a 1,4% entre 2014 y el pronóstico de 2016; Brasil decreció 3,8% en 2015 y volverá a decrecer en el presente año un 3,3%; finalmente Rusia mostró una caída de 3,7% en su PIB en 2015 y este año se pronostica se reducirá nuevamente un 1,2%.
Por otro lado, las principales exportaciones cubanas también se han visto afectadas recientemente.
Ya desde el pasado año se registró una disminución del 24,2% en el total de los bienes, afectados por la caída en los precios y también por la reducción de los volúmenes exportados de un grupo de productos. Para el 2016 cabe esperar nuevamente una disminución en las exportaciones de bienes.
En el caso del níquel los precios mostraron una muy ligera recuperación a nivel del mercado mundial, que totalizaron con un incremento del 8,9% durante el primer semestre de este año. Sin embargo, estos incrementos en los precios deben considerarse con cautela, ya que no se han modificado las tendencias a incrementos modestos a mediano y largo plazo. En efecto, según el Banco Mundial, el precio promedio de la TM de níquel será de 12 011 USD entre 2017 y 2021 un 30,6% por encima del promedio previsto para este año, pero muy por debajo del precio logrado entre 2013 y 2015, que fue 14 596 USD.
Adicionalmente estos ingresos se han visto afectados por una producción de solo 56 000 toneladas en 2016 por dificultades en la planta Che Guevara.
El azúcar presenta un panorama similar. El precio ha aumentado este año coyunturalmente un 30,9%, alcanzando 20,15 centavos por libra en julio, pero el mismo tiende a estabilizarse en el período 2017-2021 en torno a 15,5 centavos.
También cabe apuntar que la zafra del 2016 ha sido mala, con una producción que solo cumplió el plan al 80% con fuertes afectaciones por el bajo rendimiento agroindustrial producto de la combinación de lluvia y sequía que ha estado presente en el país. De este modo, de una zafra estimada en 1,924 millones de TM en el 2015, la actual debe estar en el entorno de 1,5 millones solamente.
En lo referido a las exportaciones de derivados del petróleo el precio promedio del marcador WTI del primer semestre promedió 42,8 USD por barril y solo se pronostica que aumente un 38,1% entre el 2017 y el 2021. Al respecto vale la pena recordar que en el plan del 2016 se planeó exportar 558 mil TM por valor de 228 millones de dólares, mientras que en el 2014 se vendieron 532 mil TM por valor de 734 millones, es decir, en dos años los ingresos por la exportación de derivados descendió un 68,9%.
En cuanto a la exportación de servicios en lo referido al turismo el número de visitantes creció un 11,7% durante el primer semestre, cifra superior al 5% planificado para el año (3,7 millones de visitantes). Este crecimiento resulta positivo en términos de ingresos, pero supone una mayor tensión para los aseguramientos necesarios que garanticen el mismo.

En lo referido al valor total de la exportación de servicios –incluyendo la exportación de servicios de fuerza de trabajo calificada- estimados de EIU pronostican un descenso en el saldo neto de las mismas en torno al 4,7% en relación al pasado año y del 9,3% en comparación con el año 2013, considerado el de mayores ingresos netos, lo que representa en términos absolutos 550 y 1 139 millones menos respectivamente. En esta reducción puede estar presente la disminución de los contratos que existen con el gobierno de Brasil –dada la situación política en ese país-, así como una contracción en el cobro de los servicios que se brindan a Venezuela producto de su situación económica.

(Continuará)
Notas
[1] La fuente de los datos citados –salvo que se indique otra cosa- se encuentra en ONEI “Anuario Estadístico de Cuba 2014” La Habana, 2015 en www.onei.cu y “Panorama Económico y Social Cuba 2015” Abril de 2016 en www.onei.cu; Marino Murillo Intervención en la ANPP, diciembre 29 de 2015, transmitida en TV por el canal CUBAVISION, el 30 de diciembre de 2015; y en Economist Intelligence Unit (EIU) “Country Report Cuba June 1st 2016” en www.eiu.com
[2] Un análisis detallado puede verse en Nancy Quiñones Chang “El déficit externo de Cuba: una visión desde la sostenibilidad” Editorial UH, La Habana, 2015, capítulo 1.
[3] Se trata de la relación entre el intercambio comercial externo y el PIB.
[4] IMF “World Economic Outlook April 2016” y “World Economic Outlook Update July 2016” en www.imf.org

