Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 6 de julio de 2017

Los “carretilleros” de viandas en La Habana no son cosa del presente


Los vendedores de viandas no son cosas de las calles de La Habana del día de hoy, en tiempos tan lejanos como la colonia o la República se hacía indispensable para el ama de casa tener todo tipo de viandas, como boniatos, calabazas o papas al alcance de la mano sin tener que moverse a los mercados. Esos famosos carretilleros no se limitaban a vender viandas, sino que agregaban frutas, aguacates y otros vegetales a su mercancía. Si la casera se lo pedía, el viandero también la surtiría con pescado fresco o de pollo que llevaba en su carretilla junto a las viandas. Abundaban, como hoy, en todos los barrios de La Habana y desde bien temprano en la mañana asomaban por las esquinas pregonando sus productos.


Carretillero en la zona del Prado habanero a comienzos del siglo XX.



Sus géneros los adquirían en el Mercado Único, hoy conocido como Cuatro Caminos, para luego llevarlos a los barrios de la ciudad. En algunos casos el viandero era propietario de las carretillas que le servían como medio de transporte. En la mayoría de los casos las alquilaban en puestos que existían en el área que comprendía el Mercado Único y sus calles aledañas, por un precio que no excedía los 30 centavos al día. Estos vianderos siempre llevaban su balanza y un gran cuchillo envainado a un lado de la cintura, al que acostumbraban a llamar: el hierro.Estos vendedores se desplazaban a los lugares más céntricos o turísticos para promover sus mercancías.

En los días festivos y cuando la carretilla era propiedad del viandero, estos la engalanaban con adornos alegóricos a las fiestas. Un tipo de carretilla distinta era la que utilizaba un popular chino conocido como Capitán y que trabajaba en la zona del Vedado. La suya era grande con paredes o “costillas”, como algunos las llamaban, con tapas de madera que cerraba con gruesos candados cuando terminaba su faena. Siempre obtenía sus productos de pequeños horticultores que sembraban en las zonas urbanas y de esta manera podía bajar más sus precios.

Algunos “carretilleros” lograban reunir un poco de dinero y montar puestos fijos que le evitaran tener que estar caminando.

Algunos de estos vendedores lograban establecer modestos puestos fijos, otros terminaban el comercio por su avanzada edad y este tipo de labores les obligaba a caminar mucho. Como detalle curioso cabe destacar la cantidad de nombres y frases filosóficas que llevaban pintadas en sus maderas. Entre los nombres más interesantes algunos recuerdan El Tigre de Atares, La Niña de Mis Ojos o El Aura Tiñosa. Y de las frases para que contarles, iban desde la clásica “Si fio pierdo lo mío” hasta “Las cuentas claras conservan la amistad” o la jocosa “Lo más grande que tengo en el mundo es mi madre… y ni a esa le doy sin pagar”.

( Tomado de TodoCuba)

¿Capitalismo en el socialismo? ¿Regresa la explotación?


Por: Carlos M. García Valdés.

Restaurante privado La California

La motivación de una Tesis. 

En la Defensa de una tesis de diplomado, en la que participé como invitado, un cursista trató el tema del sector privado en su territorio y entre las principales ideas definía a un segmento de este sector como capitalista y consideraba la existencia de una burguesía. En el calor del debate el autor hizo precisiones, relativizó conceptos “picantes” y el Tribunal cumplió sus funciones facilitadoras, instructivas y educativas. Al final, por supuesto, “dictó sentencia”.

El resultado del ejercicio: evaluación de excelente, aplausos, abrazos y la motivación expedita a pronunciarnos de manera sumaria sobre este asunto, que más allá de la actividad docente provoca inquietudes, criterios, discrepancias académicas y populares.

Las reformas de los 90 y la eclosión de elementos capitalistas.Después de las nacionalizaciones de los sesenta incluyendo la acometida de 1968 (Ofensiva revolucionaria) contra la pequeña producción mercantil urbana que limitó la propiedad privada y su mercado a los pequeños agricultores, se dejó de hablar de capitalismo como realidad socio económica en Cuba.

