Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 23 de diciembre de 2024

Las pifias de los profetas

Suelen ser anunciados bajo el eslogan de «especialistas a los que Gobierno no les hace caso». Nos brindan sus rotundas profecías desde medios extranjeros. Sin embargo, raramente estas se cumplen.

Por ejemplo, cuando transcurrido el año de gracia las mipymes empezaron a pagar impuestos, nos anunciaron su quiebra total… pero ahí permanecen. Lo mismo dijeron cuando los aranceles de importación se multiplicaron por cinco: ¡No habrá más pollo ni aceite! Y no fue así.

Hay muchos ejemplos. Cuando se divulgó el proceso de bancarización, decretaron la paralización del comercio en Cuba; pero ello no ocurrió. Cuando se toparon los precios a seis productos de importación y alta demanda, anunciaron la desaparición de estos en el mercado… pero tampoco sucedió.

Es el raro caso de economistas que niegan su condición; pues no hay medida dirigida al control o a ordenar la economía a la que no se opongan. 

Por tanto, era predecible que también la emprendieran con el reciente Decreto 110 de 2024, del Consejo de Ministros, sobre las regulaciones para el control y uso eficiente de los portadores energéticos y las fuentes renovables de energía.

Desde la plataforma x, uno de estos especialistas nos ha dicho: «Periodo especial en tiempos de incompetencia. La noción de que cada “actor” debe generar su propia electricidad a partir de fuentes renovables de energía pone en riesgo la poca “modernidad” que le viene quedando a la economía cubana».

Pretende desinformarnos doblemente. Primero, no todos los actores económicos deben generar hasta el 50 % del consumo del pico diurno; tendrán que hacerlo aquellos que, en los últimos 12 meses del año anterior, consumieron un promedio mensual igual o mayor a los 30 MWh o 50 000 litros de combustible.

Segundo, una rápida búsqueda en Google sugiere que ese «especialista» desconoce el significado de la palabra modernidad.

Según datos registrados por la Unión Española Fotovoltaica, asociación mayoritaria de la energía solar en España –que ya cuenta con más de 815 empresas–, en 2023 se emplazaron 1 706 mw de nueva potencia de energía solar en instalaciones de autoconsumo: ello representa el 30,4 % del total de energía solar instalada en el año, en ese país.

Una investigación realizada por YouGov –firma de investigación de mercados, líder de encuestas en línea en Europa– determinó que dos tercios de las pymes en República Checa, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos y Polonia ya están recurriendo a la energía renovable y a soluciones de eficiencia energética.

La investigación también señala que más de la mitad (52 %) de las pymes encuestadas afirman que la dependencia de los combustibles fósiles de su país está detrás del aumento de los precios de la energía, y ven la solar y la eólica como la mejor forma de superar la crisis energética.

A lo largo y ancho del mundo es común que las empresas inviertan en paneles solares, cuya vida útil es de unos 25 años. Con ello pueden ahorrar entre un 40 % y un 60 % de la factura eléctrica, mientras la inversión se amortiza en menos de siete años.

Semejantes inversiones también contribuyen a disminuir la huella de carbono, cosa que puede dejar beneficios económicos adicionales, en tanto muchos países ofrecen incentivos arancelarios o impositivos a productos amigables con el ambiente.

¿Con qué «vaticinio» se nos aparecerán mañana estos iluminados?. Da igual: siempre aciertan en la equivocación.

Cuadrando la Caja: “Resolución 56, ¿qué va a pasar con el comercio interior en Cuba?” (+ Video)

 Publicado en: Cuadrando la Caja

 


¿En qué consiste la Resolución 56/2024 y cuáles son sus principales objetivos?

¿Qué tipo de irregularidades se estaban cometiendo en el comercio mayorista y minorista entre los actores económicos no estatales?

¿Cuáles son los beneficios de unirse a la empresa estatal para el comercio interior? ¿Qué retos quedan por delante?

En video, el programa:

Algunas ideas esenciales sobre el pensamiento económico del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (I)

 Por: Dr José Luis Rodríguez

 



Una particularidad de los aportes de Fidel Castro al análisis de los problemas económicos y sociales presentes en su quehacer revolucionario consistió en que los mismos no se derivaron de un estudio puramente académico de las complejas realidades de la construcción del socialismo en Cuba y del mundo contemporáneo. Foto: Archivo.

El pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz incursionó en múltiples esferas del saber humano.

La insaciable sed de conocimientos que lo caracterizó durante toda su vida lo llevaron a formarse autodidactamente, en múltiples esferas del saber y a realizar aportes significativos en ciencias como la economía, a la que brindó especial atención, incluso desde antes de 1959.

Una particularidad de los aportes de Fidel Castro al análisis de los problemas económicos y sociales presentes en su quehacer revolucionario consistió en que los mismos no se derivaron de un estudio puramente académico de las complejas realidades de la construcción del socialismo en Cuba y del mundo contemporáneo. Realmente fue la asimilación de conceptos funcionales a la política, derivados de un profundo estudio de la historia y la experiencia práctica de la construcción del proceso revolucionario de nuestro país, lo que le condujo a la formulación de conceptos que constituyen un singular aporte teórico y práctico en el ámbito de la economía. Fue así que su comprensión del vínculo dialéctico entre las decisiones económicas y las políticas, las dejó plasmadas sintéticamente cuando afirmó: “…no hay economía sin política, ni política sin economía.”[1]Para lograr esa visión integradora, Fidel supo combinar una valoración estratégica de todos los problemas económicos que analizaba, unido a la necesaria consideración de los detalles de su implementación con una táctica adecuada, en la cual siempre planteó más de una alternativa en la solución de los problemas.

