Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 21 de diciembre de 2020

Revolución cultural es lucidez y es socialismo — a propósito del reciente debate cubano —



La Tizza
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Dec 21 · 18 min read

Por Néstor Kohan / Especial para La Tizza



Con dolor y no poca angustia publico estas líneas. No dejo de pensar en la amistad. Valor ético supremo para un vecino de mi barrio llamado Epicuro.

Escribí este texto en una noche de insomnio hace exactamente una semana. Lo reelaboré muchas veces. Dudé mucho en publicarlo. Lo compartí en privado con compañeros y compañeras de México, Chile, estado español, El Salvador y Argentina. También, con tres o cuatro amigas y amigos de Cuba. Les pedí opinión. Escuché y leí observaciones diversas, incluso encontradas entre sí. Decidí entonces no publicarlo, sobre todo privilegiando la amistad. Los lectores y lectoras iniciales me insistieron en que debía publicarlo. Me resistí. No quiero meter la pata afirmando algo desatinado.

Sin embargo, al leer el excelente artículo de Llanisca Lugo: «No sintamos vergüenza de querer la revolución» cambié de opinión. Aquí está finalmente.

Vivimos la crisis capitalista más profunda de la historia mundial. Más aguda incluso que las de 1929, 1973-74 y 2007-2008. Una crisis multidimensional, estructural, sistémica — distinta de las crisis cíclicas de sobreproducción de capitales y mercancías así como de las de subconsumo, inflación y estancamiento — . Esta crisis no es sólo financiera, también es productiva, ecológica, demográfica y sanitaria. La especie humana está en peligro, como alertara Fidel en 1992. El planeta cruje. El capitalismo nos lleva de forma acelerada al abismo, si no lo frenamos a tiempo.

En medio de esta crisis de alcance mundial, la pandemia del COVID-19 ha hecho temblar las economías más poderosas del planeta.

Mientras Estados Unidos ha superado los 300,000 muertos en menos de un año — número equivalente al de sus fallecidos en cinco guerras de Vietnam — , la administración neofascista del magnate Donald Trump llega a su fin. Todo en medio de un circo electoral — con acusaciones de fraude y resistencia a dejar el cargo — típico de una potencia… bananera. En escasos días, el gran admirador de la supremacía blanca, heredero del Ku Klux Klan, misógino y atropellador, deberá dejar la famosa casa de paredes blancas.

Por contraposición con esa tragedia humanitaria que desangra a Estados Unidos, ocurrida inmediatamente después de que estallara la rebelión afrodescendiente más importante de los últimos cincuenta años, por todo el mundo circula el pedido de Premio Nobel para la brigada médica internacionalista «Henry Reeve» de la revolución cubana. Cuando las grandes potencias se disputan el negocio ultramillonario de la vacuna del COVID-19, Cuba trabaja a todo vapor en sus propias vacunas «Soberana 01» y «02».




En ese singular contexto geopolítico global, que excede de lejos el microclima de La Habana… había que correr el eje de atención. ¡Con urgencia!

¿Cómo permitir que Cuba, un pequeño país que perdió por segunda vez el petróleo — primero el soviético, luego el venezolano — , siga en el centro de atención de la opinión pública mundial por su política sanitaria y su solidaridad internacionalista inquebrantable? Era necesario que se desplazara la agenda de debate internacional sobre la mayor de las Antillas. ¡Que ocurra algo ya!

¡Se necesitaba un «escandalete» en forma perentoria! Y no en el 2021, sino ANTES que «el energúmeno de la Casa Blanca» — como lo denominaba Walter Martínez en TELESUR — entregue el cetro imperial y se reemplacen todos los equipos y estaciones de la contrainsurgencia global.

Sí. Tenía que pasar «algo»… y, enorme casualidad, al fin sucedió. Todo de manera «espontánea», porque así debe ser.

Entonces nos enteramos del «Movimiento» San Isidro y el affaire que lo rodeó.

La cobertura mediática internacional fue automática, como no podía ocurrir de otro modo. Incluso el diario El País de España, baluarte del «periodismo independiente» que durante años hizo silencio frente a la tortura de jóvenes vascos y vascas, participó activamente de la movida con uno de sus colaboradores.




En La Florida — Estados Unidos — había clima de fiesta. Hasta un hombre tan sutil y refinado como Mike Pompeo, reconocidísimo y prestigioso experto en cuestiones estéticas — se comenta que se sabe de memoria la Crítica del juicio de Kant, en idioma original, y La distinción de Pierre Bourdieu y suele dictar conferencias en El Pentágono sobre la herencia de André Breton — descorchó una botella carísima de champán. Estaba eufórico. Y lo hizo saber en público, desfilando por varios medios de Miami.




Atención. Estamos hablando de prensa «seria», «democrática» y «equidistante». De esa que promueve reemplazar el 10 de diciembre como «Día Mundial de los Derechos Humanos» por «Día Mundial del Anticomunismo».




Entonces un hermano chileno, de esos imprescindibles, combatiente internacionalista de la revolución latinoamericana, me envía preocupado un «Manifiesto» o carta o llamamiento — «Articulación plebeya» — , firmado, para mi sorpresa y desconcierto, por varios amigos y amigas, compañeros y compañeras y también por algún que otro tránsfuga que conozco.

Con dolor veo que mis amigos y los sinvergüenzas, aparecen allí… ¡todos mezclados!, como en el tango Cambalache de E.S. Discépolo.




Cuba, perdón, la revolución cubana, es parte de mi historia, mi identidad, mis alegrías y tristezas.

¿Puedo callarme? Sería lo más saludable. Pero no me sale. Nunca me salió.

Confieso que desprecio y he despreciado toda mi vida a los obsecuentes, los chupamedias sumisos y obedientes, los que siempre asienten y aplauden, sea lo que sea. No lo inventé yo. Lo aprendí de mi padre. También de mi maestro Ernesto Giudici. Y de tantos maestros y maestras de vida que me enseñaron a mantener los principios, contra viento y marea. Fernando Martínez Heredia incluido, por supuesto.

No fui obsecuente con quienes más amé, las queridas Madres de Plaza de Mayo, a las que dediqué los mejores años de mi vida juvenil. Por no compartir algunas de sus posturas y giros políticos, no me quedó más remedio que alejarme de ese movimiento, al que sigo queriendo y respetando. Como las quería mucho, quizás fui debilucho a la hora de alertarlas sobre la operación de inteligencia que, a través de un personaje sombrío se intentó implementar contra ellas para tratar de ensuciarlas con dinero, desprestigiarlas, quitándoles ese oleo sagrado de dignidad y resistencia reconocido en todo el mundo. Fui débil por privilegiar afectos.

Y lo mismo me pasó con John Holloway y su teoría disparatada de «cambiar el mundo sin tomar el poder» — simplificación esquemática y poco representativa del zapatismo rebelde — . Como John era un amigo, una buena persona, sencillo y modesto, y yo lo sentía querible, no me animé a darle duro por un libro que hizo estragos en el movimiento popular durante muchos años. Hasta que finalmente comprendí que a veces hay que hacer un momentáneo paréntesis en los afectos personales y criticar lo que hará mucho daño si no se detiene a tiempo.

