¿Cómo está estructurada la industria alimentaria en Cuba? ¿En qué condiciones se encuentra? ¿Cómo se garantizan en la actualidad sus producciones? Sobre estos y otros importantes temas se habló en la Mesa Redonda de este miércoles que agrupó a importantes directivos de ese ministerio. Cubadebate ofrece un amplio resumen de lo abordado en el espacio radio-televisivo y le convida a participar como ya es costumbre en su Foro Debate sobre temas de actualidad nacional.
De la situación actual de la Industria Alimentaria en el país y sus perspectivas se habló este miércoles en la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa / Cubadebate
La industria alimentaria posee más de 2 mil 800 fábricas agrupadas en 23 ramas asociadas a la producción industrial de alimentos y bebidas.
Según Marisleydy Herrera Olmo, directora de Calidad y Tecnología, estas se subordinan a los sistemas del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, Agricultura, Azcuba, las Corporaciones Cubaron y Coralsa, y alimentarias locales.
Salvo excepciones, alertó Herrera Olmo, la mayor parte de estas fábricas datan de los primeros años de la Revolución, por lo que presentan un elevado deterioro de la infraestructura civil y tecnológica, y deficiencias en el diseño de su estructura que afectan el flujo productivo y limitan la ejecución de inversiones.
“El bajo nivel de mantenimiento e insuficientes inversiones durante años, han provocado una baja disponibilidad técnica hasta llegar a la obsolescencia de algunas líneas de proceso. Esto no sólo afecta el cumplimiento de los planes productivos, sino también el crecimiento que se pretende”, agregó.
La responsable de Calidad y Tecnología insistió también en otros aspectos que influyen en la producción, como las indisciplinas en los procesos tecnológicos y en el cumplimiento de las normas, de la metrología y el escaso avance en la implantación de los sistemas de gestión. Razones que impactan en la calidad e inocuidad de los productos que se comercializan.
Herrera Olmo añadió que la industria alimentaria representa un sector decisivo para el país, pero que es económicamente complejo, pues es fundamental garantizar las materias primas e insumos fundamentales para su desarrollo, pero también un amplio conocimiento técnico y científico.
En muchos casos, este conocimiento ha sido traspasado y enriquecido de generación en generación, lo que ha permitido con el paso de los años, una mejor preparación en la conservación de los productos, su durabilidad, y las mejoras en los procesos y la distribución.
“Todos estos aspectos plantean requerimientos especiales tanto para la organización que realiza las actividades de transformación, como para la base agrícola que produce las materias primas, la industria que garantiza los envases, y la logística necesaria de transportación o importación de insumos. Los ingredientes como los condimentos, los conservantes, los antioxidantes; los envases u otros útiles e instrumentos que se necesitan y que no se producen en nuestro país, son una demostración de la necesidad de una integración de los productores industriales de alimentos con otros sectores de la economía”, añadió Marisleydy Herrera.
A partir del diagnóstico de la industria alimentaria en nuestro país se reconocen tres problemas fundamentales, aunque no son los únicos:
-La producción no es suficiente en ninguno de los surtidos para asegurar la demanda de la población y otros mercados.
-Es escasa la diversidad de productos y de formatos para cubrir la demanda de los consumidores.
-No se logra que llegue al consumidor final los alimentos con la calidad que se requiere, no sólo la calidad intrínseca del producto o su estabilidad, sino que les llegue el producto en el momento que se solicita, sobre todo en los productos cárnicos de la canasta familiar normada, los productos lácteos como el yogurt de soya y el yogurt natural, el pan y el café normado por poner algunos ejemplos.
Fábrica de Refrescos Los Portales, en Pinar del Río. Foto: Trabajadores
El mayor peso en la producción
Por su parte, la Presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA), Iris Quiñones Rojas, recordó cómo surgió la Industria, sistema que concentra alrededor del 70% de la producción y transformación de la industria de alimentos.
La GEIA está integrada por 94 empresas que cuentan con un total de 767 establecimientos productivos y donde laboran unos 77 mil trabajadores. Asimismo, abarca 23 actividades diferentes del procesamiento industrial de alimento y a la cadena productiva del sector pesquero y está presente con empresas y fábricas en todo el territorio nacional.
