Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 31 de diciembre de 2020

Los 15 post mas vistos en el año 2020. Feliz 2021


 Por Humberto Herrera Carlés

Concluye otro año, lleno de desafíos y retos cumplidos, y por lo mismo ha sido el año que más entradas he publicado (2160) casi seis diarias, por lo que decidí ampliar a 15 los post más vistos por los lectores. 

Este año la satisfacción fue doble porque otro Blog  "Cuba a Diario" al que no le dedico tanto tiempo, llego al millón de visitas.  " Cuba y la Economía"  llego a 1 363 000 visitantes y el pasado 25 de abril cumplió 5 años.

 

Este año también Google, al que pertenece la tecnología Blogger ( gratuita) de este Blog, realizó varios cambios fundamentales, los cuales he tenido que aprender y adaptarme sobre la marcha, y me hizo dedicar tiempo a ello. 

De más a menos estos son los 15 post más vistos en el 2020.

1- Libro de Bolton en Español.  https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/06/libro-de-bolton-en-espanol.html

2- La Cuba “próspera” de los años 50  https://cubayeconomia.blogspot.com/2018/02/la-cuba-prospera-de-los-anos-50.html

3- Producción porcina en Cuba: ¿Qué pasa en Villa Clara? (+ Fotos y Video).https://cubayeconomia.blogspot.com/2018/02/la-cuba-prospera-de-los-anos-50.html

4- Cuba: ¿Qué socialismo? El turno de los jóvenes  https://cubayeconomia.blogspot.com/2017/12/cuba-que-socialismo-el-turno-de-los.html

5- Resumen de estrategia y medidas para la economía cubana.https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/07/resumen-de-estrategia-y-medidas-para-la.html

6-  El Aeropuerto Internacional José Martí. Algo más que soñar. https://cubayeconomia.blogspot.com/2019/12/el-aeropuerto-internacional-jose-marti.html

7-  Algunas frases sobre Economía de Fidel Castro, https://cubayeconomia.blogspot.com/2019/08/algunas-frases-sobre-economia-de-fidel.html

8- Algunos apuntes sobre el ganado vacuno en Cuba. https://cubayeconomia.blogspot.com/2019/09/algunos-apuntes-sobre-el-ganado-vacuno.html


9-  Trabaja sin descanso Complejo Lácteo de La Habana. https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/05/trabaja-sin-descanso-complejo-lacteo-de.html

10- La democracia estadounidense puede estar muriendo. https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/04/la-democracia-estadounidense-puede.html

11-  Consejo de Ministros aprobó ajustes al Plan de la Economía de 2020 e indicaciones para 2021, https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/05/consejo-de-ministros-aprobo-ajustes-al.html

12- El impacto de la crisis de la Covid-19 sobre la economía cubana[1],https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/05/trabaja-sin-descanso-complejo-lacteo-de.html

13- Economistas proponen al Gobierno cómo destrabar la empresa estatal. https://cubayeconomia.blogspot.com/2020/02/economistas-proponen-al-gobierno-como.html

14- Algunas opiniones sobre las nuevas normas jurídicas del TCP: https://cubayeconomia.blogspot.com/2019/11/algunas-opiniones-sobre-las-nuevas.html


Los  visitantes por países, finalmente los EEUU terminaron en primer lugar,  y así se ha comportado en años anteriores, aunque en los últimos cuatro meses los procedentes de Cuba alcanzaron el primer lugar. 


Les doy las gracias y mi infinito agradecimiento a todos los lectores y colaboradores de este blog. 

Y a mi familia en particular a mi esposa que me " aguanta",  y a mi hijo que por ser ingeniero informático me da soporte técnico cuando lo necesito.

! Feliz Año Nuevo 2021 !!




