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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 29 de abril de 2024

EEUU revoca 300 mil visados ESTA a personas que visitaron Cuba


La medida afecta principalmente a ciudadanos europeos, incluidos españoles, franceses, británicos y alemanes, quienes son los que más viajan a Cuba por turismo




El Departamento de Estado de Estados Unidos ha tomado la medida de cancelar el acceso al Sistema Electrónico para la Autorización de Viajes (ESTA) a unos 300.000 ciudadanos europeos que visitaron Cuba después del año 2021.

Esta política se implementó durante los últimos meses de la administración de Donald Trump, cuando Cuba fue reinstalada en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.

La congresista Pramila Jayapal, del Partido Demócrata, representante del distrito 7 del estado de Washington, compartió esta información, expresando críticas hacia esta política de suspensión del ESTA.


La medida afecta principalmente a ciudadanos europeos, incluidos españoles, franceses, británicos y alemanes, quienes son los que más viajan a Cuba por turismo.

Ante esta situación, los afectados tienen la alternativa de solicitar una visa tradicional en una embajada de Estados Unidos en el país donde residen.

Sin embargo, para los cubanos con doble nacionalidad, como los cubano-españoles que residen en Cuba, la situación es aún más compleja, ya que no pueden solicitar una visa de no inmigrante en la embajada estadounidense en La Habana.

La visa B1/B2, relacionada con el turismo, visita a familiares o amigos, y negocios, no se está emitiendo en La Habana debido a la reducción del personal consular y la priorización de otros casos.

Esto deja a los afectados en una situación difícil, con pocas opciones para obtener una visa que les permita viajar a Estados Unidos.

El ESTA es conocido por sus ventajas al permitir a los ciudadanos de países incluidos en el Visa Waiver Program (VWP) viajar a Estados Unidos por turismo o negocios durante un período de hasta 90 días sin necesidad de obtener una visa estadounidense previamente. Sin embargo, la cancelación del ESTA implica que estos ciudadanos ahora deben recurrir a un proceso más largo y costoso para obtener una visa tradicional.

El ESTA se tramita de forma electrónica, tiene un costo de 21 dólares y suele estar listo en menos de 48 horas, mientras que el proceso para obtener una visa tradicional puede llevar años y tiene un costo mucho mayor. Esta situación presenta un desafío significativo para aquellos ciudadanos afectados por la cancelación del ESTA debido a su visita a Cuba.

¿Qué esperar de la estabilización y las reformas? Lecciones de interés para Cuba

Por Pavel Vidal Alejandro

El gobierno cubano debe comparar retos y riesgos analizados aquí con el costo de no hacer nada en un país que sufre una de sus peores crisis sociales y migratorias.

April 27, 2024



Imageflow/stockadobe.com

Para controlar la inflación y salir del estancamiento productivo las autoridades cubanas deben poner en marcha un programa integral de transformaciones que cubra tres dimensiones: estabilización macroeconómica, unificación y rediseño del sistema cambiario y reformas estructurales (Alonso y Vidal, 2023).

En el presente texto se presenta un resumen de las experiencias y lecciones en la región a partir de amplios estudios organizados por instituciones financieras internacionales, y por otros artículos académicos, en los que figuran reflexiones y recomendaciones a partir de los resultados en las economías en desarrollo, en especial en América Latina.

La literatura más actualizada permite disponer de una visión revisada y mucho más ponderada que en décadas anteriores sobre las políticas ficales y monetarias, las reformas estructurales y el manejo de la deuda.

De esta literatura se hace una selección de algunas de las lecciones y experiencias que pueden ser más relevantes para el caso cubano en relación con problemas como la estabilización macroeconómica y las reformas estructurales. Si bien el contexto político y el punto de partida del modelo económico cubano contiene elementos particulares, es crucial intentar trascender la lógica de la excepcionalidad cubana, donde se producen discusiones y propuestas que obvian por entero la literatura especializada y sus resultados en otras partes.

Conocer qué ha sucedido en otros lugares no es para predecir exactamente qué va a suceder en Cuba, sino para tener un poco mayor de claridad sobre las oportunidades y límites de los resultados, así como sobre los desafíos que probablemente enfrentarán las políticas y reformas económicas. Los estudios aluden a experiencias promedios o más repetidas, pero reconocen la diversidad de resultados en el contexto particular de cada nación.

En vez de elaborar una lista de deseos de todo lo que debería cambiar el gobierno cubano, en este corto texto se mira qué ha pasado en otras economías que han debido buscar fórmulas para contener la inflación y reformar sus sistemas productivos. Con ello se espera poder contribuir a enriquecer la discusión del caso cubano en momentos en que el gobierno parece haberse quedado sin ideas acerca de cómo afrontar la delicada situación económica. Las redes están inundadas de enfrentamientos que priorizan deslegitimar el contrario sin aportar argumentos de valor para salir de la crisis.

La literatura confirma la diversidad de factores que pueden influir en los resultados y las complejidades inherentes a la gestión de programas de transformaciones económicas. Sin embargo, el gobierno cubano debe comparar estos retos y riesgos con el costo de no hacer nada en un país que sufre una de sus peores crisis sociales y migratorias.

Los resultados del sector externo y el acceso al financiamiento son variables determinantes en los impactos de los programas. La comunidad internacional debería apoyar las reformas en Cuba si existiera una voluntad política real de ponerlas en marcha.

Estabilización macroeconómica

Después de la Segunda Guerra Mundial, y hasta la década de los 80, la inflación en América Latina se mantuvo entre tasas de dos y tres dígitos. Durante los años 80 la inestabilidad monetaria empeoró presentándose episodios de hiperinflación en países como Argentina, Bolivia, Nicaragua y Perú.

A finales de los años 90, gracias a avances significativos en las políticas y las instituciones macroeconómicas, la independencia de los bancos centrales, la consolidación fiscal y la adopción de metas de inflación para dirigir la política monetaria, la mayoría de las economías latinoamericanas lograron controlar la inflación (De Gregorio, 2019).

La mayor estabilidad de los precios domésticos también se vio influida por un fenómeno global de disminución inflacionaria debido al aumento de la competencia, la globalización y la desregulación, como señala Rogoff (2004).

Sobre los programas de estabilización en América Latina en los años 90 el estudio de Singh et al. (2005), publicado por el FMI, ofrece las siguientes conclusiones:
  • En general, los planes de estabilización fueron efectivos en reducir rápidamente la inflación y sostenerla en tasas de un dígito.
  • En algunos casos los resultados se vieron comprometidos debido al aumento de la dolarización y al bajo crecimiento de las exportaciones.
  • El crecimiento del PIB se aceleró en la primera mitad de la década, pero luego perdió dinamismo. Las tendencias en la pobreza y desigualdad del ingreso no experimentaron una mejora sustancial en ese período.Fue un factor que atentó contra el respaldo a las reformas y las instituciones públicas.
  • La inflexibilidad de los tipos de cambios no fue favorable para las economías, especialmente porque no estaba respaldada por adecuadas políticas fiscales.
  • Por el lado fiscal, se apreció un aumento del endeudamiento e insuficiencias en los mecanismos de recaudación tributaria. Cuando se adoptaron medidas, estas recayeron en recortes del gasto público destinado a infraestructura, aumento de impuestos distorsionantes y reducción del gasto social, todo lo cual perjudicó el crecimiento a largo plazo y el apoyo popular a las reformas.
  • Mejores resultados fiscales se observaron en los países que lograron fortalecer sus instituciones fiscales mediante la adopción de reglas fiscales y procedimientos presupuestarios que promovieron disciplina y transparencia.
  • La corrupción y la debilidad en el funcionamiento de los gobiernos tendieron a socavar la actividad de mercado, siendo las familias pobres los más afectadas por estas ineficiencias.
Está pendiente avanzar en nuevos programas de reformas estructurales e institucionales que respalden las políticas macroeconómicas. Para avanzar en las dos áreas —macroeconómica y estructural— es preciso contar con apoyo popular, el que se debe fomentar estableciendo redes de protección social y reduciendo la corrupción.

Tras la pandemia de la COVID-19, las tendencias inflacionarias resurgieron en América Latina, aunque sin alcanzar las tasas de décadas anteriores. De hecho, ya se observan indicios de que la inflación comienza a disminuir. Las instituciones financieras internacionales han estado insistiendo en la necesidad de priorizar la reducción de la inflación para evitar prolongar su efecto desestabilizador y su impacto en la desigualdad y en los grupos más vulnerables.

El incremento de las tasas de interés es tan importante para el control de la inflación como lo son las herramientas de política fiscal. Sin embargo, lograr un ajuste fiscal no es sencillo debido a la alta demanda de gasto social en la región, que coexiste con problemas significativos de distribución y equidad social que requieren atención. Se debe fomentar la eficiencia en el gasto público para generar ahorros, evitando recortes en programas sociales esenciales y en inversiones en salud, educación e infraestructura pública (Adler y Chal, 2023).