Invertir el ahorro, o cómo sacar de donde hay un poco




Foto: Univisión.com


En el año 2014 los cubanos guardaron en cuentas de ahorro 22 mil 114 millones de pesos cubanos. En ese mismo año la variación en cuentas de ahorro fue positiva, creció en 3 mil 035 millones de pesos cubanos. Son los datos que aparecen en el Anuario Estadístico de Cuba de 2014.

No tenemos los datos de 2015, tampoco sabemos cuánto dinero de esa cantidad son cuentas en CUC, o en dólares estadounidenses o en euros. No obstante, si tenemos en cuenta que el valor a precios corrientes del Producto Interno Bruto de Cuba ese mismo año fue de 80 mil 656 millones de pesos, nos daremos cuenta de que la cantidad de dinero existente en cuentas de ahorro equivale a un poco más de la cuarta parte del PIB.

Todo ese dinero que está en cuentas de ahorro ordinario es un recurso que, bien usado, podría también servir para estimular nuestra producción nacional y generar más oferta, de bienes y servicios. En términos teóricos el problema estaría en convertir una parte de ese ahorro en inversión o –lo que es lo mismo– en lograr incentivos para que las personas o las empresas vayan al Banco y pidan crédito para realizar algún tipo de producción o servicio.

En teoría económica y de manera muy simplificada, cuando un país enfrenta un fenómeno de bajo crecimiento, las autoridades económicas deben crear incentivos para que los “agentes económicos” prefieran invertir, en el entendido de que la inversión significa compra de bienes y generación de nuevos empleos, y de esa manera se produce un incremento en la demanda y se estimula una dinámica virtuosa de la economía.

Convertir el ahorro en inversión –nos ha dicho la teoría keynesiana– es la mejor manera de superar las crisis y de hacer retornar a la economía a la senda del crecimiento económico. Le podríamos llamar políticas contra-ciclícas a diferencia de aquellas otras, llamadas pro-cíclicas que reducen la demanda, la inversión y contribuyen de esa forma a acentuar la crisis.

Aceptando que lo descrito más arriba está en extremo simplificado, que después de los años 70 nuevos fenómenos se sumaron a las prácticas económicas e hicieron más compleja y distante esa relación, aceptando incluso el hecho de que los incentivos tradicionales para que el ahorro se convirtiera en inversión (que los rendimientos obtenidos de la inversión fueran mayores que el interés devengado por esa misma suma en los bancos) incluso así, aquella idea básica de crear incentivos para la inversión permanece como una fórmula poderosa, en especial cuando los países como Cuba deben mirarse hacia adentro y encontrar recursos donde apenas los hay.

Cuba tiene condiciones diferentes a las economías para las que se escribieron las tesis keynesianas, pero convertir nuestro ahorro (en pesos cubanos) en inversión puede ser un pequeño motor que ayude a salir de la situación que hoy tenemos.


Hace poco leí sobre los esfuerzos del Banco Metropolitano por incentivar la “cultura crediticia” entre una parte de nuestros emprendedores, los tecnológicos.

No es un secreto que nuestra cultura crediticia es muy elemental, tampoco lo es que hasta hace muy poco apenas existía interés por obtener crédito del banco ni tampoco los incentivos para fomentar esa demanda eran los adecuados.

Ni siquiera en nuestro sector empresarial estatal la cultura crediticia es un recurso bien consolidado. De igual manera casi todos sabemos que una parte de la inversión que el sector privado cubano ejecuta actualmente es financiada con remesas, o con dinero propio, o con dinero de un “prestamista privado”.