En el texto que se presenta a continuación, se ha partido de tratar de organizar las ideas económicas de Fidel tomando en cuenta el contexto en que las mismas se expresaron, que casi siempre fueron recogidas en discursos, entrevistas y –en contadas ocasiones- en trabajos especialmente redactados por él, o libros. Estas características llevan a destacar determinados segmentos de intervenciones públicas en la mayoría de los casos como lo más significativo de su pensamiento, aunque –desde luego- esto no representa una selección exhaustiva o definitiva de sus ideas, para lo que será preciso emprender un estudio que demandará un trabajo investigativo de largo aliento.

Los temas económicos en el pensamiento de Fidel Castro

De acuerdo con la forma en que fueron madurando sus ideas y el enfoque prevaleciente en cada momento, tanto en lo referido a la economía cubana, como a la economía internacional, las ideas esenciales de Fidel y los documentos que las contienen pudieran agruparse cronológicamente de la forma siguiente.

1. Periodo anterior a 1959

Ajeno a debates académicos formales, pero poseedor ya entonces de una cultura marxista en ciernes, Fidel Castro plantearía en 1953 en el juicio a que se le sometió por el asalto al cuartel Moncada, un alegato en su autodefensa que sintetiza su pensamiento político y socioeconómico, alegato que se conocería posteriormente como “La Historia me Absolverá”, donde se planteaba: “El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo, he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política.”[2] Sobre esta formulación se plantearía posteriormente: “En el Programa del Moncada, que con toda claridad expusimos ante el tribunal que nos juzgó, estaba el germen de todo el desarrollo ulterior de la Revolución. Su lectura cuidadosa evidencia que nos apartábamos ya por completo de la concepción capitalista del desarrollo económico y social.”[3]

Desde el punto de vista social y económico estas ideas mostraban ya una visión integradora del desarrollo, con la inclusión de componentes económicos y sociales, lo que puede considerarse un aporte significativo, en momentos en que prevalecía –entre los teóricos de la ciencia económica- una concepción del desarrollo que lo reducía al crecimiento económico solamente.

Con posterioridad su concepción del desarrollo sería precisada frecuentemente en múltiples discursos. De tal modo, en 1981 expresaría “El desarrollo no solo es económico, sino también social. Puede haber un crecimiento económico, deformado o dependiente, que no sirva a este objetivo, ni conduzca a los fines esperados. Una política económica y social acertada debe tener como centro y preocupación al hombre.”[4]

2. Periodo del 1 de enero de 1959 hasta 1963-64

En estos años comenzaría a avizorarse en múltiples discursos la visión sobre los temas económicos en la formulación de un programa de desarrollo para Cuba basado en la industrialización, pero también múltiples ideas sobre los problemas del desarrollo en los países subdesarrollados.

Ya en La Historia me Absolverá Fidel Castro había colocado la industrialización como un tema fundamental. También en el propio año 1959, al asumir el cargo de Primer Ministro, había destacado entre los propósitos del gobierno la inversión de 2 000 millones de pesos para el desarrollo industrial[5] y en su intervención en la Reunión de los 21 celebrada en Buenos Aires en mayo de ese año, se había referido –con una notable profundidad- al debate sobre la industrialización propuesta por la CEPAL, unido a las fuentes de la inversión para desarrollarla y la conveniencia de la integración económica en América Latina.[6]

Una vez cumplido el Programa del Moncada en octubre de 1960 y proclamado el carácter socialista de la Revolución en abril de 1961, se planteó el programa de industrialización acelerada en Cuba como la base del proceso de desarrollo, tesis que se acercaba a la industrialización sustitutiva de importaciones que proclamaba la CEPAL en esos años, así como con la experiencia de la aplicación del modelo industrialista aplicado por los países socialistas europeos. La introducción de estas valoraciones se concretaría en el Plan Cuatrienal de Desarrollo 1962-1965, donde se destacaría el inicio de la planificación como elemento central del incipiente sistema de dirección económico socialista del país, con una percepción clara de la necesidad de que la elaboración de los planes se desarrollara con la participación de los trabajadores.[7] Una práctica presente desde entonces por el Comandante en Jefe fue no implementar ninguna decisión económica importante si no contaba con la comprensión y apoyo de la población.

En este sentido, vale la pena destacar que la concepción del plan suponía ya desde entonces, como política permanente, contemplar también los aspectos sociales junto al desarrollo industrial: “Este plan tiende a la solución de una serie de problemas. Está, por ejemplo, primero que nada, el aumento de los bienes de consumo necesarios para el pueblo. Una de las metas. La creación de todos los empleos posibles, del máximo de empleo posible para el pueblo; los planes de educación, es decir, crear las condiciones que permitan estudiar a toda la población escolar de nuestro país; las construcciones de viviendas necesarias a satisfacer las necesidades de nuestro pueblo; los servicios, por ejemplo, del transporte, que son tan importantes. Y, fundamentalmente, crear las bases de una industria capaz de construir maquinarias y de asegurar el desarrollo de nuestra economía.”[8]

En este punto es necesario apuntar algunas características del pensamiento económico de Fidel ya presentes desde esos años.  Se trata de su visión analítica y su valoración crítica de las experiencias de la construcción socialista en otros países y su enfoque táctico flexible ante los resultados de la experiencia práctica concreta en la aplicación de la estrategia y la política económica previamente acordadas en nuestro país.

La visión crítica de otras experiencias se materializó a inicios de los años 60 en la constatación –presente ya en 1963- de que el país no se encontraba preparado para un proceso de industrialización acelerada, por carecer de la infraestructura y el nivel de calificación de la fuerza de trabajo indispensable para ello. A esto se añadía que, debido a una implementación inadecuada del desarrollo industrial,  unido a la diversificación de la agricultura, asociada al rechazo de la producción azucarera, se produjo una reducción notable de la producción de azúcar,[9] lo que había provocado un desbalance comercial externo de 578 millones de dólares, situación que creaba una tensión muy fuerte en nuestras finanzas internacionales, al reducirse significativamente nuestras exportaciones..