Foto: Juventud Rebelde, Juan Carlos Ocaña


En un reciente estudio del BID (2023) se analiza la importancia que tiene para la región sostener niveles de deuda prudentes, para lo cual es esencial consolidar la estabilización fiscal y seguir desarrollando instituciones fiscales sólidas y creíbles. Se estima que los niveles de deuda prudentes se sitúan entre el 46% y el 55% del Producto Interno Bruto (PIB) para el conjunto de la región. Una línea que puede servir para definir que existe un exceso de deuda pública en las economías regionales tiende a ubicarse en niveles superiores al 60% del PIB, aunque los umbrales específicos dependen de factores internos de cada país.

El estudio concluye que un nivel adecuado de deuda sirve para limitar los montos destinados al pago de intereses, lo que les permite a los gobiernos disponer de sus ingresos para invertir en proyectos sociales e infraestructura. Además, los bajos niveles de endeudamiento dejan mejor posicionadas a las economías para poder enfrentar los choques externos cuando estos se presenten, minimizando el riesgo de una crisis de impagos de la deuda y la implementación de políticas procíclicas.

Las instituciones fiscales, como las reglas fiscales que limitan el sobreendeudamiento, constituyen un elemento esencial de la estabilidad fiscal. Es importante que las reglas fiscales contengan una base jurídica sólida, mecanismos de aplicación creíbles y transparentes y un consejo fiscal independiente.

Para disminuir la deuda y el déficit fiscal los países deben centrarse en mejorar la eficiencia tanto del gasto como de la recaudación de impuestos. Las estimaciones del BID (2023) muestran que la mejora de la eficiencia del gasto público podría generar un ahorro de más del 4% del PIB en la región. Atender los desbalances fiscales mediante la eficiencia del gasto es crucial en las economías donde el ingreso y el gasto público es elevado como porcentaje del PIB. En estos casos, aumentar los impuestos puede resultar contraproducente: es preferible que el ahorro fiscal provenga de recortes del gasto ineficiente.

Reformas estructurales

En el informe del FMI (2019) se evaluó con datos e instrumentos econométricos los resultados de las reformas estructurales aplicadas en noventa economías durante el período 1973–2014. El estudio examinó reformas en el ámbito de las finanzas externas, finanzas internas, comercio, mercado de productos, mercado de trabajo y gobernanza. El documento también consolidó ideas sobre los procesos de reformas de diversos académicos. David, Komatsuzaki & Pienknagura (2020) luego le dieron continuidad a este análisis estadístico examinando el efecto de las reformas estructurales solamente en las economías de América Latina y el Caribe.

Si bien las reformas no tienen todas que coincidir con las transformaciones que debe aplicar el gobierno cubano, es interesante conocer algunas de las principales conclusiones y lecciones de política que se desprenden de este exhaustivo análisis. A continuación, se resumen algunas de las que parecerían más relevantes para el caso cubano:
  • En general, las reformas suelen tardar en surtir efecto. Se necesitan al menos tres años hasta que se aprecien efectos positivos significativos sobre el PIB. Aunque algunas reformas como la desregulación de los mercados de productos suelen dar resultados con mayor rapidez.
  • Las reformas tienen un efecto positivo en el crecimiento de mediano plazo. Como promedio se estima un incremento adicional de un 1% en el crecimiento del PIB sostenido durante varios años como resultado de las reformas.
  • Las reformas podrían ocasionar ganancias mayores a este 1% y con impactos más duraderos si logran avances en dos áreas claves: 1) Incrementan la capacidad del sistema empresarial y público para innovar, y 2) mejoran la resiliencia de las economías ante crisis económicas y financieras.
  • Para el caso específico de América Latina y el Caribe se encuentra que las reformas tienen efectos positivos en empleo y el PIB, que alcanzan el 2% después de cinco años. Las reformas impulsan la inversión, las exportaciones, las importaciones, reducen la concentración de las exportaciones y favorecen el sector transable de la economía. Los resultados también indican que en muchos casos las reformas pueden tener efectos adversos en la desigualdad y la pobreza (los efectos son económicamente pequeños, pero estadísticamente significativos).
  • Algunas de las reformas (por ejemplo, la liberalización de las finanzas internas) pueden implicar costos más altos a corto plazo cuando se llevan a cabo en tiempos difíciles. En este caso, lo recomendable es intentar aplicarlas en un contexto más favorable.
  • Los beneficios de las reformas tienden a ser mayores cuando existe una adecuada gestión de gobierno y acceso al crédito. La ausencia de estos factores constituye una limitación importante que impide que las reformas se reflejen en un mayor crecimiento económico.
  • Contrariamente a lo que se podría pensar, los beneficios de las reformas son mayores cuando la informalidad es más alta. Ello se explica porque una de las consecuencias positivas de las reformas es que ayuda a reducirla.
  • No existe un paquete de reformas que sea efectivo para todas las economías. Es crucial adecuar las reformas a las circunstancias propias del país para maximizar sus beneficios.
  • La secuencia y orden de las reformas es fundamental. Es mejor implementar algunas reformas en épocas de relativa bonanza. Lograr la combinación, complementariedad y la secuencia adecuada de reformas define el resultado final.
  • Abordar las cuestiones relacionadas con la desigualdad es esencial para la legitimidad de las reformas y también para maximizar su efecto en el crecimiento económico. Sin una redistribución a través del sistema de impuestos y de asistencia social, muchas de las reformas estructurales pueden generar ganancias muy heterogéneas entre la población.
  •  Las reformas cuyas ganancias son capturadas por solo una pequeña proporción de la sociedad corren el riesgo de perder apoyo e incluso de ser bloqueadas.Las crisis suelen significar puntos de inflexión y actuar como catalizador de las reformas. En escenarios de crisis crece el respaldo popular a las reformas al aumentar el costo de mantener el statu quo. Sin embargo, pueden emergen importantes resistencias desde ciertos grupos que no se vean inicialmente beneficiados y con capacidad para publicitar estos efectos. Ello puede ser problemático porque muchas veces las ganancias de las reformas están repartidas y difuminadas entre muchos individuos, lo cual lo hace menos visible.

Referencias

Alonso, J. A., y Vidal, P. (2023). “Why is Cuba’s Economic Reform Progressing so Slowly?’, Third World Quarterly, 44(1), 115-133.

Adler, G. y Chal, N. (2023). La política fiscal puede facilitar la tarea de los bancos centrales en América Latina. IMF blog

BID (2023). Lidiar con la deuda: menos riesgo para más crecimiento en América Latina y el Caribe / editores, Andrew Powell, Oscar Mauricio Valencia. Washington

David, A., Komatsuzaki, T., & Pienknagura, S. (2020). The Macroeconomic Effects of Structural Reforms in Latin America and the Caribbean1. IMF Working Papers 195.

De Gregorio, J. (2019). Inflation Targets in Latin America. Peterson Institute for International Economics. Serie de Documentos de Trabajo 490. https://ideas.repec.org/p/udc/wpaper/wp490.html

Fondo Monetario Internacional (2019) “Reavivar el crecimiento en las economías de bajo ingreso y de mercados emergentes: ¿qué papel pueden cumplir las reformas estructurales?, en Capítulo 3: Perspectivas de la Economía Mundial, octubre, Washington

Rogoff, K. S. (2004). Globalization and Global Disinflation. Monetary Policy and Uncertainty: Adapting to a Changing Economy: 77-112. Federal Reserve Bank of Kansas City.

Singh, A., Belaisch, A. A., Collyns, C., De Masi, P., Meredith, G. M., , Krieger, R., & Rennhack, R. (2005). Estabilización y reforma en América Latina: perspectiva macroeconómica desde principios de los años noventa. Occasional Paper 238, FMI.

Consejo de Ministros: Aprovechar potencialidades para encontrar soluciones. Comentario HHC

Temas económicos y sociales centraron la agenda de trabajo de la más reciente reunión del Consejo de Ministros, con énfasis en la implementación de las Proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía durante el año 2024


Hasta el mes de marzo se contrataron 188 197 productores, apenas el 50 % del total de tenentes de tierra que existen en el país. Foto: Leonel Escalona Furones

Seguir haciendo cosas que, en medio de las dificultades económicas que atraviesa el país, permitan ir mejorando la calidad de vida en Cuba, no es una quimera. La prueba de ello está en esos lugares donde sí se aprovechan las potencialidades y se buscan constantes soluciones para superar los obstáculos.

Sobre esas ideas, imprescindibles en el actual contexto que vive la nación, reflexionó el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, durante la más reciente reunión del Consejo de Ministros, que estuvo presidida por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Siempre aparecen alternativas, consideró Marrero Cruz: «Es verdad que no se podrán lograr los mejores niveles productivos, ni de rendimiento, pero sí es posible ir avanzando si explotamos al máximo la inteligencia colectiva».

Justamente desde esa inteligencia colectiva se da seguimiento constante, cada mes, en la reunión del máximo órgano de Gobierno cubano al estado de la implementación de las medidas aprobadas en las Proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía durante el año 2024.

Al respecto, la viceministra primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo de la Torre, refirió que, en cumplimiento del cronograma aprobado, desde el 23 de marzo hasta el 19 de abril se ha trabajado fundamentalmente en las proyecciones con impacto en la reducción del déficit fiscal; el mecanismo para la asignación y gestión de las divisas; las relaciones entre los diferentes actores de la economía; la producción de alimentos; la política de precios y el fortalecimiento de la empresa estatal socialista.