No, nunca fui obsecuente ni «oficialista». Quise mucho y admiré a Hugo Chávez, a quien tuve el honor de conocer personalmente. Siempre lo defendí. Pero cuando cometió el gravísimo error de entregar a un revolucionario colombiano al narco-estado vecino, lo critiqué públicamente, sin perderle el cariño. Tampoco fui obsecuente con Evo Morales, ya que después de más de una década en el gobierno no logró construir una defensa propia, independiente de la policía y el ejército convencionales. No obstante, denuncié desde el minuto uno el golpe de estado que cierto posmodernismo «progre» — financiado por… — apoyó de forma cómplice.

¿Y frente a Cuba y Fidel? También tuve el honor de conocer al Comandante y conversar largamente con él. Una de las grandes alegrías de mi vida. Escribí sobre él un libro biográfico, acerca de su trayectoria político-intelectual.

El libro lleva por título Fidel. Se publicó en varios países, incluido Estados Unidos — donde me insultaron a gusto y piacere — . Hasta donde tengo noticias, no se publicó en Cuba. Jamás me quejé. El mundo es más ancho que el ombliguito propio, incluso para un argentino — no, por favor no hagan más chistes sobre argentinos, suspéndanlos durante media hora aunque sea — .

De modo que, frente a la asfixiante, ininterrumpida y creciente agresividad del imperialismo — el «duro» y el «sonriente», la contrainsurgencia de los halcones y la más «suave», de las falsas palomas — , así como frente a la socialdemocracia neocolonial, la poblada galaxia oenegera — ONGs — y esa inmensa orquesta que aparenta interpretar múltiples partituras pero en realidad repite un mismo estribillo con entonaciones apenas distinguibles, siempre defendí a las madres de plaza de mayo — en sus varias líneas internas — , al proceso indígena y popular del estado plurinacional de Bolivia, a la revolución bolivariana de Venezuela y, por supuesto, a la revolución cubana.


Sin desconocer en ninguno de estos casos falencias, limitaciones ni defectos, tomé posición tratando, siempre, de no perder la brújula, el eje de la lucha de clases y las relaciones de fuerza, como sugería otro vecino de mi barrio — que sabía un poquito de estrategia — llamado Gramsci.

Saturnino Longoria, personaje de la conocida novela Cuatro manos de Paco Ignacio Taibo II, había perdido la memoria por anciano. Y no le preocupaba en lo más mínimo. Sólo le importaba algo muy simple:

saber de qué lado de la barricada están los compañeros del propio campo y de cual otro está el enemigo. Esa distinción es la clave del asunto — ¡«simplismo binario»! gritaría despotricando Jacques Derrida y sus franquicias criollas — . Quien no lo tenga en claro se resbalará, lenta o rápidamente, por la pendiente de barro que en su declive sólo conduce a una deshonrosa capitulación política, intelectual y, en última instancia, moral.

¿Pero acaso no existen matices ni colores intermedios? Por supuesto que sí. Ahora bien, la paleta multicolor, a la larga o a la corta, se enfrenta al dilema de caminos que se bifurcan. O termina enriqueciendo el arcoíris que envuelve y abraza las tonalidades del rojo o culmina siendo cubierta por el polvo gris, triste y opaco, del dólar y el euro.

Ante el promocionado affaire del «Movimiento» San Isidro y la polémica cubana que lo sucedió al terminar este 2020, vuelvo sobre aquel llamamiento de algunos intelectuales y artistas de Cuba — porque hablan en nombre de las mayorías pero, se lo admita o no, son apenas algunos y algunas — . Me refiero, reitero, al mencionado «Articulación plebeya».

Aunque breve, encuentro en él señales parpadeantes que me dañan la vista y, por momentos, me hacen salir agua de los ojos. Destaco algunos pocos núcleos problemáticos. Poquitos, para no saturar el espíritu.

— «RECONCILIACIÓN». Ay, ay, ay………. ¿Reconciliación? ¿Con la gusanera extremista y revanchista de la Florida, bastión de la extrema derecha de Estados Unidos?

Me viene inmediatamente a la memoria la consigna de mis hermanos y hermanas de HIJOS [de desaparecidos y desaparecidas]: «Ni olvido ni perdón. No nos reconciliamos. No perdonamos». Años después, muchos, me enteré que esa consigna de HIJOS, propia de Argentina, venía de muy lejos, de las guerrillas del gueto de Varsovia que combatían a los nazis. Yo no lo sabía. Quizás la militancia de HIJOS tampoco. Pero no creo en la «reconciliación» con la extrema derecha, con el supremacismo racista y misógino, con el neofascismo y los nostálgicos de Monroe, Ford y Hitler, cada día más envalentonados a escala mundial. Se presenten reivindicando la memoria de Félix Rodríguez, el verdugo cubano-americano de la Florida que asesinó al Che Guevara a sangre fría en Bolivia o con sonrisas amables, propias de la contrainsurgencia «soft» y las «revoluciones de colores» que intentan reinstalar la economía capitalista en sus antiguas posesiones perdidas en 1959.

— «SUPERAR EL LENGUAJE POLÍTICO POLARIZANTE». Uy, uy, uy……. ¿Se agotó la política, como predicaba Daniel Bell, el ex izquierdista, más tarde converso, devenido gurú de las altas finanzas y la revista Fortune? ¿Adiós al proletariado?, como solía despedirse, con el reloj fuera de hora, André Gorz. ¿Fin de las grandes narrativas?, según decretaba Jean-François Lyotard, exactamente el mismo año en que subía al poder Margaret Thatcher.

— «ARTICULACIÓN DE TODAS LAS IDEOLOGÍAS». ¡Recórcholis, Batman!….. ¿O sea que se han evaporado la lucha de clases, las luchas nacionales y anticoloniales, la resistencia de dos siglos frente al soberbio anexionismo de Monroe y Adams? ¿Todo se ha vuelto equivalente, intercambiable y homologable? ¿Da lo mismo simpatizar con el Ku Klux Klan, la doctrina social de la Iglesia sacerdotal, la teología de la liberación y su mensaje profético, la socialdemocracia liberal o el marxismo revolucionario? ¿Estas ideologías se han convertido en simples recursos retóricos y comodines intercambiables?

— «REALIZACIÓN PLENA DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA Y EL ESTADO DE DERECHO» Hmmm……. O sea que ¿hasta luego, queridos V.I.Lenin, Pietr Stucka y Eugeni B.Paschukanis; bienvenido Hans Kelsen? ¿Hasta siempre Karl Marx? ¿Welcome Isaiah Berlin, Karl Popper y Norberto Bobbio? ¡Ahora sí que retornarían a La Habana, como en aquellos viejos buenos tiempos de la Constitución de 1940, la «libertad negativa» de Berlin, la «sociedad abierta» de Popper y la «democracia procedimental» de Bobbio!

Houston… ¿Me copian? Estamos en problemas.

En tan cortas líneas del «Manifiesto», la lista de guiños inconfundibles continúa, en una dirección unívoca. Y cansa. Agota.

Principalmente el espíritu fetichista que se arrodilla — ¿ingenuamente? — ante la letra jurídica impresa creyendo que la ley no es expresión histórica de una correlación de fuerzas y de poder entre las clases sociales sino el demiurgo autosuficiente que, por sí mismo, generaría realidad a partir de la simple deducción lógica de su norma fundamental.

