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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 24 de marzo de 2025

¿Podrá recuperarse totalmente el Sistema Eléctrico Nacional? (I). Comentario HHC

En conversación con Granma, el Ministro de Energía y Minas explica cómo el país trabaja con altísima prioridad para robustecer el Sistema Eléctrico Nacional, a fin de ampliar las capacidades de generación con matrices sostenibles, y eliminar los crónicos apagones


23 de marzo de 2025 21:03:20


Foto: Ricardo López Hevia


Tener electricidad no es lujo. Carecer de ella hace que padezca cada familia, no solo por no poder prender la tv o cargar el teléfono, sino –aún más imprescindible– por quedarse sin opciones para cocinar o conservar los alimentos que precisan de refrigeración.

Y padece el país, imposibilitado de poner un pie en el camino derecho del desarrollo urgente que necesita, porque no se progresa con una fábrica parada por falta de corriente, ni hay trámite posible con la oficina apagada, ni comunicación fluida ni reproducción suficiente del conocimiento porque se va, con la luz, la cobertura telefónica y de internet.

La prolongada inestabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), a partir de las constantes roturas en la base térmica, además de los desabastecimientos de combustibles que han limitado el funcionamiento de la generación distribuida, hace que la mayoría de la población, bastante afectada por los larguísimos apagones, ponga todas sus expectativas en la sincronización de los grandes parques solares que están en construcción.


Foto: Dunia Álvarez Palacios

Vicente de la O Levy, ministro cubano de Energía y Minas, concedió una detallada entrevista a Granma, para responder y explicar varias interrogantes sobre la progresiva recuperación de la generación de electricidad, de las inversiones en curso, de su sostenibilidad, de lo que más rápido aportará a revertir la crisis actual, y de la revitalización de otras fuentes que diversificarían la matriz energética del país.

–Ministro, partamos del ideal posible –y anunciado– de que, en 2025, alrededor de medio centenar de parques se incorporen a la generación, y que se sobrepasen al menos los mil megawatts (MW) de disponibilidad por esa vía. Si lo comparamos con la media diaria del déficit actual, ¿significará esto, matemáticamente, que al menos se reduzcan las dos terceras partes de los apagones que hoy suceden?

 ¿Puede interpretarse así?

–Es lógica la preocupación, lógica e inteligente. Nuestro pueblo está bien capacitado, y conoce los términos de megawatt, de déficit, de generación, de pérdida… y surgen dudas como esas.

«Pero la recuperación no es con los parques solares fotovoltaicos solamente. Es un programa, por supuesto, en el cual lo más connotado o lo más novedoso, lo diferente, son los parques solares fotovoltaicos.

«Pero al sistema eléctrico hay que verlo desde diferentes aristas. Hay un tema que es combustible, porque la producción de combustible –igual que se deprimía el Sistema Eléctrico Nacional– también venía decreciendo; al extremo de que se analizó que iba a llegar un momento en que no íbamos a tener combustible ni para las termoeléctricas. Hablamos del crudo nacional, y del gas acompañante para generar corriente.

«Al final, en el diseño aprobado, discutido con la cátedra cubana, con las universidades, con los centros de investigación –y que es un trabajo que se viene haciendo hace muchos años–, se llegó a la conclusión de que tenemos que procurar la independencia en las importaciones de los combustibles.

«Siempre hemos sido dependientes en la importación de los combustibles, al punto de que la factura petrolera es la mayor de Cuba; más que los alimentos, más que los medicamentos, más que todo. Y del combustible importado para sostener la economía completa, la generación de electricidad es el mayor consumidor: más de la mitad de todo el combustible que usa el país es para generar corriente.

«La agricultura, el bombeo de agua, la zafra, el transporte, toda la cadena de la economía interna, todo consume menos que la generación de electricidad.

«Y, sin embargo, estaba decreciendo la producción nacional de combustible, mientras la tendencia era que el consumo de las termoeléctricas, en petróleo y gas, iba a ser superior a la producción nacional. Eso, por un lado.

«Entonces el tema eléctrico empezó a complicarse no solo por el estado técnico de las termoeléctricas…».

–¿Ese decrecimiento tenía que ver con la disponibilidad del petróleo natural y gas, o por las capacidades para extraerlos?

–Tenía que ver con las mismas causas que afectaron a las termoeléctricas: deterioro, falta de recursos, de piezas de repuesto. La producción de petróleo no es perforar un pozo y ya, empieza a salir. No.

