Cubadebate, 30 de agosto 2021
El presidente de BioCubaFarma y los directores del CIGB y el Instituto Finlay de Vacunas comparecen este lunes en la Mesa Redonda para brindar información actualizada sobre el desarrollo de las vacunas y los candidatos vacunales cubanos contra la COVID-19.
En video, la Mesa Redonda
Muchos casos a la par de la vacunación. ¿Son menos efectivas las vacunas con Delta?
El Dr. C. Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma, comenzó su intervención en la Mesa Redonda mostrando un gráfico que muestra la proporción de personas infectadas con el virus por millón de habitantes.
“Tuvimos un periodo de un control estricto de la pandemia. A partir de junio empezó a complicarse la situación y hubo un incremento significativo de la incidencia de la enfermedad. ¿A qué se debió ese incremento? Llegó a nuestro país la variante delta, la más contagiosa de las que han surgido hasta la fecha, con una velocidad de transmisión muy elevada”, explicó.
Mencionó el caso de Israel, un país con similar población a la de Cuba. En la primera estaba no tuvo un control muy eficaz de la pandemia y ahora en estos momentos hay un incremento nuevamente de los casos de covid-19.
En las Américas, Estados Unidos mantiene también una tendencia en estos momentos al aumento de los contagios. Otro gráfico mostrado en el programa televisivo ilustró la situación en la Florida, uno de los estados norteamericanos donde las cifras han crecido.
En muchos países –dijo Martínez Díaz– la variante delta ha llegado a estar en casi el 100% de los casos. Es la que en estos momentos predomina en el mundo. En muchas naciones, prácticamente desaparecieron otras variantes.
“¿Qué características tiene esta variante? La primera es la alta transmisión. Alcanza una alta carga viral (más de 1 000 a 1 200 la carga viral de otras variantes) en un periodo corto de tiempo. Esto influye en la alta transmisión y en el paso a la gravedad de muchas personas infectadas.
“Otras características que se mencionan poco, pero que la comunidad científica ha estado observando. Una de ellas es que el virus es capaz de evadir, en el movimiento de célula a célula, el encuentro con los anticuerpos que están diseñados para neutralizarlo e impedir que se siga replicando. Esto se está estudiando, ocurre en otros virus, pero en esta variante del SARS-CoV-2 hay evidencias de que predomina esta característica.
“También disminuye los niveles de interferón, lo que tiene que ver con la respuesta innata, y lo hace con un mecanismo diferente a otras variantes. Hay muchos estudios de esta variante actualmente, por las consecuencias que está trayendo para el mundo”, dijo el presidente de BioCubaFarma.
Buenas noticias: Variante delta no escapa a la inmunidad inducida por las vacunas
“Entonces, ¿qué pasa con las vacunas? Esta variante no escapa a la inmunidad inducida por las vacunas que hoy existen en el mundo. Sí se conoce que disminuye los niveles de efectividad de las vacunas, como la Pfizer y Aztrazeneca, según resultados de estudios publicados en revistas internacionales.
“En estudios clínicos, se mide la eficacia de una vacuna. Son estudios controlados,en condiciones un poco más ideales. Sirven para comprobar si la vacuna, además de segura, brinda niveles de protección. Cuando una vacuna se empieza a usar masivamente, entonces hay que medir cuál es la efectividad, que se mide en la vida real y es un término diferente. Por lo general, los valores de efectividad son inferiores a los de eficacia obtenidos en los ensayos.
“Según estudios que han medido la efectividad de las vacunas que se usan internacionalmente desde hace varios meses, cuando circulaba la cepa alfa, y ahora con la delta, sus valores de efectividad han disminuido.
“Cuando hablamos de efectividad de nuestras vacunas, Abdala (92.8%) y Soberana 02 + Soberana Plus (91.2%), esa efectividad es para evitar la enfermedad sintomática, la covid-19. Pero también se midió, como en otras vacunas, la efectividad para evitar la infección.
“Las vacunas evitan, en un porcentaje, que la persona se infecte; en un porcentaje, que enferme; en otro, que de enfermar llegue a la gravedad o estado crítico, y en otro porcentaje, que llegue al fallecimiento. Muchas de las vacunas, incluidas las vacunas, mostraron en estudios clínicos 100% o índices cercanos de eficacia para evitar la muerte, para pasar a la gravedad; un porcentaje más bajo (92.8% en Abdala y 91.2% en Soberana) para evitar la enfermedad, y otro un poco más bajo para evitar la transmisión.