En tal sentido, como parte de la decisión de continuar eliminando subsidios a productos, y en su lugar hacerlo a personas, en el periodo fueron implementados los nuevos precios de los cigarros y tabacos.

Asimismo, entre otras acciones llevadas a cabo, se circularon a todos los organismos de la Administración Central del Estado las propuestas de normas jurídicas actualizadas para los actores económicos no estatales; se concluyó el proceso de conciliación sobre los criterios del Anteproyecto de Ley de Empresa, y se mantuvo un seguimiento constante a la implementación de las proyecciones enfocadas a los programas sociales.

Al respecto, el Primer Ministro informó que, a partir de los resultados de los recorridos por los territorios; las dudas manifestadas desde varios sectores de la sociedad; el tiempo transcurrido, y otros elementos, se decidió hacer una revisión integral de las Proyecciones y el Plan de acciones aprobado.

Como resultado de esa revisión –detalló– se confirmaron los ocho objetivos generales inicialmente previstos, al tiempo que se modificaron y ampliaron las proyecciones, siendo ahora 92. La actualización del cronograma, añadió, está respaldada por «la necesidad de acelerar un grupo de acciones y proyecciones que tendría un efecto más positivo, y que nos permitiría atenuar un poco la compleja situación que atraviesa el país».

Estas acciones están asociadas fundamentalmente, aclaró, al programa de estabilización macroeconómica, a los temas bancarios y de precios, así como al mercado cambiario y la generación de ingresos en divisa, entre otros que «necesitamos acelerar, porque son los que tienen un impacto más favorable de cara a la población». 

EL RETO DE AVANZAR EN EL CUMPLIMIENTO DEL PLAN DE LA ECONOMÍA Y EL PRESUPUESTO DEL ESTADO

Coincidiendo también con el cierre del primer trimestre del presente año, Joaquín Alonso Vázquez, ministro de Economía y Planificación, presentó el informe del comportamiento de los principales indicadores de la Economía, al concluir el mes de marzo.

En tal sentido, refirió que, de manera general, se manifiesta un panorama desfavorable, lo cual se sustenta en que, entre otros elementos, decrecen los ingresos por concepto de exportaciones, también disminuyen las importaciones, y se incumplen diferentes actividades económicas claves, como las principales producciones agropecuarias, de azúcar y otros derivados, así como la generación de electricidad.

Alonso Vázquez confirmó, además, que más de 300 empresas registran pérdidas en sectores estratégicos, mientras persiste la depreciación del peso cubano por el tipo de cambio informal y, por consiguiente, el incremento de los precios.

Ante esa realidad, llamó la atención sobre la necesidad de que se adopten acciones en todos los organismos y entidades, sistemas empresariales, así como estructuras territoriales, para revertir estos indicadores cuanto antes.

Como elemento positivo en el periodo, significó el comportamiento de las exportaciones de los principales servicios: médicos, turísticos y de telecomunicaciones. Particularmente asociado a la actividad turística, señaló que hasta el mes de marzo habían arribado al país 808 678 visitantes: la cifra, aunque se encuentra por debajo de lo previsto para esa fecha del año, representanta un crecimiento del 6,5 % con relación a marzo de 2023.

No obstante, ese difícil escenario económico que vive Cuba, el Ministro de Economía y Planificación refirió que en el país se protege a más de 330 000 personas en situación de vulnerabilidad, y se mantiene la atención a más de 62 800 madres con tres o más hijos, priorizando a aquellas que viven en las comunidades en transformación.

Precisamente, son las políticas sociales una de las prioridades de trabajo del Gobierno cubano, lo cual está estrechamente vinculado a otro tema incluido en la agenda: la aprobación del informe sobre la ejecución del Presupuesto del Estado y el comportamiento del déficit fiscal al cierre del mes de febrero.

Al presentar el tema, el ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, explicó que, tras el análisis realizado en lo que ha transcurrido del año, se ratifica, entre otros elementos, la efectividad de la implementación de las Proyecciones de Gobierno, a pesar de las adecuaciones que deben hacerse.

Entre las medidas tributarias y fiscales puestas en marcha como parte de estas Proyecciones, destacó la eliminación de las exenciones de impuestos a los actores económicos no estatales; la extensión de la aplicación del impuesto sobre las ventas a la totalidad de las operaciones que realizan las mipymes, y el incremento de la efectividad de las acciones de fiscalización contenidas en el Plan Integral de Control Fiscal que lleva adelante la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT).

Según precisó, al concluir el mes de febrero, el déficit presupuestario se situó en 22 822 millones de pesos, y aunque esa cifra es inferior a la planificada, alrededor de un 20 % de ese decrecimiento se debió a la inejecución de un grupo de partidas del Presupuesto que tienen un gran impacto, sobre todo en las políticas sociales.

Al referirse a ese tema, el Primer Ministro subrayó que, si bien es importante lograr una reducción del déficit, el camino no puede ser la no ejecución de esas partidas. Unido a ello, reiteró la importancia de mantener un seguimiento riguroso de los pagos que se realizan por las unidades presupuestadas a las formas de gestión no estatal, que en ocasiones se ha demostrado que han resultado ser excesivos.

Sobre todas esas acciones, valoró, es imprescindible elevar la exigencia, con un énfasis territorial en el que no siempre lo recaudado por concepto de la Contribución Territorial se destina al desarrollo local, lo cual constituye su principal propósito.

Destacó, además, la relación que todo ello tiene con el Programa de transformación de los barrios en situación de vulnerabilidad, pues en muchos de ellos, actualmente, la población manifiesta inquietudes e insatisfacciones con varias cosas que se están dejando de hacer, como parte del trabajo que se lleva a cabo, de ahí la urgencia con que se debe revisar el destino que se está dando al Presupuesto asignado para ello.

Son todas cuestiones –precisó– que deben evaluarse constantemente, para poder perfeccionarlas, lo cual debe estar acompañado de un estricto cumplimiento del Plan de la Economía y el Presupuesto del Estado. 

CONTRATACIÓN DE PRODUCCIONES AGROPECUARIAS

La agenda del Consejo de Ministros correspondiente al mes de abril incluyó también la evaluación, y luego aprobación, del informe de los resultados del proceso de contratación y comercialización de productos agropecuarios, al cierre del mes de marzo.

Al presentar el tema, con una mirada crítica y autocrítica, el ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, subrayó que en la etapa analizada hubo contratos con 188 197 productores, apenas el 50 % del total de tenentes de tierra que existen en el país.

Entre las principales causas que motivan este bajo comportamiento, mencionó la falta de seguimiento y control que se hace desde el municipio, como escenario fundamental de la contratación, y desde empresas y estructuras superiores de dirección; así como el impago a productores, que sigue siendo un problema no resuelto.

En la base productiva, estructura económica más importante y centro del proceso de contratación, señaló, han faltado dominio del potencial de tenentes para contratar, y comunicación con los productores.

Para superar esas y otras deficiencias, acotó, se ha diseñado un conjunto de acciones que deben permitir incrementar las cifras y, con ello, proporcionar más alimentos a la población.

La tierra es del Estado, y por tanto es de nuestro pueblo; solo está entregada en usufructo a los productores, quienes tienen la misión de producir para nuestro pueblo, consideró Pérez Brito. Además, valoró que es responsabilidad del Ministerio de la Agricultura, en primer lugar, fortalecer el control y el chequeo sistemáticos para que se eliminen las insuficiencias que tienen lugar, como parte del proceso de contratación.

Este es un fenómeno muy complejo, apreció el Primer Ministro, que requiere total prioridad pues, aun cuando el 80 % de las tierras gestionadas está en diferentes formas productivas no estatales, es el Gobierno quien tiene la responsabilidad de proporcionar los alimentos del pueblo, para lo cual es esencial llevar a cabo una contratación de manera efectiva.

Todo ello, dijo, influye también en los precios de los productos, pues la mayor parte de lo que no se contrata se comercializa de cualquier manera y en cualquier lugar, casi siempre a precios especulativos.

 FORTALECER LA INSTITUCIONALIDAD Y EL CONTROL

Más adelante, los integrantes del Consejo de Ministros aprobaron ejercer la iniciativa legislativa de varios anteproyectos de leyes que serán puestos a la consideración de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular en próximas sesiones del Parlamento. Estas normas jurídicas se refieren a: la Ley de Migración; la Ley de Extranjería; la Ley de Procedimiento Administrativo, y la Ley del Sistema de Títulos Honoríficos y Condecoraciones de la República de Cuba.

El análisis que sirvió como colofón a la reunión del Consejo de Ministros estuvo dedicado a un tema que, con mucho rigor, expuso la contralora general de la República, Gladys Bejerano Portela: la evaluación acerca del comportamiento y las tendencias de las indisciplinas, ilegalidades y manifestaciones de corrupción administrativa durante el año 2023.