No se hablaba de plusvalía, por lo menos en los textos y clases de economía política del socialismo y se enfatizaba en que se había eliminado la explotación del hombre por el hombre y eso era un proceso irreversible. Así lo explicitaban los documentos rectores del Partido (Plataforma Programática, Programa del PCC y otros) y la Constitución de la República aprobada en 1976. En su artículo 14 declara que “En la República de Cuba rige el sistema socialista de economía basado en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios de producción y en la supresión de la explotación del hombre por el hombre” (1) Esta última sentencia se repite de forma exacta en el artículo 14 de la Constitución enmendada en 1992 aunque en este se precisa el alcance de esa forma de propiedad. (2)

Pero ya en esta versión de la Carta Magna de la República se admite que en casos excepcionales se puede trasmitir total o parcialmente algunos bienes de propiedad estatal socialista si se destinan a los fines del desarrollo del país. También en el artículo 23 se declara que el Estado reconoce la propiedad de las empresas mixtas, sociedades y asociaciones económicas creadas con apego a la ley. (3)

Ya en esa fecha se había iniciado una dinámica de inversión extranjera en particular en el turismo y posteriormente en la extracción del níquel, en astilleros, exploración del petróleo, telefonía y otras actividades. La ley 77 de 1995 de inversión extranjera respalda e impulsa esta trayectoria.
Paralelamente se impulsa el trabajo por cuenta propia, el usufructo de tierras y los mercados de oferta y demanda. Por primera vez después de 1968 el país retomaba una dinámica de desarrollo de la pequeña propiedad privada urbana y rural y de la propiedad capitalista a nivel de inversión extranjera aunque sus horizontes eran muy limitados.

El 6 de agosto de 1995 el Comandante en Jefe Fidel Castro declaró en un discurso: “Hemos dicho que estamos introduciendo elementos de capitalismo en nuestro sistema, en nuestra economía, eso es real; hemos hablado, incluso, de consecuencias que observamos del empleo de esos mecanismos. Sí, lo estamos haciendo. (…) ¿Quién tiene el poder? Esa es la clave,… ” (4)

En el V Pleno del CC del PCC de marzo de 1996, en el Informe leído por su segundo secretario en aquella fecha, Raúl Castro, se afirma: “Tenemos y tendremos socialismo: Pero el único socialismo ahora posible requiere asimilar de forma creciente factores tan difíciles de conducir como las relaciones monetario-mercantiles e incluso determinados elementos capitalistas”.

Ante la nueva realidad reconocida por la máxima dirección del país algunos economistas políticos sacaban sus conclusiones. Una de ellas era asociar la plusvalía obtenida por la parte capitalista de las empresas mixtas a la explotación de los trabajadores cubanos que la producían. Pero no todos razonábamos así.

La plusvalía no es la ley que preside la construcción del socialismo.En un texto dedicado totalmente a la experiencia cubana en cuanto a la propiedad social, publicado en 2005, cavilamos lo siguiente:

“La cuestión de la plusvalía es un tema de discusión. De forma individual, es decir a nivel de cada empresa mixta, hay una parte del excedente que no se convierte en propiedad social, y esta ganancia del capitalista es una suerte de plusvalía producida en un país de economía socialista.

"Así las cosas dejaríamos el análisis a nivel del primer tomo de El Capital. Pero es en este tomo donde Marx, por una cuestión de método y de didáctica, hace el mayor número de abstracciones. En los otros tomos, y en especial el tercero, la ganancia o forma externa de la plusvalía no es el resultado de un proceso individual de producción de plusvalía, sino de un proceso social en el que participa toda la clase capitalista, y este es el elemento metodológico al que debemos aferrarnos.

“En el socialismo la producción del excedente y del ingreso neto correspondiente, también es un fenómeno social, y lo que predomina no es la plusvalía que es una categoría social, sino el primero que es lo característico del socialismo y expresa, consecuentemente, relaciones socialistas de producción. Los trabajadores contratados por la empresa mixta a través de una empleadora estatal, reciben los mismos beneficios por su plus trabajo, que los demás trabajadores del sector estatal: tienen derecho a la seguridad social, a la reubicación en caso de cualquier conflicto con la entidad, y a todo el sistema de derechos básicos directamente formadores de los derechos humanos de que gozan todos los miembros de la sociedad cubana.” 

En aquellos momentos no estaba en desarrollo la propiedad privada nacional y no podíamos extender estas conclusiones a este sector, pero ahora en las nuevas circunstancias defendemos este mismo enfoque porque el punto de partida teórico metodológico no se modifica. Todo lo que planteamos de la empresa mixta y en particular de la parte extranjera se lo podemos aplicar a los empresarios privados nacionales reconocidos en la Conceptualización del Modelo.