Según explicó el presidente BioCubaFarma, lo que se ha estado reportando, según estos estudios internacionales, es que esos cuatro parámetros han ido disminuyendo. Por ejemplo, se ha determinado que en los casos de Pfizer y AstraZeneca ha disminuido la efectividad frente a la variante delta y también la beta con respecto a la original.
“En el mundo se están reportando muchas personas completamente vacunadas y que se están infectando con el virus. Pfizer ha informado que se ha reducido su efectividad en un 39% en lo relativo a la infección, por ejemplo”, dijo.
Existen evidencias de que nuestras vacunas funcionan
En ese contexto, ¿qué ha pasado con las vacunas cubanas?
Martínez Díaz señaló que, de los primeros cuatro municipios de La Habana que comenzaron la vacunación, “solo hemos tenido ocho semanas para medir la efectividad. En otros municipios son seis, cuatro semanas. Es decir, ahora es que estamos teniendo la oportunidad de empezar a medir qué ha pasado en Cuba”.
Mostrando un gráfico sobre el periodo desde mayo hasta el 24 de agosto, el doctor se refirió a la tendencia en términos de nuevos casos diarios por millón de habitantes.
“Hay una tendencia al incremento. Pero si tomamos solo el ejemplo de La Habana, donde primero empezó la vacunación, vemos que en mayo esta provincia tenía un nivel de incidencia superior al promedio del país. Luego, llegó un momento en que la capital llegó a estar, incluso, por debajo del promedio del país.
“Si vamos a los cuatro primeros municipios habaneros en comenzar la vacunación, donde primero pudimos apreciar los efectos, la incidencia estaba primero por encima del promedio de incidencia provincial e, igualmente, llegó a estar luego por debajo.
“¿Qué pasó a principios de julio? Comienza a circular en La Habana la variante delta, más contagiosa, y se incrementa la cifra de casos. Comienzan a enfermar personas no vacunadas y, en una menor proporción, vacunadas.
“La tendencia en los últimos días en La Habana a que la incidencia promedio se acerque a la de esos cuatro municipios donde primero se vacunó. ¿Por qué? Porque ya el resto de los municipios han realizado el proceso y ha pasado un periodo para que madurara la inmunidad en las personas vacunadas”, explicó.
En el caso de la letalidad, el presidente de BioCubaFarma recordó que cuando comenzó la vacunación, en mayo, esta era muy superior en La Habana a la media del país. Pero con el proceso de vacunación, que empezó en los cuatro municipios con la situación epidemiológica más compleja, en esos territorios llegó un momento en que la letalidad disminuyó con respecto a La Habana y al país.
“A pesar de la llegada de la variante delta en julio y de que se incrementó un poco la letalidad, en estos cuatro municipios iniciales lo hizo seis veces menos con respecto a La Habana y al país.
“Evidentemente, el factor que hay en este caso es la vacunación. Seis veces ha disminuido la letalidad en los municipios habaneros donde comenzó la vacunación”.
Martínez Díaz informó que se están haciendo estudios, con grupos de trabajo del Minsap y los centros de BioCubaFarma, por provincias, cuyos resultados se irán reportando, “pero claramente hay evidencia de que la vacuna está siendo efectiva”.
Precisó que se está estudiando en Matanzas y en aquellos municipios donde ya ha pasado el tiempo tras la vacunación, lo que posibilita hacer un análisis de la efectividad de las vacunas, y “los resultados son positivos”.
En la Isla de la Juventud, además de cumplir el esquema de vacunación en su totalidad, se ha cumplido muy bien el aislamiento.
“Existen evidencias de que nuestras vacunas funcionan. Ha habido intentos de manipulación, porque se está vacunando y aumentan los casos. Eso está ocurriendo en el mundo: las cifras de casos se están incrementando. Se sabe que es porque la variante delta tiene estas características que hemos mencionado. El consenso mundial es que la mayor fortaleza de la inmunización con las vacunas que hoy existen internacionalmente es la de evitar el riesgo de la gravedad y de la muerte”, concluyó.