De acuerdo con sus palabras, en ese periodo se realizaron más de 4 000 acciones de control, el 24 % de las cuales recibió una calificación de deficiente o mal. La mayor incidencia de presuntos hechos delictivos y de corrupción detectados se concentró en instituciones del Ministerio de la Agricultura y del Gobierno Provincial del Poder Popular de La Habana.

El análisis realizado, afirmó la Contralora General, muestra cómo, a pesar del fortalecimiento de la institucionalidad y de la actualización de normas y legislaciones, no se ha logrado detener en su totalidad la ocurrencia de esos hechos ni alcanzar una efectiva labor de prevención.

Como asunto no resuelto que es, subrayó el Primer Ministro, tenemos que extremar las medidas de control interno en todas nuestras instituciones para evitar el desvío de recursos y contribuir al enfrentamiento de estas tendencias negativas que tanto daño hacen a nuestra economía y a la sociedad.

En las consideraciones finales de esta sesión ordinaria del máximo órgano de Gobierno cubano, Marrero Cruz insistió a las autoridades de todos los territorios en las acciones que se deben implementar para dar seguimiento e impulsar las políticas sociales, a pesar de la compleja situación que vive nuestro país.

De manera particular, significó la necesidad de atender con sensibilidad y prioridad importantes instituciones como los hogares de ancianos, maternos y de niños sin amparo familiar, así como las casas de abuelos y los centros sicopedagógicos.

En esos lugares –recordó– casi siempre se encuentran personas en situaciones de extrema vulnerabilidad que necesitan ser acompañadas. HHC: negritas nuestras

Comentario HHC: Está complicada la situación y con informes así o nota de prensa, no es nada esperanzador. Y lo que se trasmite es que estamos en un callejón sin salida, si seguimos actuando igual.

1- En realidad  parecen centros de investigación los organismos de administración del estado, ahora son 92 proyecciones, pero de las anteriores medidas, lineamientos, programas, etc que llevamos años, no se hablan.  O sea, no hay resultados en la práctica , o los que hay , no son los que necesitamos.

2-  Se sabe que son mas de 300 empresas en perdidas, en realidad son 371, que es casi 400, y una parte importante son del sector agrícola. ¿ Cómo lo vamos a resolver?, esa tarea es de las mas urgente a ejecutar, ¿ o con decir que tienen pérdidas es suficiente ?

3- El ministro del MEP se reitera en los insuficientes datos de la economía y en los errores en cuanto a visitantes internacionales e informa una y otra vez cifras erradas ( les escribi al MEP pero nada). En el primer trimestre no son 808 678 V.I como informa, son 809 238 V.I y el crecimiento es de +7.5 %.

Por otra parte,  que diga que " mientras persiste la depreciación del peso cubano por el tipo de cambio informal " el hecho en si mismo es preocupante, si bien es un reconocimiento  de la realidad, lo que deberia informar es cuando van a intervenir el mercado bancario. Las incongruencias son tales que se exhorta a combatir los precios abusivos, al tiempo que somos permisivos de la ilegalidad del mercando bancario, el lavadero de las mipymes.  ¿ En manos  de quien esta la solución del mercado bancario? ¿ El estado no puede intervenir el mismo y vender-comprar con una diferencia de 5 -10 pesos del mercado ilegal y combatir este último como se ha propuesto?. No se entiende que el estado no tenga el control, que por supuesto no es 120 la tasa, es lo que resulte del mercado controlado por el estado de su oferta y demanda, sino no hay control de la economía en su totalidad, y asi es en todos los paises del mundo. 

4- El ministro de agricultura informa que el 50 % de la tierra de los tenentes no tienen contrato, pues quitenselas  y/o  paguenle  las produciones que le deben.  ¿ Y que hacen las Delegaciones de la Agricultura, los municipios, los dirigentes del PCC en los territorios ante todo esto?.¿ Cuales son los estimulos a la agricultura? . La realidad es que si no se ofertan suficientes alimentos a la población, cualquier medida no funcionará.

5-  Vemos que el déficit fiscal esta por debajo de lo previsto, según el Ministro de Finanzas, buen sintoma, pero un 20 % es por la inejecución de programas sociales, y el primer ministro  le reponde correctamente: " si bien es importante lograr una reducción del déficit, el camino no puede ser la no ejecución de esas partidas". ¿ Eso no es falta de sensibilidad? ¿ O nadie controla eso?. ¿ Ya se hizo un análisis para disminuir el personal indirecto a todos los niveles, porque hay mas que directos , para empezar?

6- Creo por otra parte, que para el tamaño existente de ilegalidades y del mercado ilegal , que solo el 24 % de las entidades tengan calificación de deficiente o mal, es muy poco. Porque las empresas, sobre todo estatales, son las principales fuentes de abastecimiento del mercado ilegal, es decir del robo.

domingo, 28 de abril de 2024

Alcanza Cuba la cifra de un millón de visitantes internacionales. Comentario HHC

Este resultado se alcanza a pocos días de iniciar la 42 Feria Internacional del Turismo (FITCuba 2024), del 1 al 5 de mayo en Jardines del Rey, dedicada a América Latina y el Caribe y a los productos náuticos


27 de abril de 2024 18:04:45

Cuba alcanzó, este 26 de abril, la cifra de un millón de visitantes internacionales recibidos, informó Juan Carlos García Granda, titular del Ministerio del Turismo (Mintur), en su cuenta en Twitter.

Este resultado, precisó el ministro, se alcanza a pocos días de iniciar la 42 Feria Internacional del Turismo (FITCuba 2024), del 1 al 5 de mayo en Jardines del Rey, dedicada a América Latina y el Caribe y a los productos náuticos.

Con anterioridad, la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) resaltó que al cierre de marzo habían arribado 809 238 visitantes, en su mayoría de Canadá como primer emisor, además de la comunidad cubana en el exterior, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, México, Reino Unido, España y Argentina.

La Mayor de las Antillas tiene como propósito superar los tres millones de visitantes en el 2024, un año que según aseguraba García Granda con anterioridad, tendrá una recuperación en relación con 2023, para lo cual están creadas las condiciones en el país.

Comentario HHC:  Bueno, alcanzamos el primer millón de visitantes internacionales (V.I) de los tres que deberíamos alcanzar este año. Pudiera pensarse que vamos a buen ritmo, porque si en el primer cuatrimestre se alcanzó el primero, se repite la "fórmula" en los dos restantes y alcanzamos o nos aproximamos a la meta. Pero lamentablemente el turismo no se comporta así, es estacional y estos cuatro primeros meses del año son los más importantes. 

En abril debimos alcanzar 285 178 V.I, y contando los últimos cuatro días al mismo promedio diario, deberíamos llegar a 220 110 V.I. Esto representa un cumplimiento del 77.2 %, el más bajo de los cuatro primeros meses, enero 84.7 %, febrero 90.9 % y marzo 86.7 %. 

Algo más, sería el único mes, en lo que va de año, que no se crece en relación con el 2023, quedándose al 95.0 %. A su vez, esto ocasiona que de +7.5% que se crecía hasta marzo 2024, descendería a un 4.3 %, por lo que de mantenerse este ritmo de crecimiento, los datos apuntan a que se alcancen 2 577 000 a 2 600 000  V.I este año.  Para alcanzar al menos 3 millones y no los 3.1 millones mencionados alguna vez, pues debería crecerse en los próximos meses ( mayo -diciembre) en relación con igual período del 2023,  un promedio mensual de crecimiento del +36.2 %, y esto en la historia del turismo cubano desde 1992 a la fecha nunca ha ocurrido. ! ¡Ojalá que esta vez sí, pero es incierto!

Le aconsejaría al MINTUR que se concentre en elevar la calidad del servicio que se presta, y obtener mayores ingresos y utilidad en divisas por cada turista- día, sobre todo a los turistas directos.

P.D El bloqueo de EE. UU. va a seguir, la inestabilidad del mundo y la guerra  de Ucrania y sus alrededores también.

sábado, 27 de abril de 2024

LA MACROECONOMÍA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

 FMI

Las decisiones colectivas que adoptemos hoy determinarán cómo afectará la IA al crecimiento de la productividad, la desigualdad de ingresos y la concentración industrial.

Los economistas no tienen muy buen historial a la hora de predecir el futuro. Y Silicon Valley oscila repetidamente entre la esperanza y la decepción respecto de la próxima gran tecnología. Así pues, está justificado cierto escepticismo sano en torno a los pronunciamientos sobre los cambios que la inteligencia artificial (IA) traerá a la economía. Pese a ello, existen buenas razones para tomarse en serio el creciente potencial de la IA —sistemas que exhiben comportamientos inteligentes, como el aprendizaje, el razonamiento y la resolución de problemas— para transformar la economía, en especial dados los asombrosos avances técnicos del último año.