Resumen anual 2020: El impacto de la COVID-19 (coronavirus)

PAUL BLAKE
DIVYANSHI WADHWA|



El año pasado, por esta época, conceptos como “confinamientos”, “uso obligatorio de mascarillas” y “distanciamiento social” eran desconocidos para la mayoría de nosotros. Hoy forman parte de nuestro vocabulario habitual mientras la pandemia de COVID-19 sigue afectando todos los aspectos de nuestras vidas. En los 12 cuadros y gráficos que siguen, intentaremos cuantificar las investigaciones de nuestros colegas en el contexto de una crisis sin precedentes y brindar un panorama de dichas investigaciones. 

Los nuevos pobres

Durante los últimos 12 meses, la pandemia ha perjudicado en mayor medida a los pobres y vulnerables, y podría empujar a la pobreza a millones de personas más. Este año, tras décadas de avances constantes en la reducción del número de personas que viven con menos de USD 1,90 al día, la COVID-19 marcará el primer revés en la lucha contra la pobreza extrema en una generación.

En los análisis más recientes se advierte que este año la COVID-19 ha empujado a 88 millones de personas más a la pobreza extrema, y que esa cifra es apenas un punto de partida. En el peor de los casos, podría llegar a 115 millones. El Grupo Banco Mundial (GBM) prevé que el mayor porcentaje de “nuevos pobres” estará viviendo en Asia meridional y que África al sur del Sahara ocupará el segundo puesto, con escasa diferencia. Según la última edición del informe La pobreza y la prosperidad compartida (i), “[e]s probable que [...] muchos de los nuevos pobres trabajen en los servicios informales, en la construcción y en la manufactura, sectores en los que la actividad económica se ve más afectada por los confinamientos y otras restricciones a la movilidad”.
Deterioro acelerado de la economía

Dichas restricciones —dispuestas para controlar la propagación del virus y aliviar así la presión sobre los sistemas de salud vulnerables y sobrecargados— han tenido un enorme impacto en el crecimiento económico. Como se señaló claramente en la edición de junio del informe Perspectivas económicas mundiales: “La COVID-19 ha desatado una crisis mundial sin precedentes, una crisis sanitaria mundial que, además de generar un enorme costo humano, está llevando a la recesión mundial más profunda desde la Segunda Guerra Mundial”. Allí se prevé que este año la economía mundial y los ingresos per cápita se contraerán y empujarán a millones de personas a la pobreza extrema.

Alivio de la carga de la deuda

Estas consecuencias económicas están menoscabando la capacidad de los países para responder con eficacia a los efectos sanitarios y económicos de la pandemia. Incluso antes de la propagación de la COVID-19, casi la mitad de los países de ingreso bajo ya estaban sobreendeudados o muy próximos a estarlo, y disponían de escaso margen fiscal para ayudar a los pobres y vulnerables más afectados.

Por esta razón, en abril, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) instaron a la suspensión de los pagos del servicio de la deuda de los países más pobres para que puedan centrar sus recursos en los esfuerzos destinados a combatir la pandemia. La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) ha permitido a esos países utilizar miles de millones de dólares en su respuesta a la COVID-19. Sin embargo, como se ilustra en el siguiente gráfico, el pago del servicio de la deuda a acreedores bilaterales impondrá una pesada carga en los próximos años, por lo que será necesario actuar con rapidez para reducir la deuda y evitar así otra década perdida.

Como dijo el presidente del GBM, David Malpass, “[l]a suspensión del servicio de la deuda es una solución provisoria importante, aunque insuficiente”. Agregó que “[e]s necesario tomar muchas otras medidas en relación con el alivio de la deuda”, incluida la ampliación de la DSSI mientras se busca una solución más permanente.

Si no se adoptan más medidas en relación con la deuda, es posible que en muchos países la recuperación sostenible se vea malograda, al igual que muchos otros objetivos de desarrollo. Como se señaló en el informe Perspectivas económicas mundiales, si bien durante la crisis financiera de 2007-08 muchos mercados emergentes y economías en desarrollo lograron implementar respuestas fiscales y monetarias a gran escala, hoy en día están menos preparados para hacer frente a una desaceleración económica mundial. Los integrantes más vulnerables de dicho grupo dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo y las remesas. La próxima edición del informe, que incluirá pronósticos actualizados, está prevista para principios de enero.

