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sábado, 25 de noviembre de 2023

Algunas causas de la inflación en el contexto de la “tarea ordenamiento” en Cuba. Comentario HHC

Por Yoandris Sierra Lara

Introducción

La denominada "tarea ordenamiento" comenzó en Cuba en enero de 2021. Consistió en la eliminación de la moneda CUC (la cual circulaba simultáneamente con el "peso cubano" ( CUP), por lo que pretendía de ese modo eliminar la dualidad monetaria existente en el pais desde la década de los noventa del siglo XX. También en el establecimiento de un tipo de cambio unificado para el CUP, ampliamente devaluado; y todo esto acompañado de una reforma en los salarios, precios y pensiones.

Esas medidas buscaban eliminar o reducir distorsiones de larga data en la economía cubana, sincerar el proceso de formación de costos y precios, transparentar la contabilidad, incrementar la competitividad de las empresas exportadoras.

Sin embargo, fue una reforma monetaria y cambiaria que no se acompañó de una reforma productiva. Los resultados en realidad han sido catastróficos para la economía y especialmente para las familias. Las que han tenido que soportar una inflación y escasez sin precedentes en el pais, solo equiparable quizás a los años más duros del llamado "periodo especial" en la década de los noventa del siglo pasado.

En este breve análisis se repasan varias de las causas que pueden haber incidido en la inflación.

1. Escasos niveles de productividad

La productividad es la medida en que es eficiente la producción. Cuando la productividad es baja, se refleja en unos costos más altos en la producción de los bienes y los servicios. Los costos más elevados se van a reflejar como precios más altos en el mercado. No obstante, esta es una de las causas de última instancia para la inflación. Los niveles de productividad en Cuba son realmente bajos, tanto en la industria como en la agricultura, lo cual responde a la existencia de una tecnología obsoleta, insuficientes inversiones, déficits constantes de insumos, materias primas y energía, pocos incentivos para los trabajadores, las características propias de la economía centralizada, la nula competencia y flexibilidad empresarial. 

No obstante, la productividad puede ser baja o estacionariamente baja y eso no provoca necesariamente inflación. De hecho, hemos tenido una bajísima productividad por años y ha habido estabilidad en los precios. Y es que creemos que la baja productividad no causa la inflación por sí sola. Otros factores se han establecido para generarla. Pero para reducir el nivel de precios y acoplar de mejor manera la relación salarios - precios, el aumento de la productividad sí resulta esencial.

Se suele decir que la productividad no aumenta porque los salarios son insuficientes para incentivar a los trabajadores, y lo salarios a su vez son insuficientes porque la productividad es baja. Se forma así un círculo vicioso. En parte esto es innegable, pero razonar así es una forma incompleta o superficial de ver el problema.

Hay otros factores que son extremadamente decisivos en la productividad, diferentes a la motivación del trabajador. El incremento en la productividad pasa por cosas como: invertir en los sectores productivos de la economía, especialmente en la agricultura y ciertas ramas de la industria; reducir la brecha tecnológica; generar infraestructuras básicas; fomentar y liberalizar ciertos mercados; aplicar una política fiscal coherente y alineada con el objetivo del crecimiento económico sin descuidar la equidad y la sostenibilidad; modernizar la planta productiva; incentivar la aparición de formas económicas privadas en todos los sectores; recomponer la presencia y funciones del Estado, el cual consideramos que es esencial para el desarrollo, pero debe concentrar sus recursos e intervenciones en las áreas estratégicasde la economía nacional y especialmente en lo social. 

2. Insuficientes niveles de producción en general

De conjunto a la escasa productividad aparecen los muy insuficientes niveles de producción general de la economía nacional. En casi todos los rubros industriales y agrícolas el país tiene niveles productivos inferiores a los del año 1989. Esto claramente provoca escasez física, y una oferta rígida, por lo que las expansiones de la demanda agregada se tienen que traducir en incrementos de precios e inflación.

La producción es también un componente del lado de la oferta. Para corregir o atenuar este problema pueden aplicarse medidas similares a las mencionadas en el punto anterior. Las políticas de demanda agregada, especialmente las que generan su expansión, no son coherentes en la situación de una oferta agregada incapaz de reaccionar. El resultado más probable es la expansión de los precios (inflación) sin una contrapartida en producción o crecimiento económico real. El objetivo esencial de la política económica debería ser entonces generar el mayor crecimiento económico posible, pero eso encaja dentro de la política de oferta, no en la de demanda.