Una rectificación necesaria y creativa no se hizo esperar por parte de Fidel, como práctica cotidiana y autocrítica, al evaluar los resultados de las decisiones económicas adoptadas.  En efecto, fue así que se produjo una reformulación de la estrategia de desarrollo a partir de los recursos que realmente se disponían en esos momentos y las posibilidades que se abrían en el comercio con los países socialistas. La base de esa reformulación se aprecia claramente en el discurso del 10 de agosto de 1963 cuando Fidel señaló: “Hubo un tiempo que no sabíamos bien qué íbamos a hacer con la agricultura, entre otras cosas porque veníamos influidos por una serie de ideas del pasado con el problema de la caña, la falta de mercados para la caña, la supresión de las cuotas azucareras; durante un tiempo nos mantuvieron desorientados, hasta que descubrimos las posibilidades de mercado enorme que había en el campo socialista para nuestros productos.”[10]

Así en el discurso del 2 de enero de 1965 se señalaría: “La agricultura será, pues, la base de nuestro desarrollo económico y la agricultura será la base de nuestro desarrollo industrial.”[11] Más adelante se precisaría: “No se ha desechado la industrialización, sino que se ha puesto el énfasis principal en el desarrollo económico del país, dando a la agricultura el máximo de impulso durante estos años.”[12] Se ganaría así el tiempo indispensable con vistas a preparar las condiciones para una industrialización gradual, mientras que se desarrollaba la base alimentaria nacional para el consumo y la exportación, centrando este último en el crecimiento de la producción azucarera.[13]

Otro elemento que ratifica la visión crítica de Fidel, más allá de la experiencia de otros modelos socialistas lo fue su posición frente al debate promovido por el Che en esos años y la crítica que formularía al modelo del cálculo económico vigente en los países socialistas de entonces.[14]En este sentido vale la pena destacar la conclusión a la que había arribado el Che en 1965 cuando señalaba admonitoriamente “Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la Nueva Política Económica (NEP) han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura; se está regresando al capitalismo.”[15]

Al respecto la evidencia histórica nos muestra que -aunque Fidel no participó directamente en los debates-, en aquellos momentos se puso de manifiesto que las ideas del líder de la Revolución coincidían con los conceptos esenciales y las críticas planteadas por el Guerrillero Heroico. Así el 1º de mayo de 1966 subrayaría: “Nosotros vamos desarrollando nuestras ideas. Entendemos que las ideas marxistas-leninistas requieren de un incesante desarrollo; entendemos que un cierto estancamiento se ha producido en ese campo y vemos incluso que a veces se aceptan universalmente, fórmulas que nuestra opinión se pueden apartar de la esencia del marxismo leninismo.”[16]

3. Periodo de 1965 a 1970

A partir de 1965 todo el esfuerzo económico del país se concentraría en la elevación de la producción azucarera hasta llegar a 10 millones de toneladas de azúcar en 1970, volumen cuya venta se aseguraba por las favorables condiciones alcanzadas por los acuerdos alcanzados con la URSS para su adquisición.

Por otro lado, desde los años precedentes, se desarrollaban intensos debates en el contexto de la búsqueda del camino para la construcción del socialismo en el contexto de las reformas económicas de la URSS y los países socialistas europeos, debates en los cuales Cuba mantendría su posición a favor de la lucha revolucionaria en los países subdesarrollados, defendiendo la necesidad de la unidad de todos los movimientos progresistas, más allá de la confrontación propia de la guerra fría de aquellos años. Esto se pondría de manifiesto en el discurso del 13 de marzo de 1965, donde se evidenciaron las consecuencias para la lucha revolucionaria de las divergencias entre el Partido Comunista de China y el Partido Comunista de la Unión Soviética. Al respecto Fidel señalaría “¡En materia de discordia, desgraciadamente ha habido bastante y un buen poco más de lo necesario, y un buen poco más de lo conveniente a los intereses de los pueblos y desgraciadamente, útil a los intereses de los enemigos de los pueblos!” [17]

Con posterioridad estas divergencias se harían más evidentes al examinar las consecuencias de la entrada de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia en agosto de 1968.[18]

Todas las ideas reflejadas en la estrategia de desarrollo económico del país se irían conformando ya desde estos años paralelamente con la visión de Fidel acerca del indispensable desarrollo de la ciencia y la técnica, para ser capaces de multiplicar el valor de nuestros productos y servicios, en un país que no poseía cuantiosos recursos naturales.

En efecto, ya el 15 de enero de 1960 el Comandante en Jefe afirmaría, con una visión estratégica de largo alcance, que: “El futuro de nuestra Patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento…”[19]

La experiencia de los años 60 llevó también a una importante formulación por parte de Fidel Castro en 1969. En el discurso del 20 de diciembre de ese año, se expuso: “Marx concibió el socialismo como resultado del desarrollo. Hoy para el mundo subdesarrollado el socialismo ya es incluso condición del desarrollo.”[20]

Sin embargo, en la búsqueda de un modelo de desarrollo acorde a nuestras necesidades y tradiciones, durante la segunda mitad de los años 60 se cometieron errores de idealismo, que derivaron en una subestimación de la ciencia económica y que serían analizados críticamente años después en el I Congreso del PCC en 1975.