Menos migrantes significa menos dinero que se envía a casa

Las remesas —el dinero que los migrantes envían a sus países de origen— generan especial preocupación. Durante las últimas décadas, han desempeñado un papel cada vez más importante a la hora de aliviar la pobreza y mantener el crecimiento. El año pasado, estos flujos se ubicaron en el nivel de la inversión extranjera directa y la asistencia oficial para el desarrollo (ayuda de Gobierno a Gobierno).

Pero la COVID-19 ha generado un dramático retroceso, al punto que, según nuestras últimas previsiones, para fines de 2021 las remesas disminuirán un 14 %, una perspectiva ligeramente más favorable en comparación con las primeras estimaciones realizadas durante la pandemia, lo que no implica desconocer que estamos hablando de disminuciones históricas. Se prevé que todas las regiones registrarán una caída y que la de Europa y Asia central será la más pronunciada. Un dato asociado a estas disminuciones es que en 2020 probablemente caiga —por primera vez en la historia moderna— la cantidad de migrantes internacionales, dado que se han desacelerado las nuevas migraciones y se han incrementado las migraciones de regreso.

En los países en desarrollo, estas caídas están afectando el sustento de muchas familias pobres. Las remesas de los migrantes son cruciales para los hogares de todo el mundo, y los expertos temen que, a medida que disminuyan, aumente la pobreza, empeore la seguridad alimentaria y los hogares pierdan medios para solventar servicios como la atención médica.

El impacto en las empresas y los empleos

La desaceleración económica provocada por la pandemia ha tenido un profundo impacto en las empresas y los empleos. En todo el mundo, las empresas —sobre todo las microempresas y las pequeñas y medianas empresas de los países en desarrollo— se encuentran sometidas a una intensa presión, dado que más de la mitad de ellas están en mora o probablemente lo estarán dentro de poco tiempo. Para entender la presión que la COVID-19 está ejerciendo sobre las empresas y los ajustes que estas se ven obligadas a realizar, el Banco Mundial y sus asociados han estado realizando encuestas de pulso empresarial relativas a la COVID-19 en asociación con los Gobiernos de los países clientes.

Dichas encuestas son, en cierta medida, portadoras de buenas noticias. Las respuestas recopiladas entre mayo y agosto mostraron que muchas de las empresas estaban reteniendo al personal, con la esperanza de mantenerlo hasta que salieran de la recesión. Más de un tercio de las empresas han aumentado el uso de la tecnología digital para adaptarse a la crisis. Sin embargo, los mismos datos advertían que durante la crisis las ventas de las empresas se han reducido a la mitad, lo que las ha obligado a reducir salarios y horas de trabajo, y que la mayoría de ellas —especialmente las microempresas y las medianas empresas de los países de ingreso bajo— se esfuerzan por acceder al apoyo del Estado.

La reducción del ingreso de las familias —ya sea debido a la pérdida de empleo, a la interrupción de las remesas o a otros numerosos factores relacionados con la COVID-19— seguirá poniendo en riesgo el capital humano. Al disponer de menos dinero, las familias se verán obligadas a hacer concesiones y sacrificios que podrían menoscabar los resultados de salud y aprendizaje de una generación. 

El alto costo de la atención médica

La pandemia ha resaltado la necesidad de contar con atención médica eficaz, accesible y asequible. Incluso antes de que se desatara la crisis, las personas de los países en desarrollo desembolsaban más de medio billón de dólares en pagos directos por atención médica. Este elevado nivel de gastos genera dificultades financieras para más de 900 millones de personas y todos los años empuja a casi 90 millones de personas a la pobreza extrema, una dinámica que con toda probabilidad se ha visto agravada por la pandemia.

Y la atención médica es apenas una de las formas en que la COVID-19 está afectando el capital humano de los países. Incluso antes de la pandemia, el mundo enfrentaba una crisis de aprendizaje, que se traducía en que el 53 % de los niños de los países de ingreso bajo y mediano no sabían leer un texto básico al finalizar la escuela primaria. Estos riesgos se ven intensificados por los cierres de escuelas debidos a la pandemia.