“Nuestras industrias producen anualmente alrededor de un millón 500 mil toneladas de diferentes surtido de productos. Cárnicos, lácteos, conservas de frutas y vegetales, café torrefaccionado, harinas de trigo y de maíz, confituras, pastas alimenticias, refrescos, agua, ron, cerveza, vinos y vinagres, aceites y grasas, productos pesqueros entre otros”, señaló la responsable de la GEIA.
Respecto a este tema, Iris Quiñones señaló que en todos los casos, la demanda de la población es superior a las producciones actuales y a las capacidades reales que tiene la industria.
“Por ejemplo, la harina de trigo de la que se producen más de 500 mil toneladas al año en el país y se duplican las producciones que se realizaban en la década pasada, la producción diaria y el consumo son prácticamente iguales y esto no significa que este sea la demanda real, pero los incrementos productivos han estado destinado fundamentalmente a la sustitución de importaciones. En ese mismo caso están los productos lácteos. Se producen más de 300 mil toneladas, pero se importan anualmente otra importante cantidad para poder respaldar los consumos”, agregó.
En ese mismo caso se encuentran los cárnicos, de los que se producen más de 200 mil toneladas, pese a que en los últimos años se han experimentado crecimientos. Sin embargo, la carne de cerdo por ejemplo, con 80 mil toneladas por el desarrollo que ha tenido el programa porcino, aún requiere importaciones para respaldar los consumos actuales. Por su parte, la producción de refresco sobre cumple sus planes, pero se conoce que es insuficiente el nivel productivo y las capacidades de las industrias no permiten siquiera incrementar la presencia del producto envasado.
Durante el programa televisivo, Iris Quiñones dijo que los problemas no se pueden medir solamente en las condiciones tecnológicas, también existen problemas subjetivos que afectan las producciones y su distribución y deben enfrentarse de una forma diferente.
El trabajo con los cuadros, su selección, preparación y seguimiento a todos los niveles, buscando un mayor compromiso, sensibilidad social y capacidad para el control y exigencia en los procesos, del simple trabajador hasta el jefe de brigada.
Un mayor intercambio con estos y sus trabajadores en la base para involucrar a todos en el enfrentamiento contra las indisciplinas y hechos delictivos, que no se corresponden con el esfuerzo que realizan la mayoría de los trabajadores y afectan a la población.
Pasar del enfrentamiento a la prevención pero incrementar el clima de enfrentamiento colectivo y eliminar la impunidad también es una forma de prevenir.
Trabajar de manera diferenciada en la formación y superación del personal de puestos claves como tecnólogos, técnicos de calidad, personal de laboratorio, de mantenimiento y contadores que permitan una transformación en un corto plazo hacia una cultura de responsabilidad en todos los colectivos. Desde la compra de materias primas hasta la producción final, no permitir que los productos lleguen a su destino con afectaciones de calidad y con atrasos, recurrentes en el yogurt de soya, los productos cárnicos de la canasta familiar normada, el café mezclado y el pan (venta liberada que pertenece a nuestro grupo).
Acercar en la medida de lo posible el plan de la economía a las necesidades de la población es otra de nuestras prioridades.
Según la presidenta del GEIA, hay un grupo de problemas objetivos acumulados que también inciden en los resultados de las producciones y que toman un poco más de tiempo.
“El aprovechamiento de nuestras capacidades industriales instaladas va desde un 48 por ciento en las cervecerías a un 80 en la industria molinera, y esto ha sido un problema, no solo de infraestructura tecnológica, sino también logística y civil”.
Invertir, Mantener, Recuperar
Jesús Rodríguez Mendoza, Vicepresidente del GEIA, informó que en los últimos 4 años el sistema empresarial ha ejecutado importaciones destinadas a las inversiones por 63,4 millones de CUC y para el mantenimiento por 85 millones. Ambos montos concentrados fundamentalmente en la compra de piezas de repuesto y equipos para la sostenibilidad de los procesos productivos.