Siguiendo su invariable línea ética de reconocer los errores y la política para corregirlos, Fidel señalaría en el Informe Central de ese evento: “Es preciso señalar que el trabajo económico no ocupó el centro de la atención durante los primeros diez años. En este primer período de la Revolución la supervivencia frente a la subversión imperialista, las agresiones militares y el implacable bloqueo económico, ocuparon el esfuerzo principal de la nación.” Y más adelante añadiría: “En la construcción de nuestra economía hemos adolecido indudablemente de errores de idealismo y en ocasiones hemos desconocido la realidad de que existen leyes económicas objetivas a las cuales debemos atenernos.”[21]

Al implementarse un nuevo Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), aprobado en el I Congreso del PCC, basado en la aplicación de los principios del llamado cálculo económico, Fidel ratificaría importantes conceptos al subrayar: “Ahora bien, ningún sistema en el socialismo puede sustituir la política, la ideología, la conciencia de la gente, porque los factores que determinan la eficiencia en la economía capitalista son otros que no pueden existir de ninguna manera en el socialismo y sigue siendo un factor fundamental y decisivo el aspecto político, el aspecto ideológico y el aspecto moral.”[22]

4. Periodo de 1971 a 1989

La valoración del socialismo como sistema y la necesidad de recursos financieros externos para el desarrollo llevaba a la conclusión de que –en la experiencia de la Revolución cubana- solo con la colaboración del socialismo como sistema sería factible avanzar rápidamente hacia el desarrollo. Así había quedado formulada expresamente esa idea en el discurso del 1º de mayo de 1971, cuando se afirmaba: “…nosotros hemos podido avanzar no solo porque hemos hecho cambios sociales y los hemos sabido defender, sino porque hemos establecido el nuevo orden económico internacional en nuestras relaciones con los países socialistas.”[23]

Más adelante esta tesis se complementaría con una visión más integral acerca del significado del sistema socialista para el desarrollo, cuando el 2 de diciembre de 1976 Fidel planteó: “…debemos decir que la primera y genial concepción del socialismo fue la del socialismo como consecuencia del desarrollo. Mas, cuando una parte del mundo se desarrolló extraordinariamente y otra se quedó increíblemente subdesarrollada, el socialismo como sistema se ha convertido ya, incluso, en una condición del desarrollo.”[24]

En línea con lo anterior, Cuba se incorporaría al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en 1972, mientras que también promovía la integración entre nuestro país y América Latina y el Caribe. En el seno de este mecanismo de integración Cuba recibiría un tratamiento preferencial, particularmente centrado en la URSS.

Al respecto Fidel abogaría también por avanzar en la ciencia y la tecnología en los marcos del CAME, pero ante las dificultades para su desarrollo en el terreno de la computación y la biotecnología, tomando en cuenta que ya en 1971 Cuba había sido capaz de producir su propia computadora y que se creó en 1986 el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, de nivel mundial, se buscó su desarrollo fuera del esquema de integración.

Por otro lado, gracias al prestigio alcanzado por la obra revolucionaria y por la capacidad de liderazgo de Cuba, encabezada por Fidel, en 1979 Cuba pasa a presidir en su VI Cumbre, el Movimiento de Países no Alineados (MPNA).

A lo largo de los años 80 se incrementaría por parte de Fidel la elaboración de tesis que en la arena internacional permitieran no solo denunciar los problemas generados por el capitalismo en el mundo subdesarrollado, sino también ofrecer alternativas para enfrentarlos generando un consenso de aceptación en todas partes, incluyendo el engarce del financiamiento para el desarrollo con la paz en el mundo, mediante la reducción del gasto militar y el peligro de la guerra.

Destacan particularmente en este sentido, el discurso pronunciado por Fidel en la ONU al hablar como Presidente del Movimiento de Países No Alineados, cuando lanzó una propuesta audaz para elevar el financiamiento para el desarrollo de los países subdesarrollados al señalar: “Es imprescindible movilizar estos fondos adicionales como aporte del mundo desarrollado y de los países con recursos, al mundo subdesarrollado en los próximos 10 años. Si queremos paz, harán falta estos recursos. Si no hay recursos para el desarrollo no habrá paz. Algunos pensarán que estamos pidiendo mucho; yo pienso que la cifra es todavía modesta. Según datos estadísticos, como expresé en el acto inaugural de la Sexta Cumbre de los Países No Alineados, el mundo invierte cada año en gastos militares más de 300 000 millones de dólares. Con 300 000 millones de dólares se podrían construir en un año 600 000 escuelas con capacidad para 400 millones de niños; ó 60 millones de viviendas confortables con capacidad para 300 millones de personas; ó 30 000 hospitales con 18 millones de camas; ó 20 000 fábricas capaces de generar empleo a más de 20 millones de trabajadores; o habilitar para el regadío 150 millones de hectáreas de tierra, que con un nivel técnico adecuado pueden alimentar a 1 000 millones de personas. Esto despilfarra la humanidad cada año en la esfera militar. Considérese, además, la enorme cantidad de recursos humanos en plena juventud, recursos científicos, técnicos, combustible, materias primas y otros bienes. Este es el precio fabuloso de que no exista un verdadero clima de confianza y de paz en el mundo.”[25]

Este discurso destacaría la continuidad histórica de las posiciones de Fidel sobre los problemas del desarrollo si se compara con sus palabras pronunciadas en ese mismo escenario el 26 de septiembre de 1960, cuando afirmó: “Estamos, en fin, con todas las nobles aspiraciones de todos los pueblos.  Esa es nuestra posición.  Con todo lo justo estamos y estaremos siempre: contra el coloniaje, contra la explotación, contra los monopolios, contra el militarismo, contra la carrera armamentista, contra el juego a la guerra.  Contra eso estaremos siempre.  Esa será nuestra posición.”[26]

En 1983 Fidel prepararía como informe final de su mandato al frente del Movimiento de Países No Alineados lo que devendría en su análisis más sistemático y profundo sobre los problemas del desarrollo económico y social del mundo, publicado como libro bajo el título “La crisis económica y social del mundo” el contenido de este informe conserva una significativa actualidad, en tanto que muchos de los problemas que en él se denuncian permanecen o se han agravado.[27]

Posteriormente Fidel desarrollaría una batalla trascendental a escala mundial cuando en el verano de 1985 propusiera cancelar la impagable deuda externa del Tercer Mundo reduciendo el gasto militar para compensar esta operación, tesis que había anticipado ya en NN.UU. en 1979.