El cierre de las escuelas

En el punto más álgido del confinamiento debido a la COVID-19, más de 160 países habían ordenado distintas formas de cierre de escuelas que afectaban a por lo menos 1500 millones de niños y jóvenes. Para obtener información actualizada regularmente sobre cierres a nivel mundial, consulte la página del Banco sobre educación y COVID-19 (i).

Los efectos de la COVID-19 en la educación podrían durar décadas, y no solo causar la pérdida de aprendizaje a corto plazo, sino también reducir las oportunidades económicas a largo plazo para esta generación de estudiantes. Debido a las pérdidas de aprendizaje y el aumento de las tasas de deserción, dicha generación podría perder unos USD 10 billones en ingresos, lo que equivale a casi el 10 % del producto interno bruto (PIB) mundial, y los países quedarán aún más lejos de alcanzar los objetivos relacionados con la pobreza de aprendizajes (i): esta podría aumentar considerablemente al 63 % (PDF, en inglés), lo que equivale a otros 72 millones de niños en edad de concurrir a la escuela primaria.

En un contexto en que las condiciones económicas obligan a las familias a tomar decisiones difíciles sobre sus gastos, han aumentado las preocupaciones en torno a las tasas de deserción escolar. Durante su participación en nuestra serie de videos “Los expertos responden”, el director del Departamento de Prácticas Mundiales de Educación, Jaime Saavedra, manifestó que los estudiantes de la educación secundaria y terciaria le generan especial preocupación. Muchos de los integrantes de esos grupos demográficos “no volverán al sistema porque esto va a generar una gran crisis económica, de modo que las familias podrían no tener recursos o algunos [estudiantes] se verán obligados a trabajar”, explicó. Otros que antes estaban a punto de abandonar la escuela serán más propensos a hacerlo debido a la pandemia, agregó.

Para mitigar estas pérdidas y tratar de mantener el aprendizaje durante la crisis, los países están analizando opciones de aprendizaje a distancia, y los resultados han sido dispares. En muchos lugares, un obstáculo clave es la falta de acceso a internet de banda ancha asequible y de alta calidad.

En nuestra plataforma The Development Podcast hablamos con dos madres colombianas que viven en lados opuestos de la brecha digital, y nos enteramos de las experiencias radicalmente distintas que habían tenido con la educación en el hogar.

Las desigualdades relacionadas con internet

La experiencia de estas dos mujeres no es la excepción: en todo el mundo, la pandemia y los confinamientos asociados ponen de relieve el hecho de que hoy en día la conectividad digital constituye una necesidad. Internet es la puerta a numerosos servicios esenciales, como las plataformas de cibersalud, las transferencias monetarias digitales y los sistemas de pago electrónico.

Desafortunadamente, el acceso a la infraestructura y la conectividad digitales sigue estando sumamente limitado en los países más pobres del mundo, que pueden recibir donaciones y financiamiento en condiciones concesionarias de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial. Si bien la cobertura móvil se ha expandido con rapidez a nivel mundial, los países clientes de la AIF aún están muy rezagados, y a fines de 2019 exhibían tasas de penetración de los servicios de internet móvil del 20,4 % frente al 62,5 % registrado en otros países.

Y si bien la pandemia demuestra la necesidad de aumentar la conectividad, podría ampliar la brecha digital, dado que las inversiones privadas se ven limitadas y el financiamiento público se desvía para atender prioridades urgentes en materia de políticas, como la salud y la protección social.

Distinciones de género

La COVID-19 también constituye una amenaza para otras “brechas” relacionadas con el desarrollo. En particular, las brechas de género podrían ampliarse (i) durante y después de la pandemia, lo que podría revertir décadas de avances logrados por las mujeres y las niñas en las áreas de capital humano, empoderamiento económico, y participación y capacidad de acción.

