Ricardo Gonzalez-Aguila
Centro de Estudios de la Economía Cubana, Universidad de La Habana
Ricardo Torres
Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos, American University, Washington D.C.
Hitos económicos más relevantes
Situación económica y sistema productivo
|
Inserción internacional
|
•
Se registra un retroceso del
PIB en 2023,
y se mantiene la debilidad en la
actividad productiva en el primer
cuatrimestre,
•
La escasez de
divisas y la inestabilidad de suministro externo
han agudizado el déficit de energía, forzando un aumento en la frecuencia y duración de los cortes
de energía eléctrica.
• Se detiene el ritmo de crecimiento de las inversiones totales, las que se reducen
levemente. Esto representa un cambio de tendencia que debe ser observado.
|
• Se mantuvo la expansión del turismo internacional pero el ritmo
se redujo notablemente.
Se observó mal comportamiento en mercados como Canadá y los cubanos residentes en el exterior.
• Los malos resultados de la zafra azucarera no solo
afectan las exportaciones del dulce, sino
que inciden en otros rubros destacados
como el ron o la industria farmacéutica.
• La insostenibilidad del esquema anterior de suministro
de combustible basado en acuerdos preferenciales
se ha convertido en una realidad que afecta toda la actividad económica.
|
Política fiscal
|
Política monetaria
|
•
El déficit
fiscal alcanza valores récords en 2024, 147 mil millones de pesos.
• Los gastos presupuestarios crecen al doble (38%) que los ingresos
(19%), respecto a 2023.
• Las transferencias al sector productivo y los gastos
por servicios de deuda pública, los responsables del gasto público creciente.
• Las incoherencias del plan de estabilización. Aumenta el déficit a pesar de las medidas gubernamentales implementadas
|
• Pronosticamos una inflación de 35% a finales de año, registro mayor al observado en 2023
• El tipo de cambio informal de deprecia en 50% durante
el primer semestre
del año.
• Alta volatilidad del tipo de cambio en mayo, que atribuimos a un choque
transitorio.
• Prevemos un retorno del tipo de cambio informal hacia la trayectoria inicial de depreciación
debido a la invariabilidad de los factores estructurales de la economía
|
Perspectivas económicas
|
• No se espera
una mejoría de la situación económica en lo inmediato, salvo
una modificación positiva brusca del entorno externo, lo que resulta improbable.
• A corto plazo,
una aceleración de la recuperación económica depende medidas
de estructurales y de estabilización que no se están acometiendo.
|
Diagnóstico Económico
Situación económica y sistema productivo
De
acuerdo con los datos aportados por las autoridades, el PIB de Cuba se redujo entre 1-2% en 2023, muy por debajo de lo
previsto inicialmente, en lo que sería el tercer retroceso en cinco años. En
ese desempeño
influyeron negativamente el pobre desempeño de la
producción doméstica de bienes (agricultura,
azúcar e industria), la caída del comercio exterior,
la pausada recuperación del
turismo internacional,
y la reducción en el suministro de energía,
que ha afectado la producción de bienes y los
servicios comerciales. Aunque la disponibilidad de electricidad aumentó un 8,2% respecto
a 2022, decreció la producción doméstica y se
alcanzan niveles inferiores a años precedentes. La combinación de una estrategia de recuperación inefectiva y choques externos negativos van
teniendo un efecto perverso y persistente sobre la actividad
productiva y los niveles de vida.
Durante
el primer cuatrimestre de 2024, se perciben señales mixtas sobre la actividad
productiva. El crecimiento de los turistas internacionales se moderó
significativamente. Reportes de prensa indican que la fabricación de azúcar de caña puede quedar
en el orden de las 300 mil toneladas, incluso
inferior a la zafra pasada, lo que forzaría la importación del dulce para atender la demanda
interna. Las
bajas producciones tienen otro efecto colateral importante en su impacto en la
disponibilidad de la materia prima
para la manufactura del ron, un artículo clave de exportación. La producción de níquel y cobalto (+8%), en la planta operada por capital
extranjero (Sherritt) muestra comportamientos discretos, que, junto a la caída de los precios de ambos
metales, se traducirá en menores ingresos por exportaciones.