A falta de datos más actualizados ilustremos con las cifras de 2015: en los primeros siete meses de ese año el sector privado solo utilizó 130 millones de pesos cubanos prestados por la banca nacional para invertir en sus propios negocios. Comparados con los 31 millones de 2014 el salto es incuestionable (419 por ciento). Supongamos ahora que, siguiendo el ritmo de la dinámica tan alta de este sector, en 2016 se crezca en la misma proporción. Tendríamos entonces que este año la Banca cubana le prestaría al sector privado unos 544, 7 millones de pesos.

Si la fuente de los créditos es una parte de las cuentas de ahorro existentes (digamos, el 60 por ciento de lo que las bóvedas bancarias guardan como ahorro ordinario) tendríamos unos 13 mil 268 millones como oferta de crédito. Suponiendo que se haya alcanzado la cifra del párrafo anterior, esos 544,7 millones prestados serían solo el 4 por ciento de la oferta.

Podríamos inmediatamente afirmar que es muy poco. Sin embargo, llamo la atención de que nuestra economía tiene déficit de oferta de bienes y servicios, y también padece restricciones financieras internacionales que limitan tanto la respuesta productiva ante una demanda creciente como la capacidad de importar.

Entonces, desde la perspectiva de las cuentas grandes, incrementar la demanda vía créditos sin una respuesta productiva adecuada puede conducirnos a mayores problemas que los que se intenta resolver con la concesión de créditos.

Es cierto que el sistema bancario cubano ha ido aprendiendo e introduciendo nuevos cambios para estimular la demanda de créditos. Se han simplificado los procedimientos en relación con los requisitos iniciales, se redujo el monto mínimo de 3 mil a mil pesos cubanos, no existen límites superiores para los créditos, se facultó a los presidentes de los bancos a conceder importes inferiores y plazos superiores a los diez años para la vigencia de los préstamos destinados a inversiones; además existen tasas de interés mínimas establecidas, se otorgan períodos de gracia de hasta doce meses para el monto principal del préstamo y los intereses, y también se ha permitido otorgar financiamientos a los trabajadores por cuenta propia, de 10 mil a 20 mil pesos, sin la presentación de garantías reales o prendas, sustituyéndolas por otras utilizadas en la práctica bancaria.

Otras facilidades que han sido incorporadas son la entrega (por el BPA) a los trabajadores por cuenta propia de hasta 10 000 pesos de crédito, asociados a una cuenta de ahorro en formación, donde la garantía son los ingresos generados por el propio negocio y la referida cuenta. También los bancos han habilitado oficinas y áreas especializadas para recibir a la población, incluidos los clientes adscritos al modelo de gestión no estatal, así como la ampliación del horario de atención al público en algunas sucursales (5 en todos el país, una en cada municipio de la Habana). El otorgamiento de créditos para el arrendamiento de equipos es también una modalidad incorporada.

En la provincia de Holguín se lleva a la práctica un proyecto donde gestores de créditos de BANDEC visitan a los trabajadores por cuenta propia para explicarle las ventajas de trabajar con el crédito bancario y hasta los ayudan para llenar las solicitudes.

Sin embargo, la respuesta desde el sector privado sigue siendo débil. En esa reunión de hace días entre funcionarios del Banco Metropolitano y los emprendedores tecnológicos habaneros, la asistencia de interesados estuvo alejada de lo que podría haberse esperado.


Gestoras del Banco Metropolitano intercambian con un cliente. Foto: José M. Correa / Granma.

¿Por qué la respuesta a la oferta de crédito es tan débil? Aventuraré algunas hipótesis, además de lo señalado más arriba, que sobre todo hablan de prejuicio, culturas heredadas e información incompleta, miedos no superados y ambientes de negocios no transparentes:


1- Todavía los “negocios privados” que requieren de un volumen elevado de capital son relativamente pocos. De hecho la existencia de una lista de empleos por cuenta propia muy concentrada en trabajos bastante elementales limita las necesidades de crédito.

2- Pedir crédito, si es un monto considerable, supone auto declarase “concentrador de riqueza”, algo políticamente mal visto.

3- Utilizar el crédito en los destinos solicitados, a veces enfrenta las dificultades de un mercado desabastecido.

4- No es posible utilizar el crédito para importar bienes.

