Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 5 de mayo de 2025

FITCUBA 2025: China entra en el radar turístico de Cuba, pero… ¿está la Isla preparada?

  

Solo el tiempo permitirá evaluar el impacto de esta feria en el crecimiento del sector turístico cubano y si China como mercado emisor puede contribuir a la recuperación real de la industria turística cubana.

La semana que recién concluye marcó el cierre de una de las ferias comerciales más importantes para la recuperación de la economía de la nación caribeña: FITCUBA 2025. La Feria Internacional de Turismo, conocida por los miembros del sector turístico doméstico simplemente como FITCUBA, recibió delegaciones de 58 países, incluida Cuba, y más de 1,500 participantes internacionales.

En esta ocasión, la feria estuvo dedicada a la República Popular China, con el objetivo de potenciar los vínculos turísticos con la nación asiática. Las potencialidades, beneficios y oportunidades que se esperan alcanzar con esta feria —además de la importancia de las relaciones políticas existentes entre La Habana y Beijing— han sido ampliamente abordadas en notas de prensa y medios oficiales y no oficiales relacionados con la realidad cubana. En meses recientes, el diseño de estrategias para incentivar este mercado hacia Cuba ha sido evidente, con la eliminación del requisito de visado para visitantes de ese país y la reactivación de vuelos directos entre Beijing y La Habana operados por Air China.

¿Tiene Cuba las capacidades creadas para potenciar el turismo chino hacia la Isla? ¿Es realmente la nación asiática un mercado emisor que puede contribuir a la recuperación real de la industria turística cubana, sumida en una de sus mayores crisis históricas?

Una breve revisión de los datos disponibles en el sitio web de ONU Turismo (anteriormente conocida como Organización Mundial del Turismo) y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) muestra que la participación de este mercado en el mix de visitantes a Cuba nunca ha superado el 2% del total.
De hecho, el récord de viajeros chinos a Cuba reportado por la estadística oficial ocurrió en 2018, cuando la Isla recibió 49,944 visitantes provenientes de China. Ese mismo año —el de mayor número de visitantes a Cuba en su historia— China representaba apenas el 1.06% del total. Para contextualizar, en 2018 Cuba recibió 1.1 millones de visitantes canadienses, cerca de medio millón de estadounidenses, 189 mil británicos y 168 mil españoles. Estos números ilustran que, en el panorama turístico cubano, el mercado emisor chino nunca ha ocupado un lugar prioritario en la operación cotidiana de la industria.

En 2024, apenas 27 mil turistas chinos visitaron la Isla, lo que representó el 1.27% del total. El análisis de los datos disponibles sobre turistas chinos hacia los principales destinos competidores de Cuba —República Dominicana y México— muestra un panorama similar: el Caribe no resulta especialmente atractivo para este mercado. Una revisión de datos sobre visitantes chinos a República Dominicana entre 2008 y 2023 revela que este mercado representó apenas el 0.04% del total de visitantes internacionales. En México, aunque el turismo chino es el más importante dentro del mercado asiático, representa menos del 1% del total de visitantes.

Entonces, cabe preguntarse: ¿es Cuba en particular, un destino turístico de interés para el segmento chino?

La respuesta, más que a través de una fría mirada a los datos, debe realizarse desde el estudio del perfil de mercado de este turista.

El turista chino internacional ha evolucionado notablemente en la última década, convirtiéndose en un actor clave del mercado turístico global. A finales de 2019, antes de la pandemia de COVID-19 —que fue disruptiva para los flujos turísticos internacionales—los turistas chinos constituían el mayor mercado emisor global.

Fuente: Our World in Data (2025)

Según la consultora turística Skift, los viajes internacionales desde China entre 2008 y 2019 crecieron a un ritmo del 16% anual, muy superior al crecimiento global del turismo internacional, que fue del 4%. De ahí la importancia que muchos destinos turísticos otorgan a este mercado, y los cambios observados en los perfiles de sus viajeros.