Ni capitalismo ni explotación ni burguesía pero…Conozco, al menos, que un colega considera la existencia de capitalismo a escala de la pequeña y mediana empresa privada nacional y esa opinión gana adeptos porque en realidad es muy atractiva la suposición. Como deduje hace unos 15 años a partir de “El Capital”, la plusvalía y su forma metamorfoseada (vaya palabrita) la ganancia en todas sus modalidades no son un proceso empresarial sino un fenómeno social. La plusvalía (y la ganancia) es la ley que mueve al capitalismo desde la época de Marx hasta la de Trump, ese terrorista presidencial instalado en la cima del poder en virtud de la democracia estadounidense donde la voluntad del pueblo expresada en el voto popular no vale nada.

La plusvalía del empresario nacional privado no es una ley económica es simplemente una forma del plus valor que producen sus empleados que a la vez son propietarios asociados de los medios fundamentales de producción y en consecuencia reciben lo que le corresponde de la realización de la propiedad socialista de todo el pueblo.

No son explotados, son doblemente beneficiados: por su trabajo en una entidad privada y por la propiedad estatal socialista y los beneficios de una sociedad que es regida por leyes económicas y jurídicas que nada tienen que ver con las del capitalismo. En consecuencia ni los propietarios son capitalistas, ni lo empleados son explotados. Es una realidad compleja pero hay que analizarla, precisamente desde la complejidad y la dialéctica. 

Puede haber gente rica pero no tienen que ser precisamente por ello capitalistas, o burgueses, porque el capitalismo es un sistema socio económico y la burguesía es una clase social orgánica, poseedora de la inmensa mayoría de los medios fundamentales de producción y explotadora de toda una clase o varias, con una participación ampliamente mayoritaria en el Ingreso Nacional y en las estructuras del poder, amparada por instituciones diversas, entre ellas los medios de desinformación masiva , órganos represivos, y otras. Es importante repasar la definición leninista de clases sociales Mil, cien mil o medio millón de ricos no constituyen una clase social de este rango. El ingreso y el nivel de vida hasta, la opulencia incluso, no son suficientes para estructurar una clase social. Aunque parezca un contrasentido podemos tener burgueses sin burguesía.

No quiero decir con esto que no haya formas encubiertas de explotación asociada a la propiedad privada, entre estas sobre intensidad de trabajo en las entidades particulares, violación de contratos o no contratos, discriminación racial y otras aberraciones. Tampoco es despreciable el poder corruptor de los que amasan fortunas y el surgimiento de modos de vida y comportamientos sociales que en absoluto tienen que ver con los principios y valores del socialismo. Abordar esto con una mediana profundidad nos llevaría mucho tiempo y espacio. 

Un tema como este reclama eso y mucho más, pero estos ejercicios de inteligencia y prudencia que son los post no deben ser, como regla, fragosos. Pero de seguro volveremos sobre esta problemática teórica y práctica. 

Notas:

(1) Constitución de la República de Cuba. Editora Política, La Habana 1976.
(2) Constitución de la República de Cuba. Editora Política, La Habana 1992.
(3) Ibídem.
(4) Fidel Castro “Discurso pronunciado el 15 de enero de 1960” en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f150160e.html
(5) Raúl Castro, Informe del Buró Político al V Pleno del CC, marzo 1996.
(6) Carlos M. García. Propiedad social, la experiencia cubana, Editora Política, La Habana 2005, p 1907-198

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¿“El Capital” sólo para los días de fiesta?

Por Rolando Astarita

En el Programa de Transición Trotsky dijo que la socialdemocracia sólo hablaba del socialismo en los días de fiesta. Aunque seguramente se refería al ala derecha de la Segunda Internacional -¿alguien puede decir que Rosa Luxemburgo, Lenin o Liebknecht hablaban de socialismo solo los días de fiesta?-, la frase hoy se aplica a partidos políticos que se llaman a sí mismos socialistas, pero solo hablan de las cuestiones fundamentales del socialismo en los Primero de mayo.

Pues bien, a la vista de las reacciones que ha provocado mi último post –“La lucha por las ocho horas de trabajo y la tradición socialista”, aquí- debería agregar que también existen los defensores de “El Capital para los días de fiesta”. En otros términos, el texto de Marx sería apropiado para los aniversarios (como fue por estos días la conmemoración de los 150 años de su primera edición), pero no para la lucha política e ideológica cotidiana.