«Perforar un pozo es una inversión, pero mantener después ese pozo lleva recursos, que hay que ponerle todos los días, y la carencia nos obligó a ir cerrando pozos, cerrando y cerrando, porque no teníamos los insumos para mantener activos esos pozos.

«Para poner un ejemplo, un pozo tú lo abres, empiezas a extraer petróleo, y ese petróleo en Cuba se tira en tanques. Y después que está en el tanque, tienes que sacarlo del tanque y transportarlo por carretera.

«En Cuba existen muy pocos ductos. Por ejemplo, de Matanzas a la termoeléctrica de Santa Cruz es por ducto; de los puertos a las refinerías es por ducto; pero no a todas las centrales termoeléctricas ni a la generación distribuida es por ducto. Hay que transportar mucho por carretera.

«Entonces, si el tanque se te llena y tú no tienes una infraestructura de transportación para llevar ese crudo que sacaste de los pozos, tienes ahí un cuello de botella que también te limita la producción de petróleo.

«Además, a los pozos hay que estar constantemente poniéndoles químicos, solventes, una cantidad alta de insumos diarios para que ese pozo se mantenga activo».

–Más lo que conspira la crudeza del petróleo nuestro…

–Exactamente. En los pozos nuestros eso lo complica más todavía; pero también hay que sostener la instalación de superficie, válvulas, tuberías, bombas... a todo eso hay que darle mantenimiento constante, reparaciones que no pudimos hacer.

«Eso fue limitando la producción, además de no poder invertir en nuevos pozos y en hacer los estudios sísmicos. Siempre hay que ir delante en los estudios sísmicos, en la perforación, para después extraer.

«Logramos, en el año 2023, perforar algunos pozos, con el objetivo de obtener gas; y sí, se obtuvo gas, y eso fue lo que logró recuperar y aumentar la generación de electricidad con gas, pero seguía decreciendo la producción del crudo. Y en ese análisis concluimos que llegaría un momento en que ni el crudo nacional alcanzaría para las termoeléctricas. Es más, si tuviéramos todas las termoeléctricas disponibles, no alcanzaría».

–¿El crudo nuestro no alcanzaría?

–Ni el crudo nuestro siquiera. Y a eso suma, después, la generación distribuida a base de diésel y de fuel, que son totalmente importados; esos o el crudo refinable, porque el petróleo cubano no se refina, se quema directamente en las termoeléctricas.

«No es un crudo que tú lo puedas llevar a cualquiera de las cuatro refinerías nuestras y obtener diésel, o gasolina, nafta, gas licuado, turbocombustible para la aviación… Solo sirve para las termoeléctricas, que se diseñaron y se adaptaron a ese tipo de combustible.

«Las termoeléctricas cubanas, por diseño, consumían un fuel de excelente calidad que venía de la antigua Unión Soviética, mayoritariamente. En esas condiciones, la vida entre mantenimientos era mucho más larga. Y al desaparecer la Unión Soviética dejamos de tener, de la noche a la mañana, todos los combustibles, que llegaron a ser 12 millones de toneladas.

«Entonces nos vimos obligados a iniciar la reconversión de las termoeléctricas, con una innovación totalmente cubana, para que consumieran el crudo nacional.

«Eso nos salvó, pero tuvo un alto sacrificio. ¿Cuál fue? Se les acortó la vida a las unidades de generación termoeléctrica, el plazo entre los mantenimientos, porque el crudo cubano tiene contenidos muy altos de azufre y de vanadio, que cuando se combustionan en las calderas y existe humedad, generan ácido sulfúrico, que acelera la corrosión.

«Eso se une al deterioro por vejez, por los años de explotación de las termoeléctricas. Mariel, por ejemplo, se inauguró en 1975, y la más joven ya tiene más de 25 años. Uno puede mantener cien años, 200 años cualquier cosa que tenga los mantenimientos requeridos, con todos los recursos que exige; pero si un rodamiento dura 60 000 horas, y a las 60 000 horas no lo cambias, se va a romper, y comienza a desencadenar un deterioro progresivo del sistema».

–Hay un número que es muy ilustrativo, de la diferencia que se dedicaba anualmente a los mantenimientos de la generación, y que con la pandemia se redujeron drásticamente.

–Era director de la Unión Eléctrica cuando, como parte del gran proceso inversionista de la Revolución Energética, había más de mil millones, 1 200, 1 300 millones. Hubo años muy cercanos a los 2 000 millones que se le ponían al sistema eléctrico completo.

