Informes del Ministerio de Trabajo indican que medio millón de personas ejercen el trabajo por cuenta propia.
Más de medio millón de personas ejercen el trabajo por cuenta propia en Cuba, a juzgar por un informe reciente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social divulgado por varios medios de prensa en el país. Esa cifra confirma la importancia adquirida por esa forma de empleo desde que el gobierno la relanzó en 2010, aunque la evolución ha resultado más lenta que lo esperado por las autoridades.
A inicios del actual mes de junio, 504.613 habitantes habían optado por el trabajo privado en alguna de las más de 180 actividades legalmente autorizadas. La elaboración y venta de alimentos, con 58.000 registrados (11,5 por ciento) y el transporte de carga y de pasajeros, con 51.526 (10,2 por ciento), eran las variantes de más demanda. Le seguían el arrendamiento de viviendas, habitaciones y espacios, con 26.863 personas (5,3 por ciento) y 24.000 agentes de telecomunicaciones (4,6 por ciento).
Sin embargo, esos indicadores otorgan similar reconocimiento a las personas que actúan como propietarios de pequeñas empresas privadas (restaurantes, contratistas de la construcción, dueños de varios medios de transporte) y a los que laboran contratados por otros. Más que trabajadores por cuenta propia en el sentido original del término, se trata de personas que tienen ocupación o son asalariados en el sector privado.
Poco más de una quinta parte del total, o sea, 113.360 (22,5 por ciento) son trabajadores contratados fundamentalmente en negocios de elaboración y venta de alimentos o el transporte de carga y de pasajeros.
Además de la capital, Matanzas, Villa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba, son los territorios donde más desarrollo ha adquirido el sector privado. Esas cinco provincias agrupan a dos terceras partes de las personas registradas como trabajadores por cuenta propia.
Sin dudas es una alternativa de empleo que ha tomado fuerza en un país donde la población laboral se estima en unos cinco millones de personas. Pero su desarrollo ha sido más lento que lo vaticinado por el gobierno cuando amplió, en octubre de 2010, las actividades legalizadas. En aquel momento poco más de 157.000 estaban acogidos a esa forma de empleo, y en menos de dos años ascendió a 390.000 los autorizados a ejercer el autoempleo. Luego se estabilizó durante varios años por encima de 400.000 , pese a que las autoridades habían pronosticado que el país alcanzaría pronto la cantidad de medio millón.
La opción ha encontrado caldo de cultivo en las generaciones que se inician en la vida laboral. Según el informe oficial, 155.605 cuentapropistas, el 31 por ciento, son jóvenes. También crece el número de trabajadores de entidades estatales, 83.500, con licencia para ejercer simultáneamente el autoempleo, mientras 62.000 eran jubilados antes de incorporarse como cuentapropistas. Del total, casi un tercio, 154.756, son mujeres.
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