3. Marcada reducción en el volumen de las importaciones.

La crisis en que se ha sumido la economía nacional ha reducido drásticamente las importaciones. Por tanto, se da una contracción de la oferta total en la economía. (Oferta Total = Producción Nacional + Importaciones). De modo que las expansiones que puedan provenir de la demanda agregada generan el incremento de los precios y la inflación, como se dijo antes.

En Cuba la mayor parte del consumo nacional de alimentos se garantiza a través de las importaciones, por lo que si estas se reducen la escasez de alimentos se agrava, y por tanto suben los precios de estos productos siendo quizás el componente más grave de la inflación en el país. También hay que entender que parte de esas importaciones son insumos, materias primas y energía, que permiten la producción de bienes.

La reducción de esos componentes agrava los niveles de productividad, de escasez y por lo tanto de la inflación. Las importaciones dependen del crecimiento de la economía, por lo que no se pueden expandir si no hay recursos propios para ellos (divisas disponibles), o sin expandir la deuda externa.

4. Existen estructuras de mercados monopólicas y oligopólicas.

Un mercado monopólico es aquél que es controlado por una única empresa. Los mercados oligopólicos son dominados por un reducido número de empresas. Ambas estructuras conducen a una producción y ofertas limitadas, y a precios superiores a los que deberían establecer por los fundamentos económicos. Aunque tengan capacidad para incrementar la producción, no lo harán, porque tendrían que vender a precios inferiores y sus ganancias disminuirían.

Esta situación se da especialmente en la agricultura, donde aun existiendo una demanda insatisfecha, no hay incentivos para incrementar la producción. Y esto responde a la estructura del mercado.

La posición del gobierno por su lado es casi siempre la de un monopolio. Amparado en esa situación, ha establecido precios muy elevados para toda una amplia de productos incluso de primera necesidad, precios que el sector privado toma como referencia para fijar los suyos. En este sentido, la aplicación los precios monopolistas (sean estatales o privados), tienen un efecto favorecedor de la inflación.

5. Alargada cadena de comercialización con revendedores que no aportan valor y sí incrementan los precios notablemente

En Cuba, la cadena de valor asociada a las producciones e importaciones de todo tipo de productos suelen ser extensas, pero no en el ámbito productivo si no en el de la comercialización, donde a partir de unos escasos productos se establecen márgenes de ganancia especulativos muy elevados por parte de los revendedores. En la raíz de este problema hay factores como la escasez generalizada, la concentración de los productos en ciertos lugares geográficos, la escasa o nula inversión, la corrupción y obviamente la limitada o nula competencia.

La posición oficial responsabiliza a los especuladores de la inflación. Una parte de la inflación sin dudas debe responder a la práctica de estos agentes, pero la inflación tiene varias causas más, y de mayor impacto. No se trata de defender a las personas que se dedican a esta actividad, pero el enfoque debe ir a la cuestión objetiva.

Los especuladores y revendedores no hacen más que aprovechar las circunstancias que encuentran en su entorno, pero esas circunstancias no son creadas por ellos. Si se eliminan o modifican suficientemente las circunstancias, ya no tendrán las condiciones para operar.

Tampoco tiene sentido movilizar a la población para perseguir a los que ponen precios abusivos. En primer lugar, ¿Qué es un precio abusivo?, ¿Puede definirse eso operativa y normativamente? ¿Es responsabilidad de las personas perseguirlos? ¿Sólo son precios abusivos los que impone el sector privado, o entrarán en esa categoría también muchos de los precios que establece el estado?.

El tema de la inflación es una cuestión de la macroeconomía. El Estado es el principal agente económico de la macroeconomía. Es por tanto el responsable número uno de la estabilidad de los precios. Se pueden tomar acciones de política microeconómica que permitan palear el problema, no se niega esto, pero pretender que la inflación es un tema microeconómico, y que es responsabilidad de especuladores y revendedores no parece ser una solución honesta ni efectiva.

6. Incremento descontrolado de la masa monetaria en circulación

En el marco de la llamada tarea ordenamiento, el gobierno cubano aprobó y aplicó un incremento notable de los salarios y pensiones. A continuación, se muestra la trayectoria del salario medio mensual (nominal) así como su crecimiento interanual:



Como se verifica, en el año 2021 con el "ordenamiento" el crecimiento fue de 222%. Ese masivo incremento salarial se tradujo inmediatamente en una expansión de la liquidez y de la demanda de consumo de los trabajadores y de los jubilados. En el escenario de una muy contraída oferta agregada, la resultante fue un crecimiento masivo y descontrolado de los precios.

