Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 2 de julio de 2025

Los diez post mas vistos en el II trimestre del 2025.

Por Humberto Herrera Carlés

Les presento a continuación los diez post más vistos en el II trimestre 2025.

1- Sobre el ajuste de precios de las telecomunicaciones: reflexiones y propuestas. Por Joel Ernesto Marill Domenech

2- La crisis económica en Cuba, sus causas y la migración  Por Ricardo Torres

3- Cuba: La mayor distorsión de todas las distorsiones  Por Juan Triana Cordoví

4- 𝐌𝐚́𝐬 𝐚𝐥𝐥𝐚́ 𝐝𝐞 𝐄𝐓𝐄𝐂𝐒𝐀: 𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐞𝐟𝐥𝐞𝐱𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐫𝐞𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐬 (𝐈). Por Joel Ernesto Marill Domenech

5-  José Martí y la propiedad sobre los medios de producción. Por Luis Marcelo Yera

6- Trombos, liebres e irregularidades explosionaron desde dentro al comercio exterior cubano   Por Jorge Rodriguez Hernandez

7- REVOLUCION ES SENTIDO DEL MOMENTO HISTORICO; ES CAMBIAR TODO LO QUE DEBA SER CAMBIADO. FIDELPor Joaquín Benavides Rodríguez

8- Comentarios de Humberto Perez al programa Cuadrando la Caja sobre el tema de la centralización y descentralización de la economía cubana.(Trasmitido los días 18, 20 y 21 de mayo del 2025).

9-  ¿ RENACERÁ LA INDUSTRIA AZUCARERA CUBANA? TENDRA QUE HACERLO PARA QUE CUBA SIGA SIENDO CUBA. Es parte de nuestra nacionalidadPor Joaquín Benavides Rodríguez

10-  Colapso azucarero en Cuba: la producción cae a su nivel más bajo en más de un siglo y pone en jaque al ron. Comentario HHC

Agradezco a los autores su esfuerzo y sapiencia,  y a lectores, las visitas, lecturas de este Blog, al tiempo que los invito a dar click sobre el título de cada post si es de su interes, volverlo a leer o leerlo por primera vez.

Al tiempo, que todo aquel que quiera escribir sobre algun tema, con gusto lo valoramos  y se publica. Me pueden escribir a hhcarles@gmail.com

Gracias totales.


99 medidas para incrementar la productividad del trabajo en Cuba (IA)

Introducción

El incremento sostenido de la productividad del trabajo juega un papel fundamental en el desarrollo económico y social de un país, ya que influye directamente en el crecimiento económico, la competitividad y el bienestar de la población. A continuación, se detallan sus principales efectos y relevancia:



1. Crecimiento Económico

  • Una mayor productividad laboral significa que los trabajadores producen más bienes y servicios en el mismo tiempo, lo que impulsa el PIB y el desarrollo económico.

  • Permite aumentar la producción sin necesariamente incrementar la mano de obra, reduciendo costos y mejorando la eficiencia.

2. Competitividad Internacional

  • Las economías con alta productividad pueden ofrecer productos y servicios a precios más competitivos en el mercado global.

  • Atrae inversiones extranjeras, ya que las empresas buscan ubicarse en países con mano de obra eficiente.

3. Mejora de Salarios y Calidad de Vida

  • Cuando la productividad aumenta de manera sostenida, las empresas pueden pagar mejores salarios sin incrementar necesariamente los precios.

  • Esto eleva el poder adquisitivo de los trabajadores y reduce la pobreza.

4. Innovación y Desarrollo Tecnológico

  • El aumento de la productividad suele estar ligado a la adopción de tecnología, automatización y mejora de procesos.

  • Fomenta la inversión en investigación y desarrollo (I+D), educación y capacitación laboral.

5. Sostenibilidad y Reducción de Desigualdades

  • Una economía más productiva puede generar mayores recursos para invertir en salud, educación e infraestructura.

  • Reduce la dependencia de mano de obra barata y precaria, promoviendo empleos de mayor calidad.

6. Control de la Inflación

  • Al producir más con los mismos recursos, se pueden mantener estables los precios, evitando presiones inflacionarias.

Desafíos

  • Para lograr un aumento sostenido de la productividad, se requieren:

    • Inversión en capital humano (educación y formación técnica).

    • Infraestructura adecuada (tecnología, logística, energía).

    • Marco institucional favorable (políticas públicas que incentiven la innovación).

En resumen, el incremento sostenido de la productividad del trabajo es clave para el progreso económico, ya que permite un crecimiento más inclusivo, competitivo y sostenible en el largo plazo.