A principios de año, se señalaron en el informe Mujer, empresa y el derecho los notables avances logrados durante los últimos 50 años en relación con las oportunidades económicas de las mujeres. Por ejemplo, en 1970, solo dos países contaban con leyes que establecían el principio de igual remuneración por igual tarea. Como se muestra en el siguiente gráfico, esa situación ha cambiado significativamente en 50 años. Pero incluso hoy en día, más de dos tercios de las economías aún podrían mejorar la legislación relativa a la remuneración de las mujeres.

Desde luego, la igualdad salarial es solo un aspecto de la igualdad de género. La pandemia está intensificando los riesgos para las mujeres y poniendo en peligro avances que costaron mucho esfuerzo, lo que se ve reflejado en múltiples indicadores. A medida que la crisis se ha dejado sentir, las mujeres han ido perdiendo sus empleos con mayor rapidez que los hombres, debido a que son más propensas a trabajar en los sectores más afectados por los confinamientos, como el turismo y el comercio minorista. Asimismo, en los países de ingreso bajo y mediano, también tienen más probabilidades de trabajar principalmente en empleos informales, lo que a menudo significa que carecen de acceso a protección social y otras redes de protección.

¿Y las nuevas generaciones? En muchos países, es posible que las niñas se vean obligadas a cumplir un mayor nivel de expectativas relacionadas con las tareas de cuidado que podrían afectar su capacidad para seguir estudiando en el largo plazo. Nuestros asociados de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) prevén que 11 millones de niñas podrían no volver a la escuela después de la pandemia.
Millones más sin comida

Por otra parte, los niños —varones y mujeres— también son vulnerables al aumento mundial de la inseguridad alimentaria, que afecta a las personas tanto de entornos rurales como urbanos. En nuestros Indicadores del Desarrollo Mundial se muestra que, incluso antes de que surgiera la COVID-19, el número de personas que padecían desnutrición —un indicador que refleja la cantidad de personas que no ingieren las calorías suficientes— estaba aumentando, tras haber disminuido durante décadas.

Como sucede con tantos otros aspectos del desarrollo mundial, la COVID-19 acentúa esta preocupante tendencia. De acuerdo con una evaluación preliminar realizada por nuestros asociados de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2020, debido a la pandemia, el número total de personas que padecen desnutrición podría aumentar entre 83 millones y 132 millones (i) en todo el mundo. Los datos de la FAO ayudan a respaldar los Indicadores del Desarrollo Mundial del GBM.
Fragilidad, conflicto y violencia: una realidad que afecta a más y más pobresor

En muchos lugares, la inseguridad alimentaria y la COVID-19 han agravado el impacto de la fragilidad, los conflictos y la violencia, lo que podría revertir los avances logrados en materia de desarrollo. En 2000, 1 de cada 5 personas extremadamente pobres del mundo vivía en países que atravesaban situaciones de fragilidad y conflicto. Desde entonces, la pobreza ha disminuido constantemente en otras economías, pero el número de personas pobres que viven en tales entornos sigue aumentando.


Hoy en día, alrededor de la mitad de los pobres del mundo se ven afectados por situaciones de fragilidad y conflicto. De hecho, la pobreza se está concentrando en esos lugares, donde para 2030 estarán viviendo hasta las dos terceras partes de la población extremadamente pobre del mundo. Es probable que la COVID-19 acentúe aún más esta tendencia.

La oportunidad de fortalecer la sostenibilidad

En el caso de la fragilidad, el conflicto y la violencia, la inseguridad alimentaria, y varios otros desafíos, el cambio climático actúa como un “multiplicador de amenazas”. Incluso en momentos en que el mundo se enfoca en la pandemia, las crisis climáticas, los desastres naturales y la pérdida de los ecosistemas no se han detenido. Pero la manera en que respondemos a la COVID-19 puede ayudar a fortalecer nuestra capacidad para afrontar los riesgos y las conmociones en el futuro. Mientras los Gobiernos adoptan medidas urgentes y sientan las bases para la recuperación financiera, económica y social, tienen ante sí una oportunidad única de crear economías que sean más sostenibles, inclusivas y resilientes.


