Las producciones en Queso Matilda, en el municipio de Cotorro, tienen un alto impacto en la población. De ahí que sus obreros, aun en tiempos de pandemia, pongan corazón y vida en cada jornada de trabajo
02 MAYO 2020 08:05:14 | OSCAR ALVAREZ DELGADO, Tribuna de la Habana
Foto: Oscar Alvarez Delgado
Si algo caracteriza a los productos del Complejo Lácteo de La Habana, en el municipio de Cotorro, es la gran demanda que tienen en la población, tanto por el alto valor alimenticio que poseen, como por su calidad. En su elaboración interviene un colectivo de trabajadores que se ha tenido que adecuar a las condiciones existentes en estos tiempos de pandemia, hecho que ha provocado reducción en el personal presente en la entidad, pero que, pese a ese y otros inconvenientes, han sabido dar el máximo de sí en pos de la alimentación del pueblo.
En esta oportunidad realizaremos un acercamiento a una de las áreas del Complejo Lácteo: la UEB Queso Matilda. Con una plantilla de 187 trabajadores, que laboran en actividades que van desde el acopio de leche hasta las producciones de los diferentes tipos de quesos, las cuales fundamentalmente están destinadas a la gastronomía y los Centros de Aislamiento.
Sobre la forma en que la COVID-19 ha modificado el quehacer diario de los obreros de la UEB Quesos Matilda, hablamos con su director, Jorge Luis Souble Muñoz. Al respecto comentó: “Tomamos un grupo de acciones con trabajadores que pasan de los 60 años, y otros con alguna patología, que constituyen un riesgo estén transitando en la calle a diferentes horas. Son cerca de 30 obreros a los cuales sumamos que se mantuvieran en sus casas, y también a trabajar de sus hogares, tal como orientó el presidente de la República de nuestro país”.
Con una fuerza de trabajo mayoritariamente masculina, mantienen como compromiso seguir llevando alimentos al pueblo, lo cual implica un compromiso de trabajo intenso, para cumplir con todas sus producciones. Esa, explica Jorge Luis, “es la tarea fundamental que tenemos. Contamos con un plan de alrededor de 230 toneladas de Miragurt mensual, y llegamos hasta 240 mensuales. El plan de queso es de 180 a 200 toneladas, que tenemos prácticamente organizadas en esta etapa. El objetivo es incrementar las producciones para que puedan llegar a todo el pueblo”.
En cuanto a las materias primas, nos comentó que aun cuando estos son tiempos difíciles y hay escaseces, la innovación y la imaginación les ha llevado a buscar nuevas alternativas.
“En estos momentos, a partir de la leche fluida, estamos elaborando el Miragurt. Se trata de un subproducto nuevo, también hacemos el requesón, la crema de queso, innovaciones que producimos para la alimentación del pueblo, a pesar de las escaseces y el bloqueo impuesto por el gobierno norteamericano.
ACERCA DEL MIRAGURT Y UN POCO MÁS
Se trata de un subproducto de la leche. Es un suero dulce que se genera a partir de las producciones de queso y al cual se le da un tratamiento a 85 grados de temperatura. A partir de ese momento se le adicionan distintas cantidades de leche, maicena, azúcar, conservante y los diferentes sabores, que son mantecado, plátano, vainilla, coco, fresa, chocolate, y caramelo.
La rutina productiva de la UEB comienza con la recepción de la leche fluida cuando se le realizan análisis de laboratorio para ver su composición, la cantidad de grasa y densidad. Posteriormente se pasteuriza y enfría, para al día siguiente comenzar la jornada laboral en el área de queso fresco, donde la leche se procesa en pilas de 12 000 litros. De ahí se obtiene una masa para los diferentes tipos de queso, y también el Miragurt y cierto nivel de requesón.
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