Fetichismo jurídico que corre parejo con la idealización política y cultural, pretendidamente inocente, de la REPÚBLICA NEOCOLONIAL PREVIA a 1959.

Seamos transparentes. Abandonemos los eufemismos y dialoguemos con la mano en el corazón. Esa insistencia obsesiva por cantar loas a la imaginaria panacea «REPUBLICANA» está inspirada, palmo a palmo, paso a paso, milímetro a milímetro, por intelectuales eurocomunistas, ex miembros de los stalinismos aggiornados del Occidente europeo que en los ’70 se jubilaron, abandonando la lucha, y se convirtieron en apologistas acríticos de una «REPÚBLICA» que en la práctica terrenal y mundana dejó intacto el régimen de la transición española post-franquista, con su bandera de sólo dos colores y sus instituciones represivas. ¿O no?

Digamos la verdad, sin miedo. Sólo la verdad es revolucionaria. Idealizar hasta el paroxismo la vida cultural de la Cuba PREVIA a Fidel y al Che, puede sonar muy refinado, exótico y hasta original frente a la vulgata de los antiguos manuales y una cristalización pedagógica que termina despolitizando a la juventud, aburrida de rituales vacíos de contenido. Pero en la lucha política de Nuestra América, en pleno siglo XXI, ese camino trillado camina a paso de tortuga y marcha varios kilómetros atrás del reformismo sincero y con aspiraciones radicales de un Salvador Allende, por no mencionar otros reformismos muchos menos genuinos y dignos de respeto que el del noble líder chileno sacrificado en septiembre de 1973.

No vamos a analizar una por una las firmas del llamado al «diálogo» cubano que circula por las redes. No somos detectives ni nos interesa esa profesión, salvo que se trate de novelas. Pero tampoco somos ingenuos. Allí aparecen algunos amigos y amigas que mucho queremos y respetamos pero también otros personajes, más bien detestables, que he tenido la oportunidad de conocer personalmente… como un curioso ex soplón que tuvo el atrevimiento en sus épocas de OFICIALISMO EXTREMO Y SECTARIO de acusar a Fernando Martínez Heredia de «trotskista» — ¡como si fuera el pecado más horrendo! — para luego desertar de la revolución cubana, mientras hoy, desde el exterior, posa de «experto en procesos democráticos», siempre con el correspondiente financiamiento a la mano, por supuesto. Una simple ladilla para hacer rima con su apellido. Punto y aparte.

Y sí, también amigos — algunos de ellos entrañables, por eso el dolor que siento — con los que he compartido veinte años de luchas, risas y fraternidad por los mismos ideales. Pero con quienes, debo reconocerlo, sin perder la amistad y el compañerismo fraternal, he discutido no pocas veces, para ser sincero.

En una de esas discusiones, escuché que me decían «Aquí, Néstor, [se trata de Cuba. N.K.], hay una DICTADURA» [sic]. Luego de refrenar mi tentación de carcajada, les pregunté: «¿Ustedes alguna vez han estado presos? Yo sí. ¿Ustedes alguna vez han enfrentado a la infantería de la policía con sus bastones, sus escopetas y fusiles recortados? Obviamente la respuesta fue negativa. Y continué: ¿Ustedes han participado en manifestaciones donde las fuerzas de represión y sus carros de asalto disparan los proyectiles de gases lacrimógenos directamente a la cara de la gente que se manifiesta? — en el año 2001 a una ex novia del pasado le partieron la frente, casi le sacan el ojo derecho y a mí me provocaron una herida en el cuero cabelludo — . Por supuesto que tuvieron que reconocer que no. Aunque, insistentes, me alzaron la voz indignados diciendo: «¡Pero aquí nos escuchan los teléfonos, Néstor!». Y ahí sí pegué una carcajada. Y les respondí: «¿Y ustedes creen que en Argentina no nos escuchan el teléfono, no nos leen los correos electrónicos, no nos vigilan ni nos fotografían en cada actividad política?». Cualquier militante de Argentina lo sabe de memoria. El intercambio siguió…, siempre en un tono amigable y camaraderil, pero aquella noche habanera, al dormirme, me tuve que tomar una pastilla de BUSCAPINA por el dolor de estómago que tenía. Esa discusión, casi surrealista, me generaba ácido estomacal. ¡Cómo se notaba que no habían conocido una dictadura de verdad!

En otra de las discusiones, algunos años después, me toné el atrevimiento de dar un consejo. Como si fuera un viejo sabiondo y no un don nadie, simple militante de base. «No aceptes dinero de la gente que te ofrece un blog de internet «para que escribas lo que tú quieras». — En realidad la frase exacta que pronuncié, en buen tono porteño de Argentina, fue: «para que escribas lo que vos querés» — . «NADA ES GRATIS, hermano. Si te ofrecen eso, siempre hay un peaje que pagar. Y nunca confundas al Vaticano con Camilo Torres… porque no son y nunca fueron lo mismo». Evidentemente no he sido un buen consejero. No me han hecho caso. Pero bueno, yo se los dije, como diría un tío de la familia.

Por eso me duele muy adentro ver gente valiosa, lúcida, inteligente, erudita y comprometida, de extensa y sincera trayectoria revolucionaria, enredada y mezclada con desertores confesos, integrando una misma lista tan heterogénea donde los admiradores de Julio Antonio Mella y Antonio Guiteras terminan ensuciados figurando junto a personajes despreciables que hace largos años ya no tienen nada que ver no sólo con la revolución cubana en ninguna de sus muchas vertientes y diferentes corrientes político-culturales sino tampoco con las otras luchas emancipatorias de Nuestra América.

Y hablo de las diferentes corrientes político-culturales, porque la revolución cubana, desde su gestación, siempre ha sido plural ¿o no? Un pluralismo que no estuvo exento de conflictos, agudas polémicas, tiras y aflojes — Remito a la entrevista que le hice en La Habana, en enero de 1993 [en medio de un apagón del período especial] a Fernando Martínez Heredia: «Cuba y el pensamiento crítico», recopilada en varias antologías, de CLACSO y de otras instituciones y ediciones — .

Quizás en el pasado, cuando se formó tremendo lío aquella vez en que unos burócratas de la TV cubana pretendieron rendirle tributo a un antiguo censor del mal llamado «quinquenio gris», hubo muchos errores de las autoridades cubanas. No lo sé. Es para pensarlo. Creo que algunos manejos no del todo inteligentes empujaron a muchos jóvenes inquietos, sanamente rebeldes, iconoclastas y heterodoxos — ¡como debe ser toda revolución! — a romper amarras o terminar descreyendo de la mera posibilidad de dar batallas al interior de la revolución. Me acuerdo que mi fallecida amiga Celia Hart me envío al correo electrónico la inmensa madeja de estocadas que se tiraban en uno y otro sentido. Creo que aquella ocasión fue un punto de inflexión. ¿Será irreversible? No tenemos la bola de cristal y lamentablemente no creemos en el tarot.

Humildemente creemos que este nuevo conflicto podrá desenredarse en un sentido positivo y revolucionario, en una dirección opuesta a la contrainsurgencia «soft» promocionada desde gringolandia, si prima la lucidez. Sí, es verdad. Como solía decir el viejo Alfredo Guevara. Con lucidez. Y privilegiando la cultura como tanto insistían Armando Hart Dávalos y Roberto Fernández Retamar.