A partir de problemas en el suministro externo de combustibles, durante los primeros cinco meses del año se han experimentado considerables afectaciones
en la entrega de energía eléctrica, lo que ha resultado en largos apagones
y fuertes restricciones a la demanda
del sector público.
Esto a pesar de que Sherritt consiguió incrementar la
generación eléctrica (+33%) en su planta de Energás a partir de un mayor suministro de gas natural procedente
de nuevas perforaciones. También se mantiene la escasez de líquidos como gasolina y
diesel. Las causas yacen en
la escasez de divisas para comprar cantidades suficientes en el mercado
internacional y los disminuidos envíos de proveedores como México (detuvo las exportaciones en febrero, reportes de prensa sugieren que se
retomarán en junio), y Venezuela, cuyas entregas
hasta abril serían la mitad (24,500 bdp) de los volúmenes del año anterior (con información de Reuters).
Ello sugiere afectaciones importaciones en la
producción industrial y en la prestación de servicios comerciales, lo
que impacta negativamente la actividad real. En gran medida, la debilidad de la
actividad productiva se refleja en el transporte de carga, que
se contrae casi un 13% en el primer trimestre, desde niveles ya deprimidos. Las cifras
oficiales dejan ver caídas apreciables en los volúmenes de alimentos y materiales de la construcción.
Las inversiones que habían sido el componente
más dinámico de la demanda agregada en períodos anteriores reflejan un pequeño descenso de 3,5 por ciento. Se mantiene una fuerte concentración en proyectos hoteleros
y afines (36% del total), y en la capital de la Isla (59%). Hay que apuntar que este es un cambio de tendencia
notable, que se confirma a partir del menor trasiego
de materiales de construcción que informan los datos del transporte de carga. Hay que seguir atentamente este cambio por las implicaciones económicas y políticas.
Inserción internacional
La situación financiera externa de Cuba se
mantiene tensa, y los resultados de 2023 no fueron favorables. De hecho, los tropiezos del sector
externo son uno de los factores explicativos del estancamiento en la dinámica del PIB y en su entrada en
territorio negativo. Los dispersos reportes de prensa indican que cayeron
las ventas de bienes, mientras que solo crecieron levemente las exportaciones
de servicios. Las
exportaciones de bienes se vieron afectadas por el descenso del precio del níquel, y el casi
colapso de la producción de azúcar, que no
posibilitó aprovechar la buena racha de las cotizaciones del dulce. Dentro de los servicios, se observó
una modesta
recuperación en el turismo internacional
que quedó por debajo de las previsiones de
las autoridades, y se mantuvo el descenso en
los ingresos por servicios de telecomunicaciones. El número de visitantes extranjeros llegó a 2,43
millones en 2023 (+51%), y los ingresos llegaron a 1.200 millones
de dólares, alejados
de los valores prepandemia.
La evolución de los precios en el mercado internacional ha
sido desfavorable en el primer cuatrimestre de 2024, con descenso
en productos como el níquel,
y subidas en petróleo y alimentos, de los que Cuba depende
para el consumo interno. En 2022, alimentos y energía absorbieron más de la mitad de las erogaciones por concepto de importaciones. Un cambio sustancial ha tenido lugar con el combustible, rubro en el que Cuba tenía una situación muy favorable hace unos años a partir de un
suministro estable y en condiciones de pago muy ventajosas con Venezuela, y en
menor medida, Argelia. El colapso de
la producción de crudo en Venezuela1 ha impactado los envíos, y las propias autoridades han reconocido que ahora la mayor parte del
petróleo que se importa debe ser obtenido por
canales comerciales convencionales. Como consecuencia, los volúmenes adquiridos
han descendido, se han vuelto más
inestables, y ponen en tensión constante a la
economía nacional. Dada la incapacidad
de aumentar notablemente los ingresos en divisas en el corto plazo, la
estabilidad del suministro de energía depende básicamente de acuerdos ad-hoc con aliados cercanos.
