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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 7 de enero de 2025

Omar Everleny: incentivar la economía más que restringir


7 enero 2025



No hay un único camino para intentar que la economía cubana salga del punto donde se encuentra. Pero si se realiza una reforma integral, y no solo se trabaja en las urgencias, sino que se atienden las sugerencias de los académicos cubanos, la realidad podría cambiar en algún sentido.

Un inventario de las medidas que podrían dar oxígeno a la población y estimular a esas fuerzas productivas inactivas que existen, podrían incluir las siguientes:

  1. Ampliar la lista de los oficios aprobados para ejercer de forma privada, aumentarle el objeto social que se le ha restringido a las mipymes y no controlarlas excesivamente al punto de la desestimulación. Los números hablan, el sector no estatal está contribuyendo en más de un 50 % a las necesidades de ofertas de bienes y servicios de la población, en un grupo considerable de rubros.
  2. Crear mercados de insumos mayoristas con empresas o firmas comerciales extranjeras para todas las formas de propiedad incluyendo la estatal. Eso evitaría la salida de divisas extranjeras para comprar insumos en el exterior.
  3. Formalizar las compras y ventas de divisas extranjeras a las tasas que circulan en los mercados informales o cerca de estos. Daría mayor seguridad a los cambistas.
  4. Trabajar en la credibilidad de los bancos que operan en divisas extranjeras para que se restaure la confianza para hacer depósitos. Mientras se deposite en divisas y después se pongan topes de extracciones, nadie depositará, sino que las personas buscarán mecanismos alternos.
  5. Crear zonas económicas especiales para compras de ciudadanos cubanos en el territorio nacional con tasas de ganancias aceptables, por ejemplo, entre un 30 a un 40 por ciento sobre el costo de la mercancía adquirida, no un 240 o un 300 por ciento, lo cual permitiría una mayor rotación del dinero. Como el país carece de divisas, ese mercado funcionaría en dólares de Estados Unidos. Pero el Estado gana, no pierde, y la población mejora su poder adquisitivo después de que ha recibido aumentos salariales. No se entiende cómo otros países ganan con la situación económica cubana y a lo interno las autoridades se dedican solo a controlar, en vez de ser proactivos. ¿Por qué los cubanos tienen que comprar en Isla Margarita en Venezuela, Panamá o México, incluso en Miami?.
  6. La Ley de Empresas y la de Cooperativas son leyes necesarias para la legitimación de todas las formas de propiedad. Aún estamos a la espera.
  7. Quitarles el subsidio a las empresas irrentables durante 3 años o más. Y buscar un mecanismo que paute la quiebra de estas.
  8. Incentivar y no regular a las empresas exportadoras o importadoras privadas, que permitan a las formas no estatales canalizar sus insumos o sus ventas a través de ellas. Y en consecuencia, permitir que las mayores empresas estatales salgan a comprar al exterior los bienes y productos que necesitan. Con esto se mitigaría el monopolio estatal del comercio exterior (con pocas empresas), y este solo debe ser válido para las compras masivas del Estado cubano, como alimentos, energéticos, entre otros.
  9. Eliminar la agencia empleadora para las entidades extranjeras, en cambio permitir la contratación directa y cobrar los impuestos a los salarios que devengan los trabajadores que sean contratados. Téngase en cuenta que esta es una de las primeras preocupaciones para los inversionistas extranjeros en el país.
  10. Debería haber una mayor proactividad en la búsqueda de capitales externos provenientes de individuos o familias cubanas que residen en el exterior. No basta con una ley, y eso lo saben las autoridades del país. Tal como se hacen exposiciones para anunciar las carteras de oportunidades de inversión a entidades foráneas, se podrían hacer acciones a través de la oficina de cubanos residentes en el exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores.
  11. Podría entregarse en usufructo o con tiempo definido de 20 o 30 años, activos estatales ociosos, o cerrados, o descapitalizados, a empresarios privados cubanos o a sus propios trabajadores, incluyendo centrales azucareros que no muelen hace muchos años, que son casi chatarra, para que produzcan azúcar o derivados, o alimentos para ganados.
  12. Buscar la creación de instituciones comunales de forma privada encaminadas a la recogida de la basura, la reparación de calles, aceras, paradas… Estas pueden ser financiadas por los gobiernos locales, especialmente en municipios pequeños y no en grandes ciudades.
  13. Diseñar una política atractiva para atraer entidades de microcrédito internacional, interesadas en el mercado cubano hace muchos años. Incluso desde Estados Unidos.
  14. Reconsiderar la estructura institucional del país: las Unidad Empresarial de Base (UEB) no funcionan, las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) siguen operando en la práctica como superministerios. Es necesario entonces aplanar las estructuras, separar empresas de los ministerios, , y que las empresas se vinculen al gobierno local, no al nivel central.
  15. Abandonar la costumbre de topar precios regularmente y hacerlo solo cuando se busquen puntualmente resultados concretos. A mediano plazo es nociva. La población se beneficia momentáneamente pero después vuelven a subir los precios, o se genera escasez porque el mercado se ajusta por otras variables. Para conseguir bajar precios se deben privilegiar políticas que traigan un incremento de la oferta y de la concurrencia/competencia. La economía del país no se administra como una tienda. Al Estado le corresponde concentrarse en lo estratégico.