Pero eso sí. En el difícil y tensionado juego entre el proyecto y el poder, entre la utopía y el realismo, quienes de verdad quieran dialogar deberían hacerlo — como me imagino que recomendaría Fernando Martínez Heredia, si no me equivoco… pues tampoco creo en los oráculos — sin perder por un segundo de vista el horizonte innegociable de la revolución socialista [donde dice «socialista» debe leerse: SOCIALISTA].

No el «socialismo democrático» neocolonial de Felipe González que introdujo, sin vergüenza alguna, a España en la OTAN ni el «socialismo democrático» de Mário Soares en Portugal — condecorado por Frank Carlucci, jerarca de la CIA, por haber desmantelado en 1975 la revolución de los claveles encabezada por el general marxista Vasco Gonçalvez — . Tampoco el «socialismo democrático» de Carlos Andrés Pérez en Venezuela que reprimió salvajemente a su pueblo en 1989 — dejando como secuela más de 3.000 muertos y desaparecidos — contra el cual se insurreccionó Hugo Chávez con su propuesta de socialismo bolivariano del siglo XXI.

Sino el socialismo «a la cubana» que no es otro que el socialismo martiano de Fidel y el Che.

Revolución socialista, la cubana, que durante décadas ha sido y seguirá siendo la única vacuna y el único antídoto para garantizar la autodeterminación nacional y popular de Cuba frente a las pretensiones anexionistas de Estados Unidos, sea en su versión neofascista, sea en su presentación light y «soft», igualmente imperialista. Porque nadar alegremente en las ensoñaciones imaginarias de una eventual socialdemocracia cubana — lo mismo que un socialcristianismo — no llevará a la isla hacia las costas y acantilados de Suecia o Noruega sino hacia el triste vasallaje de Puerto Rico. Antipático, pero hay que decirlo claramente. Nobleza obliga.

En ningún lugar del mundo existen democracias sin apellido, sin determinaciones específicas, desnudas, puras y vírgenes, sin ropaje alguno. Puramente «procedimentales».

Toda profundización democrática y participativa, sustentada en el poder popular y comunal a escala nacional, regional e incluso barrial, es deseable, imprescindible e impostergable. Siempre y cuando se haga apuntando hacia el socialismo y rechazando las manzanas envenenadas de la contrainsurgencia «amable» que apuesta a cooptar, con elegancia y estilo, a algunos segmentos de la sociedad civil cubana, especialmente en el campo de la cultura, las ciencias sociales y el arte —quien no nos crea está en todo su derecho, pero le recordamos y sugerimos el maravilloso libro de Frances Stonor Sounders: La CIA y la guerra fría cultural, editado en Cuba [se puede descargar gratis en el siguiente link: —




Quien convoque a «LA DEMOCRACIA EN GENERAL» — en abstracto — , lo quiera o no, sea consciente o no, nos invita a cruzar el charco

y ya sabemos cómo terminó Jesús Díaz, uno de los más brillantes intelectuales cubanos del proceso que se inició con el Moncada o, si ustedes prefieren, en 1959 [Jesús Díaz (1941–2002), junto con Fernando Martínez Heredia y Aurelio Alonso Tejada, entre otros y otras, también formó parte de Pensamiento Crítico. Transitaba con luz propia la esfera artística — era guionista de cine — y las ciencias sociales — un gran conocedor, en detalle, de la obra de Lenin — . Pero a diferencia de Martínez Heredia y Alonso Tejada, no tuvo la perseverancia suficiente que caracteriza tanto a los corredores de maratón como a la militancia revolucionaria de por vida. Corrió rápido y se cansó pronto. Por eso terminó perdiendo sus mejores batallas y mordió el anzuelo, dilapidando sus saberes, su prestigio y su rebeldía, aceptando la invitación turbia y tentadora que siempre estará ahí, a la mano, para el campo artístico y el campo intelectual, mientras exista el imperialismo. Un final triste y solitario, aunque previsible para quien no tenga constancia en la larga maratón de la lucha popular].

Ese camino, regado de sonrisas y caricias de los poderosos, «apoyos altruistas», palmaditas en la espalda y financiamientos «desinteresados», repleto de alabanzas envenenadas… es un callejón sin salida. Jesús Díaz terminó negándose a sí mismo, enterrando casi de manera masoquista su propia historia y su propia obra.

Dice el refrán popular: Roma no paga traidores. Tampoco lo han hecho nunca ni la Ford, la NED o la USAID, ni el Bundesbank o la Fundación Ebert — que lleva el nombre, dicho sea de paso, de uno de los responsables del asesinato de Rosa Luxemburg — , ni el Banco Ambrosiano o la Fundación Vaticana.

¡Lucidez, lucidez, lucidez! Es decir: más y mejor socialismo. Esto vale — humildemente así pensamos, como internacionalistas solidarios con la revolución cubana — para todo el mundo involucrado en el debate.

En cuanto a las instituciones cubanas: lo más sabio e inteligente sería evitar cualquier tentación dogmática de caza de brujas, demonizaciones arbitrarias o sectarismos estrechos. Tensar artificialmente la cuerda y provocar rupturas, sin distinguir entre (a) reclamos justos y legítimos, y (b) provocaciones mercenarias; constituiría hoy una gran torpeza a la hora de defender la revolución cubana frente al imperialismo crepuscular.

En cuanto a quienes redactaron y acompañaron el «Manifiesto»: si se ha ganado un prestigio personal merecido, un reconocimiento popular y un afecto juvenil por haber trabajado pacientemente durante décadas en la línea antiimperialista de Mella y Guiteras, y en el horizonte cultural revolucionario de Alejo Carpentier y Tomás Gutiérrez Alea, ¿vale la pena rifarlo y despilfarrarlo todo aceptando caricias envenenadas del enemigo? Modestamente, y siempre con la mano fraternal en el corazón, pensando en Martí y en Epicuro, sospechamos que no.

Con afecto y con dolor, pero con esperanza,


Néstor Kohan

Buenos Aires, nueva madrugada de insomnio, 18 de diciembre de 2020

¿Cómo influirá el ordenamiento monetario en la inversión extranjera? (+ Video)

En este artículo: Actualización del modelo económico, Banco Central de Cuba, Comercio, Comercio Exterior, Comercio Exterior e Inversión Extranjera,

21 diciembre 2020 , Cubadebate

El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, y otros directivos de ese organismo comparecen este lunes en la Mesa Redonda para explicar detalles sobre el impacto en la inversión extranjera del ordenamiento monetario que comenzará el 1ro de enero.

En video, la Mesa Redonda

Las empresas con capital extranjero verán con el tiempo los beneficios

El titular del Mincex reafirmó que la atracción de inversión extranjera constituye una prioridad para el país, necesidad refrendada en los Lineamientos que aprobó el 7mo Congreso del Partido, en la Conceptualización del Modelo Económico, en el Plan de Desarrollo Económico Social hasta el 2030 y más recientemente en la estrategia socioeconómica para enfrentar la crisis generada por la COVID-19.

El proceso de unificación monetaria y cambiaria, dijo Malmierca Díaz, tendrá consecuencias en las empresas con capital extranjero que operan en el país, las que  —a su juicio— verán con el tiempo los beneficios. 

