Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 5 de octubre de 2025

REPORTE SOBRE ECONOMÍA CUBANA Enero-Junio 2025 3RA EDICIÓN- (V)

I. BALANCE FISCAL Y MONETARIO

DÉFICIT FISCAL

El reto del ajuste con crecimiento

El año 2024 cerró con un déficit fiscal de 79 528 millo
nes de pesos cubanos, equivalente al 6,5 % del Producto Interno Bruto (PIB). Esta cifra representa el 54 % del plan inicial aprobado de 147 mil millones, y es además inferior en más de 10 mil millones al déficit estimado hace apenas seis meses para ese mismo año.

En términos generales, los ingresos ascendieron a 385 mil millones de pesos, mientras que los gastos se ubicaron en 465 mil millones. Se trata de la primera reducción absoluta del déficit fiscal en los últimos cinco años, lo que también confirma una disminución relativa importante de este indicador, tras cuatro años consecutivos con cifras de dos dígitos (ver gráfico 9).



Gráfico 9. Déficit fiscal como porcentaje del PIB (%). Fuente: elaboración propia a partir de ONEI.

Es importante destacar que esta reducción del déficit se debe tanto a un esfuerzo del gobierno por ampliar los ingresos fiscales como a la contracción de ciertos gastos planificados y a la inejecución de una parte significativa de estos. Esta última superó los 40 mil millones de pesos, lo que equivale a casi un 10 % de los gastos efectivamente ejecutados. Esta situación podría tener un efecto contractivo sobre la economía, especialmente considerando que ya se acumulan dos años consecutivos de contracción del PIB.

El presupuesto del Estado mantiene su orientación social: salud, educación, y seguridad y asistencia sociales representaron el 64 % del gasto presupuestado. Sin embargo, estos esfuerzos no han logrado frenar el deterioro de dichos servicios. Ello sugiere que, en el contexto cubano, la calidad de estos servicios no depende únicamente de las asignaciones en moneda nacional, sino también de las asignaciones en divisas que se les destinen.

En el primer semestre de 2025, aunque los datos aún son preliminares, se ha reportado un déficit de 7 mil 700 millones de pesos, lo que representa apenas un 21 % del plan anual aprobado, cercano a los 37 mil millones. Este resultado se debe a un sobrecumplimiento de los ingresos por más de 21 mil millones de pesos, combinado con una inejecución del gasto de 7 mil 900 millones.

Si bien la magnitud de las inejecuciones es menor que la registrada en 2024, esta tendencia suele intensificarse en el segundo semestre del año, lo cual podría acentuar el ya mencionado efecto contractivo. Un elemento adicional a considerar es el superávit en cuenta corriente, que superó los 27 mil millones de pesos y genera reservas que podrían utilizarse para fortalecer el gasto social.

En términos generales, los resultados del presupuesto del Estado para 2024 y comienzos de 2025 reflejan el compromiso estatal con la mejora de los equilibrios macroeconómicos. No obstante, es necesario señalar que este esfuerzo solo tendrá efectos sostenibles si se acompaña de transformaciones estructurales que permitan reactivar la producción, reformar el modelo económico y restablecer la estabilidad cambiaria y monetaria. De lo contrario, podría prevalecer únicamente el efecto contractivo derivado de la reducción y la inejecución del gasto público.

Para lo que resta del año, los principales desafíos del presupuesto estatal se concentran en dos frentes. Por un lado, la creciente dolarización de la economía reduce el papel del presupuesto en moneda nacional y limita el impacto de su consolidación. Por otro, se debe mantener la senda de reducción del déficit fiscal, en un contexto marcado por el anuncio de un aumento de las pensiones que, aunque no se ha especificado, deberá estar por encima de los 20 mil millones de pesos cubanos.

Inflación

Control de precios y restricciones fiscales: claves de la desaceleración inflacionaria

A finales de 2024, el gobierno cubano proyectó una inflación para 2025 en el rango del 25 % al 30 %. Sin embargo, según los datos publicados por la ONEI, la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el primer semestre del año fue de 14,75 %, lo cual representa una reducción significativa respecto al 30,78 % registrado en igual período de 2024 (ONEI, 2025). De mantenerse esta dinámica, la inflación anual podría cerrar por debajo de los pronósticos oficiales, tal y como se había previsto en este mismo reporte al cierre del año pasado. Se consolida así la tendencia hacia una desaceleración del ritmo inflacionario, aunque los niveles generales de precios continúan siendo elevados.

Al cierre de junio, las divisiones que mostraron mayores crecimientos interanuales fueron bebidas alcohólicas y tabacos (110,74 %), restaurantes y hoteles (21,77 %), educación (15,11 %) y otros servicios diversos (14,44 %). El incremento en los precios de los alimentos continuó teniendo un peso dominante en la evolución del IPC, explicando más del 65 % del aumento general del índice (ONEI, 2025d).