Si bien los salarios y pensiones monetarias crecieron, su capacidad real de compra se redujo. Por lo que ahora la mayor parte de la población que viven de estos ingresos exclusivamente son más pobres que antes.

La justificación para tal medida fue que, ante la devaluación del tipo de cambio oficial aplicada por el gobierno, los precios iban a crecer necesariamente – se creyó que iba a ser mucho menos de lo que en verdad sucedió-, y el incremento de los salarios debía propiciar cierto equilibrio con los nuevos precios. De tal modo, en el mejor de los casos no se buscó incrementar el 
salario real, sino adecuar el nuevo salario a los nuevos precios, aunque sin corregir el desequilibrio original entre estas categorías.

Pero la realidad es que los precios crecieron mucho más de lo previsto, el incremento de los salarios y pensiones fue insuficiente para compensar esos crecimientos, pero sí han contribuido sin dudas al crecimiento de esos mismos precios. La masa monetaria en circulación no orgánica – sin respaldo en bienes y servicios- es demasiado grande, y genera una presión permanente al incremento de los precios.

En tales condiciones no cabe esperar una reducción de los salarios y pensiones monetarias. Por lo que el camino debe ser tratar de incrementar la oferta agregada, especialmente en lo que a alimentos se refiere, corregir la cuestión del empleo, tratando de ubicar los trabajadores en actividades productivas, y reducir el empleo estatal expandiendo las capacidades del sector no estatal para emplear de manera más productiva y eficiente la mano de obra.

No es descartable tampoco un canje monetario por parte del gobierno, ante la imposibilidad práctica de otras medidas en el corto y mediano plazo. Es una manera rápida de extraer el excedente monetario, aunque licuaría los ahorros de la población – ya seriamente afectados por la depreciación y la inflación-, mermaría probablemente la confianza en las autoridades del país, y si no se corrigen los problemas de fondo, quizás en poco tiempo reaparezca la inflación y se necesiten nuevos canjes que sería ya un escenario de inestabilidad y de falta de confianza total en la moneda local, en las políticas económicas y en el 
gobierno mismo.

7. La devaluación del tipo de cambio oficial y la depreciación brutal en el mercado

En el marco de la tarea ordenamiento, uno de los elementos claves fue la unificación monetaria y la devaluación del tipo de cambio oficial, el cual pasó de 1 USD = 1 CUP, a 1 USD = 24 USD. Se refiere con tipo de cambio oficial al que deben ajustarse las empresas estatales en su contabilidad. El tipo de cambio oficial nominal CUP – USD subió un astronómico 2.300%. Eso significó una devaluación del CUP frente al USD del orden de 95.83%. Una devaluación enorme. Pero tampoco quedó ahí, dado que el tipo de cambio efectivo en el mercado ha llegado hasta 1 usd = 180 cup, marcando un incremento del tipo de cambio CUP – USD de 17.900% y expresando una depreciación del 99.44% del valor del CUP con respecto al USD. Esos números indican una deprecación realmente catastrófica y una de las más elevadas a nivel mundial en los últimos tiempos.

El CUP sigue siendo la moneda con la cual se pagan los salarios y las pensiones. Pero un porcentaje cada vez mayor de los bienes y servicios que paga el ciudadano cubano promedio y que son básicos para su existencia,deben pagarse en USD. Por lo que la depreciación del CUP se convierte en una depreciación de su poder adquisitivo y por tanto en un incremento casi simétrico de la pobreza.

Es una depreciación directa de sus salarios y pensiones. Los procesos de devaluación – depreciación de la moneda nacional deberían incentivar una reducción de las importaciones, un incremento de los precios y un aumento de la inflación y la erosión parcial de los salarios y pensiones. Pero en el caso de la economía cubana esto es mucho más grave, dado que por un lado no hubo prácticamente producción nacional que se abaratara relativamente frente a las importaciones y que el consumidor pudiera “sustituir”.  Es decir, el incremento de los precios de los bienes importados o producidos con insumos importados deberá ser absorbido por el consumidor, y lo hará más pobre en la misma proporción en que se incrementaron los precios.
 
Por otra parte, el ciudadano promedio primero debe tomar su salario en CUP para comprar USD y de ahí comprar bienes de primera necesidad. Si la moneda nacional se devalúa – deprecia tan gravemente, el ingreso de los trabajadores y pensionados se erosiona en términos reales, tanto por el incremento en el precio del USD como por el incremento en los precios de los bienes y servicios que necesita. 