En el encuentro referido al tema de la deuda de América Latina y el Caribe el Comandante en Jefe demostraría con datos irrefutables sus conclusiones: “Nosotros decimos: es impagable. Pero impagable por razones matemáticas, económicas, no implica un juicio moral del problema, o legal, o político del problema. Pero nosotros decimos también: es un imposible político. Los gobiernos no están en condiciones, en ningún país de América Latina, de aplicar esas medidas del Fondo Monetario, en ninguno; ni a sangre y fuego pueden hacerlo.”[28]

En el ámbito de la economía nacional y pese a las advertencias realizadas por el Comandante en Jefe en relación al sistema de dirección de la economía se cometieron serios errores que se examinarían críticamente en el III Congreso del PCC en diciembre de 1986.[29] Posteriormente se expresaría “Los sistemas de dirección y planificación de la economía pueden ser mejores o peores, pueden ser más eficientes o menos eficientes, pero en nuestro país, lo grave fue que al lado de un sistema de dirección y planificación con sus virtudes y sus defectos –y les confieso que los defectos son bastantes, que también están de rectificarse-, lo malo, lo grave fue la creencia de que los mecanismos resolvían automáticamente los problemas; la creencia, la creencia estúpida, de que los mecanismos iban a hacer el trabajo del partido, que los mecanismos iban a construir el socialismo, que los mecanismos iban a promover el desarrollo.”[30]

Todo este proceso llevaría al desarrollo del Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, que se aplicaría entre 1986 y 1990.

Igualmente, en medio de las tensiones de la economía de los años 80 se aprobaron decisiones que permitieron renegociar la deuda externa en moneda libremente convertible entre 1982 y 1986, así como iniciar el desarrollo del turismo internacional, ante las dificultades que se comienzan a confrontar en las relaciones económicas internacionales debido a la modificación de un grupo de aspectos de la política económica externa que se emprende en la URSS, bajo el gobierno de Mijail Gorbachov.

Referencias

[1] Ver Fidel Castro “Discurso del 14 de febrero del 2003”httpwww.cuba.cu/gobierno/discursos/2003/esp/140203e.html

[2] Ver Fidel Castro “La Historia me absolverá” Ediciones Políticas, La Habana, 1973, p. 43
[3]Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 26 de julio de 1973” http//www.cuba.cu/gobierno/discursos.
[4] Ver Fidel Castro: “Desarrollo, subdesarrollo y Tercer Mundo” Editora Política, La Habana 1991, p. 78. Discurso en la inauguración del II Congreso de la Asociación de los Economistas del Tercer Mundo, Ciudad de La Habana, 26 de abril de 1981.
[5] “…porque estamos pensando que se invierta, por lo menos, 2 000 millones de pesos en industrias. Debemos declarar que esta época, la época revolucionaria, marca una era buena para las inversiones industriales…” Ver Fidel Castro “Discurso en el acto de toma de posesión como Primer Ministro el 16 de febrero de 1959” enhttp://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/c160259e.html
[6] Ver Fidel Castro “Discurso ante el Consejo Económico de los 21, Buenos Aires, 2 de mayo de 1959” enhttp://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/f020559e.html
[7] La prioridad otorgada a los primeros esfuerzos por lograr esos objetivos llevaron a designar a 1962 como “Año de la Planificación”.
[8] Ver Fidel Castro “Informe en la Reunión sobre los Planes para el Desarrollo Económico de la Nación para 1962 el 20 de octubre de 1961” enhttp://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f201061e.html
[9] La producción de azúcar cayó de 6.8 a 3.9 millones de toneladas entre 1961 y 1963.
[10] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 10 de agosto de 1963”http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f100863e.html
[11] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 2 de enero de 1965” http//www.cuba.cu/gobierno/discursos.
[12] Ver Fidel Castro entrevista concedida a la revista Sucesos de México, 10 de septiembre de 1966.
[13] Paralelamente se logró acordar con la URSS un programa que permitiría incrementar gradualmente las exportaciones en 400 millones de dólares anuales mediante la producción de 10 millones de toneladas de azúcar en 1970.
[14] Ver Ernesto Guevara “El Gran Debate sobre la economía en Cuba 1963-1964” Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 2004. Una valoración de las ideas del Che puede verse en el discurso de Fidel Castro “Discurso por el XX aniversario de la caída en combate de Ernesto Che Guevara. Octubre 8 de 1987”http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1987/esp/f081087e.html
[15] Ver Ernesto Che Guevara “Apuntes críticos a la Economía Política” Centro de Estudios Che Guevara, Ocean Press, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006, p.27.
[16] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 1º de mayo de 1966” http://www.cuba.cu/gobierno/discursos.  Durante los años 60 en varios discursos del Comandante en Jefe se manifestaron diferencias de principio con los países socialistas de entonces, pero siempre planteadas con la mayor firmeza, espíritu unitario y respeto posible
[17] Ver Fidel Castro “Discurso del 13 de marzo de 1965”http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1965/esp/f130365e.html
[18] Ver Fidel Castro “Discurso para analizar los acontecimientos de Checoslovaquia. La Habana 23 de agosto de 1968” Ediciones COR #16, La Habana, 1968.
[19] Ver Fidel Castro “El futuro de nuestra Patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia” periódico Granma, 11 de marzo de 2014  www.granma.cu
[20] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 20 de diciembre de 1969” http://www.cuba.cu/gobierno/discursos
[21] Ver “Informe presentado al I Congreso del Partido Comunista de Cuba. La Habana 17 de diciembre de 1975” Ediciones OR (Octubre-Diciembre). La Habana, 1975.
[22]  Ver Fidel Castro “Informe del Comité Central del PCC al Primer Congreso” Editora Política, La Habana 1978, p.156.
[23] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 1º de mayo de 1971” enhttp://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1971/esp/f010571e.html
[24] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado el 2 de diciembre de 1976”http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1976/esp/f021276e.html
[25] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado en la Asamblea General de la ONU el 12 de octubre de 1979”http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1979/esp/f121079e.html
[26] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado en la Asamblea General de la ONU el 26 de septiembre de 1960”http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f260960e.html
[27] Ver Fidel Castro “La crisis económica y social del mundo” Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1983.
[28] Ver Fidel Castro “Discurso pronunciado en el Encuentro de América Latina y el Caribe sobre la deuda externa.” La Habana, 3 de agosto de 1985.http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1985/esp/f030885e.html
[29] Ver Fidel Castro “Informe Central. Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba” Editora Política, La Habana, 1986.
[30] Ver Fidel Castro “Una lección de esperanzas. V Congreso de la UJC” Editora Política, La Habana, 1987.