“Básicamente entre las principales inversiones que se han ejecutado en este período podemos señalar las ejecutadas en la planta de procesamiento de frutas y vegetales del Valle de Caujerí en Guantánamo, la instalación de dos Líneas de Molinado de trigo, las líneas de Quesos Escambray, la planta de leche en polvo en Camagüey y la planta extractora de aceite de la Empresa Procesadora de Soya, entre otras”.
También agregó que están en proceso de conclusión inversiones en la planta de Helados Nevada de la Empresa Láctea de Matanzas, el frigorífico Vega de la Empresa Cárnica Mayabeque y la línea de sacrificio de res y cerdo de Morón, Ciego de Ávila.
Rodríguez Mendoza destacó que el funcionamiento de las industrias no ha estado sustentada solamente por la cantidad de recursos disponibles, pues en las situaciones complejas, el recurso más importante con que se ha contado ha sido “la capacidad creadora e innovadora de nuestros trabajadores, técnicos y especialistas que a través de las BTJ y la ANIR, han puesto sus conocimientos al servicio de la alimentación del pueblo”.
En su intervención manifestó que actualmente están diseñados los programas de mantenimiento e inversiones de las industrias cárnicas, lácteas, conservas de frutas y vegetales, además parte de la industria pesquera.
“Como resultado del diagnóstico inicial realizado, solo en estas industrias se demandan aproximadamente 400 millones de usd en inversiones para su recuperación y modernización y para ello se trabaja en dos direcciones fundamentales: la inversión estatal y la inversión con participación extranjera”.
El Vicepresidente del GEIA preponderó en otro momento del espacio radiotelevisivo que las industrias cárnicas y lácteas han sido priorizadas para los próximos cinco años en lo que respecta al mantenimiento e inversiones, partiendo de la responsabilidad de asimilar los crecimientos productivos que comienzan a materializarse en las entregas a la industria de ganado y leche.
“Esto permitirá frenar el deterioro de la industria y comenzar un proceso paulatino de rescate de la infraestructura civil, los sistemas energéticos, el transporte, las capacidades productivas y los talleres asociados a la sostenibilidad de la industria. Esto a su vez posibilita incrementar las producciones actuales y mejorar su calidad”.
Igualmente enfatizó que en el diseño de estos programas también se hicieron cambios a lo que se venía realizando tradicionalmente.
“De la dispersión de los recursos pasamos a la concentración y una muestra de ello es que el 40 por ciento del presupuesto aprobado para el 2016 lo recibirán las industrias cárnicas y lácteas, dentro de ellas fundamentalmente el Cárnico de Nueva Paz, de la provincia Mayabeque y el Complejo Lácteo de La Habana, ambas por su peso en el cumplimiento del encargo estatal”.
El directivo agregó que el resto de las ramas se incorporarán en la medida que se obtengan los recursos financieros para cubrir las inversiones.
Como ejemplo de las inversiones que se ejecutan:
- Compra de equipos para los sistemas de refrigeración y Calderas. (Compresores, condensadores, calderas).
- Reposición de equipos tecnológicos.
- Nuevas Líneas tecnológicas para el incremento de capacidades productivas.
- Máquinas de envases. (yogurt, leche)
- Reposición de transporte.
- Equipos de laboratorios.
- Equipos para las plantas de tratamiento de residuales.
- Material constructivo para terminaciones higiénico sanitarias (Resinas, Perfiles, falso techo).
Rodríguez Mendoza dijo que a partir de la implementación de estas inversiones se espera incrementar la capacidad productiva de cárnicos y lácteos, fundamentalmente yogurt de soya, natural, quesos, embutidos, conformados, picadillos, así como la calidad de los productos terminados.
La cerveza cubana no satisface la elevada demanda que tiene. Foto; Radio Rebelde digital
Al pan pan y la cerveza….
Por su parte Betsy Díaz Velásquez, Viceministra del Ministerio de la Industria Alimentaria aclaró primeramente que existen otras estructuras empresariales que participan en mayor o menor medida en la producción industrial de alimentos.