El GBM ha incrementado en forma sostenida el financiamiento para iniciativas climáticas: durante los últimos cinco años, ha comprometido USD 83 000 millones para inversiones relacionadas con el clima y ha superado las metas establecidas para cada uno de los últimos tres años. Seguiremos intensificando el apoyo a los países para que aceleren la acción climática e incrementen la resiliencia a los crecientes efectos del cambio climático. En el contexto de la COVID-19, esto significa buscar formas de alinear los objetivos a corto plazo —como la creación de empleo y el crecimiento económico— con los objetivos a largo plazo, como la descarbonización, la adaptación y la resiliencia para ayudar a nuestros países clientes a diseñar una recuperación sostenible.

Conclusión

El impacto de la COVID-19 ha dado lugar a numerosas comparaciones: con la crisis financiera mundial de 2007-08, con la Segunda Guerra Mundial e incluso con crisis que solo conocemos a través de los libros de historia. Si bien dichas comparaciones pueden parecer dramáticas, la pandemia ha tenido un efecto de gran alcance en casi todos los aspectos del desarrollo, como pocas crisis anteriores. 

La verdadera magnitud de la pandemia solo se conocerá en los próximos años, a medida que recopilemos y analicemos los datos, adaptemos y desarrollemos nuestro financiamiento para atender las necesidades de los clientes, y sigamos trabajando para poner fin a la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida. Para cumplir esta misión con eficacia, seguiremos siendo un asociado a largo plazo de nuestros países clientes, brindando los datos, la asistencia técnica y el financiamiento que se necesitará para guiar a la comunidad internacional mientras sale de esta crisis de alcance verdaderamente mundial.

Este proyecto contó con la contribución de Sara Haddad, Paul McClure, Jasmin Buttar, Bassam Sebti, Srimathi Sridhar y Christine Montgomery.

Cinco datos claves de la economía cubana en 2020 y proyecciones para el próximo año

Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Lissett Izquierdo Ferrer, Edilberto Carmona Tamayo

Cuba despide un “duro y desafiante” 2020 para comenzar el primer año del ordenamiento monetario, la transformación más compleja de los últimos tiempos que deberá enfrentar el país. Atrás, 366 días de bloqueo reforzado sin precedentes y de una pandemia que puso en pausa actividades imprescindibles para la economía y cuyo fin es aún incierto.

Cubadebate comparte cinco datos clave de la economía cubana en este calendario que casi cierra y proyecciones para 2021.

1. El prolongado impacto de la pandemia en la economía

Cuando leímos en diciembre las primeras noticias sobre la COVID-19 en China, imaginar lo que vendría después era casi imposible. Pero pronto la incertidumbre irrumpió sin permiso y una lista de “confirmados” fue apareciendo en más países. En Cuba, la cuenta comenzó en marzo con tres turistas italianos y 13 días después quedarían cerradas las fronteras. La economía y la sociedad entraban así en “un desafío inédito”, como lo calificó el presidente Miguel Díaz-Canel.

Inevitablemente la contracción económica universal se hizo sentir en la Isla. El turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país, dejó de reportar dividendos. De los casi cinco millones de visitantes internacionales previstos, apenas vino un millón.

De acuerdo con datos oficiales, Cuba solo recibió el 55% de la divisa planificada y se ejecutó el 60% de las importaciones. A la par, hubo una sensible disminución de la actividad productiva y de servicios, tanto en el sector estatal como en el no estatal.

También debido a la contingencia sanitaria, los gastos de salud previstos en el plan aumentaron. El presupuesto del Estado destinó más de 1 300 000 000 de pesos solo para enfrentar la COVID-19.

2. Bloqueo, el peor año de la historia


En el informe sobre el bloqueo expuesto en octubre pasado se advierte que por primera vez los daños sobrepasaron, en un año, la cifra de los 5 000 millones de dólares, calculados de manera conservadora. Fueron, de abril de 2019 a marzo de 2020, 5 570 millones de dólares, “una carga verdaderamente abrumadora” tratándose de una economía pequeña como la de Cuba, según acentuara el canciller Bruno Rodríguez.