Además de la economía, la IA puede afectar a diversos ámbitos de la sociedad, como son la seguridad nacional, la política y la cultura. Pero en este artículo nos centramos en las implicaciones de la IA en tres amplias áreas de interés macroeconómico: el crecimiento de la productividad, el mercado laboral y la concentración industrial. El futuro de la IA no está predeterminado. Puede evolucionar en direcciones muy distintas. El futuro específico que aflore será consecuencia de muchos factores, entre otros, las decisiones sobre tecnología y políticas que adoptemos hoy. Para cada una de las tres áreas presentamos una bifurcación en el camino: dos trayectorias que llevan a futuros muy divergentes para la IA y la economía. En cada caso, el futuro desfavorable es la trayectoria de menor resistencia. Llegar al futuro más favorable exigirá políticas adecuadas, entre ellas:

- Experimentos creativos en las políticas.

- Un conjunto de objetivos positivos que definan qué quiere la sociedad de la IA, y no solo resultados negativos que deben evitarse.

- Políticas que tomen en cuenta que las posibilidades tecnológicas de la IA son sumamente inciertas y cambian con rapidez, y que la sociedad debe ser flexible para evolucionar con ellas.

Primera bifurcación: Crecimiento de la productividad

El primer camino se refiere al futuro del crecimiento económico, que en gran parte es el futuro del crecimiento de la productividad. El crecimiento de la productividad de la economía de Estados Unidos ha sido inquietantemente bajo en los últimos 50 años, excepto por un breve resurgimiento a finales de la década de 1990 y principios de los años 2000 (Brynjolfsson, Rock y Syverson, 2019). Las economías más avanzadas tienen ahora el mismo problema de bajo crecimiento de la productividad. Más que ningún otro factor, es la productividad —el producto por unidad de insumo— la que determina la riqueza de las naciones y los niveles de vida de sus poblaciones. Cuando la productividad es más alta, problemas como los déficits presupuestarios, la reducción de la pobreza, la atención sanitaria y el medio ambiente son mucho más fáciles de gestionar. Impulsar el crecimiento de la productividad es quizás el reto económico más importante del planeta.

Futuro de baja productividad

En una de las trayectorias de la bifurcación de la productividad, el impacto de la IA es limitado. Pese a la rápida mejora de las capacidades técnicas de la IA, su adopción por parte de las empresas podría seguir siendo lenta y limitarse a las grandes empresas (Zolas et al., 2021). La economía de la IA podría dar como resultado un ahorro muy escaso de mano de obra (lo que Daron Acemoglu y Simon Johnson denominan “tecnología aceptable”, como las cajas de autopago en los supermercados), en lugar de permitir a los trabajadores hacer algo nuevo o estimulante (véase “Reequilibrar la Inteligencia Artificial” en este número de F&D). Los trabajadores desplazados podrían acabar desmedidamente ocupando puestos aún menos productivos y dinámicos, encubriendo todavía más los posibles beneficios agregados para la tasa de crecimiento de la productividad a largo plazo de la economía.

Al igual que muchas tecnologías de Silicon Valley esperadas con fervor en los últimos tiempos (impresoras 3D, vehículos autónomos, realidad virtual), la IA quizás también termine siendo menos prometedora o menos preparada para lanzarse al mercado de lo esperado inicialmente. Los posibles beneficios económicos, incluso los modestos, podrían reflejarse en los datos muchas décadas después de las primeras instancias de la promesa tecnológica, como suele ser el caso. La famosa paradoja que identificó el economista Robert Solow en 1987, “la era de la informática puede verse en todas partes, menos en las estadísticas de productividad”, podría llegar al extremo: todo el mundo tiene un chatbot de IA que asombra a sus amigos, pero la productividad de las empresas no mejora con el uso creciente de la IA. Los beneficios económicos de las empresas por el uso de IA podrían atenuarse aún más si estas no logran comprender los cambios organizativos y de gestión que necesitan para sacar el mayor provecho de ella.

Y, como en el caso de los vehículos autónomos, los retos tecnológicos de pasar de una prueba de concepto interesante a un producto altamente fiable podrían verse agravados por un régimen jurídico que no se diseñó para acomodar esta nueva tecnología y que podría obstaculizar seriamente su desarrollo. En el caso de la IA, existe una gran incertidumbre en torno al alcance de las actuales leyes de propiedad intelectual respecto al entrenamiento de modelos con millones de puntos de datos que quizás incluyan la propiedad intelectual protegida de terceros. Las leyes de propiedad intelectual podrían llegar a responder con la creación de algo parecido a una “maraña de patentes” que, en la práctica, evite que los desarrolladores entrenen modelos con datos sobre los que no tienen derechos claros. Al mismo tiempo, las decisiones erróneas podrían socavar los incentivos de los profesionales creativos para producir más contenido nuevo que alimente los sistemas de aprendizaje automático.

Además, los reguladores nacionales, preocupados por ciertos aspectos, podrían imponer regulaciones estrictas que ralenticen la velocidad del desarrollo y la divulgación de la IA. Podrían incluso verse apremiados por los primeros desarrolladores de la IA, interesados en proteger su ventaja. Es más, algunos países, empresas y otras organizaciones podrían prohibir la IA por completo.

Futuro de alta productividad

Pero hay un escenario alternativo en el que la IA posibilita un futuro de crecimiento de la productividad más elevado. La IA podría aplicarse a un porcentaje sustancial de tareas que realizan la mayoría de los trabajadores (Eloundou et al., 2023) e impulsar fuertemente la productividad de esas tareas. En este futuro, la IA cumple su promesa de ser el avance tecnológico más radical en muchas décadas. Además, termina complementando a los trabajadores, en lugar de simplemente reemplazarlos, y les libera para que empleen más tiempo en tareas no rutinarias, creativas e inventivas. La IA, para capturar e incorporar el conocimiento tácito (adquirido mediante la experiencia, pero difícil de articular) de las personas y las organizaciones, se basa en enormes cantidades de datos recientemente digitizados. Como resultado, son más los trabajadores que pueden dedicar tiempo extra a trabajar sobre problemas nuevos, y crece el porcentaje de la fuerza laboral que se parece cada vez más a una sociedad de investigadores científicos e innovadores. El resultado es una economía no solo en un nivel más alto de productividad, sino en una tasa de crecimiento sostenidamente más elevada.

En este futuro, también gracias al éxito de la integración de la IA con los robots, una parte mucho mayor de la economía es susceptible a avances que involucran a la IA. Y la IA permite que la sociedad no solo haga mejor las cosas que ya hace, sino que haga y conciba cosas hasta ahora inimaginables. La investigación con IA en medicina permite avances radicales en el conocimiento de la biología humana y el diseño de fármacos. La IA es capaz de ayudar al motor mismo de la creatividad y el descubrimiento científico —matemáticas, ciencia, nuevos avances en IA—, una especie de automejora recurrente que en un momento no fue más que un experimento mental de ciencia ficción.

Segunda bifurcación: Desigualdad de ingresos

El aumento de la desigualdad de ingresos entre trabajadores en los últimos 40 años es motivo de gran preocupación. Una amplia bibliografía de estudios empíricos en el campo de la economía laboral sugiere que las computadoras y otras formas de tecnología de la información podrían haber contribuido a la desigualdad de ingresos al haber automatizado trabajos rutinarios de ingreso medio; esto a su vez ha polarizado la fuerza laboral entre trabajadores de ingreso alto y bajo. El Director Ejecutivo y el conserje siguen en sus puestos, pero algunos de los trabajadores de oficina de nivel intermedio han sido reemplazados por computadoras (Autor, Levy y Murnane, 2003). Consideramos dos escenarios para los efectos de la IA en la desigualdad.

Futuro con más desigualdad

En el primer escenario, la IA da lugar a una mayor desigualdad de ingresos. Los especialistas en tecnología y los directivos diseñan e implementan la IA para sustituir directamente muchos tipos de mano de obra humana, lo que reduce los salarios de muchos trabajadores. Para empeorar las cosas, la IA generativa empieza a producir palabras, imágenes y sonidos, tareas que antes se consideraban no rutinarias e incluso creativas; esto permite a las máquinas interactuar con los clientes y crear el contenido de campañas de marketing. El número de trabajos amenazados por la IA termina siendo mucho mayor. Sectores enteros se ven trastocados y son cada vez más reemplazados (una amenaza para la mano de obra que quizás presagien las recientes huelgas de guionistas y actores en Estados Unidos, quienes exigían que los estudios limitaran el uso de la IA).

No se trata de un futuro de desempleo masivo. Pero en este futuro de mayor desigualdad, a medida que la IA sustituye los empleos con salarios altos o decentes, son más los trabajadores que se ven relegados a trabajos de servicios mal pagados —como son camilleros de hospitales, niñeros y porteros—, en los que la presencia humana tiene un valor intrínseco y la paga es tan baja que las empresas no pueden justificar el costo de una gran inversión tecnológica para reemplazarlos. El último bastión de mano de obra estrictamente humana podrían ser los empleos con una dimensión física como los de este tipo. En este escenario, la desigualdad de ingresos aumenta a medida que el mercado de trabajo se polariza aún más entre una pequeña élite muy cualificada y una gran subclase de trabajadores de servicios mal pagados.