“Primero, porque se logra eliminar una serie de distorsiones existentes en nuestra economía, además de establecer un entorno macroeconómico más transparente y estable”, argumentó.

Igualmente, destacó los beneficios que tendrán las entidades exportadoras con el nuevo tipo de cambio de 1 USD x 24 CUP. “Antes realmente recibía un peso, y eso no estimulaba las exportaciones”. 

Por otro lado, el encarecimiento de las importaciones “ayudará a que la inversión extranjera se encadene cada vez más con la economía nacional y pueda sustituir importaciones utilizando productos y servicios nacionales”, abundó.

El ministro hizo alusión a una serie de elementos que deben beneficiar a las empresas con capital extranjero presentes en el país. Uno de ellos son los precios relativos en la economía nacional.

No obstante, recordó que el mayor peligro de la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria es la inflación. “Las medidas antiinflacionarias a aplicar son para todos los entes económicos en el país, de ahí que la inversión extranjera también va a tener que aplicar medidas que intentan prevenir la inflación”.

De acuerdo con el ministro, la inversión extranjera hasta el momento opera fundamentalmente en CUC, y a partir del ordenamiento habrá que revisar, en cada caso, el establecimiento de los precios en esos actores económicos.

“No se trata de multiplicar automáticamente por la nueva tasa de cambio todos los precios. Eso llevaría a la inflación. Hemos tenido en cuenta las particularidades de cada negocio para tratar de que no se deterioren los indicadores de rentabilidad y de utilidad sin necesidad de aplicar la nueva tasa de cambio de forma automática. Porque los gastos no van a manifestarse de esa misma forma”.

Apuntes sobre la formación de los nuevos precios mayoristas

Mencionó que la Resolución 327 del Ministerio de Finanzas y Precios dispone que para la formación de los nuevos precios mayoristas, en pesos cubanos, las empresas con capital extranjera no se rigen por los índices de la media de la clase. 

“A las empresas nacionales, a partir de cálculos realizados, se dijo que la media de la clase, supongamos fuera cinco, entonces todas las empresas de ese sector aplican cinco. A unas cinco les resulta beneficioso y a otras quizás no tanto”.

“En el caso del capital extranjero, estamos planificando que no se rijan por la media de la clase, sino por su particular indicador que deben mantener los niveles de utilidades o el margen de rentabilidad para que no haya una afectación económica”, explicó.

El ministro del Mincex comentó que en estos días posteriores al anuncio del ordenamiento monetario los titulares de negocios con capital extranjero han estado interactuando con sus contrapartes cubanas para determinar cómo esas empresas funcionarán a partir del 1ro de enero sin afectaciones que comprometan productos y servicios.

“Con estas conversaciones entre las partes, todas las entidades podrán seguir funcionando con normalidad a partir del 1ro de enero”, acotó Malmierca Díaz y señaló que las contrapartes cubanas se han estado preparando en sus casos particulares.

¿Cómo quedan los salarios de los trabajadores?

Otro tema a modificar de manera importante tiene que ver con el pago de los servicios de fuerza de trabajo. Actualmente, las empresas que funcionan fuera de la Zona Especial de Desarrollo Mariel tienen un convertidor para los salarios de los trabajadores cubanos: la parte extranjera paga en CUC y eso se multiplica por dos. Ahora, se multiplicará por 24, ilustró.

Malmierca Díaz argumentó que habrá que determinar los salarios de los trabajadores, “si la parte extranjera paga el equivalente en divisa, se pagará por 24. El trabajador cubano recibirá pesos cubanos, y esos salarios en pesos cubanos se determinarán por acuerdos entre las partes”.

“Supongamos que por el trabajador en cuestión se pagaba 500 dólares, los que se convertían por dos. Ahora, a lo mejor no van a ser 500 dólares, no van a ser dólares en definitiva, van a ser pesos cubanos. Y con menos dólares, quizás el trabajador va a recibir un salario mucho más atractivo para él. Esto significa que en materia de salario la inversión extranjera tendrá beneficios, pues podrá pagarle más a los trabajadores gastando menos divisas”.

Malmierca Díaz resumió que los empleados recibirán el cien por ciento del salario en pesos cubanos, a partir de los niveles salariales acordados entre las partes y con las agencias empleadoras que facilitan estos procesos. 

“La agencia empleadora no debe lucrar con esto. Es una agencia facilitadora, no una empresa cuyo objetivo es sacar un porcentaje similar”, aclaró el ministro y subrayó que el propósito es que el salario no sea menor al mínimo.

“Me atrevo a decir que posiblemente la mayoría de los trabajadores recibirán salarios mejores por el asunto de que en vez de dos, el convertidor ahora es 24 y los salarios se podrán fijar en pesos cubanos acorde a las funciones de cada trabajador y este lo recibirá completamente, sin descuentos en la agencia empleadora”, destacó.

En Cuba, existen básicamente tres tipos de asociaciones con capital extranjero y “en cada caso estamos analizando las características particulares”, detalló el ministro.

Ejemplificó que están los contratos de asociación económica, que por lo general son para administrar producciones o servicios. Por ejemplo, los contratos de administración extranjera, en los cuales no se generan dividendos. No hay una empresa mixta creada, sino que hay una empresa extranjera prestando determinado servicio y que recibe una remuneración por ese motivo.

“Esos servicios de gestión empresarial que hoy tienen un nivel fijado en dólares, habrá que renegociarlos por las partes cubanas y extranjeras para ajustarse a la nueva tasa de cambio con respecto al dólar”.

Parecido a lo que ocurre con los salarios, continuó, habrá que fijar esas remuneraciones de acuerdo a la nueva situación, “sin que las partes extranjeras sufran un deterioro en sus ingresos por este motivo”.

“Caso a caso, cada una de las contrapartes cubanas se sentará con su socio extranjero y renegociará los niveles de remuneración a partir de lo que ya existía, buscando que no haya un deterioro”, aseguró Malmierca Díaz.

Otra asociación con capital extranjero es la empresa mixta. En este caso sí se constituyó una empresa y los socios tienen determinada participación y declaran ganancias que se distribuyen como dividendos. “Ahí también habrá que ver, caso a caso, cómo se logra que los niveles de precios y de operaciones garanticen preservar los niveles de utilidad o rentabilidad del negocio”.

Con la unificación monetaria y cambiaria ocurren cosas diversas. “Las empresas que exportan tendrán mayores beneficios que las que venden en el mercado nacional. Entonces, cada caso hay que adaptarlo a las circunstancias y buscar que no haya afectaciones”.

Hay una modalidad de negocio que tiene que ver con la Zona Especial de Desarrollo Mariel, que tiene sus peculiaridades debido a los incentivos otorgados por establecerse en esa área estratégica. “En esa zona se opera en divisas directamente. Eso se mantendrá. No va a haber un cambio en el sentido de la operatividad diaria de las empresas”. 

En ese caso, dijo Malmierca Díaz, “debe ocurrir que haya un beneficio en términos de reducción de costos”. Por ejemplo, ahora se paga un salario con convertidor de 10 y a partir del 1ro de enero será de la misma forma que en el resto de las empresas radicadas fuera de la ZEDM, pues se pagará por acuerdo entre las partes y el trabajador cubano recibirá la remuneración en CUP, sin que haya ningún tipo de descuento.