¿Hacia dónde va el comercio mayorista cubano tras la Resolución 56?

23 diciembre 2024



Articulo elaborado antes de la asamblea Nacional del Poder Popular del 18 de diciembre del 2024.

Por mucho que se repita que no hay una intención de dañar, o «hacerle la guerra» a las mipymes, los hechos no hacen más que demostrar lo contrario.

A esa larga lista de medidas supuestamente encaminadas a la «alineación de los objetivos estratégicos» del país, con la actividad empresarial privada, se agrega la recién aprobada Resolución 56/2024, del Ministerio de Comercio Interior, publicada recientemente el 5 de diciembre de 2024, y que entró en vigor el mismo día de su publicación.

Es increíble cómo una norma tan escueta, de apenas dos páginas, pueda generar tantas incertidumbres y reacciones adversas, en medio de una crisis económica sobre la que no hay atisbos de mejoría. Tal pareciera que está hecha para adelantarse a las medidas coercitivas que en el próximo año pueda tomar la nueva administración de Donald Trump contra nuestro país. Pero no para contrarrestarlas, sino todo lo contrario, para complementarlas, como si se tratara de una extraña competencia por ver quién daña más a la economía cubana y, por ende, a su pueblo.

Aparentemente, la norma no prohíbe el comercio mayorista por parte de las mipymes y otras formas de gestión no estatal (FGNE), sino que estas deben obtener una nueva licencia comercial para desarrollar la actividad mayorista. Sin embargo, se dictamina que la nueva licencia solo la podrán obtener las FGNE que tenían en su objeto social la venta mayorista como actividad principal. Desde la fecha de publicación de la resolución, de oficio perdieron la posibilidad de realizar actividad de comercio mayorista todas las FGNE que tuviesen autorizado el comercio mayorista como «actividad secundaria».

¿Alguien ha mencionado cuántas FGNE tenían el comercio mayorista aprobado como actividad principal? Me arriesgo a pronosticar que menos del 10 – 15% del total de FGNE aprobadas. ¿Por qué este pronóstico? Porque, al principio, todos los empresarios temían que, si solicitaban la aprobación del comercio mayorista como actividad principal, no les aprobasen la creación de su mipyme. En esto fue determinante la mala imagen que las autoridades han tenido a la hora de mediar con el comercio en manos privadas, en competencia con las empresas estatales del sector. Segundo, porque muchas FGNE puede que realmente estuviesen pensando en realizar alguna actividad productiva, pero el chocar con la realidad les haya hecho ver los escollos de todo tipo y dificultades a enfrentarse, reajustando sus operaciones a algo relativamente más sencillo, en un renglón en el cual, además, las empresas estatales estaban siendo cada vez más ineficientes, dejando libre el espacio del mercado para realizar el comercio mayorista.

En la gran mayoría de los sistemas económicos que operan en el planeta, incluso en países gobernados por Estados o partidos que se asumen como socialistas, para los emprendedores no existen esas líneas rígidas de actividad principal y actividad secundaria —una especie de remedo de juguete básico, el no-básico y el juguete dirigido—, ni objetos sociales que se conviertan en camisas de fuerza, como estamos acostumbrados a ver en la empresa estatal. Para ellos suele ser normal realizar cualquier actividad que no esté legalmente prohibida y buscar, en cada momento, la mejor rentabilidad para los recursos a invertir.

En la gran mayoría de los sistemas económicos que operan en el planeta, para los emprendedores no existen esas líneas rígidas de actividad principal y actividad secundaria.

La norma pudiera tener como uno de sus objetivos el restablecer «la justicia» o «el control» sobre las actividades que realizan los actores privados, si quienes la idearon vieran como algo incorrecto que para muchas FGNE el comercio mayorista se haya convertido en su actividad principal, cuando así no estaba previsto en su objeto social. No obstante, mucho se ha criticado la rigidez de los objetos sociales para las empresas estatales, pero en lugar de eliminarlos, lo que se hace es reafirmarlos ahora también para las FGNE. No importa si las empresas estatales no pueden asumir la demanda de la población, si cae la actividad comercial en general, si hay muchas otras afectaciones por esta pérdida inmediata de licencias para comercio mayorista, para una gran parte de las mipymes y cooperativas. No me cuestiono la pérdida de este tipo de licencias para TCP, habida cuenta de que no son empresas, sino personas físicas, y se supone que su actividad emplea menos personal y tiene otro tipo de alcance.

Otro de los objetivos pudiera ser reducir de forma exprofeso la cantidad de empresas privadas dedicadas a la importación mayorista, en proporción a aquellas que producen bienes y servicios. No obstante, no es así como se logrará que las FGNE se dediquen a producir, porque los riesgos en la esfera productiva son aún mayores, y nadie se ha dedicado a ver cómo reducirlos o contrarrestarlos.

Por otro lado, ya vimos que aquellas FGNE que tuviesen el comercio mayorista como actividad principal pueden renovar la licencia para continuar realizando esta labor. Pero, con una gran diferencia. Las nuevas licencias solo autorizarán a las mipymes y cooperativas la comercialización mayorista de forma directa a entidades estatales, o a través de comercializadoras mayoristas estatales.

Se habla de que las comercializadoras estatales tienen almacenes, logística de transportación, personal con experiencia, etc. Si son tan excelentes, cabe preguntarse por qué históricamente no han podido satisfacer las demandas de la población; por qué las FGNE han ocupado el espacio del comercio, en tan poco tiempo y sin esas bondades que se recalca poseen las empresas estatales.