Futuro con menos desigualdad

En el segundo escenario, sin embargo, la IA da lugar a una menor desigualdad de ingresos, ya que su principal impacto en la fuerza laboral es ayudar a los trabajadores con menos experiencia o menos expertos a realizar mejor sus trabajos. Los programadores de software, por ejemplo, cuentan con la asistencia de modelos de IA, como Copilot, que de hecho se basan en las mejores prácticas de programación de muchos otros trabajadores. Un programador sin experiencia o mediocre que utilice Copilot puede equipararse mejor con un programador muy bueno, incluso cuando ambos tienen acceso a la misma IA. Un estudio con 5.000 trabajadores en empleos complejos de atención al cliente en un centro de llamadas reveló que, entre los trabajadores que contaban con el apoyo de un asistente de IA, los menos cualificados o más novatos fueron los que más aumentaron su productividad (Brynjolfsson, Li y Raymond, 2023). Si los empleadores compartieran estas mejoras con los trabajadores, la distribución del ingreso sería más equitativa.

Además de crear un futuro con menos desigualdad de ingresos, la IA podría ayudar a la mano de obra de otra forma más sutil, aunque profunda. Si la IA sustituye las tareas más rutinarias y predecibles y libera las manos humanas del trabajo repetitivo y tedioso, entonces, la IA podría complementar las tareas verdaderamente creativas e interesantes, mejorando así la experiencia psicológica básica del trabajo y la calidad de los resultados. En efecto, el estudio de centros de llamadas no solo reveló aumentos de productividad, sino una menor rotación de trabajadores y un aumento de la satisfacción de los clientes con los trabajadores que utilizan el asistente de IA.

Tercera bifurcación: Concentración industrial

Desde comienzos de la década de 1980, la concentración industrial —que mide la cuota de mercado colectiva de las empresas más grandes de un sector— ha aumentado drásticamente en Estados Unidos y en muchas otras economías avanzadas. Estas grandes empresas superestrella suelen hacer un uso mucho más intensivo de capital y ser más sofisticadas desde el punto de vista tecnológico que sus contrapartes más pequeñas.

Aquí hay de nuevo dos escenarios divergentes en cuanto al impacto de la IA.

Futuro con mayor concentración

En el primer escenario, la concentración industrial aumenta, y solo las empresas más grandes utilizan la IA de forma intensiva en su actividad principal. La IA permite a estas empresas ser más productivas, rentables y grandes que sus competidores. El desarrollo de modelos de IA es incluso más caro, en términos de capacidad bruta de computación —un costo inicial cuantioso que solo las empresas más grandes pueden permitirse—, y además requieren ser entrenados con enormes conjuntos de datos, que las empresas muy grandes ya tienen disponibles gracias a su gran número de clientes; este no es el caso de las empresas pequeñas. Además, después de entrenar y crear un modelo de IA, su funcionamiento puede ser costoso. Por ejemplo, entrenar el modelo GPT-4 durante su desarrollo inicial cuesta más de USD 100 millones y necesita aproximadamente USD 700.000 al día para funcionar. El costo típico de desarrollar un modelo grande de IA podría pronto alcanzar los miles de millones de dólares. Los ejecutivos de las principales empresas de IA predicen que las leyes de escala que muestran una fuerte relación entre el aumento de los costos de entrenamiento y la mejora del desempeño se mantendrán en un futuro próximo, lo que otorga una ventaja a las empresas con acceso a los presupuestos más abultados y los conjuntos de datos más grandes.

Así pues, solo las empresas más grandes y sus socios comerciales desarrollarían modelos patentados de IA, como ya han hecho Alphabet, Microsoft y OpenAI y no las empresas más pequeñas. Es así como las empresas grandes se hacen más grandes.

De forma más sutil, aunque quizás más importante, incluso en un mundo en el que los modelos patentados de IA no exijan un gran costo fijo que solo las empresas más grandes puedan permitirse, la IA podría en cualquier caso beneficiar de forma desproporcionada a las empresas más grandes, al ayudarles a mejorar la coordinación interna de sus complejas operaciones comerciales, un tipo de operaciones que las empresas más pequeñas o sencillas no tienen. La “mano visible” de los altos directivos que gestionan los recursos dentro de las empresas más grandes, con el respaldo ahora de la IA, permite a la empresa ser aún más eficiente, poniendo en cuestión las ventajas hayekianas de los conocimientos locales que poseen las empresas pequeñas en un mercado descentralizado.

Futuro con menor concentración

Sin embargo, en el futuro con menor concentración industrial los modelos de IA de código abierto (como Llama, de Meta, o Koala, de Berkeley) están ampliamente disponibles. Una combinación de empresas comerciales, entidades sin ánimo de lucro, académicos y programadores individuales crea un vibrante ecosistema de IA de código abierto que permite un amplio acceso a modelos desarrollados de IA. Esto permite que las empresas pequeñas tengan acceso a tecnologías de producción punteras en el sector que nunca antes podrían haber tenido.

En una nota interna de Google que se filtró en mayo de 2023, se presagiaba gran parte de esto. En ella, un investigador decía que “los modelos de código abierto son más rápidos, más adaptables, más privados y en comparación más capaces” que los modelos patentados. El investigador afirmaba que, en los modelos pequeños de código abierto, las repeticiones de los procesos las realizan con rapidez muchas personas, por lo que pueden terminar por ser mejores que los grandes modelos privados, en los que un solo equipo de personas realiza las iteraciones de forma más lenta, y agregaba que entrenar modelos de código abierto es más económico. En la opinión del investigador de Google, la IA de código abierto podría terminar por dominar los costosos modelos patentados.

También podría ser que la IA incentive el tipo de innovación amplia y descentralizada que prospera mejor en muchas empresas pequeñas que dentro de una sola empresa grande. Los límites de la empresa son el resultado de una serie de disyuntivas; en un mundo con más innovadores que utilizan IA y necesitan los derechos de control residual de su trabajo, quizás más innovadores decidan que prefieren tener su propia empresa pequeña antes que trabajar en una grande.

Como resultado, el largo ascenso de la concentración industrial se encalla, porque algunas empresas pequeñas y ágiles logran reducir o incluso revertir la brecha tecnológica con sus contrapartes más grandes y recuperan más cuota de mercado.

Hacia una agenda de políticas

En cada una de las bifurcaciones del camino, la trayectoria que conduce a un futuro más desfavorable es la de menor resistencia, que resulta en un bajo crecimiento de la productividad, más desigualdad de ingresos y mayor concentración industrial. Transitar la trayectoria favorable de la bifurcación exigirá trabajo duro, con intervenciones de política inteligentes que contribuyan a moldear el futuro de la tecnología y la economía.

También, es importante entender un aspecto más amplio de las políticas. Buena parte del discurso sobre la regulación de la IA se está produciendo dentro de los parámetros de una especie de modelo hidráulico: ¿deberíamos tener más o menos IA? ¿deberíamos incluso prohibirla? Este debate tiene lugar en un contexto en que la IA se percibe como algo en cierto modo fijo, con un futuro predeterminado. La IA puede llegar con rapidez o lentitud. Y puede que haya más o menos, pero básicamente es lo que es.

Sin embargo, si las autoridades entienden que la IA puede desarrollarse en distintas direcciones, el debate se planteará de otra manera. ¿Cómo se puede incentivar con políticas los tipos de IA que complementan la mano de obra humana, en lugar de imitarla y reemplazarla? ¿Qué decisiones fomentarán el desarrollo de una IA a la que puedan acceder empresas de todos los tamaños y no solo las más grandes? ¿Qué tipo de ecosistema de código abierto podría necesitar esto, y qué pueden hacer las autoridades para apoyarlo? ¿Cómo deben los laboratorios de IA enfocar el desarrollo de modelos, y cómo deben las empresas enfocar la implementación de la IA? ¿Cómo consigue la sociedad una IA que desate innovaciones radicales, en lugar de modificaciones marginales de bienes, servicios y sistemas ya existentes?

Muchos actores distintos tienen la capacidad de influir en el futuro de la IA. Las grandes corporaciones tendrán que tomar decisiones importantes sobre cómo eligen integrar la IA en su fuerza laboral. Las más grandes de estas empresas también desarrollarán IA interna. Los laboratorios de IA o ciencias informáticas de las universidades también desarrollarán modelos de IA, algunos de los cuales serán de código abierto. Los legisladores y reguladores federales tendrán un gran impacto, al igual que podrían tener otros más locales. Los votantes harán oír su voz. Los sindicatos deben definir qué relación quieren tener con la IA y cuáles serán sus demandas.

La sociedad necesita innovaciones en conocimiento sobre economía y políticas que igualen la magnitud y el alcance de los avances en el campo de la IA propiamente dicha.

Aunque hemos esbozado varios futuros posibles para la IA, no solo queremos recalcar lo muy impredecible que es el futuro de esta tecnología, sino también la capacidad que tiene la sociedad para determinar activa y colectivamente qué opción de futuro prevalecerá.

Hemos planteado más preguntas de las que hemos contestado, lo que apunta, en parte, a que estamos en una fase incipiente de adopción e impacto de la IA. Pero también muestra un desequilibrio más profundo entre los esfuerzos de investigación que avanzan en el campo de esta tecnología y la investigación más limitada dirigida a entender sus consecuencias económicas y sociales.