El 2020 arrancó con medidas que, bajo el sello Trump, ya estaban golpeando a la economía. Y las restricciones no pararon durante los 12 meses.

  • Uso del Título III de la ley Helms-Burton para castigar o amenazar a quienes legítimamente comercian con Cuba o invierten en este país.
  • Prohibición de envío de remesas de Estados Unidos a Cuba.
  • Nuevas listas para aplicar restricciones adicionales al sistema empresarial cubano.
  • Limitaciones añadidas a las estrechas posibilidades de viajes.
  • Persecución de los suministros de combustible.
  • Acoso a las transacciones financieras en cualquier rincón del mundo.
  • Campaña de presiones contra terceros países para que rehúsen solicitar de la cooperación médica cubana, aun cuando la necesiten.

3. Medidas para enfrentar la crisis generada por la COVID-19

Para enfrentar la crisis generada por la COVID-19 el Gobierno aprobó en julio una estrategia socioeconómica que enseguida puso en marcha. Se compone de 16 áreas clave, de ellas la producción de alimentos es la prioridad por resultar el principal problema de la economía.

Las otras áreas clave:

  • Agroindustria azucarera y sus derivados
  • Turismo
  • Servicios profesionales
  • Salud
  • Industria farmacéutica, biotecnológica y producciones biomédicas
  • Telecomunicaciones
  • Construcción
  • Energía
  • Logística integrada de transporte, almacenamiento y comercio eficiente
  • Logística integrada de redes e instalaciones hidráulicas y sanitarias
  • Industria manufacturera
  • Comercio interior
  • Comercio exterior
  • Sistema financiero
  • Política de empleo y salario, seguridad y atención social

Acelerar el ritmo de implementación de las medidas anunciadas ha sido una urgencia dicha por la dirección del país. Ahora, dijo Díaz-Canel, “es cuando más innovadores tenemos que ser, cuando más podemos avanzar en cuestiones postergadas. Hay que tener valentía y tenemos que hacer cosas diferentes, haciendo lo mismo no vamos a resolverlo, ni vamos a avanzar más”.

De las novedades puestas en marcha destaca la autorización a que las formas de gestión no estatal puedan exportar mediante entidades. A la par, fue aprobado un paquete de medidas para otorgar mayor autonomía y gestión a la empresa estatal.

Igualmente a finales de año se empezó a utilizar un nuevo sistema de asignación de divisas en la economía, “más descentralizado y que favorece la gestión empresarial y el encadenamiento productivo”, según el titular de Economía y Planificación (MEP), Alejandro Gil.

El cambio, que seguirá en 2021, consiste en que las empresas exportadoras, estatales o mixtas, retienen parte de la liquidez que reciben por esas ventas, sin esperar a que se les asigne centralmente la divisa.

También como parte de la estrategia se ampliaron las tiendas en MLC, incluyendo la venta de alimentos y aseo, una decisión sobre la cual la población ha planteado inquietudes.

Los motivos de esta opción “necesaria pero no deseable” los resumió Gil Fernández: “Un mercado desabastecido no capta divisas y la manera que tiene es vender en MLC para poder reaprovisionar y garantizar un mínimo de oferta en moneda nacional, que sabemos que es muy restringida y que está muy por debajo de la demanda del país”.

Ante preocupaciones sobre este tipo de dolarización de la economía, el propio ministro dijo que se trata de “una medida transitoria ajustada al actual contexto” y que si bien no se sabe cuánto durará, “sí podemos decir que la estrategia no es dolarizar la economía”.

4. Anuncio del día cero de la unificación monetaria y cambiaria  

La noticia más esperada ocurrió 22 días antes de que se acabara el año. En la voz del presidente cubano se supo que el 1ro de enero comenzaría el ordenamiento monetario, con una tasa de cambio única de 24 CUP por un dólar, el fin de la circulación legal del CUC, la eliminación de subsidios excesivos y gratuidades indebidas y una modificación en la distribución de los ingresos.