Para ver por qué, recordemos lo que dije en ese post. Afirmé que el socialismo, orientado por Marx o Engels, consideraba que la lucha por la reducción de la jornada de trabajo era una importante consigna reformista, destinada a mejorar las condiciones de la clase obrera en su lucha por el socialismo. Aclaré que, sin embargo, no la consideraban una panacea, a diferencia de lo que hacían los reformistas. Dije también que Marx o Engels jamás sugirieron que reduciendo la jornada de trabajo pudiera acabarse la desocupación. Y expliqué que el desempleo se recrea en el capitalismo por dos vías principales, la introducción de la máquina, y las crisis periódicas.

Estas ideas están en la obra de Marx, pero han provocado rechazo entre personas que se dicen partidarias de las ideas de Marx. Aunque no dicen que las mismas estén equivocadas. ¿Por qué rechazan la nota entonces? Pues porque no quieren reconocer públicamente que en tanto haya capitalismo no hay forma de acabar con la desocupación. Y no quieren reconocerlo porque si lo hicieran, entrarían en contradicción lógica con la propaganda electoral “vende humo” en la que están embarcados. En definitiva, para esta gente El Capital sería un texto para honrar en los días de fiesta; o para quedar muy bien en alguna mesa de debate en la Facultad de Ciencias Sociales. Pero no sería apto para la clase obrera. O en todo caso, su difusión entre las masas sería perjudicial para su “elevada táctica política”. Algo así como “las tesis de El Capitaldeprimen nuestras posibilidades de conseguir votos”.

Mi postura es la opuesta. Sostengo que El Capital es un texto para la lucha obrera y que Marx lo escribió para que lo leyeran los trabajadores. Como explicaba en carta a Becker (17 de abril de 1867), estaba convencido de que era “el más temible misil que jamás se haya lanzado contra las cabezas de la burguesía”. Y pensaba también -véase la Crítica al programa de Gotha- que la actividad socialista debería poseer ese sólido cimiento. Como ejemplo de este criterio, recordemos a Engels, en carta a Meyer del 18 de octubre de 1867, cuando decía: “Espero que usted pueda llamar la atención de la prensa americana y alemana y de los trabajadores al libro de Marx. Con la agitación por las ocho horas ahora en progreso, este libro con su capítulo sobre la jornada de trabajo viene justo en el momento correcto y también es apto para traer alguna claridad en muchos aspectos. Usted hará un gran servicio al futuro del partido en América con cada paso que tome para lograr esto”.

A ver si nos entendemos: según Engels, El Capital era importante para la lucha por las ocho horas (una lucha reformista). Es que proporcionaba una fundamentación teórica del significado de ese combate, y de sus límites. No era un texto sólo para recitar y quedar bien ante un grupo de entendidos, sino arma de combate.

Pues bien, siguiendo esa tradición, considero que la propagación de las ideas fundamentales de El Capital es una tarea imprescindible para los socialistas. De hecho, Marx pensaba que una vez que se establecieran los principios científicos, sería relativamente sencilla su popularización. Escribía: “… los ensayos científicos que revolucionan una ciencia nunca pueden ser verdaderamente populares. Pero una vez que se ha establecido la base científica, la popularización es fácil” (carta a Kugelmann, 28 de diciembre de 1862). Es el punto de partida de la agitación socialista. Tengamos presente que la agitación, como decía Lenin, consiste en explicar a las masas, de manera sencilla, una o dos ideas fundamentales (o sea, es algo más que andar con un megáfono gritando una consigna; o mostrar una cara linda para que la voten).

En definitiva, lo que hice en la entrada anterior fue popularizar algunas ideas de Marx y Engels sobre la jornada de trabajo y la desocupación. Aunque se ponga nervios mucha gente, sostengo que El Capital no sirve sólo para los días de fiesta. Y que el mejor homenaje que podemos hacerle, a 150 años de su primera edición, es acercar, de la manera más clara y popular posible, sus ideas críticas y subversivas a los más amplios círculos.

https://docs.google.com/document/d/1_Ggb9on2xEyop6RLK_VykIKfZH7WEYpECgGwe22ANto/edit


Investigan impacto ambiental de la industria minera

Creado el Jueves, 06 Julio 2017 13:00 | Claudia Patricia Domínguez del Río
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Holguìn, 6 jul (ACN) El impacto ambiental de la industria minero-metalúrgica constituye hoy la premisa que ocupa a los profesionales del Centro de Estudios del Medio Ambiente del Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa Antonio Núñez Jiménez.