Este desequilibrio tenía menos importancia cuando las consecuencias macroeconómicas de la tecnología eran limitadas. Pero, en la actualidad, cuando los efectos de la IA en la sociedad podrán probablemente medirse en billones de dólares, debe invertirse mucho más en estudios acerca de la economía de la IA. La sociedad necesita innovaciones en conocimiento sobre economía y políticas que igualen la magnitud y el alcance de los avances en el campo de la IA propiamente dicha. Reorientar las prioridades de investigación y desarrollar una agenda de políticas inteligente puede ayudar a la sociedad a avanzar hacia un futuro de crecimiento económico sostenido e inclusivo.


ERIK BRYNJOLFSSON ocupa la cátedra Jerry Yang y Akiko Yamazaki en el Instituto Stanford de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano, donde dirige el Laboratorio de Economía Digital de Stanford.

GABRIEL UNGER es investigador posdoctoral en el Laboratorio de Economía Digital de Stanford.

Un informe económico no tan bueno

 La economía de EE.UU. y algunos indicadores inesperados



El presidente estadounidense Joe Biden habla sobre "cómo la Ley CHIPS y Ciencia y su agenda de Inversión en Estados Unidos están haciendo crecer la economía y creando empleos", en el Museo Milton J. Rubenstein en Syracuse, Nueva York, el 25 de abril de 2024. (Foto de Andrew Caballero-Reynolds/ AFP)


26/04/2024 09:13

El jueves por la mañana, la Oficina de Análisis Económico publicó su informe anticipado sobre el producto interno bruto para el primer trimestre de 2024, y fue un poco deprimente.

El crecimiento económico, del 1,6%, estuvo muy por debajo de las expectativas, mientras que la inflación fue algo mayor. Y soy un poco más pesimista sobre la economía estadounidense que cuando desperté.

Pero solo un poco.

La decepcionante cifra de crecimiento se debió principalmente a componentes volátiles (cambios en los inventarios y las importaciones) que a menudo se revisan en informes posteriores y, en cualquier caso, no nos dicen mucho sobre la tendencia subyacente.


Una fila de cupés deportivos de lujo usados afuera de un concesionario McLaren el domingo 27 de agosto de 2023 en Highlands Ranch, Colorado. La inflación en Estados Unidos aumentó ligeramente en julio después de 12 meses consecutivos de caídas. (Foto AP/David Zalubowski)

A algunos economistas les gusta observar el crecimiento “básico” medido por la demanda interna final, que creció a un más que sólido 3,1%.

Alarma -La inflación fue un poco más preocupante.

La medida de inflación subyacente preferida por la Reserva Federal, el costo del consumo personal excluyendo alimentos y energía, aumentó a una tasa anual del 3,7%, frente a sólo el 2% en el trimestre anterior.

A primera vista, eso tiene mala pinta. Pero no creo que la inflación realmente se haya acelerado tanto.

Lo que probablemente estamos viendo es principalmente ruido estadístico que subestimó la inflación a finales de 2023 pero que ahora la está exagerando.

Por un lado, la magnitud del salto de la inflación es sencillamente inverosímil. Incluso en una economía muy sobrecalentada, algo que no parecemos ver en otros datos, no esperaríamos que la inflación subyacente aumentara tan rápido, lo que sugiere que hay algo curioso en las cifras.

Indicadores

Además, si la inflación realmente estuviera explotando, se esperaría ver esa explosión reflejada no sólo en las cifras oficiales sino también en datos “blandos”: encuestas sobre experiencias y expectativas empresariales. Pero no lo vemos.

Los índices de gerentes de compras, que generalmente siguen la inflación oficial, todavía sugieren que la inflación no es mucho más alta que antes de la pandemia.

Y las expectativas de inflación empresarial se han mantenido bajas, apenas ligeramente por encima de los niveles previos a la pandemia.

Así que este no fue un buen informe, pero no debería cambiar su narrativa.

La mejor apuesta es que todavía estamos en camino de lograr un aterrizaje suave.

c.2024 The New York Times Company

La mística de la productividad

Por Albert Recio Andreu | 27/04/2024




Fuentes: Mientras tanto

I. Productividad, un concepto con buena prensa

Aunque se ha tildado a la Economía de «ciencia triste», muchos de los conceptos económicos se presentan con connotaciones positivas. El crecimiento económico es uno de ellos. La productividad, otro. Ambos sugieren que su mejora favorecerá la expansión del bienestar. Quien está en contra del crecimiento económico y de la mejora de la productividad se sitúa en contra del progreso social. Buena parte de la izquierda, tanto económica como política, nunca ha podido zafarse de su atractivo. Y con ello tiende a encarar debates en los que, a menudo, tiene las de perder.

Gran parte del atractivo de la productividad proviene de la obra del Nobel de Economía Robert Solow, quien a través de funciones de producción agregadas estimó que una buena parte del crecimiento económico no se podía explicar por el aumento en el empleo de fuerza de trabajo y materiales (capital), sino por un tercer factor asociado al progreso tecnológico, a que cada vez hacemos las cosas mejor. Aunque las funciones de producción agregadas hace mucho tiempo que se pusieron en cuestión —en uno de los debates teóricos más importantes— y el método de Solow es más que discutible, la mayoría de la profesión económica ha ignorado buena parte del cuestionamiento y ha seguido confiando en la bondad del progreso tecnológico como explicación fundamental del crecimiento.

La muestra de que el concepto de productividad es transversal en el debate económico se constata al comprobar que tanto economistas de izquierdas como de derechas lo han utilizado como argumento para defender sus posiciones. En los últimos años, los economistas de izquierdas han argumentado insistentemente que el aumento de los salarios ha sido inferior al aumento de la productividad. Y, por tanto, que la distribución de la renta ha virado en beneficio de las rentas del capital. Un argumento que apoya las demandas de mejoras salariales y de reducción de la jornada laboral. Más recientemente, los economistas de derechas, especialmente en España, están justificando su oposición a la reducción de la jornada laboral con el argumento de la baja productividad de la economía española y la amenaza de que una medida de este tipo hará perder «competitividad».

II. Medidas y usos de la productividad

Habitualmente hay dos formas de medir la productividad laboral: dividir el valor de la producción por el número de trabajadores o por el número de horas trabajadas. Salvando todas las objeciones posteriores, es bastante claro que la segunda es una medida más fina, puesto que relaciona la producción con el tiempo empleado efectivamente en la actividad laboral.

Un ejemplo lo aclarará. Imaginemos dos países, A y B, formados por 100 personas cada uno. En el primero la jornada laboral es de 10 horas y en el segundo de 5 horas. En A, cada trabajador produce de media 60 euros por hora: trabajando 10 horas producirá 600 € de producto al día. La producción total de este país será 600.000 €/día y la producción por trabajador de 600. En el B, cada trabajador produce por valor de 80 euros la hora. A lo largo de la jornada laboral de cinco horas producirá por valor de 400 € y la producción total será de 400.000 euros. La productividad por trabajador es de 400 €. Pero, en cambio, la producción por hora trabajada es superior en B que en A (60 frente a 80). De hecho, el país B alcanza un nivel de producción equivalente al 75% de A, a pesar de que su jornada laboral es la mitad. Seguramente B alcanza un mejor equilibrio entre consumo y esfuerzo laboral. Clarificar como medimos las cosas siempre es una precondición para cualquier debate relevante.

Pero la cuestión fundamental es que en el numerador del cálculo lo que ponemos es el valor monetario de la producción, no una cantidad física. Y aquí es donde los problemas se multiplican. La productividad medida como producto por hora trabajada se utiliza en marcos muy diferentes: para comparar economías nacionales, empresas o sectores económicos. En todos ellos, tomar como fiable el valor de la producción monetaria por hora trabajada supone ignorar cuestiones fundamentales.

En economías complejas, globalizadas, con estructuras productivas y comerciales tan diversificadas, los precios son en parte el reflejo no sólo de la eficiencia productiva sino del poder relativo de los diversos agentes que participan en la actividad económica. Un ejemplo clásico de esta complejidad lo refleja la producción de materias primas agrícolas, donde la productividad medida por unidades de producto por persona no ha dejado de crecer y donde los países que producen estas materias están expuestos a caídas de precios que afectan al valor de su producción, en parte porque los productores primarios son sólo la parte más débil de un engranaje controlado por grandes traders, multinacionales de productos alimentarios, cadenas de distribución. O simplemente el valor de su producto se ve a veces afectado por la devaluación monetaria impuesta en su país por condiciones macroeconómicas que escapan al control de los productores locales. En un mundo donde predominan cadenas de suministros y oligopolios más o menos estables, o donde es habitual que las grandes empresas apliquen políticas de precios orientadas a minimizar su carga fiscal, el valor de la producción de cada unidad es más el reflejo de su posición en la jerarquía empresarial que el de su eficiencia relativa respecto al conjunto de la actividad económica. Incluso las comparaciones de las economías nacionales deben realizarse contando con su especialización productiva, con la proliferación en ella de centros de poder económico (o a la inversa, de subsidiarias). Es por ejemplo conocido el caso de Irlanda o Luxemburgo, países con una elevada productividad, que de facto son lugares organizados para operar como paraísos fiscales donde acumular valores monetarios para reducir el pago de impuestos.