Los objetivos declarados de la devaluación y unificación eran los de transparentar la contabilidad, comenzar a eliminar las segmentaciones monetarias y de mercados, igualar las reglas del juego para todos los actores económicos, y especialmente incrementar las exportaciones, la producción nacional y reducir las importaciones.

Pero el momento elegido para llevar a cabo tal política debe haber sido el peor en la historia económica reciente del país. En plena pandemia, con un reforzamiento de la hostilidad de Estados Unidos, con una caída absoluta del turismo internacional y de las exportaciones, y en un escenario donde ya la inflación se estaba presentando. Este escenario, más las debilidades internas de la economía - ambas cosas tenían que haber sido consideradas por el gobierno cubano y actuar coherentemente-, llevaron al escenario actual. 

Ahora, en lugar de tener una sola moneda, existen varias. Más que unificar mercados, se han creado nuevas diferenciaciones entre los mercados y las personas que pueden acceder directamente al USD y los que no. Las exportaciones continúan en muy bajos niveles, y es que las exportaciones en 
Cuba no dependen de la tasa de cambio si no de otras variables estructurales e institucionales.

Lo que sí se ha visto es una expansión relativa de las importaciones por parte de las pymes pero concentradas en bienes finales, a contra pelo de la lógica económica - dado que con una depreciación del peso cubano, lo esperable era una contracción de las importaciones y un estímulo a las exportaciones- que en un ambiente inflacionario más bien lo que hacen es obtener ganancias extraordinarias sin aportar realmente al crecimiento de la producción y la productividad, porque son empresas que están en el giro de las importaciones, no de la producción.

8. Creación de tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC)

Una medida impopular y contraproducente ha sido la creación – una vez más de las tiendas estatales que ofrecen productos en MLC. La incoherencia de esta medida en un contexto donde se pretendía fortalecer el CUP, acabar con la dualidad y la dolarización de la economía es evidente y notoria.

Las implicaciones sociales y su impacto político han sido también muy negativos, porque se volvió a retomar este elemento segregador, excluyente y discriminador. La justificación para su existencia es insostenible, se indicó que con los ingresos que estas entidades generaran se iba a garantizar su ciclo comercial y además se iba a financiar la comprar de bienes a vender en CUP pera la parte de la población que no tuviera acceso a dichas tiendas.

La realidad sin embargo demostró que apenas se ha logrado garantizar el propio ciclo comercial de las tiendas, y que la oferta en CUP se ha reducido abruptamente. Lo peor es que imponen precios muy elevados en USD, que actúan como precios de referencia para el mercado y también como precio base para las cadenas de revendedores que han crecido a partir de ellas. Además, refuerzan la demanda de divisas por parte de la población, lo que es un factor que acentúa aún más la depreciación de la moneda nacional.

9. Precios impulsados al alza por una demanda externa

Este elemento se menciona poco. La dinámica de los precios al alza en Cuba se explica no solo por el componente interno de la demanda; sino también por el componente externo, dígase por la capacidad de demanda que tienen los millones de cubanos emigrados pero que siguen influyendo en la economía cubana. Probablemente sea esta demanda la que alimente más el crecimiento de los precios en Cuba para determinados productos, dado que es una demanda efectiva en dólares, que es a lo que apunta en definitiva el gobierno cubano.

Esta situación es nefasta para el asalariado y pensionado cubano, que tiene que ver como sus magros ingresos compiten con salarios, sueldos y pensiones primermundistas. Este mecanismo se puede advertir claramente en mercados como el de automóviles, donde los autos se pueden pagar directamente en USA, o en los mercados virtuales de alimentos, donde los precios no tienen muchas veces ninguna proporción con los ingresos del trabajador cubano, y que terminan siendo pagados por residentes en el extranjero para sus familiares en Cuba. Lo peor de esto, es que sean precisamente los alimentos y otros productos de primera necesidad los que estén en juego.

10. Déficit fiscal

El déficit fiscal es un elemento dinamizador de la inflación, máxime cuando no es capaz de generar una expansión de la oferta total en la economía y el empleo, como es el caso en la economía cubana. Este déficit responde a la expansión inorgánica de los salarios y pensiones estatales, a las enormes pérdidas de un gran número de las empresas estatales, a los incrementos de gastos en el contexto de la pandemia, y a la contracción de los ingresos fiscales del Estado.

Un agravante es que el déficit fiscal no se ha acompañado de una expansión en el gasto social, ni en inversiones estatales relacionadas con cuestiones sumamente sensibles para la población como la salud, la educación, y la producción agropecuaria, como había sido una constante durante la mayor parte de la etapa revolucionaria.