Los turistas chinos actuales no solo siguen agendas estrictas, sino que también viajan de forma más independiente, informada y sofisticada. Predominantemente jóvenes adultos de entre 30 y 40 años, este perfil se caracteriza por su alto poder adquisitivo y una clara orientación al consumo, especialmente de productos de lujo y tecnología.

De hecho, las compras constituyen una de las principales motivaciones de viaje. Los destinos que ofrecen una experiencia de compras atractiva —libre de impuestos y con productos exclusivos— tienen una ventaja competitiva significativa. Esto se explica, en parte, porque solo el 11% de la población china ha viajado fuera del país, y se espera que para 2025 más de 155 millones de turistas chinos realicen un viaje internacional tras el levantamiento de las restricciones sanitarias vigentes hasta finales de 2023.

Otro aspecto clave es la fuerte dependencia tecnológica del turista chino. La conectividad es esencial durante todo el proceso del viaje: desde la planificación —a través de plataformas como WeChat, Weibo o Ctrip— hasta la experiencia en destino, donde la disponibilidad de Wi-Fi gratuito y de calidad es prácticamente obligatoria. Asimismo, los métodos de pago preferidos son las plataformas digitales como Alipay y WeChat Pay, lo cual exige que los destinos adapten su infraestructura comercial para recibir a estos visitantes.

En cuanto al alojamiento, el turista chino prefiere establecimientos modernos, limpios y con servicios específicos como hervidores de agua (teteras), zapatillas, adaptadores universales, señalización en chino y personal capacitado en lengua o cultura china. Estos detalles marcan una diferencia significativa en la percepción del servicio. Se trata de un perfil muy sensible a la reputación en línea: una mala reseña puede tener consecuencias notables.

Un informe publicado por Skift en marzo de 2025 encontró que el turismo emisor chino está experimentando un fuerte repunte, superando por primera vez los niveles previos a la pandemia. Se estima que más de 155 millones de viajes internacionales se realizarán este año, con un dato revelador: el 38% de estos turistas viajará al extranjero por primera vez. Este nuevo perfil es joven (64% menores de 30 años), mayoritariamente femenino (60%) y altamente digitalizado. Plataformas como Xiaohongshu y Douyin están redefiniendo la forma en que estos viajeros descubren y planifican sus destinos, con contenido generado por usuarios, actualizaciones en tiempo real e influencia de líderes de opinión que destacan experiencias únicas y alejadas de los circuitos tradicionales.

Además, el mercado tiende hacia las reservas móviles de última hora: el 77% se realiza con menos de un mes de antelación y casi la mitad dentro de las dos semanas previas al viaje. Esto obliga a aerolíneas, hoteles y agencias a adaptarse mediante ofertas relámpago, políticas flexibles y procesos de reserva simplificados. En cuanto a preferencias, Singapur, Japón y Corea del Sur lideran, aunque destinos de largo alcance como Europa están ganando terreno. Casos como el de Tailandia, que cayó del cuarto al séptimo lugar en popularidad debido a preocupaciones de seguridad amplificadas en redes sociales, revelan lo volátil que puede ser la percepción de un destino.

Esta generación emergente busca valor por su dinero y experiencias culturalmente enriquecedoras, marcando una transición desde los tradicionales paquetes turísticos hacia propuestas personalizadas, premium y auténticas.

¿Logrará China impulsar el turismo cubano?

En un momento en que la industria turística cubana atraviesa una crisis profunda —definida por el Dr. José Luis Perelló como “la década perdida”— la diversificación de mercados emisores es fundamental. Una mirada preliminar a los datos permite afirmar, de forma superficial, que dedicar FITCUBA al mercado chino es una estrategia acertada. Más aún cuando se complementa con dos elementos fundamentales para los flujos turísticos hacia naciones insulares: el incremento de conexiones aéreas y la eliminación de restricciones de visado. La Isla posee indudables atractivos naturales y culturales que la diferencian de otros destinos del Caribe. A priori, es un buen comienzo.

