Por Marco Antonio Moreno
De todas las grandes multinacionales estadounidenses que hacen negocios en China, las recientes medidas tomadas por Donald Trump han hecho que Apple se encuentre en una posición particularmente precaria. Olvidó Trump que los iPhones que se venden en EEUU estarán sujetos a nuevas tarifas, ya que Apple las construye en China, la China castigada con nuevos aranceles de 25%, mientras que a su vez los consumidores chinos, de quienes la compañía depende para el crecimiento de sus ventas, podrían evitar la marca Apple en respuesta a las continuas amenazas de Donald Trump, como parte de su guerra comercial.
Se olvida Trump también que a finales del año pasado, Apple provocó un colapso en el mercado cuando reconoció una caída de sus ingresos trimestrales por primera vez en 16 años como resultado del desplome en las ventas de iPhone en China. Lo del último trimestre del año pasado se repetirá este 2019 como fruto del constante hostigamiento de Trump a China. Esta vez el boicot a la empresa estadounidense no se hará esperar ante la amenaza a una empresa emblemática del gigante asiático como es Huawei. Instalar a Huawei en una lista negra, prohibir a las empresas estadounidenses hacer negocios con Huawei y cortar de la noche a la mañana los negocios y compromisos adquiridos con esta empresa es una de las decisiones más desafortunadas que ha tomado el gobierno de Estados Unidos. Solo comparable a la mentira de las "armas de destrucción masiva" para iniciar una guerra con Irak.
Los productos de Apple se ensamblan en China y si el gobierno chino opta por cerrar los acuerdos con la empresa estadounidense, Tim Cook deberá buscar otros países, más caros, para su producción. Esto puede tener efectos devastadores para Apple y analistas de Goldman Sachs estiman que la empresa perdería a lo menos un tercio de sus ganancias. Un escenario aún más grave sería si China implementa restricciones de producción que obligarían a Apple a rediseñar toda su cadena de suministro global.
Incluso si el gobierno chino no toma represalias directamente, la creciente ola de nacionalismo chino podría dificultar que el gigante tecnológico cumpla con sus pronósticos de venta en 2019. El sentimiento nacionalista probablemente afectará las ventas de Apple en el país y podría hacer que la compañía no cumpla con sus pronósticos financieros. Para Apple, la represión de la Casa Blanca contra Huawei podría tener un único lado positivo: dado que las empresas estadounidenses tienen prohibición de negociar con Huawei, todos estos proveedores tecnológicos podrán vender sus productos a un mejor precio a Apple. Al perder a un cliente tan grande como Huawei, los proveedores Qualcomm Inc. e Intel Corp. y otros, estarán más dispuestos a negociar un precio más bajo con Apple, pero con ello bajarán sus utilidades y también entraran en crisis los salarios. Todo por la decisión de Trump de vetar a Huawei.
No existen muchos cliente de Huawei en Estados Unidos para que Apple piense que será un negocio recuperarlos. Pero en otras partes del mundo Huawei se ha convertido en una espina para Apple. El gigante tecnológico chino tiene casi una cuarta parte del mercado de teléfonos inteligentes en Europa, justo detrás de Apple y Samsung Electronics Co. A nivel mundial, Huawei es el segundo fabricante de teléfonos inteligentes más grande detrás de Samsung.
La desafortunada realidad para Apple permanece: independientemente de lo que suceda con Huawei, si las tarifas de Trump siguen vigentes (o, si la Casa Blanca las amplía para incluir prácticamente todos los productos chinos que ingresan a EEUU), Apple tendrá que tomar una decisión difícil: aumentar los precios de sus iPhones o absorber las pérdidas. En ambos casos se afectaría seriamente su margen bruto. Para Wall Street tampoco serán buenas noticias.
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