El ministro detalló que se facturará en CUP las relaciones monetarias mercantiles en la Zona, así como los servicios y producciones que compren en el mercado nacional, lo cual interesa para potenciar el encadenamiento con el resto de la economía.

“Los usuarios y concesionarios de la ZEDM efectuarán los pagos de la facturación en MLC por el equivalente en CUP de la tasa establecida, a través de un banco comercial con el que operen”.

Asimismo el servicio de la fuerza de trabajo se facturará en CUP y se elimina el factor de conversión de 10 y se aplicará el aprobado de uno por 24, reiteró.

Hay otra modalidad que son las empresas 100% extranjeras, las que “se ajustarán a las medidas tomadas en el Mariel”. “Tendrán un tratamiento acorde a su situación particular, según estos tres tipos de negocios que tenemos”, acotó. 

En conclusión, “esperamos que la inversión extranjera se beneficie con el ordenamiento. Estamos tomando las medidas, caso a caso, para evitar que haya ningún tipo de afectación y seguiremos atentos a cualquier preocupación que surja”.

“Aunque las contrapartes nacionales son las que están discutiendo con sus socios, si existiera cualquier preocupación que las partes extranjeras quieran tratar con nosotros, desde el Mincex los atenderemos”, aseguró el ministro.

¿Cómo impactará el ordenamiento monetario en los diferentes actores económicos?

Déborah Rivas Saavedra, viceministra del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, inició su intervención en la Mesa Redonda comentando sobre varios actores económicos en los que impactará el ordenamiento económico.

Hizo alusión a las oficinas de empresas extranjeras radicadas en Cuba, ya sea líneas áreas, instituciones financieras o sucursales al amparo del Decreto 6. “Más de 700 entidades, los habituales proveedores de productos y servicios para Cuba y otros que compran nuestras exportaciones”. 

En primer lugar, informó, a partir de la tarea ordenamiento todas estas entidades operarán en CUP en el territorio nacional, tanto en sus cobros como en sus pagos. Además, podrán tener cuentas en MLC y utilizarlas en operaciones vinculadas al comercio exterior, transferencias de determinados pagos, etc.

En estos se enmarcan entidades suministradoras de servicios, como los contratos de extracción de petróleo, puntualizó.

Hay un cambio sustantivo en la operación de estas entidades y tiene que ver con la forma de contratación de los cubanos. “Hasta ahora estas entidades operaban en MLC a través de cuatro empleadoras fundamentalmente y se le pagaba a los trabajadores en moneda nacional, mediante una escala salarial establecida”. 

A partir de ahora, prosiguió, estas empresas también van a contratar a partir de una tarifa pactada con las cuatro empleadoras. “Los trabajadores van a ganar un salario en función de las nuevas escalas establecidas con la reforma salarial y también van a formar su jubilación a través de estos nuevos salarios”.

Un detalle importante, puntualizó, es que no tendrán un tope. Será a partir de la tarifa que pacte la empleadora con la entidad extranjera.

Estas entidades tienen en la actualidad otra forma de pago a los cubanos, a través de gratificaciones, sobre las que se pagan impuestos sobre los ingresos personales. “Esto se podrá continuar realizando, pero las gratificaciones deberán tener una relación más directa con el resultado concreto del trabajo. Es una libre determinación”.

La viceministra también se refirió a las entidades que están brindando cooperación a Cuba. “Todas estas cuentas se multiplicarán por la nueva tasa de cambio y no tendrán ninguna afectación en la ejecución de los proyectos pactados”.

Rivas Saavedra hizo mención a las llamadas cuentas de fines específicos, aquellas abiertas por determinados bancos cubanos a partir de las cuales los proveedores aceptan que parte de la deuda que tienen con ellos las empresas importadoras se les cubra en moneda local para pagar sus gastos locales.

Estas cuentas, explicó, operaban en CUC, pero no tenían respaldo en MLC, en tanto estaban pactadas por los proveedores para hacer gastos locales.

“Para nada tendrán afectación por este concepto. Un principio de la tarea ordenamiento es respetar el saldo en las cuentas de las entidades extranjeras. Esas cuentas podrán seguir siendo utilizadas para pagos y prestadores de servicios locales. Cada CUC de estas cuentas se convierte en 24 CUP”.

La viceministra informó que la Cámara de Comercio, que tiene el registro nacional de sucursales y agentes, está enviando a cada entidad información y se encuentra en disposición de ayudar y esclarecer cualquier duda de las entidades que así lo requieran.

En el caso de las entidades empleadoras, especificó que se han realizado capacitaciones, “porque es sustancial el cambio, al tener la posibilidad de pactar la tarifa que deseen con la entidad”, reiteró y comentó que hay que reformular un grupo importante de contratos.

Recordó que se están emitiendo normas por el Banco Central de Cuba y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social relacionadas con este proceso.

Malmierca Díaz puntualizó que la parte extranjera no debe sufrir ninguna afectación, por el contrario, “es posible que al final tenga que gastar menos por estimular al trabajador”.

Hay más de 40 000 trabajadores empleados en modalidades de inversión extranjera

Hoy hay más de 40 000 trabajadores en Cuba empleados en modalidades de inversión extranjera, según datos expuestos en la Mesa Redonda por Carlos Luis Jorge Méndez, director general de Inversión Extranjera del Mincex.

“De la manera en que está concebido, el ordenamiento debe tener un impacto favorable para la inversión extranjera, incluso en términos de atracción y nuevas inversiones, porque el inversionista se desarrollará en un ambiente económico que eliminará un número importante de distorsiones y trabajará con mayor transparencia”.

En la ZEDM, desde el punto de vista financiero, no se producen afectaciones con motivo del ordenamiento, dado que todas sus operaciones se mantendrán en MLC, aclaró.

Se refirió al encadenamiento con la economía nacional, relaciones que han logrado este año avances importantes. No obstante, “todavía se sigue teniendo un componente importado alto. Pero, definitivamente, hay un grupo de gastos altos que se producen en la economía nacional que van a incrementar sus precios en una proporción menor que la tasa de cambio 1x24 y, por tanto, esas entidades que hoy operan en un ambiente de MLC se verán beneficiadas”.

Entre esos elementos, citó, se encuentran todas las materias primas de producción nacional, combustibles, la energía y los gastos por el servicio de fuerza trabajo, que serán menores, porque haciendo un pago menor en MLC, los trabajadores recibirán más en moneda nacional.

Al referirse a las entidades fuera de la ZEDM, dijo que también se valoran como positivos los cambios que vendrán con la tarea ordenamiento. “Hay un grupo de medidas antiinflacionarias que incidirán en estos negocios”. 

En primer lugar, “existen precios que se han establecido de manera centralizada y mayorista, que crecen en una proporción menor que la tasa de cambio. Por tanto, todas esas compras que hagan las entidades en el mercado nacional, en términos relativos tendrá un efecto positivo porque a la hora de definir los nuevos precios no tendrán que incrementarlos por la nueva tasa de cambio”.

“No puede haber una pretensión de que los nuevos precios de las modalidades de inversión extranjera se formen multiplicando por la nueva tasa de cambio, porque no todos los costos y gastos que hoy registran se van a multiplicar por esa tasa de cambio”, abundó el director general de Inversión Extranjera del Mincex.