Sin embargo, un análisis más profundo de la realidad cubana deja más interrogantes que respuestas. En primer lugar, Cuba no está preparada para recibir un mercado tan exigente como el chino. La oferta actual simplemente no responde a sus necesidades. El modelo de desarrollo turístico de la Isla no cuenta con la infraestructura adecuada: el acceso a internet es lento y costoso; la oferta de alimentos y bebidas es genérica, plana, para un público que demanda sabores distintos a los del Caribe; y no existe una estrategia clara de formación de recursos humanos que permita personalizar la oferta a este mercado.

Más preocupante aún resulta la situación energética actual que enfrenta Cuba y la influencia que puede tener este elemento en la imagen del destino. Diversas agencias internacionales se han hecho eco de los recientes colapsos del sistema eléctrico y su impacto en la industria turística. Y esto, indudablemente, incide de forma negativa en las intenciones de viajes y los sentimientos de los viajeros hacia el destino. En este sentido, no podemos olvidar que, si resulta importante atraer el mercado emisor chino a la Isla, es vital lograr la lealtad hacia el destino, comprendida como intención de repetir el viaje y la recomendación que se brinda a futuros viajeros en internet.

Obviamente, solo el tiempo permitirá evaluar el impacto de esta feria en el crecimiento del sector turístico cubano. Pero, por lo pronto, creo que la próxima edición del FITCUBA 2026 —dedicada a Canadá— jugará un papel mucho más decisivo en la recomercialización de Cuba que esta que acaba de concluir.

Dr. Ernesto Batista Sánchez, Profesor e investigador en turismo. Su investigación se centra en la aplicación de la tecnología y los datos en el sector turístico.

En el principio fue Marx

Por: Marxlenin Pérez Valdés

 


Foto: Getty Images.

Hay un camarilla de marxistas a la que solo mencionarla arruinaría el día a cualquier burgués. Aunque el grupo no es pequeño voy a limitarme a nombrar a los (que considero) máximos líderes en ese empeño por subvertir un mundo profundamente desigual e irracional en uno verdaderamente humanizado y justo. Nombres que, por separados, son una piedra en el zapato de explotadores -y capitalistas- y que, reunidos, forman el equipo todos estrellas del materialismo histórico y dialéctico. No por gusto son el miedo rojo de muchos, el fantasma que continúa recorriendo el mundo y en contra del cual todos los días se cometen injurias: Marx, Engels, Lenin, Rosa (Luxemburgo), Gramsci, Fidel y el Che.

En el principio era el logos y para estos entusiastas de la dignidad plena, el logos es el ser humano. Nada cuanto ocurre con las personas les fue ajeno, no es casual que a las grandes mayorías dedicaran sus vidas y sus obras. Ellos entendieron que la maquinaria del capitalismo se sustenta en la opresión y que mientras más sofisticada se vuelva más efectiva es.

Por eso realizaron la crítica despiadada, sin pedirle permiso a su tiempo ni a sus contemporáneos; porque sabían que el punto de partida para transformar el mundo está en comprender cuáles son las estructuras objetivas que nos condicionan -material y espiritualmente-. De ahí que pudieran demostrar que si las circunstancias son el resultado de la actividad humana, de nosotros depende reinventarlas para romper las cadenas de los oprimidos.

Pero solo pueden pensar así quienes sostengan una confianza plena en los seres humanos y en cuánto, para bien, pueden hacer con sus vidas cuando se unen mediante una praxis consciente. Por eso no les fue difícil intuir y apropiarse del comunismo, para construirlo en oposición a todo lo perverso e inhumano que existe entre cielo y tierra. Para ello pensaron la necesidad de cierta dialéctica entre continuidad y ruptura. Esa con la altura moral suficiente como para reconocer nuestras deudas con la herencia -teórica y material- resultado de la modernidad capitalista, a la vez que negar todo lo que de esa tradición implique subordinación, enajenación, injusticia, servilismo y masacre.