Yanet Borges, investigadora de la entidad,señaló a la ACN que entre las acciones del colectivo destaca la capacitación, tanto en el pregrado como en el postgrado, con el objetivo de lograr una mayor concientización de las personas en la búsqueda  de un desarrollo local y ambiental sostenible.

  Explicó que estas materias se incluyen dentro de los programas académicos de los estudiantes, atendiendo a las particularidades de cada una de las especialidades, de modo que al salir de las aulas apliquen en la práctica las herramientas y habilidades adquiridas  teóricamente.

   La creación de proyectos científicos vinculados directamente a las comunidades constituye uno de los principales resultados de la aplicación de estas investigaciones a partir de la interacción con los pobladores de la zona, subrayó Borges.

  Desde el año 2013 esta instalación desarrollado numerosos proyectos investigativos entre los que sobresalen el manejo integrado de zonas costeras y la creación de un herbario digital representativo del distrito florístico moense.

El Instituto Minero Metalúrgico “Antonio Nùñez Jiménez” de Moa, fundado en el año 1976 cuenta hoy con tres centros de estudios, siete programas de maestrías, cuatro doctorados y 22 carreras para una matrícula superior a los mil 500 alumnos y unos 280 docentes.

Inversión de grandes quilates en termoeléctrica de Cienfuegos


Creado el Jueves, 06 Julio 2017 13:03 | Onelia Chaveco
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Cienfuegos, 6 jul (ACN) A unos 100 millones de pesos ascenderá la modernización capital de la unidad tres en la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes en  Cienfuegos, a fin de recuperar indicadores de eficiencia de cuando fue inaugurada en 1978 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

   José Osvaldo González Rodríguez, director general de la generadora cienfueguera, declaró en exclusiva a la ACN que  los mayores volúmenes de la rehabilitación  estarán concentrados en las áreas de generador, caldera,  turbina y equipos auxiliares.

 Abundó  que  los trabajos incluyen la sustitución de equipos obsoletos por  nuevos, así como la reparación de otros, proceso previsto para unos 340 días de labores.

 La unidad número tres  no recibía un mantenimiento capital desde hace 21 años, por lo cual la reparación está concebida en la totalidad del equipamiento, indicó el directivo.

 Para enfrentar  los trabajos de renovación en la planta termoenergética, cuentan con  una fuerza laboral de mil hombres, además del aporte de los más de 320  integrantes de la Asociación de Innovadores y Racionalizadores  de la entidad.

  González Rodríguez valoró como de muy superior la envergadura de la inversión en el bloque tres, en comparación con la realizada a la unidad número cuatro en el año 2009, cuando esa generadora quedó lista, incluso para funcionar con petróleo cubano mejorado.

  En esta inversión, que comenzará en breve, montarán una pila de hidrógeno, a fin de proporcionar ese gas con destino al enfriamiento de los generadores, agregó el experto.  

 A tono con el Lineamiento 89 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la reparación de esta unidad es una inversión orientada a la esfera productiva, así como a la infraestructura necesaria para el desarrollo sostenible, para generar beneficios a corto plazo.                                             

 El cinco de diciembre de 1978, en acto nacional por el Día del constructor, el líder histórico de la Revolución Cubana apertura el bloque tres, con palabras elogiosas al esfuerzo de los hombres y mujeres de los "cascos blancos" del territorio cienfueguero.

  Entonces calificó a la unidad  de muy moderna y económica, con aportes por encima de  160 megawatt, cifra  equivalente a la mitad de la generación existente en Cuba antes de 1959.

Y auguró que cuando completaran el arranque de la unidad cuatro,  entonces en fase constructiva,  la termoeléctrica de Cienfuegos tendría más capacidad que toda la instalada en Cuba antes del triunfo de la Revolución.

A 39 años de su inauguración, la generación de energía eléctrica en estas plantas de factura japonesa busca un nuevo salto en calidad productiva y tecnológica.

De su eficacia y calidad hablan  los 37 años como vanguardia nacional que atesora en la trayectoria de su colectivo.