«No solo a los mantenimientos; eran las inversiones y también, en paralelo o colateral, todo aquel proceso de cambio de equipos electrodomésticos, de bombillos, de juntas de refrigeradores, de la introducción de las ollas arrocera y reina; pero todo eso tributaba a la electricidad, a disminuir demandas y consumos, y reducir el uso de combustible.

«Ahora, solo para mantenimiento de la generación, si el sistema eléctrico estuviera funcionando bien, todos los años habría que ponerle entre 250 y 350 millones de dólares. Un año que le dejes de poner esos recursos, no se recupera; y no ha sido solo un año. Esa es la factura que estamos pagando. No ha sido posible, el país no ha tenido los ingresos suficientes, por las limitaciones que conocemos.

«Entonces, si está decreciendo la producción de petróleo, si no tenemos finanzas para importar otra vez los millones de toneladas que necesita la economía; lo primero es frenar ese decrecimiento, a la par de disminuir el consumo de combustible, mientras se amplían las capacidades de generación.

«Ahí es cuando se decide avanzar en los paneles solares fotovoltaicos, y más que en los paneles, en ampliar los planes del uso de las fuentes renovables de energía.

«¿Por qué los paneles pasan a ser el proyecto más grande? Primero, porque las inversiones son menos costosas, porque se hacen más rápido, porque se pueden repartir por todo el país.

«Con los primeros cálculos dijimos: “se pueden instalar 1 000 MW en un año”. Hubo compañeros que advirtieron que sería un proceso inversionista demasiado fuerte en esta situación en que no hay cemento, acero, y muchos otros recursos. ¿Cómo vamos a asegurar la instalación de 1 000 MW?

«Vamos a analizarlo de otra manera. Si lo hacemos en parques de 21 MW, y los distribuimos por 15 provincias, a razón de una media de tres por provincia, pues es un esfuerzo económico que puede hacerse territorialmente.

«Los inversionistas y las organizaciones eléctricas están en cada territorio, igual que las estructuras del Ministerio de la Construcción; es decir, se reparte y ya, y eso es lo que está sucediendo en estos momentos, un proceso inversionista abierto en todo el país».

–¿Y qué pasará cuando no haya sol, cuando haya un huracán?

–Son dos de las razones que explican por qué está distribuido en el país. Puede haber sombra, ahora, en el primer parque que inauguramos, en el Cotorro; pero en el de Granma hay sol radiante.

«La distancia promedio diseñada entre parques es de apenas ocho kilómetros. Puede haber sombra en la zona de un parque, y en el otro, a ocho kilómetros, no tiene por qué haber la misma sombra.

«Es un diseño de distribución que también ayuda a la regulación del voltaje, desde el Despacho Nacional de Carga, y mediante un sistema que también está naciendo con la instalación.

«Claro, serán más grandes los retos para mantener un sistema eléctrico con un alto nivel de penetración de energía renovable. Algo similar fue cuando se introdujo la generación distribuida. Teníamos grandes plantas de generación termoeléctrica, y en dos años se instalaron 202 emplazamientos de generación distribuida en todo el país. Eso fue un reto para la operación del SEN, que incluyó la preparación del capital humano que lo operaría».

–Con estos parques generando energía a pleno sol, ¿se piensa en crear capacidades para guardar energía para la noche, acumular cargas en baterías, o seguirá habiendo déficit en horario nocturno?

–Está concebido también incorporar un nivel de acumulación de energía; en principio, para la garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.

«Es decir, hay conceptos de acumulación de energía para la estabilidad, y hay conceptos de acumulación de energía para entregarle al sistema. Ya están en Cuba los primeros contenedores de acumulación, pero todavía no tienen la batería dentro.

«Digamos que está todo el contenedor, con toda la parte automática, electrónica, y otros componentes. Solo al final se le pone la batería. ¿Por qué se contrataron así? Porque las baterías no deben estar sin cargarse un tiempo determinado, y tampoco es lo más complejo ponérselas. A manera de explicación simple: son como gavetas que deben acoplarse, y ya; pero en el resto podemos ir adelantando».

Será necesario detallar esta explicación más adelante; pero volvamos a la cuenta matemática del inicio. Cuando haya disponibles 1 000 MW de los paneles, ¿habrá dos tercios menos de apagones que hoy, cuando el déficit en el pico es 1 500 MW?

–Cuando se dice que hay un promedio de 1 500 MW de déficit, eso es en un momento del día. Y si instalamos 1 000 MW ¿van a quedar 500 MW de déficit? Pues no, porque de los 1 500 MW hubo días en que 1 000 MW fueron por combustible.