Se han suministrado más de 13 millones de dosis de Abdala
Al intervenir en la Mesa Redonda, la Dra. C. Marta Ayala Ávila, miembro del Buró Político y directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), señaló que el 9 de julio Abdala recibió el autorizo de uso en emergencia, pero muchas cosas estaban ocurriendo antes y durante este autorizo, “lo cual nos colocó en una posición de avanzada en el mundo, al ser la primera vacuna latinoamericana en obtener esta condición”.
Abdala –dijo– fue el primero de los cinco candidatos vacunales cubanos en obtener el autorizo de la agencia reguladora.
“Muchos nos preguntaban por qué cinco vacunas, y siempre pensamos: si tenemos la capacidad científica, los recursos humanos, dominamos las tecnologías y tenemos una experiencia de más de 30 años, por qué no hacerlo. No íbamos a regresar, sino a avanzar precipitadamente”, afirmó Ayala Ávila.
¿En qué contexto una vacuna mide su eficacia y en cúal su efectividad? Al respecto, explicó que el desarrollo de los estudios clínicos fase I, II y III conduce a la evaluación de la eficacia.
“Los estudios clínicos son en condiciones ideales y se diseñan para que se evalúe el preparado vacunal en cuestión, en condiciones donde se hacen estrictos los criterios de inclusión y exclusión, lo cual significa que las personas se incluyen por condiciones casi ideales de inmunocompetencia, edad, parámetros bioquímicos y hemoquímicos, porque, por primera vez, se va a evaluar el producto, y es por eso que se utilizan grupos placebos.
“Ahí es donde se mide la eficacia, en las condiciones ideales, donde se supone que todos los individuos tienen la misma capacidad de responder a la vacunación”.
Entretanto, la efectividad se mide cuando la vacuna se mueve a la vida real, al terreno, y se administra a todo aquel que necesita ser vacunado a partir de los 19 años de edad.
“En la población puede haber personas con mayor o menor competencia inmunológica. De hecho, se favorecen las vacunaciones a partir de los grupos más vulnerables, porque son justamente los grupos donde puede haber mayor incidencia de enfermedad grave, la mortalidad puede ser más alta. Se comienza la vacunación por estas personas, aun cuando sean los individuos que tengan una respuesta inmune menos potente, pero aún así la vacunación los va a favorecer y preparar mejor para la infección ante el virus.
“De hecho, en el caso de la utilización más masiva de la vacuna, la hemos utilizado en el estudio de intervención que se hizo en el personal médico de BioCubafarma y personal de salud; luego, en la intervención sanitaria, y después, a partir del 9 de julio, en la vacunación masiva. Pero, a partir de los resultados obtenidos, también se comenzó a vacunar grupos específicos de riesgo, como son los pacientes nefrópatas y también las embarazadas y madres que lactan.
“O sea, los resultados de la vacuna y las aprobaciones que ha ido recibiendo han permitido llegar a grupos más vulnerables. En el último mes empezamos el estudio clínico en pediatría, Ismaelillo, que se desarrolla en la ciudad de Camagüey, y también hemos presentado un nuevo estudio al Cecmed, la entidad reguladora cubana, al que hemos llamado Meñique”.
La directora general del CIGB apuntó que la vacuna Abdala se ha distribuido a lo largo del país. En estos momentos está presente en las capitales provinciales y en otros municipios. “Siempre hablamos de La Habana, Santiago, Matanzas, pero hay que recordar que también ha llegado a la Isla de la Juventud, Cienfuegos, Villa Clara, Granma, en el caso de Bayamo. También comenzó la vacunación en Pinar del Río, en la ciudad capital… Y de esta manera se ha ido cubriendo la geografía cubana, en la medida en que hemos distribuyendo más dosis de vacunas”.
Hasta la fecha, alrededor de 13 millones de dosis se han administrado, lo cual representa que más de cinco millones de personas han recibido una dosis, cuatro millones y medio segunda dosis, y más de tres millones y medio la tercera dosis de vacuna.