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Para incrementar la productividad del trabajo en Cuba, se requiere un enfoque integral que combine reformas estructurales, modernización tecnológica, incentivos económicos y mejoras en la gestión empresarial. A continuación, presento 99 medidas concretas, organizadas en 10 categorías clave, basadas en experiencias internacionales y adaptadas al contexto cubano.

1. Reformas Institucionales y Marco Legal

  1. Flexibilizar el modelo económico permitiendo mayor autonomía empresarial.

  2. Simplificar trámites burocráticos para la creación y operación de empresas.

  3. Acelerar la unificación monetaria para eliminar distorsiones económicas.

  4. Permitir mayor inversión extranjera directa (IED) en sectores estratégicos.

  5. Reformar el sistema tributario para reducir cargas a PYMES y cooperativas.

  6. Eliminar prohibiciones absurdas que limitan la iniciativa privada.

  7. Aprobar una Ley de Competencia para evitar monopolios estatales ineficientes.

  8. Facilitar importaciones de insumos críticos para la producción.

  9. Garantizar seguridad jurídica a inversores nacionales y extranjeros.

  10. Despenalizar el fracaso empresarial para fomentar emprendimiento.

2. Modernización Tecnológica e Infraestructura

  1. Invertir en banda ancha y digitalización para teletrabajo y comercio electrónico.

  2. Promover la industria 4.0 (IoT, Big Data, automatización).

  3. Subsidiar la compra de maquinaria agrícola para aumentar rendimientos.

  4. Mejorar la logística portuaria para agilizar exportaciones e importaciones.

  5. Electrificar zonas rurales con energías renovables (solar, eólica).

  6. Crear parques tecnológicos para startups y empresas innovadoras.

  7. Implementar sistemas ERP en empresas estatales para optimizar gestión.

  8. Fomentar el uso de drones en agricultura y logística.

  9. Digitalizar trámites gubernamentales (licencias, permisos).

  10. Desarrollar una red de fibra óptica nacional de alta velocidad.

3. Incentivos Salariales y Laborales

  1. Vincular salarios a productividad (pago por resultados).

  2. Permitir participación en utilidades para empleados de empresas estatales.

  3. Bonificar trabajadores destacados con premios en CUC o bienes.

  4. Flexibilizar contrataciones y despidos para ajustar plantillas a necesidades.

  5. Permitir múltiples empleos para aprovechar capacidades ociosas.

  6. Crear un sistema de créditos blandos para trabajadores que emprendan.

  7. Establecer salarios diferenciados por sectores estratégicos (ej. tecnología).

  8. Reducir impuestos a nóminas para empresas que generen empleo formal.

  9. Fomentar esquemas de teletrabajo para reducir ausentismo.

  10. Capacitar en habilidades digitales a trabajadores estatales.

4. Educación y Capacitación

  1. Reformar programas universitarios para alinearlos con demanda laboral.

  2. Fomentar carreras técnicas (programación, mecatrónica, logística).

  3. Crear academias de oficios con apoyo de empresas extranjeras.

  4. Capacitar masivamente en idiomas (inglés, portugués, chino).

  5. Firmar convenios con empresas internacionales para pasantías.

  6. Introducir cursos de emprendimiento desde la secundaria.

  7. Certificar competencias laborales con estándares internacionales.

  8. Fortalecer la formación en economía digital (marketing digital, e-commerce).

  9. Promover maestrías en gestión empresarial para directivos estatales.

  10. Crear un Instituto Nacional de Productividad.

5. Mejora de la Gestión Empresarial

  1. Auditar empresas estatales para eliminar ineficiencias.

  2. Privatizar empresas deficitarias o convertirlas en cooperativas.

  3. Implementar KPI's (indicadores clave de desempeño) en el sector público.

  4. Reducir plantillas sobre-dimensionadas con planes de retiro voluntario.

  5. Fomentar outsourcing de servicios no esenciales (limpieza, seguridad).

  6. Introducir presupuestos por resultados en el Estado.

  7. Capacitar gerentes en métodos ágiles (Scrum, Lean).

  8. Mejorar cadena de suministros para evitar desabastecimientos.

  9. Automatizar procesos administrativos (contabilidad, inventarios).

  10. Fomentar alianzas público-privadas en infraestructura.

6. Sector Agrícola y Agroindustrial

  1. Liberalizar precios agrícolas para incentivar producción.