Proyectaron la gran revolución como el proceso superior de la cultura en detrimento de la barbarie y al camino para lograrlo lo pensaron socialista. Pusieron de pie la relación antaño invertida entre: teoría y práctica, sujeto y objeto, capital y trabajo; y a esta nueva manera “marxista” de analizar la realidad le llamaron materialismo histórico. Por lo tanto, construyeron un vínculo armónico entre la filosofía de la praxis y la dictadura del proletariado como autoconciencia revolucionaria para la lucha de clases.

En ese pulso constante que implica desafiar la hegemonía dominante le atribuyeron especial importancia a la conciencia política y de clase. Si bien supieron que lo material ha de transformarse materialmente, le adjudicaron a las ideas que son apropiadas por los pueblos la fuerza subversiva más poderosa en este sentido.

Sin embargo, advirtieron que, para que esas ideas sean asumidas orgánicamente por las masas hasta convertirlas en teorías revolucionarias, es imprescindible que las mismas reflejen a las personas. En otras palabras: teorías históricamente concretas, sin abstracciones, ni entelequias; sino como expresiones reales del drama de la existencia. Una identidad entre el individuo, su cotidianidad y su teoría.

Solo un pueblo con sentido del momento histórico, que se autopercibe como centro verdadero del quehacer revolucionario, abrazará el desafío del comunismo. Podríamos convenir, una ideología que se realiza si es capaz de multiplicar a los inconformes: ante lo mal hecho, lo inhumano, lo injusto, lo chapucero, lo superfluo, lo innecesario, lo deshonesto.

Marx, Engels, Lenin, Rosa, Gramsci, Fidel y el Che, fueron sujetos activos e impacientes de los tiempos deshumanizadores. Demostraron que de nada le sirve a los que se alzan en lucha la fragmentación entre discurso político y cotidianidad; entre ideología y economía; entre vanguardia y pueblo; entre socialismo y mercado; entre lucha de clases y dictadura del proletariado; entre intelectuales tradicionales y orgánicos; entre ciencia y conciencia, etc. De modo que, cuando olvidamos esas verdades que nos aportaron, somos nosotros -y no solo quienes los odian- los que contribuimos a calumniar su pensamiento y legado.

Esta “Liga del Bien” que desafió -y desafía- bribones y canallas por la eternidad, tiene en común haber sido marxianos antes que marxistas y, como tal, críticos y no dogmáticos; herejes y no ortodoxos. De ahí que continúen siendo acicate para el futuro, aquí y ahora.

Por eso, este 5 de mayo, se antoja excelente pretexto para volver a la raíz de esas ideas subversivas, antihegmónicas, anticapitalistas que definieron a otros excelsos revolucionarios como Engels, Lenin, Rosa, Gramsci, Fidel y el Che y con ellos a pueblos enteros. Regresar en el tiempo 207 años y llegar al punto de partida: a Tréveris, a Prusia (Alemania), al día exacto de 1818 en el que Henriette Marx dio a luz al niño, cuya mayoría de edad, cambiaría la historia de la humanidad para siempre.

Catalogado como el mayor pensador del milenio pasado, dos siglos después Marx adquiere máxima vigencia, sobre todo, a medida que el proyecto de hombres libres que vislumbró parezca alejársenos. El más grande pensador de nuestros días era, ante todo, un revolucionario (Engels), de manera que, no es un ícono, sino una guía para la acción que nos enseñó que el socialismo no cae del cielo, sino que se conquista en la lucha de clases (Lenin).

No dejó un recetario para el futuro, sino el método científico para analizar el presente y transformarlo revolucionariamente (Rosa). Por eso, nos enseñó que la revolución no es solo cuestión de economía, sino de conquistar el poder cultural antes que el político (Gramsci).

Fue un genio, un profundo analista del sistema capitalista, cuyas ideas siguen siendo esenciales para entender la explotación y la lucha por la justicia social (Fidel). Pero solo podremos reivindicarlo, si lo analizamos profundamente sin aprender de memoria, sabiendo que, los que repiten sus frases como si fueran fórmulas mágicas, sin estudiar la realidad, son tan burgueses como los capitalistas (Che) a los que justamente criticó.

Cuadrando la Caja | Demografía y...¿economía? 👥📊