Puntualizó que existe un esquema de inmunización para la vacuna, que incluso en el caso de Abdala se considera como corto o acelerado, pues en 28 días se completan las tres dosis requeridas. “Ello impone un ritmo productivo y de entrega muy acelerado, y esos 13 millones de dosis implican que la vacuna tiene que llegar a los individuos que recibieron la primera dosis, pero además luego completar sus esquemas con la segunda y tercera dosis en los momentos definidos y a la vez cubriendo la apertura de nuevas vacunaciones”.
Al referirse a los 20 millones de dosis producidas sobre las que informaban los Laboratorios Aica en días recientes, Ayala Ávila refirió que se trata de 20 millones de dosis listas en la fábrica, pero que el proceso biotecnológico desde la obtención de un producto hasta llegar a su utilización y aplicación en seres humanos es muy riguroso.
Vacunar a la población pediátrica cubana es un objetivo de nuestras vacunas
Señaló que la introducción de las vacunas ha ocurrido en el contexto de la circulación de estas variantes de preocupación en Cuba, también. “Se midió la eficacia en un contexto diferente a este en que estamos midiendo la efectividad, algo que le ha sucedido a todas las vacunas en el mundo, en dependencia de la variante que está circulando y el momento de la pandemia en que se encuentren.
“Nosotros evaluamos la eficacia en un contexto donde la variante que circulaba mayormente era la beta, y ahora nos hemos movido a medir la efectividad en un contexto donde la variante delta ha desplazado completamente a la beta. Aun así, hemos evaluado en conjunto con el Instituto de Medicina Tropical cómo los sueros de los individuos vacunados con Abdala (que tienen tres dosis administradas, con 14 días o más transcurridos desde la última) han sido capaces de neutralizar la variante original del virus, la beta, la alfa, la epsilon y la delta.
“Si es cierto que delta ha desplazado a beta, esta última en términos de letalidad y mortalidad sigue siendo la variante más difícil de controlar, pero delta ha desplegado determinados niveles de ventaja y desplazado al resto de las variantes”, apuntó.
Añadió que “nos hemos movido también a los ensayos pediátricos. Vacunar a la población pediátrica cubana es un objetivo de nuestras vacunas y para ello hemos estado desarrollando el ensayo Ismaelillo, en Camagüey”, señaló la directora general de CIGB.
En ese estudio se han estado evaluando dos fortalezas o concentraciones. “La vacuna en adultos tiene 50 mg, y en los niños estamos evaluando 25 y 50 microgramos, pues la respuesta inmune de los niños debe ser casi siempre superior y más homogénea que cuando se habla de población adulta abierta, que es muy amplia, de 19 y más años”.
Precisó que en este estudio concluyó la etapa de inmunización de los niños de 12 a 18 años y la próxima semana comienza la toma de muestras de suero para comenzar la evaluación de la inmunidad, mientras que los niños más pequeños deben concluir la semana siguiente la tercera dosis de Abdala.
“Con los resultados que se obtengan, que esperamos sean satisfactorios, nos sumaríamos a la solicitud de la extensión del autorizo de uso en emergencia que ya Abdala tiene, y podríamos estar en posición de contribuir a la inmunización de las edades pediátricas en Cuba.
“Es esencial la vacunación de la población pediátrica. En la medida en que pase el tiempo, más adultos estarán vacunados, y es altamente probable, y ya se ven algunos indicios, que el mayor número de infectados esté justamente en estas poblaciones no vacunadas. Además, quisiéramos vacunar cuanto antes a nuestros niños para que puedan ir a las escuelas y parques”.
Mambisa: Conferir inmunidad por la vía por donde penetra el virus
En cuanto al candidato vacunal Mambisa, dijo que hay resultados alentadores.
“Mambisa es una formulación con dos proteínas, que son dos antígenos obtenidos mediante las técnicas de ADN recombinante. Las vacunas de subunidad con las que trabajamos, que son vacunas de subunidad proteica, son muy seguras, e incluso se pueden combinar entre sí y con otras vacunas.
“Son muy inocuas y no tienen ninguna posibilidad de provocar la infección en los individuos, pues son parte de la proteína más importante del virus, obtenida mediante técnicas de ADN recombinante, purificada hasta altos niveles de pureza. Además, son tecnologías que permiten ser combinadas entre sí y con otras tecnologías más complejas”, destacó.