5- Ante la existencia de un mercado negro de abastecimientos, pedir crédito supone entregar información del negocio que puede comprometer su propia existencia.

A ello habría que agregar un factor que impacta negativamente en la demanda de créditos: la dualidad cambiaria, que reduce el monto del crédito de forma drástica por la existencia de mercados de bienes dolarizados.

El esfuerzo desde el sistema bancario cubano ha sido plausible, sobre todo cuando la práctica en el mundo es crear instituciones de microcréditos y microfinanzas, casi siempre no bancarias. Esas entidades son las que impulsan microcréditos y servicios de microfinanciación, algo que va demostrando su necesidad también en Cuba; porque a pesar de los esfuerzos el uso de créditos bancarios por el sector privado aún está lejos de las potencialidades.

Pero no todo depende de los bancos cubanos, hace falta también crear “un ambiente de negocios” más adecuado.

Abierta primera librería virtual sobre contenidos cubanos

La nueva tienda ofrece más de 200 productos en diferentes formatos, al parecer dirigidos al consumidor extranjero.

Las personas interesadas también pueden comprar los productos de la librería a través de la Tienda Bazar Virtual y Tienda Bazar Regalo.
Las personas interesadas también pueden comprar los productos de la librería a través de la Tienda Bazar Virtual y Tienda Bazar Regalo.
Foto: Tomada del sitio: www: libreriavirtualcuba.com
La Habana, 2 ago.- Más de 200 productos con contenidos cubanos de temas variados y en diferentes soportes y formatos están disponibles en Librería Virtual, la primera de su tipo creada en y sobre la nación caribeña. 
Audiovisuales, multimedia, audiolibros, ebooks y otras opciones descargables, pueden encontrarse en este nuevo espacio para comprar propuestas culturales realizadas en la nación caribeña.
Según explican sus creadores, este centro comercial digital fue creado para satisfacer las necesidades de un público diverso.
Por ello, oferta una amplia paleta de obras relacionadas con la historia, turismo, cultura, religión, cocina, música, literatura, informática, medicina, entre otras áreas de interés del país insular, con 11,2 millones de habitantes.
librería-virtual-cubana01
Y muchas de las propuestas están en varios idiomas: español, inglés, francés, italiano y portugués.
El usuario encuentra el contenido organizado en el portal de compras además por las categorías de Novedades, Recomendaciones y Los más vendidos.
Se pueden adquirir libros electrónicos, películas, series, novelas y juegos didácticos, todos de fácil empleo en móviles inteligentes, tableros y computadoras personales.
Como parte de los disímiles productos, la tienda oferta todos los capítulos de la popular serie infantil cubanaLa sombrilla amarilla y una Trilogía Policíaca en forma de audiolibro
En la actualidad, entre los más vendidos están el ebookNieve en La Habana, el libro de culinaria Comer; pero sin sal, el de salud Cuidemos nuestra rodilla, y el de corte histórico Duaba, la odisea del honor.
Los precios se expresan en dólares estadounidenses y, en el portal, aseguran que operan con tarjetas Visa y MasterCard.
El servicio de envío funciona para los pedidos dentro y fuera del archipiélago, siempre a través de la empresa estatal Correos de Cuba.
Definido como el sitio pionero de compra-venta literaria-artística en el país, Librería Virtual se integra a otros intentos locales por potenciar el comercio electrónico.
El ecommerce resulta casi inexistente en el país, a causa de diversos factores internos, como pobre infraestructura y poco acceso masivo a Internet, y externos como el bloqueo económico impuesto por Washington desde 1962, que imposibilita a empresas cubanas la obtención de los imprescindibles permisos de certificación segura de transacciones conocidos como SSL.
Por el momento, las únicas prestaciones de este tipo existentes en el país están reservadas para los usuarios foráneos, como el portal digital de venta de artesanías www.mallcubano.com, el sitio del Grupo Excelencias www.mallhabana.com, la empresa de Tabacos habano (www.habanos.com), la web de compras de la tienda Carlos III (www.carlostercero.cu) y los servicios de alquileres de autos de Transtur (www.transtur.com) y de reservación de hoteles. (2016)