  2. Otorgar tierras en usufructo a largo plazo con garantías.

  3. Permitir compra directa de insumos sin intermediación estatal.

  4. Crear mercados mayoristas privados para productores.

  5. Fomentar cooperativas exportadoras con acceso a divisas.

  6. Incentivar riego por goteo y agricultura de precisión.

  7. Reducir trabas a la venta directa de alimentos.

  8. Promover cultivos de alto rendimiento (ej. soja, maíz híbrido).

  9. Facilitar créditos para compra de tractores y equipos.

  10. Desarrollar industria de alimentos procesados para exportación.

7. Turismo y Servicios

  1. Permitir gestión privada de hoteles mediante franquicias.

  2. Facilitar visas para turistas digitales (nómadas).

  3. Mejorar conectividad aérea con más vuelos internacionales.

  4. Capacitar guías turísticos en idiomas y nuevas tendencias.

  5. Promover Cuba como destino médico y de bienestar.

  6. Fomentar alojamientos privados (Airbnb) con estándares de calidad.

  7. Crear paquetes turísticos especializados (ecoturismo, cultural).

  8. Digitalizar reservas y pagos para agilizar procesos.

  9. Mejorar transporte interno (renta de autos eléctricos, apps de taxi).

  10. Desarrollar marinas y turismo náutico.

8. Energía y Sustentabilidad

  1. Acelerar transición a energías renovables (solar, biomasa).

  2. Permitir generación distribuida (paneles solares en hogares).

  3. Subsidiar baterías para almacenamiento energético.

  4. Modernizar termoeléctricas para reducir apagones.

  5. Fomentar uso de biogas en zonas rurales.

  6. Incentivar vehículos eléctricos con exenciones fiscales.

  7. Crear un mercado de bonos de carbono.

  8. Reducir subsidios a combustibles fósiles.

  9. Promover construcción eficiente (aislamiento térmico).

  10. Fomentar reciclaje y economía circular.

9. Finanzas y Acceso al Capital

  1. Permitir banca privada y cooperativas de crédito.

  2. Facilitar crowdfunding para emprendedores.

  3. Crear un fondo de capital de riesgo para startups.

  4. Reducir tasas de interés para PYMES.

  5. Fomentar garantías colaterales flexibles (ej. inventario).

  6. Permitir cuentas en divisas para empresas exportadoras.

  7. Acelerar adopción de pagos digitales (tarjetas, móvil).

  8. Fomentar seguros agrícolas y empresariales.

  9. Crear un mercado de valores para PYMES.

  10. Facilitar remesas para inversión productiva.

10. Cultura Organizacional y Liderazgo

  1. Promover meritocracia en cargos directivos.

  2. Eliminar paternalismo estatal que desincentiva el esfuerzo.

  3. Fomentar horarios flexibles y trabajo por objetivos.

  4. Capacitar en inteligencia emocional y liderazgo.

  5. Reducir reuniones innecesarias con metodologías ágiles.

  6. Implementar programas de bienestar laboral (ej. salud mental).

  7. Fomentar competencias intraempresariales.

  8. Reconocer públicamente a empleados destacados.

  9. Crear una cultura de innovación y tolerancia al error.

Conclusión

Estas 99 medidas requieren voluntad política, gradualidad y participación público-privada. Cuba tiene potencial para multiplicar su productividad si logra combinar apertura económica, tecnología y capital humano. El éxito dependerá de implementar reformas profundas y dejar atrás modelos obsoletos.

Contra la corrupción, nada para mañana; la lucha es hoy. Comentario HHC

La indolencia y el desorden son los principales aliados de quienes buscan una brecha para lucrar con aquello que les fue confiado


¿Cuánto se puede prevenir la corrupción aplicando correctamente las medidas de control? Foto: José M. Correa

Apelar a comparaciones de la vida cotidiana, buscar semejanzas entre fenómenos y procesos resulta un recurso válido para comprender ciertas realidades, ponerlas en contexto, y llevar un hilo conductor hasta el punto deseado.

Sobre todo porque hay temas que, vistos desde sus ámbitos más académicos o especializados, pueden parecernos ajenos o distantes; pero una mirada diferente puede demostrar cuán lejos se está a veces de la realidad.

Vale la aclaración porque, cuando hablamos de delito, de corrupción, de ilegalidades y de indisciplinas sociales, hay un protocolo universal que se ajusta como anillo al dedo, salvando las distancias: «la mejor medicina no es la que cura, sino la que precave».