«Es por eso que el país se ha empeñado en cubrir ese déficit con energías renovables, porque no puedes ponerte a hacer inversiones que impliquen más combustible; aunque también sea una prioridad crecer en la producción de combustible, pero es inexorable avanzar en reducir el consumo de ese combustible.

«Pongamos un ejemplo. La última vez que Felton salió del sistema, por una avería, en esa fecha no hubo afectación al servicio en la madrugada, ni fue grande la diferencia con el déficit de los días anteriores. ¿Cómo pasó eso? ¿Fue por el clima?

«No, no fue por el clima. Es que ese día tuvimos combustible. Para todas las generaciones distribuidas de ese día tuvimos combustible, y se cubrió el déficit. O sea, no es solo una cuestión de capacidad tecnológica de generación.

«Se cubriría el déficit manteniendo esta capacidad tecnológica de alta, comprando combustible, con las plantas de generación distribuida funcionando todas, y sumando lo de los parques.

«Lo cierto es que, cuando pongamos 1 000 MW de energía renovable, estaremos ahorrando combustible, que es combustible que podremos tirar para la generación en la noche».

¿Cómo se operará el sistema en un ideal en que ya estén todos estos parques sincronizados? Por lo menos estos, que no tienen acumulación, ¿aportarán solamente de día? ¿Hasta donde está previsto llegar con la instalación de baterías que acumulen la carga para cuando no haya sol?

A estas y otras preguntas dará respuesta esta entrevista, que estará a disposición de los lectores de Granma en varias partes, con continuidad en la siguiente edición.


Foto: Ricardo López Hevia

SOBRE LA PRODUCCIÓN NACIONAL DE PETRÓLEO PARA LA GENERACIÓN ELÉCTRICA

Al cierre de 2024, la falta de recursos materiales y financiamiento provocó que la producción del crudo nacional disminuyera en unas 138 028 toneladas.

Se producen diariamente 40 000 barriles, pero solo cubren la tercera parte del consumo.

Los pozos cubanos solo producen el 6 % del crudo que hay en el subsuelo. Se debe investigar cómo incrementar ese valor, al 10 % u 11 %, lo que duplicaría la producción.

Se han identificado zonas en las cuales existen yacimientos petroleros: Boca de Jaruco, entre Fraile y Jibacoa; la zona de La Habana del Este y Alamar; y al sur de los yacimientos de Puerto Escondido y Canasí.

Urge incentivar la prospección para descubrir crudo con mejor calidad, y explorar yacimientos costa afuera.

Este año se prevé una campaña exploratoria que permita incorporar entre tres y cinco pozos.


Fuente: Entrevista a Osvaldo López Corso, jefe del Grupo de Exploración y Yacimiento de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet)





Comentario HHC:  Importante todo lo que se plantea, y esperemos las otras partes.

No obstante, hay que decir que hubo negligencia y desidia, el haber dejado al abandono o no seguir desarrollando la revolución energética impulsada por Fidel, a las nuevas condiciones.

Adicionalmente, costó trabajo que se entendiera lo de las energías renovables principalmente fotovoltaica, porque no hace ni cinco años un alto funcionario de la Unión Eléctrica,  dijo claramente que el futuro no eran el uso de la energía solar, porque no era rentable para el país, y era más económico y sostenible las famosas bioeléctricas (8), que la primera todavía está dando tumbos.  En eso perdimos años.

La pregunta de los ciclones , no se respondió, ¿ está previsto hacer algo en caso de ciclones?, o va a pasar que se dira " las afectaciones fueron tanto, y por eso se dejo de generar tanto, y se perdieron tantos paneles".

Hay dos errores que persisten por decenas de años, que no se le ha buscado solución total a pesar de las experiencias vividas. Nos pasó en 1959 con la dependencia de EEUU,  pasó con la caída de la URSS y el campo socialista, y con Venezuela recientemente, y son:  La producción de alimentos y la generación de energía eléctrica, ambas tienen que ser  responsabilidad nuestra, y tenemos todas las condiciones para que así sea; no podemos dejar eso a terceros países , y a los vaivenes del mundo, es estratégico y de supervivencia como nación.

Todos los países buscan la solución acorde a sus características naturales como país, e invierten para que sea sostenible. Por ejemplo, Costa Rica aprovecha la energía de sus volcanes;, Holanda el segundo exportador de alimentos del mundo con sus avances tecnológicos y clima, y con solo 18 millones de habitantes, y así un largo etc.  

Pero en la matriz de inversiones por años de nuestro país, no se prioriza ni la electricidad, ni la agricultura, ni el transporte. Tres sectores estratégicos que deciden la vida de cualquier nación hoy en día.