La información oficial desbarató rumores y falsos titulares que desde hacía meses especulaban con el inicio del proceso. Pese a que los pasos de esta medida fueron explicados en varias Mesas Redondas por ministros y funcionarios, el anuncio de la llamada tarea ordenamiento fue aprovechado para disparar precios en establecimientos privados y estatales.

Sin desconocer que en la subida de determinados precios influyó la escasez de ofertas ante el cierre de fronteras y la crisis económica en general, muchos dueños de negocios aumentaron el valor de sus productos y servicios, adelantándose a un escenario en el que ciertamente los precios crecerán debido a la devaluación del peso cubano.

Precisamente uno de los principales riesgos del ordenamiento monetario es que se produzca una inflación superior a la diseñada, agudizada por el actual déficit de oferta, como reconoció Díaz-Canel, aunque aseguró que los precios abusivos y especulativos no se permitirán.

5. Contracción económica 

El producto interno bruto (PIB) de Cuba decreció, a precios constantes, 11% en 2020. Ya son dos años consecutivos de contracción económica (en 2019 la caída fue de 0.2%), a causa del recrudecimiento del bloqueo bajo la administración Trump y del posterior impacto de la pandemia.


El plan de la Economía para este año, aun en condiciones de fuertes restricciones, tenía previsto alcanzar un crecimiento en el orden del 1%. Sin embargo, como ha sucedido en  prácticamente todas las regiones y países, la COVID-19 incidió en esos deseos.

No obstante, en medio de ese escenario se concluyeron importantes inversiones en los principales programas de desarrollo: vivienda, 47 400 inmuebles terminados; turismo, con 2 000 nuevas habitaciones; la primera bioeléctrica en operaciones en el país, e inversiones en el sector hidráulico y la producción de alimentos, entre otros.

También se aprobaron 29 proyectos de Inversión Extranjera, por 2 455 millones de dólares, cinco de ellos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, donde operan empresas de 21 países y de 11 multinacionales.

2021, decisivo en la recuperación gradual de la economía

El próximo año cierra la primera de las tres etapas previstas (2019-2021, 2022-2026 y 2027-2030) en el Plan de Desarrollo hasta 2030, durante la cual se estimaba un crecimiento en el entorno del 1 al 2 por ciento, según informa el MEP en su sitio oficial.

Tras el desfavorable resultado de 2019 y 2020, el calendario siguiente, con el inicio del ordenamiento monetario, “será decisivo en la recuperación gradual de la economía, en tanto se logre crear condiciones más favorables para el desarrollo del sector productivo nacional”, según valoró el presidente Miguel Díaz-Canel.

Aun cuando prevalece la incertidumbre asociada a la evolución de la pandemia, se espera un crecimiento entre un 6% y un 7% con respecto a 2020. “Alcanzar este objetivo exige de nosotros mantener el control de la COVID-19, en función de no enfrentar retrocesos en la apertura que ya hemos iniciado en el turismo y en la actividad productiva en general”, advirtió el mandatario ante diputados cubanos.

Un reto será mejorar la ejecución del presupuesto del Estado, cuyo déficit fiscal se estima en 86 744 500 000 pesos. Con este déficit del 18%, por encima de lo sugerido por la literatura (no mayor del 3%), se busca que “la economía empiece a reaccionar”, según el jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo.


Otro desafío lo tienen los actores económicos, que deben aprovechar las oportunidades que genera el ordenamiento monetario. Por un lado, este proceso crea condiciones para quitarle trabas al sistema empresarial y pueda implementar, en un ambiente más natural, las 43 medidas aprobadas.

A su vez, al encarecerse las importaciones por el nuevo tipo de cambio, las empresas podrán girarse hacia la economía interna. Pero, para ello, hará falta que fluyan verdaderamente los encadenamientos productivos.

Hacia un 2021 intenso y retador, como lo calificó el mandatario cubano, transita la economía nacional. En enfrentar con acierto la transformación más compleja de los últimos años está la meta.