Si las comercializadoras estatales son tan excelentes, cabe preguntarse por qué históricamente no han podido satisfacer las demandas de la población.

La otra intención de la norma pudiera ser fortalecer a las comercializadoras estatales, volverlas a colocar en un lugar preponderante en la actividad mayorista. Pero solo en sueños descabellados pudiera a alguien ocurrírsele pensar que las FGNE venderán sus productos a empresas estatales, que muchas veces pagan con retrasos, o no pagan, además de retardar todo el proceso con su característica lentitud, burocratismo, papeleo interminable y personal mal retribuido y poco estimulado a ser eficiente.

Tampoco se ha dicho cómo y en qué moneda serán los pagos en los «acuerdos» entre empresas privadas y estatales para importar. Pero, al menos hasta que esté vigente y funcional otro mercado cambiario que el aprobado hasta el momento, las empresas estatales tendrían que pagar moneda nacional —pesos cubanos no convertibles— a las FGNE, por los productos importados (cuando lo hiciesen y si cumplen sus obligaciones). Se emplearía un tipo de cambio USD/CUP de 120.00, cuando para adquirir e1 dólar y pagar por los productos, esas FGNE hubiesen tenido que desembolsar 325 pesos por cada dólar, o más. ¿Alguien cree que así las FGNE pudieran vender sus productos a las empresas estatales?

La siguiente intención de la norma pudiera ser el acabar de lograr la bancarización de los ingresos de las ventas mayoristas y eliminar la compraventa de divisas en el mercado informal, que debilita la moneda nacional. Las empresas estatales mayoristas le pagarían los productos a las FGNE, a sus cuentas en los bancos cubanos. Otra idea más que descabellada y soñadora, porque fondos que entrasen a las cuentas bancarias de las FGNE difícilmente podrían extraerse, ni en efectivo, ni para comprar divisas para pagar a los suministradores externos, ni en transferencias hacia el exterior.

Una vez más, para solucionar un problema, se crean más dificultades que las que ya existían. Una alternativa sería autorizar a las FGNE a comercializar sus productos en MLC (como ya hacen TRD y CIMEX), ingresar las ventas a sus cuentas en divisas y que los bancos cubanos transfiriesen hacia el exterior los fondos a favor de proveedores extranjeros, desde esas cuentas en divisas de las FGNE. Así sí pudiera verse una rápida bancarización de ingresos, menor compraventa de divisas en el mercado informal, mayores saldos en divisas en los bancos cubanos. Si bien esta alternativa tendría el inconveniente de que dichas transacciones tendrían que sortear las sanciones norteamericanas, al menos sería una forma más viable y transparente de establecer reglas «cumplibles» por los actores privados.

Una alternativa sería autorizar a las FGNE a comercializar sus productos en MLC (como ya hacen TRD y CIMEX).

Sin embargo, la apuesta sigue siendo por exigir a las empresas privadas que vendan en moneda nacional e ingresen el efectivo en los bancos, sin un mecanismo que les garantice el acceso a las divisas que luego necesitarán para reaprovisionarse. Entonces ¿acaso lo que más se comercializa son productos de producción nacional? ¿Cómo podrían las FGNE seguir con el ciclo de importaciones y ventas? ¿Dónde podrán abastecerse de productos las FGNE minoristas? ¿Podrá la población continuar teniendo a mano, en cada cuadra, una variada gama de productos, aun cuando con sus salarios —al menos en el sector estatal— difícilmente puedan comprar muchos de ellos?

Otra intención de la norma pudiera ser el incrementar los ingresos por cobro de impuestos, habida cuenta que los ingresos de las FGNE pudieran ser más rastreables a través de las comercializadoras estatales. Otro sueño irrealizable, si las FGNE no ven factible ni conveniente vender sus productos a través de empresas estatales. Más bien, lo que cabe esperar es una reducción de los ingresos tributarios, o porque la actividad mayorista y minorista pudieran caer drásticamente, o porque los actores económicos encontrarán soluciones alternativas, sin dejar de ejercer sus actividades, pero cada vez más encubriéndolas, ocultándolas bajo otras formas de gestión, lo que haría más complicado el cobro de impuestos de las FGNE. Otra consecuencia directa pudiera ser el aumento del mercado informal con precios más elevados y nulo tributo al presupuesto estatal.

Cabe añadir que para lograr el objetivo del incremento de los ingresos tributarios se ha escogido la forma más ineficiente, cuando existen otras variantes. Lo que se está haciendo con esta resolución es, más bien, acudir al clásico cuento de «botar el sofá». Mejorar la labor controladora de la ONAT no es la única forma de aumentar la recaudación de impuestos. Si una parte de la actividad mayorista se venía realizando en efectivo, no se bancarizaba, no se reportaba y —por ende— no se cobraban suficientes impuestos por ella, pues habría que pensar otras variantes, sin acabar con la actividad. Una de ellas, por ejemplo, hubiese podido ser eliminar el 10% de impuestos sobre ventas, pero sustituirlo por un 10% de impuesto por importación, cobrándose este impuesto en MLC y a la hora de nacionalizar los productos, de conjunto con los aranceles y las comisiones de las importadoras estatales.

Para lograr el objetivo del incremento de los ingresos tributarios se ha escogido la forma más ineficiente, cuando existen otras variantes.

Por un lado, parecería que habría una menor recaudación, porque el 10% sobre ventas se debe cobrar en cada eslabón de la cadena de ventas. No obstante, ese 10% de impuestos sobre ventas, además de ser un impuesto regresivo que teóricamente encarece un mismo producto en cada eslabón de su venta, en la práctica muchas veces no se cobra, pues las ventas son mucho más fáciles de encubrir que la importación. Además, se cobra en moneda nacional, cuando los pagos al momento de la nacionalización traerían muchas ventajas: a) cobro del impuesto en MLC y no en CUP; b) rapidez en el cobro, a la hora de nacionalizar el producto vs. espera de cada venta y posterior cobro de impuesto; c) la su declaración de ventas no afectaría el cobro del impuesto, por cuanto si el mismo no se paga, el producto no se puede nacionalizar; d) grava solo la importación, y no el total de ventas, incluyendo la de producción nacional, lo cual estimula a producir internamente y sustituir importaciones.