Hay particularidades, precisó. Entidades que tienen componentes importados más altos o un peso importante en las exportaciones del país: tabaco, ron o níquel.

Entre las medidas antiinflacionarias, el director se refirió a las cuentas que no se han podido pagar por diferentes motivos, por ejemplo, dividendos que no se han pagado por dificultades de liquidez del país o utilidades retenidas.

“Ahora, desde el punto de vista contable, todo eso se multiplicará por la nueva tasa de cambio y en el momento en que las entidades vayan a realizar esos pagos al exterior al comprar MLC, la parte cubana asumirá la diferencia entre el tipo de cambio 1x1 —que tenía en el momento en que se formaron— y el tipo de cambio 1x24 que tendrán que utilizar al comprar la divisa”.

Se trata, dijo, de una decisión que favorece a la inversión extranjera “para que estos negocios no tengan que sufrir toda la diferencia que se produciría por un descalce propiciado por el tipo de cambio”.

De igual modo, prosiguió, cuando se produzca otro tipo de descalces financieros por cuentas por pagar al exterior, “también podrán acudir al sistema bancario por financiamiento y el costo de ese financiamiento se podrá introducir también en los nuevos precios”.

Teniendo en cuenta también las medidas antiinflacionarias, el directivo precisó que a las entidades con inversión extranjera, por no ser estatales, se ha definido que los nuevos precios se regirán por los órganos de dirección de esos negocios, donde intervienen la empresa extranjera y nacional. 

Se refirió a los fondos de estimulación que tienen algunas entidades y que recibían los trabajadores. “Esos fondos, que se forman a partir de las utilidades del año anterior, mantendrán su vigencia. La diferencia es que en lugar de pagarse en CUC, se convertirán a la nueva tasa de cambio”.

Este elemento, precisó, se conecta con la posibilidad de distribuir utilidades que también tendrá la inversión extranjera a través de los fondos de estimulación regidos por la Ley 118 de la Inversión Extranjera.

Casi al concluir, el directivo habló de los proyectos en fase de preparación. “Este año, a pesar de las dificultades de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo, Cuba termina con 29 nuevos proyectos de inversión extranjera y un monto de más de dos mil millones de dólares”.

Se trata de proyectos acordados, pero que no todos se han podido constituir, debido a la pandemia, puntualizó y acotó que en las últimas semanas se han firmado algunos mediante videoconferencia, un mecanismo aprobado por el Ministerio de Justicia para establecer el acto de firma a causa de las restricciones de viajes.

Estos proyectos que fueron estudiados en un escenario de factibilidad de 1x1, nacerán prácticamente en otro escenario y tendrán que, en primer lugar, elaborar nuevos estudios de factibilidad y calcular los resultados del negocio, que como se han concebido, deben ser positivos, reiteró.

Informó que existen actualmente más de 30 proyectos en fase avanzada de negociación, con un monto de inversión de más de tres mil millones de dólares, que podrían aprobarse en 2021. 

“Estos, cuyos expedientes no han sido presentados a las entidades, tendrán que rehacer sus estudios técnicos económicos incorporando las nuevas condiciones del ordenamiento”.

Unidades en CUC y MLC extenderán desde hoy horario de servicio a la población

 21 diciembre 2020    

Tiendas cubanas en CUC y MLC extenderán horario de servicio a la población. Foto: Juventud Rebelde.

En aras de dejar el camino listo para el inicio del ordenamiento monetario y cambiario previsto para enero próximo en el país, la red de tiendas en CUC deberá llevar a cabo un proceso de reajuste contable, por lo que se ha dispuesto la ampliación de su horario de servicio a partir de hoy y hasta el 29 de diciembre, definiendo como hora de cierre las 9:00 p.m. en la totalidad de las unidades.

El reajuste de horarios permitirá garantizar el reaprovisionamiento de los clientes durante los días mencionado. Como explicó en una reciente edición de la Mesa Redonda Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, esos establecimientos deben cambiar sistemas contables, convertir inventarios y adecuar las cajas, pues hoy la contabilidad se realiza en CUC. Y deberá hacerse de forma escalonada.

En ese mismo espacio televisivo, trascendió que el día 30 de este mes se trabajará hasta las 6:00 p.m. y el 31 solo abrirán las tiendas en CUC hasta el mediodía, para la recepción de efectivo.

Díaz Velázquez puntualizó que en todos los municipios se va a garantizar la apertura de tiendas con vistas a que no haya afectaciones en el servicio.

De acuedo con la titular del ramo, la tarea Ordenamiento tendrá un impacto en el sistema del comercio interior en Cuba, a partir del incremento de precios, el reordenamiento de los servicios y procesos, así como una mejor distribución de los subsidios existentes hoy en la nación.

Economía cubana en el 2021: más allá de las cifras

Alcanzar un crecimiento en el PIB del 7% el próximo año es una meta muy tensa.





Hace cuatro días, durante el sexto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su novena legislatura, el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández informó que el PIB había decrecido un 11% en el 2020 y que se proponía en el plan para el 2021 un crecimiento del 7%. Alcanzar dicho objetivo parecería una tarea no tan difícil desde una perspectiva aritmética (la base de comparación es muy baja) pero eso es solo pura apariencia, sobre todo si se atiende a que la razones por la cuales se decrece en el 2020 no desaparecerán, al menos en una buena parte del próximo año, aun cuando en algún momento las vacunas contra el virus hagan su trabajo. Las otras, las estructurales, las que han determinado que la tasa de crecimiento de los últimos años apenas alcance el 1,6% permanecen, incluso algunas se han hecho más profundas y han complejizado aún más nuestra realidad, de ambas se ha hablado mucho, aunque nunca es demasiado.



Intentar crecer en el corto plazo y a la vez avanzar en una estrategia que tiene más de cuatro años de aprobada y que, si atendemos a los ejes estratégicos, no ha dado aun los resultados que se esperan hacen que ese 7% sea una meta muy tensa. Las condiciones actuales para intentar lograr ese objetivo son las de una economía muy debilitada, con un gran agujero negro en un sector tan sensible como la producción y comercialización de productos agropecuarios, decisivo para las personas que son objeto del plan; con alta dependencia de combustibles fósiles, que no alcanza a acelerar el cambio en la matriz energética, aun cuando se haya avanzado en ello —una sola bioenergética después de diez años— y que todavía arrastra empresas estatales ineficientes en las cuales el Estado debe invertir recursos para mantenerlas a flote (las transferencias al sector empresarial alcanzan a ser más del 25% de los gastos del presupuesto). Además, habría que alcanzar ese objetivo en plena aplicación de la “tarea ordenamiento” que en otras palabras no es más que un profundo ajuste estructural de nuestra economía, si bien encabezado por la devaluación de la tasa oficial y su “casi” unificación —queda un segmento dolarizado— pero que la rebasa y se extiende a todos los ámbitos de la vida cotidiana de las personas que viven dentro de ese plan.