En el primer trimestre de 2024,
la evolución del sector externo no muestra una tendencia clara hacia la mejoría, dado que se observan señales heterogéneas desde los distintos sectores. El crecimiento del turismo internacional ha continuado, pero su
ritmo se ralentizado notablemente. El número de visitantes hasta
abril solo aumentó un 4,1% respecto
al mismo período del año anterior. En este comportamiento han incidido la nula expansión del mercado canadiense y la disminución de
las visitas de los cubanos residentes en el
exterior, que constituyen
los dos mercados principales. Rusia sí exhibe un crecimiento acelerado, y ya es el tercer mercado más relevante. Los ingresos crecieron un
15% pero dado que se expresan en moneda doméstica
no es claro si la inflación es un factor para considerar en el resultado. No hay cifras oficiales para otros rubros pero las autoridades
han reconocido que las ventas externas
de bienes quedan por debajo de lo esperado hasta abril, y se observa un
desempeño favorable en las exportaciones de servicios. En ningún caso se ofrecieron
cifras concretas.
1 La producción de crudo de Venezuela
pasó de un promedio de 2,7 millones
de barriles diarios
entre 2010-2014, hasta 749 mil barriles en 2023.
Política fiscal
Los desequilibrios internos continúan sin contención en el primer
semestre de 2024, siendo el ámbito fiscal uno de los principales epicentros del problema. El déficit se mantiene en
niveles excesivos y su financiamiento
sigue descansando en emisión monetaria. Al estimado de 15% del PIB en 2023, se añade un resultado fiscal planificado de
18,5% en 2024. Lo peculiar de esta proyección es que ocurre en un año en el que el gobierno decidió actuar con medidas concretas de estabilización. Anunció
y ejecutó en el primer semestre: i) aumentos de impuestos y eliminación de
exenciones al sector privado, ii) incrementos de precios regulados como
combustibles (en aproximadamente 400%), electricidad, gas y agua, así como de otros bienes de consumo
masivo como cigarros y tabacos, iii) la devaluación de 24 CUP a 120 CUP por USD (400%) del tipo de
cambio aplicado al arancel en dólares de la importación del sector privado, entre otras medidas
(Cubadebate, 2024).
A pesar de estas acciones,
el objetivo de déficit planificado alcanzó niveles récords, 147 mil millones de pesos (GOC, 2024). Respecto
a 2023,2 esta cifra significó un incremento de 116% explicado por el aumento del gasto en 38% contra
un aumento de los ingresos de apenas 19%. Hay dos motores que halarán del gasto de forma significativa durante 2024: i) las transferencias al sector
productivo que se duplicaron
de un año a otro y llegaron a representar el 25% del gasto corriente total; y ii) el gasto financiero de la deuda pública, que casi se cuadruplicó, aunque
en términos porcentuales sólo representó 3,9% del gasto total (GOC, 2024).
¿Por qué aumenta el déficit presupuestario a pesar de las medidas
del plan de estabilización? Una hipótesis es
que de no haber sido implementadas el déficit sería aún mayor. Nuestra explicación, sin embargo,
va por otra dirección, a saber, el retraso considerable y creciente del sistema de precio estatal respecto a los precios fijados por el sector privado. La
regulación de precios estatales ha sido un instrumento
ampliamente utilizado en estos años de inflación con la intención de evitar el
deterioro (aún mayor) de los salarios y pensiones reales.
El retraso del sistema
de precios alimenta
el déficit a través de dos canales.
Primero, castigando los
ingresos fiscales mediante la generación de problemas reales en las empresas
estatales: caída de rentabilidad,
capacidades ociosas por (mayor) escasez de insumos, y restricciones financieras; bases del notable estancamiento productivo actual. Resaltamos que, aún hoy, el sector estatal
constituye el 88% del ingreso presupuestario (Cubadebate, 2024). Por lo tanto, si no se
alinean precios como punto de partida de un
programa mayor de ajustes estructurales, no habrá salida al estancamiento productivo, y como consecuencia, no
incrementará la recaudación que es clave para corregir el déficit fiscal. El
segundo canal tiene que ver la endogenización del gasto público a través de las transferencias al sector productivo. Cuando la empresa
no puede aumentar
precios (regulados) ante elevaciones de costos, incrementa su demanda de
transferencias al presupuesto, o sea, de subvenciones por pérdidas y/o por diferencias de precios; y ello provoca que
aumente la presión sobre el gasto público, y, por lo tanto, el déficit.