En la fijación de precios y salarios operan, en cada sector, muchos procesos institucionales. Por ejemplo, los recientes debates sobre el precio de la electricidad han puesto de manifiesto como el sistema de fijación de precios instituido por la Unión Europea ha propiciado un encarecimiento del precio y garantizado una alta rentabilidad a las eléctricas. Otros casos parecidos se encuentran en la industria farmacéutica y su sistema de patentes y de compras públicas. Es también conocida la superior rentabilidad de los bienes de lujo, fundamentalmente porque son bienes posicionales donde la clientela no tiene restricciones presupuestarias y está dispuesta a dejarse timar con tal de poder lucir un producto distintivo.

La economía mercantil, además, subsume actividades muy diversas bajo el intercambio monetario y confunde su distinta naturaleza: no es lo mismo una actividad agrícola, industrial o de prestación de servicios que transforma lo existente y satisface una necesidad, que una actividad de intermediación o una actividad financiera. De la misma forma que la captación de renta monetaria, que es lo que busca todo el mundo en una economía mercantil, puede obtenerse mediante algún tipo de actividad laboral, desarrollando nuevos productos o simplemente porque hay una regulación institucional que da derechos de propiedad (algo que pone en evidencia el cobro de derechos de autor por los herederos que no han contribuido a la obra, o la compra de patentes farmacéuticas por parte de empresas que no han realizado ningún esfuerzo creativo). Las economías reales están plagadas de normas particulares (incluidos en ello los sistemas fiscales que tratan de forma diferente a las rentas del capital) con un marcado sello oligopólico y clasista y que generan lo que José Manuel Naredo ha descrito como la “norma del notario”: el notario que sólo pone la firma al final del documento tiene derecho a una parte sustanciosa de la renta que se genera en la actividad en la que interviene. Por todo ello, no tiene sentido comparar la “productividad” o “el valor añadido” de distintos sectores, porque esconde desigualdades de poder, institucionales, de clase. Que los nuevos sectores tecnológicos generen más valor añadido refleja en gran medida que se trata de sectores que por su novedad y complejidad gozan de posiciones competitivas favorables, de productos no homogéneos, en suma, de situaciones de monopolio más o menos duradero en el tiempo. Pero lo beneficioso de su crecimiento no debe plantearse por el hecho de que puedan obtener una renta diferencial, sino por su utilidad social, por su contribución al bienestar colectivo. Lo que nos conduce a otro debate que sale fuera de esta nota. Simplemente, hay que recordar que posiblemente entre las actividades que generan para sus participantes “mayor valor” se encuentran muchas de las más indeseables, como las que generan adicciones o las que generan mayores costes sociales, como la especulación inmobiliaria y financiera.

Sólo para ilustrar esta nota, he realizado un ejercicio de “economía recreativa”, de jugar con algunos números. No tiene pretensión de ir más allá que indicar algunas de las cuestiones comentadas. El ejercicio, basado en los datos de ventas y beneficios netos que se han publicado recientemente, consiste en ver qué porcentaje de las ventas de cada empresa acaba convertida en beneficio neto (tras amortizar parte del capital y pagar impuestos de sociedades), el que la empresa puede repartir entre sus socios o dedicar a financiar nuevas inversiones. La cifra de beneficio neto puede variar por muchas razones; no sólo da cuenta del funcionamiento normal de la empresa, puede estar influida por la evaluación de los activos, por el cálculo de amortizaciones, por las mayores provisiones para problemas, por su capacidad de elusión fiscal. Hay que tomarla con reparos. Pero lo que sale de este ejercicio es elocuente: una enorme dispersión de situaciones, que en algunos casos obedece a causas que conducen a lo argumentado anteriormente y en otros no tanto. Algunas empresas han obtenido márgenes entre el 10 y el 20%, unos niveles realmente espectaculares. Se trata especialmente de empresas energéticas (Acciona Energía, Iberdrola), financieras (BBVA, Banc Sabadell, Santander), de gestión de infraestructuras (Amadeus, Abertis) y de productos de consumo de gama media/alta (Inditex, Puig). En el otro extremo, en niveles de un modesto 1/2% encontramos, en cambio, empresas industriales (CAF, Talgo) y algunas de las denostadas cadenas de supermercados (Mercadona, Bonpreu). Las desigualdades son palmarias y, más allá de los avatares particulares, parecen indicar a los contextos particulares en los que operan empresas distintas. Un aviso para no dejarse embaucar por historias sobre el valor añadido sectorial o la eficiencia de algunos grupos. Que energéticas, financieras y gestoras de infraestructuras sean muy rentables simplemente indica un orden de poder económico.

III. Productividad y ecología

El mayor cuestionamiento de los conceptos de productividad proviene de la economía ecológica. La economía convencional lo mide todo con dinero. Una unidad de medida poco fiable, mutante. Cuando se miden las cosas con otras métricas, la apreciación cambia. Ciertamente, si comparamos las variaciones de la producción material con unidades de trabajo, el crecimiento de la productividad ha sido espectacular. Pero, si lo comparamos con el uso de materiales, las cosas son diferentes. Buena parte de esta enorme capacidad de producción material se explica por el uso intensivo de energía fósil. Sólo hay que ver lo que ocurre en actividades donde es difícil introducir maquinaria. El sueño de la economía del crecimiento es sustituir las energías fósiles (cuya disponibilidad será menguante y cuyo uso continuado es el causante del cambio climático y la contaminación que pone en peligro las condiciones de la vida humana). Pero esto sólo sería posible mediante el uso masivo de recursos minerales que, también, están dados en cantidades limitadas y cuya extracción y manipulación exige asimismo un alto consumo energético. Si las previsiones de los científicos naturales son correctas, la humanidad se puede enfrentar a una regresión de la productividad, sea cual sea la forma como se mida. (Aunque la imaginación de los economistas neoclásicos aun nos puede deparar sorpresas).

Es obvio que en el progreso económico en el que hemos vivido se han combinado muchas cosas. Una ha sido la utilización abusiva, el despilfarro de recursos naturales y vidas humanas. Pero una parte de la historia ha consistido también en la aplicación del ingenio humano, la cooperación, el estudio científico sistemático que ha servido para conocer mejor los procesos naturales, desarrollar tecnologías útiles. Cuestionar el uso actual de la productividad no conduce a despreciar la potencialidad de este esfuerzo colectivo de conocimiento e innovación. Pero tomar conciencia de la crisis a la que nos ha conducido la dinámica del capitalismo impone redireccionar estos esfuerzos en una dirección diferente a la dominante. El reto primario al que se enfrenta la humanidad es el de garantizar niveles de vida aceptables en unas condiciones donde no será posible el despilfarro material en el que ha vivido su fracción privilegiada. Y ello conduce a una necesidad radical de innovación en las técnicas productivas, en las formas de producir y consumir.

IV. Salir del bucle del debate de la economía convencional

El debate sobre la productividad tiene otras muchas aristas. La principal es la que tiene que ver con el argumento neoclásico que considera el salario como la contrapartida de la productividad. De hecho, cuando los economistas de derechas sugieren que no se puede reducir la jornada laboral, o no se pueden aumentar los salarios porque la productividad es baja, están utilizando este argumento falaz. Las medidas de productividad que hemos discutido relacionan la producción total por trabajador. El resultado de este proceso productivo se reparte entre salarios y rentas de la propiedad, por lo que aumentar salarios (o reducir jornada sin pérdida salarial) afecta a la distribución de la renta, no a la productividad.

Pero más allá de esta cuestión de lucha ideológica, lo que me ha parecido necesario contestar es la argumentación de la izquierda que acepta acríticamente las ideas convencionales sin cuestionar de qué tenemos que discutir para tener una economía sana. En cualquier economía real con amplia división del trabajo vamos a necesitar una combinación de muchas actividades con características tecnológicas diferentes, muchas de ellas complementarias, y no tiene sentido evaluar su productividad individual. Que, como argumentan los economistas de CC. OO., estemos mejorando porque aumentan las actividades tecnológicas en el mix productivo español, y con ello la productividad, no tiene mucho sentido. Porque lo importante es ver si este sector está aportando realmente mejoras en el plano social y ambiental, si contribuye a mejorar la vida de la gente o si, por el contrario, se trata de una mera actividad lucrativa para algunos, pero con costes sociales para muchos y que aporta poco al bienestar global. De la misma forma que la crítica al sector turístico es inane si se argumenta su baja productividad, cuando lo realmente relevante son otras cosas: el tipo de empleos que crea, las posibilidades de apropiación parasitaria que genera (especialmente a partir de las rentas inmobiliarias), los impactos negativos en la comunidad o su imposible sostenibilidad ambiental.

Tomar en serio las cuestiones de la crisis ambiental, las desigualdades y la inseguridad económica y social exige aplicar otro esquema valorativo. Que incluye situar la cuestión de la técnica y la innovación en una perspectiva diferente a la de la rentabilidad privada y el crecimiento.