El incremento del plan de inversiones en un 22% es, atendiendo a la situación que atraviesa el país, significativo. Que el 60% de las mismas se concentre en los sectores priorizados también, al igual que su contribución al incremento del empleo. Sin embargo, no es posible saber si se ha corregido la tendencia a colocar excesivos recursos de inversión en el sector turístico, algo que ha tipificado la distribución de la inversión en los últimos años, a pesar de la demora y poca seguridad en su recuperación. De hecho, dentro los programas que se desarrollarán en este 2021, aparece la terminación de 5 mil 56 habitaciones, lo que permitirá culminar 17 hoteles.

Es este un plan de corto plazo para impulsar la recuperación de la economía, pero sin dudas el corto plazo tiene un impacto decisivo en las aspiraciones de largo plazo. Llama la atención que la inversión extranjera directa (IED) no aparezca por sí misma, sino que está de alguna manera subsumida dentro de lo planteado para la zona especial de desarrollo del Mariel y también cuando se reconoce la necesidad de seguir fomentando los encadenamientos entre todas las formas de propiedad y gestión. Tampoco aparece de forma explicita en el epígrafe XI del documento del plan: Acciones en las que se debe concentrar el esfuerzo principal. Si la baja tasa de inversión como proporción del PIB ha sido uno de los factores que han contribuido a la baja tasa de crecimiento y a la débil capacidad de crear empleo productivo y, si es bien conocido que resulta muy difícil alcanzar mayores tasas con ahorro nacional, entonces la IED debería aparecer como parte de ese esfuerzo principal.

Sin dudas mantener el control sobre el endeudamiento externo es vital, pero lograr de alguna manera honrar a tiempo los compromisos de deuda y sobre todo diseñar instrumentos que en el corto plazo le permitan al país comenzar a salir de esta situación parecería también pertinente. Hace muy poco, Rusia declaraba la interrupción de sus proyectos de inversiones en Cuba por los incumplimientos de pago de la deuda renegociada. Antes, ya había ocurrido lo mismo con el Club de París. Hay otros pendientes, además de las deuda con proveedores. Es por eso, que incluso en el corto plazo, debería planearse cómo ir solventando dicha situación, la cual se ha convertido además, en uno de los grandes obstáculos para obtener nuevos flujos de IED y de financiamientos y ha conducido a que la calificación de riesgo-país haya ido a peor.


Crecer en un 19% en las exportaciones luego de la caída del 2020 no parecería difícil, sin embargo, es un gran reto si se tiene en cuenta la caída pronosticada del comercio mundial para los próximos años, así como la caída de las economías de nuestros principales socios comerciales. De otra parte, la estructura de la cartera de bienes exportables de Cuba no es la de más fácil colocación en el mercado, a lo cual hay que agregar las dificultades que genera el bloqueo norteamericano.

Tanto para el níquel como para el azúcar los pronósticos hasta el 2030 indican una posible tendencia al alza, aunque, los incrementos para el año 2021 no parecen significativos, por lo que garantizar los volúmenes de exportación (y de producción) en ambos productos será decisivo. En el caso del azúcar, si se atiende a los resultados de las últimas zafras, no parece haber suficientes garantías.


El pronóstico de los precios del plomo es también al alza por lo que es posible esperar un incremento de los precios del concentrado de plomo y zinc. La combinación de mejores precios y un incremento significativo de los volúmenes de exportación lo convierten en el único rubro con un crecimiento significativo, junto al ron que crece un 12% y cuyos mercados se aseguran de alguna forma gracias a las empresas mixtas creadas.

No existe información sobre las exportaciones de fármacos, renglón que ha adquirido relevancia dentro de la cartera de exportaciones de bienes.

Es bueno significar que el patrón de exportación de bienes consolida su dependencia de bienes de industrialización primaria, característica que nos ha acompañado desde la época de la colonia, con excepción de los fármacos biotecnológicos.


Los servicios médicos parece que continuarán siendo el gran caballo de batalla de las exportaciones. Los resultados de las elecciones parlamentarias en Venezuela, el triunfo de la izquierda en Bolivia y la probada eficacia de nuestros médicos en el enfrentamiento a la pandemia deben permitir volúmenes de ingresos que, si bien están lejos de los alcanzados varios años atrás, seguirán teniendo el peso fundamental en los ingresos externos del país.

En cuanto al turismo, duplicar la cifra de visitantes respecto al 2020, aun considerando la recuperación del segmento de los cubanos residentes en el extranjero, será difícil incluso si la nueva administración norteamericana revierte las medidas de la administración Trump (algo para nada seguro aun) y pueda ser posible también recuperar una parte de aquel mercado.

Hace ya mucho tiempo que el turismo dejó ser una aventura y se convirtió en una verdadera industria cuando los viajes estuvieron al alcance de cada vez mayor cantidad de personas, sobre todo de la clase media trabajadora. Hoy, lamentablemente, la pandemia y la crisis global han reeditado aquellas antiguas incertidumbres y han reducido los ingresos de esas mismas clases que alimentaban los flujos turísticos. No hay dinero suficiente, y no hay garantías suficientes como para eliminar la incertidumbre en el corto plazo. Así que, lograr un mayor número de arribos depende de un grupo de factores exógenos sobre los cuales las empresas turísticas cubanas no tienen capacidad de influenciar. Pero nada es imposible y va y aparece una grata sorpresa al final del año, ahora que ya tanto en Europa como en Estados Unidos y seguro que en breve Canadá, comenzaron la vacunación de sus ciudadanos.

Lograr crecer al 7% en el 2021 será una feliz noticia para todos los cubanos. Salir de los números rojos es fundamental, quedan, sin embargo, muchas piedras dentro de los zapatos que no permiten avanzar a mayor velocidad. Y los zapatos están muy ajustados. Esa burocracia, que parece inaprensible y difícil de ubicar, mencionada por el presidente Miguel Díaz Canel en su discurso de clausura del Sexto Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, es quizás la mayor todas esas piedras. ¿Y si es la burocracia quien frena, entonces por qué seguir conviviendo con ella?

“Urge también que promovamos cambios más profundos a nivel estructural para desatar las fuerzas productivas, arrinconar a la burocracia y cerrarle los caminos a la corrupción”, dijo el presidente hace tres días en su discurso.

Difícil es imaginar las razones por las cuales cerraremos este año sin haber aprobado y publicado un documento legal que viabilice la creación de pequeñas y medianas empresas, que de hecho existen, pero que no pueden desplegar su potencial plenamente por la falta de normativas legales que la promuevan y protejan. ¿Cómo promover entonces mejores y más eficientes encadenamientos entre todas las formas de gestión y propiedad?

Parece difícil poder explicar, que luego de más de tres meses de anunciada, la tan esperada “lista negativa” de las actividades por cuenta propia, siga dando vueltas sobre algunos buroes.

¿Y como explicar gastar los escasos recursos que el país tiene y que necesita para luchar contra la pandemia y para mantener los niveles imprescindibles en la educación y el resto del sistema de salud, en la “recuperación de la gastronomía estatal”, otro de los grandes agujeros negros que ha padecido nuestro economía y ha sufrido nuestro pueblo durante más de cinco décadas?

Es difícil explicar que luego de fracasos reiterados por años, aun demore una reforma profunda del sistema agroalimentario cubano que reconozca que el corazón de la producción de alimentos en Cuba está en las manos de los pequeños agricultores y las cooperativas y que se alinee con esa verdad.

¿A quien interesa demorar estos cambios, reconocidos como necesarios y más que demostrado por nuestra realidad cotidiana?