Este factor estaría detrás de que las transferencias se duplicaran en 2024, y, sobre todo, de las dificultades que enfrenta el gobierno para reducir el gasto público.
Sin un plan de estabilización
que internalice entre sus acciones inmediatas la alineación de precios será difícil
definir un objetivo de déficit
coherente con la existencia de equilibrios internos y externos.
2 La comparación se establece
respecto a la planificación presupuestaria en enero de 2023. En diciembre, la Asamblea Nacional del Poder Popular
aprobó un incremento
de 44% del déficit respecto al plan inicial del año.
Política monetaria
El año 2023 concluyó
con una inflación oficial alta, 31% (ONEI,
2023), pero con tendencia a la baja;3 comportamiento explicado por la evolución
decreciente del IPC mensual, específicamente, en el segundo semestre
del año. Sin embargo, los precios volvieron
a acelerarse en los primeros
cuatro meses de 2024. Hasta abril, mes de la última lectura disponible,
el IPC general había acumulado un crecimiento
de 12% respecto a diciembre de 2023 (ONEI, 2023); casi un punto porcentual por encima del registro observado en igual intervalo de tiempo un
año antes, etapa caracterizada por una alta inflación. Las medidas
anunciadas a inicios de año (ver sección anterior) podrían explicar al menos
una parte de esta nueva aceleración
debido a su incidencia sobre los costos empresariales, particularmente, de la
actividad privada.
Pronosticamos una inflación anual
de aproximadamente 35% en diciembre
de 2024. Más allá de los
factores coyunturales, la imposibilidad de doblegar la curva de inflación para
reconducirla a valores anuales de un
dígito estaría asociada a varios factores explicativos de mayor alcance: i) el
estancamiento de la economía, que
tampoco en 2024 recuperará sus niveles de actividad pre-pandemia; ii) el
elevado déficit fiscal, que alcanza
valores históricos sin precedentes; y iii) el significativo desequilibrio
externo que se expresa en un tipo de
cambio informal creciente, usado por el sector privado como referencia para la fijación de precios. La ineficacia (en los
hechos) del plan de estabilización, que debería actuar sobre las tres dimensiones al unísono, pone en evidencia
las carencias de una estrategia que no interviene sobre las causas reales del problema; sino que, por el contrario,
se ocupa de administrar sus consecuencias.
Por otra parte,
el peso cubano experimentó una rápida depreciación de aproximadamente 50% en el primer semestre4 (El Toque, 2024); factor que contribuyó a la dinámica
inflacionaria antes referenciada y a un proceso de malestar social creciente. Sin embargo, entre
la segunda mitad de mayo y los primeros días
de junio -momento en el que se escribe este reporte- la moneda doméstica se
apreció de forma muy acelerada en 30%. Para que se tenga una idea más precisa de lo acentuado
de este proceso, tómese en cuenta
que, para llegar a la misma tasa de 280 CUP por USD,5 se requirió de una apreciación promedio diaria 5,8 veces mayor que la depreciación promedio
precedente. La
velocidad de la apreciación podría sugerir
que el cambio de tendencia observado responde más a una fluctuación transitoria, propia de mercados volátiles
como el cambiario donde las expectativas, la estacionalidad y el corto
plazo son determinantes; que, a una fluctuación permanente del tipo de cambio hacia la apreciación, inducida
por medidas de estabilización efectivas.
En cualquier caso, este
acontecimiento inesperado abrió el debate público a una variedad de hipótesis (incluso conspiranoicas) que pueden
encontrarse en los medios de comunicación, y, del cual resaltamos dos mensajes. Primero, que no hay indicio
conceptual que permita pronosticar un cambio de tendencia permanente en el mercado cambiario. Los
factores estructurales que explicaban la depreciación de la moneda antes de su apreciación están aún
presentes, y en último caso, solo se agravan. Lo segundo es que una apreciación, incluso una de la
magnitud experimentada, no es incompatible con un proceso de depreciación permanente de la moneda
porque la aleatoriedad y cambios de tendencia disruptivos son características intrínsecas de los tipos de cambio. Nuestro pronóstico es que
el tipo de cambio mantendrá su trayectoria hacia
la depreciación, una vez superado
el actual período de turbulencia.