Lo cierto es que, más allá de una voluntad política expresa que implica tolerancia cero a cualquiera de esos flagelos, más allá de una cultura de enfrentamiento diseñada no solo para quienes lo tienen como encargo social, está el deber de todos los que vivimos en esta sociedad y, como parte de ella, somos también responsables de mantenerla saludable.

No es privativo de Cuba ni constituye tampoco justificante, pero sí argumento comprobado, que las limitaciones económicas, las carencias materiales, las demandas crecientes frente a ofertas disminuidas constituyen un detonante natural de conductas delictivas. Por tanto, aunque estamos muy lejos de normalizarlo, no podemos obviar que nuestra realidad de país bloqueado y asediado por el imperio en cada frente, tenga una incidencia directa en la proliferación de conductas contrarias a los principios morales y éticos sobre los que se ha erigido esta sociedad.

Pero eso tampoco implica que dejemos de reconocer la parte que nos toca, las brechas que dejamos y que se convierten en puerta de entrada para peligrosas «infecciones» que atentan contra el orden, la estabilidad y la disciplina sociales.

Para hacer frente a esa realidad –que está muy lejos de ser el caos que con deliberada intención difunden las campañas anticubanas para vender una imagen de inseguridad e ingobernabilidad–, Cuba cuenta no solo con órganos estatales sólidos y comprometidos, sino que también apela a lo que debe convertirse en valiosa estrategia, cuyo funcionamiento consciente y sistemático está llamado a ser la primera línea del enfrentamiento: el control popular (entendido no solo como fiscalización de procesos, sino como observador con capacidad de alerta, de denuncia, de prevención).

Tras el triunfo revolucionario de 1959 y con los tristes antecedentes neocoloniales, el país, bajo el liderazgo indiscutible de Fidel, enfocó un claro camino de combate frente a todo tipo de males sociales. Una voluntad política devenida tradición inviolable que se sostiene y que hoy se fortalece, desde el respaldo constitucional a ese combate, pasando por el entramado legislativo y su aplicación rigurosa, hasta llegar, incluso, al compromiso ético y a la clara definición de responsabilidades sociales y administrativas.

Nadie pone en duda las fortalezas que representan la Contraloría General de la República, el Sistema de Tribunales Populares, la Fiscalía General de la República de Cuba, el Ministerio del Interior; cada uno con ámbitos de actuación bien definidos pero, a la vez, como parte de un sistema de enfrentamiento conjunto diseñado para detectar, responder en consecuencia, procesar, brindar seguimiento a las manifestaciones de delito, de corrupción, de ilegalidades y de indisciplinas sociales.

Lo hacen con una innegable altura ética, profesional y de principios, pero no son los únicos eslabones en la cadena de enfrentamiento. A ellos deben unirse los factores de la comunidad, principal espacio de detección y atención a posibles vulnerabilidades. Corresponde también ese combate a las organizaciones políticas y de masas, a los sindicatos y, por supuesto, a usted, a mí, a todos los que vivimos en esta tierra y sentimos por ella.

Siendo consecuentes con la línea comparativa que utilizamos al inicio de este artículo, vale destacar que, raras veces, una enfermedad estalla de forma grave sin antes haber mostrado síntomas que, por despreocupación o desconocimiento, pasamos por alto.

¿Qué camino previo recorre un joven antes de llegar frente a un tribunal, acusado de robo con fuerza, o de asesinato, o de tráfico de drogas? ¿Cuántas veces pudimos haber pasado por alto la oportunidad de alertarlo, de reeducarlo, de salvarlo? ¿Cuántos eslabones fallaron en su proceso formativo?

Cuando se hace público un caso de corrupción administrativa, cuando se comprueba el desvío de recursos en una entidad, cuando el daño económico es tal que ya no hay manera de ocultarlo. ¿Qué pasó con el control, interno primero, externo también? ¿Acaso nadie percibió ni alertó durante meses, a veces años, ninguna irregularidad que merecía ser investigada?

Pudieran ser diversos los ejemplos, pero detrás de cualquiera de ellos hay un factor común: la ausencia de mecanismos y de estrategias preventivas que pueden hacer la diferencia, atacando causas y condiciones, para no tener que actuar después, en modo control de daños. 

EL PRECIO DE LO QUE PASAMOS POR ALTO

Entre las manifestaciones de estas conductas reprochables, la corrupción está entre las que más duramente nos golpea, no solo por la implicación material, económica y social que pueda llegar a tener, sino, sobre todo, por su impacto en la confiabilidad institucional, por el profundo daño que también significa en el plano ideológico.