Si se sigue al ritmo actual, sin cambios profundos, es difícil llegar al 2030 con los objetivos que se han trazado. Es sabido que el panorama internacional no ayuda a Cuba: el bloqueo sigue intacto y cada vez ejerce más presión sobre la economía, los préstamos son inexistentes y se complican más en tanto se incrementan las deudas cubanas, hay una volatilidad marcada de precios de productos primarios, etc.

Pero el país no tiene un tamaño económico para intentar cambiar ese entorno internacional. Solo queda concentrarse en modificar lo interno.

Hay que estudiar detenidamente el modelo vietnamita, en el que muchos pasaron de simples trabajadores por cuenta propia en los años noventa, a ser hoy inversionistas transnacionales. Resulta valioso conocer más sobre las historias de vida de muchos hombres de negocios en ese país que estuvo en la ruina hace poco más de 30 años, y hoy es un país muy dinámico en el sudeste asiático, con un modelo político similar al cubano.

En conclusión, las medidas propuestas apuntan a la creación de un entorno económico más dinámico, en el que el estímulo a la producción y la inversión sustituya a las restricciones y controles excesivos. Sin reformas profundas y un cambio de enfoque que privilegie la expansión de la oferta y la confianza en los actores económicos, Cuba difícilmente logrará salir de la grave crisis en la que hoy se encuentra. Puedes leer el resto de los trabajos de este dossier haciendo clic acá.

La política y los cambios, el diagnóstico y la terapéutica, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Por Dr Julio Carranza

Dicen algunos en diferentes textos y ocasiones, que el problema fundamental de Cuba pasa por la política más allá de la crisis económica, que el problema del país es multicausal y yo digo que sin dudas hay razón en esa afirmación, pero debo aclarar, que desde nuestra perspectiva, no por la política contrarrevolucionaria y agachada, frágil, frente a las agresiones permanentes de los EEUU a la soberanía del país, sino por una política de cambios, renovación y democratización revolucionaria, autónoma, firmemente antiimperialista.

Creo que no todo debe ser continuidad, seamos claros, ruptura en las formas y en las políticas,  continuidad en los principios de soberanía nacional, justicia social y desarrollo económico y democrático, mismos que han acompañado al proyecto de la nación cubana desde el siglo XIX y sobretodo desde 1959, desde Cespedes, Agramonte, Maceo y Martí, hasta Villena, Mella, Guiteras y Fidel.

También hubo en esa historia de todo, no solo auténticos patriotas, también hubo y en abundancia, colonialistas, autonomistas, plattistas, etc, como hoy, o no?

Reiteramos que necesarios e irrenunciables son los mismos principios, pero también imprescindibles son las transformaciones, nueva política, más profunda, más participativa, más transparente, en definitiva más revolucionariamente democrática, claro que hay mucho que cambiar y no solo a nivel económico.

Aquí hay que ver todas las causas, las internas económicas y políticas, a las cuales muchos hemos dedicados análisis extensos y detallados y las externas que también pesan y bastante, inaceptables porque agreden a la nación, más allá de que obviamente no son las únicas causantes de la actual crisis y de que no está en manos del país eliminarlas, pero sí denúncialas con claridad y avanzar a pesar de ellas, es lo que aquellos que afirman estas cosas que aquí refiero no tocan ni con el pétalo de una rosa, a pesar del pasado de que muchos vienen, por que?, pues por razones obvias, tiene que ver con el tipo de “política” y de “alianzas” que tienen en la mente. Como diría aquel, una cosa es una cosa y otra cosa es otra es cosa.

Los cambios políticos deben  tomar como premisa la agresión a que está sometida la nación por parte del imperio mayor que ha existido y que obviamente está esperando cualquier situación oportuna para poner esta isla bajo control, vieja, permanente y declarada aspiración, no hay misterio, los cambios han de ser además para impedir eso precisamente.

Quiere decir,  los cambios políticos necesarios, que implican transparencia, participación real, discusión y debate, rendición de cuentas, remoción de la unanimidad complaciente, cambios en sistema electoral, etc, además de la reforma económica integral en la que tanto hemos insistido, tienen que tener en cuenta el bloqueo y la política agresiva de los Estados Unidos. Lo demás, en abstracto, tomando como referente la “democracia” como un ente meramente formal, es una ingenuidad, en el mejor de los casos, cuando no una toma de partido clara contra la nación cubana, un neoplattismo en su esencia.

Cuando el diagnóstico es objetivo, integral, basado en evidencias, seguramente vamos a encontrar muchas coincidencias, hágalo quien lo haga, “la verdad es la verdad, dígala Agamenon o su porquero”, (Juan de Mainera, heterónimo de Antonio Machado dixit), pero en el tratamiento, en la terapéutica, las diferencias son enormes, dependen del tipo de sociedad, del tipo de soberanía, de las aspiraciones que cada quien tiene en la cabeza, unas coinciden con el interés y el proyecto nacional, otras definitivamente no, cosas que deberían quedar claras.

7 de enero 2025