3 La inflación
anual en 2022 había sido de 39.7%.
4 Específicamente hasta el 16 de mayo de 2024 cuando inició una rápida apreciación de la moneda.
5 Tasa del día 4 de junio de 2024 según El Toque, momento en que se cierra el actual informe.
Perspectivas económicas
La
probabilidad de salir de la crisis actual en el corto y mediano plazo es baja. Además de la inexistencia de
una estrategia anticrisis clara e integral; parece haber habido un cambio de
ciclo en los consensos políticos y
económicos que sostenían las medidas implementadas, al menos hasta diciembre de 2023, basadas en la promoción de actores no estatales y el ensanchamiento de los mercados.
Desde la última Asamblea Nacional
del Poder Popular,
y en particular, desde el cambio de gabinete anunciado
en febrero de 2024, prevalece
cierta percepción en determinados círculos
de analistas y observadores de Cuba, de que la apertura (moderada) de
años anteriores cederá espacio y será remplazada por una estrategia basada en mayor control sobre la expansión de la iniciativa privada. Cuál será el alcance real de la reversión de política
es difícil de prever a día de hoy.
Por otra parte, la
posibilidad de superar la crisis exige la identificación precisa de cuáles son
las causas verdaderas que la
explican. Sin embargo, los pocos diagnósticos
gubernamentales de situación que
trascienden a la esfera pública no reflejan el grado de profundidad e
interrelación de los problemas económicos actuales,
ni en materia productiva y comercial ni en materia
de estabilización.
Por ejemplo, la virtual paralización de la actividad
productiva está vinculada a una aguda
escasez de divisas que ha forzado una contracción
severa de las importaciones. El precario equilibrio externo precedente descansaba en
acuerdos comerciales preferenciales susceptibles al ciclo político de los socios externos. El
boom del turismo
fue consecuencia de una coyuntura política que probó
ser insostenible en el tiempo. No hay posibilidades de desarrollar nuevos
ingresos por exportación por las vías convencionales a mediano plazo. Esta
situación responde a un modelo económico que no se logró transformar. En ese sentido, la Isla queda a merced de una mejoría en el entorno externo
para aliviar la crisis.
Desde una perspectiva
macroeconómica enfatizamos en el mensaje de que la crisis actual no debe ser entendida
como una situación tradicional de desequilibrios explicada
por el lado de la demanda; y que, como consecuencia de lo anterior, el
esquema de salida debe trascender el plano meramente
monetario. En ciertos espacios de intercambio se discute sobre la factibilidad de aislar
y abordar primero los problemas de desequilibrios fiscales
y monetarios, y dejar para una segunda etapa los problemas productivos e institucionales del país, estableciendo cierta analogía (imperfecta) con la estrategia seguida en la crisis de los noventa. Hay dos problemas con este
enfoque. El primero es que sugiere la idea de que se puede salir de los
desequilibrios actuales sin actuar sobre la restricción microeconómica,
y eso es problemático, en parte, por los efectos recesivos que las políticas de
ajuste fiscal ejercerían sobre el sector productivo y la sociedad.
En segundo lugar, porque como se insistió
en la tercera parte de este informe, el gasto público
es endógeno y está vinculado
al sector productivo a través de las
transferencias presupuestarias. Por lo tanto, cualquier programa de
restructuración del gasto necesitaría explicitar obligatoriamente cómo se corregirían los precios en el sector
estatal de la economía,
y esto último es más una discusión de fundamentos productivos que de ajuste.
En nuestra opinión, no hay un esquema de salida viable para los desequilibrios actuales sin reformas
estructurales e institucionales profundas donde se opere sobre los ámbitos macro y microeconómicos a la vez.
Por lo tanto, ante: i) la
inexistencia de una estrategia anticrisis clara; ii) zigzagueos y cambios de consensos políticos sobre la reforma; y
iii) diagnósticos de situación incompletos, esperamos la prolongación indeterminada de la actual crisis en el tiempo, en
ausencia de una mejoría sustantiva del entorno externo.
CESLA