Agregó que también hay un crecimiento en el procesamiento de frutas y vegetales en las minindustrias, un programa que viene desarrollándose con el Grupo Empresarial Frutícola y que contribuirá según la directiva, en el aporte de materias primas a la industria.
Más adelante reconoció que existen grandes insatisfacciones con dos productos de amplio consumo popular: el pan y la cerveza.
“En el caso del pan nuestras insatisfacciones son las mismas de la población porque somos parte de ella. No se logra su estabilidad y aun cuando en ocasiones existen problemas de calidad en algunas de las materias primas, hemos comprobado que en una panadería sale bueno y en otra no”.
Sobre este producto acotó que las causas de este fenómeno parten en primer lugar por indisciplinas, violaciones tecnológicas y el robo de productos que están definidos en su formulación, lo que repercute que al final salga un producto con mala calidad, mal olor y sin el gramaje.
“Nosotros tenemos un combate abierto a estas indisciplinas, sobre todo en la calidad y la higiene que deben mantenerse en las más de mil 700 panaderías de las industrias locales. También hay que rescatar las buenas prácticas, pues en muchas ocasiones usted ve que la misma dependienta manipula el pan con las manos con que da el vuelto”.
En el caso de la cerveza señaló que la producción nacional se garantiza desde tres fábricas en el país.
“Una en Santiago de Cuba, Villa Clara y la cervecería Tínima que lleva 30 años de explotación. Por su parte, la cervecería Bucaneros S.A asegura el 48 % de las producciones y el 75 % de las cervezas envasadas que se distribuyen en la red comercial en divisa del país”.
Díaz Velásquez detalló en la Mesa Redonda que para responder a la demanda de esta bebida se prevé la construcción de una nueva fábrica.
“Hoy se ha decidido incorporar varias marcas de cervezas importadas para mantener la estabilidad de la cerveza con un precio asequible a la población con el mismo precio que las cervezas Cristal y Bucanero- pero la perspectiva de manera inmediata es rescatar la industria estatal”.
En este mismo sentido informó que este año se ha planificado producir 33 millones de cajas de cervezas, el 25 % a granel y el 75 % envasado. Esta cifra, aclaró la Viceministra del MINAL, es insuficiente, por lo que se ha planificado importar además 5 millones “y aun así la demanda nos indica que faltarán otras cinco millones de cervezas en el mercado cubano, a lo que tendremos que ir buscando alternativas con importación”, finalizó.
En otro momento comentó que la inversión extranjera no solo participará en la industria cervecera, sino que tiene que tendrá un papel prioritario desde la aprobación de la nueva Ley de Inversión Extranjera.
“Otras de las actividades priorizadas es la confiterías, la producción de galletas y caramelos; donde hoy los productos que se ofertan dependen mayoritariamente de las importaciones”.
La panelista expresó además que ya están elaboradas las bases para un programa de desarrollo hasta el 2030, el cual implementará acciones a corto, mediano y largo plazo, y que en su diseño tiene principios que resuelven los problemas identificados.
Este plan permitirá, entre otros aspectos, proyectar el desarrollo de cada rama con un enfoque de cadena productiva, estableciendo un estrecho vínculo con otros actores de la cadena.
También posibilitará el redimensionamiento del plantel industrial ineficiente para optimizar los recursos financieros disponibles.
Salvo excepciones, alertó Herrera Olmo, la mayor parte de estas fábricas datan de los primeros años de la Revolución. Foto: Roberto Garaycoa/ Cubadebate.
Jesús Rodríguez Mendoza, Vicepresidente del GEIA, informó que en los últimos 4 años el sistema empresarial ha ejecutado importaciones destinadas a las inversiones por 63,4 millones de CUC y para el mantenimiento por 85 millones.
Por su parte Betsy Díaz Velásquez, Viceministra del Ministerio de la Industria Alimentaria aclaró primeramente que existen otras estructuras empresariales que participan en mayor o menor medida en la producción industrial de alimentos.
Por su parte, la Presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA), Iris Quiñones Rojas, recordó cómo surgió la Industria, sistema que concentra alrededor del 70% de la producción y transformación de la industria de alimentos.