Y es que, en los últimos tiempos, se han recortado gravemente estas inversiones sociales para privilegiar la inversión en ramas como la infraestructura hotelera. De modo que el déficit fiscal se acompaña también de un déficit social, que ha llevado al país a un nivel de pobreza, desigualdad, desatención, desprotección y marginalidad completamente inéditos en los más de 60 años del proceso socialista.

11. Incremento en los precios de importación debido a las tendencias inflacionarias internacionales

El escenario internacional ha sido en los últimos años ciertamente inflacionario. Esto se ha notado también en el precio de los alimentos en el mercado mundial y de la energía. Primero por la pandemia de covid 19, después por ciertas crisis logísticas internacionales, y más recientemente por el conflicto militar en Europa. En la medida que Cuba es un importador neto de alimentos y de energía, esa inflación internacional se traslada a la economía interna. Pero hay que considerar que la inflación en Cuba es muy superior a la inflación internacional, y esa diferencia se explica por factores propios.

El gobierno ha tenido cierta tendencia a usar esta situación como justificación, pero está claro que la intensidad de la depreciación del peso cubano y del crecimiento de los precios, no tiene nada que ver con los valores que se observa en el resto del mundo. Ciertos desequilibrios internos tienen un efecto 
multiplicador muy potente sobre la inflación.

También hay que precisar que el crecimiento de los precios en Cuba había comenzado antes que los que están ocurriendo en la economía internacional, muy vinculados con el descontrol en la emisión de CUC. Adicional, la incapacidad del sistema para producir alimentos en el país no es responsabilidad de la crisis internacional.

12. No se respaldó la nueva tasa de cambio oficial

Por último, el gobierno ha mantenido una actitud incoherente frente al manejo del tipo de cambio. Al devaluarlo de 1 USD = 1 CUP a 1 USD a 24 CUP, no hizo nada por mantener esa paridad en términos concretos. No suministró los USD a ese precio. Durante más de un año simplemente se desentendió de esa variable, y dejó que el mercado la controlara, generando o permitiendo una depreciación como la que se comentó antes. 

Después de un año se comenzó a intervenir tardíamente en el mercado cambiario, nuevamente en forma incoherente al dedicarse exclusivamente a comprar USD, por lo que reforzaron aún más la demanda de esta moneda causando su apreciación y la correspondiente depreciación del CUP. Lo cual va contra la lógica elemental de fortalecer el CUP.

Solo después el gobierno también comenzó a vender USD, pero en cantidades muy restringidas, al punto que el grueso de las operaciones de compra y venta de la divisa, ocurren en el mercado informal y no en el disfuncional mercado cambiario oficial. Al parecer el gobierno apunta a que el mercado le indique cuál es el valor de equilibrio del tipo de cambio, y quizás a practicar un régimen cambiario libre, aunque nada de eso se haya dicho oficialmente.

Comentario HHC: Este artículo es uno de los más completo y mejores que he leído. Se explica claramente, el por qué estamos en las condiciones difíciles presentes, a pesar del esfuerzo que se hace por revertirlas, pero que lamentablemente con medidas insuficientes y mala secuencia en su aplicación en algunas de ellas, no se ha logrado grandes resultados.  

Se puede objetar del escrito, la alusión de que la empresa privada es más eficiente que la estatal per se, cuando nuestra praxis ha demostrado que no es totalmente así, en algunos sectores. 

Por otra parte, se explica brillantemente lo que se llama " algunas causas" de la inflación, ya que desarrolla los aspectos vitales y las interrelaciones que hay que tener en cuenta en cualquier economía. Del mismo, se sugiere o queda implícito las medidas a tomar para corregir la gran desviación que tenemos, por lo que sería conveniente que nuestro gobierno analizara y completara, y corrigiera lo expuesto como causas. 

Lo manifesté en su momento y sigo creyéndolo. La Tarea de Ordenamiento debió hacerse de modo paulatino, sobre todo las devaluaciones, y se tenía que contar con un fondo de reservas en divisas ( todos los países que han pasado por esto lo han tenido), para ir corrigiendo los déficits de la oferta, ante las insuficiencias de transformaciones estructurales de la economía antes de este cambio, y ni tan siquiera se previó al unísono, y aún no se hacen del todo, por lo que el fracaso era altamente probable.   

Me reitero, es con prisa y sin pausa, la toma de medidas correctoras en la situación que estamos. De esas, muchas se han expuesto en este sitio y en otros, por destacados economistas.