Explicó que Mambisa combina dos antígenos: el de la nucleocapsida del virus de la hepatitis B, estudiado ampliamente en el CIGB, el cual es una proteína que tiene la capacidad de estimular la respuesta inmune a nivel de mucosa y en compartimiento sistémico, unido al RBD que es Abdala. Se aplica por vía intranasal.
Casi 100 vacunas contra el SARS-CoV-2 se encuentran en su fase clínica en el mundo y pocas utilizan la vía de administración nasal. Solo siete, y una de ellas es Mambisa, resaltó Ayala Ávila.
Dijo que se escogió esta vía de administración, pues el virus penetra por las fosas nasales principalmente, y en estos compartimentos hay sistema inmunitario. “En las mucosas generalmente se activan las inmunoglobulinas del tipo IgA. Cuando se habla de que se miden los anticuerpos, casi siempre se habla de las inmunoglobulinas IgG, que son las de clase sistémica y que se estimulan cuando se vacuna por vía intramuscular. La memoria inmunológica en este caso es de células que, ante un nuevo enfrentamiento a un antígeno, van a despertar anticuerpos tipo IgG.
“Si se vacuna por la vía intranasal, habrá otro tipo de inmunoglobulinas, que son las IgA, e incluso las IgA están presentes a nivel de la mucosa, formando un dímero, lo cual expresa una capacidad de inhibición y neutralización más elevada. Sistémicamente también están presentes, pero en forma monomérica”.
Se piensa –continuó la Dra. Ayala Ávila– que la vacunación por vía intranasal puede proporcionar una barrera a la infección, impedir la replicación del virus y disminuir la diseminación viral.
Frecuentemente lo que miden los sistemas diagnóstico son inmunoglobulinas IgM e IgG, pero ya se están haciendo estudios en varios países en los cuales se mide la IgA en convalecientes, y se ha apreciado que aun en individuos en los que esas otras inmunoglobulinas están bajas, la IgA está presente.
“O sea, le están dando relevancia a la posibilidad de que induzca la IgA también en el marco de la vacunación, porque está ocurriendo en el marco de la infección natural. El individuo que se infectó y desarrolló la enfermedad en su forma leve, moderada o asintomática, de alguna manera está vacunado por la vía intranasal y también tiene inmunidad sistémica.
“Recientemente, pudimos medir la IgA en los vacunados con Mambisa durante el estudio clínico fase I, que se realizó en el Cenatox (Centro Nacional de Toxicología), uno de los primeros estudios, y hemos encontrado que hay inducción de la respuesta inmune específica al antígeno RBD en los individuos vacunados. El 78.8% de ellos respondieron con una respuesta específica de IgA.
“Eso nos estimula mucho, porque pudiéramos estar en condiciones de tener otra vacuna que, combinada o actuando sola, puede conferir inmunidad por la importante vía por donde penetra el virus”, destacó.
Añadió que “hemos estado discutiendo la posibilidad de que, ante la circulación de una variante de tan alta transmisibilidad y altamente contagiosa, puede ser interesante aplicar este tipo de vacuna. Todas las herramientas son válidas cuando se trata de cortar la alta incidencia que tenemos. Puede ser un refuerzo; de hecho, se ha utilizado en convalecientes con ese concepto”.
Al respecto, dijo que en el estudio clínico fase I en convalecientes, en el hospital Hermanos Ameijeiras, “hemos visto que cuando administramos una dosis de Mambisa en cada fosa nasal aumenta fuertemente la presencia de IgA en mucosa. También hemos administrado Abdala en dosis de refuerzo a convalecientes y hemos visto un resultado también interesante, que estimula la producción de IgA en las mucosas”.
Igualmente, cuando fueron evaluados por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri cinco sueros, de individuos convalecientes estimulados con Mambisa, se apreció que se mantenía la capacidad de esos sueros de neutralizar la variante delta, y aumentaba la neutralización de la beta.
“O sea, los individuos podían tener respuesta, células de memoria, contra la variante beta, y la inmunización con Mambisa incrementaba esa respuesta”, subrayó.
Actualmente, se trabaja en la evaluación de los resultados del estudio faseI/II que se realiza en convalecientes, y se analizan otras posibilidades de empleo de este candidato vacunal.