Varios factores han contribuido a la moderación del crecimiento de los precios durante este período, en continuidad con las tendencias observadas desde mediados de 2024. En primer lugar, destaca la reducción del déficit fiscal, que se tradujo en una menor expansión de la base monetaria asociada a su financiamiento (ver análisis sobre el déficit fiscal en las páginas 38-39). Durante los primeros cuatro meses del año se registró un superávit fiscal —hecho inédito en los últimos años— y en mayo y junio el déficit estuvo muy por debajo de lo planificado (21 %). En paralelo, el crecimiento interanual del dinero en circulación se ubicó en 13,9 %, es decir, siete puntos porcentuales por debajo del cierre de 2024 (Cubadebate, 2025e).

En segundo lugar, se observó una desaceleración en el ritmo de depreciación del tipo de cambio informal. Entre enero y junio de 2025, el peso cubano se depreció un 12 %, en contraste con el 25 % registrado en igual período de 2024 (El Toque, 2025). Esto redujo las expectativas de traslado de costos y la presión sobre los precios internos.

Asimismo, persistieron menores presiones de demanda. Aunque a nivel agregado se observa cierta tendencia a que los aumentos de los salarios compensen el crecimiento de los precios, este ajuste no ha sido generalizado y homogéneo (ver análisis sobre empleo y remuneración en las páginas 46-47). Si bien ello contiene la expansión de la liquidez, ha implicado un deterioro del poder adquisitivo en los sectores sin actualización salarial, profundizando las brechas intersectoriales. Por otra parte, se ampliaron los límites de precios a seis productos regulados (pollo, aceite, leche en polvo, pastas alimenticias, salchichas y detergente en polvo), y se eliminaron los aranceles para su importación, lo que también contribuyó a limitar alzas adicionales en estos rubros.

Un evento relevante durante el semestre fue el aumento de tarifas aplicado por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) a finales de mayo. Aunque dicha medida impacta negativamente en el poder de compra de los hogares y eleva los costos para actividades que dependen del acceso a internet, podría tener un efecto neto antinflacio- nario si logra reducir la cantidad de dinero en circulación e incrementar los ingresos fis- cales (ETECSA, 2025). Ello no se vio reflejado en el comportamiento del IPC en la división de comunicaciones, pues el precio de internet no forma parte de la canasta de bienes y servicios de referencia.

En la más reciente sesión de la ANPP se anunciaron nuevas medidas con potencial efecto en la inflación del segundo semestre. Entre ellas se incluyen el aumento de las pensiones para más de 1,3 millones de personas a partir de septiembre, la profundización del proceso de dolarización y la transformación del mercado cambiario. No obstante, aún no se percibe una trayectoria clara de implementación del programa de estabilización macroeconómica, ni tampoco una estrategia integral orientada a resolver el principal factor estructural detrás de las presiones inflacionarias: la limitada oferta nacional de bienes y servicios. 

TIPO DE CAMBIO

Una vez más a la carga

El aspecto cambiario continúa con una dinámica similar y sin grandes transformaciones: un sistema de tipos de cambio oficiales múltiples y totalmente obsoleto que no refleja la realidad económica. Este escenario trae dos características fundamentales

1) la asignación administrativa de las cada vez más escasas divisas a las que accede el Estado y 2) el desarrollo de un mercado cambiario informal que impacta creciente- mente en la vida económica nacional y que se deprecia de manera constante.

El año 2024 cerró con un tipo de cambio informal en el entorno de los 320 pesos por dólar (hubo una depreciación importante en los últimos días del mes de diciembre), mientras que al cierre del mes de junio de 2025 ascendía a 380 pesos, lo que representa una depreciación de un 20 % en solo 6 meses (ver gráfico 10).


Gráfico 10. Tipo de cambio informal. Fuente: elaboración propia a partir de El Toque.

Los componente principales que continúan impulsando esta depreciación, que aunque se ha desacelerado ligeramente en lo que va de año continúa siendo significativa, son: las emisiones monetarias resultantes de un déficit fiscal que ha disminuido pero todavía es voluminoso; el aumento de las importaciones de bienes y servicios, principalmente alimentos, ante la caída de las producciones nacionales; la profundización de la dolarización en los últimos meses, que ha impulsado la demanda de divisas de la población; y efectos especulativos dado el carácter informal de estos mercados.

La transformación cambiaria continúa siendo un reto esencial, imprescindible para reanimar la economía, recuperar las exportaciones y dar funcionalidad a los mercados esta- tales. En la reciente sesión ordinaria de la ANPP se anunciaron transformaciones en este sentido. Estas transformaciones cambiarias deben aprovechar de manera positiva las experiencias de los más recientes fracasos en este frente, principalmente del Ordenamiento Monetario a inicios del 2021 y del intento de recuperación del mercado cambiario de la población en agosto del 2022.

Otro elemento que va en detrimento del éxito de la transformación cambiaria es el cada vez mayor grado de dolarización de la economía, principalmente de la circulación mercantil minorista estatal. Una transformación cambiaria exitosa requiere poner la moneda nacional en el centro de las transacciones económicas, y que esta refleje su valor real a través de un tipo de cambio coherente y económicamente fundamentado, lo cual no es compatible con una dolarización en aumento.

CONTINUARÁ

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