¿Por qué? Porque constituye expresión de una conducta antiética en la que se degradan y se desconocen principios y valores morales, y porque tiene como centro a servidores públicos de diversas categorías. Los hechos de corrupción tienen incidencia directa sobre los colectivos laborales, dado que los recursos materiales y financieros sustraídos inciden también en los resultados productivos y en los ingresos.

Por su trascendencia y su negativo impacto en la vida económica y política, el 31 de octubre de 2003, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención contra la Corrupción, de la cual Cuba también es firmante, demostrando así su compromiso con erradicar lo que, a todas luces, constituye un lastre que sobrepasa las fronteras nacionales y que, generalmente, se vincula a otras manifestaciones delictivas.

Sin embargo, más allá de ese mecanismo internacional, es mucho lo que podemos hacer todavía, porque notables son las deudas que nos quedan con el control de los recursos, con la responsabilidad de todos en su protección, más allá de un cuadro centro o de un administrativo. Es vital que se sistematice, por ejemplo, la rendición de cuenta administrativa, en un ambiente propicio para la participación de los trabajadores en la gestión y el control de los recursos.

La indolencia y el desorden son, a la larga, los principales aliados de quienes buscan una brecha para lucrar con aquello que les fue confiado.

Nadie pudo definirlo mejor que el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, cuando expresó: «…estoy convencido de que la corrupción es hoy uno de los principales enemigos de la Revolución, mucho más dañino que la actividad subversiva e injerencista del Gobierno de Estados Unidos…» 

LA IMPRONTA DEL PRESENTE

En la medida en que cambian los tiempos, cambia también la manera en la que las personas asumen su realidad, e incluso la perspectiva de lo que se considera correcto o no. La modernidad nos ha arrastrado a un punto peligroso, en el que se tiende a naturalizar mucho de lo que, por los siglos de los siglos, ha sido y seguirá siendo incorrecto.

Sin embargo, no cae la justicia en esa trampa. Súmese a esa premisa que desconocer la ley no nos absuelve de culpabilidad. Por ende, al menos en Cuba, donde haya delito comprobado, donde exista culpabilidad, habrá rigor, todo el que se equipare al acto cometido. Eso, nadie lo duda.

Pero como tantas otras cosas, no puede ser este un asunto que se deje «en manos del Estado», porque cada uno de nosotros vive en esta sociedad, y aunque no todos aporten lo mucho y lo bueno que pudieran, sin excepción, reciben mucho de ella.

Por ende, de asumir la responsabilidad individual también en esta batalla dependerá, en gran medida, el éxito que en ella podamos tener, o los fracasos que nos acechen, porque muchas veces, por doloroso que sea, la negativa a denunciar, la complicidad o el mirar para otro lado hacen que sobrevivan no pocas de las conductas y de los hechos punibles mencionados aquí.

Si como pueblo exigimos ante el delito más acción, más resultados, seamos parte también de lo que exigimos. No abriguemos lo que repudiamos.

Las sociedades no enferman porque sí, lo hacen cuando su gente pierde el sentido de pertenencia para sostener impoluta la salud de su sociedad. En Cuba no cometeremos ese error, pero contra la corrupción, esta no es una premisa del mañana, del después; esta es la lucha del hoy, del ahora. 

Comentario HHC:  Hay un aspecto que no se menciona, y es la ciencia del ejemplo, al estilo del Che, y esto debe ser válido desde el Presidente hasta el mas modesto trabajador. Y esos valores se inculcan en el hogar, y esto se ha deteriorado obstensiblemente.

Lo otro es la simulación, porque hay que preguntarse cómo se puede vivir con los salarios existentes y su poder adquisitivo, incluso para lo elemental , COMER en algunos estratos de la población.  Esto es un problema grave, que no se puede dejar al libre albedrío, porque se estan creando causas y condiciones para cometer delitos. 

Por otra parte, vemos cuadros, con articulos suntuosos, incluso en la TV Nacional, que no son de una necesidad vital, mas bien es un exceso para demostar, obstentar ¿ riquezas? . Y logicamente hay que preguntarse, ¿ si este es un nuevo estilo de vida, o de dirección de algunos?. Y no estoy abogando por igualitarismo, que tambien es dañino, se trata de coherencia, entre lo que se dice y se hace, y el actuar en la condiciones de precariedad que se esta viviendo. Eso que llamaba el Che como la "Columna vertebral de la revolución".

Lo otro es la comunicación y el combate a la corrupción, todavía se esta esperando por lo que hizo o no hizo, el exministro Alejandro Gil, algo que en época de Fidel, se hubiera comunicado al pueblo.