Teniéndose en cuenta la caída de los ingresos en divisas del Estado, no se puede descartar otra posible intención de la norma: la eliminación efectiva de la competencia privada en el comercio, por vías administrativas y no por métodos económicos. Si esta es la verdadera intención de la norma, se enfrenta a muchos retos para llevar la idea a vías de hecho. De entrada, las TRD no tienen suficientes mercancías en tiendas para de inmediato satisfacer las necesidades de la población. Tampoco han demostrado una capacidad de respuesta rápida a las cambiantes necesidades del mercado. Por solo poner un ejemplo, en los últimos meses los atrasos con el gas licuado obligaron a buena parte de la población a migrar a otros métodos de cocción de alimentos, sin embargo, en casi ninguna de las tiendas estatales se ofertaron cocinas eléctricas; en cambio los comercios privados en las zonas afectadas sí las tenían.

En adición, abastecer ampliamente las tiendas estatales implicaría contar con los recursos para comprar mercancías al contado, algo que no ocurre, como tampoco se cuenta con la posibilidad de solicitar préstamos en divisas al sistema bancario nacional. Se necesita volver a solicitar crédito comercial a los proveedores, pero muchos de ellos ya están escaldados por experiencias pasadas, por no poder cobrar ventas anteriores, o cobrarlas en sus cuentas en Cuba y posteriormente no poder extraer los recursos hacia el exterior.

Abastecer ampliamente las tiendas estatales implicaría contar con los recursos para comprar mercancías al contado, algo que no ocurre.

Supongamos que los vendedores vuelven a confiar y otorgan crédito comercial para vender sus productos, o los compradores nacionales encuentran nuevos proveedores sin deudas anteriores impagadas, como vendedores de Rusia, o de Venezuela. Entonces, hace falta acabar de decidir que el dueño de las empresas (el Estado) solo pueda tomar las utilidades de sus empresas y no un valor superior, porque de lo contrario las descapitalizaría, volverían a caer en impagos de sus obligaciones, y consecuentemente, las tiendas nuevamente caerían en un nuevo ciclo de desabastecimiento.

Por último, suponiendo que las tiendas estatales superen todas esas dificultades y recuperen las ventas de antaño, o las superen, si sus precios siguen contemplando un coeficiente de margen sobre costos de 2.4 o superior, en muchos artículos tendrán precios superiores a los que hasta ahora tenían las FGNE, con lo cual el Estado podría incrementar sus ingresos en divisas, pero a costa de la población; no a favor de ella.

Por último, el primer ministro defendía la hipótesis de que las mipymes podían tener mejores precios que las tiendas estatales, porque gozaban de ventajas a la hora de adquirir productos en el exterior, algo que debió haberse aprovechado con inteligencia para sortear las medidas coercitivas norteamericanas y garantizar un abastecimiento más asequible a los residentes en Cuba. En cambio, con esta resolución del MINCIN, es como si se dijera «no me gusta que tengan ventajas, vamos a quitárselas del todo, no importa si con ello la población no pueda beneficiarse de las ventajas que ustedes habían obtenido».

En fin, no parece que esta norma tenga un sentido lógico, para ninguna de las probables intenciones mencionadas, ni tampoco puede verse cómo podría aportar a una mayor justicia social en el país.

La única razón que hasta ahora parece surgir es el miedo a la competencia. Debe tenerse en cuenta que muchos de los vendedores minoristas, en pequeña escala dentro de sus casas, garajes y quioscos, y enfrentándose a una fuerte competencia, difícilmente pudieran convertirse en ricos. Sin embargo, las comercializadoras mayoristas, con compras masivas de contenedores en el exterior y capacidad no extendida a todos para obtener USD/EUR y pagar a proveedores, sí gozan de una situación privilegiada, que les ha permitido resaltar sobre el resto de la sociedad. Seguramente son los que muestran lujosos autos por las calles de la ciudad. Y eso molesta a muchos, entrando en contradicción con la tesis de los «Lineamientos», de no permitir la acumulación de riquezas, aun cuando nunca se ha definido por encima de cuánto se consideraría acumulación de riquezas.

La norma puede que esté encaminada, por encima de todo, a combatir la concentración de la riqueza, sobre todo en el sector que mayormente ha sido favorecido por las incongruencias y debilidades de la normativa económica actual en el país. Y hasta puede que logre su objetivo en la guerra no declarada contra las FGNE que desarrollan el comercio mayorista.

No obstante, la vida demuestra que decenas y decenas de personas, aplicando su intelecto para buscar soluciones a los problemas, suelen ser más eficientes que unos pocos burócratas sentados en el buró de un ministerio cualquiera. Y no solo por un problema de «cantidad» de personas, y ni siquiera porque los empresarios privados sean más inteligentes o virtuosos, sino porque la búsqueda de la ganancia individual, el estímulo económico, suele conllevar a la búsqueda de soluciones no ordinarias y la obtención de la eficiencia.

Ojalá la mayoría no reaccione como un conocido, que al intercambiar sobre la Resolución 56/2024 del MINCIN, me dijo que a cada problema que había ido surgiendo en los últimos años, él le había buscado una solución, pero que ya estaba cansado de seguir buscando y buscando soluciones a cada escollo legal y de cualquier otro tipo; que ya no tenía ganas ni deseos de nadar contra la corriente. Espero que no, pero si con esta resolución del MINCIN todos reaccionan como esta persona, probablemente las autoridades habrán obtenido la victoria que esperaban, pero ¿habrán ganado el país y los cubanos?